ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ④
𝚊 𝚕𝚊 𝚌𝚒𝚖𝚊

La aparición del director junto al visionario divino legendario causaron revuelo en los estudiantes.

— Ahora vamos a hacer las entrevistas finales. — Agregó el director. — Yo supervisaré el examen a partir de este momento.

— Director ¿que hace aquí?. — Dijo el idiota.

— Y tu Lucci. — El mayor paso la vista a su nieto quien seguía mirando el piso. — Por favor pasa más tarde a mi despacho.

Las piernas del hombre temblaron y cayó de rodillas, el miedo lo invadió. Satoru estaba viéndolo fijamente con los puños totalmente cerrados marcando sus venas.

— No te preocupes anciano. — Hablo Gojo poniendo sus pies en el suelo. — Puede pasar conmigo primero.

Los puños chocaron entre sí y el crujido de sus dedos fue suficiente para hacerlo llorar.

— Bien, ahora que venga el primero de los aspirantes. — Con esas palabras Mash desapareció entre destellos alertando a los aspirantes.

La mirada de Aki recayó en su papá quien posiblemente acabaría haciendo la vida de Lucci en un infierno.

¿Le importaba? No mucho la verdad.

En pasos silenciosos y aprovechando la distracción de todos se acercó a su padre tomándolo del brazo.

— Pensé que ibas a entrevistar junto al abuelo. — Susurro la cebollita.

Ignorando como el inspector era sometido en el suelo por su padre, quien tenía uno de sus pies apoyado en su espalda.

— No me dejo. — Se quejó el albino. — Me dan ganas de reírme cuando tengo que estar callado.

Le dio la razón. Abrazo el torso de su progenitor y oculto su rostro en su pecho.

— Aki.

— ¿Si?

— Eres mi mayor orgullo, lo sabes ¿verdad, hijo? — El tono tan suave con el que habló lo hizo retener las lágrimas. — Todo en ti, me hace sentir orgulloso.

Quiso quedarse un poco más en su abrazo pero se vio envuelto en los mismos destellos que Mash y fue transportado al área de entrevistas.

Lo primero que vio fue a su abuelo, mirándolo como si fuera lo más entretenido del momento

— Si me permites ser informal, haré la entrevista más rápida Aki. — Los demás evaluadores se quedaron estupefactos ante la actitud del director.

— Gracias por recibirme, abuelo.

El mayor sonrio. — ¿Porque estas aqui? 

— ¿Para aprender magia?. — Contestó.

— Tu ya perteneces a un linaje que sobresale en magos que podrían enseñarte mejor que nadie el uso de la misma. — Lo estaba retando, eso era seguro.

El chico dio un suspiro largo, su garganta pareció cerrarse.

— Si no me contestas lo tomaré como una desaprobación directa.

— ¡Porque-!. — Titubeo un poco. — ¡Quiero superar a mi padre! ¡Ya no quiero estar bajo la sombra de Satoru Gojo!

El corazón de Aki aceleró sus latidos y entonces una mirada determinaba apareció en su rostro.

— ¡Me convertiré en el hechicero más poderoso de todos los tiempos!

— ¿Y que si no lo logras?

— Lo intentaré una y otra vez hasta conseguirlo.

Determinación.

Fuerza de voluntad.

Y un buen motivo.

Todo aquello que Aki Gojo reflejo en sus ojos fue suficiente para hacer aprobatorio su ingreso.

— Bienvenido a nuestra academia de magia, Gojo. — El mayor pronunció su apellido con mas fuerza para molestar a su nieto.

Si, lo amaba muchisimo pero tambien le gustaba hacerle bromas.

— ¡Abuelo!

Su primera clase estaba frente a él.  ¿Le estaba prestando atención? Tal vez.

— Hoy vamos a aprender el conjuro más básico. — Explicó la profesora. — El de abrir cerraduras.

Como ejemplo tomo un candado en sus manos y apuntó su varita hacia el objeto explicando el sencillo proceso.

Para Aki fue sencillo, eso fue lo primero que le explicó su tío después de que se quedara encerrado en el baño. 

Quiso observar el progreso de Mash pero lo único que recibió fue un candado totalmente roto.

— Oiga profe, ya lo abri.

La cara de la profesora paso de calmada a una completamente irritada, cubrió su boca en un vano intento de ocultar sus carcajadas.

— ¡Ahora escúchame! ¡El conjuro no se trataba de eso!. — Auch lo regaño. — ¡Esto es una escuela de magia! ¡Se viene a aprender magia, no a usar la fuerza!

— Pero se abrió ¿no?

— ¡Así no era!

— Es que a mi la magia se me da fatal. — Comentó Mash observando de reojo las carcajadas del peliblanco.

— ¿¡Y qué rayos haces en una escuela de magia!?

Verlo discutir con la profesora fue entretenido hasta que noto a tres estudiantes fuera del salón. 

"¿Y estos que?"

Aki te amo hijo. Los traumas serán mínimos para ti.