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𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐭𝐫𝐞𝐬

Acecho en Trost.

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Bajo de aquel sol caminábamos, con intención de infiltrarnos a Trost. Estábamos bastante cerca, habíamos pasado la noche en los bosques, sin haber podido pegar un ojo con miedo a que nos hubiesen encontrado. Mis párpados estaban pesados, y de seguro mis ojeras debían estar marcadas. No dejaba de bostezar, y caminar vagamente, pero aún así, continuaba caminando. Aún caminábamos en grupo, pues al momento en que llegáramos al distrito, nos separaríamos para no levantar sospecha alguna. Iba en la parte de atrás, mirando a todos lados de manera maliciáis, y es que estaba consiente de que si nos encontraban, a mi también me llevarían. Sentía algo de ansiedad, pero no lo suficiente para estar asustada, pero si estaba preocupada por los que estaban frente a mi. Eren y Historia, quienes yacían caminando vagamente y cabizbajos. Por un instante decidí adelantarme, con la intención de quedar entre medio de ellos dos, pero fue ahí que al mirar a mi campo visual, los colores cambiaron. Una masa de nubes recorrían con rapidez, y los tonos brillantes, de aquel violeta y rosado, con azul entre medio, me alarmaron.

Era como si el viento las moviera rápido, y por un instante, yo estaba sola en aquel limbo. El fresco aire me azotaba, pero era capaz de ver a través de ese clima, lo que pasaría justo en unas horas, de este día. Sentí mi corazón palpitar con fuerza, y es que, no sé en qué momento pude haber hecho esto, pero vi claramente como Historia y Eren, estaban en una carreta y les perseguían. Se sintió real, y en este mismo ambiente en el que estábamos caminando. Podía ver las expresiones de Historia, y de Eren, asustados e impotentes ante no parecer no poder hacer mucho. Veía esto como imágenes en mi cabeza, no comprendía el porque los colores de mi campo visual cambiaban, pero tan solo continué viendo las imágenes que se plasmaban en mi cabeza. Fue ahí, que lo vi. Sus grises ojos me miraban, y de un instante, unos fuertes brazos me atraparon, y veía como Levi actuó en socorrerme e ir detrás de mi, pero pareció que eso no fue suficiente. Las imágenes cambiaron de tiempo, y parecía estar en un bosque, a plena noche, y con la iluminación de la luna llena. Sentía dolor en mi cuerpo, y mis lágrimas bajaban, pero no podía gritar; mi boca estaba amordazada, y como si fuera capaz de sentir el sabor amargo de la sangre plasmada allí.

-Eren.-mi mano agarro la camisa de él, llamándole mientras caminábamos, y es que al tocarlo, sentí algo más, sentí esas punzadas en mi cabeza; aquellas que parecían atacarme, cuando descifraban que estaba rompiendo mi maldición.

-Kirah.-él se detuvo en seco, y lleve mi mano a mi cabeza, mordiendo mis labios, pero aún así, la punzada que sentí cuando toque a Eren, me estaba explotando la cabeza.-¿Qué tienes?-me pregunto, totalmente preocupado e intentando de mirarme.

-Me duele, me duele.-le decía, apretando su camisa, la cual estaba debajo de su capa.-¡Ah!-empece a perder el balance, y sentí como me aferré al cuerpo de Eren, mientras que sus brazos me apretaron.

-Sus ojos... sus ojos... están, están brillando... -la temblorosa voz de Sasha se adentró a mis oídos, mientras que veía como todos me miraban de manera extraña, excepto los que sabían lo que me estaba ocurriendo.-¿Es un titán?-preguntaba Sasha, pero yo solo estaba apretando mis labios, y comprendiendo que a través de otros ojos, pude ver lo que pasaba.

-¿Qué pasa?-Mikasa estaba frente a mi, intentando de aguantar también mi cuerpo, como lo hacía Eren.-¿Es la maldición?-me preguntó, pero ella esperaba otra respuesta, es como si supiese que había visto algo.

-No importa lo que hagamos, van a llevarse a Eren y a Historia.-mire fijamente al capitán Levi, este quien yacía detenido mirándome con una expresión que no podía describir, era como si estuviese preocupado.-Incluso a mi.-dije con una voz temblorosa, y con mi mano libre tocando mi cabeza, mientras que mi cuerpo aún estaba siendo sostenido por Eren.-Se siente como si mi alma se partiera en miles de pedazos y transcendiera vagamente por el tiempo.-dije mordiendo mis labios, evitando gemir.

-Está mutando su habilidad, la desarrolla. Justo como el pastor Nick afirmó que pasaría.-Armin habló a mi lado, él también me socorría.-¿Te duele mucho?-me preguntó, y yo asentí, sintiendo su mano acariciar mi cabeza.

-Pero el pastor Nick indicó que los dolores se deben a que ella está desviándose de su destino, que está rompiendo la maldición.-hablo Eren, interfiriendo con el pensamiento de Armin, pero estaban ambos en lo cierto, estaba desarrollando mi maldición, y también rompiéndola.

-¿De qué están hablando? ¿Qué maldición?-Connie se interpuso, con intención de observarme, pero yo continuaba aferrada a Eren y siendo bloqueada pro Mikasa y Armin.

-No tenemos tiempo, debemos infiltrarnos a Trost.-comentaba Jean, intentando de que avanzáramos, pero no podía moverme.-Capitán, danos una orden.-le pidió Jean a Levi, a quien pude ver cerca de mi, y lo supe por sus pies, los cuales veía ante estar cabizbaja.

-Pero, es que no puede moverse.-le dijo Armin a Jean, quien esclarecía su prisa.-¿Crees que está bromeando? Esta sudando, se le marcan las venas. ¿Acaso no viste sus ojos? No es una jodida broma, Jean.-Armin hablaba de manera agitada, intentando de que Jean entendiera mi posición.

-Dámela, Eren.-Mikasa se había movido del medio, justo ante ver como el capitán estrechaba sus brazos, intentando de que Eren me levantase y dirigiera a sus brazos.-Ya dijo lo que pasará, pero aún así, no le daremos la ventaja de que os atrapen fácilmente.-sentí como sus brazos recogieron mi cuerpo, y es que abrí mis ojos cuando las punzadas en mi cabeza se detuvieron, justo cuando hicimos contacto y dejé de tocar a Eren.

-Toma, un poco de agua.-vi como Historia se acercó a mi, humedeciendo sus manos y pasándola por mi rostro, haciéndome sentir fresca, también me ayudó y me la dio en la boca.-Has hecho mucho por nosotros, y hemos sido muy malagradecidos contigo.-decía ella, alejándose de mi, mientras que escondí mi cabeza en el cuello de Levi, intentando de retomar el aire.

-Nos infiltraremos en Trost, pero queda claro que lo más probable irán a por Eren, Historia y Kirah.-hablaba Levi, mientras caminaba.-Nos dividiéremos en grupo, y nos tocará hacer algunos intercambios. Lo más cercano a Eren, es Jean, y lo más cercano a Historia, es Armin. Por lo tanto, intercambiaremos ropa para que puedan tener similitudes. Supongo que de ser así, se os llevarán a ustedes dos, pero claramente colocaremos a un grupo para que los sigan, y los protejan.-continuaba diciendo, mientras que yo estaba aferrada a su cuerpo.-Otro grupo someterá a Eren y a Historia en otra carreta, la cual será llevada hasta la residencia del comandante Pixis, ahí estaremos a salvo. Esto sucederá tan pronto lleguemos a Trost, la división de grupo hará que no levantemos sospechas.-terminó indicando Levi, a lo que al parecer todos parecieron entender.

-¿Qué pasará con Kirah?-la voz de Eren se fraccionó en mis oídos ante su inquietante pregunta por mi posición, la cual claramente no había sido establecida por Levi.

-Estará en mi grupo en todo momento, de algo pasar, y de unirla a ustedes, podrían llevárselo a los tres y no tendríamos ventaja. Si tenemos a Kirah a salvo, y de ustedes ser llevados, su fuerza y capacidad sería ventaja para hallarles.-le terminó indicando Levi.-Por lo obstante, seguimos avanzando, mientras; aprovechen para vestirse e intercambiarse de ropa.-comentó, lo que entonces el plan sería llevado a cabo justo como indicó.-Cuando lleguemos al pueblo, el escuadrón de Hange someterá a Eren e Historia en una carreta, y los guiará hasta el residencial de Pixis. Los demás de ese escuadrón, incluyendo a Niffa y Kirah, se encargarán de protegerles. Luego me les uniré, lo más probable se lleven a Jean y Armin pensando que son Eren e Historia, andando.-todos parecieron estar de acuerdo, inclusive yo.

No había descifrado como las punzadas en mi cabeza, se detuvieron, solo se que cuando Levi me toco y me aferro a su cuerpo, se detuvieron. Intentaba de darle lata, y de pensar en cómo era posible que cuando tocaba a Eren, estas punzadas se intensificaban, pero cuando Levi me tocó, desvanecieron. ¿Era algún tipo de mensaje? Si era así, no sabía cómo descifrarlo. Para poder llegar a una teoría, o armar este rompecabezas, necesitaba la mentalidad de Armin, su amplia mente podía resolver los cabos más atados, pero no estábamos en situación para sentarnos a charlar sobre esto. Mis manos rodeaban el cuello de Levi, quien caminaba en dirección a la enterada del distrito de Trost. Lo veía, veía sus facciones y su lacio cabello caer en su rostro. Estaba serio, y creo que era algo que no cambiaria en él, parecía distinguirle ese semblante, pero yo estaba mirándome porque empezaba a darle casco a lo que había dicho en aquella cabaña. Había confirmado sus sentimientos hacia mi, sin temor y sin represarías, solo los acepto. No podía denegar que mi corazón latió de emoción ante escucharlo, ante escuchar esas palabras provenir de él. No sabía en que momento empezó a sentirse así respecto a mi, pero me estaba alegrando que lo sintiera. Veía sus carnosos labios, y aún no era capaz de asimilar que los había probado, e inclusive, que yo era suya, aún aunque mi corazón pareciera estar confuso a lo que realmente deseaba tener.

Deje de mirarle, y sentí como gatas de sudor me bajaban por la frente. Eera como si la calor de aquellos dolores, se hubiera pegado en mi piel. Suavemente sentí como Levi me bajo de sus brazos, y es que estábamos frente a uno de los pueblos de Trost, donde la gente empezaba a rodearnos y mirarnos, pero eran pueblerinos normales, debían estar haciendo sus compras o pasando el rato. El fresco viento me alivio de mi calor, y veíamos a la gente caminar como si nada, como si no fuésemos nadie, estábamos pasando por desapercibidos, y eso al menos era una gran ventaja para nosotros. Me uní a mi compañera pelirroja, esa con quien no tenía ningún tipo de entrelazo, pero aún así, me abordaba al plan junto a ella y él escuadrón de Hange. Antes de partir, dirigí mi mirada a Armin y Mikasa, y me asintieron, dándome la seguridad de que estarían a salvo. Los vi yéndose, junto a Levi, quien también miró atrás, para observarme unos segundos. Era como si su mirada también me transmitiera algún tipo de mensaje, como si no quisiera irse de mi lado, pero tan solo desvíe la mirada para acoplarme a ese plan que él mismo había ordenado.

Con cuidado me acerque a Historia, siendo la más sutil en ayudarle a subirse en esa carreta. Se había cambiado la ropa, tal y justo como el capitán Levi se lo ordenó. Y si, Armin ahora tenía su ropa, y es que realmente eran algo parecidos. En cambio Eren con Jean, no tanto, pero aún así, pasaban desapercibido. Este me miró, y le ayude también a montarse en la carreta. Sus verdosos azulados ojos me miraban detenidamente, sabía que una parte de su mente estaba quemándose de tanto pensar en la situación que nos rodeaba, por un instante nuestros rostros se quedaron cerca, y es que Eren tenía sus manos en mis hombros, como si tampoco pudiese dejarme ir. Le mire, le mire apenada, porque sabía que pese a todo, le estaba haciendo pasar malos ratos, respecto a lo de Levi, y no era algo que me agradaba; no era una mala intención, ni siquiera, era mi intención. Le asentí, dándole esa seguridad de que podía dejarme ir, de que estaría bien. Y aunque le costara, me soltó. Proseguí en cerrar aquella cortina, para ver cómo uno de los soldados de Hange, avanzaba con los caballos, arrastrando la carreta mientras se tapaba con su capucha.

-Bien, vamos a los tejados.-indique, mirando a los demás hombres que yacían cerca de mi, al igual que Niffa, que parecía ser la única mujer, además de mi.-A través de los tejados podemos vigilarlos, e usar los equipos de maniobras tridimensionales en caso de que algo ocurra mal.-les explique, viendo como me asentían, y me siguieron en el instante en que me eleve en el cielo, para plasmarme en el tejado.

-Vaya, si es que Hange tenía razón. Era mejor tenerte aquí, que allá.-me halago uno de sus hombres, a quien le asentí con gratitud ante eso.

-De seguro irán por Jean y Armin, no son tan tontos como creemos, debían estar siguiéndonos ya, solo que no nos pisaron los talones tan rápido.-les comenté, caminando por los tejados con rapidez, y es que la carreta se movía bastante rápido.-Creáremos distancia por los tejados, de vernos juntos, levantaríamos sospechas.-les pedí, viendo como empezaban a desplazarse.

-¿Eso crees?-me preguntó Niffa, curiosa y llegando a mi lado, no tarde en asentirle.-¿Entonces el plan no valdrá de nada?-me preguntó, y yo le negué.

-Claro que si.-le indique, continuando mi caminata por los tejados junto a ellos, de manera sigilosa e aislados.-Nos dan más tiempo para escalar y que estén enfocados en ellos, no los conocen del todo bien, solo se los describen, así que estará enfocados en ellos; mientras que nosotros guiaremos la carreta hasta el residencial de Pixis.-le explique.-Justo como dijo Levi, no importa que nos atrapen, lo importante es que le dimos pelea.-comenté, deteniéndome en aquel tejado.

-Se ha detenido.-dijo Niffa, bajándose sigilosamente a mi lado, mientras que me puse aquella capucha, por si acaso.-Hay mucha gente, no podrán pasar a través de ellos.-comentaba preocupada, y mirando el ambiente.

-Nos tocará esperar.-le dije, mientras que alce mi cabeza, buscando a uno de los soldados de Hange y dándole una señal de espera.-Tan pronto se muevan, avanzaremos otra vez.-dije, bajando mi cabeza y observando la carreta.

-¿Te sientes mejor?-la voz de Niffa, aquella pelirroja se dirigió a mi, a lo que continué mirando la carreta donde Eren y Historia estaban, aún no se movían.

-Si.-le respondí, cortantemente.-Gracias.-le agradecí, viendo como su expresión pareció sentirse con gratitud ante mi agradecimiento.

-No hay de que.-dijo, con una serena sonrisa de lado.-Eras muy callada en la escuela militar, puedo admitir que a veces me intimidabas, pero es bueno ver que te has convertido en algo mejor.-me dijo, mientras le miraba.-Tú el capitán realmente son dos mismos polos.-pareció halagar, a lo que tan solo mantuve un semblante serio por su comentario.

-Eso parece.-dije, sin molestia, o expresar más allá sobre el tema.

-Lo siento.-vi como bajo la cabeza, aunque aún así, sonreía avergonzada.-Es solo que, estoy algo ansiosa y intento de calmarme creando conversación.-me dijo, justificándose, a lo que negué.

-Entiendo.-le dije, viendo como parecía calmar su semblante ante mi neutral expresión con ella, le hacía entender que no me molestaba.-¿Alguna vez te has enamorado?-le pregunté, intentando de ser yo quien creara conversación, viendo como ella abrió los ojos sorprendida por mi repentina interacción y pareció sonrojarse.

-Si.-dijo, aún sonrojada.-Murió en una de las expediciones.-la mire apenada ante su comentario, cabizbaja ella sonreía con sus ojos cerrados como si le recordara.

-Lo lamentó.-le dije, algo apenada ante haber sido quien sacara aquel tema.

-No, está bien. Me gusta recordarle.-me dijo, mirándome, con sus ojos abiertos y un semblante calmado.-Pensé que me había equivocado en escogerle, pero no fue así. Me hizo muy feliz, incluso antes de morir.-ante eso, la miré fijamente, llenándome de dudas.

-¿Como supiste que no te habías equivocado en escogerle?-le pregunté curiosa, deseando saber, y es que ella no sabía que buscaba algún tipo de consejo que pudiera ayudarme.

-Uno siente cuando el corazón le pertenece a la persona, cuando le abrazas y te sientas segura, cuando solo quieres buscar su mirada alrededor de millones de personas para sentirte en paz.-mire nuevamente a la carreta ante eso, viendo que aún no se movía por la cantidad de gente que estaba alrededor.-Amar es bonito, pero amar a la persona que te ama, es inexplicable.-ante sus palabras, tan solo sentí una punzada en mi corazón, como si supiese quien es esa persona, pero tan solo continué mirando la carreta, hasta que él se plasmó al otro lado del tejado.

-Capitán.-Niffa le miró, y yo también, él venía con su capa e incluso capucha, mientras que vi como sus grises ojos se dirigieron a mi.

-Kirah, ¿como te sientes?-Levi me pregunto de manera preocupante, mirándome fijamente y parecía examinar mi semblante, incluso postura.

-Ya puedo mantenerme de pie, es lo que importa.-le respondí serenamente, viendo como él asentía ante mi respuesta.

-¿Como va todo?-nos preguntó, a lo que pude deducir que de seguro, Jean y Armin habían sido capturados.

-La calle está repleta de gente, nada más.-le explicaba Niffa a mi lado.-Casi han llegado a la residencia del comandante Pixis.-añadió, mirando a Levi, quien la escuchaba.-¿Qué tal el plan del cambiado?-le preguntó curiosa.

-Un éxito.-dijo él, pero algo en su expresión pareció no confirmarlo del todo, se veía pensativo y algo pasaba, lo podía descifrar.

-Pues no se le nota mucho.-le comentó Niffa; quien también pareció descifrar que algo andaba mal.

-No.-dijo él, sin darle mucha importancia, pero yo sabía que algo estaba pasando por su mente.

-Capitán, la carreta empezará avanzar en breve.-indicó Niffa, y es que se pudo ver cómo la gente empezaba avanzar, lo que le daría acceso a la carreta de poder moverse.

-Levi.-le llame, viendo como sus grises ojos me miraron detenidamente.-¿Qué ocurre?-le pregunté curiosa, viendo como él pareció sorprenderse ante mi descifre.

-¿Conocen a Kenny el destripador?-nos pregunto, a lo que no tarde en reflejar recuerdos de mi pasado sobre ese nombre, asentí.

-Un asesino en serie, justo establecido en la capital.-le dije, viendo como él asentía ante mi comentario, afirmando que era el mismo hombre.-Una mala historia que os contaban de niños.-le dije a Niffa, quien me miró ante mi comentario anterior, pero ella también parecía conocer.

-Dicen que le rebanó el pescuezo a más de cien agentes de la policía militar, pero eso fue hace más de unos años. Lo hace una leyenda urbana.-añadió ella, murándonos.

-Pues en realidad existe, y todo eso es verdad.-nos dijo Levi, a lo que quede algo confuso ante su afirmación.-Estuve viviendo una temporada con él cuando era pequeño.-nos contó, pero tan solo lo sentí algo ido, él no estaba precisamente aquí, estaba muy pensativo.

-¿Ah que viene todo eso ahora?-pregunto ella, mientras que aún le miraba, algo estaba pasando y Levi lo sabía.-No es el mejor momento para bromas.-indicó Niffa, pero mi piel se erizo, y de reojo, pude observar a un hombre subiendo aquel tejado.

-¡Kirah!-el grito de Levi casi derrumba mis tímpanos, pero no más que ese sonido de aquella lanza, que se incrustó claramente en él craneo de Niffa.

-¡No!-grite aturdida, escondiéndome detrás de aquel tejado, y es que la sangre de esa chica se había plasmado en mi rostro, mientras que sentí mi corazón palpitar con fuerza.-Cabrones... -los grises ojos de Levi me miraban, detenidamente, e incluso, asustado; como si deseara tenerme a su lado y no tan lejos.

-¿Qué hay Levi?-podía ver la sombra de ese hombre, y escuchar su gruesa voz dirigirse al hombre a mi lado, quien aún me miraba, como si intentara de llegar a mi de una manera u otra.-¿Has crecido desde la última vez?-pregunto, mientras que mis ojos se abrieron como platos, cuando visualicé a todas esas personas elevarse en el aire con equipos de maniobras tridimensionales, y armas que desconocía, pero ese hombre se elevó en el cielo, portaba un sombrero y le apuntaba Levi.-¡Anda, si estás casi igual que entonces!-grito, mientras que mi corazón continuaba palpitando, sin saber cómo moverme.

-¡Kenny!-el grito desgarrador de Levi describió quien era ese hombre, y tan solo vi como saco el mango de su hoja y se lo lanzó justo en su rostro, para así quitarse la capa y dejar que se hiciera añicos cuando aquel hombre le lanzó algún disparador.-¡Corre!-me indicó, viendo como ágilmente se removió para atraparme en sus brazos y empujarme, incitándome a correr junto a él.

-¡Levi!-le grite asustada, sintiendo como me aferraba a su cuerpo con mucha fuerza, tanto que podía jurar que me estaba lastimando, y es que nos habíamos deslizado por los tejados, pero sin caer al suelo, él estaba usando sus equipos de maniobras tridimensionales.

-¡Quítenle a la niña, es nuestro objetivo!-fue lo que escuché de aquel hombre a través de su gruesa voz, nos estaban siguiendo, y estábamos en desventaja.

-¡De atraparte, intenta escapar, pero yo volveré a por ti con vida!-me grito agitadamente mientras volábamos en el aire, y es qué él no me soltaba, pero iba tan rápido que no podía ver a través, hasta que me soltó.

-¡Eren!-grite gruesamente cuando me eleve en el aire con mis equipos de maniobras tridimensionales, viendo la carreta siendo secuestrada por aquella mujer, proveniente de esa élite de criminales.

Levi y yo elevados en el aire fuimos rodeados, abrí mis ojos grandemente, y es que estaban jodidamente armados. Este me empujó en el aire, continuándome a alentar, y es que fue así que cometí sus mismos movimientos para escapar. Iba sumamente rápido, como nunca antes. Era como si nuevamente empezara a gastar mi fuerza, y es que justo cuando vi a Eren encima de Historia, ambos adormecidos, pude saber que lo que había visto, sucedió. Mis equipos de maniobras tridimensionales me hacían escapar de esa gente, persiguiendo a Levi quien parecía no adelantarse tanto con la intención de guiarme, o protegerme. Mi mejilla se raspó, y sentí un leve ardor ante los disparos y como unos trozos de madera se rompieron, cayendo en mi rostro. Por un instante me giré, y observé detenidamente a ese hombre que portaba un sombrero, me miraba de manera maquiavélica pero aún así, no le di el chance de atraparme, y eso le inquietó, tanto que empezó a lanzarme esos disparos a mi, y a no a Levi. Rodee mi cuerpo en el aire para pasar por aquel callejón, y que no pudiera seguirme el paso, pero nos estaban acechando, así que de nada valía.

Había perdido la vista de la carreta, era mi mayor prioridad, pero me estaban acorralando y gemí grandemente cuando sentí como mi piel pareció perforarse con un gancho. Mi cuerpo se impulsó hacia atrás, perdiendo el balance en el aire y viendo mi sangre sobresalir por charcas, me habían desgarrado la piel o me le habían hecho un hoyuelo, no lo sé, pero mira que dolía. Caí al suelo, y mi cuerpo empezó a rodar y rodar, y es que no pude adentrarme a esa cabaña a tiempo como Levi. Sentí como mi rostro se raspaba con el cemento del suelo, y como desgarraba mi piel. Mis manos temblaron al momento en que las puse en el suelo para levantarme, y es que me estaban jodiendo la salud día tras día, y aún así, yo de manera masoquista intentaba incorporarme, pero al hacerlo, sentí el ardor de mi pierna molestarme. Grite tan fuerte que alarme debí hacer de alarmado a Levi, y es que lo sé, pues a través de la puerta abierta de ese bar, lo vi y como sus ojos se abrieron en el momento en que mi rostro se pegó al suelo con brusquedad cuando me dieron una leve patada, haciendo que mi boca se hiciera sangre.

-Resulta que este bar huele a rata apestosa desde la calle.-estaba en el suelo, sin poder levantarme y sintiendo el peso de un pie en mi espalda.-De una forma u otra vas a tener que salir de ahí, Levi.-intentaba incorporarme, pero su pierna me lo impedía.

-Salte de encima mío, cabrón.-dije, impulsándome con fuerza y sacándome su pierna, pero este, me agarró con fuerza por mi suelto cabello, y dirigió mi cuerpo al suyo.-¡Qué me sueltes!-le indique ante sentir leve dolor en mi pierna, no podía estar parada, me dolía y me estaba desangrando.

-Otra jodida Kamura, maldito linaje, hacen a las mujeres unas cabronas.-masculló en mi oído, mientras que sentí una presión en mi cien, me quede inmóvil, pero ya no veía a Levi en el bar, debía estar escondido.-Si no sales por ella, me la voy a llevar.-decía, intentando de buscar a Levi a través del bar.-Al fin y al cabo, yo vine por ella, así que todas maneras; me quedo con tu novia, mira que está bastante chula.-decía, y él lanzó mi cuerpo con brusquedad al suelo.-¿No vas a salir?-pregunto, y justamente sentí como pateo mi pierna, la cual tenía una abertura, que sangraba.

-¡Ahhhh!-grite desgarradoramente, mientras que él parado frente a mi, se reía de manera burlona, arrastrándome hasta las escaleras de aquel bar, mientras aún gemía.

-No me digas que se ha esfumado.-comentaba, mientras que yo intentaba incorporarme, pero justo en el momento en que lo hice, quede arrodillada aún lado de aquel hombre.

-Aquí estoy Kenny.-afirmó Levi, se escuchaba detrás de aquella barra, en donde estaba aquel mayor hombre asustado.-Cuanto tiempo, ¿como es que ahora estás en la policía militar con la cantidad de agentes que te cargaste?-preguntaba él curioso, mientras que Kenny, aquel hombre me levantaba y me ponía a su lado.-Ah, y te pido de favor, que no le toques un pelo, porque estoy llegando a mi límite.-le dijo, haciendo que la mano de Kenny apretara muy fuerte mi brazo.

-Normal que los críos como tú no entiendan los asuntos de adultos.-hablaba mi lado, dirigiéndose a Levi.-Oh perdona, que tú serás canijo de cuerpo, pero ya tienes una edad. Que de hecho, veo que has crecido tanto que al fin tienes novia, ¿puedo ser el padrino de bodas?-preguntaba y me removía de manera burlona. -En fin, no importa. No creo que puedan tener boda, cuando salgas de aquí, te estarán esperando; te acribillaran, no habrá forma de que escapes con vida.-le decía, y es que yo intente mirar atrás por la puerta abierta, pero no podía, no se veía muy bien.-Así que dime, Levi.-me sobresalte cuando Kenny con su mano libre lanzó una silla hacia la barra, cayendo lo más probable cerca de Levi, la silla se había desprendido. -¿Por qué te uniste a los exploradores? Aunque creo que ya se la respuesta. No deja de ser una afición para llenar nuestros días.-le comentaba, diciéndole más, pero me estaba aborreciendo de escucharle.

-¿Dices que volarle los sesos a mi subordinada es una afición? ¿Oh destrozarle una pierna a mi novia también es una afición?-me quede afligida ante eso que Levi decía, mientras que atrás de Kenny llegó una mujer junto a un hombre.

-Pues si, tengo que matar para alcanzar un bien mayor. Porqué tú también matas para salvarte tu. ¿O no?-le pregunto, mientras que mi cuerpo fue agarrado bruscamente por aquellas dos personas, mientras que la charca de sangre debajo de nuestros pies aumentaban, me estaba desangrando.-Llévatela, ya sabes a dónde debes ir.-le comento, pero justamente pude ver como algo en la barra se removía.

-No la vas alejar de mi.-fue lo que escuché, antes de que mi cuerpo fuera lanzado afuera, justo cuando Levi le disparó a Kenny, quien yacía a mi lado.

Fuertemente caía al suelo, pero así como caí, me levantaron. Y me elevaron en el aire, grite fuertemente, esperando que Levi pudiera seguir mi grito, y es que fue ahí que lo escapar de la ventana del bar. Sus ojos se plasmaron rápidamente en mi, y en cómo aquellas personas escapaban conmigo a través del aire, con sus equipos de maniobras tridimensionales. La sangre empezaba a caer al suelo, y yo sentía debilidad, nuevamente. Mordía mis labios frustrados, no quería que me llevaran, no quería que este fuese mi destino, pero no podía moverme. Aquel hombre me apretaba con fuerza, y veía como Levi se aproximaba ágilmente. Sangre desbordaba desde su cien, y se veía totalmente enojado, tenía una expresión de un diablo. Intente de someter a este hombre, removiéndome con brusquedad, al punto de que empezó a soltar mi cuerpo. Y es que no tarde en morder su brazo, escuchando como gritaba y como mi cuerpo, se desplazó en el aire, cayendo fuertemente en aquel tejado, provocando más dolor en mi pierna. Me incorpore, pero me caí y justo cuando Levi iba a por mi, aquel hombre se apareció en su camino. Kenny, parado en aquel tejado en donde yo estaba, sonrió. Me levante, aún con el dolor de mi pierna, y utilice mis equipos de maniobras tridimensionales.

Me eleve en el aire, y saqué una de mis hojas, dirigiéndome a esos hombres que provenía a por mi. Gruñí, pero en el mismo aire le rebané el cuello, viendo sangre desprenderse por todo el aire. Me quede aturdida, era la primera vez que mis manos se manchaban de sangre, pero aún así, continué sin importar que. El otro hombre gimió, y cayó bruscamente al suelo cuando con mi hoja, roce su pierna, haciendo que perdiera el balance. Continué en el aire, pero me detuve en seco cuando fui rodeada por todos ellos. El disparo fue imprevisto, pero no con intención de hacerme daño, aunque aún así, lo esquivé. Me detuve en seco en el tejado, con intención de visualizar a Levi, pero eso me dejó en desventaja y es que el otro disparo que me lanzaron, aunque no me golpeara, hizo que los ladrillos del tejado golpearan mi cien; dejándome aturdida. Perdí el balance, y caí al vacío, siendo sostenida por uno de esos hombres, a través de eso pude verla. Mikasa había llegado, pero no fue lo suficiente, ni siquiera Levi pudo evitar el suceso. Mi cabello flotaba en el aire, y la sangre también, mientras escuché a lo lejos el desgarrador grito de Levi y Mikasa unirse, cuando me llevaron lejos de ellos.

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