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14

"Amor verdadero

—Ayúdame a sacar a Tedros de aquí —Le pedí mientras me separaba de el, me acerqué al chico que estaba en el suelo noqueado.

Pase mis brazos por debajo de sus axilas para tomarlo, Hort por otro lado tomo sus piernas.

—A las tres.

—Tres —Dijo Hort y tuve que moverme de manera rápida, no estuve preparada, seguimos caminando hasta llegar a una puerta que gracias a dios, estaba abierta.

—Pesa mucho —Se quejó Hort.

—Ni modo, tendré que decirle a Kassia que lo ponga a dieta —Me queje estando de acuerdo.

—¿Y si mejor lo dejamos aquí botado?

—Hort..

—Si, ya entendí, Kassia lo quiere, bla, bla —Seguimos caminando hasta estar en u lugar más apartado del salón —Espero ser recompensado.

—Hort, silencio —Ambos dejamos el cuerpo de Tedros en el suelo con cuidado de no lastimarlo.

—¿Esta muerto?

Me agaché a un lado para tomar su pulso, estaba lento lo cual era preocupante.

—Dios no te pido nunca nada —Miré hacia arriba como si alguien me escuchará, o tal vez sí.

—Creo que le pegué un poquito muy fuerte —Soltó una risa nerviosa Hort.

—¡Vamos tedros! No te puedes morir —Le di un golpe en su pecho haciendo que se levanté al segundo mientras respiraba de manera desesperada —Vaya, que dotes tengo.

—¿Henna?

—Holis —Le di una sonrisa.

—¿Y tu? —Vi como se levantaba rápidamente para apuntar a Hort.

—Tranquilo, el esta aquí como bueno, ambos te trajimos hacía aquí —Le aclaré mientras me levantaba sacudiendo mi vestido.

—¿Cómo se que es verdad?

—¿Por qué lastimaría nuevamente al chico que ama la hermana de la chica que me tiene enamorado? —Preguntó Hort mientras levantaba sus manos de manera confundido.

—Aja... ¿Y Kassia? —Se dirigio a mí.

—Vi a Sophie convertirse en ave, supongo que donde el rector, Kassia y Agatha supongo que la siguieron, habían sido expulsadas por Sophie, habría ido con ellas pero no sé el cómo subir hasta la torre —Expliqué de la manera más rápida.

—Yo sé.

—¿Cómo? Pensé que eras más tonto que yo.

—¿Auch? Kassia fue quien me dijo, quien le dijo a ella fue Agatha —Me costó entender pero lo logré —Debemos ir con ellas, van a necesitar ayuda.

—Vamos, y tu vienes con nosotros Hort —Ambos empezamos a correr por los pasillos hasta llegar a la salida.

Al llegar al frente de la torre, me subí a un escalón dudando de lo que haría.

—¿Preciosa, que haces? —Preguntó Hort subiendo a donde estaba.

—Tranquilo.. —Susurré estirando mi pie hacia adelante, me deje caer sin pensarlo.

Al no recibir un golpe baje la mirada notando un escalón, empecé a subir hasta llegar hasta arriba, me giré viendo a los otros dos chicos quienes apenas estaban viendo todo sorprendidos.

—¡Ya suban! —Reclamé, Tedros y hort subieron al segundo lo más rápido que pudieron para no caer.

Apoyé mi mano en el cerrojo de la puerta congelando éste, me alejé un poco viendo a los dos chicos.

—Traten de romper la cerradura y ya luego deben golpear la puerta —Ambos asintieron intentando hacer lo que les pedí, al lograrlo nos adentramos viendo un pasillo a lo largo.

—Henna vayamos por las escaleras —Explicó Tedros apuntando unas que daban hasta una puerta, acaso la pequeña torre tenía balcón?

Subimos en silencio, ya que desde nuestra posición se escuchaba ruido, y bastante.

Abrimos la puerta tratando de qué esta no hiciera ningún tipo de ruido.

Lo primero que vi fue como Rafal preparaba una pluma en dirección a mi hermana, me acerqué a la barandilla extendiendo una de mis manos rápidamente.

Estaba asustada, molesta, todas mis emociones estaban al cien, Formé una pared de agua que se transformó en hielo se puso delante de ella, para que sirviera como un escudo, logrando frenar la pluma que solo atravesó el hielo, quedando a la mitad.

—Nadie toca a mí hermana.

Rompí el hielo, apretando mis puños, y, con mi dedo brillando, hice que la pluma de la vuelta y lanzarla contra Rafal que la detuvo, enviándola de nuevo al libro. Con los chicos saltamos desde arriba quedando en frente de ellas.

—¿Seis adolescentes contra mí? ¡Tengo el doble de edad que la de todos ustedes juntas! —Bramó molesto.

—Ahm, chicos, las escuelas están quedando casi en escombros —Hort señaló la ventana con temor.

—vaya, ni se te notan las canas —Hablé a lo dicho por Rafal, llamándolo indirectamente viejo  —Entonces, probemos tú alardeo y veamos si puedes contra seis adolescentes —miró a Tedros —Peter Pan, primero las damas —Sonreí al ver que obedeció.

Pero, cuando iba a casi cortarlo a la mitad con su espada, Rafal lo detuvo con magia, el brillo de la espada de Tedros titiló, vacilando, prendiendose y apagándose hasta que lo lanzó a por los aires, los libros volaron al igual que las hojas.

—¡Oye! Yo solo puedo golpear al Arturo Junior —Se quejó Hort, él llevaba un mangual, que agitó hasta acercarse a Rafal.

Intentó golpearlo, Rafal lo esquivó y alzó la ceja, Hort volvió a intentarlo pero el antiguo hechizero lo tomó del cuello, lo pateó en el estómago hasta hacerlo volar, pero antes, como si eso no le bastara, creo una gran piedra que hizo a Hort golpearse la espalda.

—¿De verdad creyeron que iba a ser tan fácil? —se quejó Rafal, me quería acercar a él y poder golpearlo a todo dar. Nadie tocaba a mi Hort. Sentí a Kassia detenerme por lo que me quedé quieta —¿En mí escuela? En manos de tú padre —señaló a Tedros —esa espada hubiera podido vencerme, en manos de su ridículo hijo insignificante a duras penas es un cuchillo para mantequilla —lo alzó en al aire y señaló a Hort —No eres ni mitad villano de lo que tú padre fue, parece que estás en la escuela equivocada porque eres débil como los del Bien. Patético, un fraude y decepción —lo alzó, poniéndolo a un lado de Tedros.

Aquello haría que Hort se pusiera claramente mal, todos los de la escuela del mal sabían lo mucho del despreció de su padre hacia el.

—¡Ya detente! —Se quejó Kassia y Rafal volteó a nosotras, girandose molesto.

“tan lejos que habían llegado las hermanas Frost de Arendelle, enfrentando diferentes obstáculos hasta estar allí, frente a su némesis. Él, con su mirada aterradora podría intimidarlas, pero tanto Kassia como Henna plantaban cara” Miramos detrás nuestra, la pluma escribía mientras narraba y compartimos una mirada confusa, volteando donde Rafal que se acercaba “allí, la profecía tuvo sentido para ambas”.

—¿Qué profecía? —Se quejó Hort, sin aire por la magia que lo asfixiaba, magia de Rafal.

Iba a dar un paso hacía el para ayudarlo, sentía unas ganas llorar, no quisiera que se lastimara.

“Cuando por dos hermanos de sangre se desate un terrible desastre... Las escuelas del bien y el mal se perderán. Años después, sonarán las campanas por el nacimiento de dos hermanas que arreglaran tal problema, apesar de que primero perderán para surgir de las cenizas, descubriendo el problema y arrancandolo desde su raíz. Por más que una vaya a la escuela del bien y la otra sea llevada a la del mal.” Repitió lo que alguna vez Dovey y Lesso nos dijo.

—¡Ya cállate! —Se quejó Rafal, queriendo frenarla, pero la pluma ya no le hacía caso, no era su cuento, era el de nosotras.

—Callate tú —Me queje, lanzandolo lejos con mí magia, una sonrisa instantáneamente apareció en mi rostro, Kassia bajo a ambos chicos con su magia por lo que rápidamente corrí hacia Hort tomándolo entre mis brazos para colocar mis manos en sus mejillas viendo si estaba en buenas condiciones.

Rafal se levantó de entre los escrombros que había sido lanzado por mí “Las dos parejas, cubriendo a Sophie y Agatha, veían a Rafal que negaba con molestia. Luchó por su beso de amor verdadero para que cuatro adolescentes con un amor más puro y verdadero estén queriendo derrotarlo” siguió la rectora y comprendí.

Comprendí el porque de sus amenazas, la profecía y todo.

—no debe ganar el bien, no debe ganar el mal —Miré a mi hermana que negó con su mirada en mí —debe haber un balance perfecto.

“Entonces, un amor verdadero, amor verdadero del bien y amor verdadero del mal... Dos Nuncas y dos Siempres estabilizaron la balanza”

Tomé del cuello a Hort para poder estampar mis labios contra los de él, sus labios se movían al compás con los míos, ambos teníamos casi la misma altura por lo que no se me dificultaba.
Estaba besando a mi niño de dibujitos.

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