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EPÍLOGO
ESTACIÓN 9¾
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  LOS NIÑOS CORRÍAN DE UN LADO AL OTRO. La felicidad rondaba por el aire, era 11 de septiembre, por lo que los niños volvían a Hogwarts. En algunos casos, el primer año de muchos.

Ese era el caso del castaño que caminaba mirando todo a su alrededor, sentía una felicidad en su interior por su primer año de hogwarts. Su madre le había dicho que sería un lugar mágico que lo haría feliz durante sus siete años ahí. Su padre por su parte dijo que se divertiría.

—Leonardo, cariño.—el niño se giró para ver a su madre sonreírle.—¿Estás bien?

Leo apretó sus labios mientras arrugaba su frente y asentía.

—No hay nada que temer, Hogwarts es un lugar increíble según tu padre.—lo ánimo su mamá.

Leo sabía que su madre había asistido a Beauxbatons y que el y su padre se habían conocido en un viajé.

—Y tengo razón.—una segunda voz habló.

Draco Malfoy le sonrió a su hijo menor acariciando su cabello. Después de la guerra, Draco se enteró sobre la fortuna que había quedado a su nombre, al igual que las muchas propiedades. Por lo que queriendo visitar una, viajo a Francia donde conoció a Katherine Fox, una linda chica castaña de una familia sangre pura. La mujer lo ayudo mucho en los momentos más difíciles de Draco y el no pudo evitar enamorarse.

Con el tiempo se casaron teniendo a su primer hijo, Scorpius, un año después tuvieron a Leonardo, el nombre en honor al hombre más importante para Draco.

—Estoy segura de que te vas a divertir en Hogwarts.—menciono Katherine sonriendo.

—Mamá, tiene razón.—su hermano Scorpius apareció sonriendo. El niño estaba listo para su segundo año.—Hogwarts es genial.

—Tan genial, que siempre nos llaman por tu comportamiento mocoso.—dijo Draco empujando a su hijo mayor quien lo miro ofendido.

—¡Oye!

—¡Scorpius Malfoy!—el gritó de su madre lo alarmó.

—¡Esta mintiendo, mamá!—señalo a Draco quién reía con diversión.

El hombre miro a su hijo menor quien parecía aterrado.

—Oye, todo estará bien.—se agachó a su altura.—Estoy seguro de que Hogwarts va a encantarte.

—¿Qué es lo que más te gustaba de ahí?—pregunto con curiosidad.

—Muchas cosas en realidad, pero mi favorita era ver las estrellas en la torre de astronomía.—susurro cómo si de un secreto se tratase.

—¿Yo podré verlas también?—pregunto con ilusión.

—Por supuesto, pero primero tienes que subir al tren.—su hijo menor asintio sonriendo dándole un abrazo a su padre con cariño.—Cuidate Leo..

—¡Adiós papá!—agito su mano corriendo a despedirse de su madre.

—Adiós Leo...

Draco miro a su hijo subir al tren agitando su mano en forma de despedida, el también levantó la suya y sonrió. Katherine se acercó a el dándole un abrazo, después de todo lo que pasó, era feliz y estaba contento de la vida que tenía. Y los corazones rotos siempre pueden ser reparados.

FIN

M4LFOY17 | 25 — 09 — 22