Pov omnisciente

– Pudo haber sido una pijamada bien bonita we, pero no, debías invitar a Garbanzo.– La rubia bromeó viendo como el mencionado junto con su esposa entraban a la enorme salida de aquella casa.

– ¿Hola?– Dijo el de gorra para comenzar a reír de su forma tan peculiar.

– ¿Y yo que?.– La esposa de este solo la miró ofendida en broma.

– Tu no, tú si está bien amor.– Rivers la abrazó, dándole una cálida bienvenida.

– Cuanta pelea pues, ¿nada más a ella la vas a abrazar?.– Ama habló al entrar un poco después de su hermana y pareja de su hermana.

Se había entretenido un poco abrazando y platicando un poco con la anfitriona.

– ¿Ya no falta nadie?.– Juan preguntó a la par de tomar asiento en el blanco y acogedor sillón de piel.

– Solo Mariana.– Dani caminaba un mueble, en donde se encontraba su bebida.

– ¿No invitaste a Roier?.– Rivers miró con confusión a la castaña.

– ¿Me llamaron?.– El mencionado salió a la vista de todos, bajando las escaleras de dicha casa.

Dani sonrió mirando a Roier, tuvo su entrada triunfal no planeada aunque él quería que ella le hiciera una.

– No mame', Roier salió de la basura.– La voz característica del de lentes se pudo escuchar en la habitación de la casa.

– A la verga, un ratero.– Dijo Rivers, fingiendo susto con su tono de burla.

– ¿Si verda?, pinche cabroncita.– Valdo decía a la par que se acercaba a la anfitriona, saludándola con un abrazo.

– Al parecer todos aquí se conocen y no debo hacer una introducción a cada personaje ya que, como dije, todos se conocen.– Abrazó al más alto como saludó, y al separarse este le tendió una bolsa de papel.– ¿Y esta rosa?.–

– Pequeño son de paz ante tu invitación.– El de lentes comenzó a acercarse a los demás para saludarlos.

[...]

La noche había sido un completo éxito, habían hecho un pequeño stream con todos los presentes contando cosas y platicando con las comunidades de todos en la cuenta de la anfitriona.

Al fin ante su chat se había visto otro lugar que no fuera su set up y estaban agradecidos con ello.

Ahora todas las personas se habían dispersado por la casa de la castaña, había ella incitado a todos a quedarse a dormir en su humilde hora, diciéndoles que hicieran una noche de que el que aguantara más ganaba.

Por su parte Roier estaba en el balcón de la bonita sala del segundo piso que daba una vista a un lindo cielo estrellado.

En sus manos sostenía un vaso con un poco de agua fresca, recargaba sus ante brazos en el barandal.

– Así que eres antisocial.– Dani llegó a su lado, tomando la misma posición que el pelinegro a su lado.

– No, solo, no soy mucho de convivencia.–

– Por el lugar donde vives puedo decir que es verdad.– Roier solo la miró confuso al no entender. – Vives hasta la chingada, no tienes a nadie cerca.– Aclaró con burla.

– Oh– Soltó una risa sabiendo que la castaña tenía razón.– Es un lugar tranquilo, no es tan malo como suena el vivir hasta la verga.– remarcó la palabra tan.

Con aquellas palabras logró sacar una sonrisa a la castaña.

Y solo eran ellos, esos dos adultos que se sentían bien en ese instante, solo ellos dos, un silencio cómodo y una linda noche estrellada sobre ellos.

El viento no era tan fresco, pero era lo suficientemente fuerte para agitar levemente el rizado cabello de la chica.

La mirada del pelinegro no podía apartarse del sereno rostro de la castaña, la veía de reojo, no quería que ella se diera cuenta, pero ¿realmente le importaría si ella se da cuenta?.

– Sabes,– la castaña decidió romper el silencio.– Yo de pequeña soñaba con esto. Nunca fui mucho de tener amigos, siempre estaba viajando por todos lados con mi mamá por su trabajo. Solo éramos ella y yo. Mis amigos eran contados, si es que algunos de ellos se podrían llamar amigos. Nunca logré entablar una amistad tan fuerte como la que tengo con Samy, y la verdad agradezco eso.– Guardó un poco de silencio.

Roier solo la veía con detenimiento, esta vez había girado un poco su rostro al de ella para poder observarla.

– Bueno– Ahora él se había animado a hablar.– creo que es lo mejor ¿no?, poder decirle a tu niña interior que lo lograron. Que si logró su sueño.– Él chico solo pudo regalarle una de sus sonrisas más sinceras.

– Y tú Roier, ¿Qué era lo que soñabas de niño?.– Ahora ella giró un poco su cabeza para mirarlo.

– Pues, yo de pequeño veía a varios streamers, y siempre fue como una gran admiración a su trabajo, de hecho sigo siendo muy fan de ellos.–

– ¿De quienes?.– Dani se había interesado más ante aquel tema.

– Bueno, como Vegetta, el Rubius, Quackity. Ese tipo de creadores.–

– Sabes Roier, es divertido como suena tu nombre, Roier, lo puedes decir con varias entonaciones y suena divertido, mira: Roier – Jugó con la entonación en las erres, el sonido de las palabras, todo en pocas palabras.

Aquel chico solo se limitaba a reír ante la manera tan peculiar que la castaña pronunciaba su nombre.

– De verdad tu nombre es tan divertido.– Dani terminó de decir al finalizar de jugar con el nombre del chico.

– Bueno, nunca me había detenido a escuchar como sonaba mi nombre como lo hiciste tu, aunque ese no es mi nombre real.–

– ¿No?–

– Sebastián, ese es mi nombre.– La miró esperando a su reacción.

– No mames, igual que Juan Bartolo, solo que sin el Juan.– Rieron ambos ante su comparación.– Creí que te llamabas Rogelio o algo con una r al inicio, como.... Ramón.– Admitió la castaña.

– ¿Cómo Don Ramón?– Roier habló con burla.

– Si.– La chica apenas y podía hablar, estaba ahogada en carcajadas.

Y ahí el chico había descubierto que su sonido favorito ya no era la lluvia, o el microondas haciendo el icónico pitido después de varios minutos con una bolsa de palomitas. O simplemente el inusual ruido personalizado que había programado en su teléfono cuando Vegetta subía algo a cualquier red social, pero ya no, ya no era eso, las carcajadas ruidosas de la castaña se habían vuelto su sonido favorito.

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@samyrivera

CONTINUARÁ...
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