꒰⚡ 𖥻𝟎𝟖 | 𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀𝐍̃𝐎 ꒱
𝐀𝐑𝐂𝐎 𝟐 ⟆ ˖𓍢ִ໋ 𝐄𝐋 𝐂𝐀́𝐋𝐈𝐙 𝐃𝐄 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎
¸:•.𝐡𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐩𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫;𝐠𝐨𝐥𝐝𝐞𝐧 𝐭𝐫𝐢𝐨¸:•.
⤿ ִׄ ›› 𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟬𝟴 ¦ 𝗘𝗫𝗧𝗥𝗔𝗡̃𝗢
❛ 𝑳𝒂𝒔 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒅𝒂𝒔 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒄𝒓𝒖𝒛𝒂𝒏
𝒑𝒐𝒓 𝒄𝒂𝒔𝒖𝒂𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅. 𝑺𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒂𝒏 𝒂𝒍𝒈𝒐 ❜
—¿Qué? - susurro, alejándose un poco del chico. Sus ojos marrones seguían mirando la marca en el cielo.
La marca del Señor Obscuro, su estúpida marca. Inexplicablemente la rabia comenzó a subir en su cuerpo.
– Eso significa que.... - lo miró, topando con la expresión indecisa del Nott.
– ¡Alto! ¡Ustedes dos, levanten las manos! - gritaron un par de voces, irrumpiendo la conversación de ambos adolescentes.
Theodore busco con la mirada al dueño de tal orden, colocándose por mero instinto frente a la rubia.
– ¡No se muevan!
Volvieron a hablar, esta vez apareciendo por su izquierda un grupo de Aurores, quienes con sus varitas apuntaban a los chicos. Alheli reconoció de inmediato a uno de los hombres, Barty Crouch, el padre de su amiga.
– ¡Señor Crouch! - llamo, alzando su mano mientras se movía lejos del castaño.
– Alheli Potter - sorprendido la miro, seguimos de pasar su mirada cansada por el chico hasta el cielo decorado con la marca tenebrosa - No es posible.
Conocía a Alheli desde que era una niña de 12 años, cuando su hija en su cuarto año la llevo a casa. No podía creer que esa niña penosa y educada pudiera haber sido.
Alheli se acercó a él con la intención de preguntar sobre la marca. De inmediato los hombres la apuntaron con sus varitas, deteniendo su paso. Theodore camino hasta ella, frunciendo su ceño ante tal acción de defensa.
– Lo podríamos esperar de usted, joven Nott, su padre esta en la misma caja - comenzó un hombre, su voz estaba cargada de molestia - Pero no de usted, Potter.
– ¿Qué? ¿De qué hablan? - cuestióno confundida.
Nott se mantenia sin expresión alguna, ignorando el comentario como si no tuviera importancia. Sus ojos verdes miraron a Barty con intensidad. El hombre solo pudo compararlo con Jasper Nott.
– Nosotros no hemos sido, estábamos huyendo de toda esa gente - dijo Alheli, su voz era firme - estábamos ocultos cuando hemos notado la Marca en el cielo.
– ¿Cómo podemos saber que es verdad? - volvió a hablar el mismo tipo, irrumpiendo cualquier comentario de Barty.
– ¿Porqué mentiriamos? No hay nada que perder - respondió, dejando ver brillo de ironía en sus ojos - No fuimos nosotros.
Barty abrió la boca dispuesto a hablar, aunque nuevamente fue interrumpido, pero no por alguno de los hombres a su cargo, sino por:
– ¡Chicos! ¡Por Merlín! ¡Alheli! - La rubia reconoció de inmediato la voz de Arthur. Su voz estaba llena de alivio.
– Señor Weasley - nombró Alheli. El verlo solo le recordó a Harry - ¿Dónde está Harry? ¿Llego a salvo?
El hombre pelirrojo llego hasta ellos corriendo, se le veía algo exaltado. Sin decir nada la miro de arriba a abajo, pareció relajarse al ver que estaba bien ya que soltó un suspiro para luego tomarla de los hombros y encarar a los hombres, ignorando en el proceso la pregunta de la rubia.
– ¿Qué es esto, Barty? - cuestióno, frunciendo su ceño - Crei que buscarían al culpable, no que estarían de nuevo acorralando a un par de niños.
– No era nuestra intención, Weasley - respondió Barty - Buscábamos al hombre cuando hemos visto a Potter y Nott, no pienses mal.
– ¿Cuál hombre? - susurro la Potter. Theodore hizo una seña para que guardara silencio.
– Ellos estaban cerca de donde se dijo que corrió el hombre, no puedes culparnos, Weasley - señaló uno de los hombres. El pelirrojo pareció molestarse.
– Son niños, ni siquiera debería de pasar por sus cabezas que alguno podría hacer eso - puntualizó, se veía un tanto enfadado - Vámonos, se hace tarde.
Ahí concluyó la conversación. Arthur los tomo a ambos alejandolos de los hombres, dejando aquel lugar que hasta hace un par de horas eran risas y festejos, aunque ahora no era más que cenizas.
Mientras caminaban su cabeza no podía dejar de repasar a aquellos tipos con máscaras, ni mucho menos la forma en la que esa calavera en el cielo se movía. La marca Tenebrosa, inevitablemente algo le susurraba que este año no sería para nada tranquilo.
– Ire con Amos, chicos, así todos juntos podremos usar el traslador - aviso el Señor Weasley, irrumpiendo sus pensamientos. Ellos asintieron, dejando de caminar entre la hierba de aquella colina.
Ninguno hablo, cada uno se dedicaba a mirar a alguna dirección. Cada uno hundido en sus pensamientos, que increíblemente estaban dirigidos al mismo tema. El silencio no era incómodo, al contrario, Alheli confesaba que era algo tranquilo; aunque no duro mucho, porque en ese momento un grito rompió la tranquilidad creada.
– ¡Alheli! - era Harry. No paso mucho para que él llegara hasta ella y la abrazara con fuerza.
Hermione y Ron venian caminando, siguiendo a Harry hasta ellos. Sin evitarlo ambos observaban de reojo a Theodore con algo de precaucion, quien se mantenia a unos cuentos pasos de ella, totalmente ajeno.
– ¿Dónde estabas? Te perdiste de la nada, Alheli - dijo la Granger en cuanto estuvo a su lado, su rostro se arrugaba en preocupación.
– Me preocupe, crei que la gente te había pisado o que se yo - comento Harry casi con sarcasmo.
– No exageres, Harry - murmuró Ron. La rubia lo noto incómodo, así como noto que su mirada no abandonaba al sangre pura.
– Callate
– Así hubiera sido si no fuera por - lo miró de reojo, notando como este ya la estaba mirando - Nott, él me ayudo a salir de ahí.
– Oh..gracias, Theodore - susurro Hermione de inmediato, su voz se notaba honesta, más no dejaba de sonar cautelosa.
– No hice nada, solo pase por ahí, no se lo tomen tan apecho - respondió, su cara dejo a la vista algo de desagrado ante el comentario. Hermione hizo una pequeña mueca ante esto - A la próxima no se detengan a ver el desastre, sino quieren formar parte de el - bufo, sus ojos verdes miraron a Alheli - Hasta luego, Potter.
Se despidió, comenzando a caminar lejos de ellos entre las colinas. No tardó mucho para que la chica lo perdiera de vista entre la obscura noche.
– Que grosero, ¿vieron como miro a Hermione? Es un idiota - comento el Weasley con voz irritada. Para Alheli fue imposible no voltear a mirarlo de frente por primera vez en el día, al menos por un par de segundos, ya que de nuevo miro a la dirección donde Nott había caminado.
– Sabes como es Theodore, Ron - recordó el Potter sin dedicarle mucha atención. Sabía que Hermione no era la misma niña que lloraba hace años por la sangre - No te enganches tanto. Al menos ayudo a Alheli, merece un punto.
– Harry tiene razón. Además sabes que él es un sangre pura, lo último que desearía es que yo le hablara - Ron hizo una mueca de desagrado, ignorando el comentario de la castaña.
– Sigue siendo un idiota - continuo, pero esta vez ninguno puso réplica, comenzando a platicar sobre lo visto en el cielo.
No obstante, Alheli aún con su vista en la colina, no pudo evitar pensar que sus amigos estaban equivocados. Ella no consideraba a Nott un fanático de la sangre limpia, sino..¿Por qué hablaba con ella siendo mestiza?...¿Por qué era capaz de ayudarla cuando era demasiado torpe?
No importaba, de algo si estaba segura: Nott no era un imbecil total.
El tiempo restante de vacaciones paso de forma rapida para su gusto. En ese tiempo pudo permitirse disfrutar de su hermano, así como convivir con Ginny y Hermione. Sabía que en Hogwarts no seria así, puesto que cada una tenía sus amigos distintivos.
Hablando de dichos amigos. Las cartas con Azariel eran diarias desde lo ocurrido en el Campeonato de Quidditch, y es que ella había estado tan preocupada por ambos que le fue imposible no mandar cartas cada dia.
Aun asi jamás recibo alguna queja pese a lo molesta que se pudo ver, aunque sabía que el Profesor Snape no estaba muy contento con sus intentos de comunicación. Azariel se lo había dicho con burla, ese niño adoraba ver a su padre fuera de sus casillas.
No importaba, sabía que el hombre jamás quemaría sus cartas por muy molestas que fueran.
– No entiendo como es que pudo pasar algo así - susurraron a su lado, era una voz femenina que la hizo cerrar sus ojos.
– Aitana - nombró, topando con los orbes obscuros, casi negros de la joven - Crei que estarías con tus amigos, ya sabes Fred y George.
– Así era, pero Fred no deja de intentar mostrarme a la fea araña que encontró en la estación. Es horrenda - dijo, su rostro dejaba a la vista desagrado. Alheli soltó una risa sin poder evitarlo.
– Fred siendo Fred - sonrió, mirando a su amiga.
– Un tonto - bufo, aun así ella pudo notar la sonrisa en sus ojos - Aúnque no venía a tu vagon a hablar de Fred...Mi padre te manda disculpas personales, ya sabes por lo del Campeonato.
– Oh, no te preocupes, Aitana - resto importancia - Tú padre solo hacia su trabajo, aun asi no comprendo que era lo que buscaban.
La mayor miro la puerta, nadie estaba cerca.
– Harry, tú hermano dijo que había visto a un hombre hacer la calavera del cielo...La marca tenebrosa - hizo una mueca - Mi padre dice que lo más seguro es que Quien-tu-sab...
La puerta fue abierta con fuerza, haciendo que ambas chicas dieran un salto en sus sillones gracias al susto. La Crouch alzo su varita y apunto sin dudarlo al responsable. Por su lado Alheli únicamente se llevó su mano al pecho, notando su pulso acelerado.
Por Merlin, podia jurar que le iba a dar un infarto. Morir de camino a Hogwarts no sonaba tentador.
– ¡No me apuntes con tu varita mugrosa!
– ¡Azariel! ¡¿Qué no sabes el significado de tocar una puerta?!.. Casi me da un infarto - exclamó Alheli, sus ojos marrones miraban horrorizada a su amigo.
– ¡No lo sabe! Imbecil - bajo la varita, bufando - ¿Sabes qué pude haberte matado?
– Claro, y ahora mismo estarías en Azkaban con tu cara horrenda por todo el mundo mágico...y lo peor ¡Tú cara en el Profeta! - se detuvo, entrando en el compartimiento - Imagina la nota: Joven guapo de sangre limpiecita, asesinado por adolescente envidiosa y fea en el Tren camino a Hogwarts, en donde el joven Snape era el mejor en Pociones.
– ¡Eso sería mentira! ¡Unineuronal! - dijo Aitana con su ceño fruncido. Como detestaba a ese mugroso Slytherin.
– ¡Si! - ambos la miraron - Tú eres malicimo en Pociones, tú padre estaría molesto si El Profeta escribe mentiras sobre ti. Dañaría su imagen.
– ¡Alheli! - gritaron. La rubia sonrió y sin evitarlo soltó una risa.
– Es la verdad. Apestas en Pociones. Además tu sangre ni tan limpia eh - repitió con humor, notando el puchero de su amigo y la mirada molesta de la Crouch.
– No lo repitas, ser mestizo es mi pecado - pidió el Snape, se veía avergonzado. Alheli bufo - Aún así lo demás no es mentira. Solo necesitas un Avada para comprobarlo, Aitana envidiosa.
– ¿Solo uno? Creo que necesitaré más, ya sabes, serpiente escurridiza. Mejor un crucio en tu horrenda cara de sapo - supuso Aitana, mirándolo con desagrado.
– Crei que al ser mayor y una Ravenclaw serias mucho mas lista que yo, pero veo que no, solo eres una paloma y no una águila como tu casa. Perdón te creía mejor como para acabar conmigo - dijo Azariel en un tono apenado, mirando sus uñas con desinterés. Mostrando una sonrisa de suficiencia.
– ¡Plaga infernal! Debería de mandarte a volar y sacarte del tren con mis propias manos. Ya veras lo que ser mayor significa.
Alheli bufo mirando su ventana, totalmente acostumbrada a esto. Y es que a pesar de que había dicho que tenía grandes amigos, eso no hacía referencia a que entre ellos fuera igual.
Azariel Snape y Aitana Crouch, parecían no quererse mucho. De hecho ella aseguro que de no ser por su presencia, ellos hace mucho abrían acabado con el contrario.
– ¿Ah si? Vamos - insistió el pelinegro - Ya quiero verte haciéndole pucheros a tu padre para evitar algún castigo o la sentencia a Azkaban.
– Lo que yo quiero ver es un momento de paz entre ustedes dos - una cuarta voz se hizo presente en el vagon.
– ¡Harry! No te metas sino quieres remplazar al imbecil de Snape - exclamó la castaña, enfadada miraba al Potter.
– Hari - nombró Alheli, y de inmediato tuvo los ojos verdes del chico sobre ella.
– Alhi - se sentó a su lado, moviendo la jaula de Hedwig. Ignorando por completo a ambos chicos.
– ¡Ay no! Ya llego Potter, ahora Alheli solo va tener ojos para su hermanito - se quejo el Snape, cruzandose de hombros y dejándose caer junto a Aitana.
– ¡Ay! Quítate, serpiente - ordenó empujandolo, ya que este se hayaba casi aplastandola.
– Cuanta delicadeza, maldita paloma. Pero ya veras.
Los Potter miraban atentos, aunque de igual manera sin mostrarse sorprendidos. Harry había aprendido a soportar las discusiones de la gente que lo rodeaba y que rodeaba a su hermana.
– No comprendo como logras soportarlos, es imposible. Acabo de llegar y ya deseo largarme - susurro Harry con tono comprensivo.
– Ni siquiera yo lo entiendo, pero creo que no es muy distinto a Herms y Ron - ambos se miraron - Ya sabes, se insultan y al final siguen ahí.Por cierto, ¿dónde están ellos?
– ¿"Ellos" o Ron? - bufo, rodando sus ojos al ver como la chica evadia su mirada - El...Ellos están en otro compartimiento. Vine porque aquí aún no pasa el carrito.
– ¿Osea que viniste a utilizarnos de hotel? Crei que tu amor hacia tu hermana era lo que te había traído hasta aca, Potter - intervino Azariel, mostrándose decepcionado.
– ¿Qué en tú vagon no había pasado el carrito? - cuestióno Aitana.
Ambos esperaron algun comentario, aunque solo recibieron un sonrojo y una mala mirada. Alheli noto esto y solo pudo mirarlo alzando una de sus cejas.
– ¿Quién? - fue lo único que dijo.
– ¿Qué? - murmuro, incomodo ante los ojos de su hermana - ¿De qué hablas?
– ¿Quién es ella?...No intentes negarmelo, James. Puedo ver a través de ti.
– Yo...Yo no se de qué hablas - repitió Harry con un nerviosismo totalmente evidente para la rubia. Azariel y Aitana confundidos miraron a los mellizos - En todo caso...
Fue incapaz de terminar la oración, y es que un chirrido hizo que todos dejaran de mirarlo para ahora mirar a lo que parecía ser la puerta. Harry, totalmente aliviado dejo salir un suspiro, casi agradeciendo a quien sea que haya distraído a aquellos adolescentes.
– ¿Quieren algun dulce? - era la mujer de los dulces, quien les sonrió con amabilidad. Mostrando el carrito que se hayaba en el pasillo.
– ¡Yo! ¿Quieren algo chicos? - Alheli les pregunto. Ambos negaron, sin antojo de algún dulce - No les daré nada...Harry.
– Quiero unas varitas de regaliz y una empanada de calabaza, por favor.
La rubia asintió y salió del vagon. Con amabilidad le sonrió a la mujer y se dispuso a ver lo que traía esta vez, indecisa de que querer comprar para ella.
– Solo espero y no estés planeando comprar todo el maldito carrito como hace tres años, Evans - esa maldita voz.
Un bufido salió de ella, a su vez que levantaba la mirada quedando a la altura de unos orbes azules y burlones : Jules Parkinson, la decepción de la Casa Parkinson.
– Jules, no te preocupes, esta vez no era mi plan. Este año decidí compadecerme y dejarte comer un par de dulces... Después de todo, tras tu - la miro de arriba abajo, sonriendo al llegar de nuevo a su rostro ahora molesto - situación...creo que es el único momento en que puedes comerlos sin que tus padres te miren con desprecio.
– Maldita impura, deberías de tratarme con respeto, mestiza - insulto, sus ojos azules brillaron de furia.
– ¿Sólo eso? La sangre no lo es todo, Juli...la casa sí - se burló, sonriendo mientras sus ojos viajaban hasta el escudo mal cubierto de Griffyndor en la bata de la sangre pura.
La casa de los Valientes y Tontos Griffyndor's
Jules Parkinson, prima de Pansy Parkinson. Clasificada en Gryffindor al igual que ella, siendo la decepción de su familia y el dolor de cabeza de su prima. Admitía que sentía lastima por la chica, aunque algo le decía que se merecía eso y más por como la trataba.
– ¡Tú! - grito con molestia, acercándose más a ella. Alheli sonrió, era fácil hacerla molestar.
– ¿Yo? Yo solo dije la verdad, si soy una maldita impura, tú eres una decepción para tu Noble casa, señorita Gryffindor.
– ¡Callate, Potter!
– ¿Porqué debería? No paras de molestar, Jules.
– ¿De nuevo discutiendo con Potter, Jules? Crei que eso se había terminado.
Alheli miro hacia atrás de ella, donde provenía aquella voz, y lo que la recibió fueron un par de ojos verde olivo que dejaban a la vista cansancio. Theodore Nott.
– Nott, no te metas - ordenó Jules con rudeza. Alheli rodó sus ojos, suspirando.
Theodore, quien se había mantenido recargado en un compartimiento, ahora caminaba hasta ellas, quedando a solo centímetros de Alheli.
– Estas haciendo un escándalo por dulces, de nuevo - bufo - Además, con su discusión solo hacen perder el tiempo a los demás.
Y era cierto, había varios niños de diferentes casas tras Jules, esperando su turno para ver los dulces. Además, la señora se veía un poco exasperada mientras ambas jovencitas conversaban.
– Lo lamento - susurro Alheli, apenada ante la mirada de la mayor.
– No importa, Alheli, ¿vas a querer ranas o un caldero de chocolate? - cuestióno, volviendo a sonreir con amabilidad - Se que son tus favoritas.
– ¡Dije que no te metieras! Lo que hable con esta mestiza no te incumbe, Theodore - escupió con asco, molesta ante el chico - ¿Acaso "Alheli la magnífica niña que Vivió" es incapaz de defenderse?
– ¿Perdona? Soy capaz de defenderme sola, Jules, sin tener necesidad de meter a mi apellido ni menos mi sangre en la discusión - con el ceño fruncido dijo. Era imposible no mostrarse molesta ante la chica.
– No parece, Potter.
— Jules, basta. Esto es estúpido - intervino Theodore, exasperado miraba a la pelinegra - Compra lo que deseas y vuelve a tu vagon, bien.
Ambos se miraron, azul y verde chocaron. Alheli pudo notar como los ojos de la chica se humedecian un poco con el pasar de los segundos, hasta que esta apartó la mirada y furiosa corrió a su compartimiento, dejando confundido a más de uno.
Alheli no pudo evitar mirar a Theodore, quien seguía observando la dirección en donde había corrido la Parkinson. Sin notarlo comenzó a sentirse incomoda y con un mal sabor de boca. No dijo nada, únicamente tomo y pago los dulces que llevaría, ahora sin la ilusión de comerlos con Harry.
Siempre era lo mismo. Admitía que hasta cierto punto era molesto que Jules la detestara. No entendía su odio desde que tenían 11 años, y ahora con 14 años mucho menos.
– Gracias - susurro hacia la adulta, quien asintió y tomo las monedas.
La rubia estaba a nada de abrir la puerta de su compartimiento y sentarse junto a sus amigos, pero una mano en su hombro detuvo su acción.
– Potter.. ¿Podemos hablar? - cuestióno Theodore, soltandola.
Miro hacia la puerta, indecisa hasta que dijo:
– Por supuesto, Slytherin.
El asintió y la llevo hasta su compartimiento, en donde permaneció parada en espera de que este hablara.
– Quiero pedirte perdon por lo de Jules, ella no hizo bien en burlarse sobre tu sangre - su rostro era serio y duro pese a estarse disculpando.
– No me pidas perdón en su nombre, Nott - suspiro - Jules es una niña caprichosa que necesita urgente atención del mundo. No me importa lo que diga, sera una sangre pura, pero no es superior a mi. Así que ignoralo.
– ¿Eso crees, Potter? - soltó de inmediato, sorprendiendo a la rubia.
– ¿Qué insinúas?
– Nada, en realidad. Solo no discutas con ella, me molesta demasiado - respondió con desinterés. Ninguno hablo, únicamente miraron a distintas dirección, sin coincidir con el contrario.
La Potter rodó sus ojos con exasperación, sin entender la razón del porque estaba ahí. Increíblemente con un par de palabras de Nott se había enfadado un poco. No dijo nada, únicamente abrió la puerta y comenzó a caminar hasta sus amigos. No obstante antes de entrar volteo hacia atrás, mirando a Theodore.
– No me importa la sangre de ninguno de los dos, Slytherin. No somos tan amigos, así que te ruego que no te metas cuando discuta con ella...¿Porqué no le pides eso a ella? - ordenó, aunque sonó mas a un pedido. Theodore sin evitarlo hizo una mueca - Ella...Jules, será tu amiga, pero es una idiota conmigo. No me pidas que la ignore cuando me insulta o insulta a mis padres.
– ¿Si no qué? ¿Harás algo?...te creí más consciente - su voz sonó molesta, ella trato de ignorarlo.
– Ella no, pero yo si, Nott - una voz se interceptó. Ambos miraron al dueño de esta: Ron Weasley.
– Weasley - murmuró Theodore - Que oportuno.
Ron camino hasta ellos, colocándose tras la Potter. Theodore sonrió de la nada, burlon ante el pelirrojo.
– Nott - respondió al murmullo. Su rostro serio le dejaba en claro a Alheli que no estaba muy de humor, aunque ella sabía que frente a los Nott jamás lo estaba.
No evitó mirarlo con algo de disimulo. Había sido complicado convivir con él en la misma habitación tras su sueño, más teniendo en cuenta que sus sentimientos por el crecían con el pasar del tiempo. A veces deseaba que este se diera cuenta de ellos y los aceptará....
– ¿Te molestaba? Escuche que hablaban cobre la sangre - pregunto Ron, mirando a la ojimarron.
– No...solo conversábamos/ ¿Si así fuera qué? - respondieron ambos a la vez. Mirándose al darse cuenta de ello.
– ¿Entonces si estaban hablando de eso?... ¿Acaso te mostró lo imbecil que puede ser ante su estúpida supremacía?
– ¿Nos escuchabas? - cuestióno burlon - No pensé que te interesara el estatus social, Weasley.
– ¿Qué?.. Ron, no, no hablábamos de eso - repitió Alheli, mirando mal al Slytherin - Solo...Solo conversamos sobre...sobre Pociones.
– ¿Pociones?
Alheli pudo ver la sonrisa en los labios de Theodore, no supo que pensar, ni menos al ver esa mirada burlona y cínica. Sabía que lo hacía por verla mentir, verla mentirle a Ron.
– ¡Pociones!.. Por supuesto que hablábamos de eso, Weasley - dijo Theodore, en su voz fluía el sarcasmo - Sino, ¿de qué otra cosa podíamos hablar?
– No lose, y no me interesa, Nott - casi gruñia, frunciendo su cejas - Vamos, Alheli.
La tomo del hombro, abriendo la puerta del compartimiento. Theodore coincidió miradas con ella, alzando su mano derecha mientras la movía de un lado a otro en forma de despedida, sin evitarlo hizo lo mismo, despidiéndose de él.
Mentiria si dijera que su mente estuvo atenta a lo que siguió. Su mente solo podía repetir ese momento, mientras sus ojos miraban hacia la ventana camino al Colegio.
Theodore Nott, quizás y si era un tonto.
– Ahora que estamos todos sentados, quisiera informarles algo - comenzó a hablar Dumbledore frente a todo el comedor - Este castillo no solo será su hogar ese año, sino también el de algunos invitados especiales. Ya que Hogwarts a sido elegido - todos miraron a Argus correr hacia el director, quien dejo de hablar - Decia, Hogwarts a sido elegido para ser la sede de un evento legendario: El Torneo de los Tres Magos. Para aquellos que no lo sepan, este torneo reúne a tres colegios para una serie de pruebas mágicas, y de cada escuela se selecciona un estudiante que lo representará - los murmurós no se hicieron esperar - Y que quede claro. Si son elegidos, estarán solos, y créanme cuando digo que este torneo no es para los asustadizos. Pero hablaremos luego, por ahora demos la bienvenida a las bellas señoritas de Beauxbatons y su directora Madame Maxim.
Las puertas del comedor se abrieron, dejando a la vista a un grupo de bellas jovencitas con uniformes azules y sombreros del mismo color. Todas con encantadoras sonrisas y ojos que a cualquiera dejarían anonadado.
Caminaban con elegancia, sacando más de un suspiro a los chicos en las mesas.
Alheli las miraba con una sonrisa, encantada ante el aura de cada chica, entonces esto disminuyó al mirar como Ron, con el rostro sonrojado miraba al grupo de adolescentes. Mordió su labio con ansiedad, aplaudiendo al la par de todo Hogwarts.
Dumbledore tras saludar a la directora de
Beauxbatons, corrió hasta el podio en donde exclamó:
– Ahora nuestros amigos del norte. ¡Recibamos con orgullo a los hijos de Durmstrang y a su director Igor Karkaro!
De inmediato todos miraron las puertas, de estas entraban chicos con uniformes obscuros y capas de piel, también portaban palos grandes con los que golpeaban el suelo y hacían movimientos.
De la nada corrieron hacia enfrente, desarmando su formación para ahora realizar algunas acrobacias que causaron sorpresa en Hogwarts. Aunque lo que mas saco impresión fue:
– ¡Mira es Viktor Krum!
– Alheli, es Viktor - Hermione le sonrió mientas apuntaba hacia la puerta.
Alheli de inmediato se paro de su asiento, mirando con su boca en "o" al joven, sin creer si era real. Krum caminaba con poderío junto al que podría ser el directo de Durmstrang, viéndose serio y demandante, tan atractivo.
– ¡Por Merlín! - susurro la Potter, apretando la bata de su hermano. Harry soltó una pequeña risa ante esto.
El hombre al lado de Krum saludo a Dumbledore con lo que parecía ser felicidad.
Sin más, el director de Hogwarts coloco a los estudiantes de ambas escuelas vecinas en algunas mesas, dando con esto iniciada la cena de comienzo se año.
– Es increíble que él este aqui ¿no, Alheli? - cuestióno sonriendo la Weasley menor. Ya casi termiaba su cena al igual que la mayoría.
– ¿Increíble? No-Potter esta babeando por Krum, este es uno de sus tantos sueños hecho realidad. Viktor Krum en su misma escuela - se burló Fred, riendo junto a su gemelo.
– Callate, Fred - bufo la rubia, mantenido una sonrisa.
– ¿No lo niegas? Señorita soñadora - la apuntó, provocando una risa de sus amigos y hermano.
– ¿Soñadora? ¿Sueñas con Krum? - cuestióno de la nada el Weasley menor, captando la atención de Alheli y Fred.
Ambos se miraron, Fred pudo ver su propia muerte en esos ojos, aunque sonriendo decidió seguir.
– ¿Soñar con Krum? Para nada, ella sueña....sueña cont..- la mano de Alheli lo hizo callar, golpeandolo y causando un quejido de su parte.
Todos se observaron confundidos, en especial Ron, aunque Harry unicamente hizo una extraña mueca de desconformidad.
– ¡No sueño con nadie!... Por qué mejor no comes Fred, te veo muy flaco - le sirvió más comida tras apartar su mano de él.
– Gracias - balbuceo, sobandose la boca tras aquel golpe.
– Mejor cambiemos de tema - intervino Harry, todos asintieron dejando de mirar a ambos chicos.
– Estoy de acuerdo con, Harry. Esto es extraño - murmuró Weasley.
– Su atención, por favor - la voz de Dumbledore llamo la atención de todos. Deteniendo cualquier conversación - quisiera decir unas palabras. La gloria eterna es lo que le espera al estudiante que gane "El Torneo de los Tres Magos". Pero para lograrlo deberás sobrevivir a tres pruebas...tres pruebas en extremo riesgosas.
– Fantástico - susurraron con sonrisas expectantes los gemelos.
– ¿Fantástico? Solo un idiota entraría a una muerte segura - comento Alheli con sus ojos puestos en el director.
– Por lo que el Ministerio decidió aplicar una nueva regla. Para explicar todo esto, tenemos al Director del Departamento de Cooperación Magica Internacional: El señor Bartemius Crouch - el mencionado se levantó de su asiento.
Aúnque antes de que pudiera llegar hasta el Director de Hogwarts, una serie de truenos y relámpagos resonaron en el lugar. El techo que mostraba, gracias a la magia, el cielo y las estrellas, ahora se encontraba nublado, como si de una tormenta se tratara.
No obstante todo esto se detuvo pronto. Un hombre había alzadado su varita y con un simple movimiento detuvo el desastre.
– ¡Ya vieron! Es Ojoloco Moody - exclamó en voz baja Ron.
– ¿Alastor Moody? - cuestióno Hermione.
– ¿El cazador? - sorprendida Alheli miraba al sujeto.
– ¿Quién? - susurro Harry, confuso hacia su hermana mayor.
– El cazador de magos tenebrosos - dijo Ron con una pequeña mueca.
– ¿Quién es?
– Hari, es por él que las celdas de Azkaban estan repletas - respondió Alheli - Es un Auror increíble, aunque dicen que esta completamente loco.
– ¿Tú como sabes eso?
– Dah...Pasar el tiempo en la biblioteca me ayuda, ¿sabés?
Todo el lugar se quedo en silencio, mirando como el hombre caminaba con cautela y algo de dificultad, hasta donde de encontraba el director; ambos hombres se saludaron, seguido de que Alastor caminara hasta una de las paredes, para después sacar una botella de su saco y tomar de esta.
– ¿Qué creen que este bebiendo? - pregunto Seamus. Todos miraban al hombre con inquietud y algo de "desagrado".
– No creo que sea jugo de calabaza lo que sea que este bebiendo.
Alheli negó con su cabeza para después mirar hacia enfrente, en donde Barty se posicionó frente a todos. El hombre se notaba incómodo, quizás nervioso.
– Hemos decidido hacer un análisis, en el que el Ministerio decidió que por su seguridad a ningún estudiante menor de los 17 años se le permitiría ingresar al Torneo. La decisión es definitiva - informo Barty, escuchando las quejas y murmurós de todo Hogwarts.
– ¡Es injusto! - exclamó Aitana desde su mesa: Ravenclaw. Su padre la miro sorprendido, no esperando eso.
– ¡Injusto!
– ¡No se vale! ¡La gloria no se le debe negar a nadie! - grito esta vez Azariel desde Slytherin. Sus compañeros lo miraron de mala forma, sin soportarlo.
Snape únicamente rodó sus ojos, ignorandolo. Alheli sonrio.
– ¡Silencio! - Dumbledore grito, causando que todos guardarán silencio.
Con un movimiento de su varita hizo que una extraña torre a su lado, se desvaneciera, dejando a la vista una enorme copa marron de la cual salian llamas azuladas.
Alheli se mostró sorprendida, aunque no fue la única. Todo Hogwarts observaba esto con sorpresa y curiosidad.
– El Cáliz de Fuego - pauso - Quien desee participar en el Torneo, solo debe escribir su nombre en un pedazo de pergamino y lanzarlo a la llama antes del jueves a esta hora. Piénsenlo con mucho cuidado. De ser elegidos, ya no hay escapatoria - su voz era sería y dejaba influir misterio en los estudiantes - Dicho esto. El Torneo de los Tres Magos da comienzo.
Alheli no pudo sentir más que un extraño escalofrío recorrerla. Algo le decía que con ese extraño Cáliz nada bueno se podía esperar.
– ¿Participaras? - cuestióno Fred sacándola de sus pensamientos, mientras sonriendo.
– ¿Estas bromeando? Tengo 14 años, Fred-Tonto - contesto con obviedad, mirándolo como si tuviera algun tipo de problema.
– Fue solo una pregunta. Talvez y esa cosa no es capaz de saber nuestra edad.
– No lose, además no importa - suspiro - Ni pienso participar en una cosa así. No estoy loca.
– Es la gloria - hablo George.
– ¿Acosta de la muerte? No, gracias. Quiero un año tranquilo...¿Cierto, Harry?
– ¿Huh? - el pelinegro la miro, asintiendo rápidamente - Por supuesto.
Un año tranquilo.
Muchas palabras, la verdad si escribía más era claro que este capítulo no llegaría hasta el año que entra.
Espero y les haya gustado, me encantaría que votaran y comentaran. Adoro leer sus comentarios, son los mejores.
Pues les di de todo en este capítulo. Momento con Theo, momento Theo y Ron, Drama... Más drama y por supuesto la presencia de unos personajes que no lo habíamos visto bien: Aitana Crouch y Jules Parkinson.
¿Les cayeron bien? ¿Las odian? ¿Qué opinan?
No opinare nada, pero son parte fundamental para este cuento.
La verdad perdí totalmente el curso después de la discusión de Jules y Alheli, eso de que Theo saliera no era mi plan, pero me gusto. Que bonito que salió de metiche.
Otra cosa, me super reí al darme cuenta que mientras Harry soñaba con Voldemort y como mataba Nigini a un señor; Alheli estaba soñando que se la besuqueaban.
Juró que mi plan era hacerlos soñar lo mismo, pero me gusto más el besito 💋.
Ya sin más que escribir, los leo en el próximo capitulo, bayyy.
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