06
"Hester.."
Al entrar a la habitación vi a las chicas abrazar a Hester, quien se encontraba sollozando, cerré la puerta para que nadie más pudiera entrar.
Me acerqué a su cama no sin antes tomar unos pañuelos, Dot y Anadil se separaron al verme, me agaché ante ella separando su cabello de su lindo rostro, los mechones que quedaban en su rostro los pase por detrás de sus orejas.
—Hey.. no llores, si no tu lindo maquillaje se arruinará —Dije limpiando levemente sus lágrimas, al ver que su rostro ya dejaba de producir lágrimas, me levanté para sentarme a su lado.
La abracé haciendo que se apoye en mí, acaricié su cuerpo tratando de calmarla.
—¿Ya estas mejor? —Pregunté al sentir que su respiración se calmaba.
—Si.. gracias Henna.. —Asentí tomando sus manos para hacer que se levante y llevarla a uno de los tocadores.
Empecé a hacer unas pequeñas trenzas con la ayuda de Anadil y Dot en su cabello, Ella se veía feliz ante ello, como si lo que sucedió no existiera en su pequeña cabeza.
—Dot.. Podrías hacer un poco de tu... tu sabes —La nombrada asintió acercandose a buscar un trozo de madera, abracé a Hester por su cuello mientras dejaba un pequeño beso en su mejilla.
—Estarás bien, ella jamas podrá lastimarte de nuevo —Le susurré, ella colocó sus manos en mis brazos, los cuales rodeaban su cuello.
Estuvimos así mismo por unos dos minutos hasta que Dot llegó donde mí extendiendo el chocolate, lo tomé dándole las gracias para partirlo en dos, acerqué un pedazo a la boca se Hester quien se negaba pero terminó aceptando, acerqué una silla a su lado para ganarme a su lado.
Tome su brazo derecho viendo unos pequeños tatuajes en el, eran pequeños pero hacían parte de ella y aquello me parecía bastante interesante.
—Son lindos.
—Gracias, cada uno es demasiado significativo, como tú lo eres ahora para mí, nadie que no sea Dot o Anadil había sido tan amable conmigo —Pasé mi dedo índice por cada tatuaje mientras que en mí rostro había una sonrisa —Tengo otros aquí.
Hester bajo un poco su playera mostrándome su clavícula, la otra de donde tenía a su ave.
Exactamente tenia a una calavera con una rosa entrando por la boca, era bastante bonito.
—Me encanta.
Habíamos estado bastante tiempo viendo cada tatuaje, incluso se llegó a levantar su polera porqué me había explicado que tenía en la parte de la columna y abdomen.
—¿Extrañas a alguien Henna? —Preguntó Dot, todas estábamos acostadas actualmente en la cama de ella.
—A mis padres, a mi hermana, aunque la tenga sorpresivamente cerca —Hablé mientras trenzaba mi cabello.
—¿Tienes una hermana? —Preguntaron todas al mismo tiempo.
—Si, se llama Kassia, es de la escuela del bien, ambas tenemos el mismo ¿don? —Les sonreí —No piensen que acabe en la escuela equivocada, no soy como Sophie, mi hermana y yo somos bastante diferentes pero no el sentido de malas si no de preferencias.
—Quisiera tener alguna hermana —Se quejó Anadil.
—Cuando pequeña no me podían separar de Kassia, solo porque si una hacia algo la otra también, pero aveces no lo creían —Reí.
Busque a mi hermana con la mirada al entrar al salón, al encontrarla me acerqué a tomar su muñeca, ella alzó la mirada confundida pero me dedico una sonrisa al verme, hice actuar mi poder en su muñeca sacandole un quejido ante ello, le di una sonrisa.
—por lo del otro día —Me excuse y me crucé de brazos —Hort vió que teníamos un nuevo pajarraco pero luego desapareció y los murmuros corren rápido, algo pasó en tú clase de peces, no entendí bien —Admití.
Había escuchado o pare la oreja por ahí sobre algo que había sucedido algo terrible en la escuela del bien, algo que nunca sucedía.
—Era mí amigo Gregor, reprobó tres veces y lo convirtieron en transporte de la escuela del mal, tenemos una laguna de los deseos y desee que él vuelva a ser humano. Se fue a su casa —Abri mi boca sorprendida.
—Lo que escuche fue más interesante que la aburrida verdad —Admití —¿Qué? Ni que fuera tan importante si ya lo salvaste. Mamá estará orgullosa ¿O te desaprobaron por eso?
—no —Negó tomando otro vaso que no esté congelado para beber —¿Crees que el lobo del piano me deje acariciarlo?
—te morderá la mano y la desayunara si siquiera lo intentas —Me burle tomando unas galletas, Hort lo había hecho y lamentablemente casi lo muerden. Un lobo se quiso acercar a nosotras —Si intentas alejarme de mí hermana, te advierto que congelaré tú peludo trasero —le advertí.
—oigan, ¿Pueden apurarse? Los demás también queremos comer —exclamó una Nunca en la fila.
—Pudrete —Le respondí —Ven, vamos a una esquina —Pasamos a sus lados para poder apartarnos —Por mí lado, Sophie solo invocó un gran enjambre de abejas que casi mata a mí compañera, adivina quién estaba en medio de las abejas. Rafal. Al parecer la visita.
—Esto está mal, Henna —Susurró mi hermana —Hermana... ¿Sabes si Sophie siente algo por Tedros?
—La vi escribir una carta para él —me encogí de hombros pero la miraba —Ni al caso, ni siquiera estás enamorada de él ¿Cierto? —Le pregunté, pero al no tener respuesta lo confirme —¿Cierto, Kassia?
—¡Y definitivamente no debería hablar con príncipes! —Tomó mi mano, al escuchar unos gritos me di la vuelta viendo como se llevaban a Sophie.
—genial, la llevarán a la sala de reprimendas —Me queje.
—Lady Lesso te pidió que la cuides.
—Que aburrida, Kass... —Me queje y nos acercamos rápidamente.
—¡No, no, ayudame, yo no hice nada! —él lobo se la llevaba a rastras, le di un salido rápido siguiendo al lobo lo más rápido que pudiera.
—¿Qué haces chica? —Exclamó al verme pasar por por lado —Deberías estar en el almuerzo.
—Lady Lesso me nombro su cuidadora —Era cierto y mentira.
Vi como asentía dudoso para seguir caminando, llegamos a los pasillos de la escuela del mal hasta que topamos con una puerta de color negro, este la abrió para dejar pasar a Sophie a rastras para sentarla en una silla dejándola inmóvil.
—¿A dónde me llevan?
—Al salón de la represión.
—¡Pero si no hice nada tan malo!
Me quedé apoyada en la puerta luego de que el lobo saliera.
—¡Henna ayúdame por favor! —Exclamó Sophie asustada.
—Lo siento, no puedo hacer nada..
—¡Henna tú sabes que no he hecho nada malo!
—Y justamente por eso estas aquí, tú, tú, tú, a la que rafal escogió por encima de todas, podrías ser la salvadora que esperaba nuestra escuela pero no, siempre pierdes tu tiempo distraída con un tonto príncipe, princesa —Lady Lesso había aparecido de las sombras..
—Por favor no me lastime.. —Ahora mismo me daba bastante pena Sophie.
—Recibiste un gran obsequio Sophie —Dijo tomando un hacha —Uno que no dejaré que sabotées. Llego el momento de que admitas de que lado estás, Rafal solo quiere a aquella sea puramente mala —Se había acercado a Sophie colocando el hacha en el cuello de ella —Y esta claro, que tu belleza que tú y otros, acepten quién eres en verdad.
No hubo ningún problema en traspasar el hecha por el cabello de Sophie cortando este en el proceso, no hice ningún sonido ante ello o el leve hecho de meterme ante ello.
Lady lesso le dejo lo cortado en el regazo de ella para luego acercarse a mí, tomo ambas mejillas mías para dejar un beso en mi coronilla.
—Buena chica —Asentí, al momento que ella saco me acerqué rápidamente a Sophie para congelar a cadenas para así romperlas con un fierro.
—Henna.. por qué a mí —Se lanzó a mis brazos mientras lloraba.
Ahora soy una persona que ayuda a la gente triste.
Sophie se quedo observándose en el espejo, ella decía que su vida se había arruinado, algo sumamente tonto..
Pero no lo diría en voz alta.
—¿Quieres que te ayude? —Vi como asentía, tomé sus hombros para sentarla en una silla.
Me acerqué a tomar unas tijeras para tomar su rostro y ponerla derecha, empecé a emparejar su cabello a un nivel debajo de sus orejas, sus rulos lo hacían verse un poco corto pero no le quitaba el hecho que se viera bastante linda.
—Vez, así te vez más linda —Sonreí, tomé un paño para pasarlo con lentitud por su rostro limpiando todo su maquillaje.
—Yo no debí haber caído en esta escuela.. yo no soy una bruja, soy una princesa —Susurraba.
—Aquí todos somos malvados y buenos, una escuela no te define, no eres una princesa deberías aceptarlo pequeña Sophie —Le dije dejando a un lado el paño.
—Yo solo pedí un deseo, no un maldito problema de una escuela —Se quejó mientras sus ojos se volvían a llenar de lágrimas.
—No te diré nada porqué no tiene caso. Eres muy bonita, lo acepto, pero eres muy exigente ante algo que no te pueden dar, espero sepas usar su cabeza para ser la mejor —Me fui de ahí cruzandome de brazos, era cierto lo que decía.
Un beso verdadero no la ayudaría a que se vaya de esta escuela, por algo llego y por algo la llamo rafal.
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