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Pasaron los minutos y el show seguía con pequeños y divertidos juegos. Y en cada uno de ellos con la participación de Sunoo y Jungwon. ¿Por qué? Sunoo es el del cumpleaños y Jungwon... Bueno, a él le gustan mucho los Juegos.

Sunoo trató de todas las formas posibles hacer que Sunghoon jugara en un juego con él, pero este solo lo ignoraba, haciendo que no escuchó su petición y viendo de reojo como el pequeño se esforzaba para ganar muchos premios. Y es que ir a la fiesta era una cosa pero participar en un juego rodeado de niños era otra.

Sunoo estaba ya algo cansado, de jugar y de tratar de llamar la atención del pálido. Además desde que llegó a la fiesta no ha podido hablar con él o acercarse, y eso no podía ser posible ¡Era su prometido!

Sunghoon por su parte, disfrutaba de ver, alejado un poco de la multitud, las diferentes expresiones que ponía aquel pequeño. Como cuando arrugaba su nariz porque Jungwon le tomaba ventaja en algún juego, o cuando abultaba un poco sus labios cuando estaba concentrado. Park estaba fascinado por la cantidad de dulzura que tenía Sunoo.

Y sabía que quizás adorar tanto a un niño de 10 años estaba mal, pero al igual que su imagen, a la cual mandó a la mierda por Sunoo. Que tal vez esté mal también le importaba una mierda. Él jamás dañaría o dejaría que alguien dañe a su pequeño. Porque sí, él lo estaba aceptando en ese momento, Sunoo era su pequeño.

Esperaba que su amistad durara muchos años y sonrió ante aquel pensamiento, viendo como Sunoo corría hasta su asiento.

—¡Hyung! —el menor por poco se le lanza encima, pero este fue más rápido y retuvo su salto. No quería que más gente lo mirara de una manera rara. —¡Me alegra que esté aquí!

—No iba a faltar, Ddeonu, Feliz cumplea-. —quiso felicitar pero el menor lo interrumpió.

—¿Vio cómo gané? ¿Lo vio? —Sunoo esperaba que si lo hubiese visto. El último juego requirió fuerza y quería que Sunghoon supiera que él era fuerte. Porque ya era mayor.

—Eh, si, pequeño, lo vi, fuiste muy-.

—¡No soy pequeño hyung! —Sunoo al ver que el tema de su edad salió a flote y aprovechando que su mami Jay se encontraba repartiendo pequeños aperitivos a los invitados, con una rapidez increíble tomó de la mano de Sunghoon y lo jaló con todas sus fuerzas, cosa que no logró mucho ya que el mayor apenas se movió.

—¡Hyung~! Sígame por favor, sii~ —tuvo que pedir ya que vio imposible mover un centímetro a su hyung.

Después de que Sunghoon aceptara y esperara que esta vez sí haya pasado desapercibido, Sunoo lo guió hasta unos metros escondidos atrás de su casa, donde había un árbol enorme y algunas maderas en una esquina de la cerca.

Uh, aún recordaba cuando su papi Heeseung quiso construirle su casa del árbol en ese misno lugar. Terminó con maderas rotas, un dedo lastimado y por alguna razón también su mami Jay salió lastimado.

En fin, ese árbol era el lugar favorito de Sunoo. ¡El lugar perfecto!

Corrió de la mano del mayor hasta situarse debajo de las grandes hojas del árbol y se sentó en el césped esperando a que Sunghoon también lo hiciera.

Y así fue, ambos estaban ahí, sentados frente a frente y ninguno de los dos comenzaba a hablar. Sunoo estaba algo nervioso y Sunghoon, él estaba un poco confundido.

—Hyung... —un pequeño color carmesí apareció en las mejillas del pequeño. —Se ve muy guapo...

Sunghoon rió un poco, la actitud de Sunoo se le estaba haciendo muy adorable (o bueno, todo lo que hacía le resultaba adorable) —Tú también estás muy guapo, Ddeonu. —la verdad es que, Sunghoon, ni bien ingresó a la fiesta y vió a Sunoo vestido como estaba, hasta sintió cierto picor en ambas manos de anticipación por
querer apretujar al niño. Solo que no diría eso.

—Es porque es mi cumpleaños, hyung. —dijo sintiendo como su rostro iba calentándose poco a poco.

—No, Ddeonu, siempre te ves muy lindo. —Sunghoon vio como Sunoo ocultó su rostro apenas con sus manitos y tuvo que buscar rápido una excusa para poder abrazarlo. El necesitaba hacerlo. —Eh, Pequeño. —Kim alzó solo un poco la vista. —No me dejaste abrazarte por tu cumpleaños.

—¡Hyung! —ni bien Sunghoon terminó su oración Sunoo ya estaba en sus brazos, abrazándolo fuerte. —Lo siento por no estar con usted.

—No te preocupes por eso, Sunoo. Es tu fiesta, feliz cumpleaños. —por fin pudo felicitarlo como era debido y rodeó al pequeño con ambos brazos atrayéndolo más cerca. —¡Oh! Casi lo olvido. —Sunghoon se acomodó un poco para que Sunoo quedara sobre sus piernas sin tener que soltarlo del todo y con solo un brazo cogió la bolsa con lindo diseño que llevaba con él. Sunoo solo lo veía curioso. —Es para ti, Ddeonu.

Los ojos de Sunoo se iluminaron tal estrellas, ¡su persona favorita le había traído un obsequio!

Rápidamente tomó la bolsa de las manos de Sunghoon repitiendo un constante "Gracias", haciendo que el mayor tuviera ganas de regalarle cosas todos días, solo porque quería seguir viendo ese brillito en sus ojos.

Sunoo abrió la bolsa y sacó la cajita, esta la abrió con cuidado y cuando sacó el objeto de este se quedó viéndolo con admiración.

¡Era precioso!

—Hyung...

—¿Te gusta, Sunoo? —preguntó algo preocupado, Sunghoon.

—¡Es hermoso, me encanta! —Sunoo estaba realmente encantado, y siendo sinceros no tenía muy clara para qué servía esa linda vasija pero pensaba que podía poner los dulces que le daba su papi Heeseung escondidas de su Mami Jay ahí.

—Me alegra que te guste. —suspiró aliviado. —No estaba muy seguro de que regalarte al principio, pero vi este dulcero —¡entonces si era para dulces! Pensó animado el menor. —y pensé en ti.

—¿En mi, hyung?

—Sip, eres un pequeño muy dulce, Sunoo.

Y aunque las mejillas del de baja estatura tomaran nuevamente un color rosa fuerte, no pudo evitar fruncir un poco el ceño al escuchar que su hyung lo había llamado pequeño, otra vez.

—Hyung, ya soy mayor. —dijo decidido y Sunghoon solo sonrió. —¿Ve mi corbatita? Lo usa la gente que es mayor.

Park tuvo que morderse el labio inferior para contenerse a apachurrar al niño y afirmó lo que decía Sunoo, sólo para darle el gusto.

—Sí, lo siento, Sunoo, fue mi error.

—Está bien, hyung, lo disculpo. Pero... Solo si me deja preguntarle algo.

—Lo que quieras, Ddeonu.

—Pues... —Sunoo, por nervios comenzó a jugar moviendo leve la pequeña tira de la bolsa de regalo. —Hyung hace un tiempo dijo algo.

—¿Y qué era, Sunoo? —Sunghoon solo sonreía.

—Yo ya soy mayor así que. —el pequeño de, ahora, mejillas rojas, sacó una pequeña cajita de su pantalón. Sunghoon veía curioso toda la escena. —Soy mayor y usted dijo... Dijo... —Sunoo no dejaba de mojar sus labios y morderlos nervioso. Mientras que el mayor sentía como su corazón estaba derritiéndose poco a poco. —Dijo que se casaría conmigo. —Ok, eso tomó por total sorpresa a Park Sunghoon.

—¿...Mmh?

El pequeño, luchando con sus nervios y reuniendo un poco de valor pudo, por fin, abrir la cajita, dejando ver lo que traía dentro.

¡Era un anillo de dulce!

—Park Sunghoon hyung ¿Podría, por favorcito, casarse conmigo? —con un ligero temblor en sus manitos acercó el anillo, que era de sabor cereza, a la manos del otro, con intención de ponérselo.

Pero sin poder aguantarlo mucho más tiempo Sunghoon comenzó a reír por toda la ternura que le provocó esta escena. Lamentaba mucho no haber tenido una cámara en ese momento. Pudo grabar todo.

Y pese a que el mayor no lo hacía de mala manera, el ceño de Sunoo volvió a levemente fruncirse, y sin poder evitarlo sus ojitos comenzaron a arder un poco. Sunoo pensaba que su hyung se estaba burlando de él, y eso le dolía mucho.

Sunghoon se percató de las ganas de llorar que tenía Sunoo y paró de reír en un instante. Quizás, el pequeño no estaba bromeando como Sunghoon creyó. —Sunoo, Sunoo, no llores, no.

—Hyung está riéndose de mí... —sorbió un poco su naricita.

—No, no, lo siento Sunoo. Es que creí que estabas... Bromeando, Ddeonu.

—¡No bromeo! Usted dijo que se casaría conmigo.

—Pero... Ddeonu, es que eso no se puede... —dijo con mucha tristeza, Sunghoon odiaba quitarle aquel brillito en sus ojitos.

—¿Por qué? —limpió un poco sus ojitos.

—Porque... Uhm... —no sabía cómo explicarle a su niño que en verdad no podían, no quería ponerlo triste, mucho menos en su cumpleaños. —No traje corbata, y no puedo casarme sin ella. —listo, genio, Park Sunghoon.

—¿Qué?

—Sí, Sunoo, es una tradición.

—¡Yo le puedo dar una corbata! —se apresuró a decirle el menor.

—Así no se puede, lo siento Sunoo.

—Pero... ¡Es mi cumpleaños! —nuevamente los ojos de Sunoo se volvieron acuosos, y su labio inferior comenzó a temblar levemente. —¿No se puede hacer nada, hy-hyung?

No podían imaginarse cómo se estaba odiando, Park Sunghoon. Pero... ¿Cómo lidiar con un Sumoo "esposo" en la escuela? Toda, absolutamente toda, la imagen de niño frío que creó en esos años se destruiría en la escuela.

—Lo pedí... —el pequeño rápidamente limpió una pequeña lágrima que resbaló por su mejillita, él no quería llorar. —C-cuando soplé las velas del panquesito que Mami hizo para mí esta mañana, hyung... ¿No es un p-punto a favor? —Sunoo levantó un poco la mirada, con algo de esperanza, directo a su hyung, esperó que este le dijera que sí, era un punto a favor. Pero al ver como el mayor se encontraba mordiendo su labio sin nada que decir, otra pequeña lágrima se le escapó. —Tontas...Tontas corbatas. —puchereó.

Al momento en que Sunoo comenzó a hipar un poquito y quiso sacarse su corbatin, porque por culpa de este no podría casarse, Sunghoon, por tercera vez, mandó todo a la mierda.

No podía ver así a su Sunoo.

—¡Oh, Ddeonu! ¡Estoy comenzando a recordar algo! —Sunoo detuvo lo que estaba haciendo y vió curioso a Sunghoon. —¿Qué pedirás con tu pastel de cumpleaños oficial?

—Que cuando tengamos que comprar a nuestro hámster, encontremos uno igual a Niki. —dijo confundido el niño.

—Uhm. Que lástima, la verdad es que si hay una manera de que podamos casarnos, pero si pedirás eso, bueno. —totalmente mal actuado, Sunghoon.

—¿¡En serio!? ¿Cómo? ¿Cómo? —todos los ánimos de Sunoo se recobraron, él haría lo que sea por poder casarse con Sunghoon.

—Lo tienes que pedir como deseo en tu torta oficial de cumpleaños. Eso haría una excepción.

—¡Lo haré, lo haré! ¡Lo prometo, hyung!

—Bien, Ddeonu. —con haber hecho que Sunoo vuelva a sonreír y que ese brillo no se vaya, quiso pararse para poder regresar a la pequeña fiesta. —Volvamos.

—Espere, hyung, tome.

Sunoo rápido sacó otra cajita y se la tendió a su hyung.

—¿El anillo?

—Es para mi, lo compre de manzana verde, porque es mi favorita.

—Te lo pondré al final del día, Ddeonu.

—¿Y mi beso? —Sunoo había visto en algunas cuantas novelas con su mami Jay, que los recién casados se daban besos y él quería uno de Sunghoon.

Y aunque Sunghoon quiso negarse, verlo con ese color rojito en ambas mejillas y la mirada tímida que este le daba, ¿Cómo alguien podría? Además era su cumpleaños.

Sunghoon se acercó lento a Sunoo y pidió que este cerrará los ojos, obviamente Sunoo lo hizo en un segundo. Y así el pálido pelinegro se acercó hasta la pequeña nariz del otro y depositó un beso, haciendo sonreír a su niño. ¡Sunoo amaba esos besos! Pensó que este había sido mejor que los que su mami le daba, pero no lo diría.

Al momento de separarse el menor abrió tanto los ojos, emocionados, y se lanzó nuevamente al mayor.

—¡Estoy muy feliz, hyung!

Quedaron solo como dos juegos del show. En el cual Sunghoon tuvo que, aunque no quería, participar con Sunoo, ya que Jake lo obligó y reto con Wonnie.

Sunoo estaba divirtiéndose como nunca.

Luego de las palabras de agradecimiento de ambos padres, emocionados y conmovidos. Llegó el momento más esperado por Sunoo.

Su deseo de cumpleaños.

Tal como prometió, en su cumpleaños poder casarse con Sunghoon esa misma noche, sin necesidad de corbatas feas.

Y tal como prometió Sunghoon, al final de la fiesta, cuando se despidió de los padres de Sunoo y de Sunoo mismo, este tenía puesto entre sus dedos el pequeño anillo color rojo. Y Sunoo el de color verde.

Sin duda alguna había sido el mejor cumpleaños que Sunoo hubiese podido tener.

Por fin estaba casado con Sunghoon y prontamente formarían una familia.

¡Esperaba con ansias su próximo cumpleaños junto a Sunghoon!

━━ FIN ━━
aún queda un extra :)

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