࣪ ٬ 𝟬𝟴. werewolf in need.
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🌕🐺˖ ࣪៹ ❛ 𝕭𝐎𝐑𝐃𝐄𝐑𝐋𝐈𝐍𝐄 ❜ ꒷៹ ˖🐺🌑
CAPÍTULO OCHO ━━ ❛ 𝒘𝒆𝒓𝒆𝒘𝒐𝒍𝒇 𝒊𝒏 𝒏𝒆𝒆𝒅 ❜
꒰# TEEN WOLF E4 T1 ; Bala mágica.
AL DÍA SIGUIENTE, Stiles recogió a Harper antes de ir a clase, como de costumbre. Harper se despidió de su abuela, que se estaba preparando para ir a trabajar, y salió corriendo por la puerta, aferrada a su mochila. Subió al muy familiar jeep y su sonrisa se desvaneció al ver la cara de ansiedad de Stiles.
—A juzgar por la sonrisa de tu cara, supongo que Scott no te ha contado lo que pasó anoche, ¿verdad? —Stiles suspiró mientras retrocedía por el camino de entrada y comenzaba su ruta habitual al instituto.
Harper frunció el ceño.
—No. ¿Qué pasa? ¿Está bien?
—Scott está bien —explicó Stiles—. Pero se ha enterado de algunas cosas. Como que la persona que lo mordió era un Alfa, y que el Alfa ronda por Beacon Hills.
Los ojos de Harper se abrieron de par en par.
—Si me hubieras dicho eso hace un par de meses, habría pensado que estabas absolutamente loco. Odio que esa frase en realidad tenga sentido para mí —gimió, pasándose una mano por el pelo.
Stiles se burló.
—Sí, bueno, nuestras vidas están muy lejos de ser normales ahora. Entonces... ¿qué pasó en tu cita de anoche? Dijiste que me lo contarías.
La castaña suspiró y se revolvió el pelo entre los dedos.
—Harry Dallas es uno de los mayores perdedores de la historia, es lo que descubrí.
Stiles frunció el ceño.
—¿Qué hizo?
—Fue bastante grosero y estuvo coqueteando conmigo todo el tiempo. Quiero decir, sé que se supone que es una cita en grupo o lo que sea, pero cuando me tocó el muslo, me enfadé.
Los ojos de Stiles se abrieron de par en par y agarró el volante con más fuerza.
—¿Él hizo eso? —gruñó.
Harper asintió.
—Me fui sin despedirme.
Stiles se rió secamente.
—Deberías haberle dado una bofetada o algo.
Harper puso los ojos en blanco.
—¿Cuándo he pegado yo a alguien? Además, me habrían echado a patadas de la bolera.
—Una vez me pegaste en el colegio —Stiles levantó las cejas.
—Me robaste el zumo —Harper se rió con cariño al recordarlo—. Y ni siquiera fue tan fuerte.
—Dejó un moretón —intervino Stiles.
Harper se encogió.
—Lo siento.
El chico de pelo rapado se limitó a sacudir la cabeza y reírse.
—No te disculpes. Eso fue hace como cuatro años.
—Aun así.
Unos ocho minutos más tarde aparcó en la parte trasera del aparcamiento del instituto y Harper se bajó, agradeciéndole el viaje. Él se encogió de hombros mientras sonaba el timbre.
—Te veo en historia.
Llegó la hora de Historia y la clase estaba recibiendo los exámenes con las notas. Harper observaba ansiosa cómo los alumnos recibían sus exámenes, sonriendo o suspirando decepcionados. Ella había estudiado tanto para este examen que esperaba haberlo hecho bien.
Harper estaba sentada al lado de Stiles cuando lo oyó empezar a susurrarle a Scott:
—Si Derek no es el Alfa, si él no te mordió, ¿quién lo hizo?
Sinceramente, ella se había estado preguntando lo mismo.
Scott no dijo nada por un momento, sus hombros finalmente se movieron hacia arriba para encogerse de hombros.
—No lo sé —susurró como respuesta, sin darse la vuelta para mirarles a ambos.
Stiles puso los ojos en blanco, molesto.
—¿El Alfa mató al conductor? —volvió a preguntar él.
—No lo sé —susurró el hombre lobo, girando la cabeza ligeramente hacia atrás.
Stiles suspiró con fuerza, pensando por un momento, antes de inclinarse de nuevo hacia delante y susurrar:
—¿El padre de Allison sabe─
—¡No lo sé! —Scott se giró bruscamente para gritarle, cortando a Stiles.
Harper frunció el ceño mientras todos se giraban para mirar a los dos chicos.
—Cielos —Stiles se frotó torpemente el cuello antes de que su hoja de examen fuera colocada en el pupitre frente a él.
Levantó la hoja de examen para enseñárselo a la castaña, mostrándole que había sacado una «A». Harper le devolvió la sonrisa mientras Scott recibía su propia hoja. Incluso desde allí pudo ver la enorme «D-» roja garabateada en el frente. Su sonrisa vaciló.
Stiles se inclinó hacia delante.
—Tío, tienes que estudiar más.
Scott no dijo nada, sino que dejó de golpe su examen otra vez sobre la mesa.
—Stiles sólo estaba de broma, Scott. Sólo es un examen. Vas a recuperarlo. —Harper lo consoló mientras el profesor dejaba su examen sobre el pupitre. Esbozó una sonrisa— ¡Eh, he sacado una A!
Stiles sonrió.
—¿Ves? Harper y yo estudiamos juntos y sacamos sobresalientes. Si quieres puedes estudiar con nosotros.
El moreno de pelo alborotado suspiró, negando con la cabeza.
—Iré a estudiar con Allison después —les dijo.
Stiles pareció sorprendido.
—Ese es mi chico —sonrió.
Harper puso mentalmente los ojos en blanco.
—Sólo estudiar.
—Ah, ah, no estudiaréis.
—¿No estudiaremos? —repitió Scott en voz baja, confundido.
—No si me veo obligado a vivir tu vida —afirmó él—. Como hoy vayas a su casa y no aproveches esa grandiosa oportunidad, te juro por Dios que te castro.
—Vale —Scott se dio rápido la vuelta—. Pero, deja de hacer preguntas, tronco.
Stiles asintió.
—Hecho. No más preguntas. No hablemos más ni del Alfa, ni de Derek —hizo una pausa por un momento—. Sobre todo de Derek, que todavía me da miedo.
Harper soltó una risita ante la confesión de Stiles antes de que sonara el timbre. Se levantó apresuradamente, metiendo todos sus libros en la mochila.
—Tengo que ir rápido a recoger algunas cosas de mi clase de mates, pero nos vemos después, ¿vale? —les dijo.
Scott asintió.
—Vale.
Harper sonrió y comenzó a alejarse. Justo cuando estaba a medio camino de salir por la puerta oyó que empezaban a hablar otra vez, o más bien que Scott empezaba a hablar otra vez.
—Tú siempre desperdicias tu oportunidad con Harper─
—¡Cállate!
A Harper le dio un vuelco el corazón al poner un pie fuera de la clase, fingiendo no haber oído la última parte de su conversación. Podía sentir cómo se le calentaban las mejillas y se sentía extremadamente abrumada.
¿Le gustaba a Stiles?
—¿Qué tal última hora con el señor Rellings? —preguntó Harper, riéndose ligeramente de su mejor amigo, que simplemente negó con la cabeza y la fulminó con la mirada.
—Horrible. Necesito que me ayudes a estudiar álgebra, como desesperadamente. Mañana tengo un examen y lo más probable es que suspenda si no consigo ayuda de inmediato —afirmó Stiles dramáticamente, poniendo los ojos en blanco.
Harper sonrió.
—Podemos ir a tu casa a estudiar, si quieres. Mi abuela trabaja hasta las ocho esta noche, así que estoy libre —ofreció dulcemente.
Los ojos de Stiles se abrieron de par en par.
—¿En serio? Oh, Dios mío, eres un salvavidas, Harper Verum. —La agarró en un abrazo, apretándola lo suficiente para que el aire escapara de sus pulmones por un segundo— Gracias. Gracias. Muchísimas gracias. De verdad.
Harper simplemente se echó a reír.
—No hace falta que me des las gracias. ¿Has olvidado que yo aprobé por los pelos mi examen de álgebra?
Stiles resopló.
—Sí, pero aún así aprobaste, que es mejor de lo que lo haría yo —exclamó mientras subía al jeep, tirando su mochila en el asiento trasero. Harper se sentó en el otro asiento, haciendo lo mismo con su mochila.
Stiles empezó a salir del aparcamiento cuando una figura vestida de negro se puso delante del jeep y le tendió la mano para que parara. Stiles se asustó y pisó inmediatamente el freno, haciendo chirriar los neumáticos.
—Oh, Dios mío —Harper se llevó una mano al corazón, parpadeando al reconocer la figura como Derek Hale.
Estaba pálido y sudoroso, y sólo permaneció en pie unos segundos antes de desplomarse en el suelo. Sus ojos se abrieron de par en par y rápidamente se desabrochó el cinturón de seguridad, saliendo corriendo a ayudar. Las bocinas de los coches empezaron a sonar detrás del jeep mientras Scott se acercaba corriendo.
—¿Qué demonios? —siseó Scott a Stiles, que salió del coche tras él.
Harper se arrodilló en la carretera, Scott al lado de ella.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Scott habló en voz baja para que nadie más pudiera oír.
—Me han disparado —Derek jadeó mientras se sujetaba el brazo.
Stiles frunció el ceño.
—No tiene buen aspecto, chicos.
—¿Por qué no te curas? —le preguntó Harper, apartándose el pelo caído de los ojos y acomodándoselo detrás de las orejas.
Derek negó con la cabeza, resollando ligeramente.
—No puedo —murmuró—. Era... era una bala diferente.
Los ojos de Stiles se abrieron de par en par.
—¿Una bala de plata?
—No, idiota —Derek miró por fin hacia arriba para fulminarle con la mirada. Se sorprendió de lo enfermo que parecía de cerca, sus ojos estaban enrojecidos y parecía un cadáver andante.
Scott parecía haberse dado cuenta de algo.
—Espera. A esto se refería con lo de cuarenta y ocho horas —le contó a Derek.
El hombre lobo mayor jadeó, mirando frenéticamente al otro mejor amigo de Harper.
—¿Qué? ¿Q-quién dijo eso? —preguntó él débilmente.
—La que te disparó.
De repente, los ojos de Derek brillaron con uno de los azules más intensos que Harper había visto nunca, y toda su cara se estremeció mientras se encogía, gimiendo y respirando hondo para intentar detener el dolor. Harper frunció el ceño, preocupada por él.
Más bocinas de coches sonaron y Scott miró a su alrededor con preocupación antes de volver a mirar a Derek.
—¿Qué estás haciendo? —siseó— ¡Para ya!
Derek lo fulminó con la mirada, y sus ojos volvieron a ponerse azules.
—¡Intento decirte que no puedo! —le espetó enfadado.
—Derek, levanta.
Las bocinas de los coches no paraban, el molesto ruido repetido taladraba el cerebro de Harper mientras la gente empezaba a detenerse y mirar, preguntándose por qué demonios un hombre de veintitantos años había colapsado en el aparcamiento del instituto Beacon Hills.
—Scott —le advirtió Harper al ver que Jackson y Allison salían de sus coches—. Quizá quieras darte prisa.
Scott asintió, yendo detrás de Derek para levantarlo.
—Tenemos que meterlo en el jeep —instruyó Scott, guiando al hombre lobo a sus pies.
Puso a Derek en el asiento trasero, cerrando la puerta y mirando a su alrededor con ansiedad. El pálido y enfermo Derek miró a Scott con impotencia.
—Necesito que descubras el tipo de bala.
Scott frunció el ceño.
—¿Y cómo quieres que lo averigüe?
Derek no se inmutó.
—Ella es una Argent. Está con ellos.
—¿Por qué tendría que ayudarte?
Derek respiró pesadamente.
—Porque me necesitas.
Harper levantó la vista, viendo que Allison empezaba a acercarse.
—De acuerdo —soltó él rápidamente—. Lo intentaré. Largaos de aquí.
Harper se subió al asiento del copiloto mientras Scott se apartaba del coche. Stiles saltó al asiento del conductor y se giró para mirar a Scott.
—Te voy a odiar mucho por esto —gruñó él antes de arrancar.
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