━━ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟏
❝—𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟏—❞
𝘚𝘌𝘊𝘜𝘌𝘚𝘛𝘙𝘖 𝘜𝘕 𝘋𝘐𝘖𝘚 𝘌𝘕 𝘊𝘌𝘕𝘛𝘙𝘈𝘓 𝘗𝘈𝘙𝘒
— Feliz cumpleaños Izzy.
Tomó el cupcake con la vela y pensó durante unos segundos en que pedir como deseo, después de todo no todos los días se cumplían 21 años. Miró el lago de central Park con una suave sonrisa, las parejas de enamorados paseaban montados en pequeños botes de remos riendo alegremente y se imaginó tener algo de eso.
Miró la vela de su pastelito y cerró los ojos, "un poco de suerte para encontrar un amor verdadero" pensó antes de finalmente soplar. Hacía años que había perdido a su padre, a los 5 años exactamente. Luego, cuando fue al orfanato, tuvo la fortuna de ser adoptada por una familia rica y cuando estos murieron en un accidente, a sus 18 pudo heredar una gran fortuna con la que podía costear su carrera en el arte.
Solo quería algo que pudiera durar para siempre, como el amor que una vez su padre dijo sentir por su madre, siempre hablaba de ella como lo más hermoso que le había sucedido en la vida. Incluso si está lo había abandonado cuando ella nació, seguía hablando maravillas de ella. Izzy suspiró mientras daba un mordisco a su pastelito, su padre siempre deseó volver a ver a su madre, pero esta desapareció y nunca pudo tener esa oportunidad. Así que solo esperaba tener algo tan grande para ella misma.
— Era una mujer diferente, Izzy. Ojalá hubieras podido conocerla, era simplemente magnífica. Tuvo que irse por nuestro bien, estaríamos en peligro si no lo hacía.
Siempre se preguntó a qué era exactamente a lo que se refería con "diferente" pero seguro que ella también sabría la respuesta, si encontraba a la persona adecuada, comenzaba a oscurecer, así que decidió regresar a casa. Aún debía pensar en que podía entregarle a la galería de arte ese verano, su arte pasaba por mal momento y si continuaba así no entregaría nada con calidad suficiente.
Solo que se encontró con una oscuridad inusual, ella habría jurado que hasta hace unos segundos apenas estaba oscureciendo. Tomo sus cosas y comenzó a caminar con dirección a donde había dejado su auto. Pero entonces sintió la mirada penetrante de alguien sobre ella, al girar la cabeza había un tipo muy extraño con ojos amarillos, casi juro verle relamerse los labios como si hubiera visto a una buena presa.
Se apresuró a caminar más deprisa, pero aquel tipo también lo hizo, quiso pedir ayuda a alguien, pero no había ni una sola alma en central Park, se ocultó detrás de unos baños públicos y fue cuando miro una barra de metal con aspecto extraño ¿De qué material estaba hecho? No, eso no importaba, se dijo a sí misma. Cuando observo una sombra a punto de atacarla, tomo la barra y cerro los ojos.
— ¡Aléjate secuestrador! — dijo lanzando un duro golpe con esa barra de metal hacia el extraño que se encontraba persiguiéndola.
Al abrir los ojos todavía se encontraba asustada, pero se dio media vuelta para ver al tipo que la perseguía, pero se encontró con otra cosa. En definitiva, a quien había golpeado no parecía un asaltante y tampoco era quien había visto seguirla todo el camino. En ese instante comenzó a preocuparse muchísimos, tendría muchos problemas. Miro a su alrededor, pero aquella oscuridad que antes había sentido desapareció junto con aquel otro hombre.
— ¡Dios mío, he matado a una persona! — Izzy miro al pobre tipo que se encontraba en el suelo por culpa de su golpe defensivo, estaba en muchos problemas. Se acercó al hombre que se encontraba inconsciente y lo giro suavemente, se quedó sin palabras al instante. El tipo era increíblemente atractivo, a pesar de su aspecto un poco desaliñado por su barba desprolija, seguía siendo muy guapo. La castaña meneó la cabeza, eso no era importante ¿Cierto?
Miro a su alrededor intentando buscar una solución responsable, pero de alguna forma todas le llevaban a la cárcel y es que no tenía mucha curiosidad por conocer las rejas de una comisaria. Tomo las llaves de su auto y con la poca fuerza que tenía arrastro al hombre al interior del asiento trasero, este gimió de dolor pero no despertó. Para su fortuna vivía sola en una casa y nadie le preguntaría por el tipo que traía en su auto.
Arrastro al hombre al interior de su casa y lo puso en el sofá, no tenía sangre en la cabeza a pesar del golpe, pero continuaba inconsciente, tomo algo de alcohol e intento despertarlo con un algodón. Tras un minuto él comenzó a moverse y abrir los ojos lentamente, sus ojos la señalaban con furia absoluta.
— Tu mocosa, ¿qué pretendías secuestrándome?
— ¿Secuestrarte? Te traje hasta mi casa porque te golpeaste muy fuerte la cabeza — Izzy recordó el pedazo de metal con el que lo había golpeado dentro de su auto — Eso pasó, sí.
— No te hagas la tonta niña, tú fuiste la que casi me mata con esa cosa.
— En primer lugar, cumplí 21 años esta tarde y en segundo lugar, no quise matar a nadie, pero estábamos en central Park y estaba oscuro ¡Pensé que deseaban secuestrarme!
— Si Zeus no jodiera tanto con no poder asesinar humanos, ya estaría tomando tu alma y torturándola en miles de formas posibles — Dice haciendo el intento de un estrangulamiento, Izzy se preguntó si intentaba asustarla o algo así...
— ¿Zeus? ¿Como el de los caballeros del zodiaco? Buena serie, por cierto — El hombre deja salir un suspiro de irritación y frustración.
— Sabía que los humanos no eran listos, pero tú los superas a todos... Yo soy un dios Olímpico, mocosa tonta — ¿Un dios? De alguna forma su mente lo asimilo como algo verdadero y las imágenes de sucesos extraños a lo largo de su vida, sucediendo uno tras otro que había descartado como "coincidencias" si... — Y estás comenzando a colmar mi paciencia.
— Entonces, si los dioses existen... ¿Tú quien eres?
— Tu pequeña mente no procesa todo tan rápido, ¿cierto? — Dice tomando la almohadilla fría y colocándola detrás de su cabeza — Estás hablando con Hades en persona.
— Qué genial. Eres el señor de los muertos — Él rueda los ojos ante sus palabras — Debe ser grandioso, ¿Y como es?
— ¿El inframundo? Oscuro, lúgubre y lleno de muertos para variar — responde sarcástico mientras tira la almohadilla sobre la mesa — Y cuando me aburro torturo las almas de niñas que preguntan demasiado.
— No soy una niña, oficialmente cumplí 21 años hoy y soy una adulta legal — Izzy ignoró el sarcasmo del dios y le sirvió una taza de té — No soy buena cocinando, pero se me da bien los tés orgánicos, este ayudará a tu dolor de cabeza.
— Soy un dios, no necesito esas cosas. Debo darme prisa, esos monstruos tienen en su poder algo que necesito y con esta estúpida guerra no tengo tiempo para perder.
— ¿Te refieres a esos monstruos de afuera? — Izzy trago con fuerza al ver monstruos que solo habían sido descritos como mitológicos, acercarse a su casita, Hades se asomó por la ventana y maldijo mientras hacía aparecer un casco negro — ¿Qué vas a hacer?
— Yo nada, tú, en cambio... arréglatelas — La castaña entro en pánico ¿Qué podía hacer contra un ejército de monstruos ella sola? — Encuentra otro tubo de bronce celestial y golpéalos hasta la muerte.
— Ya dije que fue un accidente, pensaba que me secuestraban y por eso lance un golpe sin mirar bien, pero no puedes dejarme solita aquí con todos esos monstruos que desean comerme — El dios pareció dudar y eso era bueno, ¿no? Termino rodando los ojos y la atrajo hacia él — No sueltes mi mano y cierra los ojos, no quiero tener que dar cuentas de haberte dejado más tonta.
— ¿Qué vas...?
— Guarda silencio y haz lo que te digo.
Izzy hizo lo que este había solicitado, después de todo estaba salvándola de la muerte segura. Cerro los ojos y sintió un gran escalofrío recorriéndola entera, sin embargo, se aferró a las palabras dichas por el dios. De pronto el ambiente era fresco y se escuchaba el cantar de algunas aves, como lechuzas.
— Ya puedes abrir los ojos.
Izzy miro a su alrededor una gran cantidad de árboles y al final de una colina un gran arco de piedra, era impresionante.
— Ese de ahí, es el campamento mestizo. Un campamento para mocosos con sangre divina.
— ¿Sangre divina? ¿Cómo semidioses? — El dios asintió mientras rodaba los ojos — ¿Por qué estamos aquí?
— Me sorprende que ningún monstruo te hubiera encontrado o molestado nunca, hasta el día de hoy... pero eso no es asunto mío. Como sea, no eres nada común si logras ver monstruos y menos si ves a los dioses, por lo que seguro eres un semidiós.
— ¿Yo?
— Sí, tú, ahora debes ir a ese arco y cruzarlo. Dentro te dirán todo lo que necesites, ya hice demasiado trayéndote hasta aquí y salvándote la vida. — Comenta mirandola por unos segundos — No le digas a nadie que te traje hasta aqui, llegaste sola. Y otra cosa, no regreses a tu casa por un tiempo, mi gente seguro ya se encargo de esos monstruos pero.... por seguridad. Hasta nunca, mocosa demente.
— Hasta luego, señor.
❝— NO OLVIDES POR FAVOR—❞
— comentar, votar y compartir —
Spoiler, izzy no es una semidiosa comun, ya veran.
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