𝒸𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁ℴ
𝙴𝚕 𝚟𝚊𝚌𝚒́𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝙴𝚐𝚘

Competir.

Aki siempre competía, con rivales, amigos e incluso consigo mismo.

Quizás ese fue el motivo por el cual nunca pudo relacionarse más allá de lo superficial con sus compañeros.

No se sentía culpable, la soledad aun no lo alcanzaba pero-

— Que acaba de pasar. — Murmura el contrincante sin saber que había ocurrido.

El albino solo cubre su boca tratando de contener las carcajadas. Mash era todo un personaje.

Incluso la profesora se vio impresionada.

— ¡UN RÉCORD MUNDIAL!. — Gritó la profesora y pudo jurar que sus ojos se saldrían de sus cuencas.

Sin embargo, eso no era más que un truco barato que implicaba fuerza y velocidad.

— Finn, ¿lo viste?. — Pregunta Aki acercándose al chico de mechón. — Subestime la velocidad de Mash la verdad.

— Fue rápido pero... al iniciar lanzó la escoba, luego se puso a correr de inmediato y aprovechó la resistencia del aire para acercarse y luego subirse. — Explica el chico.

— Ah, yo solo vi cuando salto. — Comenta apenado. — Eres buen observador.

— ¿Tu crees?.

— Claro, yo nunca doy cumplidos a gente que no se las merece. — Un pequeño aire de superioridad aparece en su voz haciendo reír al chico.

— ¡¿Hiciste trampa, verdad?!. — Grita enfadado aquel chico mientras corre hacia el cabecita de hongo. — ¡Es imposible!.

— Es triste que tu percepción alterada no acepte la realidad. — Contraataca Mash. — Me das pena.

— Que buena frase. ¡Anotala Finn!. — El chico de mechón solo saca una pequeña libreta de su capa y comienza a escribir.

Aki solo observa como escribe mientras se recarga en su espalda.

— ¿De donde sacaste la libreta?. — Le cuestiona pero Finn solo se encogió de hombros.

— Mejor olvídate de nuestro trato, no eres competencia.

— Uy. — Dicen Aki y Finn al unísono.

Antes de que pudiera seguir discutiendo, la boca del chico es sellada con magia mientras un rubio entra en escena tratando de calmar las cosas.

— Lamento lo que te dijo, por favor perdona a mi amigo. — El rubio se pone frente a Mash pero el parece no darle importancia.

— Uh, no te preocupes.

"Algo no está bien" Piensa Aki al ver a todos sus compañeros susurras cosas de lo malo que era el tal Cavill.

— La verdad, tu carrera me llamó mucho la atención, ¿te gustaria ser mi amigo?

— Claro. — Dice Mash pero Aki ya se estaba comiendo las uñas de los nervios, ¿que no escucha lo que dicen de él?.

— Me llamo Lloyd Cavill, un placer. — Se presenta el rubio con una sonrisa.

— ¿Te llamas Soy Jardín?. — Pregunta Mash con inocencia pero eso solo parece hacer enojar al rubio.

Mueve su mano seguramente en busca de su varita.

— Alto. — Habla Aki, lo suficientemente fuerte para detener los movimientos del rubio.

Pocos segundos después aparece la profesora. — Pongan atencion, aun estamos en clase.

— Disculpe profesora. — Habla el rubio mirando a Mash. — Eres bastante interesante, ven aqui despues de clases.

El tono, incluso las palabras no parecen un halago y eso era mas que evidente. El pequeño Gojo lo mira con ojos entrecerrados y cuando cruzan miradas el destello se desata.

— ¿Y quien era ese?. — Pregunta Mash caminando a lado de Finn y Aki, el ultimo esta muy callado y eso les preocupa.

— Cavill iba en la misma secundaria que yo. — Responde Finn.

— Entonces, ¿por qué todos le tienen miedo?.

— Bueno, por que es... — Finn duda un poco incluso frunce las cejas. — Es hijo de un alto funcionario de la agencia de magia y como sabes en nuestro mundo la agencia es la mas alta autoridad.

Mash mira hacia otro lado, no. no sabia eso.

— ¿Que hice?. — Pregunta un poco tembloroso.

— Lo correcto. — Por fin se digna a hablar el albino. — Se lleva bien con este o con aquel, pueden guardarse todas esas idioteces... ¿qué sentido tiene ser fuerte si ni siquiera son capaces de reconocerte por tus méritos?.

La mirada seria en el rostro de Aki preocupa a Finn, ambos amigos lo ven alejarse sin oportunidad de dejarles hablar.

— ¿Esta enojado?. — Cuestiona Mash al verlo apretar los puños. — Le haré panecillos con crema cuando terminen las clases, eso lo animara.

— Si, eso creo.

Cavill espera pacientemente encontrarse con Mash, sin embargo, otra persona aparece frente a el.

Su sonrisa crece al reconocer la gabardina negra junto a esos ojos violetas.

— Aki Gojo, es un placer verte. — Dice el rubio acercándose a él.

— Me gustaría decir lo mismo.

Un ligero silencio se hace presente. Cavill truena los dedos y hace que sus acompañantes salgan corriendo.

— Ya estamos solos asi que sientete libre de expresarte como desees.

— No es necesario. Tampoco planeo quedarme mucho tiempo.

El rubio forzó una sonrisa, abre los ojos azules y se cruza de brazos.

— Entonces, ¿qué quieres?

Mientras regresa puede observar a Mash junto a una gran bandeja de panecillos.

— Hice panecillos con crema. — Dice el chico. — Me comí la mitad pero te deje algunos.

Tarda unos segundos en responder pero finalmente enboza una sonrisa.

— Si, gracias.

Aunque me quieran meter ideas a la cabeza no lo van a lograr por que yo lo conozco más que ustedes.

Aki, mi protegido.