vii. palone you and me
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CAPÍTULO SIETE
SOLOS TU Y YO
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LEONARDO TENÍA que capacitar a Draco sobre su tarea. Muy aparte del matar a Dumbledore el tenía que hacer que los Mortifagos entrarán a Hogwarts.
Ahora mismo ambos se encontraban solos en la sala de menesteres. Había muchas cosas y suciedad para Leonardo. Trataba de no tocar nada para poder evitar contagiarse de algo.
Draco a su lado lo veía con diversión. La última vez que hablaron después de la clase de posiones, el chico le había pedido perdón. Leonardo sin saber por qué lo perdono. Muy en el fondo sabía que estaba teniendo una debilidad por el.
Odiaba eso, el hecho de que se volviera importante para el no era bueno. La gente que siempre quería terminaba muriéndo. Su hermano, su familia, Lily y James. Y Merope...
Merope era un tema delicado para Leonardo y todos sus amigos cercanos lo sabían. Incluso el mismo Voldemort era consciente de eso.
Draco parecía ser el único que no tenía idea de quién era ella pero sin embargo no dejaría ese tema sin revisar.
—¿En dónde está esa mugre cosa?—Leonardo murmuró mirando a su alrededor.
Draco lo miró y negó sonriendo. El chico buscó con la mirada hasta que vio algo que llamó su atención. Se acercó a él llamando la atención de Leonardo. Miró al chico quien se acercó al mueble de gran altura y lo destapó, quitando la manta que lo cubría.
Se acercó a él con una sonrisa de alivio en su rostro. Miró el armario y suspiro. La maldita cosa estaba arruinada.
—Podremos arreglarlo—Draco quiso darle ánimos. —Eres muy inteligente, y bueno yo te ayudaré en lo que necesites.—puso su mano en su hombro y Leonardo miró sus acciones con sumo cuidado.
—Lo haremos—el asintió y por alguna razón apretó la mano de Draco haciendo que el joven sonriera con el corazón a todo lo que da.
[...]
DRACO Y LEONARDO entraron a la biblioteca juntos. Pará los alumnos eso no pasó desapercibido, pero al ver la cara molesta de Draco y el como Leonardo le explicaba a la bibliotecaria que el chico estaba castigado entendieron el por que estaban juntos.
—Busca cualquier libro que nos pueda ayudar—ordenó Leonardo hacia Draco quien asintió.
Draco fingió que cumplía su castigo mientras buscaba algún libro que pudiera serle de ayuda. Necesitaba que la misión saliera bien. De eso dependía la vida de su familia y la de él.
Llegó a un lugar en la biblioteca que no conocía, miró una repisa con fotos y enseguida se distrajo al ver a un chico muy parecido a Leonardo. Miró los nombres del pie de foto "Evan Rosier y Regulus Black".
Sabía de la existencia de Regulus Black por su madre y Evan Rosier por qué era el hermano mayor de Leonardo.
Pero fue una foto la que llamó su atención sin duda. "Leonardo Rosier y Merope Evans". Draco se congeló al ver la foto, era Leonardo abrazando a la chica y también dándole un beso en su mejilla. La chica de su lado era pelinegra de ojos verdes. Su sonrisa era hermosa.
Entonces los celos empezaron a burbujear dentro de él. Pero eso no evitó que tomará nota mental. Necesitaba saber quien era Merope.
—¿Encontraste algo?—escuchó la voz de Leonardo detrás de él haciendo que se alejara de la foto para evitar que viera lo que hacía.
—No, no pude encontrar nada... —murmuró el rubio.
—Yo encontré algo que puede ayudarnos—le informó levantando un libró.
—Genial.—sonrió de manera falsa.
—Animate niño, ya se acabó tu castigó—dijo divertido. Draco asintió y salieron de la biblioteca informándoles a la señora de ahí que el castigo había terminado.
[...]
DRACO MIRABA a Leonardo murmurar junto al armario. Si bien la imagen de Merope y el seguía en su mente ahora sólo tenía una pregunta en duda. ¿Qué se sentirá besar a Leonardo Rosier?
—No sabía que tenías esos pensamientos sobre mi—la voz del hombre lo sacó de sus pensamientos.
Draco abrió los ojos con pánico. Miró al pelinegro que sonreía con diversión.
—Hablaste en voz alta—le explicó aún sonriendo.
—Yo, no... —negó Draco sin saber que decir.
—Estoy acostumbrado a que la gente se haga esas preguntas—levantó sus hombros restándole importancia.
Draco no era valiente. Una de las razones por la que no es Griffyndor. Pero no sabía de dónde había sacado su valentía al momento de acercarse con urgencia a Leonardo, llamando su atención en el momento.
—¿Qué es lo que...?
Se quedó callado al sentir los labios de Draco sobre los suyos. Se quedó piedra y vio como él chico se alejaba con vergüenza.
—No quería...
Esta vez fue Leonardo quien lo beso y callo al mismo tiempo. Sentir los labios cálidos y suabes del chico había hecho que su corazón volviera a latir como no lo había hecho desde hace tiempo.
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