𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞
Lo que la noche deja.
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Caminaba vagamente por los pasillos de aquel cuartel, muchos nos recuperábamos, y otros solo continuábamos. Habíamos tenido muchas bajas y las muertes de algunos pueblerinos nos perseguían. Mi cuerpo me dolía, hasta el más mínimo hueso y era por el gran cansancio que me cargaba. Además, no había podido conciliar el sueño, no después de ese día en donde se logró capturar al titán hembra o al menos, así quizás podemos llamarle. Me detuve en seco nuevamente cuando visualicé aquel viejo sueño, toqué mi cabeza y me quede parada en el pasillo; esa imagen era muy real. Veía a Annie, estaba envuelta en una cristalización, esa misma en la que se refugio justo antes de que Eren se la tragara, pero a diferencia, estábamos en una habitación y yo parecía mirarle. No comprendía ese sueño o que significaba, pero estaba consiente de que no fue coincidencia de que soñara con esa cristalización, que soñara con que ella se escondería tras ese capullo. Continué caminando, y es que pensar en ella aún me abofeteaba, aún me sentía abatida ante su traición y más, en que yo estaba dispuesta a destruirla a todo costo. Me paré frente aquella puerta, y di leves toques.
-Pasa.-escuche su gruesa voz a través de esa puerta, dándome el acceso a entrar, así que lleve mis manos a las manecillas de las puertas y la abrí, viéndolo sentado en aquella silla y mirando algunos papeles, su rubio cabello estaba peinado de lado como siempre y no portaba su uniforme de comandante.
-Me alegra verte, al menos antes de que la policía militar venga a por ti.-le dije a Erwin, recostándome en la puerta y cruzándome de brazos, mientras lo veía sentado y muy pasivo.-¿Qué ha pasado con el titán que encontraron dentro del muro?-pregunte curiosa, y es que había quedado inconsciente antes de ver la barbaridad que todos habían visto, un fragmento del muro se había roto y se mostró el ojo de un titán; lo que implicaba, es que habían titanes dentro de los muros.
-Me he asegurado de tener un poco más de libertad, y de la existencia del cuerpo de exploración; al menos hasta que pueda resolverlo. Las bajas de muertes injustificadas y el ocultar información valiosa a los superiores es algo muy delicado. Añadiendo, que hemos tapado el rostro de aquel titán para no crear pánico.-me decía, mientras aún en su semblante se veía la serenidad, se que en alguna parte esas muertes lo perseguían.-Hange cree que el pastor Nick tiene conocimiento acerca de eso, pero no podemos provocar más alteraciones. El cuerpo de exploración está siendo señalado ante las bajas de muerte.-añadió, contándome.-Luces sigo molida.-sonreí de lado, y provoqué un sonido con mi garganta.
-Jum.-fue el sonido que provoqué.-Querrás decir, "jodida".-le arreglé su fino comentario, viendo como él sonreía.-Vaya, sabía que no todo debía ser seriedad.-le halague la sonrisa, quedándome aún cruzada de brazos.-No he podido entrenar, todo mi cuerpo me duele, no sé cómo estoy de pie.-expresaba, y es que realmente me sentía débil.
-No pudiste descansar bien de la primera misión para hacer un acto heroico.-lo miré con una ceja alzada ante su comentario, confusa.-Si no hubiese sido por ti, el titán hembra se hubiese escapado. Le diste ventaja a Eren, muchos presenciaron tu acto y lo halagaron de manera prudente. Tu nombre ha corrido por toda la corte suprema, a todos los mayores, comandantes o capitanes, muchos desean conocerte y ver esas habilidades que cargas; las compararon con la de nuestra madre.-estaba impresionada ante lo que me estaba diciendo, tanto que sentía mi corazón bombardear de un orgullo propio.-Debo decir que estoy sumamente orgulloso, has entregado en cuerpo y alma tu corazón en este oficio.-baje la cabeza, y no por tristeza; si no por respeto ante su cumplido.
-Vaya, creo que por fin he podido llegar a los talones de mi gran héroe.-alce la mirada, viéndole fijamente, él pareció entender esa referencia; lo lleve al pasado, cuando era una niña y lo admiraba, como hoy aún lo admiro.-Pero tu mirada expresa que algo más está pasando, cuéntame, hermano.-le pedí, y es que aunque él pareciera estar orgulloso, ocultaba en su semblante una preocupación.
-Creemos que Annie Leonhart no es la única infiltrada en los muros, creemos qué hay más alrededor que puedan portar un titán, que sea el enemigo.-me contaba, levantándose de aquella silla y mirando la ventana.-No tenemos idea de quién pueda ser, así que si en cualquier caso, quedo en custodia de la policía militar antes de lo previsto, te pido que no confíes en nadie Kirah.-aunque él no me mirara, asentía ante su petición.
-Ella era mi amiga... -susurré, y es que aún claramente me sentía decepcionada.-¿Qué ha pasado con la cristalización?-pregunte curiosa, viendo como él tenía sus manos unidas en la parte baja de su espalda.
-Hange no ha podido descubrir nada, no hemos ni siquiera roto un fragmento. Estamos dos pasos atrás de la verdad.-contestó.-Solo nos queda el plan principal, dirigirnos a ShingaShina, aunque también; recuperar el muro María con el poder de Eren, luego de eso, podremos ser capaces de descubrir la verdad a través de su sótano.-me decía, a lo que yo continuaba escuchándole.-Haré lo que pueda para que ese plan se lleve a cabo, es la única esperanza de la humanidad, ese sótano, es lo único que nos queda; a menos que podamos descubrir quiénes serían los otros infiltrados, y que cooperen.-añadía a su comentario, girándose para mirarme fijamente.-¿Qué opinas?-me preguntó.
-Si hay otros infiltrados, estoy segura que no cooperan cómo Annie, a menos que los capturemos a tiempo bajo tierra y podamos impedirle convertirse en titanes.-expresaba mi opinión, viendo como él asentía.-Por ende, para mí el mejor plan sigue siendo dirigirnos a ShingaShina, aunque debes tener en cuenta que habrán muchas más bajas, Erwin.-él asintió ante mi comentario y bajo la cabeza, con una sonrisa corta.
-Tú manera de hablar es idéntica a la de Levi, ahora comprendo mucho más.-fruncí mi ceño ante su comentario, y no tarde en dejar de cruzar mis manos ante eso.-¿Qué pasa entre tú y Levi?-me preguntó, y quede aturdida ante su pregunta, sin saber que responderle.
-¿Qué crees tú que esté pasando?-le evadí la pregunta, correspondiéndole con otra, viendo como él volvía a sentarse en la silla y mostraba ese semblante sereno.
-Lo suficiente para que se acercara a mi, y me contara todo.-mis mejillas se calentaron ante su respuesta, y deseaba poder esconder mi rostro.-No estoy enojado, o incomodo; no tengo el derecho. Puede que sea tu hermano pero yo no te dire con quien debes estar.-me aclaro, haciéndome sentir menos avergonzada.-Claro esta, me hubiese gustado que fueras tú quien me contara aunque sería un poco incómodo para ti, o eso supongo.-asentí levemente, y es que aún así, era incómodo.-Me tomó por sorpresa, yo pensé que a quien querías, era a Eren Jeager.-me quede mirándole ante ese comentario, y en mi mente esos ojos verdosos azulados se plasmaron.
-Yo también lo creía... -susurré, bajando la cabeza mientras ponía todo mi peso en la puerta, esa opinión había sabido amarga.
-No digo que Levi es una mala persona, conste, es diez años mayor que tú, aunque eso no tiene mucho que ver. Solo que su relación podría considerarse un conflicto de interés y podía crearnos problemas futuros, pero continuando a eso; Levi es mi mano derecha, confío en él, no te enojes por él haber venido primero.-me aclaraba pero yo me avergoncé más, y negué, pensando en lo que dijo anterior a eso.
-Levi y yo no tenemos una relación concreta, es una profesional; lo que ocurrió, fue solo un impulso. Soy joven, a penas empiezo a experimentar.-justifique, viendo como Erwin llevaba sus manos a su mandíbula para poner el peso ahí.
-Ya veo.-me entendió, de manera serena.-Levi es un adulto, no tendrá juegos contigo. Pero nada, tengo que hacer unas cosas; mantente alerta, y si algo pasa, ven a mi.-asentí, abriendo la puerta para irme.-Kirah.-me detuve en seco ante su llamado, sosteniendo las manecillas de la puerta, lo miré.-¿Qué fue lo que te paso aquel día?-me preguntó, y me llevo a la gran confusión que tuve cuando deduje que mi sueño fue un tipo de visión, o algo así.
-Me dolía la cabeza, y estaba confundida por lo que estaba pasando, Annie era mi amiga, como dije anteriormente.-le respondí, evadiendo lo que realmente estaba pasando y es que si yo no lo entendía, él tampoco.
-Vale, intenta descansar un poco; nada de entrenamientos. Por favor.-me pidió, a lo que asentí levemente y le di la espalda, para así irme.
-Adiós.-me despedí delicadamente, cerrando las puertas de su pequeña oficina y recostándome de ellas, suspirando gruesamente.
Volví a caminar por los pasillos, encontrándome sola con mis pensamientos y emociones. Pase por un lado de algunos soldados, quienes me saludaron amablemente, yo imité el saludo, y los saludé; continuando caminando. A veces no era capaz de creer que aquí estaba, o que portaba este uniforme. No determinaba cómo era que el tiempo había pasado tan rápido, me detuve en aquella ventana y me senté en el borde. Suspiré, y si, era de esos suspiros cuando echabas de menos a alguien; cuando sabías que por más que desearas que regresara, ya no podía regresar. Mire mis brazos, ya no eran tan visibles como antes, pero aún sentía esas cicatrices, esa que me provocó con sus uñas para apretarme y no soltarme. Acaricié mis brazos y recordé ese día, sus ojos mirándome, su sacrificio le costó su vida. Cabizbaja veía mis brazos, era lo único que ella me había dejado, cicatrices, unas que ya no eran tan visibles, pero era como si fuese la única capaz de verlas. Me sentía orgullosa de portar un uniforme que ella portó, era como si su espíritu, viviera en mi. Todo esto, este impulso empezó desde muy niña y quizás siempre lo supe, siempre supe que ella fue una gran mujer. Lo supe aquel día en donde esos malhechores me secuestraron, y ella peleó a muerte con ellos, los combatió.
Me había salvado la vida, lo hizo dos veces, y ambas a muerte, solo que una de ellas fue la verdadera mortal. Mire la ventana, y los vi sentados, Armin, Mikasa y Eren. Deseaba estar ahí, sentada junto a ellos pero era solo una ilusión de mi imaginación ante la melancolía que me recorría. Entre ellos, me visualicé a mi, sentados en el suelo y leyendo un libro, hablaban por montón, pero yo era la única que tan solo escuchaba, negaba o asentía. Nos levantamos, y corrimos entre sonrisas. Todo había cambiado, ya no éramos unos niños. No sabía en que momento el tiempo había pasado tan rápido, en como ambos logramos esto que tanto anhelábamos. Veía el atardecer caer, las estrellas podrían saldrían y volvía anhelar el volver a mi hogar, en cada puesta del sol, deseaba siempre volver a ver el atardecer desde mi hogar; ese que había perdido hace cinco años. Me levante, dejando atrás la ventana y los recuerdos, esos que me traían melancolía y mezclaban la tristeza, con la felicidad. Y es que si algo también anhelaba, era que pudiéramos sobrevivir juntos hasta al final, sin que a ninguno nos costara la vida.
-Aún no puedo creer lo de Annie, ¿quién más entre nosotros podría ser como ella?.-me detuve en seco en aquella puerta, la voz de Jean se escuchó con claridad y pude asomarme por aquella puerta, mostrando una de las habitaciones; vi el cabello rubio de Armin taparme la vista de Jean.
-No lo sé, pero debemos estar consientes de que ella no es la única.-escuche la voz de Armin responderle, mientras que yo tan solo rompía su privacidad.-Yo, yo, nunca pensé esto de ella.-la voz de Armin se escuchó de momento apagada.-Pensé que era nuestra amiga... -susurró, y me dio una leve pena ante escucharlo de esa manera.
-Kirah iba a destrozarla.-la voz de Eren se añadió, parecía que todos estaban aquí, sonreí; solo faltaban Reiner y Berthold, parecían estar en una misión aparte con otros más, los extrañaba.
-Debe estar muy lastimada.-argumentó Jean.-Ella es fuerte y no lo hace notar, pero es frágil como cualquier otro. Puedo decir que era la más cercana a Annie, además de ti, Armin.-no podía ver a Jean quien hablaba, tampoco a Eren, el cabello alborotado de Armin no me lo permitía aún.
-Si, casi destruye su fuerza física por destruirla.-respondió Armin.-De verdad que ella pudo haber muerto Eren, si el capitán Levi no se hubiese avecinado a rescatarla, no hubiésemos llegado a tiempo y hubiera muerto.-Armin hablaba algo agitado pero no tanto, solo se podía deducir su preocupación por mi.
-No hubiera dejado que muriera, primero muero yo, antes de que ella muera.-la voz de Eren se escuchaba, un poco apagada y intentaba de mirarlo a través de la puerta entre abierta pero no podía.-Yo no iba aplastarla, me la iba a tragar y la iba escupir en uno de los tejados.-explicó él, a lo que realmente recordé que su titán era él que más cerca estaba de mi.
-¿Aunque te cueste la vida, ah?-le pregunto Jean de una manera burlona, pero me quede atendiéndolos ante esas palabras.-Vamos chicos, no me miren así, he escuchado sus promesas todos estos años.-Armin se removió un poco, y pude ver a Jean sentado en el borde de la ventana y Eren en la cama.
-Claro, con la esperanza de enamorar a Kirah.-se rió Armin, haciendo que Jean se sonrojará.-Vamos, sabemos que también siempre te ha gustado.-le indico.
-Kirah es muy hermosa, tiene una belleza envidiable y difícil de descubrir, no niego que cuando la vi por primera vez me enamoré, pero creo que sus ojos siempre le han pertenecido a Eren.-visualice como Eren se acomodo en la cama y miro a Jean ante esas palabras.-Nunca la habíamos visto llorar, hasta el día en que creímos que moriste. Ella se quebró en llanto, casi me arranca la garganta cuando le pedí que se calmara pero recobró fuerza Eren, y salió a pelear. Es fuerte, es muy fuerte.-me describía Jean, él parecía estar imaginándome en su mente, peleando o algo así.-Aunque creo que Eren no es el único interesado en ella.-me quede algo lenta ante lo que Jean había dicho, pero proseguí en escuchar sigilosamente.
-¿Qué dices?-Eren y Armin preguntaron a la vez, mirando a Jean, quien continuaba sentado en el borde de la ventana, con todo su peso en ella.
-El capitán Levi.-indicó Jean, lo cual abrí los ojos grandemente ante eso, y vi como Eren lo miraba fijamente impresionado; la única expresión que ahora no podía ver, era la de Armin.-Vamos, el capitán no es tan viejo y Kirah es bastante hermosa e inteligente, que no les sorprenda que sea así.-añadió a su comentario, a lo que Eren se sentó en el borde de la cama como si esas palabras fueran un tipo de amenaza.
-¿Por qué piensas que el capitán está interesado en ella?-pregunto Eren, curioso, mientras que Jean llevaba sus manos atrás de su cuello y ponía su peso allí, bastante relajado.
-Es obvio, la ha salvado dos veces, con mucho interés y esfuerzo.-empezó hablar Jean, mientras que lo parecían estar escuchando.-Además que, Connie antes de irse a la expedición junto a Sasha, Reiner, Berthold, Krista, Ymir, y los capitanes de ese grupo, me dijo que hace una semana vio al capitán salir de noche de la habitación de Kirah en el cuartel del cuerpo de exploración.-suspire gruesamente ante lo que Jean estaba diciendo, se supone que nadie debería saber esto.
-Quizás sólo fue una leve coincidencia, el capitán tiene derecho a mantener un tipo de contacto entre nosotros, además Kirah salió muy lesionada; es normal que esté preocupado.-expresó Armin.-Si ella estuviese entrelazada con él, ya nos hubiese dicho.-añadió a su comentario, no lo veía aún, solo veía a Eren quien estaba cabizbajo y a Jean.
-No digo esto de manera de crear un conflicto, es solo que pensaba que Eren y Kirah estaban juntos. Me confundí en cuanto Connie me contó, así que quería que me aclaras.-le hablo Jean a Eren, quien alzó su mirada y suspiró.
-No estamos juntos.-aclaró, como si le pesara.-No es el momento adecuado para que ella y yo estemos juntos, la posición en la que estoy es muy conflictiva. Pueden decidir matarme en cualquier momento, y saber que sufrirá me pesa mucho más. Así que tome la decisión, que mientras aún respire, haré que ella viva, y por eso no morirá, aunque me cueste la vida.-lo miré, miraba como él le respondía a Jean de una manera bastante pesada.
-¿Entonces, la dejaste ir, Eren?-le pregunto Armin, curioso pero con un tono de tristeza en su voz.-Te preguntó porque sólo pienso en cuando éramos niños, y siempre querías caminar a su lado, o comer a su lado. Incluso cuando vivíamos en el refugio, necesitabas dormir a su lado, siempre querías cuidarla y protegerla. ¿Por qué dejarla ir ahora, después de todo?-le añadió a su pregunta, haciéndome sentir agriamente.
-Porque era lo que debía hacer, Armin.-respondió Eren en un suspiro.-Y yo, no quiero arrastrarla a esto, como dije; puedo morir en cualquier momento, incluyendo que aún no soy capaz de controlar el poder de mi titán, si fracaso, la decepcionare y no quiero eso. Esto conlleva a que estoy seguro de que ella haría lo posible por salvarme, por ayudarme y mantenerme con vida, no quiero que viva de esta manera. A menos que todo se resuelva, a menos que podamos ser libres, será ahí cuando la ataré más a mi. Esa fue mi decisión.-culminó diciendo, con un gran peso en su voz.
-Eres muy valiente en hacer eso Eren, porque no solo estás pensando en ti, si no en ella. Es la primera vez que escucho algo tan coherente de ti.-le halago Jean, y era la primera vez que le escuchaba hacerlo.-A veces el mejor acto de amor hacia una persona, es dejarla ir.-comentó Jean, en respuesta.
-Lo sé, esa es la razón... -mire a Eren, y es que me sentí avergonzada cuando él pareció descubrirme a través de la puerta pero no actuó, no dijo nada, solo me miró fijamente a los ojos.
Continuaron hablando, pero él aún me miraba y yo, tan solo me alejé de la puerta, y los dejé; ya había escuchado suficiente. Camine por los pasillos, y empecé a sentirme extraña. Quizás expresamos nuestro amor muy tarde o a lo mejor, muy pronto, no lo sé; no lo sabríamos. Sabía que sin importar que, protegería a Eren, a toda costa y es que algo me ataba a él, y estaba consiente que no era el gran amor y amistad que le tenía, era algo más pero aún no lo descifraba. Coloque las manos en mis bolsillos y camine, deteniéndome en la puerta de una de las habitaciones. Abrí la puerta con cuidado y me topé con Mikasa, totalmente dormida. Me quede por muchos segundos detenida, ella me acompañaba cuando sabía que no podía conciliar el sueño. Observé la cama detenidamente y recordé aquella fría noche en el cuartel del cuerpo de exploración, justo en esa pared similar fue que retuvo mi cuerpo contra el suyo, fue la primera vez que mis labios tocaron otros labios y se sintió, genial. Me sonroje, y cerré la puerta para nuevamente salir de la habitación. Aunque esa noche haya ocurrido, él y yo no habíamos vuelto a tener una charla fija, o un encuentro así; solo había pasado y ya, pero sé, qué hay algo más allá de esto. Lo supe cuando me asomé a ese balcón, donde yo suelo pasar las noches de insomnio, y él estaba ahí.
-¿Qué haces aquí?-le pregunté, viendo como giraba su mirada para observarme, y es que no nos habíamos cruzado luego de lo qué pasó aquella noche; no portaba su uniforme, traía una fina vestimenta de camisa gris y pantalón negro, él también había salido algo lesionado en las últimas peleas.
-¿Pareces de insomnio o algo?-me preguntó él, continuó mirando las estrellas mientras que yo, tímidamente me acercaba.-¿Qué tienes?-me pregunto, justamente mirando, y pareciendo notar mi entristecida expresión.
-Le dijiste a Erwin sobre lo qué pasó.-le dije, acercándome a él, y quedando expuesta en el leve muro, colocando mis codos, recostándome al igual que él.-No estoy molesta, solo quiero saber por qué.-le aclaré, viendo como él continuaba mirándome, y es que algo había cambiado en su mirada hacia mi, ya no era fría.
-Porque me parecía que era un deber, ya que él, pese a que es mi superior y comandante; también es tu hermano.-me respondió de una manera serena.-Respeto mucha la disciplina y la honestidad, es algo que aprecio, y me gusta que me lo devuelvan.-me explico, a lo que yo a su lado, asentí.
-Entiendo.-dije, y lo mire, si; miraba sus jodidos labios carnosos, esos que había probado y de una manera impulsiva, yo tan solo me acerqué y plasmé los míos en los suyos, como si verdaderamente los deseará.-Uf... -suspiré, sentí su mano postularse en mi cadera mientras que yo, algo avergonzada, baje la cabeza.-Yo... yo quería hablar sobre... -las palabras se me trababan, me sentía nerviosa ante su presencia y mis mejillas se calentaban.
-¿Qué?-preguntó él curioso, pero yo ante el temor, me quede en silencio y tan solo me distancié.-Intenta descansar, han sido unos días largos.-me pidió él, a lo que yo, tontamente asentí, viendo como Levi continuó recostándose del muro y mirando las estrellas, era como si esperara algo más pero yo tan solo me distancié.
-No, no voy a callarme.-dije, en un tono bajo para mi misma, me giré en mis talones y pude ver como él me miraba, como si esperara eso; que yo me detuviera y me quedara.-Es que, me siento muy confundida. No dejo de pensar en ti, y no sé si es por lo qué pasó, o porque un sentimiento despertó.-le dije, explicándole como me sentía, me era difícil pero intente explicar lo mejor posible.-Está bien si no sientes lo mismo, yo puedo comprenderlo.-le añadí, viendo que él aún estaba en silencio y yo avergonzada, sintiendo mis mejillas calientes, volví a girarme con la intención de irme.
-Kirah.-su gruesa voz me llamo, y me sentí tensa, algo ansiosa por lo que me diría, me giré para observar sus grises ojos mirarme.-Yo tampoco he dejado de pensar en ti, aunque la clara diferencia es que eso viene desde el día en que te vi en las calles de Trost.-me decía, mientras que yo me acercaba nuevamente a él.-Soy adulto, y estoy consiente que esto no se ve bien a los ojos exteriores. Estoy consiente de lo que deseo o siento, el problema aquí es que al final tendrás que elegir.-lo mire confusa ante su última expresión, lo cual me hizo fruncir el ceño.
-¿Qué tendré que elegir?-le pregunté curiosa, viéndolo a los ojos, sintiendo mi corazón latir de una manera rápida, y es que mi estómago daba vueltas ante su presencia.
-Como dije, soy adulto y estoy consiente de muchas cosas. Se que sientes algo por Eren, y por eso estás confundida, porque al sentir algo hacia mi, piensas que traicionas lo que sientes por Eren.-me quede mirándole ante su expresión, sintiéndome como un libro abierto ante lo que estaba describiendo.-Hasta que no tomes una elección, no seré capaz de desarrollar más allá lo que siento por ti. No importa lo que elijas, yo lo respetaré.-por primera vez él sería capaz de verme sonreír, y es que su comentario, su manera de expresarse me sonrojo al punto en que yo sonreí y pude ver como él pareció sentirse cautivado ante mi sonrojada sonrisa.
-Gracias, Levi.-le agradecí sonrojada, y aún sonriendo, bajando la mirada ante su expresión tan genuina; él pareció haber disfrutado mi cálida sonrisa.-Intentaré de descansar, buenas noches, capitán.-le dije, para así despedirme e irme.
-Puedes quedarte un rato más.-asentí ante su permiso, quedándome nuevamente a su lado.-¿Por qué no puedes dormir?-me preguntó curioso.-¿Duermes sola?-añadió a su pregunta, a lo qué negué.
-Tengo muchas pesadillas.-dije principalmente.-Sonará irreal, pero a veces siento que mis sueños son visiones del futuro y es por eso que no me gusta dormir, me da miedo tener una pesadilla, me quitan el sueño.-le contaba, viendo como él me escuchaba con atención.-Hoy estás un poco comunicativo.-le dije, y es que él no era de hablar mucho, siempre mantenía su distancia.
-Soy más hablador de lo que crees, y referente a eso, tú también te has soltado un poco. Es bueno, estás acoplándote.-me respondió, como pensaba antes, su voz ya no era tan fría o cortante.-Continuando a lo que decías, los sueños a veces quieren mostrarnos algo, debes controlar tu mente; si no descansas, estarás agotada todo el tiempo.-lo miraba fijamente, sus ojos, sus expresiones y la manera tan serena en la que me hablaba.-Hablando de eso, no creo que debas entrenar al menos por unos días. Estás gastando todas tus fuerzas Kirah, y si algo ocurre, te vamos a necesitar; no tenerte es una desventaja.-me quede sorprendida ante esas palabras, y en cómo él me había halagado.
-Lo sé, es solo que no soporto estar quieta.-le interrumpí, quedándome a su lado y observando como él tenía su mirada puesta en el cielo, la noche era más estrellada que en estos últimos días.
-¿Cual es tu color favorito?-me sonrojé, si, así fue; Levi se había dirigido a mi y no supe como apreciar esa pregunta, no alce la mirada ante mi sonrojo y es que me agradaba el hecho de que deseara saber de mi.
-Bueno, no tengo colores favoritos. Me gusta apreciar mucho los colores que se nos presenta, aunque, si debo elegir uno; sería el negro.-dije, señalando mi camisa manga larga negra, era una de las muchas que tenía, mi uniforme era el más diferente entre mis compañeros, siempre portaba mi camisa negra con las mangas hasta los codos y si no era negra, era un azul marino oscuro o incluso, un gris oscuro.-O los colores oscuros.-añadí, viendo como él asentía.-¿Y el tuyo?-pregunte curiosa y me quede asombrada ante la manera en que sus labios cambiaron, él sonreía de lado.
-El azul.-sus grises ojos me miraron mientras que había apreciado la corta sonrisa de lado que me había dado, y si, había entendido esa referencia; el azul de mis ojos.-Siguiente pregunta.-dijo, a lo que yo, llevé mis flequillos atrás de mis orejas para poder dejar que mis mejillas se enfriaran un poco.
-¿Por qué siempre llevas este pañuelo blanco contigo?-le pregunté, tocando delicadamente el pañuelo envuelto en su cuello, era blanco.
-Era de mi madre.-me respondió, tocando el pañuelo y rozando con mis dedos, él lo acaricio también, lo cual decidí darle espacio y no tocarlo.-Ella murió cuando era muy niño, como la tuya; solo que murió de una enfermedad.-me sentí apenada a lo que dijo, y baje la cabeza.-Muchos dicen que te pareces a tu madre, que eres su viva imagen, pero yo opino que tienes tu propia esencia.-su mano se dirigió a mi cabello, y lo acaricio con cuidado.
-Lo único que tengo de ella es su reflejo, y es por eso que me dejo el cabello largo. Cada ves que me miro, la veo a ella.-indique, sintiendo como él llevaba sus manos a mi mejilla y la acariciaba.-¿Hay algo más que quieras saber de mi?-le pregunté, evadiendo mi sonrojo.
-Todo lo que puedas contarme.-me respondió, a lo que sentí esas mariposas en mi estómago, y es que no podía evitar sentirme así ante su delicado tacto.-Aunque dures toda la noche, no tienes sueño, yo tampoco; podemos charlar vagamente.-sonreí de lado y asentí.
-Bien, a ver por donde comienzo, Levi... -dije, murándole a los ojos y sonriéndole, mientras que era una de las primera veces que abría mi libro para narrárselo a alguien, no obstante las horas pasaron y veíamos la noche caer, el retumbar de una campana y el grito de una voz se nos introdujo.
-¡Los titanes atravesaron el muro Rose!-fue lo que escuché, maldiciendo por lo bajo y sabiendo que lo que se avecinaba no era para nada lindo, la noche a penas empezaba.
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