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𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋

A través de ti, Eren.

Tres años han pasado desde la llamada "batalla del cielo y tierra". Aquellos que sobrevivieron luego de las incalculables vidas que se perdieron, aún son atormentados por heridas sin sanar. Mientras el mundo sufre por lo perdido, su miedo se hace realidad. La nación de Eldia formó un ejército controlado por Jeageristas, y ahora enfocan sus fuerzas en fortalecer la milicia. Temerosas de las represalias de la gente al otro lado del mar, la isla grita una sola voz.-"Si ganamos, vivimos. Si perdemos, moriremos. Sin pelear, no podemos ganar. Pelea, pelea".-Aún así, él conflicto no terminará hasta que Eldia o el mundo, desaparezca. Fue lo que Eren pensaba, y quizás, tenía razón. Aún así, él decidió dejar este mundo en nuestras manos, este lugar en el que ahora vivimos; un mundo sin titanes. Las heridas nunca se superaron, ni mucho menos fueron olvidadas las personas que carecieron de vivir, por sacrificar su corazón por la vida de los demás. Ahí yacía Armin, parado en aquel borde de ese barco, observando el cielo, mientras que sentía la brisa remover su cabello. Estaba junto a los demás, junto a quienes siempre lo acompañaron, de camino a la Isla donde siempre pertenecieron. Deberían encargarse de una alianza pasiva con Marley, deseaban evitar otra guerra.

Aún lado de él, lo acompaña aquella joven mujer, de quien estaba profundamente enamorado. Aster Arcane yacía con su cabello corto, su mirada estaba con una expresión neutral, observando el mar. No había quien lo alejara de aquel chico que la provocó enamorarse perdidamente, le quería sin duda. Ella acarició su espalda, sabía que estaba pensativo, que a pesar de los años, no podía olvidar a quienes perdió. Una parte de su corazón, siempre estaría allá con ellos. Armin miraba al cielo, viendo el ave que desplazó sus alas, las plumas cayeron en las manos de Armin, y él tan solo sonrió nostálgico. Cada vez que veía un ave, le hacía recordar la libertad que de seguro Eren debía estar disfrutando más allá de la eternidad en la que ellos aún no podían ser capaces de obtener. Agarro esa pluma, y la acaricio, cada día se preguntaba si Eren y Kira se habían reencontrado, anhelaba con que fuera así, pues no había día y noche que no recordara a esa niña, a quien siempre amo. Sus ojos se humedecían, tres años aún no había sido su disiente, dolía recordarla, la echaba de menos. Se aferró a Aster en un abrazo, y juntos continuaron la travesía con melancolía.

Sabían que la ausencia de varios, les afectaba. Una de las que prefirió irse, y distanciarse de todo eso, fue Mikasa Ackerman. Encima de la colina de aquel árbol, en donde dormía Eren, esperaba con ansias el regreso de sus amigos. Su cabello estaba largo, y vivía con algo de paz, luego de la pérdida de su mejor amiga, y su hermano. Si, a pesar de todo, jamás podría olvidarles tan fácilmente. Ella acarició la tumba de Eren, y en su cuello, la cubría la roja bufanda que él con un acto de amor, y hermandad, le había brindado.-Eren, pronto todos vendrán a verte. De seguro estás feliz.-musitaba ella, con sus ojos humedecidos, y recordando como siempre solía ir a despertar a Eren cuando niño, en esta colina.-Desearía volver a verlos.-expreso, entristecida, con sus lágrimas fuera de sus ojos. La soledad la abrumaba, sabiendo que quizás, hubiese estado aquí con Kira, observando el cielo. Mikasa alzó la mirada al cielo, observando llorosa el ave que se avecinaba a ella con velocidad, y se sobresaltó cuando picoteó la bufanda. Ella abrumada se quedó aturdida, pues el ave se fue, pero era como si se la hubiese acomodado, y en su mente, vino la viva imagen de Eren colocándole la bufanda, ella llorosa lo recordó, con su corazón en pedazos.

Más allá del mar, y de los muros, en aquella nación de Marley, en la orilla del mar. Estaba él, Levi Ackerman estaba sentado, sin movilidad de sus piernas, pero disfrutando el paisaje del atardecer; como siempre solía hacer, junto a esa que ya no estaba. Veía en el mar como aquellos jóvenes adolescentes, jugaban con su pequeña hija de cuatro años. Gabi y Falco nunca abandonaron a Levi, mucho menos a la pequeña que remojaban con el agua salada. Él estaba con una expresión neutral, mientras que observaba cómo su pequeña, sonreía. En su mirada, se detallaba algunas facciones de la mujer que amo, y que nunca olvidaría. La niña tenía la forma de la sonrisa, e incluso de sus ojos, pecas yacían saliendo de sus mejillas. Su cabello era largo como el de su madre, pero oscuro como él de su abuela, Levi era dichoso de recordar a las dos mujeres más importantes de su vida, en esa niña, en esa pequeña tan genuina. Él había perdido su fuerza, incluso sus ánimos de mantenerse con vida, pero con escucharla, le daba aliento a todo. Ella jugaba en el mar, y el melancólico, recordó cómo Kira la sujetaba en sus brazos, para que sus pequeñas piernas, tocaran el mar.

-¡Papá!-la pequeña lo llamaba, quitándolo de sus pensamientos tan nostálgicos.-Mira lo que encontré.-esbozo ella, mostrándole como en sus manos, sostenía un coral, uno precioso.

-Tráelo, te lo guardaré.-le pidió Levi con una suave voz, mientras que ella salía del mar, y dejaba que el viento hiciera flotar su traje, mientras que Falco y Gabi, continuaban salpicándose la salada agua.

-Mira.-le enseñó Kai, mientras que Levi sostuvo en sus manos el coral, el tan solo veía por un ojo; había quedado ciego, y Kai de manera tierna, acarició su mejilla, sus cicatrices.-Te ves muy rudo, papá.-indicó Kai, sonriendo.-¿Podemos llevarlo a la tumba de mamá?-pregunto Kai, de manera inocente, sentándose en la falda de su padre.

-Ya tiene varias.-expresó Levi.-Pero si, iremos por unas flores, y se las dejaremos.-le indicó, ella sonrió, mientras que él besó su mejilla.

-Pero, esperemos a que Armin y Mikasa vengan, de seguro querrán llevarles más flores.-comentó la niña, ella era sumamente inteligente, y noble, como Kira.

-¡Ven Kai, aquí hay más!-le aviso Falco, él adoraba a esa niña, la cuidaba como su hermana pequeña, y es que él, tenía mucho cariño por la madre fallecida de ella.

Kai se levantó de la falda de Levi, y corrió hacia el mar. Encharcó sus pies, y sonreía. Levi se quedó observando el coral, y de un momento, sintió una fuerte brisa. Sentía que a veces Kira lo abrazaba a través de ella, no podía olvidarla. Habían sido tres años, pero había aprendido a sobrevivir con su ausencia. Disfrutaba cada momento de paz con su hija, ella era todo lo que necesitaba. Se quedó sentado en la arena, mirando el atardecer que de seguro Kira estaría disfrutando. Cerró los ojos, y nuevamente sintió esa brisa. Su piel se erizó, de seguro era ella quien estaría ahí, abrazándolo, porque juro que a través de la brisa escucho su voz, su hermosa voz en un leve canto para sus tímpanos que él jamás podría olvidar. Aquella mujer entregó su corazón con amor, y él lo sabía. Llevo su mano a su bolsillo, y de ahí, saco el anillo de Kira, lo observó con detenimiento, y lo beso. En un leve impulso, Levi con la fuerza del viento, lanzó el anillo al mar, con el anhelo de dejar libre a la mujer que siempre amo, recordándola a través de las memorias, con el deseo de verla en otra vida. Las lágrimas salieron de sus ojos, y su corazón se apretó, pero él, continuaría, porque viviría por Kai.

No hubo un final feliz, no hubo una persona que no sufriera un costo de la vida, de ese mundo en el que nacieron, pero al final, todo había encajado. Más allá de la dimensión, un pasado se arregló en aquel bucle del tiempo, con la elección de Eren, con el desenlace de su muerte, y de la mujer que amaba. El tiempo dio giratorio, y el bucle se detuvo. Un cielo claro, y de tonos azulados fue lo que Eren vio cuando despertó. Su cuerpo estaba repleto de arena, una que recordó. Se levantó soñoliento, como si hubiera estado dormido tanto tiempo. Restregó sus ojos, y observó alrededor. No habían muros, ni uno solo. Había un gran lago, aquel llamado mar, que también lograba reconocer. No entendía que hacía durmiendo en la arena, o como se había quedado dormido ahí, pero se acababa de despertar de un largo sueño. Se levantó confundido, y memorias se plasmaron, como si recordara cada cosa que había pasado. No era el cielo, no era la eternidad, era la vida repitiéndose, para que viviera lo que no pudo vivir, y por lo que murió en la otra vida para arreglar esta. Su corazón se apretó, y llevó su mano a su cabeza. Era un joven con vida nuevamente, un joven que volvería a vivir todo, pero de otra manera.

Se quedó inmóvil, el sacrificio de la vida anterior, lo condujo a esta, y no dejaba de ver ese mar. Las memorias continuaban plasmándose en sus ojos, y entre ellos, unos azulados ojos lo recorrieron. No entendía mucho, o si todas esas personas que conoció volverían a estar en esta vida, pero si de algo estaba seguro, es que quería volver a verlos. Su corazón brincaba, danzaba de felicidad. El de giro ante unos pasos, ante sentir alguien. Su piel se erizó y se tenso cuando se giró, y observó de reojo, no sabía si era coincidencia, no sabía si estaba en otro sueño, pero ella estaba descalza, caminando; era joven, igual que él. Su largo cabello rubio se movía con el viento, se veía abrumada y asustada, pero era por no creer lo que estaba sucediendo. Fue subiendo la colina de a poco, sus azulados ojos miraban aquellos verdosos ojos. Eren y Kira, se volvían a reencontrar, porque todo fue a través de Eren, en que aquel bucle volvería a restablecerse, para que ellos pudieran renacer, y estar juntos, como nunca jamás pudieron estar. Estaban frente a frente, como si no lo creyeran. Los recuerdos de sus vidas pasadas los atormentaron en un momento, pero solo ellos dos estaban ahí, y solo ellos dos importaban. Estaban en aquel mar, en donde en la vida anterior, cortaron un amor, pero en este, lo pactarían. Se miraron, se examinaron, y de un impulso, Kira se lanzó temblorosa a Eren. Lo apretó y abrazó con fuerza, como si quisiera sentirlo, y no soltarlo nunca jamás.

-Te dije que te buscaría en la otra vida.-susurró Eren, abrazándola con fuerza, para así, dejar sus lágrimas salir.

-Gracias, Eren.-musitó ella, mientras que sus labios se unieron en un beso, en un grato beso que sellaría para siempre, el amor que siempre esperaron dar.


F 𝐈 𝐍










Hola. Les escribo con mucha melancolía, pues jamás pensé acabar esta historia tan rápido. Estoy feliz de que hayamos podido llegar hasta aquí, después de todo, le doy gracias a ustedes. Les explico el final de esta historia, y que decidí sumergir la teoría del bucle del tiempo. Aquí es donde damos entendimiento a qué porque siempre dije que la historia al final trataría de Eren, porque sería al final que ambos protagonistas, terminarían juntos. (Ante Eren arregle el futuro, el pasado renace, y con eso, Kira y Eren enmiendan un destino, logrando así, recrear su amor; sus memorias del futuro estaban guardadas, así que ambos se recordaron, y se buscaron justamente cuando volvieron a despertar del bucle, esto no implica que el futuro que narre en este capítulo, no se haya dado).

Continuó dándoles gracias, pues fueron pacientes y muchos siempre anhelaron el final, en donde Eren y Kira serían felices. Es aquí donde ambos son felices, y su historia de amor empieza. Fue una hermosa historia, que sin duda alguna, ame hacer. Se qué hay muchas dudas, y se las dejaré clara en un próximo capítulo llamado "Curiosidades". En fin, escribo esto con lágrimas en los ojos. Espero que hayan quedado satisfechos, y felices con este final, porque yo estoy encantada con este final que tanto espere por mostrarles. Siempre recordaré el amor, y el apoyo tan grande que le dieron a esta historia. Nos vemos pronto, y por siempre, amare esta historia. No podré dejar de estar agradecida, sin ustedes, nada podría haber sido posible. Nos leemos pronto.

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