La idea de adoptar un híbrido ya no es descabellada como solía serlo, los últimos años se ha vuelto más común de lo alguna vez pensado y el cambio a convivir con ellos va en aumento desde que han desmantelado casi todos los negocios de trata ilegal de híbridos, dejando a los curiosos seres en centros de adopción o en la calle si ya estos son mayores de edad.

Así que el hecho de que Sooyoung haya regresado a casa con un samoyedo blanco adulto no es nada del otro mundo.

Su nuevo amiguito fue más una obligación que decisión propia, Seulgi la convenció de adoptarlo desde que estaba a solo tres meses de ser expulsado del centro de adopción por ser mayor de edad ya. La mayor fue bastante buena en crear un horrible y completamente falso escenario de lo que le pasaría al híbrido si hubiese sido tirado a la calle, el blando corazón de Sooyoung no pudo siquiera pensar en ello.

Ahora tiene un nuevo cachorro que también es una persona y no tiene ni la más mínima idea de cómo cuidar a un animal y mucho menos a un híbrido.

ㅡEsta es tu nueva casa, compañero. ㅡSooyoung abre la puerta de su loft dejando al elegante perro entrar. ㅡNo tengo nada para ti listo pero tampoco es que hubiese esperado regresar con alguien más.

El perro se queda viendo a Sooyoung con la cabeza ladeada como si estuviera esperando que la pelinegra diga algo que si tenga sentido para él. Su humana es divertida, eso sin duda, el viaje en auto fue lo más entretenido que haya experimentado los últimos años y que Seulgi la pudiese engañar tan fácil le deja claro que también podrá hacer de las suyas.

Sooyoung se enternece por la imagen frente a ella, un adorable perro con una adorable expresión. Lo único que espera es que su forma humana sea igual de agradable, no le gustaría compartir con alguien insoportable, por eso se mudo del piso en el que vivía con Yerin.

ㅡSé que puedes entenderme y que puedes hacer más cosas que cualquier otro perro.

La pelinegra se agacha hasta quedar a la altura del samoyedo para jugar un poco con su pelaje, sorprendida un poco que sea más suave de lo que esperaba. ㅡasí que dejaré el teléfono local con mi número en marcado rápido, en la nevera hay suficiente comida y en la habitación del fondo hay ropa. Todo lo que necesites mientras salgo a comprar las cosas para tu nueva habitación.

Aún con su cabeza ladeada el samoyedo es dejado a solas en el medio de la sala.

A simple vista la casa no es muy grande y solo tiene lo necesario para vivir en el punto medio de comodidad y lujo. Es la primera vez que es adoptado por alguien decente, normalmente sería llevado a una casa decadente y sería tratado como un fenómeno por ser la clase de híbrido que es. Sooyoung no parece ser de ese tipo de personas, ella es...

Con cada paso que da a los lugares que su nueva dueña le señalo, el samoyedo (el cual es curiosamente pequeño para su edad) cambia de forma a una más adecuada para explorar el lugar donde se estará quedando.

Una mujer rubia y de baja estatura es quien llega a la habitación principal. El perfume de Sooyoung compite por tomar protagonismo sobre el oxígeno en sus pulmones y un mundo extraño se abre a su atención.

Todavía con algunas mañas caninas, la mujer se desplaza por la recamara; viendo fotos de Sooyoung con desconocidos, libros que no parecen haber sido leídos antes, discos mal ordenados y por último, juzgando que usará para cubrir su desnudo cuerpo.

Ahora usando un suéter tres tallas grandes para ella, la híbrido se desploma sobre la cama y sonrie para si misma por haber llegado hasta acá. Después de esto solo le resta regresar a su verdadero hogar. Sin embargo, una foto de Sooyoung con Seulgi sobre el escritorio de la primera llama la atención de la rubia.

ㅡElla es diferente. Ella tal vez sea quien pueda ayudarme.