". . .09
“. . .¿Somos amigas?
ME ACERQUÉ dónde Tedros, él estaba saliendo de la fiesta mientras desordenaba su cabello. Fui hasta su lado y tome su mano, entrelazandola.
—Hola, Teddy —Sonreí cuando me miró sonriente.
—Hola Kass, oye... ¡Auch! —Se soltó de mí mano y lo mire confundida, él alzó la suya mostrando que estaba con escarcha, comenzando a congelarse.
—Lo siento, lo siento —Me disculpe rápidamente al ver qué fue mí culpa, mire mí mano y mí dedo estaba brillando —Creo que el pinchazo hizo que mí magia le haga más caso a mis emociones que a mí...
—Esta bien, no pasa nada —Negó riendo suavemente mientras frotaba su mano contra su ropa. Me miró pero su rostro se puso serio —Kass...
Alzó su mano, su dedo comenzaba a brillar y frunci mis cejas, él ignoró eso solo para tomar un mechon de mí cabello. Lo puso delante mía y abrí los ojos sorprendida al ver que estaba completamente blanco, sin pizca de mí color.
—Oh, no... —susurré tomándolo, mire mí dedo y luego mí mechón —creo que la magia también lo activó, el cabello de mí padre se volvió blanco cuando obtuvo su magia.
—Es lindo —admitió y lo mire ruborizada, sonrió un poco pero su dedo comenzó a brillar con intensidad y lo escondió en su espalda —ignoremos eso ¿Si?
—Ignoremos lo mío también —Le pedí siendo que casi congele su mano. Reímos juntos pero Tedros volvió a extender su mano.
—sin hielo —pidió haciéndome rodar los ojos. Tomé su mano y comenzamos a caminar fuera de la sala.
Subí mi mano libre a mi cuello, tomando el anillo que Teddy me había dado y sonreí cuando él miró mi gesto.
Iba caminando cuando sentí un tirón en el brazo y chille desprevenida escuchando algunas risas, mire a mi costado y Tedros me había obligado a sentarme a su lado, en la mesa estaban los príncipes y princesas de mi escuela. Sonreí avergonzada.
—Buenos días, Kass —Me saludó sonriente, soltando mi brazo.
—Buenos días, Teddy —Murmure viendo a los demás —buenos días, chicos.
—Buenos días, Kassia —Saludaron todos hasta que Kiko habló —Pensamos que te ibas a sentar con Agatha, pero Tedros parece extrañarte —rió sonoramente junto a Millicent.
—en realidad iba con mi hermana —admiti, siendo que a Agatha no la había visto desde que despertamos.
—oí que es una Nunca ¿Cierto? —Beatrix alzó su ceja con una sonrisa egocéntrica y mordí el interior de mis mejillas por su tono.
—Beatrix —Tedros la miró de forma reprochante.
—Si, se llama Gehenna —Me encogi de hombros, Tristan apareció poniendo un plato frente a mi con comida —oh, gracias.
—no es nada, Tedros me lo pidió antes de empujarte aquí —Rió y mire a Tedros que fingió demencia mirando a otro lado.
—¿Qué se siente compartir genes con una Nunca? ¿Se te pega la fealdad? —Siguió Beatrix.
—De hecho, su hermana es de las más lindas Nuncas —Chaddick habló sonriendo coqueto.
—y ser una Nunca no tiene nada de malo —Tedros se encogió de hombros, apoyando su brazo sobre el respaldo de mi silla —Henna es genial, fue amable cuando me conoció, de hecho... Me llamó Peter Pan —Rieron —me alaga pero no tengo cara del niño eterno ¿Verdad?
—no, claro que no —Beatrix negó de antemano.
Oímos unos pasos y giramos para ver a Sophie que pasaba, admire su nuevo estilo, pero su vista se dirigió a nosotros, en especial a Tedros. Gire a verlo y él la admiraba con gran atención. Sentí un revoltijo en mi estómago que no eran mis mariposas de siempre al ver sus ojos. Tal vez porque sus ojos estaban viendo a otra.
—Teddy —Chasquee los dedos frente a él, Tedros parpadeo negando y me observó.
—¿Uhm? Lo siento, Kass ¿Dijiste algo? —Se puso derecho y frunció sus cejas —me distraje, perdón, en serio te estaba escuchando.
—¿Oírme sobre qué? Si no hable —Lleve mis manos a mi collar y él abrió la boca en una pequeña “o”
—Le sienta bien el cambio —Chaddick miró a Sophie —¿Pueden creer que me besó?
—Y luego te rechazó —Millicent aclaró. Simplemente baje la mirada a mi plato, comenzando a comer en silencio, mi mano sobre mi vestido se sintió pesada y observé que Tedros entrelazaba nuestras manos.
—Aun que sea bonita, una Nunca jamás será hermosa como las Siempre —Señaló a las princesas que sonrieron alagadas —Jamas será linda como Kassia —me observó. Sentí el aire abandonar mis pulmones.
—¡Son tan lindos!
Reímos al escuchar a Kiko.
Entre al comedor, buscando a Agatha con la mirada, después de que le di el libro de historia, más siendo que aparecía la historia del padre de Tedros, ella se fue sin dar explicaciones.
Me estuvo evitando desde ese momento, incluso estuvo rara desde que la vi darle la nota de Sophie a Teddy. No quería que nos distanciemos, era mí primera amiga.
Lo primero que se puso en mí campo de visión fue mí hermana. Se paró delante de mí.
—¿Henna?
—Ay, Kassia —me abrazó rapidamente —Salgamos de aquí, por favor.
Tomó mí muñeca, y confundida la lleve al jardín, ambas nos sentamos en el suelo, yo con cuidado, y ella se lanzó al suelo sin molestias.
—¿Qué sucedió?
—Espero que lo que diga no te afecte mucho —Fruncí mis cejas por cómo comenzó, asenti dejándola seguir hablando —sabes que eres lo más importante en mi vida —aclaró por lo que sonreí con duda —Agatha y Sophie están planeando algo sobre Tedros, si ella llega a estar con el por ahí, solamente ignoralos. No me gustaría que estés mal por Peter pan.
No quise parecer débil frente a mí hermana, pero me dolió aquello de Agatha cuando ella misma creía que Tedros y yo estábamos destinados. Aún así, Gehenna me abrazó con fuerza y respondí el gesto.
Ahora sabía por qué Agatha me esquivaba, no sé por qué me sorprendió, Sophie era su mejor amiga. Supongo que tendría que rendirme a mí ilusión de Tedros y dejar a Sophie acercarse, así ellas podrían volver a su hogar. Eso es lo que queríamos todos ¿No es cierto?
Entre al cuarto sorviendo mi nariz, avance sosteniendo los pliegues de mi vestido hasta el espejo donde tome el maquillaje queriendo limpiar mi rostro. Las hadas entraron al cuarto, comenzando a observarme con pena e intentarme ayudar a arreglar. Dovey decía que ellas no ayudaban a cualquier princesa, pero que conmigo tenían fascinación.
No quería llorar pero no pude evitarlo, el primer muchacho que conocí e inmediatamente sentí una gran atracción por él fue Tedros, su sonrisa provocaba mariposas heladas en mi estómago, era cómo despertar escuchando a Olaf cantar. Una linda sensación.
Quería que Tedros me amase como yo comenzaba a hacerlo, sintiendo como mi amor fluía rápidamente ante sus ojos, quería que tengamos nuestro cuento de amor de hadas juntos pero al parecer el rector escribiría su historia junto a Sophie, si no lo hacía, estaba segura de que Agatha la forzaria para que lo hiciese.
—¿Kass? —Di un salto volteando, Agatha estaba allí con una mirada preocupada, se acercó rápidamente y me levanté alejándome —¿Qué te sucede?
—Creí que eras mi amiga... —susurre, las hadas gruñeron en dirección a Agatha —esta bien, vayanse —Se fueron con esfuerzo. Agatha se acercó dos pasos.
—soy tú amiga, Kassia —Se señaló dudosa.
—¡No! Mi amiga entendería que creí encontrar el amor verdadero en Tedros como lo habían hecho mis padres pero he de haberme equivocado —la interrumpí viendo como su expresión cambiaba —Podrías haberme dicho que querías que Sophie este con Tedros, pero lo hiciste a mis espaldas cuando estuviste diciéndome que él y yo haríamos increíble pareja.
—Lo siento, Kassia —Se acercó a tomar mis manos y baje la cabeza, tomó mi mentón para alzar mi mirada —Creeme que le rogué porque buscase otro amor pero ella creyó tener una conexión con Tedros. Ella no nota como él te observa y no pude hacer nada más que ayudarla. Solo piensa que si se besan, un beso de amor verdadero, Sophie y yo volveremos a casa como si nada hubiese pasado.
—¡Pero entonces Tedros no sería mi amor verdadero! —Sentí otra lágrima bajar por mi mejilla.
—¡Claro que lo es! Ustedes dos están destinados, pero así Sophie notará que se equivocó o simplemente... Tedros es su amor verdadero pero tú eres el de Tedros —se encogió de hombros y suspiré —Es solo hasta que nos vayamos, lo prometo...
Solté sus manos y camine hasta mi cama para recostarme, comenzando a recapacitar por ello. Tal vez extrañaría a Agatha, pero ellas no pertenecían aquí y solo deseaban irse a su hogar.
Puse el caraj en mi hombro y tome el arco con mi mano derecha, mi mano izquierda tiraba de Gehenna.
—¿Qué hacemos aquí? ¿Y por qué traes un arco? —Preguntó, no giré, solo mire delante nuestra, Sophie estaba con Tedros.
No llores, Kas...
—Quiero ver si llegan a necesitar ayuda extra —me explique simplemente.
—¿La ayudarás aunque es a ti a quien te gusta Tedros? —se cruzó de brazos y frené.
—Henna, tú sabes que por ayudar a alguien haría hasta lo imposible, y si tengo que arriesgar al chico que me gusta, lo haré.
Solo asintió y nos escondimos detrás de un árbol, viendo como Tedros mataba accidentalmente a un pájaro. Hice una mueca de espanto ¡Pobre animal!
—Peter Pan mató a un pajarito.
—Silencio, Henna —me quejé queriendo borrar esa imagen de mi cabeza.
Tedros le presto su arco a Sophie pero algo reluciente me distrajo. El dedo de mi hermana brillaba y apuntaba a Sophie. Fruncí mis cejas.
Al momento que la lanzó la flecha, Gehenna la desvió, así que use mi arco y dispare otra flecha que dió en el blanco. Haciendo creer que Sophie lo logró.
—¡Kassia!
—Eso estuvo mal Gehenna —la reproché. No estaba feliz, pero Sophie y Agatha querían volver a su casa —pudiste haber provocado un accidente —se sentó en el suelo cuál capricho.
Volví la vista al frente, Tedros miraba a los lados así que me escondí mejor detrás del árbol. Mordí el interior de mi labio inferior cuando Sophie volvió a llamar su atención, comenzando a hablar con él.
Lleve la mano a mi cuello, apretando el anillo de Tedros. Creí que era mi amor verdadero, pero parece que me equivoqué.
Simplemente suspiré acostandome sobre el regazo de Henna, quien empezó a trenzarlo. Cerré los ojos ante sus caricias, en mi burbuja de tormentosos pensamientos.
—¿Si le pongo pintura al acondicionador a Sophie será que cambia de color su cabello? —rompió mi burbuja y abrí los ojos para verla ceñuda —¿Qué? Sé que debo cuidarla pero no me cae bien su cambio, menos que se meta con Tedros cuando todos sabían que estaban teniendo mucha cercanía.
—Él solo me vio como una amiga —Movi mi cabeza para ver cómo él seguía hablando con Sophie.
—yo no creo eso.
Sophie y Tedros se alejaron, ignore a Henna cuando ví como Agatha salía detrás de un árbol y sacaba la flecha que yo había lanzado. Luego, miró en nuestra dirección y se acercó.
—¿Alguna explicación? —Mostró dos flechas.
—¿De qué o qué? —Henna la miró indiferente.
—Estaba ayudando a Sophie a dar en la diana con la flecha pero una magia pareció ser más fuerte que la mía y la desvió, que por cierto, casi me da a mi —mostró una flecha que tenía la punta de hielo —y luego otra la salva —esa también tenía hielo en la punta.
—No paso nada, lo arregle —defendi a mi hermana sentandome —salió todo bien.
—que aburridas son las Siempre —Resoplo Henna levantándose —te veo luego, Kass.
Mi hermana se fue a pasos molestos e ignorando a Agatha que suspiró bajando la cabeza.
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