: : :*ೃ࿔୭ 𝐊𝐢𝐫𝐢𝐬𝐡𝐢𝐦𝐚 𝐄𝐢𝐣𝐢𝐫𝐨 ミ
➽❀Día 5: Reencarnación
【 Eijiro Kirishima 】
Advertencia: Escrito viejo (2018) todo normal, creo, algunos comentarios un poco Ooc pero nada desastroso lo juro(¿ lkasjdas
Narra Kirishima:
-¡Hey! ¿Acaso me estás escuchando? -escuché que me preguntaba Bakugo a la lejanía, pero simplemente no le hice caso alguno- ¡Oye, te estoy hablando, maldita sea! -gritó aun más fuerte.
Sin embargo, sus palabras en ese momento solo parecían unos simples murmullos para mí, por lo que seguí en mi ensoñación.
-Este ya está pendejo... -dijo Kaminari refiriéndose a mí, pero simplemente no le hice caso alguno.
Lo único que hice fue observarla a ella.
Hace más de unas semanas había conocido a una chica que me traía loco de pies a cabeza, no sabía muy bien por qué, pero desde el primer instante en el que habíamos cruzado palabras, esa joven de cabellos azabaches me había cautivado por completo.
Era un día de lluvia bastante intenso, al parecer el clima nos había sorprendido a todos porque ninguno de nosotros llevaba un paraguas consigo, por lo que, teníamos que ir corriendo a nuestras casas para no mojarnos.
Ni bien nos habían dado el permiso para salir de la academia, todos corrieron despavoridos como el viento, cubriéndose con algunas de sus chamarras o cuadernos escolares. Muchos alumnos se fueron hasta la estación de tren, mientras que otros, al vivir cerca, corrimos directamente hacia nuestros hogares.
A empujones y tropezones por doquier, pude lograr salir de la multitud sin ser muy dañado, pues había activado mi particularidad para que no me pasase nada ante los golpes entre los estudiantes de todas las clases. Con las manos encima de mi cabeza, corrí para llegar cuanto antes a mi casa, sin embargo, la lluvia solo iba en aumento conforme pasaban los minutos.
No tuve otra opción que quedarme parado debajo del techo de una parada de autobús, esperando a que la lluvia pasase un poco. Esperé unos minutos y solo podía ver cómo la lluvia iba aumentando, junto a un cielo color grisáceo que se tornaba cada vez más y más oscuro.
-¡Demonios! -el quejido de una chica hizo que volteara a mi izquierda, a lo que la observé con sorpresa.
Una joven de una estatura mucho menor que la mía se encontraba sentada en la parada del autobús, tocándose el tobillo y haciendo unas muecas de dolor. Su cabello estaba bastante mojado pero aun así se podían observar unos pequeños rizos negros, apegándose a su rostro.
Ella volteó a verme de reojo y simplemente me quedé sin habla, teniendo ante mí a la chica más hermosa que había visto jamás.
Aquella chica no era la típica modelo rubia de ojos verdes y con una figura despampanante como las mujeres que salían en las revistas de Kaminari, no, ella era todo lo contrario a eso.
A simple vista no tenía el mejor cuerpo de todos, tanto su cabello como sus ojos eran de un color negro intenso, dándole un aspecto bastante sencillo.
Pero era perfecta así, pensé, siendo incapaz de dejar de mirarla a los ojos.
De pronto, una mueca algo extraña se cruzó por su rostro, cortando con nuestra mirada para dirigirla hacia sus pies.
Y recién en ese momento me había dado cuenta de que estaba sangrando.
-¿¡Qué te paso!? -no pude evitar preocuparme al ver su tobillo un poco ensangrentado, acercándome a ella.
-M-me caí... -dijo en un susurro algo débil, pero logré escucharla a la perfección.
Debió haber sido cuando salimos de la academia, pensé viendo que su uniforme era igual al mío, sin embargo, no recordaba haberla visto nunca antes en la escuela.
-Déjame ayudarte -pedí sacando una remera que traía en mi mochila, ofreciéndosela para que se la atase en el tobillo.
-N-no te molestes, en serio -habló apenada, intentando ocultar su sonrojo con su cabello, gesto que me pareció más adorable.
-¡Vamos, déjame hacerlo! -le sonreí para darle más confianza- ¡Ayudar a una mujer en apuros, eso sí es de hombres!
En ese momento no me importaba si la lluvia caía a mares sobre mi cuerpo. Dejando a mi mochila en el asiento de la parada, me arrodillé enfrente suyo, limpiando la herida lo mejor que pude. Le até mi remera a su tobillo para que no sintiese tanto el dolor, siendo lo más delicado posible para no lastimarla.
Cuando por fin terminé con mi cometido, levanté mi rostro para ver el suyo, quedando frente a frente.
Sus ojos se abrieron de par en par y parpadeó un poco, ruborizándose al instante al igual que yo por tal cercanía.
-Espero que te encuentres mejor -le sonreí ampliamente, intentando ocultar mis nervios-. Pronto la lluvia cesará, por mientras supongo que debemos quedarnos aquí, eh...
-______ -se presentó-, me llamo ______ Kimura, ¿y tú?
-Eijiro Kirishima -pasé mi mano detrás de mi nuca.
-Muchas gracias entonces, Kirishima-kun -me agradeció y brindó una sonrisa, la más bonita que había visto en toda mi vida.
Ese día nos habíamos quedado platicando un poco en aquella parada, esperando a que la lluvia se pasase al menos un poco. No sabía por qué, pero hablar con ella no se me hacía muy difícil a decir verdad. Las palabras salían solas con mucha fluidez, como si nos conociéramos de toda la vida.
Los días fueron pasando con tranquilidad pero simplemente mi cabeza estaba en otro lado, pensando en aquella chica.
Intenté buscarla infinidades de veces por la academia, sobre todo en los recesos. Por instinto, me paseaba por todos lados en la cafetería de la escuela, queriendo encontrarla, pero ni siquiera yo sabía muy bien para qué, solo tenía la necesidad de verla de nuevo.
Y una vez lo hice, justo cuando estaba en la fila para ir a comprar algo, la vi a ella a unas cuantas personas delante de mí. La azabache estaba esperando pacientemente mientras entablaba una conversación con un chico de cabello lila que reconocí al instante, pues ese tipo había peleado contra Midoriya en el festival deportivo.
Los seguí con la mirada y se fueron a sentar a unas dos mesas en donde estaba yo con mis amigos, lo cual me dio un vuelco al corazón. Su cabello esta vez era un poco más rizado que antes y sus movimientos eran tranquilos y delicados, dándole un aspecto de una muñeca de porcelana.
Bueno quizás estaba exagerando un poco pero es que así lo sentía. No sabía por qué, pero cada vez que volteaba a verla, mi corazón comenzaba a palpitar cada vez más y más.
Esto no es normal, pensaba para mis adentros.
-¿Entonces dices que solo has hablado con ella una vez? -me preguntó Sero, sacándome de mis pensamientos.
-Así es... Pero no sé por qué, cuando la veo, siento que mi corazón quiere salirse de mi pecho -admití un poco avergonzado, tomando un poco de mi jugo de naranja.
-Es muy bonita -sonrió Kaminari mientras la observaba fijamente-. ¿Entonces te gusta?
-¿¡Eh!? -mis mejillas adquirieron un pequeño calor en ellas, haciéndome bajar la mirada- N-no lo creo... es que esto es algo repentino, no puede gustarme así como así.
-¿Entonces puedo salir con ella? -dijo el rubio eléctrico.
No sabía por qué, pero ese comentario suyo me había molestado un poco.
-Y yo que sé -mi respuesta había sonado un poco borde, pero es que no lo había podido evitar.
-Si te gusta tanto, ve a hablarle y punto -gruñó Bakugo a mi lado, llamando mi atención.
-Es que ella no me...
-¿¡Crees que soy estúpido, ah!? Desde hace semanas lo único que haces es acosarla con la mirada, te la pasas pensando en ella todo el tiempo, me tienes harto con eso -chasqueó la lengua cruzándose de brazos-. ¡Solo ve a hablarle, maldita sea!
-¿Cómo te sientes cuando piensas en ella, Kirishima? -preguntó el pelinegro dándole un mordisco a su hamburguesa.
-Pues... No lo sé, siento bonito -admití con una sonrisa-. Nunca había sentido esto antes pero un pequeño cosquilleo crece en mi interior, llenándome de adrenalina y a veces quiero hablarle.
-¿Y por qué no lo haces, hombre? -Kaminari se metió- Solo vas y le hablas como dijo Bakugo, es sencillo encarar a una chica.
-Me apena mucho, la verdad -confesé jugando con mis dedos, pues nunca me había sentido tan nervioso hablando de un tema-. Esto es muy extraño... Incluso a veces creo verla frente al espejo de mi baño, creo que estoy alucinando.
Me tomé la cabeza con ambas manos, es que simplemente esa chica no paraba de dar vueltas en mi mente.
-¿La has visto en el espejo? -murmuró Kaminari en voz baja, a lo que levanté la cabeza y asentí- Eso ya es... Estás loco, bro.
-No te creo -se rió Sero y siguió comiendo, burlándose de mí.
-¿Y ella se mueve cuando está en el espejo? -esta vez quien habló fue Bakugo, sorprendiéndonos a todos.
-¿Acaso le crees?
-Silencio, cara de cinta -gruñó el rubio-. ¡Y tú, contesta, pelo pincho!
-Eh... Sí, a veces se mueve y siento que nos observamos el uno al otro -admití con un sonrojo, pues esto era muy irreal como para ser verdad-. Antes no la veía en mi espejo pero desde que la conocí, ha estado allí, ¿por qué?
Katsuki solo soltó un suspiro y frunció el ceño, luego hizo una mueca de desagrado pero continuó hablando.
-Ella es tu jodida mitad, entonces -dijo, pero al ver que me quedé mirándolo con confusión, siguió:- ¡Es tu alma gemela, joder!
-¿Alma gemela...?
-Esas cosas no existen, son cuentos de niños, Bakugo -se burló Kaminari haciendo enojar a Blasty.
-¡Claro que sí! -bufó molesto, apartando la mirada- Según he leído, las almas que están destinadas a estar juntos por siempre, reencarnan una y otra vez, esperando encontrarse en la siguiente vida y todo ese cuento.
-Es raro oír eso de ti, bro -me reí débilmente, ganándome un golpe por su parte-. ¡Auch!
Sin embargo, ni bien había llegado al salón de clases, había agarrado mi teléfono celular, para poder investigar un poco al respecto sobre ese tema.
Esto no podía ser cierto, de seguro Katsuki me estaba jugando una broma pesada... ¿Verdad?
«Las almas gemelas en la reencarnación, son almas con las cuales se establece una conexión desde el primer momento, esta conexión es tan fuerte porque han compartido el karma, involucra pasión erótica, pero también existe un vínculo más poderoso.
Es la sensación del amor a primera vista, la energía que se siente es frenética, sin lógica, de alguna manera se altera todo, nuestro entorno y nosotros mismos, con manifestaciones emocionales, físicas y espirituales, creyendo ver a la otra persona en todos lados. El sentimiento que está en la base es el amor, lo que quiere decir que continuaremos vinculados por el amor verdadero a otras almas por siempre.»
Ni bien había terminado de leer ese artículo, mi rostro adquirió la misma tonalidad que mi cabello. Todas y cada una de las cosas que salían de aquí, eran las mismas que sentía cuando la veía, dejándome en un estado completamente tonto.
¿Acaso ella en verdad... podría ser mi alma gemela? Y, en caso de serlo... ¿Qué es lo que tendría que hacer? ¿Debería intentar acercarme a ella?
Miles y miles de preguntas sin respuestas invadieron mi mente en ese momento, poniéndome más nervioso de lo normal. Yo nunca me había enamorado de alguien, ni tampoco me había interesado alguna chica en el pasado, siempre había omitido pensamientos del amor en mí, pues nunca me creí ser alguien digno para estar con una chica.
A pesar de siempre ser uno de los más animados de la clase, los miedos y las inseguridades siempre habían estado presentes en mi interior, resguardadas en una caja en lo más profundo de mi corazón.
Sin embargo, lo que estaba comenzando a sentir por ______ era mucho más fuerte que mis malos pensamientos sobre mí mismo, por lo que, por primera vez en mi vida, quise mejorar como persona por alguien más.
Si ella era mi mitad, yo... quisiera ir a hablarle y al menos intentar ser su amigo, estar a su lado y cuidarla de todo mal. Yo quisiera ser su héroe, protegiéndola a todo momento y sacarle una sonrisa, porque... porque esa chica comenzaba a gustarme.
Con una sonrisa algo confiada, tomé valor y me decidí a hablarle el día de mañana en el almuerzo. Recogí todas mis cosas cuando finalizaron las clases y fui uno de los últimos en salir del salón, con Bakugo esperándome afuera.
-Te buscan, bastardo -señaló hacia atrás de él con su pulgar, totalmente indiferente.
Mi vista se posó sobre la azabache que había conocido el otro día y mi corazón comenzó a acelerarse en un dos por tres, dificultando mi respiración.
-Hola, etto... ¿Kirishima-kun, verdad? -preguntó con duda, sosteniendo una bolsa sobre su pecho.
-S-sí, eh... Kimura-san -el sonrojo en mis mejillas aumentó en consideración, al igual que mis nervios.
-Quería darle las gracias por lo del otro día y devolverle esto -me sonrió y me entregó la remera que le había dado, dando un paso al frente.
-No fue molestia, en serio -también le sonreí con más confianza, tomando aquella prenda y observando que la había lavado.
Ambos nos miramos a los ojos pero ninguno soltó la bolsa, quedándonos en una especie de trance. El silencio entre ambos era uno tranquilo y sereno, no sabía por qué, pero tenía unas inmensas ganas de abrazarla contra mi cuerpo.
Y eso iba a hacer, si alguien no me hubiese interrumpido.
-Aún estoy aquí -gruñó el rubio ceniza, sorprendiéndonos por completo y haciéndonos sonrojar.
Palabras: 2210
Kiribb :"v me es difícil escribir algo sobre él 😂😂😂 hice lo que pude ahhaahaha
Soy un asco en seguir con esta actividad xD pero ya que, subiré cuando pueda o tenga ideas para subir aquí :"v siento que no cumplo con las temáticas ahahhaha pero YOLO
Por cierto, ustedes que leen de todo, ¿qué es omegaverse? No tengo ni puta idea xd
Bч: ᥒoᥣxᥒgᥱrhᥙmᥲᥒ 🌺
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro