- ¿Pudiste hablar con él? -

En todo el camino no habías mencionado nada acerca de él. Cuando volví a la cafetería me observaste preocupado pero mentí al decir que estaba bien.

- ¿Con quién? -

- tu mejor amigo, Yamaguchi -

- un poco diría yo -

- es extraño que dijera que no te conocía; es decir, ustedes eran como mugre y uña, siempre estaban juntos, comían juntos, entrenaban juntos, compartían mochilas a juego, incluso él te daba de su lonche ¿Por qué cambió tanto? -

- Kuroo...todos creen que somos palomas blancas inocentes, pero sólo él y yo sabemos que hicimos para terminar así; no fue culpa de él, yo lo alejé de mí de la manera más cruel y ahora me detesta -

- ¿Quieres hablarlo? -

Negué con la cabeza baja.

- entiendo, si quieres desahogarte aquí está tu novio para animarte - pasaste tu brazo sobre mis hombros para después besar mi cien.

Mi novio... ¿Qué cambió?

Si no hubiera actuado de esa manera aquel día...¿Aún serías mi mejor amigo?

"no necesito de tu amistad porque tengo mejores que tú"

¿Mejores que yo? Lograste socializar más, espero no sean unos patanes como yo. Aunque dudo que lo sean, no los considerarías amigos si en algo se parecieran a mí.

- Tsuki, no podré pasar mucho tiempo en tu casa como habíamos acordado porque tengo que ir a visitar a mi abuela esta tarde, ¿Nos veremos mañana? -

- claro, no hay problema; me saludas a tu abuela -

- lo haré querido -

Tu mano entrelazada con la mía no se sentía como la de él quien solía hacerlo cuando se aburría en los entrenamientos. No debería compararlos pero verlo de nuevo...lucía increíble aunque no lo hubiera dicho. Me gané tu indiferencia y rencor hacia mí, pero no podía aceptar tus sentimientos hacia mí aquella vez, no debí herirte de tal manera.

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- ¿En verdad no quieres que te acompañe? Te dije que no hay problema con que lo haga -

- ya estoy cerca de casa sólo estamos en la esquina y no queda tan lejos, ve a casa tranquilo Yuuji y si te hace sentir mejor te mandaré un mensaje cuando ya haya entrado a casa -

- bien, pero me avisas Kenma -

Asentí mientras nos despedimos, te comenzabas a alejar de mí para poco a poco desaparecer de mi vista. El atardecer era fresco y maravilloso, la cuadra estaba en completo silencio pero ella seguía ahí como todas las tardes cuando regaba sus plantitas. Sólo un saludo bastará después de todo es ella.

- buenas tardes nana -

Su cansada vista nuevamente me observaba mientras acomodaba sus gafas para poder visualizar mejor, su linda sonrisa no tardó en hacerse presente en su arrugado y viejo rostro.

- mi lindo Kenma, que alegría verte otra vez; pero ven y dale un abrazo a esta vieja -

Sus brazos se extendieron hacia mí a los cuales no tardé en corresponder, aún olía a ese exquisito té de canela que tanto le gustaba beber.

- pero que guapo y grande estás mi niño ¿Cómo te va en tus estudios? -

- muy bien nana, ¿Y a usted cómo le va? -

- pues con unos cuantos dolores pero ya es por la edad, ¿Quieres pasar por galletas de avena? -

- en otra ocasión nana, ya es algo tarde y aún debo visitar a mis padres -

- entiendo, bueno ¿Qué te parece si vienes mañana a desayunar conmigo? Me haría bien tu compañía -

- por supuesto nana, traeré la tarta de manzana que tanto nos gusta - besé su frente y ella sonrió.

- ¡Nana, ya estoy aquí! -

- ¡Hijo, que bueno que visitas a tu vieja abuela! -

Oh no, esa voz no.

- oh...tienes visita perdón -

- tranquilo querido, mira quién volvió ¡Es el pequeño Kenma! - otra vez me abrazó, no puedo huir de ella.

- Kenma...-

Terushima ven por mí...

- debo retirarme nana, fue un placer volver a verla hasta mañana - le sonreí y ella soltó mi brazo, di la vuelta para no verlo; aún no.

- ¡hasta luego Kenma! - oí tu voz mientras me alejaba de ustedes, sólo moví mi mano al aire en señal de despedida.

- abuela, te manda saludos Tsuki - otra vez él...

- de ese muchacho no quiero nada y lo sabes, no vuelvas a darme nada de él -

- pero abue...-

- Tetsurō has caso, mejor ayúdame a recoger la manguera -

Al parecer no lo quieres Nana, otra cosa en común.