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𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

La maldición.

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Acomodaba mis correas, colocaba mis equipos de maniobras tridimensionales, la cual eran un poco pesadas, pero ya me había acostumbrado. La noche ya nos había arropado y todo el cuerpo de exploración se preparaba para salir hacia al muro Rose, el cual los titanes le habían hecho un hoyuelo, y de seguro, ya habían entrado. No pasaban ni siquiera una leve fracción de días para que pudiéramos recuperarnos, pero de esto se trataba ser un soldado, seguir; cueste lo que cueste. Amarre mi cabello en una alta coleta, lo único que no encontraba; era mi capa verde. Continué en amarrar mis zapatos y proseguí en caminar afuera, dirigiéndome al patio central; donde todos se preparaban para partir. Veía los caballos y carretas, entre algunos pude distinguir a Erwin, parecía dar órdenes mientras que otros elevaban y prendían las antorchas. Estaba algo ansiosa, seria la primera vez que haríamos una misión fuera de los muros en plena noche. Entre algunas carretas pude verlos, los tres sentados y quietos, aunque avergonzada por saber que Eren había descubierto que espiaba su conversación, me acerqué sigilosa con la cabeza baja.

-Kirah, aquí estás.-Armin fue el primer en recibirme, mientras que Mikasa estrechó su mano para ayudarme a subir a la carreta, yo continué evadiendo la mirada de Eren pero justamente me senté a su lado, entre medio de él y Mikasa.

-¿Qué sucede?-le pregunté algo curiosa, viendo como él aún no se montaba en la careta.-Ni una siesta pude tomar.-bostecé, realmente estaba cansada.

-¿Por qué romperían los titanes muros con otros titanes dentro?-pregunto Armin en voz alta, él se veía bastante concentrado en su pregunta, como si quisiera contestarla el mismo.

-No es la primera vez, entraron a nuestra ciudad.-le respondió Eren, pero Armin negó.

-Solo derribaron la puerta.-indicó Armin, a lo que nos llevó a un leve recuerdo del pasado en que el titán colosal rompía la puerta del muro María; como si supieran qué hay titanes dentro de los muros y que por esa razón, no lo romperían.

-Oye Armin, ¿en que estás pensando?-le pregunto Mikasa, y es que yo tampoco entendía del todo lo que Armin estaba expresando.

-En que los muros no tienen espacios abiertos entre las piedras, ni tampoco alguna grieta, nadie sabe cómo levantaron los muros.-decía, mientras que yo empezaba a entender.-¿Y si se construyeron a partir de titanes petrificados?-preguntaba.-Tal y como hizo Annie, es probable que sea una cualidad genérica.-nos explicaba, era una teoría bastante creíble.

-¿Titanes en los muros?-se preguntaba Eren, sentado y intentando de adentrarse a la cabeza de Armin, deseando entender más allá lo que nuestro amigo entendía. Armin se adentró a la carreta para sentarse aún lado de Eren.

-Siento el retraso, los preparativos nos han entretenido.-alce la mirada, observando a Hange acecinarse hacia nosotros, detrás de ella venía Levi y otro señor, era un pastor y lo sabía por la cadena decorativa que rodeaba su cuello. -Kirah, ¿cuando te creció el busto?-abrí los ojos grandemente ante lo que Hange comentó delante de todos, incluso tosí.-Venga, ¿ya no eres señorita?-estaba sonrojada, mis mejillas calientes, esta mujer era una espina en el...

-Venga cuatro ojos, déjala en paz. ¿O ahora te importa el desarrollo humano?-Levi paso por su lado, y es que él pudo deducir lo avergonzada que me sentía respecto a los de Hange, se que no era con mala intención, pero estaba sonrojada.-Vamos, que me quiero largar.-él se sentó justo en la esquina y yo, giré la mirada ante ver como Eren parecía mirarnos, nos deseaba descubrir.

-¿Qué quiso decir?-le pregunté a Mikasa avergonzada, y ella tan solo me miró con su seria expresión.

-Que empiezas a tener cuerpo de mujer.-me aclaro Mikasa, a lo que yo asentí aún avergonzada, Hange seguía frente a mi y me examinaba.-Quiso decir, que al parecer tu cuerpo de la noche a la mañana, ha explotado.-asentí rápidamente, ya había entendido; quizás esto se debía a que ya había tenido relaciones sexuales por primera vez, y mi cuerpo experimentaría cambios.

-¿Me dijo que era un delgadita sin cuerpo?-mire a Hange ofendida pero ella tan solo sonreía como siempre, y traía a ese pastor que estaba justo entre medio de ella y Levi.

-Y que ya no eres tan mudita que digamos.-ella se rascó su nuca algo tímida, pero era mentira, ella no era para nada tímida.-Vamos, déjame emocionarme un poco, el primer día en el cuartel ni siquiera hablabas, me siento nostálgica en ver qué la hija de la ex comandante del cuerpo de exploración, crece junto a mi.-sonreía ella animada, mientras que yo aún me sentía avergonzada.

-Que mucho espabilas, cierra el pico o sácale información a este imbécil.-le hablaba Levi a ella, refiriéndose al pastor Nick, quien yacía en silencio.

-¿Que hace aquí un pastor de la iglesia del muro?-pregunto Armin totalmente curioso, como era de esperarse, y es que le agradecía en silencio por haber preguntado, pues yo no hubiese sido tan atrevida.

-Ah, Nick y yo somos buenos amigos. ¿Ah que si?-dijo Hange, sosteniéndolo por los hombros y sonriendo.-Hagan como si no estuviese.-nos indico, mientras que el pastor mantenía gran seriedad frente a nosotros.

-Ya vamos a partir.-gire hacia atrás para observar a Erwin, quien yacía cerca de nosotros.-Ya saben el plan, estén atentos a cualquier cosa o situación.-les dijo él a Levi y Hange, quienes lo miraron y asintieron.-Y tú, con cuidado.-me pidió, para así cabalgar con su caballo, a lo que le asentí, viendo como se dirigía a la entrada.-¡Abrid las puertas!-grito él fuertemente, alentando a que deberíamos irnos.-¡No sabemos que ocurre en el muro Rose, de momento solo estaremos a salvo hasta llegar al distrito de Karanese, y ahí trataremos de ganar tiempo!-él daba las instrucciones, todos lo escuchaban, realmente le respetaban.-¡Adelante!-indicó fuertemente, mientras que Levi le indico al hombre de la carreta avanzar.

-¿Por qué realmente está aquí, teniente Hange?-volví a mirar a Armin, este quien hablaba con curiosidad, mientras que veía a las puertas del muro abrirse, estábamos avanzando y nos iríamos.

-Armin, ya te respondió. No insistas.-Levi lo miro fijamente, y pude deducir que Armin debió sentirse algo intimidado ante la fría mirada del capitán hacia él, pero Hange río por lo bajo.

-Está bien Levi, déjalo.-Hange miro a Armin fijamente, mientras que nosotros la mirábamos a ella en espera a que nos contara.-Este hombre, tenía conocimiento junto a los demás pastores de la iglesia de los muros, que habitan titanes dentro de cada muro.-los cuatro de seguro abrimos los ojos grandemente ante lo que Hange nos estaba diciendo.

-¿Este hombre sabía qué hay titanes dentro de los muros?-pregunto Eren sin poder creerlo, y es que no tenía mucha credibilidad pero de seguro la teniente no debería de mentir, aunque el pastor se delataba por el silencio.

-Si, pero hasta ahora, ha mantenido la boca cerrada.-le respondió Hange, serena.-Por eso viene con nosotros.-reveló, a lo que nos dejó entender más o menos el propósito de su presencia.-O bien decide ser fiel a sus reglas y continúa sin decir nada a pesar de todo. O al ver la realidad con sus ojos, se afloja un poco y empieza a hablar.-el pastor estaba con la frente en alto, miraba algún punto fijo.

-¡Ni hablar! ¡Esto no tiene sentido!-Eren a mi lado se levanto de manera brusca, y se acercó con la intención de intimidar al pastor que ahora le miraba.-¡Si de verdad sabe algo, que hable!-le pidió agitadamente, mientras que pareció fatigarse.

-Eren siéntate, aún no te recuperas de la transformación.-le pedí, jalando con delicadeza su uniforme y dentándolo nuevamente a mi lado, él accedió.

-Hay muchas maneras de preguntar las cosas.-mire a Levi, y es que el resonador de un cargamento de arma llamo mucho la atención.-Puede que estar herido no sirva de nada pero para mi, solo me basta con vigilarte.-él me apuntaba al pastor de manera cautelosa con su arma debajo de su fina chaqueta.-Preferiría no tener que agujerearte el cuerpo con una bala.-le amenazo, pero ese pastor no se removía.

-Amenazarlo no sirve de nada Levi, ya lo he intentado.-aclaro Hange, lo que da entender el porque ese pastor se mantenía tan sereno.-Me pregunto si su silencio es más importante que la extinción de la humanidad.-decía ella, mientras que yo tan solo bostezaba por lo bajo, cansada.

Solo se veía la claridad que las antorchas lograban reflejarnos, me mantenía sentada y callada, aunque hablaran y charlaran, yo prefería el silencio. La noche estaba fría, y la iluminación de la luna era nula, pues las nubes la arropaban, impidiendo alumbrar. Baje la mirada y observé los caballos, se escuchaban cabalgando. Sentí un tacto caluroso a mi lado, uno espontáneo. Baje más la mirada y observé, Eren había colocado su mano a mi lado instantáneamente pero nuevamente la había vuelto a colocar en sus muslos. Recordé esas palabras, aquellas que le dijo a Jean pero en mi mente se nublaron, eso pasó cuando alce la mirada y observé a Levi. Su serio y frío semblante, ese que siempre traía en su expresión. Ahí era que me daba cuenta de lo que Levi me explicaba, mis emociones me estaban arrastrando a una leve confusión, solo por no saber controlar lo que siento. Y era difícil pensar o aforar mi mente, estaba experimentado emociones que jamás había experimentado. Amor, pero a través de eso, desilusión. Me afectaba no ver a Eren como antes lo veía, porque en ese daño colateral no me había dado cuenta de lo mucho que nos hemos alejado estás últimas semanas.

Cinco años, cinco años en donde crecimos juntos con el mismo anhelo, con el mismo sueño y compartiendo las mismas pesadillas. Compartíamos un mismo vacío del amor de una madre que llenábamos con la amistad que teníamos, incluyendo a Armin y a Mikasa, pero dándome cuenta, ¿en que momento Eren y yo nos habíamos alejado? Era la preguntaba que vagaba por mi mente y una que me afectaba, estar lejos de Eren me entristecía pero si estaba cerca, me remataba por completo. El saber que nuestro amor no correspondía en este tiempo, luego de creer todos estos años lo contrario, me había desilusionado y era ahí, donde miraba a Levi. Sabía que ese capitán no era una salida a mi desilusión, era a través de eso, que podía conocer más allá un sentimiento nuevo, y renovado para mi. Miraba sus ojos grises y es que ya todo había cambiado, y mi balance se estaba yendo para un solo lado, era así; ya yo me había entregado por completo a Levi por un deseo, pero ese deseo conllevaba a lo que ahora estaba sintiendo y era por eso, que no me arrepentía de nada. El problema era enfrentar que al final, tendría que sentir algo más fuerte por alguno de los dos y eso era lo que no descifraba.

Escuchaba cómo hablaban, cómo compartían pensamientos y ideas, mientras que yo sentía como cabeceaba, y como mi cabeza descansa en el hombro de Eren. Más allá, el cansancio me arropo, hasta que abrí mis ojos y me encontré en una pesadilla nuevamente. La brisa me azotaba, mis piernas estaban postuladas en lo era la cima de los muros. El vapor de calor me estaba acalorando y cuando alce la mirada, pude verlo. La piel se me tenso, como si no fuese capaz de moverme. El titán colosal estaba justo enfrente de mi, justo como aquel día en la muralla del distrito de Trost. Su mano se elevó y yo no podía moverme, era como si hubiese helado tanto mi cuerpo ante su impresión, que mis músculos me impedían moverme ante el miedo que me provocaba. Su mano atrapó mi cuerpo, pero no podría gritar por ayuda, aunque juraba haber sido capaz de escuchar el grito de Armin retumbar mi oído mientras que el vapor de su mano empezaba a calentar mi cuerpo. Me intentaba remover, no podía, estaba atrapada en la mano de aquel titán colosal; el mismo que destruyó mi pueblo, mi hogar, ShingaShina. Su boca se abría y sus grandes dientes también, mi cuerpo temblaban, mientras más me movía, más calor sentía; era como si mi cuerpo se derritiera; iba a morir, y justamente abrí mis ojos, brincando con temor.

-¡No!-grite levemente, moviéndome con temor y viendo a mi alrededor que aún permanecía en aquella carreta. Me miraban, todos ellos, confusos.

-Kirah, calma, solo ha sido una pesadilla.-la mano de Mikasa se postuló en mi espalda mientras que volvía a retomar el aire, sentía gotas de sudor bajar por mi frente, era como si realmente me hubiese evaporado.

-Ah.-hice un leve gemido, tocando mi cabeza y es que sentí un leve de zumbido, e incluso mis párpados se sintieron sumamente pesados, me dolía.

-Kirah, ¿qué tienes?-me pregunto Eren a la ves que Hange, quien estaba frente a nosotras pero yo tan solo aguantaba mi cabeza que daba vueltas.-Kirah, empiezas a preocuparme.-la voz de Eren volvió a sacudir mis tímpanos pero solo deseaba que aquel dolor se fuese.

-Por Dios. ¿Qué fue eso?-alce la mirada, viendo fijamente a Hange que me miraba de una manera extraña, confusa deje de tocar mi cabeza para inclinarla, me dolía pero era momentáneo.-Tus ojos, cambiaron de color, estaban de un azul brillante, como si fuesen un cristal y ahora volvieron a la normalidad.-la miré mucho más confundida, y es que sabía que todos estaban ahora intentado de observarme.-No me digas que tú también eres un titán, joder.-exclamó ella pero yo rápidamente me negué, y detuve su mano que estaba a punto de tocar mi rostro como si quisiera examinarme.

-No, ¿qué idioteces dices?-le pregunté incómoda, alejando su mano de manera brusca ante la amarga situación que se presentó; me sentía totalmente confundida.

-No, no es un titán.-todos miramos al pastor Nick, su mirada estaba puesta en mi.-Es una maldición del linaje Kamura, solo las mujeres son capaces de heredarlo.-expresó, a lo que yo me sentí mucho más confundida y molesta.

-¿De qué estás hablando?-pregunto Armin totalmente curioso como de costumbre, mientras que yo solté la coleta para no ponerle presión a mi cabeza, dejando que mi cabello cayera bajo de mis hombros.

-El linaje de las féminas de esta familia tan antigua, tienen una habilidad, distinguida como una maldición; de predecir el futuro, a través de los sueños. Incluso, si se esfuerzan pueden desarrollarlo y ver a través de las personas sus futuros.-me quede aturdida ante lo que estaba diciendo, como si se adentrara a mi mente y entendiera todo.-Las mujeres Kamura son esclavas de su futuro, la única manera de romper esa maldición es no seguirlo, al menos, eso hizo tu madre Elizabeth para desatarse de los sueños y pesadillas que la perseguían desde niña.-su información, la manera en la que me explicaba todo, hacía que mi mente quisiera estallar.

-Todo este tiempo sus sueños y pesadillas siempre han sido reales, todas esas que nos contaba de niños.-Armin habló aun lado de Eren, como si se sintiese igual de confundido que yo.

-Y las que aún faltan por ver.-añadió el pastor, a quien aún miraba fijamente.-Solo son capaces de ver el futuro o predecirlo a través de los sueños, esto que te acaba de pasar es un tipo de nervio que se acopla a tu maldición, significa, que estás rompiendo los esquemas del futuro; te liberas, muchas lo confundían de qué debían seguirlo y por eso siempre terminaban siendo esclavas hasta sus últimos días. Algo estás haciendo que te esta liberando de esa maldición, Kirah.-yo baje la cabeza, suspirando gruesamente y acoplándome a esto que me decía; significaba que mi madre también vivió con esta maldición pero según él, logró romperla.

-Ya déjala en paz, fue suficiente.-Levi habló a su lado, pareciendo molesto con el pastor pero ese semblante de serio era el que siempre traía encima.-Has espabilado más de lo usual, ¿pero no puedes contar acerca de los titanes que están dentro de los jodidos muros?-le pregunto Levi pero el pastor aún me miraba.

-¿Y quién nos lanzó esta maldición?-pregunte mucho más curiosa viendo como él bajaba la cabeza, mientras que Levi me miró.

-De eso, no tengo conocimiento y si lo tuviera, creo que no fuese capaz de contarte.-me respondió de una manera serena, como si esto no importara una mierda.

-Si no empiezas hablar en las próximas horas yo voy a ser quien te cruce mi hoja por cada músculo de tu cuerpo, hasta que te mueras y te lleves eso a la tumba con todas las muertes que han habido.-él me miró, y yo no me había dado cuenta de que estaba de pie, lo estaba intimidando.

Justamente las horas pasaron, y habíamos llegado al cuartel de Ervis. Al bajarme de la carreta junto a mis compañeros veía a la gente por montón, huían con todas sus cosas, dejaban su hogar atrás. Baje la mirada y continué caminando con la fila de soldados, muchos recuerdos me invadieron de ese día, de ese maldito día hace cinco años. Ni siquiera tuve tiempo de recoger mis cosas, no hubo nada que guardara o que conservara, lo había perdido todo en un solo pestañeo. Recordaba los gritos de muchas personas, como corrían por sus vidas, y es que al menos estas personas tenían el privilegio de huir a tiempo. Nosotros en ShingaShina no pudimos ni siquiera prepararnos, nos hicieron una terrible emboscada inesperada, el miedo nos consumió. Ese día fue un caos, y aún así, lo recordaba y repetía en mi cabeza cada día, recordando el propósito de porque estoy aquí parada con mis tres mejores amigos. Me adentraba al cuartel, veía a Armin cabizbajo, y podía deducir que él también pensaba en ese día, en donde perdimos absolutamente todo. Aún lo recordaba, huyendo con su única familia, su abuelo. Me detuve abatida en las emociones, y recordaba la última ves que vi a ese señor.

No podía olvidarlo, no podía olvidar a ese señor cuyo siempre en su cabeza le adornaba un sombrero de campesino. Él era tan amable con mi madre y conmigo, siempre la saludaba y la hacía cumplidos, era coqueto pero respetuoso, y amaba sin duda alguna a Armin. Ese señor había girado ese día por mi, sin importar que arriesgaba su vida o la de su nieto, él giró por mi y me sostuvo en sus brazos; me sacó de ese caos con vida. Mi corazón estaba agradecida con él, y el día en que lo llevaron al matadero para combatir a los titanes, sufrí con Armin. Quizás a través de eso, es la razón por la cual protegí tanto a Armin en esos años, o porque aún lo protejo. Lo miraba detenidamente mientras él hablaba con los demás, él era como un hermano menor para mi, y es que aunque fuese mayor que los tres, solo a él lo veía de esa manera. Su mente es tan poderosa que podría confiarle mi vida en un minuto de morir, porque sabría que me salvaría con tan solo un plan construido en un segundo. Ambos lo habíamos perdido, al igual que Eren y Mikasa, pero mi amistad con él era muy fuerte, y es que fue a Armin a quien encontré primero, fue él quien me integró; y quien me mostró lo que hoy es mi sueño, conocer el mar.

-Eh, baja de la nube.-sus ojos azules se interpusieron en mi mirada, él me sonreía de lado.-Últimamente estás muy pensativa.-me dijo, a lo que yo asentí, era cierto; él también me conocía muy bien.

-No dejó de pensar en lo que dijo el pastor Nick, ¿una maldición? Que jodida locura.-le dije, tocando mi cabeza y negando, sabía que no eran falacias pero era difícil de creer.

-Yo si creo que sea cierto, Kirah.-me dijo, mirándome y tocando mi cabeza por un instante.-Llegaremos al fondo de eso luego, te lo prometo.-le asentí agradecida, para ver cómo Hange quien estaba cerca de Eren y Mikasa pasaba por nuestro lado.

-¿Y bien? ¿Ha cambiado de opinión?-gire la mirada, observando cómo Levi traía al pastor, quien parecía triste y cabizbajo.-¡No hay tiempo y usted lo sabe! ¡Decida si hablara de una vez, por favor!-le grito Hange, desesperada.

-No puedo decir nada, ni yo, ni el resto de los pastores.-el ambiente se volvió agrio ante la respuesta del pastor, no creía que habría nada que hacer, él no hablaría.

-¡Pues gracias por nada! ¡No sabe el favor que nos ha hecho!-le grito ella fuertemente, estaba enojada y se le podía expresar claramente en su mirada tan fulminada.

-Es algo demasiado importante para que tenga que decidirlo solo. Los miembros de la iglesia del muro debemos una obediencia a una voluntad superior a la nuestra.-el pastor habló, dirigiéndose a Hange, quien volteó a verlo.-No puedo decir más, pero según su sagrada voluntad si puedo darles el nombre de la persona a la que se nos ordenó vigilar.-lo miramos intrigados ante eso que estaba diciendo.-Según tengo entendido se ha unido al cuerpo de exploración este mismo año.-baje la cabeza y rodee los ojos, por favor, imposible.

-Mierda, aquí vamos otra vez.-musité en un tono bajo, desatando mi cabello para crearme una nueva coleta; créanme, tenia muchas ligas en mi muñeca.

-Su nombre es Krista Lenz.-no pude terminar de hacerme mi coleta bien ante lo que él dijo, dirigí mis pensamientos a las imágenes de esa chica, ¿por qué ella sabría la verdad?

-¡Con permiso, se presenta Sasha Braun! Cadete de la promoción ciento cuatro.-la puerta de atrás se abrió con brusquedad, y no pude ni siquiera mirar a mi compañera, a quien no veía hace varios días, y esto ante la revelación del pastor.

-¿Es ella?-pregunto Eren confuso, como si tampoco lo creyera, y es que Krista no se veía que pudiera tener mucho conocimiento de eso.

-Tienen que traerla en cuanto antes.-hablaba el pastor, mientras que podía escuchar a Sasha hablando pero no me concentraba en ella.-Porque ella conoce la verdad que a nosotros nos he prohibido decir. Es todo lo que puedo decirles, ahora esta en sus manos.-mire a la teniente Hange, quien parecía estar algo satisfecha ante lo que él pastor dijo.

-Si es de la ciento cuatro, ahora mismo está en la línea de al frente.-hablaba ella, a lo que yo volvía amarrar mi cabello con fuerza, de seguro nos prepararíamos para irnos.

-¡Vamos, tenemos que darnos prisa!-no tarde en girarme al igual que Eren, tendríamos que prepararnos pero lo freno cuando choco fuertemente con Sasha, quien se quedó un poco afligida ante eso.

-¿Qué estabas haciendo ahí?-le pregunto Mikasa curiosa mientras que Eren cuando fue ayudarle a levantarse, ella se levantó sola de manera brusca, agarrando en sus manos aquel papel envuelto en un lazo.

-Iba entregarle este mensaje al comandante pero un superior me ha indicado que se lo entregue a usted, teniente.-ella elevó sus manos a Hange, entregándole el mensaje mientras que yo continué para irme a prepararme por completo.

-Que maldita locura.-escuche a Eren, adentrarse aquella habitación para colocarse sus equipos de maniobras tridimensionales mientras que yo, observé en el margen de la puerta a Levi.

-Capitán.-lo llame, deteniendo su mirada en mi, mientras que escuchaba como Eren y Armin le describían a Krista, a la teniente Hange.-¿No irás?-le pregunté curiosa, mientras me colocaba mis pesados equipos de maniobras tridimensionales, abrochándome el cinturón, viendo como Levi me pasaba la capa verde, pero antes de eso pude ver cómo colocaba un trozo de papel en mi bolsillo.

-No puedo en este estado, sería un atraso.-me respondió, abriendo la capa verde.-Ten, es la mía.-lo miré sigo sorprendida ante eso.-Tómala, dejaste la tuya en el cuartel antes de que pudiéramos venir a este.-asentí levemente, aceptando la capa y colocándomela con cuidado.-Lee el papel cuando salgas de aquí... -me pidió en un tono bajo.

-Gracias.-agradecí, bajando la cabeza para ocultar mi sonrojo, mientras que mi coleta se fue hacia al frente, y sentí como él la toco.

-Concéntrate en la misión, no pienses en nada de lo que ha pasado hoy. Divide tus emociones.-lo miré detenidamente ante su consejo, sabía que yo estaba aún confundida ante la revelación de la maldición.-Tú eres la única que puede decidir tu futuro, no eres esclava de nadie.-asentí ante sus palabras, distanciándome de él, mientras que al girarme pude observar a Eren mirarnos a lo lejos.

-¿Ocurre algo Hange?-le pregunté yo a la teniente, desviando la mirada de Eren para observar como ella retenía en sus manos aquellos papeles que le entregó Sasha.

-Es que por fin he recibido el informe de Annie Leonhart.-me respondió, mientras que los soldados se adentraban a la habitación, yo me postulé aún lado de Eren y Armin, mientras que Mikasa estaba aún preparándose.-La administración es un caos y no han localizado sus papeles hasta ahora.-explicaba ella, a lo que me postule aún lado de Mikasa para ayudarle avanzar.-Pero según esto, parece que en la promoción ciento cuatro hay al menos dos cafetee del mismo lugar de donde proviene Annie.-abroche sus cinturones y alce la mirada ante lo que Hange expresó, las sorpresas parecían no acabar.-Esos cadetes son Reiner Braun y Berthold Hoover.-me tensé ante escuchar esos nombres, y por un instante me fui en blanco.-Tras la confusión de hace cinco años sus papeles están incompletos, o ya no existen. Aunque en la última misión fuera del muro, los dos estaban en el grupo donde tenían la información falsa de que Eren se encontraba en el flanco derecho de la formación.-no, esto que Hange nos estaba diciendo debía ser un verdadero mal entendido.

-El titán hembra nos atacó por el flanco derecho.-habló Armin, destellando atención en él, a lo que Sasha presente pareció confundida ante lo que dijo.-Me refiero a que le pasaron esa información a Annie, por ende, ella llegó hasta allá.-explicó Armin de una manera más clara, y empezaba a sentirme en negación.

-¿Por qué a Annie?-pregunto Sasha confusa, y es que claramente ella no estaba presente ante la revelación de que Annie Leonhart era el titán hembra.

-No tan deprisa Armin, ¿sabes que dices?-le pregunto Eren, tanto él como yo parecíamos estar en negación, aunque yo aún no parecía expresar mi negación como él.

-Ya lo sabía Eren.-Hange le interrumpió, haciendo que desviáramos la mirada a ella nuevamente.-Aunque no es información suficiente para decidir nada, solo para estar seguros me gustaría saber sus opiniones respecto a esto.-indicó, mirando a los cinco más cercanos a esos dos varones mencionados.

-Sabía que Reiner y Berthold provenían del mismo pueblo que Annie, pero no parecían amigos.-le opinó Armin primordialmente, seguido de Sasha pero no era información suficiente.

-Exacto, casi nunca los vi hablando con ella. Aunque Annie tampoco es que hablara mucho.-opinó Eren luego de que Mikasa no cediera una opinión útil, y los ojos de la teniente se dirigieron a mi.

-No lo creo probable, debe ser coincidencia. Reiner y Berthold han sido algo unidos conmigo, y siempre han ayudado a que cada uno de nosotros mejorara. Aunque Reiner es más abierto, él es como el polo de nosotros, es como si fuese nuestro líder en ese escuadrón; es como nuestro hermano mayor, no creo que nos mentiría de esa manera.-exprese mirando a la teniente, con la esperanza que me creyera.

-Como compañero suyo me parece muy poco probable, no digo nada de Berthold que es muy callado pero como dijo Kirah, Reiner es como un hermano mayor, no sería capaz de engañarnos a todos.-me apoyo Eren ante mi opinión, y es que no era posible que Reiner al igual que Berthold, nos traicionaran cómo Annie.

-Pienso lo mismo.-Armin hablo nuevamente, uniéndose a nuestra opinión.-Reiner se la jugó para salvarme del titán hembra, que le habría aplastado con su puño si no llega ser por... -esa pausa me causo una inseguridad, y me quede mirando detenidamente a Armin.-Reiner logró sacarse del agarre pero Annie cambió de dirección, y empezó a correr hacia donde estaba Eren. Y yo acaba de comentar qué tal vez Eren se encontraría en el centro de la retaguardia, pero Annie estaba demasiado lejos para oírme.-baje la mirada ante eso, esto me estaba sabiendo agrio.

-¿Qué quieres decir?-le pregunto Eren, insistente como si no creyera tampoco lo que estaban insinuando acerca de nuestros compañeros.

-No quiero escuchar esto.-dije en un tono bajo con la intención de irme, me despegue de mis compañeros pero mi cuerpo se detuvo ante el agarre de Levi en mi brazo cuando pase por su lado.

-Controla tus emociones... -me pidió, a lo que me quede ahí parada, intentando de poner mi mente en blanco, pero no podía.

-¿Reiner mostró interés por conocer la posición de Eren?-pregunto Hange, mientras que yo les daba la espalda para no observar sus expresiones.

-Yo únicamente mencione la posible posición de Eren porque Reiner me lo preguntó, ademas justo después de que Reiner se soltara del agarre, el titán hembra se quedó observando la palma de su mano. Tal vez le escribió algo con las hojas.-le respondió Armin, a lo que esto claramente me daba más en la espalda, como si me empezaran a clavar una aguja.-Reiner podía.-afirmó Armin, refiriéndose a que Reiner era capaz de haberle escrito algo con las hojas en las palmas del titán hembra.

-No.-me gire, observando a Eren frente a Armin, en negación.-¿Por qué dices eso? ¿Por qué esa conclusión?-le preguntaba de manera cuestionable, y es que yo me sentía igual que tú Eren...

-¡Eren!-Hange le llamó, deteniéndole.-Escúchenme todos. Si nos encontramos con Reiner o Berthold, actuarán de modo que no saben nada y por supuesto, ni se les ocurra tocar el tema de Annie Leonhart; sean cómplices de Annie o no.-nos pedía ella, muchos asentían, pero yo ni siquiera podía.-Lo primero es llevárselos a un área subterránea para encerrarlos. ¿Les ha quedado claro?-nos preguntó ella, todos volvieron asentir pero yo me quede en silencio, y proseguí en irme.

-Si, vamos de una vez.-indicó Eren, mostrando su ansiedad y quizás su impotencia de creer que Annie no era la única quien nos traicionaba todo este jodido tiempo.

-Tranquilízate Eren.-antes de salir, miramos a Levi, quien nos miró fijamente. -Ustedes cuatro, escúchenme bien, actuaremos por separados, deben estar a la altura, incluidos en este escuadrón fue una decisión improvisada de Erwin, pero ahora dependemos de nosotros. ¿Están claros?-asentimos ante sus palabras.-Armin, sigue compartiendo todo lo que averigües con Hange.-él miraba a Armin, quien le asintió ante su mandado.-Mikasa, no se porque razón estás tan apegada a Eren pero usa ese talento para protegerlo a cualquier costo.-mi mejor amiga frente a mi asintió también, y este dirigió sus ojos hacia mi.-Kirah, eres la más fuerte del grupo, la líder. Usa tu agilidad y tu fuerza para ser su escudo, no dejes que las emociones te debiliten.-asentí ante eso, sintiéndome enorgullecida de sus palabras.-Y por último Eren, tienes que contenerte. No permitas que la rabia te impida ver el objetivo. No vuelvas a fallar.-este, también asintió, para así proseguir a irnos hacia los caballos.

-La noche parece no acabar peor... -masculló Eren, trepándose a su caballo, a lo que yo cometí su acción.-Solo no quiero creer que ellos también son como ella.-le escuchaba, hablándole a Armin, a lo que yo dirigí mi mano a mi bolsillo, sacando aquel trozo de papel.

-"Vuelve a mi con vida".-leí esas palabras una y otra vez, me había quedado helada y mi estomago se revolcaba de mariposas, proseguí en guardar el papel y mirar a mi lado.

-¿Lista?-me preguntó Eren, a lo que miré sus verdosos azulados ojos mirarme, esto estaba tan jodido de lo que creí... le asentí, y ambos a la vez, alentamos a nuestros caballos avanzar. Miraba el cielo, y solo pensaba una cosa.

Reiner, Berthold... por favor; ustedes no...

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