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𝐭𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

Que desgarrador tener que decirle adiós al sol.

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Miraba el cielo, y como él humo transcendía a través de él, mientras que sus ojos azules se plasmaron en mi recuerdo. Escuchaba su voz a lo lejos, escuchaba como me llamaba para que la siguiera. Su sonrisa estaba plasmada en mi, mientras que recorría junto a ella nuestro pueblo. Tosí, enfocándome en la realidad en la que estaba. El polvo yacía cerca de mi, creando un humo que se plasmaba en mis pulmones, provocando que tosiera. Estaba confundida, y no recordaba cómo había llegado aquí. Tan solo olía a cenizas, algo estaba sucediendo. Intente levantarme, pero sentí un leve dolor en mi cuerpo. Veía sangre en el suelo, así que lleve mi mano a mi rostro, ardía, me había rasgada la cara ante mi caída. Mire al cielo, observando el humo. Con cuidado me levante, sintiéndome confusa, tan solo tenía huecos en mi mente, debí haberme golpeado la cabeza fuertemente. Retome el aire, y mire a mi alrededor, habían fragmentos por todos lados. Ahora lo recuerdo, eres tú Berthold, tú eras quien yacía dentro de aquel barril, pero cuando viste lo que le hicimos a Reiner, dudaste en convertirte. Empecé a caminar, recostándome de las paredes de aquellas casas que aún permanecían en pie, mientras que las imágenes empezaban a llegar a mi mente con claridad.

Yo yacía arrodillada, visualizando al titán acorazado, a Reiner destrozado, pero sus últimos suspiros lanzaron un grito de alerta y te trajo aquí, Berthold, pero eso no fue lo que te llevo a convertirte, si no, que luego de que llegarás, Armin intento hablarte como última oportunidad, pero decaíste y continuaste con tu plan. Recuerdo como te ataque, y es que temía que le hicieras daño a Armin, pero tú no ibas atacarme, ¿o si Berthold? Te veo desde aquí, te veo desde el suelo, y es que justo después que te fuiste y te lanzaste al aire, te convertiste en tu forma de titán, sabiendo que te seguía. Derribaste al escuadrón de Hange, y tú impactó, me lanzó hasta aquí, dejándome casi inconsciente, pero te equivocaste conmigo, al igual que yo contigo. Caí de rodillas, y continué tosiendo, veía a mi alrededor cómo convirtieron mi hogar en un campo de batalla, no podían hacerle más daño del que ya le había hecho. Sentía como el suelo temblaba, y como fragmentos pasaban por el aire. ¿Querías destruir lo que quedaba de mi hogar? Preguntaba, aturdida ante lo que veía. Sentía rabia, sentía impotencia, pero no podía moverme, estaba helada ante lo que presenciaba.

-¡Aquí está!-una alarmante voz me saco de mis pensamientos, alce la mirada y es que la sombra del titán de Eren, me tapo.-¡Kirah!-no sé en qué momento Sasha bajo por mi, y me sostuvo, para levantarme en el aire junto a Jean, y quedarme plasmada en el hombro de Eren, mientras aún tosí.

-¿Estas bien?-Mikasa tomo mis hombros y me movió de manera brusca, asentí.-Tú cara, esta muy jodida. Te has raspado toda.-decía, mirándome.

-No estaba tan cerca cuando se convirtió, pero el escuadrón de Hange si.-les indique, viendo como parecían no estar sorprendidos.

-Lo suponía.-respondió Armin, quien yacía con una mirada baja, mientras que el cuerpo de Eren se movía, y yo miraba el horizonte.

-¿Qué vamos hacer?-pregunte en voz alta, viendo como ShingaShina empezaba arder en fuego.-¿Armin?-le mire, con temor, Berthold estaba destruyendo lo que quedaba de nosotros.

-Iremos al río, ahorraremos gas, pero en el momento dado, Eren hará que Berthold le siga, porque si permitimos que continué, bloqueara el muro interior de llamas, y matara a todos los soldados en la otra área.-me decía Armin, mientras que tosía, consumí mucho humo.-Jean es quien está a cargo.-mire a Armin perpleja, y vagamente, negué.

-Vamos a morir.-indique, rodeando los ojos y escuchando el bufido de Jean ante mi comentario.

-¿Pero que dices?-me preguntó molesto.-Tú plan no ha salido nada bien, mira, pareces momia.-me indicó, refiriéndose a que había ido tras Berthold demasiado tarde, pues se había convertido y casi me mataba.-¡Grita Eren!-Jean se dirigió a Eren, ante ver cómo Berthold estaba cerca de nosotros, pero este tan solo ante el grito de Eren, nos miró e ignoró.-Cabron, ¿nos ignora?-

-¿Qué hacemos ahora Jean?-le preguntaba Armin, ansioso.-Si seguimos así, no haremos nada.-asentí ante eso, perdíamos el tiempo.

-¡Ya lo sé!-expresó Jean, con coraje.-¡Eren! Detén el movimiento de ese palo seco.-pidió, haciendo que el titán de Eren empezara a correr hacia el titán de Berthold, y mi estómago se revolcaba.

-¿Pero como haremos para atacarle?-pregunte yo, dándome cuenta que no teníamos muchas opciones, Connie apoyo mi pregunta, esperando una respuesta lógica de Jean.

-Ese vapor neutraliza nuestro equipo de maniobras.-expresó Sasha, a lo que tan solo rodee los ojos.

-Se los dije, vamos a morir.-comenté, echando más cenizas de las que ya podía haber en mi jodida ciudad.

-¡Da una idea entonces!-me pidió Jean, gritándome, pero tan solo me quede allí sosteniendo el cabello de Eren para no caerme.

-Tú eres quien está a cargo, no yo.-justifique, haciéndome la vaga, y es que, él me irritaba.

-Yo me acercaré a él, soy la más estable físicamente. Connie, dame un lanza truenos.-expresó Mikasa, a lo que al menos me pareció un no tan mal plan.

-Armin, muévete en el aire para que lo observes mejor, algún punto débil debemos encontrar, pero por ahora, a darlo todo.-expresó Jean, dando el permiso de que nos moviéramos al menos.-¡Dispérsense!-nos indicó, mientras que vi a mis compañeros dirigirse al titán colosal en el aire, pero ante mi intención de movimiento, Jean me detuvo.-Quédate con Eren, así, recobrarás energía.-soltó mi brazo, y se fue, a lo que me quede allí sola, sin más.

-Eren, no vayas tan rápido, porque vomitaré.-le pedí, hablándole en el oído, pero por alguna razón, él avanzó con más rapidez.-Imbécil.-masculle, jalando su cabello para no caerme.

Visualicé en el aire a mis amigos, y como se acercaban a ese titán colosal, mientras que él continuaba caminando por mi ciudad, esa que había destruido hace cinco años. Mirarle me recordaba como lo miré aquel día cuando plantó su cara fuera del muro, cuando destruyó la puerta del exterior y nos dejó a la suerte de los titanes. Verle me hacía sentir un disgusto, uno muy grande, y es que, él era el más remordimiento que me daba. Su inocente rostro, su manera de parecer que era un tímido tonto, pero nunca fue así, siempre fue un diablo. Me aferré al cuerpo de Eren y es que, algo dentro de mi de opaco, fue una sensación que me agobio, una que estrujó mi alma, pero el problema era, que no sabía el porqué. Vi como Eren, en su forma de titán, se aferró a la pierna del titán colosal. Le estaba empujando, Eren estaba teniendo la fuerza para empujarle, escuchaba los chicos halagarle y alentarle, pero
Berthold, solo jugaba con nuestras ilusiones. Él elevó su pierna, y de un tiro, me sacó a mi junto a Eren del camino. Mi cuerpo se elevó, y solo escuché los gritos de mis amigos, que yacían plasmados en mis tímpanos, y es que yo también hubiese reaccionado así. Grite en el aire, sabiendo que no veía de qué manera agarrarme con mi gancho del equipo de maniobras tridimensionales, así que sabiendo que caería de manera brusca, me enganche al cuerpo de Eren.

Mi cuerpo se removió, y sentí como todo me dolió, y es que el cuerpo de Eren cayó bruscamente en la cima del muro, rompiendo incluso fragmentos. Saque mi gancho de encima suyo, y me levante en el suelo de la cima del muro, para caer arrodillada y tomar aire, me había quedado sin jodidos suspiros ante esa lanzada de ese maldito. Aún estaba de pie, y continuaba caminando hacia acá. Giré mi mirada, Eren estaba inconsciente, su titán se había inmovilizado. Me levante del suelo, y lleve mi mano a mi costado ante un leve dolor. Me acerqué a la cima del muro, y observé. Era todo un caos, algo dentro de mi se sentía nuevamente pesado, pero un alivio fue lo único que me calmo cuando observé a Levi y a Erwin, aún de pie. Sus miradas estaban puestas en mi, y supe, que ellos aún seguían luchando, y la calma estaba recorriendo mi ser, tanto, que sentía una energía que no podía ni siquiera explicar. Saque el mango de mis hojas de mis equipos, y los apreté, verles aún de pie, me dieron la fuerza para seguir continuando, sin importar que. Justo antes de lanzarme nuevamente hacia mis amigos, hacia donde estaba ese titán, mire al titán de Eren, pero sin más, me lance, volando en el aire.

-No vas a ganar.-hable entre dientes, aventándome cerca del titán colosal, e intentando de distraerle, visualizando como captaba mi atención.

-¿Kirah?-observé a Armin, colocado en un tejado, mientras que yo, intente de atacarle, dándome cuenta que mis hojas tridimensionales lograron rasparle su mano, pero aún así, no fue suficiente.

-¿Pero que diablos? Maldita momia.-exclamó Jean, a mí lado, justo cuando pase por su lado en el aire, a lo que le sonreí.

-¡No se van a llevar el crédito sin mi!-le grite, pasando mis hojas con suma rapidez nuevamente en los brazos de Berthold, sus músculos estaban debilitados, porque le estaba cortando.-¡Además, si morimos, al menos será juntos!-le dije, para llegar hasta aún lado de Armin, dándome cuenta que no estábamos haciéndole algún daño.

-¡Chicas!-nos grito, dándose cuenta cómo Mikasa llegaba, y caía arrodillada, algo adolorida.-¿Estás bien?-le pregunto Armin al verle, y ella asintió.

-Estoy bien, solo me ha dado un poco de la explosión del lanza truenos.-le respondió.-¿Tienes alguna idea para contraatacar?-le preguntó, a lo que él se quedó en silencio, mientras que los demás, llegaban a nuestro lado.

-No.-respondió, de manera entristecido, mientras que nos percatamos de un leve temblor y es que, Reiner había despertado de su forma de titán, nuevamente.

-Hijo de perra, ya está otra vez de pie.-Jean molesto hablo, mirando al titán acorazado y como caminaba hacia Berthold.-¿Como podremos combatir contra algo así?-preguntaba, a lo que me quede en silencio al igual que los demás, estábamos jodidos.-Mierda Armin, debemos hacer algo, debemos jugárnosla para que al menos Eren logre escapar.-se dirigió a Armin de manera agresiva, a lo que le mire fulminante.

-¡No lo presiones!-le grite, molesta ante ver cómo deseaba que Armin cargara con todo este peso.

-Ha adelgazado, el titán colosal ha adelgazado.-expresó Armin, quien yacía mirando al titán colosal, a lo que me percaté de que era cierto.-¡Hange tenía razón! El titán colosal es vulnerable a las estrategias de desgaste, es por eso que Kirah logró hacerle daño.-explicó, a lo que me hizo entender mis anteriores movimientos.-Recuerden lo que le pasaba a Eren, y es que sólo podía transformarse máximamente tres veces seguidas. Si eso es aplicable a un titán de 15 metros, un titán de 60 metros será aún más menos eficiente. Y es que también ha estado activando ataques de vapor, probablemente lo hace a costa de consumir masa muscular, hasta que solo quede su esqueleto.-decía, dándonos un aliento de esperanza.

-¿Que intentas decirnos?-pregunto Jean, y es que, la cara de caballo le favorecía, su cerebro parecía uno.

-Tengo un plan. Necesito que alejen a Reiner de aquí.-indicó, para mirarme a mi, detenidamente.-Kirah, te quedas conmigo.- asentí ante eso.-Nosotros tres acabaremos con Berthold de una vez.-dijo, a lo que me quede confusa ante eso, sin saber que se avecinaba en su mente.

-De acuerdo.-Mikasa se levantó, estando de acuerdo con lo que Armin decidiría.-Nosotros nos encargamos de Reiner.-musitó ella.

-Enhorabuenas, idiotas. Ya nos daba por muerto.-comentó Jean, aún lado de Mikasa, y murándonos.

-Suerte, chicos.-les dije, para levantarme en el aire, aún lado de Armin, mirándole. Su expresión se veía diferente, se veía vivo.-¿Qué tienes en mente?-le pregunté, mientras que nuestros equipos de maniobras tridimensionales a través del gas, nos impulsaban hacia donde yacía Eren.

-¡Es arriesgado, pero funcionará!-me indicó, a lo que junto a él, llegue hasta la cima del muro, observando a Eren, quien aún estaba inconsciente.-No sé por qué, pero cuando pienso en el mundo exterior, el valor crece dentro de mi.-expresaba Armin, incrustando su hoja en el cuerpo de Eren, con la intención de que pudiese escuchar.

-¡Despierta, Eren!-le pedí altamente.-¡Tenemos que ver el mar!-le decía, intentando de que se levantase.-¡Vamos, que Reiner se ha despertado! ¡Te necesitamos!-le dije mas altamente, viendo como su cuerpo empezaba a reaccionar, y a moverse.

-¡Bien!-me exclamó Armin, moviéndose de encima de Eren justo cuando quedó sentado en el borde de la cima, a lo que Armin y yo, nos colocamos en el hombro de este.

-Tengo un plan, Eren.-le decía Armin, dirigiéndose cerca del oído de este.-Kirah, te engancharas en los dientes de Berthold. El gancho no se desprenderá, porque no es capaz de transmitir vapor a través de ahí.-asentía ante lo que me decía, mientras que continuaba escuchándole.-Pero antes de eso, Eren, tú actuarás como si te cayeras de aquí, así cuando Kirah se interponga frente a Berthold, podrás sellar el muro. Retoma fuerza, y junto a mi, nos encargaremos de rasparle la nuca, será la única manera, estará debilitado ante el vapor que le lanzará a Kirah, no desprenderá tanto, pues ya él se está desgastando.-le miraba, al igual que él a mi ante lo que decía.-Se que te estoy sacrificando, pero es la única manera. Eres la más fuerte, podrás aguantar. ¿Puedes hacerlo?-me preguntó, pero me quede algo aturdida, era demasiado arriesgado, y podía admitir, que me daba miedo.

-Claro que si.-le exclamé, y es que la ilusión de que este plan funcionara, le resaltaba en sus ojos azulados.-Estoy preparada.-le indique, mirando adelante como el titán colosal continuaba avanzando hacia nosotros.

-Ese es mi plan, si conseguimos que todo salga bien y somos capaces de engañar a Berthold en esta maldita batalla, la victoria es nuestra.-expresaba Armin.-Aunque sea yo, quien haya ideado el plan. Su éxito depende de cuánto tiempo seas capaz de aguantar.-me dijo, pero de una manera pesada.-Chicos, lo siento, pero no pienso morir antes de ver el mar.-le sonreí ante eso, palméanos su hombro.-Así que me quitare del medio cuando las cosas se pongan feas. Te dejo el resto a ti, y quizás a Kirah.-nos indicaba a mi y a Eren, quien debía escucharle.-Ya saben que nunca he sido tan valiente como ustedes.-me quede mirándole ante eso, se equivocaba. -¿Eren lo tienes claro verdad? Prometimos ir a ver el mar juntos, ¿acaso te he mentido alguna vez?-le preguntaba Eren, mientras que me baje de su hombro, tocando el suelo del muro.

-No quiero hacer esto, tengo una mala espina.-le indique a Armin, justo cuando llego a mi lado.

-¿Confías en mi?-me preguntó, y yo tan solo asentí.-Entonces, adelante.-exclamó, y ante esas palabras, el titán de Eren se desprendió, como si se cayera, a lo que yo, decidí actuar.

-¡Eren!-grite fuertemente, tanto que mi garganta sintió que se desprendía, y es que era la única manera de que Berthold creyera que esto era real.

La adrenalina empezó a recorrerme, y antes de desear adelantarme, mire atrás, donde había mirado minutos antes. Se veía vacío, no se escuchaba nada, y se veían muchos fragmentos de piedras, y desprendimientos de las casas afuera de este muro. Algo en mí volvió a retumbar, y llevé mi mano a mi pecho cuando sentí como palpito. Ya no veía a nadie, solo al titán bestia, y titanes levantados a su lado. Sentí miedo, pero continué acoplada a mi plan, dejando mis emociones aún lado. Aproveche el polvo que Eren provocó ante su caída, y antes de irme, mire a Armin. Sus ojos se quedaron plasmados en mi, mientras que me había lanzado, algo nuevamente se sintió en mi corazón ante esa mirada. ¿Armin, qué pasa? Te ves muy tranquilo, a mi no me engañas. Pensaba mentalmente, algo tramaba y su mirada me lo había descrito, pero continué. Sintiendo miles de escalofríos en mi interior, lance aquel gancho en los dientes del titán, sorprendida, me quede en el aire cuando se incrustó, pero mi cuerpo empezó a sentir el vapor que su titán transmitía. Me tapaba con mis brazos, intentando de cubrir mi rostro, el cual empezaba arder ante mis abiertas raspaduras, pero ahí estaba, flotando con su vapor y teniéndole más cerca que nunca.

Sus ojos estaban plasmados en mi, me mirabas Berthold, me mirabas como yo te miro a ti. Se que sin importar que, no vas a detenerte, y si esto me costará la vida, entonces mátame, pero al menos estaré en paz porque mis amigos pudieron recuperar el hogar que tú nos quitaste. No importa que tú vapor me siga transmitiendo calor, al punto de derretir mi piel, yo no me detendría hasta que Armin desprenda tu nuca, hasta que Eren selle el muro que tú rompiste, bastardo. Apretaba mis labios, y es que, aunque deseara soltarme, no quería rendirme, pero mi cuerpo se estaba cansando y mis manos dejarían de taparme, ganarías en esta, por primera vez, me rendiría ante ti, gran amigo a quien quise, aún me duele tu traición, y es por eso que se, que tampoco soy capaz de matarte. Mis brazos dejaron de tapar mi rostro, y mis párpados empezaron a sentirse pesados, si Berthold, ganarías. Eso fue lo que pensé en mi mente, antes de que él desprendiera mi gancho, todo se volvió lento y es que mire fijamente como los ojos azules de Armin cruzaban con los míos. Mi corazón palpitaba, y mi cuerpo solo sentía calor, pero mis ojos se abrieron grandemente.

Intente de aguantar su capa y quedarme a su lado, pero me habías soltado Armin, este era tu plan, salvarme a mi y a Eren. Mi mano se quedó estrechada en el aire, y tan solo sentí como el vapor me empujó. Deseaba tener la fuerza para detenerme, para poder localizarte Armin, pero el vapor nubló mi vista amigo mío, así que sólo caía en aquel vacío y te miraba, te miraba actuar como él valiente que siempre has sido, como él gran brillante sol que nos ha alumbrado todos estos años. Mis ojos se cerraron, y mi cuerpo cayó en aquel tejado, mi espalda dolió y no supe cómo moverme, nuevamente todo me dolía, así que me quede detenida allí, inconsciente. No sabía porque, pero escuchaba la brisa de aquellos días, escuchaba aquel río, aquel a donde solíamos ir. Recuerdo un día, uno vago, aquel en donde todo se acabó para nosotros, ese día me mostraste lo que sería el mar, aquel el que soñé, deseaba tanto decírtelo, pero quiero que veas por ti mismo, lo que nos espera. Abrí mis ojos, viendo humo en cielo, había vuelto a retomar mi conciencia, y tan solo me levante, sintiendo un leve dolor en mi espalda, y oliendo algo quemado, azufre. Con cuidado restregué mis ojos, y visualizaba cómo el titán colosal se estaba cayendo. Estaba perdiendo fuerzas, mis ojos no creían lo que veían.

El plan funcionó, pero todo tenía un costo, y lo supe cuando ese olor continuaba llegando a mis fosas nasales y giré mi mirada, para encontrarte ahí, Armin. Mis ojos se abrieron grandemente, y toda mi piel se heló, algo en mi se estaba retumbando fuertemente, y mi corazón, quería salirse de mi boca. Me quede aturdida, mirándote, estabas totalmente quemado por aquel vapor que yo debí recibir. Mis manos temblaban, al igual que mis labios, esto debía ser una pesadilla más, ¿no es así Armin? Estoy en una irrealidad, y aún no me he despertado, ¿verdad? Mi cabeza sentía algo fuerte, y lleve mis manos a mi estómago cuando empezó a revolcarse. Quería levantarme, pero no podía, así que me arrastre, y me acerqué para mirarte. Por favor, despiértame de esta pesadilla Armin, puedo salvarte de esta visión. ¿Puedo? ¿Verdad? Si, puedo salvarte de esta visión, porque esto era una mala pesadilla, así que empecé a pellizcarme, empecé a golpearme, mientras que mis ojos se humedecían y lloraba del miedo, no me despertaba. Con fuerza me golpee el rostro, quería golpearme la cabeza, pero mis golpes no dolían más que lo que dolía mi interior cuando realicé, que esto no era una visión, tú estabas aquí, tú estabas muriendo frente a mi.

-¿Armin?-le llamaba, sintiendo mi pecho subir y bajar, y como empezaba agitarme.-¡Se supone que era yo!-le grite, mirándole y es que, estaba arrodillada a su lado, mi cabeza estaba casi tocando la suya, y mis lágrimas caían en sus mejillas.-¡Levántate!-le grite entre dientes, mientras que aún su cuerpo transmitía calor.

-Lo sabía.-mire atrás, aturdida, viendo como sus manos arrastraban el cuerpo inconsciente de Berthold, y sus ojos, estaban llenos de lágrimas.-Tú siempre has sido el más valiente.-exclamó Eren, soltando a Berthold y mirando el cuerpo de Armin.-Sabía que intentarías algo así, que no nos dejarías morir, pero mi única alternativa era confiar en ti.-musitaba él, con sus ojos produciendo montones de lágrimas.-¿Por qué no intentaste escapar?-preguntaba, pero antes de que pudiéramos seguí cuestionándonos, vimos aquel titán de cuatro patas, y a ese hombre.-Mierda.-ni siquiera tuve fuerzas para sacar alguna de mis hojas cuando ese titán brincó hacia acá, pero ya Eren sostenía a Berthold como rehén.-No des un paso más. Si intentas llevártelo, lo mataré.- insinuaba Eren, y yo me había levantado para observar a ese hombre, quien yacía con marcas de transformación bajo sus ojos, rubio y barbudo.

-¿Tú eres, Eren Jeager?-me quede mirando a Eren, quien se tenso ante ese llamado de aquel desconocido hombre o mejor dicho, el titán bestia.-No te pareces en nada a Grisha.-Eren abrió sus ojos, pero continuó sosteniendo a Berthold. ¿Quien era este hombre?-Créeme, te entiendo mejor que nadie. Y es que los dos, somos víctimas del mismo hombre. Él te lavo el cerebro.-le decía, a lo que Eren confuso le miraba.

-¿Mi padre?-le pregunto, pero aquel hombre le ignoró y alzó la mirada a la cima del muro, aturdido e incluso, asustado.

-¿Qué? Tiene que ser una broma, me ha seguido hasta aquí.-alce la mirada a donde él veía, y es que, ahí vi a Levi Ackerman mirarle, con su rostro ensangrentado.

-De acuerdo Levi, lo dejaremos en empate.-masculló aquel hombre, pero aún mis ojos, miraban a Levi quien se aproximaba hacia acá.-Berthold lo siento, pero me temo que este es tu final.-gire mi vista, visualizando como aquel titán de cuatro patas empezó a moverse.-¡Eren! Un día volveré para salvarte.-fue lo último que dijo, justo antes de que llegara Levi, quien con brusquedad se plasmó en este tejado, demostrando agitación.

-¡Capitán!-Eren le llamó, pero aún mi cuerpo levantado, temblaba por lo que había a mi lado, el cuerpo moribundo de Armin.

-¡Ya no me queda nada de gas! Dame tu gas y tus cuchillas, voy a seguirle.-le pedía Levi, sin ni siquiera mirarme o darse cuenta de la situación mientras que Eren, desenvolvía sus correar para darle sus cosas.-¡De prisa!-le pidió en un grito, pero fue ahí, que sus grises ojos me miraron.-Kirah.-me llamo, quedándose frente a Eren, y mirándome de una extraña manera, como si le pesara verme.

-Levi... Armin.- le dije en un susurro entrecortado, señalando a mi amigo, justo a mi lado.-Armin... -mis lágrimas corrían, y es que mi piel se erizo cuando escuche un respiro de su parte.-¿Armin?-le voltee a ver, y es que ya Eren se le había aventado encima para comprobar lo que habíamos escuchado, mientras que aturdida vi como aquella chica también llegó y nos miró con sus ojos abiertos como platos, hasta que sentimos

-¡Si, eso es! ¡Armin está respirando!-Mikasa tenía sus ojos húmedos, y tocaba su cabeza, mientras que ambas mirábamos a Eren.-¡No dejes de respirar!-le pedía a Armin, a lo que mi cuerpo, recobraba una luz de esperanza.-¡Capitán, la jeringuilla!-Eren miró a Levi, y este con su cabeza baja, buscaba entre sus correas aquel estuche, pero él estaba algo lento.-¡Transformaremos a Armin en titán y devorará a Berthold!-le indicaba Eren, mientras que veía como aún Levi parecía dudar.-¡De prisa, por favor!-pedía Eren, insistiendo.

-Bien.-suspire aliviada, al igual que Mikasa quien lanzó al cielo aquella bengala roja, en orden de que se detenía algún tipo de plan.

-Capitán Levi.-aquella voz varonil erizo mi piel, y es que fue ahí que entendí el dolor que sentía en mi corazón.-Por fin he llegado.-observé a Flotch arrastrarse por el tejado, viendo en su espalda a quien cargaba y como mis ojos se abrían como platos.-El comandante Erwin está gravemente herido, le han reventado el estómago y tiene los órganos internos aplastados, no para de sangrar.-sentí mis piernas temblar cuando le vi, esa corazonada de no irme de su lado, ¿era por esto Erwin? ¿Ibas a morir?-Creo que la inyección de la droga podría salvarle, ¿que opina?-el aire entrecortado salía de mi, y es que Flotch lanzó el cuerpo con delicadeza, a lo que vi a Erwin pálido, pero Levi se acercó sin sigilo.

-Todavía respira.-mi corazón palpitaba con fuerza, y mi cabeza empezaba a doler ante lo que Levi dijo.-Aún está vivo.-indicó.-Voy a inyectarle la droga a Erwin.-mire a Levi con una mirada perdida, y es que observe cómo Eren se colocó de manera brusca a su lado.

-Eren... -estreche mi mano, viendo como temblaba, mientras que aún mis lágrimas se desprendían de mis ojos.

-Ha dicho que se la inyectaríamos a Armin.-justificó Eren la decisión de Levi, mientras que yo empezaba a sentir como el aire me faltaba.

-Estoy dejando vivir a aquel que puede salvar a la humanidad.-expresó Levi, a lo que vi como Mikasa sacó de sus equipos, las hojas.-¿Ah?-Levi presintió el movimiento de Mikasa, pero quedó aturdido justo cuando tuve la fuerza de sacar mis hojas, y mirar sus grises ojos observarme confuso.

-¿Kirah?-gire mi mirada, y es que ni siquiera me percaté cuando Aster había llegado, también tenía sangre seca en su rostro y se veía cansada.-Bajen sus armas.-nos indicó, pero yo volví a mirar a Mikasa, y es que Levi pensaba que le atacaría, pero no, no era a él; era a ella.

-¿Están consiente de lo que están haciendo?-preguntaba Levi, dirigiéndose a nosotros mientras que mi mano temblaba.-Es Erwin, el comandante del cuerpo de exploración. ¿Me están pidiendo que lo deje morir?-pregunto, mientras que Eren aún no se salía de su lado.-No tenemos tiempo, fuera de mi camino.-Eren se acercó, intentando de apretar el estuche de metal de la jeringuilla.

-Eren, espera por favor.-le pedí, con mi voz temblorosa, acercándome un poco.-Así no.-le decía, y es que él no entendía como me sentía en este instante, tenía miedo.

-¡Es Armin!-me grito lloroso, lo que provocó que me sobresaltara asustada, y haciendo que me distanciara.-¡También es tu hermano!-me dijo, haciéndome sentir una presión en mi corazón, a lo que continué temblando.

-No, no te atrevas a ponerla en esta posición.-le pidió Levi, mirando fijamente a Eren con un semblante serio.-Controla tus emociones.-le pidió, mientras que el ambiente se hacía más tenso.

-¿Qué me controlé?-le pregunto Eren en voz alta.-Hace un momento, ¿por qué no nos dio la jeringuilla?-preguntaba, mientras que aún seguía en cercanía con Levi.

-Precisamente estaba calculando la posibilidad de que Erwin siguiera con vida.-le respondió, de manera neutral y sin más.

-No podía saber que Flotch iba aparecer aquí con el comandante medio muerto en su espalda.-justificaba Eren, intentando de detener esta ardua situación que me empezaba a consumir hasta los huesos.

-Si, tienes razón, pero ahora Erwin está aquí.-le respondió a Eren.-Lo elijo a él.-indicó, a lo que vi como Eren dirigió su mirada a mi, sus ojos transmitían lágrimas y su expresión estaba abatida.

-¡Kirah, no permitas que elija a tu hermano, Armin también lo es!-me grito, haciéndome quedar helada, y es que fue ahí que vi como Levi alzó su nudillo y golpeó a Eren con una fuerza indescriptible que lo lanzó al otro lado.

Mi mundo empezaba a oscurecerse, y es que, todo se volvió lento en el instante en que visualicé como Mikasa abrió sus ojos grandemente ante el ataque de Levi hacia Eren. Su movimiento fue rápido, pero pude determinarlo y llegar a ella, antes de que ella llegase a él. Mi hoja y la suya se atravesaron en el instante que ella fue a por Levi. Mi cuerpo cayó encima del suyo, y sentí un leve ardor en mi piel cuando Mikasa desprendió su hoja encima de mi. Mis ojos y los suyos se miraban, ambos lagrimeando, ambas aturdidas. Mi intención no era atacarle, era defender a Levi, pero ella sabiendo lo que haría, me atacó. Me quede ida ante esa acción, y es que ella no entendía como me sentía, nadie aquí lo comprendía. Era como si me estuvieran acribillando con dos espadas, una en el corazón y otra en la espalda. Le miraba y retenía su espada, la cual empezaba a dirigirse a mi cuello. Nuestras manos temblaban, y mis lágrimas continuaban desprendiéndose, uniéndose con la sangre que saldría de la cortadura que ella creó en mi mejilla. Intentaba empujarla, pero su fuerza y la mía, no se compadecían de nada. Fue ahí que observe como las manos de Aster la atraparon, dándome libertad de levantarme, pero no pude. Me quede helada, y es que estaba viendo el cuerpo de Armin y el de Erwin.

Mi cabeza se fraccionaba en dos, y mi corazón también. Visualice como Mikasa pudo desprenderse del agarre de Aster, y es que le golpeó tan fuerte que provocó que Aster cayera aturdida ante el dolor al suelo, Mikasa le había dado justo en la cabeza. Ahí fue que visualicé como se colocó nuevamente encima de Levi, y ardí en llamas. Mi hoja se dirigió a su cuello, y la retuve. Mi brazo la bloqueaba junto a mi hoja. Ella se quedó sin movimiento, pero apretaba la mano de Levi, intentando de quitarle la jeringuilla, mientras que yo sollozaba intentando de que dejase moverse. Estaba dispuesta a atacarle como me atacó a mi, pero era tan débil, que no podía. Solloce, intentando de retener sus movimientos. No me estaban dando opciones, no me estaban dando una esperanza de que todo saldría bien, no quería pelear Mikasa, quiero despertar de esta pesadilla de la cual no soy capaz de sobrevivir, y es que por favor, entiende que frente a nosotros no sólo estaba Armin, estaba mi hermano. Mi corazón empezaba a palpitar, y es que sabía que no habría manera de que alguien pensara en mi, o decidiera tenerme compasión, porque esta situación era borrosa.

-¡Suéltalo!-le pedí entre lágrimas, aún presionando mi hoja en su cuello.-¡Por favor!-volví a pedirle en aquel sollozo, mis manos no dejaban de temblar.-¡Mikasa, por favor!-volví a pedirle, y ella aún no se movía.

-No podemos perder a Armin, estoy diciendo la verdad.-exclamaba Eren, mientras que yo sentía mis músculos perder fuerza.-Salvamos Trost, porque se lo ocurrió que sellara el boquete con una piedra. Fue armin quien descubrió el secreto de Annie, quien pensó que Reiner se escondería en los muros y quien ha encontrado la manera de derrotar a Berthold!-gritaba, y yo empecé a dejar de presionarle el cuello a Mikasa, rindiéndome.-¡Todo ha sido gracias a Armin!-decía, dándome más punzadas en mi corazón.-El salvador de la humanidad no soy yo, ni el comandante. ¡Es Armin!-me quite de encima de Mikasa, y me quede aturdida llorando, con la cabeza baja, soltando mis hojas.-¡Tu lo sabes Kirah!-tape mi rostro para evitar un sollozo ante lo que Eren había dicho.

-¡No le hagas esto, Eren!-gritaba Levi entre dientes, y alce la mirada, viendo como esos grises ojos me miraban, lo lamento Levi, pero no sé qué es lo que debo hacer.

-El único que puede salvar a la humanidad es el comandante Erwin.-exclamaba Flotch, instruyéndose en la situación tan horrible que estaba presenciando.

-¡Flotch, cállate!-le pidió Mikasa agitada, mirándole con un rostro de abatida en aquel enojo por desear quitarle el estuche a Levi.

-No puedo callarme. ¿Creen que son los únicos que han sufrido? ¡Miren lo que le están haciendo a ella, la atacaste Mikasa, y Eren la manipula! ¡Son unos egoístas de mierda.-decía señalándome, a lo que me quede arrodillada, observando aturdida el cuerpo de Erwin a mi lado.-Aún no lo saben, pero al otro lado del muro, no queda nadie. Todos murieron cuando el titán bestia nos bombardeó con unas ráfagas de rocas, pensaba que todo estaba perdido, pero el comandante Erwin es diferente. Trazó un plan para neutralizar al titán bestia y lo puso en práctica, aunque supiese que nos harían trizas. De seguro, lo último que sintieron al morir, fue terror.-decía en voz alta, mientras que visualicé como Aster volvía a reincorporarse. -Cuando lo encontré vivo, estuve apunto de encestarle el golpe de gracia, pero esa era la salida fácil.-gritaba, y yo tan solo me quede arrodillada, con mis lágrimas bajando.-El comandante merecía vivir para seguir sufriendo en este infierno, pero fue ahí que entendí que solo un demonio sería capaz de acabar con los titanes. Por eso mi misión en esta vida, era devolver a la vida a ese demonio, es lo único que explica que un cobarde como yo haya sido el único sobreviviente. ¡Así que quítate del medio!-me levante con rapidez en aquel instante en que vi los ojos de Mikasa dirigirse a Flotch, y nuevamente sentí su golpe en mi.

-¡No!-grito Levi, mientras que vi como mi brazo yacía en sangre ante Mikasa rasparme, y es que ella iba por Flotch, pero temblorosa me miró, a lo que vi como Aster le empujó, haciendo que soltase sus hojas.

-Ya basta.-le pidió Aster, enojada y transfiriendo su enojo, pero yo no sentía nada de ese dolor en mi brazo, él de mi corazón era más fuerte.-Por fin... -mire hacia donde miraba, viendo aquella mujer viva y sosteniendo a Mikasa en sus brazos quien se removía, con intención de soltarse y dirigirse a Aster.

-Hange.-Levi le llamó, sintiéndose aliviado, y levantándose del suelo, mientras que atrás de aquella teniente, yacían mis compañeros aturdidos ante ver lo que estaba ocurriendo.

-Será una broma, ¿verdad que si?-se preguntaba Jean, quien miraba donde estaba Armin, mientras que Connie sostenía a una Sasha malherida.

-¿Qué ha pasado?-se preguntaba Hange, sosteniendo a Mikasa, y observando cómo Levi sacaba la jeringuilla del estuche, haciéndome sentir nuevamente una fuerte presión.

-¡No!-gritaba Mikasa en llanto, provocándome mucho más sufrimiento, sabiendo que Levi estaría dispuesto a revivir a Erwin, pero eso pesaba más en mi, porque estaba dejando morir a Armin, y es que, era yo quien debía estar así.

-¡Mikasa, necesitamos a Erwin, debes entenderlo! ¡Alguien debe mantener viva la llama de la esperanza!-le pedía Hange de manera alta, pero pasiva, aún así, Mikasa continuaba forcejeando.

-¡Pero es que Armin también puede hacerlo!-gritaba entre llantos, mirándome, como si deseara que la apoyara, pero no podía, no podía.

-Lo se, Armin es extraordinario, pero no tiene la experiencia ni la capacidad de liderazgo de... -Hange dejó de hablar ante Mikasa apretarle la mano, pero ella se la desprendió de manera brusca e intentó calmarle.-Yo también tengo gente a la que quisiera revivir, y es que, llevo diciendo adiós desde el día en que me ingrese en el cuerpo de exploración.-musitó, y es que fue ahí que me di cuenta que alguien estaba ausente, Moblin, Hange lo había perdido.-Pero lo sabes tan bien como yo, no importa de quien se trate, siempre lleva un día en que debes despedirte. Se que es difícil aceptar esa realidad, sé que el dolor nos hace perder la cordura, es duro, lo sé. Pero aún así, hay que seguir adelante.-decía, creando que Mikasa relajará sus músculos y aceptará lo que pasaría, pero aún yo no era capaz.

-Capitán, ¿ha oído hablar del mar?-visualicé como Eren, quien tenía su boca destrozada, con dos dientes faltantes, sujetaba por el tobillo a Levi, deteniéndole.-Nunca se acaba, se extiende más allá del horizonte. Es un lago gigantesco, y Armin quería llegar a Kirah ahí desde que éramos niños.-decía, a lo que me hacía sentir con más peso.

-Ya, déjalo así.-le pidió Flotch, alzándolo y aislándolo.

-Armin nos prometió que un día lo veríamos juntos. Era nuestro sueño cuando éramos niños.-solloce ante las palabras de Eren, y es que no podía dividir mis emociones, no podía.-Y lo había olvidado, solo pensaba en vengar a mi madre y destruir a los titanes, en mi cabeza había odio, pero Armin es diferente. Él soñaba.-exclamaba Eren en llanto, pero el rostro de Levi, me dio entender que no habría opción.

-¡Todo el mundo fuera de aquí, voy a inyectarle la droga a Erwin para que devore a Berthold!-caí de rodillas en el tejado, y emití un llanto, sin poder moverme.

-Vamos.-me pedía Aster, mientras que me negaba, y sentía como ella me levantaba del suelo.-Está bien, Kirah, déjalo ir.-me pidió, y me aferro a su cuerpo, mientras que me denegué.

-¡Déjame despedirme!-grite en aquel sollozo, pero había sido tarde, Aster con dolor en su alma, tomó la decisión de alejarme de ahí.

Le mire, le mire una vez más, una última vez. Y es que, tan solo veía sus azulados ojos, y me era difícil imaginarlos apagados, para siempre. Me era difícil de creer que tú alma y tú brillo se habían apagado a través de aquel vapor, me era incapaz de creerlo, Armin. Estreche mi mano, con el deseo de quedarme y de que quizás la sostuviesen, pero no era así, hoy te habría perdido. Y es que Armin, no había manera de que lo hiciera sin ti. Cerré mis ojos cuando caí en aquel tejado, cuando sentí mis músculos débiles, y como estaba arrodillada con mi cabeza baja, escuchando los leves sollozos de Eren y Mikasa, que se unían a los míos. No había manera de repararme de esta, y es que, me pusieron un clavo en todas las partes de mi cuerpo. Armin, yo no te pedí que me salvarás, yo nunca te pedí que me socorrieras. Llore en voz baja, inclinando mi cuerpo y colocando mi cabeza en el techo del tejado, y es que estaba llena de impotencia ante la agria realidad a la que debía sobrevivir. No quería elegir a nadie, hubiese preferido haber muerto yo, pero no podías permitirlo ¿verdad Armin? No podías verme morir, no podías ver cómo moría y ardía en el fuego, y preferiste salvarme, menudo idiota.

Mi mirada se elevó cuando escuché la voz de Eren con asombro, y es que, fui testigo de como mi vida cambiaria drásticamente, como mi vida se pudriría en dolor. Pero aunque algo haya revivido cuando vi como Levi te escogió, de todas maneras, una parte de mi se apagó. Mis ojos quedaron idos cuando te vi levantarte como titán, y cuando vi como Levi llegaba a mi lado, con el cuerpo de Erwin. Sus grises ojos me miraron, me transmitieron tanto, que no pude describirlo. Mi corazón estaba latiendo lento, y no podía sentir mis músculos, o al menos, llorar. Todo en mi se había detenido, absolutamente todo. Levi lo acomodo a mi lado, pero aún no era capaz de mirarlo. Todos habían quedado aturdidos, sin saber que este sería el destino que Levi había dejado para la humanidad. No sabía que sentía, no estaba molesta, pero había algo en mí que se retumbaba, era difícil explicarlo, solo se que aunque haya recuperado a Armin, estaba teniendo que realizar que Erwin se iría para siempre, y yo, no me había preparado para decirle adiós. Mis manos temblaron, y tan solo sentía como una energía que me transmitía dolor, se adueñaba de mi cuerpo, de todo lo vivo que había en mi interior, y le apagaba.

-Lo siento, Kirah.-sus grises ojos me miraban, pero yo no era capaz de demostrar alguna expresión, solo se que miraba a Levi sin entender que era lo que había sucedido, y es que, no me había preparado para esta elección, ni tampoco si hubiese sido Armin.

-¿Pero, por qué?-preguntó Flotch, confuso, mientras que Aster estaba a su lado, observando más allá, y es que se visualizaba como Armin estaba poseído por el titán que había desarrollado.

-Contéstame esto. ¿Podrás llegar a perdonarle?-pregunto Levi, en voz alta, mientras que visualizaba y escuchaba, los gritos desastrosos de Berthold, y es que, ni siquiera me dolía.-No le quedo más remedio que convertirse en un demonio, porque nosotros quisimos que lo fuera.-musitaba Levi, de una manera apagada.-Por si fuera poco, cuando por fin se había liberado de este infierno, hemos intentando traerle devuelta. Ya iba siendo hora, de dejarle descansar.-dijo, alzando su mirada y mirándome, pero aún no había forma de que me expresara Levi, algo en mi se apago.-Erwin, te hice dos promesas. Cumpliré la primera, pero la segunda, es derribar al titán bestia; y esa tendrá que esperar.-expresó, mientras que Hange se acercó al cuerpo que yacía a mi lado y musitó.

-Se ha ido.-mi corazón pareció detenerse ante ese aviso de Hange, quien yacía dándose cuenta que el pulso de Erwin, ya no estaba, mis ojos se quedaron con una mirada perdida, y algo en mí se empezaba a fragmentar.

-Entiendo.-Levi habló, pero sus ojos me miraron, exclamando tristeza, una que me transmitía y es que, sabía que me estaba esperando una reacción de mi parte, y yo tan solo miraba sus grises ojos para denegar lo que Hange había dicho.

-No.-me denegué, sabiendo que aunque lo estuviese viendo con mis propios ojos, no podía creerlo.-¡No, no!-el llanto sobresalió, y ni siquiera sé en qué momento empecé a sentir como mi garganta se desgarraba, mientras que mis manos apretaron su camisa, en la parte de su pecho.-¡Me lo prometiste!-dije en aquel sollozo, llevando mi cabeza a su pecho, sintiendo como ya no producía aire, como su pecho dejó de subir y bajar.-¡Aún habían cosas que quería saber, Erwin...!-grité, desgarradoramente.-¡Ah!-ese grito había alertado a quienes aún no sabían lo que sucedía, y es que yo, me levante para observarle.

Su corazón había dejado de latir, y lo sentí antes de desprenderme de su pecho. Mis manos acariciaron su dorado cabello, eso que se reflejaba con los rayos del sol. Las lágrimas continuaban desprendiéndose, mientras que no podía dejar de mirarle. Veía su cuerpo, ese que perdía el color, dándole palidez. Sus ojos cerrados, sabiendo que no habría una vez que volviese a verlos abiertos. Toque si piel, empezaba a sentirse fría, como si perdiera su aura, se estaba yendo. Mi corazón se seguía rompiendo, incluso aunque ya no tuviese uno. Mi cuerpo se aferró al suyo, y es que mis brazos recogieron su ser y lo acercaron a mi, como si pudiera darle calor, como si pudiera volver a darle la energía para que despertarse, pero Erwin se había ido. Entre llanto y gritos, mis ojos se nublaron, y tan solo sentía el espacio que los demás me daban, pero aún así, no dejaban de estar y de sentir quizás la tristeza que dejaría la ausencia de mi hermano. Las lágrimas caían en su rostro, y lo apretaba, le apretaba y le susurraba en su oído que me había prometido estar en vida, que me había prometido que no se iría, y eso por la hermandad que nos unía, pero hoy, me estaba sucediendo algo desgarrador. Y es que, que desgarrador tener que decirle adiós al sol.

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