Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ˣˣˣ






























Pov Dani

Habíamos tomado ya algo, pues ya estaban muy borrachos algunos, otros nada más estaban alegrones o simplemente otros estaban muy conscientes al no tener inclinación a bebidas alcohólicas.

El frío de la madrugada ya me había pegado, Roier se había ofrecido a darme su saco y yo gustosa lo acepté.

Yo me encontraba entre gente consciente y alegrona, me gustaba él alcohol, pero no me gustaba consumirlo hasta poder decir que estaba borracha.

Solo llegaba al punto de decir que estaba feliz, un poco atontada pero lo suficientemente consciente para no hacer alguna estupidez.

Podría decir que algunos, si no es que la mayoría, de mis amigos se habían puesto alegrones, más tirándole a borrachos.

– Wey, ¿Y Osvaldo?.–La voz de Aldo me sacó de mis pensamientos perdidos.

Fruncí mi ceño y miré rápidamente a todos lados, sería fácil ubicar a Valdo, solo me dedicaba a mirar arriba, y la cabeza que más sobresaliera era él.

– A chinga.– Algo aturdida por la fuerte música acompañada por los cantos, casi gritos, de mis amigos no dejaban concentrarme.– No lo veo, creí que estaba contigo wey.–

– Hace ratito me dijo que te iba a preguntar algo, por eso te pregunté a ti, Nani.– Me aclaró, hablándome cerca al oído por todo el ruido de fondo.

– No we, nunca vino conmigo, yo creí que estaba contigo, ¿no habrá ido al baño?.–

– Pensé lo mismo y me fui a asomar, pero no había nada de señales de Osvaldo.–

– Ya valió verga.– Miro con preocupación a Aldo.

Los brazos de alguien rodearon nuestros hombros de los dos, pronto una cabeza se partió entre ambos, con una alegre sonrisa y con aroma a un poco de alcohol habló.

– ¿Qué pasa wachos? ¿Porqué tan juntos y solitos?, ¿algo que no sepa flaca?.– Esta vez se dirigió a mi, regalándome una sonrisa embriagada.

Solo fruncí mi ceño confundida al no saber a qué se refería.

– ¿No has visto a Osvaldo, Spreen?.– Aldo le preguntó, llamando su atención. Logrando que dejara de verme y se girara a verlo.

– No amigo, desde hace una banda que no lo veo, yo siempre estuve ahí con Carre y Roier.– Finalizó con una risa ahogada en embriaguez.

– Creo que ya es hora de que vayas a dormir Iván.– Le dije al sentir su cuerpo tambalear un poco por el alcohol en su cuerpo.

– Nah, vamos a bailar mejor, apenas y se está poniendo buena la fiesta, flaca.- Comenzó a caminar hacia donde estaban todo nuestros amigos en bola, tomando y cantando.

Nos llevaba a Aldo y a mi al estar ayudándolo básicamente a poner se de pie.

– ¡Miren a quien me encontré, amigos!.– Habló hacia el grupo al cual nos integrábamos.

– ¡Dani!.– Apenas Roier se dio cuenta de mi presencia se acercó a mi, envolviéndome en un cálido abrazo.– Creí que ya habías ido a dormir o algo.– Su tono era algo preocupado, pero su aliento delataba que ya estaba un poco tomado.

– No está Mariana. ¿Lo has visto?.– Interrumpió Aldo.

– Ah es verdad, ¡Carre!, ¿vos no has visto al Mariana?.– Spreen arrastró sus palabras.

– ¿Quien es ese, amigo?.–

– Ya sabes, poste alto y lentes.–

– Ahhhh ya, pues lo vi hace rato metiéndose al elevador. Tal vez y ya se fue.– Nos indicó tomando un poco de su bebida.

– Gracias wacho.– Agradeció Iván, colocando nuevamente su brazo sobre mis hombros.– Ahí esta, su amigo ya se fue.– Habló dirigiéndose a Aldo y a mi.

– Vamos Iván, es hora de que descanses, y tú también Roier, mañana me lo agradecerán.– Tomé la mano de Roier, dispuesta a llevarme a él y a Spreen a que descansaran.

– Pero todavía es noche la joven, flaca.– Habló con incoherencia el pelinegro con pijamas a mi costado.

– Nada de peros, vamos, Aldo ayúdame.– Pasé mi brazo que estaba al costado de Iván por detrás de su cintura, dando más soporte al agarre.

[...]

– Sácate la llave wey.– Pidió Aldo a Roier, pues habíamos llegado primero a la habitación de ellos tres.

– ¿Cuál llave?.–

– ¿Cómo que cuál papi? Pues la de la habitación.–

– Pues Mariana me dijo que no me llevara, que él se regresaba con nosotros.– Dijo el pelinegro, Recargándose en mi costado, pasando uno de sus brazos por mi cintura, formando un abrazo, dejando un beso sobre mi sien.

– No mames, valió verga.– Quitó el brazo de Iván que había sobre sus hombros, dejándome a mi con ambos chicos.– ¡Valdo! ¡Abre wey!.– Comenzó a tocar con insistencia la puerta.

Tocó por alrededor un par de minutos, sus golpes era acompañados con llamados. Mientras él llamaba a la puerta Roier comenzó a marcar al número de su amigo, en busca de que eso ayudara, pero fue inútil.

– Vamos wachos, tal vez y ya está muerto.– Soltó con una risa embriagada el argentino que aún necesitaba un poco de mi ayuda para mantenerse de pie sin tambalear.

– ¿Y donde vamos a dormir nosotros wey?, no a la verga, que se despierte el pinche mono.– Aldo siguió tocando la puerta.

– Vámonos Aldo, ahí duermen en mi habitación y ya, no va a despertar, no por hoy. Mejor vámonos.– propuse, en busca de convencerlo.

No me di cuenta en que momento Roier había comenzado a grabar este gracioso momento. Ya que ahora en estos segundos su cámara de su teléfono apuntaba a mi rostro.

– ¿Qué opinas, Nani?.–

– Que están un poco pasados tú y Iván.– Dije en una carcajada.

– Sho no estoy tomado, bobita.– Rió ante sus palabras ya arrastradas.

[...]

Habíamos decidido dejar primero a Spreen en su habitación, nos invitó a pasar, hubiéramos rechazado la oferta si él pudiera mantenerse de pie sin tambalear.

– Mi cuarto.– Anunció mientras se aventaba a su cama.

– Yo también quiero.– Y con eso Roier se aventó a la cama.

De milagro no había caído sobre Spreen. Me giré a Aldo, topándome con la sorpresa de que estaba marcándole aún número. Lo miré unos segundos con el teléfono en su oreja, pero al cabo de unos momentos lo retiró y colgó con frustración.

– Nada.– soltó un suspiró de frustración acompañando sus palabras.

– No creo que esté consciente hasta mañana a las 2 de la tarde.– Respondí cruzándome de brazos.– Vamos a dormir, creo que Iván ya se quedó dormido.–

– Y Roier también.– dijo con una sonrisa burlesca.

Me giré  hacia la cama, era cierto, tanto Spreen como Roier se habían quedado dormidos. Me acerqué a ellos, y entre Aldo y yo les quitamos los zapatos para más comodidad. Los arropamos y antes de alejarme a la puerta donde ya estaba Aldo me acerqué a Roier.

– Descansa.– Susurré, planté un suave beso en su frente.

Cuando mis labios se separaron de su piel él se levantó, sus ojos adormilados se abrieron levemente, sacándome un pequeño susto.

– Lo siento, no quería despertarte.–

No respondió nada, solo puso su mano en mi mejilla, y solo fue cosa de que se levantara y se inclinara levemente a mí para sentir sus labios estampados sobre los míos. Se separó y volvió a acostarse, cerrando los ojos al instante y durmiendo sin problema.

Seguía atónita, ¿qué había sido eso?. Ya se que un beso, lo entiendo, pero aún no podía asimilarlo, él me había besado. Él estaba básicamente casi inconsciente por el alcohol y el sueño, pero dicen que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, y el alcohol te hace hacer lo que tu inconsciente quiere.

¿Él realmente quería besarme?.



||      Twitts, historias y memes      ||




@dangarrr






















||  Nota de autora ||

Hola, se que me desaparecí un poco, la verdad no me llegaba la inspiración y apenas me llegó, gracias a dios. La verdad creo que llegó la hora de meterle un poco de drama (mucho) así que en los siguientes capítulos ya se verá que pasará con ese beso de Roier y Dani, al igual que problemas personales de Dani, Dios espero y no esté juerte (Ojalá y si) .

Bueno, me despido xoxo.

CONTINUARÁ...
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Gracias por leer y votar:)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro