Pov omnisciente

– Pero preséntenos culeros.– Roier por fin se había animado a hablar.

– Si cierto, Dani, el es Roier, Roier ella es Dani.– Aldo los presentó de una manera rápida pero clara.

– Un gusto Roier. Eh escuchado un par de cosas acerca de ti.– La chica tomó de aquel termo tan peculiar.

– Yo también eh escuchado cosas acerca de ti.–

Aquel simple diálogo entre ambos bastó para que en ambos chats de sus directos se comenzaran a volver locos.

Y no solo los chats se volvieron locos; aquella sensación rara se había alocado en el interior de Roier, y en la chica los nervios subían a su cuerpo.

Una electricidad recorrió el cuerpo de ambos por unos segundos.

Ambos se preguntaban ¿Qué carajos paso?.

[...]

– Mariana.– Canturreó la castaña llamando a aquel alto con malicia.– Ven, no te voy a hacer nada wey.– Se podía escuchar a kilómetros la maldad en la voz de la chica.

– ¡No pendeja, hágase a la verga!– Su voz sonaba con desesperación al ser perseguido por Daniela.

– Bichito, bichito.– Habló como si tratara de atraer a un perro.

– ¡Saquese a la verga!– Ahora era Aldo quien trataba de arrojar a Roier al acantilado y poder sacarlo de aquella pelea.

– ¡Ah, Mariana, ayúdame wey!.– Roier trataba de zafarse de su amigo.

– No puedo Roier, el snack de niños no me deja en paz.– Termino aquel chico con un agudo grito al ver como Dani casi lo agarraba en aquel juego.

– Adiós perro.– Al instante se pudo ver como el muñeco de Valdo caía por el abismo al ser lanzado por Dani.

– Me cae de madre, pinché mierda.–

– ¡Aldo, Aldo vamos a hablar.!– Roier rogaba siendo perseguido por el mencionado.

– Hablar mis huevos, a volar pinché perro.– A los segundos Roier también había sido arrojado, quedando así solo Aldo y Dani.

– Ahora si mierdas, mátense. Que su amistad se arruine.– Un Mariana hablaba con burla.

– Una pelea justa, uno contra uno. Lo que pase aquí se queda aquí.– Propuso la castaña.

– Va, jalo.–

Al instante comenzó la pelea entre ambos expertos en aquel juego, Aldo había jugado repetidamente aquel juego con amigos, ya tenía experiencia; al contrario de la chica que era de sus primeras veces jugando, aunque no se notaba.

– Bye puta.– Dijo el moreno al tener el personaje de la castaña.

– Tu cola en salsa verde pinché menso.–

El cambio de jugada de la chica provocó que ahora ella arrojara a Aldo al acantilado y en la pantalla de los cuatro aquel mensaje característico al ganar: danonino a ganado, la chica hizo que su muñeco levantara ambos brazos en señal de victoria.

– ¡A tomar por culo, huevito!– Festejó la castaña.

Los tres chicos rieron ante el festejo tan peculiar de la chica y aquel apodo que le había colocado al moreno.

El ambiente solo se llenó de risas de parte de los cuatro, ya llevaban tiempo jugando gang beasts y todo fue divertido, casi siempre quedaban Dani y Aldo al final. La mayoría de veces que quedaban ellos 2 solos terminaba ganando Daniela, aunque muchas personas suponían que Aldo dejaba ganar a la castaña, pero realmente la chica ganaba por su propia cuenta.

La chica realmente nunca había hecho una colaboración con personas tan acercadas a su edad, aunque Ari y Juan se llevaban con ella como mejores amigos siempre los consideró como sus padres.

Con ese trío de chicos se sentía diferente, las pocas colaboraciones que tuvo fueron con personas mayores que ella, pero con ellos se sentía como si jugara con amigos, con aquella confianza que habían tomado como para los insultos que se decían y que solo rieran.

Todo se sentía bien, aunque cuando aquel pelinegro le causaba algo cuando la llamaba por su nombre, o su diminutivo o hasta por el apodo favorito de todos los del McTrío: danonino.

Aunque aquel apodo fuera tan común para la chica, lo sentía diferente cuando él la llamaba así. ¿Porqué se sentía así? ¿Porqué lo sentía diferente cuando él la llamaba así?.

No quería el mismo cuento qué pasó con personas pasadas, quería mantener una línea marcada que pintara el límite de sus sentimientos hacia aquel chico. Ella se pondría el alto, tomaría miles de litros de agua para que aquello que le provocara se ahogara. No quería arruinarlo de nuevo.

Aunque por el lado de aquel chico, también sentía cosas. El suave tono de la chica le hacía sentir como una electricidad recorría por todo su cuerpo.

Trataba de ocultarlo con simples comentarios que en un intento de desviar temas o hacer reír a la chica sonarán incoherentes, tal vez quedaría con idiota, pero la haría reír. Eso pensaba Roier.

– Bueno muchachos, yo me retiro por hoy. Saldré a cenar.– La castaña hablaba mientras acomodaba un par de cosas en su escritorio.

– Pero invita, mierda.– Valdo dijo con burla.

– Si vienes por mi en tu carrito jalo, por que yo no tengo run run. – Propuso la chica.

– Va de una, apagó en 5 y voy.–

– Desventajas de vivir en Aguascalientes.–

– ¿Y yo que mierdas? inviten.– Roier bromeó, aunque sabía muy en el fondo, y esperaba, que ellos no lo tomaran a broma.

– Vives hasta la mierda wey./ Va, jálate, ahí te llegamos.– Tanto el alto como la castaña respondieron al mismo tiempo.

– Danonino, no mame' mien, Boiler vive hasta la verga.– Se quejó el alto pasando una servilleta por su frente, limpiando cualquier rastro de sudor.

– Ay, wey, no creo que sea tan lejos.– alargo la palabra tan– Andale Valdito, yo no lo conozco, y sabes que a Rivis le gustaría que lo conociera.–

La chica miró a su cámara, los cuatro habían prendido su cámara un rato, pues ya llevaban un rato de haber terminado de jugar.

– Ándale Mariana.– Apoyó esta vez Roier, de verdad quería conocerla.

– Ándale wey, y de una vez vienen por mi.– Dijo con burla Aldo.

– Ah si mierda, como están casi a la misma distancia.– Rió Valdo ante la broma de el moreno.

– Ches culeros.–

– Ándale Marianita, y yo invito la cena.– Rogó la castaña de nuevo.

Valdo se quedó pensando, pasar tiempo de calidad con ambos no le vendría mal, después de todo, hace tiempo no veía a Roier en persona.

– Espero y sean tacos, Danonino, sino me voy a arrepentir mucho de ir hasta la verga por Roier.– Apuntó a su cámara en señal de advertencia.

– Trató.– La castaña estaba satisfecha, había logrado convencerlo.

Roier no se quedaba atrás, estaba feliz, solo bastó una simple propuesta de que lo invitaran a cenar para poder conocerla en persona.

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CONTINUARÁ...
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