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– ¿Enserio quieres que vaya?.– Mi mirada era dudosa, veía a Rivers a través de mi teléfono, pues estábamos haciendo videollamada.
– Sí wey, es que mira, es su cumpleaños, y él desde hace tiempo quería conocer a la responsable de crear a mamá lucha. Él solo te conoce de fotos y así, pero me dijo "estaría chingon que nos presentaras, y así podríamos hacer un stream todos juntos, así bien chingon."– Sam imito la voz de su amigo, haciéndome reír.
– No quiero incomodar, puede que cuando me conozca no sea lo que esperaba y no nos llevemos bien.–
– Wey no mames, son como la misma pendejada pero en diferente presentación.– Se burló.
– Che culera.–
– Ándale ve wey, solo vamos a ir a comer y estaremos platicando, hasta vino Aldo de su ranchito para festejarle, ándale wey, es su cumpleaños y le da emoción conocerte.–
– ¿Ya no me dejarás plantas para jugar Just Dance con botargas?.– De una u otra forma debía ganar algo en ir.
[...]
Me veía una última vez en el espejo de cuerpo completo, que estaba en mi habitación, pensando en si mi vestimenta estaba bien.
Usaba un pantalón cargo beige, un top color crema, todo iba acompañado con unos jordan mid line.
Mi cabello estaba recogido con una pinza de cabello dejando unos mechones caer por el costado de mi rostro.
El timbre de mi casa sonó, tomé mi bolso, que momentos antes había puesto lo necesario dentro de este.
Baje rápidamente las escalera, salí de casa no sin antes cerrar con llave y subí al auto de mi mejor amiga.
– Que guapa.–
– Igualmente.– Le respondí con una sonrisa.
– No vas a conocer a todos los del grupo, Roier no pudo venir, le salió un imprevisto y canceló hace rato.– Me aviso mi amiga.
– Oh, bueno luego podrás presentarnos, no hay problema.- Anime a Sam.
Sabía lo mucho que le interesaba que yo los conociera, lo sabía por el simple hecho de que insistió por casi 3 horas de que yo los acompañara a esa salida por el cumpleaños de uno de ellos. Ella no era de las personas que insiste, no en algo que no era de su ilusión.
– Les caerás bien.– Rompió el silencio.
– Si tú lo dices gnomo.–
[...]
Habíamos llegado ya al lugar, era un lindo restaurante, no muy elegante, pero tampoco tan informal. Así que venía acorde al lugar.
Entramos al lugar, caminamos un par de metros dentro de este. Yo iba atrás de Rivers, solo seguía sus pasos a una distancia lo suficientemente buena como para no pisarla o perderla.
Mi mirada estaba en ella, aunque veía de reojo todo a mi alrededor, subí mis ojos a ella el ver cómo levantaba levemente su mano en señal de saludo, ahora mi vista viajo a aquella mesa.
Dos chicos, sentados se podía notar la diferencia de estatura un poco, uno de ellos venía con una sudadera roja y el otro con una camisa crema.
Ahora nos dirigíamos a esa mesa, al llegar ambos chicos se pararon a saludarnos.
– Hasta que llegas wey, no mames.– Exageró el más alto, a la par que abrazaba a mi amiga.
Al ver a ambos de pie pude notar la diferencia de estatura que era muy obvia.
– Si, tardaste un vergo, y eso que yo soy el que viene desde Aguascalientes.– Ahora bromeó el otro chico, de mismo modo abrazando a Sam.
– Pinches desesperados.– Levantó sus lentes de sol, dejándolos sobre su cabello rubio.
A todo esto yo solo miraba con atención, pasando mi escáner de personas sobre ellos, tratando de ver cada detalle.
– Oh ella es Daniela, mi mejor amiga. Dani, ellos son Osvaldo y Aldo.– Nos presentó de forma rápida con una sonrisa.
– Un gusto.– Dijimos los tres al unísono causando una risa en los cuarto.
Tomamos asiento en los lugares.
– No mames no me lo creo, doña lucha vino a comen con nosotros.– Hablo con emoción el más alto.
– Nah, ¿A poco eras doña lucha?.– Preguntó con emoción el otro de lentes.
– Sí.– Dije riendo.
– ¡Feliz cumpleaños mojon!.– Rivers se dirigió al que próximamente cumpliría años.
– ¡¿No mames que me la regalaste?!.–
– ¿Que?.– Hable sin entender.
– No, pendejo. Tu me pediste que querías conocerla por que te cayó bien, entonces tu regalo fue conocerla.–
– No mames Osvaldo cómo crees que te la va a regalar, no si pa' pendejo no se estudia me cae.– El de lentes de burlo.
– Oh ya vas tú a burlarte, me cae de madre me cae.– El festejado renegó.
Así comenzó una guerra de insultos entre los tres, yo miraba expectante, solo reían ante los apodos y expresiones que usaban para referirse entre sí.
– Ya me voy a llevar a la niña wey, la traje para que socializara y tú, y tú – Apuntó con su dedo a cada uno.– Solo se la pasan con su pendejadas.–
– Ya pues, pinché chaneque no aguantas nada me cae. Pero bueno, ¿Cómo estás?.– Ahora se dirigió a mi.
– Bien.– Me limite a soltar una risa al final ante aquella pregunta tan cambiante de ambiente.
Así fue como inicio una plática animada entre los cuarto, conociéndome más bien, platicando de mi vida y descubriendo que ambos ya sabían de mí y vieron algún video mío de cuando inicié mi carrera. Admitiendo que les había interesado mi humor, pues éramos muy parecidos en ello.
Compartimos números de teléfono pues ellos ya me seguían en mis cuentas, ahora yo les había devuelto el follow en todas aquellas redes sociales.
– La neta, ya me esperaba que nos íbamos a llevar de madre. River nos llegó a contar cómo eras y la verdad si me interesaba conocerte.– Osvaldo habló con emoción.
Habíamos ya acabado de comer y nos decidimos a caminar un rato por aquella plaza en la cual se ubicaba el restaurante.
– Bueno, Rivers no es como que me cuente mucho de ustedes.– Mire con burla a la mencionada.
– Pinché culera, y yo que creí que me caías bien.– Se quejó Aldo.
– Las cosas como son mierdas.– Sam me hizo reír ante su comentario.
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CONTINUARÁ...
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