“. . .Pinchazo.

TOMÉ UNA COPA de la mesa, pero cuando la iba a levantar otra mano tomó mí muñeca, alcé la mirada confundida pero sonreí al ver cómo Henna me sonreía, iba a hablar pero solté un quejido de dolor cuando sentí ardor y ella me soltó riendo. Había congelado mí mano al vaso. Use mis poderes rápido para descongelarlo y lleve mí mano a mí lengua adolorida.

—por lo del otro día —se excusó y se cruzó de brazos —Hort vió que teníamos un nuevo pajarraco pero luego desapareció y los murmuros corren rápido, algo pasó en tú clase de peces, no entendí bien —Admitió y saque mí mano.

—Era mí amigo Gregor, reprobó tres veces y lo convirtieron en transporte de la escuela del mal, tenemos una laguna de los deseos y desee que él vuelva a ser humano. Se fue a su casa —Le conté resumidamente y vi su expresión de sorpresa.

—Lo que escuche fue más interesante que la aburrida verdad —Admitió y negué con desaprobación —¿Qué? Ni que fuera tan importante si ya lo salvaste. Mamá estará orgullosa ¿O te desaprobaron por eso?

—no —Negué tomando otro vaso que no esté congelado para beber, la música se llevó mí atención. De reojo, vi a Agatha entrar dando un portazo y a Sophie dale otro lado —¿Crees que el lobo del piano me deje acariciarlo?

—te morderá la mano y la desayunara si siquiera lo intentas —Se burló tomando unas galletas. Un lobo se quiso acercar —Si intentas alejarme de mí hermana, te advierto que congelaré tú peludo trasero —le advirtió. Era complicado que dejen a una Nunca hablar con una Siempre.

—oigan, ¿Pueden apurarse? Los demás también queremos comer —exclamó una Nunca en la fila.

—Pudrete —Mi hermana le respondió —Ven, vamos a una esquina —Pasamos a sus lados para apartarnos —Por mí lado, Sophie solo invocó un gran enjambre de abejas que casi mata a mí compañera, adivina quién estaba en medio de las abejas. Rafal. Al parecer la visita.

—Esto está mal, Henna —susurre viendo a Sophie girar donde Tedros. Baje la mirada recordando que Agatha le había dado su nota —Hermana... ¿Sabes si Sophie siente algo por Tedros?

—La vi escribir una carta para él —Se encogió de hombros pero me miraba —Ni al caso, ni siquiera estás enamorada de él ¿Cierto? —suspire al oírla —¿Cierto, Kassia?

—¡Y definitivamente no debería hablar con príncipes! —Tomé su mano, interrumpiendola al ver cómo un lobo tomaba a Sophie que comenzó a gritar y negar asustada.

—genial, la llevarán a la sala de reprimendas —se quejó Henna.

—Lady Lesso te pidió que la cuides.

—Que aburrida, Kass... —se quejó y nos acercamos rápidamente.

—¡No, no, ayudame, yo no hice nada! —él lobo se la llevaba a rastras y Henna me saludó cortamente con su mano yendo detrás de ambos.

—¡No hace falta que te la... —Tedros exclamó con pena, me puse a su lado y suspire.

—oye, oye —Negué poniendo una mano en su hombro —Tranquilo, no le harán daño.

—¿Ahora sí me hablas? —Bajo su cabeza para verme por la diferencia de estatura. Alcé mí mano para llevarla dónde su herida por el hielo que ya estaba sanando —tranquila, no me dolió.

—Lo siento, Teddy —Alzó las cejas por el apodo y una pequeña sonrisa lo traicionó —Solo que me abruman las reglas de la escuela.

—yo lo siento, quise defenderte sin saber cuál era la amenaza —Negó poniendo su mano sobre la mía —Aun que te cuidaste bien sola, linda pared de hielo —elogió y sonreí viendo su mano.

—lindos anillos —devolví el alago y me aleje, él suspiró.

—tú eres linda, Kassia Frost de Arendelle —Sentí mí rostro enrojecer —y no eres una damisela en peligro pero ¿Me dejarías rescatarte la próxima? Siempre me dejas como un príncipe en ridículo.

—Cuando exista una amenaza, serás mí salvador —Acepté y él rió bajando la mirada.

Estiró su mano y la tomé tímidamente, él me hizo dar una vuelta y reí antes de que caminemos a sentarnos en un costado. Yo contándole lo sucedido con Gregor para que entendiese lo que ocultaba la escuela.

—¡Kassia!

Voltee viendo a Tedros, él me sonrió y se acercó hasta que nuestros pechos casi chocaban. Alcé la barbilla y él relamió sus labios antes de hablar.

—Hola —alce la mano para tocar su herida que ya cicatrizó —te quedó una pequeña marca, lo siento.

—no pasa nada —negó tomando mí mano para bajarla —¿Qué hacías deambulando? ¿Buscando a alguien más con quién herirlo con filoso hielo? —balbucee y él rió —es broma, aún que si lo haces quiero estar ahí. Es genial cuando usas tú magia.

—solo buscaba a Agatha o a Henna —Nombre a ellas dos bajando la vista a ver cómo Tedros jugaba mí mano.

—dudo mucho que se pierdan esto, es el gran día, ambas escuelas tendrán acceso libre a su magia —sonrió antes de tomarla y hacerme dar media vuelta —cierra los ojos, Kass —sonreí por el apodo.

Sentí su mano mover mí cabello y rogaba porque mí piel no se ponga de gallina, sentí un pequeño elemento frío contra mí pecho descubierto y Tedros acomodó mí melena de vuelta, puso sus manos sobre mí cintura y me volvió a dar vuelta haciéndome sonreír por su delicadeza.

—abre los ojos —Le hice caso —dijiste que te gustaban mis anillos, entonces quise darte uno pero son bastante grandes —rió y cuando baje la vista pude ver una de sus joyas en una cadenita de plata —Asi lo puedes usar.

—Gracias, Teddy —Sonreí tomando el collar entre mis manos. Comenzamos a caminar.

—no es nada, lo único que quiero a cambio es... —Lo observé curiosa —que vengas al bai-

Por tonta, al verlo hablar concentrado y mover su cabello nervioso no mire donde caminaba, sentí chocar mí pie izquierdo contra el tobillo de alguien. Beatrix estaba sentada y había estirado su pie para hacerme tropezar. Hubiera caído, si no fuese porque Tedros me atrapó y me sostuvo cual princesa y príncipe de cuentos que aspirabamos a ser. Me sostuvo de la cintura y yo a él de la nuca.

Lo observé largos segundos sintiendo su acelerada respiración y mí pecho subir y bajar frenesí. Adoraba los ojos de Teddy cuando lentamente se achinaban por su sonrisa creciente.

—Que asco —Volteamos a ver a Henna que se cruzó de brazos. Tedros me levantó al segundo y acomode mí cabello sonriendo nerviosa.

—Ahm, Tedros, ella es Henna, mí hermana —Presente viéndo su sonrisa burlesca —Gehenna, él es Tedros.

—Peter Pan —Estiró su mano pero la mire mal.

—La Nunca que ayudó al cíclope a querer matarme —estrechó su mano, nombrando el acto del primer día y mordí el interior de mí mejilla.

—Que lindos recuerdos —Henna fingió limpiarse una lágrima.

—¡Callense! —Volteamos a ver a Lady Lesso que gritó. Henna me dió un apretón en mí mano antes de ir a su lugar. Yo me senté con Tedros y al segundo se sentó Agatha —¡Todos hayan a sentarse! Empecemos.

—¡Aggie! —sonreí al verla —¿Dónde estabas?

—Buscando a Sophie, pero ayer se la llevó un lobo y no supe más —miró mí pecho —lindo collar.

—Gracias —Sonreí tomándolo con una mano, sentí que tomaron mí mano libre y baje la vista para ver qué Tedros había entrelazado nuestros dedos. Sonreí inevitablemente.

—Para tener acceso a nuestra magia, primero tenemos que liberar nuestro brillo del dedo —comenzó la decana Dovey.

—cuando dominen el brillo del dedo verán que es invaluable —siguió Lady Lesso.

—¡Ay! Estoy ansiosa —volteamos a ver a Kiko —hay personas que se transforman en animales cuando obtienen su magia, yo quiero convertirme en una gata para dormirme debajo de la estufa. Ahí no hace nada de frío.

—Si aprendo a transformarme en ave, nos escapamos a algún árbol a media noche ¿Que dices? —me susurró Tedros y reí en voz baja.

—¿Empezamos? —Gritó Lady Lesso. Ambas directoras sacaron dos pinchos sonriendo.

—Pero no teman, Siempres. El dolor no afecta a los buenos.

—Nuncas —rió —esto les dolerá ¡Formense!

Tedros se levantó y no separó nuestras manos así que me levanté con él. Ambos fuimos a la fila, dejando a Agatha delante nuestra. Apreté con fuerza el anillo en mí cuello para soltarlo y respirar nerviosa.

—¡Su brillo del dedo les servirá para saber el poder de su interior! —siguió Dovey mientras empezaban a pinchar a los alumnos.

—cuando sus dedos brillen significará que podrán acceder a emociones lo bastante poderosas para lanzar hechizos —Continuó Lady Lesso. Pasaron y pasaron hasta que seguí yo, soltando la mano de Tedros.

Mire a mí derecha, también era el turno de Henna. Mí hermana me sonrió y las dos vimos a nuestras decanas al mismo tiempo.

—mientras más fuerte sus emociones —pinchó mí dedo índice y arrugue la nariz por el dolor —mas fuerte su magia.

Mire a Henna y ella me señaló con el dedo que ahora brillaba, reí y la señale de misma manera.

—niñas... —advirtió Dovey.

—Hagan un poco divertida está ceremonia, por favor —la contradijo Lady Lesso con maldad.

Henna me lanzó un hielo filoso que surgió de su dedo y abrí los ojos sorprendida. Ya no necesitábamos agua para hacer hielo, ahora lo hacíamos directamente. Antes de que la lanza helada se incruste en mí frente, use mí nueva magia y la lance al techo donde estalló y comenzó a nevar. Reí con Henna, las dos pasando por en medio de las dos filas.

Justo cuando íbamos a la mitad, las cortinas se abrieron y al ver al frente vimos a Sophie...¿Qué? Su estilo estaba cambiado, su cabello corto.

—Espero no haber llegado tarde —Empezó a caminar con su mano en su cadera, pasó entre medio de nosotras dándonos una mirada hasta llegar a Lady Lesso.

—¿Qué le sucede? —susurre confusa.

—No lo sé —me contestó igual Henna.

—¿Qué es todo este cambio? —Preguntó Lesso.

—¿Esto? Resulta que me hizo un favor, ya necesitaba un cambio de imagen. Ahora si no le importa activar mis poderes, se lo voy a agradecer —Lady Lesso tan solo pincho su dedo seriamente —Gracias...

Volvió a pasar por entre medio de nosotras, está vez nos apartamos un poco. Cuando ya estaba cerca de las cortinas Henna me tomó del brazo preocupada.