Capítulo 3
—Gou... ¿me puedes explicar por qué no quieres ir con los demás niños?— La tutora de la escuela del pequeño oji azul siempre lo veía muy solo, por eso decidió preguntarle al chico que le pasaba y si se lo podía explicar.
Lo que no esperaba era ver el rostro de Gou siendo teñido de un suave carmín y observar como de los ojos de este salían lágrimas sin control alguno. Chloe, que veía todo esto a la distancia quiso acercarse a su mejor amigo, hasta que empezó a escuchar ciertos murmullos juzgando a su compañero.
—Es un rarito, si no empieza a relacionarse acabará solo, como siempre lo hace.—Esa fue la gota que colmó el vaso para Chloe, hacía apenas una semana había vuelto de un bonito viaje a Sinnoh y ahora se encontraba viendo como su amigo era víctima de burlas.
—La que acabará sola serás tú con esa actitud basura que tienes. Piensas que juzgar a los demás es divertido porque no te lo hacen a ti.— La gran madurez en las palabras de una niña inocente como Chloe hizo que todo el mundo se parase a mirarla, incluyendo a Gou.—Estoy harta de ver cómo juzgáis a todos sabiendo que eso no os ha pasado nunca, ¡pues ojalá os pase!—Finalmente gritó aún más enfadada que antes.
—Venga ya Chloe, pensábamos que valías lo suficiente como para luego hacernos esto.— Chloe ya se encontraba abrazando a Gou, este solo soltaba leves jadeos de agradecimiento mientras sollozaba en su pecho.
—Vosotras no valéis lo suficiente como para creeros mejor que alguien, nadie es mejor que nadie. Que bueno que nuestra amistad se haya acabado aquí, no os aguanto más.— Mientras Chloe se retiraba con Gou hacia los baños escuchaba los llantos de las otras chicas. "Te voy a acusar con mi papá", "Creíamos que tenías algo de valor", "Los raritos nunca encajarán en la sociedad"... blah blah blah.
Chloe tapó los oídos de su mejor amigo mientras caminaban y ella hacía oídos sordos, no miró hacia atrás, ojos que no ven, corazón que no siente. Al llegar a los baños del final del pasillo Chloe infiltró a su amigo en el de las chicas, total, no había nadie ahí.
Al sentir las manos tensas de Gou se alarmó. La respiración del azabache estaba muy acelerada, apenas podía hablar y miraba hacia la pared sin importar que las lágrimas nublasen su vista o cuantas veces lo llamaba Chloe, era como si no fuera capaz de escucharla.
—Soy un inútil... un rarito... no soy nadie...—Gou se agarraba la camiseta presionando su puño en su pecho, con la otra se agarraba la cabeza como si tuviera un fuerte dolor.
—No, ¡no es verdad! Gou, por favor, ¡mírame!— Chloe agarró las manos del moreno y las presionó junto a las suyas. Gou trataba de mirarla pero no podía hacerlo del todo bien, su mirada se desviaba.
—Gou... eres alguien muy importante para mí y me rompe el corazón verte así. Por favor, trata de respirar junto a mi, vamos a calmarnos un poco, ¿si?— La pequeña veía como el cuerpo entero de su amigo temblaba y sudaba mientras trataba de inhalar y exhalar con ella.
—Despacio... los estás haciendo fenomenal.— Cuando el moreno por fin se calmó solo alcanzó para ver a Chloe y abrazarla con las fuerzas que le quedaban. Se quedaron abrazados en el baño hasta que el timbre sonó.
Antes de que el moreno pudiera negarse, Chloe ya solicitó llamar a su padre para que viniera a recogerla, obviamente luego cuando su padre llegó le convenció de llevarse a Gou también. Ambos niños llegaron al Laboratorio Cerezo y dejaron sus maletas al pie del primer sillón que encontraron.
Gou se tiró en el sofá y Chloe se sentó en otro. Al poco tiempo y del cansancio Gou se quedó dormido. Chloe y el Profesor Cerise decidieron dormir esa noche en el laboratorio. Ambos chicos aún estando en camas separadas durmieron en la misma habitación. Cerise subió a Gou con mucho cuidado y sin despertarlo y los dos se quedaron dormidos muy rápido debido al cansancio.
—Te extrañé mucho Gou...— Satoshi escondía su cabeza en el cuello del moreno. Escuchó su suave sollozo y empezó a acariciar su espalda para que pudiera calmarse.—Estoy aquí, tranquilo.—Siguieron abrazados en el suelo de la puerta del laboratorio.
—Yo también te eché mucho de menos, Satoshi.— El oji azul trató de limpiar sus lágrimas en el hombro del mayor.
Inconscientemente el menor se acordó de aquel sueño de anoche, su cuerpo tembló por un momento debido a un escalofrío repentino que recorrió su espalda. Sus latidos se hicieron más intensos y por si fuera poco el color rojo subió a su cara.
Satoshi será muy distraído pero eso lo notó de sobra, se separó un poco de Gou y lo miró con una mezcla de nostalgia, ternura y preocupación.
—¿Estás bien?, noté tu escalofrío.— El azabache mayor no esperó respuesta antes de empezar a limpiar las lágrimas que salían sin control de los ojos del moreno, este empezó a abrirlos de nuevo y se quedó mirando a Satoshi con felicidad.
El menor no pudo responder, sus ojos se quedaron plasmados mirando aquellos ojos de color miel que había visto en su sueño anoche, no pudo evitar soltar un pequeño jadeo de sorpresa al notar las manos del mayor en sus mejillas.
Satoshi se quedó viendo esos ojos que tanto le gustaban, no por nada eran lo que más constancia tenían en aparecer en la mente del azabache. Le parecían una completa belleza y sonrió inconscientemente. Los ojos azules del chico que tenía delante eran como dos zafiros deslumbrantes, pudo ver incluso el mar de las islas de Alola en ellos.
Ambos chicos se encontraban en una especie de trance, mientras Satoshi visualizaba el mar de Alola en los ojos de Gou, este mismo veía un tierno amanecer en los ojos del azabache. Ni siquiera notaron el sonido de un coche aparcando en la verja principal del laboratorio.
—¡Pero bueno!, ¡¿no que no llegabas hasta las cinco de la tarde?!— Una voz femenina muy familiar para ambos les asustó. Chloe llegaba con Eevee en sus brazos y siendo seguida por Yamper.
—Em... pues... supongo que vi que podía llegar más temprano y lo hice.— Gou alzó sus hombros dejando entender parte de la ignorancia que tuvo al poner el aproximado de una hora en un mensaje a las cuatro de la mañana.
—Perdónanos el retraso Satoshi. El coche dio algunos fallos al arrancar y tuvimos que hacerle algún que otro arreglillo.—El Profesor Cerise llegó con su cartera sobre su hombro y su bata de laboratorio en su brazo.
—¡Pues más os vale estar presentables para las seis de la tarde!— Habló Chloe con algo de frustración y enfado por haber sido engañada así por su amigo.
—¿Y ahora que le pasa a Chloe?—Satoshi estaba más perdido que nunca, mientras se levantaba le ofreció su mano a Gou para que este pudiera ponerse en pie también. Chloe entró al laboratorio sin explicación alguna.
—Es que Dawn viene de visita a Kanto por un mes entero.—Habló por lo bajo el Profesor Cerise, al ser el padre de la chica estaba al pendiente de todo.
—Oh vaya... ¿pudo ser capaz de confesarse cuando yo me fui?— Satoshi antes de irse se enteró de que a Chloe le gustaba Dawn, le había intentado ayudar todo lo posible para que la chica peli morada tuviera la oportunidad de confesarlo todo, pero simplemente se acobardó y no pudo.
—Desgraciadamente no, intentamos ayudarla. Llamamos a Dawn multiples veces para que pudiera venir y pasar un tiempo aquí en Galar.— El Profesor se tomó un respiro para continuar, pero fue interrumpido por Gou.
—Nuestra forma en la que casi conseguimos que se besaran fue hacer que Yamper provocara un resbalón en Chloe para que esta cayera encima de Dawn.—Gou alzó sus manos en un gesto de rendición y cansancio.—Lo conseguimos a medias, pero Yamper también hizo que Dawn se resbalara y cayeran ambas al suelo de una manera dolorosa y torpe.
—Debe de ser frustrante...— Dijo Satoshi con un gesto de tristeza en su cara.
—Además de que Dawn se la pasa viajando y siendo coordinadora Pokémon, así que mucho tiempo no tiene.— Cerise se agachó y comenzó a recoger los papeles que habían en el suelo. Gou y Satoshi le ayudaron también.—¡Vamos a ver que tal nos aporta todo esto a nuestras investigaciones!
Al entrar al laboratorio los chicos pudieron ver a Cincerace y a Lucario sentados juntos con los ojos cerrados. La pequeña mano del conejo se encontraba encima de la del contrario. Pikachu se quedó dormido también en el regazo de Cinderace.
—¿Y a estos dos que les pasa?, andan muy cariñosos por lo que veo.—Satoshi frunció el ceño al ver la tierna escena.
—Si, es que luego de que te fueras Lucario y Cinderace se hicieron pareja.— Satoshi miró al moreno boquiabierto y antes de que pudiera gritar el oji azul le tapó la boca con una de sus manos.
—No me lo creo, dos pokémon macho de distintas especies juntos... yo estoy flipando...—Dijo el mayor cuando se quitó la mano de Gou de la boca.
—Si, es un poco confuso al principio pero luego te acostumbras.— Sonrió mientras se acercaba para acariciar a Pikachu, quien ronroneó al sentir la mano del moreno.— Yo también te eché de menos, Pikachu.
Cerise, Satoshi y Pikachu y Gou junto con Cinderace esperaban al lado del coche del profesor. ¿A quién esperan?, a Chloe. No es ningún misterio que la chica tardara tanto en arreglarse y más aún cuando iban a recoger a su interés amoroso al aeropuerto.
Casi se emocionan al ver a Chloe bajando por las escaleras tan bien vestida siendo seguida por Eevee, Yamper iba a ser cuidado por Lucario. Chloe decidió llevar su pelo recogido de una manera distinta a lo que acostumbraba, como una especie de trenza doble que agarraban una coleta. Había decidido dejar su pelo mojado y que se secase con el aire, aún así se podía notar que le había puesto muchas mascarillas y cosas que hicieron que de verdad se viera bonito su recogido.
Vieron como la peli morada vestía una blusa blanca que mostraba gran parte de sus hombros, llevaba un pantalón vaquero holgado ajustado a su cintura con un cinturón negro y unas zapatillas tipo Converse. Llevaba un maquillaje muy sutil que se denominaba en rímel y un poco de rubor en sus mejillas y se pudo oler a una buena distancia un perfume dulce y suave. Ambos chicos sonrieron al verla y la felicitaron por su forma de ir vestida.
—¡Wow chica!, ¡estoy seguro que a Dawn se le subirá el color rojo a las mejillas cuando te vea!— Dijo Satoshi con seguridad. Conocía muy bien a Dawn debido a que ellos habían sido antiguos compañeros de aventura que estaban muy conectados. Sabía que el estilo que llevaba Chloe era simple pero muy lindo, algo que a Dawn le encantaba.
—¿Tú crees?, ¿no he exagerado mucho con el maquillaje o el perfume?— A la peli morada se le veía algo insegura, quería asegurarse de que iba bien vestida.
—¡Obvio que sí, Chloe!, seguro que le encantará tanto verte así vestida y maquillada como oler tu perfume, ¡no has exagerado!— Gou se cruzó de brazos satisfecho al ver la pequeña sonrisa que se formó en los labios de la chica.
No perdieron más el tiempo y se subieron al coche para recoger a la oji azul del aeropuerto. Aparcaron y rápidamente entraron al saber que iban justos de tiempo y que tal vez Dawn ya los esperaba.
Al entrar todo estaba lleno de gente, algo que incómodo a Gou e hizo que se pegara un poco más de lo debido al brazo de Satoshi, quien aceptó su gesto de nerviosismo de inmediato.
Buscaron con la mirada a Dawn pero al haber tanta gente no pudieron visualizarla. Chloe se desanimó y bajó su cabeza con un gesto de decepción y tristeza.
—¡Chloe!, ¡chicos!— Una voz femenina conocida por los presentes se hizo notar por el aeropuerto, todos giraron sus cabezas hacia donde escucharon la voz y allí vieron a Dawn acercarse corriendo para abrazar con fuerza a Chloe, tirándola al suelo y quedando casi encima de ella.
—¡Llevas la ropa que te regalé!, ¡mira lo bien que te queda!, ¡vas muy linda!— Dawn puso su mano izquierda sobre el muslo derecho de Chloe sin notarlo y con su mano derecha acariciaba el suave cabello de la peli morada, quien estaba increíblemente nerviosa y parecía literalmente un tomate.
— Sabiendo que te ibas a quedar aquí un mes no desaproveché la oportunidad de usarla.— La voz de la oji verde sonó temblorosa y mientras Dawn seguía abrazada a ella halagando su vestimenta, olor y forma de estar maquillada dos chicos jóvenes miraban la entrañable escena.
— Se ven muy lindas juntas.— Dijo Satoshi sonriendo mientras que Gou solo asintió con un sonido de afirmación, se le ocurrió decir algo y que mejor que ese algo fuese una indirecta.
—Oye Satoshi...— El moreno habló recibiendo un sonido de duda de parte del azabache mayor.—¿Sabes qué... los aeropuertos han visto más cantidad de besos de amor verdadero?— El oji azul habló nervioso, pero esta vez Satoshi andaba más distraído mirando a Dawn y a Chloe.
—Eso es tierno...— Dijo sin más el mayor.
—Si... es tierno...— Gou miró los labios de Satoshi y sin darse cuenta mordió sutilmente su propio labio inferior, sus mejillas se ruborizaron un poco al tener cierta vista.
Lo que no sabía Gou era que Satoshi se imaginaba la escena de Chloe y Dawn como él y Gou en su lugar. Se imaginaba a si mismo abrazándolo, diciéndole lo muy bien que olía y halagando su vestimenta. Sus ojos se iluminaron con una pizca de deseo, se giró a mirar al menor pero este hace apenas un segundo ya le había quitado la mirada de encima a Satoshi sin que este lo supiera.
El oji miel bajó su mirada a los labios del contrario, pensaba en el comentario antes dicho por Gou y empezó a relamerse los labios. Una parte de él quería besar a ese chico para quedarse sin aliento y demostrar cuanto lo amaba, pero algo lo detenía y no sabía el qué, y eso le frustraba bastante.
Chloe se fijó más en la vestimenta de Dawn y quedó enamorada tanto con el cuerpo de la chica que abrazaba tanto de la forma en la que vestía. Dawn no llevaba maquillaje así que indicaba que iba más casual y cómoda.
La peli azul iba con su pelo suelto como siempre, solo que sin aquel gorro que su madre le dejaba de pequeña. Vestía un top blanco sin mangas y para no pasar frío se puso un chaleco acolchado y abierto, dejando ver su abdomen algo marcado y como su chaqueta se le estaba cayendo pudo verse parte de su hombro derecho con su piel pálida.
Luego llevaba una falda azul oscuro algo corta y unas medias un poco por encima de las rodillas del mismo color, sus zapatillas eran blancas, eran una tendencia en los jóvenes de hoy en día. Dawn olía a mora, uno de los ahora olores favoritos de Chloe.
—Tú también estás muy guapa.— Dijo Chloe, la peli azul la abrazó más fuerte.
—Bueno tortolitas, mejor nos volvemos ya al laboratorio.— Por fin habló el Profesor Cerise, sacando del trance a los cuatro adolescentes que estaban ahí; a las dos chicas que se halagaban a más no poder y a los dos otros chicos que se comían con la mirada. El comentario del profesor resultó una queja de Chloe.
Nota de la autora, Mei🦇: 2635 palabras.
🍂 Antes que nada dejaré en claro las vestimentas de cada uno, la de Gou y Satoshi/Ash no las describí porque me dio hueva.
💗 Chloe:
🫐 Dawn:
🧸 Gou:
(Imaginen que lleva encima una chaqueta)
🍁 Satoshi/Ash:
(No encontré la imagen en un mayor tamaño, sorry :'( )
🍂 YA CASI LLEGAMOS A LAS 100 LECTURAS Y YA TENEMOS MÁS DE 10 VOTOS AAAA, OS AMOO 🫶🫂💗
🍂 No os olvidéis de avisarme de cualquier error ortográfico, lo corregiré.
🍁 Un abrazo psicológico gigante y nos vemos en el capítulo 4. 🫂💗
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