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𝐭𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐭𝐫𝐞𝐬

En lo que mi hogar se convirtió.

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Mi cuerpo aún se movía el ritmo del caballo, y es que, frente a mi, estaban aquellos muros. No supe cómo reaccionar, era difícil tener una expresión, luego de unas horas, habíamos al fin llegado y el amanecer, nos acompañaba. La fría brisa estaba, y mi cabello aún permanecía amarrado, y mi cuerpo estaba estable, era como si una energía me recorriera y mantuviese despierta. Debíamos estar acatados al plan, habían dos entradas al muro María, la exterior y la del interior, así que, era tierra de titanes y debíamos exterminarles en cuanto antes. No obstante, todos estos soldados debían permanecer con su capucha puesta, era más fácil de engañar algún tipo de enemigo, para así, en cuanto quisiera describir quien era Eren, ya él habrá sellado las dos entradas. Si, teníamos enemigos y estábamos seguro de eso, por eso se ideó este plan, porque sabríamos que pese a todo, no estaríamos solos. Me eleve encima de mi caballo, y es que el comandante dio la clara orden de avanzar a la cima de los muros. Habrían líneas divididas, unos protegerían a los caballos, la mayoría, novatos y los más veteranos, estarían adentro para calmar el infierno que se desataría en cuanto los titanes supiesen de nuestra presencia, al igual que los enemigos.

Elevada en mi caballo, pude ver a la distancia a Levi, y como también estaba parado, al parecer ambos al ritmo del equipo de maniobras tridimensionales, nos levantamos a la vez en el aire. Mi cuerpo sintió la brisa, y en un instante, mis pies tocaron aquel muro. Me quede arrodillada un momento, con temor a levantar mi mirada y toparme con aquel pueblo, aquel distrito en el que crecí. Mis manos temblaban, y no podía sostener bien el mango de mis hojas. Veía las casas, estaban abandonas y la mayoría, convertida en añicos. El ambiente se veía frío, parecía un cementerio, y es que, quizás las almas retumbaban por él área. Me quede detenida, y es que desde aquí, podía ver mi casa, aquella en la que crecí. Un apretón me recorrió en el pecho, estaba intacta, pareció no haber sido víctima de los fragmentos rotos del muro. Me visualicé aquel día, saliendo de mi casa con prisa, enojada con mi madre ante su sobreprotección, si hubiese sabido que ese día sería el último, jamás le hubiese dicho cuanto le odiaba, la hubiese abrazado y hoy, estaría en paz. No dejaba de sentirme culpable, aquel peso estaba clavado en mi conciencia. Me sobresalte ante sentir un apretón en mi hombro, giré mi mirada y observé los azules ojos de Erwin mirándome.

-¿Cuál es?-me preguntó él, mirando detenidamente el horizonte, refiriéndose a donde era mi hogar.

-Es esa.-señalé, y es que, lo único que diferenciaba mi casa de las otras, es que había un árbol bastante grande de flores rosadas a su lado.-Está intacta.-le indique.

-Cuando todo termine, iremos allá.-me dijo, mirándome fijamente, a lo que asentí levemente.

-Ya están avanzando al portón exterior.-le avise a Erwin, viendo como varios soldados se dirigían allí, incluyendo a Eren y Mikasa, quienes debían estar al mandado de Levi.-No hay titanes alrededor, parece un desierto.-expresaba, mirando el horizonte y como sólo nosotros éramos los únicos que yacían en el lugar.

-Si, aquí hay algo raro, pero usualmente no me sorprende.-exclamó de manera neutral a mi lado. -Estoy seguro que habrá un ataque sorpresa.-me informó, a lo que asentí.

-Comandante.-ambos giramos la mirada, observando a Armin, quien se acercó a nosotros.-Creo que aquí ha habido alguien.-informó, dejándonos curiosos.-Encontré restos de una hoguera.-explicó.

-Reiner y Berthold.-musité, y él tan solo me miró sin asentir ante mi comentario, pero yo estaba segura de que eran ellos.

-Verifica él área, y de encontrar algo, ven a mi.-le ordeno Erwin, a lo que Armin no espero dos veces, y se fue.-Ve hacia el portón exterior, verifica que todo ande bien, y avisa que estén alerta.-me indicó.

Asentí, y es que, empecé a correr con rapidez hacia donde todo había empezado. El portón exterior, desde aquí podía ver los rayos alumbrarle, y es que Eren ya se había transformado. Intentaba de mirar a través de la casas, incluso él área de los patios, de seguro desde aquí no podría ver mucho, pero realmente no habían titanes que nos estuviesen pisando los talones. Para poder adelantarme, utilice mi equipo de maniobras tridimensionales, y así, avanzar a través de los muros y poder llegar. Era capaz de visualizar el gran horizonte que mostraba el distrito de ShingaShina, aún así, no podía descifrar si alguien había estado acampando aquí como Armin, pero de seguro, debió haber sido así. Aunque pareciera vacío, de una manera u otra debieron saber que estaríamos acercándonos, estarían escondidos en algún lado, pero no muy lejos. Continué volando por el aire a través de mi equipo de maniobras tridimensionales, adentrándome a la cima del muro, y es que podía ver con claridad cómo el agujero del portón exterior parecía estar sellado por la cristalización del titán de Eren. Suspire alivies, y continué corriendo con rapidez, hasta que eventualmente, le visualicé a él.

-Levi.-le llame, retomando un poco de aire y observando cómo él captaba mi presencia, y se acercaba a mi; mientras que visualicé cómo Mikasa se adentraba a la cima con Eren, quien había vuelto a su normalidad.

-¿Todo bien?-me preguntó curioso, a lo que me acerqué a él, y ambos nos quedamos a varios centímetros.

-Armin ha encontrado restos de una hoguera.-le contaba.-Cree que deben estar cerca.-añadí, refiriéndome a Berthold y Reiner.

-Entendido.-me asintió ante la información que le cedí.-No bajes la guardia, por favor.-me pidió, a lo que le asentí.-Confió en tu fuerza.-le mire, viendo sus grises ojos mirarme, y yo tan solo me quede detenida frente a él.-¿Y el agujero?-camine a su lado, observando cómo él se inclinaba en el borde del muro, mientras que Mikasa le colocaba a Eren su capa.

-¡Ha sido un éxito!-le respondió un soldado a Levi, a lo que mire a Eren, quien yacía con una expresión de alivio, y yo, me acerqué aún lado de Levi para mirar cómo eventualmente, había sido sellado.

-¡Lo hemos logrado!-exclamó Hange, con felicidad, mientras que visualicé las bengalas verdes en el cielo.-¿Eren, cómo estás?-le preguntó Hange, dirigiéndose a él, mientras que veía las recientes marcas en el rostro de Eren, bajo sus ojos.

-Bien, puedo continuar con el entrenamiento.-le respondió él, bastante animado.

-Continuemos al portón interior, tápate el rostro para que el enemigo no pueda descifrarte.-ahí empezamos a correr, dirigiéndonos a donde me encontraba antes.

-¿Seguro que se ha sellado, tan fácilmente?-preguntaba Eren, dudando de lo que había logrado, mientras que me quedaba frente a él, adelantándome.

-Lo has hecho tu, confía en tu propia puerta.-le indicó Mikasa, alentándole a continuar, mientras que yo, corría tan rápido que había llegado justo a donde estaba Levi.

-No bajen la guardia.-nos pidió él.-Si han recuperado las fuerzas, pueden destruir el muro cuantas veces lo sellemos.-decía, a lo que realmente tenía razón.-Hasta que no hallamos acabado con nuestros enemigos, incluyendo Berthold y Reiner, la batalla para retomar el muro María, no habrá acabado.-terminó musitando, desviando su mirada de Eren y continuando en la corrida.

-Entendido.-exclamamos nosotros ante sus comentarios, mientras que visualicé como aún lado de Eren, llegaba Aster mediante a sus equipos de maniobras tridimensionales, y su mirada se colocó en mi, cuando corrió a mi lado.

-¿Como está tu pierna?-me preguntó curiosa, mirándome, y corriendo a mi ritmo, aunque yo, le empezaba a pasar.

-No sé si es la adrenalina, pero siento que puedo correr sin descansar.-le respondí, visualizando por primera vez su cabello amarrado completamente con algunos flequillos afuera.

-Me alegro.-me dijo.-Porque aún no hemos acabado.-me informo, a lo que disminuí la vista para estar a su ritmo.-Dirígete a la puerta interior con tu equipo de maniobras tridimensionales, ha sido una orden de Erwin.-me indicó, a lo que asentí, para desviarme de sus lados y irme a través de los tejados para llegar con más rapidez.

-¡Con cuidado!-me pidió Levi, a lo que le asentí antes de irme, visualizando como tenía su mirada puesta en mi.

-¡Nos vemos allá!-les dije, dirigiéndome a Eren y Mikasa, quienes me asintieron, y en un instante, el gas del equipo de maniobras tridimensionales me impulsó en el aire.

No era para resonar egocéntrica, pero verdaderamente siempre me tenían en las primeras líneas por la razón, de que además de ser bastante fuerte, era ágil y rápida. Me impulsaba, todo mi cuerpo yacía en el aire y no miraba las casas destrozadas de mi distrito. Me daba una sensación amarga, tan solo observaba adelante a donde debía llegar, porque sabía que su bajaba la mirada, no llegaría. Tenía mi mente en blanco, y me enfocaba a sentir la brisa del frío viento, y es que aún, la mañana se sentía tensa y se sentía bastante fría. Pasaba por los tejados, aquellos que conocía y que quizás, miraba cuando niña al caminar por el pueblo. Aún no era capaz de visualizar algún titán a través de las casas, ni siquiera estaban escondidos, no habían. De seguro Armin había descifrado algo, y es que, el mandarme a buscar, significaba una cosa, que me necesitaban porque así había sido. Me estaba acercando, y como dije, era muy ágil. Había sido la más alta calificación en ese examen del equipo de maniobras tridimensionales cuando llegamos a la escuela militar, que buenos tiempos, no sé cuanto había pasado, pero era ideal que ya estuviésemos aquí para recuperar este muro. Mis pies chocaron con la cima del muro, y no tarde en dirigirme a ese círculo de personas, en donde veía claramente a Armin.

-¿Lo has encontrado Arlert?-me acerque, captando la atención de Armin y Erwin, quienes me miraron, y yo retomé algo de aire.

-Aún no lo sé, tenemos que comprobar el muro entre todos.-indicaba Armin, a lo que no entendía que sucedía, pues estaba ajena y había llegado tarde.

-Te he dicho que ya lo hemos revisado.-le expresó una de las soldados, mirándole.

-¿Donde más pueden encontrarse?-preguntó otro, mientras que iba captando, de seguro estaban buscando a Reiner y Berthold.

-Dentro de los muros.-le respondió Armin, a lo que mire como Erwin se sorprendió ante su respuesta, como si no hubiese pensando en eso, y es que, ni siquiera yo.-En un espacio donde una persona pueda aguantar durante un largo tiempo.-explicaba.

-¿Como lo sabes?-volvió a preguntarle aquel soldado, con curiosidad y duda.

-Intuición.-le respondió Armin, de manera serena y algo tímido ante la presión que estaba teniendo en frente, y es que todos los soldados le miraban.

-¿Eres consiente en la situación en la que estamos?-mis ojos se abrieron cuando aquel hombre atrapó a Armin en sus manos, jalando su capa con brusquedad.-No tenemos tiempo para intuiciones.-le dijo con suma actitud, y de manera impulsiva, mi mano le apretó una de sus manos.-Agh.-aquel hombre me miró ante yo tener la intención de fracturarle su muñeca, y es que, no me gusto lo que vi.

-No lo toques.-le pedí, empujándole con brusquedad y molestia ante el trato que le había dado a Armin quien yacía sudando, y nervioso.

-¡Es el enemigo!-expresó Armin, alzando un poco la voz para volver a retomar la atención.-El enemigo siempre ha aprovechado el poder de los titanes para sorprendernos. Si nos limitamos a actuar siguiendo el sentido común, nunca conseguiremos pillarlos por sorpresa.-indicó, y es que, él tenía razón, pero todos quedamos algo idos ante ver cómo Erwin lanzaba aquella bengala roja; detenía la operación.

-Hay momentos para ser rígidos, y otros para ser flexibles.-decía, murándonos.-Seguir nuestros principios como soldados, y dar lo mejor de nosotros mismos. La cadena de mando esta para respetarla, y nosotros hemos venido aquí para vencer.-indicó Erwin, accediendo al plan de Armin, a lo que me sentí honrada de estar a su lado.

-¡Rápido, vuelvan a dividirse en dos!-expresó Armin, en forma de orden.-Revisen a fondo las paredes del muro. ¡Empezar ya!-ordenaba, y es que visualicé sorprendida como todos asentían.

-¡Si, señor!-exprese junto a todos, viendo cómo Armin me miró sorprendido, y yo tan solo sonreí para lanzarme al aire como todos los demás.-¡Toquen con sus hojas, debe haber algo hueco, estén atento a los sonidos!-aconseje, manteniéndome en el aire frente al muro con mis equipos de maniobras tridimensionales, mientras que mis ganchos estaban enganchados en la cima.

-Estoy seguro que están dentro de los muros.-expresó Armin, llegando a mi lado, mientras que con mis hojas, tocaba el muro, sin sentir nada hueco.

-No hables, pueden escucharnos.-le dije a Armin, quien asintió, y continuó tocando, mientras que sentía tensión.

-¡Aquí, hay un espacio hueco!-a mi lado izquierdo mire a ese soldado, quien yacía tocando una parte del muro, pero me quede inquieta cuando visualicé como parecía desprenderse un pedazo del muro.

-¡No!-grite de manera desgarradora cuando visualizar como aquel soldado gemía, y este, caía al vacío ante.-¡Reiner!-grite de manera desgarradora al verle, al ver nuevamente sus ojos y lo que hizo.

Nuestros ojos se quedaron detenidamente pegados, observando el uno y el otro. Todo se volvió lento, y mi expresión cambió en cuanto vi aquel atroz acto que arremetió contra ese soldado. Mis manos apretaron las mangas de mis hojas, pero algo sucedió, no fui capaz de remeter en contra suya. Mis ojos se abrieron grandemente cuando le vi a Levi Ackerman lanzarse sin más del borde del muro, hacia Reiner. Se vio como un rayo, su velocidad nos sorprendió, me sorprendió bastante, éramos tan similares en esa habilidad. No sé lo que sentí, pero me quede perpleja observando cómo incrustó sus hojas en el cuello, y estómago de Reiner. La sangre salió, y empujó su cuerpo al vacío del suelo, pero Levi se desprendió de su cuerpo y nuevamente se pegó al muro con su equipo de maniobras tridimensionales cuando el cuerpo de Reiner cayó al suelo, de manera brusca. Me quede helada, y tensa, y es que no pude actuar. ¿Acaso no soy lo suficiente te valiente para matarle? Él había destruido mi hogar, mi confianza y parte de mi esencia, ¿como no podía haberle atacado. Me quede pegada en el muro, viendo como parecía estar restregándose en el suelo, aún yacía con vida.

-Mierda.-exclamó Levi, enojado, a mi lado.-¿Eso es parte de su poder como titán?-preguntaba, mientras veíamos como Reiner se revolcaba en el suelo, y los rayos transcendieron del cielo, junto a un vapor; se había convertido.-Un poco más y lo hubiese matado.-añadió, entre dientes.

-No pude moverme.-le indique, mirándole, y es que, no pude arremeter en contra de Reiner.-¿Qué rayos?-pregunte inquieta cuando una ola de vapor se presentó en el horizonte, más allá de la entrada interior, y es que, pude ver con claridad cómo se avecinaban titanes, estaban detenidos en secos pero entre ellos, aquel titán.-Parece un maldito mono.-exprese, sabiendo que era uno de los nuevos titanes con conciencia propia, debía también ser un humano.

-¡Se acerca un proyectil, a cubierto!-el grito de Erwin se estampó en mis oídos, le escuche desde esta parte enganchada del muro, podía ver como aquel titán bestia parecía proyectar un movimiento, y lanzarnos... ¿piedras?

-¡Muévete!-me pidió Levi, pero él jalo mi gancho con su mano, y me aferro a su cuerpo para subirme en aquel instante que las piedras que lanzó ese titán, se avecinaron a nosotros.

-Ugh, ugh.-tosí ante el humo, y aún sostenida con el cuerpo de Levi, observé a Armin a nuestro lado, y quedamos aturdidos ante ver cómo había sellado el portón interior con piedras.-Han bloqueado la entrada para los caballos, ¿ha sido con esa intención?-preguntaba, mientras que Levi me alzó en el aire, mientras que los demás soldados empezaban a subir.

-Dame la mano.-Erwin se avecinó en el borde, y Levi me alzó un poco para poder tener la mano de mi hermano.-Ha dado en el blanco.-decía.

-Lo sé.-dije entre dientes, levantándome para ayudar a Levi y Armin subir, mientras que una gran línea de soldados, me postule junto a Armin, retomando nuestras posturas.

-Erwin.-Levi se acerco, captando la atención de Erwin, que estaba colocada en aquel titán.-El acorazado va a subir.-le indicó, a lo que observamos en el suelo, como el titán acorazado se preparaba para embestir el muro, pero Erwin se quedó en silencio breves minutos.

-¡Atención, ignorar todos al titán acorazado!-la gruesa y alta voz de Erwin se plasmó en nosotros cuando sentimos un leve temblor en el muro, estaba subiendo.-¡Que nadie se acerque a él!-nos indicó, luego de un buen rato de silencio de su parte.

-Hay otro titán.-comenté en voz baja, dándome cuenta que aún lado del titán bestia, yacía un titán en cuatro patas y con una carreta en su espalda, parecía llevar cargamento.-¿Tendrá también conciencia?-preguntaba, viendo como Armin le miraba, si, debía ser un humano también.

-Ese titán tiene conciencia propia, no me sorprende que hayan más como él.-expresó Erwin ante mi comentario, pero todos quedamos helados cuando se escuchó el grueso grito de aquel titán bestia, y como su mano se elevaba en el aire, dejándonos ver cómo titanes de clases bajas, corrían hacia la entrada interior; iban por los caballos, y los novatos.

-¡Se mueven, se acerca una clase de titanes de 2 y 3 metros!-comentaba Hange, quien parecía verles con más detenimiento desde su postura a nuestro extremo.

-¡Comandante! El acorazado se acerca cada vez más, y aún seguimos sin saber dónde está Berthold.-expresaba Armin, intentando de que Erwin pareciera dar una orden, pero estaba sumergido en sus pensamientos.

-Ya lo sé.-respondió Erwin de manera serena, mientras que se sentía como Reiner desprendían pedazos de los muros, cada vez que continuaba subiendo.

-¿Qué? ¿Por fin estás listo para hablar?-le preguntó Levi de manera sarcástica a su lado ante notar como Erwin parecía relajar sus músculos.-Si es así, lo aprovecho para desayunar.-indicó, de manera burlona.

-¡Escuadrones de Kirbling, reúnanse con él de Clouds en el portón exterior para proteger a los caballos!-hablaba en un tono alto, dándonos las órdenes que esperábamos.-¡Escuadrón de Levi, unirse con él de Hange y acabar con el titán acorazado!-nos decía, a lo que asentí, apretando el mango de mis hojas y manteniéndome encapuchada.-¡Todos preparados para utilizar las lanza truenos, en caso de recibir la orden de nuestro líder de escuadrón!-continuaba diciéndonos, altamente.-¡Ha llegado el momento, la supervivencia de la raza humana depende de la batalla humana! ¡Ofrecer nuestros corazones!-nos indicó, a lo que todos le miramos.

-¡Si, señor!-un bullicio se escuchó ante todas las voces de los soldados unirse en una sola palabra, preparándonos para combatir al enemigo, pero su voz me detuvo

-¡Esperen, Levi, Armin y Kirah!-me detuve en seco, viendo como mi escuadrón continuaba, y como los mencionados junto a mi, nos quedamos frente a Erwin.-He mencionado a tu escuadrón, pero tú te quedas aquí Levi.-le explico Erwin, viendo como Levi tenía una expresión seria.

-¿Quieres que proteja a los caballos y no a Eren?-le preguntó, de manera cuestionable.

-Si, eso es.-le afirmo Erwin.-También necesito que encuentres su punto débil para acabar con él.-con su hoja, señaló al titán bestia, que yacía lejos de nosotros sin hacer algún movimiento.-Eres el único que puede conseguir algo contra el titán bestia.-le indicó.

-Lo he entendido.-asintió Levi ante su orden.-Lo recompensaré arrancándole la cabeza por no haber matado al crío del titán acorazado antes.-decía, aislándose y acercándose al borde muro para lanzarle, pero se detuvo y me miró.-Pero, ¿por que has detenido a Kirah?-le preguntó, curioso, y Erwin tan solo se mantuvo con una seria expresión.

-Levi, te he dado una orden.-le indicó, a lo que Levi, asintió sin más, pero yo, me acerqué al borde justo cuando Levi iba a lanzarse.

-Levi.-le detuve, sujetando su brazo.-Vuelve con vida.-le pedí, viendo como él me miraba detenidamente, y si, también tenía una intuición de besarle, pero me mantuve distante.

-Te ha faltado algo.-me dijo, a lo que yo, sentí mis mejillas calurosas y bajé la cabeza.

-Vuelve a mi con vida.-le arregle, llevando mis labios a sus mejillas, y dejándole ir.

-Cuídate.-me pidió, a lo que asentí, y vi como se lanzó como un rayo al aire, con sus equipos de maniobras tridimensionales.

-Armin, he ideado un plan para neutralizar al titán acorazado.-me giré, acercándome nuevamente a Erwin, quien se dirigía a Armin.-Una de las batallas en la que se decidirá el destino de la humanidad será responsabilizado ante Hange y tú.-le informaba, haciendo que Armin abriera sus ojos grandemente.-Para distraer al titán acorazado, usaremos a Eren como sebo.-explicaba.-Expondremos a Eren, será la única forma de que el titán acorazado no destruya a los caballos. Esta consiente de que si los destruye, nos dejaría inmóvil. Sería suficiente para acabarnos aquí, y de una manera u otra, llevarse a Eren justo cuando esté debilitado, y ya nosotros no tengamos fuerzas para luchar.-iba acoplándome a lo que decía, y es que, era lógico.-Al exponer a Eren, seguirá a su objetivo. Él no dejará a Eren escapar, sabrá que podría acorralar al titán bestia, y dejarlo inmóvil ante el ataque de Eren y del de Levi.-decía, a lo que Armin asentía al igual que yo, entendiendo el plan.-Luego de que Eren capte su atención y empiece a combatirle, utilizarán los lanza truenos para atacarle, hasta lograr explotarle la nuca. Ve a informar, ahora.-termino diciendo, a lo que Armin asintió rápidamente.

-¡Si, señor!-exclamo Armin, preparándose para dirigirse al escuadrón de Hange, donde seguramente se encontraba Eren.

-Armin.-le llame, deteniéndole, sabiendo que se les había olvidado un detalle.-Recuerda, Berthold aún sigue escondido.-le añadí, viendo como él asintió, yéndose.-Bien, ¿ahora que?-le pregunté, girándome y mirándole a sus ojos azulados.

-Se que es egoísta de mi parte, pero prefiero tenerte a mi lado y mantenerte fuera de combate, al menos unos minutos antes de que algo pudiese empeorar.-me decía, mirando al horizonte en donde veíamos al titán bestia.

-Ibas a enviarme a combatir al titán bestia con Levi, ¿no es así?-le pregunté, y es que Levi le había descifrado, por eso le preguntó él por que estaba aquí aún, y por un instante Erwin no decidió enviarme.-¿Por qué dudaste?-le pregunté.

-No lo sé.-me respondió francamente.-Mi intuición desea que estés aquí, porque sé que te necesitarán más.-expresó.

-¿Creías que podía combatir esa cosa?-pregunte algo alterado, señalando al titán bestia.-No hubiese durado ni un segundo, aún con ayuda de Levi.-exclame, y Erwin tan solo negó.

-Creo que puedes ser el mejor soldado de la humanidad, junto a Levi Ackerman.-me dijo, mirándome a los ojos.-Tú agilidad es similar a la suya, al igual que tú fuerza, pero te retienes mucho. Tus emociones aún te controlan.-comentó, a lo que tan solo me quede sorprendida, mirando más allá al titán bestia.

-¿Eso crees?-le pregunté, me era incapaz de creer que podría combatir a esa cosa.

-Te veo de la misma manera en la que tú me viste aquel día, en aquel callejón de este distrito hace cinco años.-me quede aturdida ante sus palabras.-Te veo como una salvación para este mundo.-dijo, pero me quede en silencio, sintiendo un leve temblor.-Cuando el titán de Eren combata al titán acorazado, iras con tu grupo y pelearas.-me indicó, a lo que asentí.-Quizás, hasta aquí llegaremos, pero no lo sabremos hasta intentarlo.-un leve escalofrío me recorrió ante esas palabras.-Solo te pediré, que sobrevivas.-asentí, dejando de mirarle.

-No hables como si te despidieras, por favor.-le pedí, mirando adelante, pero Erwin no contestó.-Ha subido.-indique, quedándome helada cuando visualicé como el titán acorazado había llegado hasta la cima.

Los ojos de su titán se plasmaron en nosotros, en los dos hermanos que habían sido separados por el destino, debido a la crueldad que sometieron a nuestros padres. Me quede aún lado de mi hermano, sintiendo una energía que recorría todo mi ser, pero aún así, no era capaz de poder atacarle. Miraba el titán que Reiner portaba, aquel que destrozó esta misma entrada hace cinco años. Sentía esa energía, aquella que me había consumido en la rabia y el odio que sentí el día en que Reiner me clavó una espada por la espalda, y podía jurar, que aún la tenía. Su titán se quedó arrodillado, y observándonos a centímetros. Quería morder mis labios, yo estaba consiente de que podía continuar todo el rato que estuviese ahí, mirándome. Y es que mirarle, me recordaba lo que me había arrebatado, lo que nos había arrebatado y no había manera de que algún día, perdonara el daño colateral que sus decisiones crearon. El cielo destelló esos rayos, aquellos que desviaron la vista de Reiner, y yo, me giré para observar desde el interior de ShingaShina como Eren Jeager, le esperaba en su forma de titán; el plan, estaba en avance. Fue ahí que supe, que debía irme.

Alce la mirada, visualizando los ojos azules de Erwin mirarme detenidamente. Sentí un leve peso en mis hombros, como si no deseara irme. Me quede a su lado unos instantes, y algo en mi se empezaba a sacudir. Me asintió, sabiendo que me estaba dando la orden para irme, pero aún me quede sin moverme, como si algo me atara. Nuevamente me impulso a que me fuese, y con mucho peso, coloqué mi mano derecha en mi corazón, y le asentí. Fue ahí que tome el camino contrario a él, y empecé a correr, y es que el titán acorazado ya se había lanzado hacia el titán de Eren. Les miraba, mientras sentía algo, era como si quisiera volver atrás hacia Erwin, pero este era mi deber como soldado y debía cumplir. Encerré mis emociones un instante, y corrí a través del muro, para luego lanzarme hacia los tejados con mi equipo de maniobras tridimensionales. Los leves temblores empezaron, y es que, visualizaba a Eren y a Reiner peleando, sus titanes se enfrentaban nuevamente. Me sentía ansiosa, y solo llegue hasta mi escuadrón, visualizando como se preparaban, enganchándose aquellos lanza truenos. Me acerqué a Mikasa, quien me miró, al igual que Armin, estábamos listos.

Con ayuda de ellos, me colocaron en los brazos los armamentos para portar los lanza truenos. Se sentía pesado, pero aún así, se podía mantener. Los leves temblores continuaban, y aún éramos espectadores de lo que sucedía, sabiendo que también a las afueras de los muros, estaban combatiendo. La adrenalina me empezaba a consumir, y es que cuando vimos que Eren ya le tenía, Hange nos dio la orden de adentrarnos. Fui de las primeras en levantarme en el aire, para visualizar a un titán acorazado, a distancia de Eren, sin saber cómo actuar. Ansiosa por usar esta gran mecánica de defensa, me acerqué a él con impulsividad ante mis ágiles movimientos, y con facilidad, lancé a la distancia aquel lanza truenos para que su fuerza no me llevara, y me explotara. Me distancié más, y jalé el gancho que lograría explotarle, y así fue. Los demás se unieron a mi, usando la misma fuerza para remeter en contra del titán acorazado. Sorprendida me emocione, habíamos desprendido en un ataque parte de su nuca acorazada. Mi cuerpo se detuvo en aquel tejado, viendo como los demás también se detenían, observando el daño que le habíamos hecho.

-Perfecto.-visualicé a Connie, quien cayó brusco en el tejado, observando cómo había funcionado todo.

-¡Ha funcionado!-exclamó Sasha con alegría, frente a mi, en el mismo tejado que Connie, mientras que yo estaba en el tejado de enfrente, junto a Hange y Mikasa.

-¡Una vez más!-pidió Hange, a lo que le miré.-Tenemos que lanzar otro atraque, para rematarlo.-dijo, a lo que la miré con los ojos abiertos como platos, íbamos a matarle.

-Reiner... -susurre a la vez que Sasha, captando lo que debíamos hacer, pero es que yo, no fui ni siquiera capaz de atacarle anteriormente, ¿como iba a matarlo?

-¡Ya basta!-nos pidió Jean, dándose cuenta de cómo empezábamos a dudar.-Veníamos preparado para esto, ¿o no?-nos preguntó, pero yo tan solo me quede helada, y no supe cómo reaccionar.

-Kirah.-Mikasa me llamo, acercándose a mi.-Kirah, mírame.-me pidió, y yo tan solo me quede aturdida ante la idea de matarle.-Solo concéntrate en la misión.-me pidió nuevamente, y asentí, de manera pesada.

-¡A por él!-nos indicó Jean, alentándonos nuevamente a levantarnos en el aire.

Si, mis manos temblaban y mis brazos sostenían aún un lanza truenos. Todo se volvió lento, y es que miraba claramente como el titán acorazado estaba detenido. Miraba y aún en el aire, no era capaz de lanzar algún movimiento, pero lo hice. Algo en mi dolió, y no fue el hecho de que desprendiera la espada que estaba en mi espalda, no, no fue eso. No le estaba dando la misma espada, una parte de mi, pese a todo, quería a ese traidor, porque fue mi amigo. Mi lanza truenos se unió con el de mis compañeros, y ahí, con mucho peso dentro de mi interior, jale el gancho. Visualicé como su nuca se desprendió, y como los colores anaranjados y el polvo estaban a su alrededor. Caí de manera brusca en el tejado, y me quede aturdida, visualizando como habíamos desprendido toda su nuca, al punto de que podíamos ver a Reiner. Me quede helada, y caí de rodillas, el bullicio de alegría me sofoco, pero a mi me costo celebrar, y tan solo escuchaba algunos sollozos de Connie junto a Sasha. También me sentía así, pero eso era lo que su traición nos había dejado. Me quede mirándole, al punto de que no sabía qué sucedía a mi alrededor, ni siquiera cuando Reiner con su poca fuerza del titán, lanzó aquel grito que haría que el terror se plasmará en nuestras pieles. Y es que estaba segura, que aquel barril que volaba en el cielo hacia acá, cargaba a Berthold Hoover, dueño del titán de la destrucción.

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