". . .enfrentamiento.

SENTÍ A Bellatrix a mi lado. Ella no toleraba mi presencia por el simple hecho de mi acercamiento a Tedros, pero en estos momentos, las dos teníamos los mismos ojos cristalizados al ver la imagen.

Tedros movía la silla para que Sophie se siente a su lado, ella iba con la mayor sonrisa de egocentrismo en su rostro. Tal vez mi mente me jugaba una mala pasada, pero ella jamás sería una Siempre si estaba ese destello de desprecio en sus ojos. Uno que ni Bellatrix poseía.

De reojo, su rostro se giró a mi lentamente y la observe. Irónico era que las dos podíamos escuchar el corazón quebrándose de la otra.

—es una afrenta a todos nosotros —Millicent habló, todo el comedor estaba en silencio, observando el show que montaban Tedros y Sophie.

—no es correcto, odio decirlo —Kiko murmuró volteando a vernos. Con Bellatrix la observamos.

—esto está mal —continuó Millicent. Sentí una mano en mi hombro y mire a Tristán que me sonrió con tristeza.

—llevan juntos todo el día. Que tragedia —asintió Renna llevando una mano a su estómago, como si quisiese vomitar.

Lo que colmo el vaso de la poca estabilidad que quedaba en Bellatrix fueron las palabras de Tedros que resonaron en eco por toda la habitación, eso que hizo que mi pobre corazón deje de latir por un segundo, terminando por romperlo y dejar los trozos en el suelo, listos para que Tedros los pise y los embarre.

Invitó a Sophie al baile.

Bellatrix se levantó y fue donde ellos molesta, los demás fueron detrás de ella, incluso los Nunca.

—¡Tú no llevaras a esa mujer lobo mal vestida en lugar de a mí!

Simplemente fui a sentarme a un lado de Henna que se había quedado sentada, observé la indiferencia de mi hermana sobre el asunto.

—¿No te vas a interponer?

—Nop, soy igual que los perros esos —Negó ante mi pregunta, señalando los lobos/guardias quienes empezaron a reír cuando el caos de desató.

Los Siempre y Nuncas comenzaron a pelear. Suspiré arrugando mi rostro por su violencia. Sentí tristeza.

—¿Por qué son así las personas? —murmure con pena viendo la pelea.

—No lo sé, mi linda hermana.

Me preocupe cuando Agatha llegó queriendo interponerse en la pelea, sería en vano cuando solo saldría herida y no era más que un susurro entre una ruidosa tormenta.

La amiga de mi hermana, Hester, intentó ahocar a Tedros luego de que “Hort” lo empujó.

—Ese es mi chico —alagó mi hermana Hort.

—Henna, vamos a parar esto —le pedí preocupada.

—¿Por qué?

—¡Ya! —le rogué y resopló.

Las dos nos paramos sobre la mesa y tomé su mano, alzamos el brillo de nuestro dedo e hicimos que se sus pies y manos comenzarán a congelarse, dejándolos quietos. El hielo no los hería o quemaba ya que la magia del dedo lo hacía infensivo. Deberían sentir su cuerpo dormirse nada más.

—¡Ya basta! —gritó Henna cansada y voltearon sus cuellos.

—Si Tedros es feliz llevando a Sophie al baile ¿En qué nos concierne al resto? —pregunté queriendo fingir que no me importaba, pero la mirada de Tedros se puso triste —es su vida, no la nuestra. No es una tragedia que una Nunca salga con un Siempre.

—maduren ya —terminó mi hermana. Escuchamos una tos falsa y volteamos a ver a Lady Lesso junto a Dovey.

—Señoritas, ¿Descongelarian a sus compañeros y vendrían con nosotras dos? —preguntó Dovey.

—ahora —Aceleró Lady Lesso.

Nos dimos una mirada con mi hermana antes de liberar a los alumnos y bajar de las mesas. Yendo dónde Dovey y Lesso quienes nos escoltaron al mismo lugar donde nos recitaron la profecía.

—¿Qué sucedió?

Estábamos las dos sentadas sobre la mesa, yo balanceaba mis pies mientras escuchaba la pregunta de Lady Lesso.

—¿Que va a pasar? ¡Sophie y sus dramas! —Gehenna escupió irritada.

—¿Insiste con que debe irse aún? —Dovey, preguntó cansada.

—¿Qué? No, peor —Mi hermana insistió y Lady Lesso alzó su ceja.

—Vamos, Gehenna, no tenemos todo el día. Necesito que expliquen el por qué congelaron a sus compañeros.

—Sucede que Tedros invitó a Sophie al Baile para Siempre, dicen ser el amor verdadero del otro y quiere convertirla en su reina al graduarse —Conte en un bajo murmullo —Entonces las dos escuelas enloquecieron y comenzaron a discutir hasta pelear.

—¡Y con razón! —Dovey se horrorizó —¿Quién creería que eso podría suceder? ¡Juro que yo estaba siendo testigo de como tú eras su amor verdadero! Ambos siendo los dos mayores ejemplos de pureza y perfección en mí escuela... —Se llevó una mano al pecho y mordí mí labio inferior con fuerza.

—Si, pues parece que la pareja perfecta no existe, ahora tú niño ejemplar se metió con mí lectora —Lady Lesso gruñó molesta —¿Tú no deberías estar supervisandola?

—¿Yo? ¡Ah, disculpe! Ni que fuera niñera —Me hermana se ofendió.

—No es momento de discusiones —Dovey alzó las manos —debemos hablar esto seriamente.

—Reunion de profesores, en veinte minutos, buscaré al rector y a los profesores de mi escuela junto a Sophie —Lady Lesso hizo una señal y se llevó a Gehenna con ella.

Saludé con mí mano a mí hermana y camine con Lady Dovey fuera de la habitación.

Infle mis mejillas de aire mientras observaba a los profesores discutir. Estaba a un lado de Henna, las dos a un costado de la habitación, con un gran panorama de lo que sucedía. Alejadas de Sophie, Agatha y Tedros que estaban en la punta de la mesa.

—¿Por qué les dan el consentimiento para ese comportamiento?

—Por favor, por favor, los romances entre siempres y nuncas van contra las reglas  —Aclaró Dovey.

—Gracias.

—¡Si!

—El bien y el mal no deben mezclarse es repul.. repulsivo —Aclaró Lady Lesso.

—Señor ¿me permite? —la voz de Tedros me hizo dirigir mí vista a él. Note como dudaba pero habló —Soy el responsable de elegir  a la futura reina de Camelot, no tomo esa decisión a la ligera, escogí a Sophie porqué es buena pero esta en la escuela equivocada —sentí un pinchazo al escuchar eso.

—Si él lo cree ¿por qué ustedes no? —Preguntó Sophie aferrándose a él.

—Porqué tienes una actitud de bruja —Mi hermana habló fuerte.

—Es porque es de la escuela del Mal —Dovey señaló a mí hermana dándole la razón.

—Ella no pertenece allí —Negó Agatha —Ademas, nada puede separar al amor verdadero —Henna tomó mí mano al oírla. No quería llorar frente a tantas personas —¿No es la primera regla de los cuentos de hadas?

—Si de verdad es amor verdadero tal cosa sería algo memorable, me parece que solo hay una manera de estar seguros. Una prueba de cuentos —Aclaró el dirigente de ambas escuelas. El hermano del fallecido Rafal.

—¡Pero señor...! —Reclamaron ambas decanas.

—Señor, lo acepto —Sophie se apresuró.

—¿Qué? —Tedros la miró al segundo. Luego me miró a mí y balbuceo.

—Podemos con esto —Movió su barbilla para que la viese a ella y no a mi. Luego miró a los profesores y su seguridad vacilo —Primero que todo... ¿qué es una prueba de cuento? —Henna se golpeó la frente al oírla.

—Cada uno deberá entrar al bosque azul por lados opuestos, deben vencer cualquier peligro que se presente y encontrarse antes del amanecer, recibir ayuda esta prohibido —Lady Lesso le explicó.

Volví a ver a la pareja, Tedros ya me observaba y sentí que me hundía en su profundidad como cada vez que me miraba, solo que esta vez intenté nadar para evitarlo, esquivando su mirada.

—Kas-..Sophie... —Sé corrigió, Sophie lo miró ceñuda y todos quedamos en silencio hasta que Tedros aclaró su garganta —Sé que podemos juntos, somos lo bastante buenos para protegernos.

—Lo haremos —Afirmó segura.

—¡Ambos van a terminar muertos! —Gritó Yuba.

—La prueba empezara al atardecer —Bastaron de dos golpes para que todos miraran a la pareja —solo deben aceptar seguros al cien por ciento. Diganme ¿Están seguros?

—Si —Sophie asintió. Tedros se relamió sus labios cuando notó que todos lo mirábamos.

—¿Estás seguro, Tedros? —Dovey le preguntó con suavidad. Sus ojos no dejaban los míos y rogué porque dijese que no.

—mirame, Teddy —Sophie le pidió, él la observó —Soy tú amor verdadero y tú el mío ¿Si?

—Si —Susurró antes de ver a los profesores —Estamos seguros.

—de acuerdo.