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𝐜𝐚𝐭𝐨𝐫𝐜𝐞

El titán femenino.

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Mi cuerpo daba leves salto ante la cabalgata de mi caballo, sintiendo como mi coleta se removía ante el viento. Apretaba las sogas y miraba adelante, observando a mi alrededor el escuadrón especial del capitán Levi, quienes tenían custodia de cuidar a Eren en esta misión; recordando que nadie tenía detallado donde este se encontraba. Íbamos a intentar de atravesar un bosque, uno que de seguro estaría repletos por titanes hambrientos. Estábamos divididos por líneas, nosotros éramos la vanguardia central y no todos sabían nuestra ubicación de manera específica. En el mapa de otros, salíamos en la línea derecha, y en la de algunos, salíamos en la línea izquierda. Alzaba la mirada y veía el cielo, bengalas rojas, lo que implicaba que había titanes adelante. Próximo a eso, se veían las bengalas verdes, que avisaban al comandante la ubicación exacta de los titanes; para así cambiar la ruta de la formación. El cielo pintaba más colores, pues podía ver las luces de las bengalas negras, que expresaban que algunos se habían encontrado con algún tipo de titán anormal. Me sentía ansiosa, pues estábamos expuestos en un terreno amplio, y no tenía idea de las bajas que quizás habíamos tenido. Aunque me sentía segura y protegida con la presencia del escuadrón especial, no dejaba de pensar en lo que estaría pasando más allá.

Apretaba la soga con fuerza, deseaba calmar mi ansiedad, y es que más adelante podía ver grandes árboles. Sabía que la ruta había sido cambiada, y que habíamos sido expuestos para adentrarnos al bosque, por órdenes del comandante Erwin. No sabía que sucedía con claridad, solo se que la línea derecha había sido eliminada por una fuerte avalancha de titanes. Me daba mucha más ansiedad, y es que en esa línea se encontraba Armin. No podía dejar de pensar en él, en cómo estaba y en si estaba a salvo. La brisa estaba fresca, y estábamos bajo a un soleado sol pero el día se sentía más pesado de lo usual. Miraba a mi alrededor, veía caballos y podía ver a varios cadetes pertenecientes al cuerpo de exploración, se trepaban en los árboles. Intentaba mirar adelante, no desconcentrarme pero me era imposible, no había distinguido a Armin entre esas personas. Continué cabalgando, escuchando las pisadas de los caballos y como nuestras herramientas se removían por los brincos. Había mucha tensión, el desconocimiento de la verdadera misión me sofocaba, y es que por la baja de la línea derecha, el plan había cambiado.

-Capitán Levi.-la voz de Eren me sacó de mis pensamientos, no podía mirarle, y es que yo iba frente a él, encontrándome así; detrás del capitán Levi.

-¿Qué pasa?-le preguntó este con su cortante voz, tampoco desviaba la mirada, él iba hacia adelante en todo momento y parecía bastante sereno ante lo que quizás estaría pasando.

-¿Como qué "qué pasa"?-Eren cuestionó la pregunta de nuestro capitán, lo cual fue algo incómodo.-Estamos en el bosque, si nosotros como la sección central somos los únicos que entramos, ¿cómo sabremos si los titanes se nos acercan?-preguntó Eren bastante curioso, pero con lógica.-¿Cómo se supone que lograremos evitar a los titanes y proteger los carros?-añadió a su pregunta, dirigida a Levi, quien claramente parecía ya tener una respuesta.

-Debes dejar de hacer preguntas tontas, no podemos permitirnos ese lujo.-le respondió Levi mientras que yo, continuaba sintiendo el ambiente pesado y por alguna extraña razón empezaba a disminuir la velocidad de mi caballo.-Mira a tu alrededor Eren, tenemos árboles gigantes, es el entorno perfecto para el equipo de las obras tridimensionales.-le explico, a lo que no tarde en mirar fijamente a los árboles, y es que no había pensado en eso pero era bastante lógico.-Usa más la cabeza.-terminó de decir, a lo que fue algo incomoda para Eren, pues claramente sonó como un regaño.

-Si, señor.-dijo Eren, con una voz serena la cual mostraba respeto pero yo sentí ese instinto, y es que mis tímpanos fueron claros de escuchar fuertes posadas que provenían a lo lejos.-Una bengala negra.-la voz de Eren me hizo alzar la mirada, y observar la pólvora negra que se elevaba en el cielo.

-Justo detrás de nosotros.-aclaró Erd, a lo que no tarde en enfocar más mis oídos, y es que no estaba loca, yo había sentido un leve retumbar.-Debe ser esa cosa que viene por la derecha.-expreso él, mientras que yo intentaba de mirar a través de esos grandes árboles pero me era imposible, tapaban mucho la vista.

-Saquen sus hojas y si pueden ataquen, solo dispondremos de un segundo.-expresó el capitán Levi, a lo que yo, no tarde en llevar una de mis manos a mis espadas, dispuesta a vencer lo que se nos lanzará encima pero fue ahí que un retumbar nos elevó más, y yo claramente pude sentir sus pasos estruendosos, y pude ver uno de los cadetes ajenos a nosotros utilizar sus obras tridimensionales, ¿pero por qué?

-¿Qué diablos?-me pregunté a mi misma, y es que cuando giré la mirada pude ver cómo él fue aplastado, como ese gran titán lo aplastó en un instante.

-¡Cabalguen!-mi corazón latió fuertemente ante el grito de nuestro capitán, y es que yo en un simple segundo pude ver como ese titán había avanzado hacia nosotros, media catorce pies y tenía su piel idéntica a la del titán colosal, pero se dirigía hacia acá; era inteligente.-¡Kirah!-el grito de él me alarmó, y es que había quedado ida ante su gran postura, era hembra y había lanzado un árbol hacia mí pero estaba segura que quería tomar a Eren.

-¡Ahhhh!-grite fuertemente cuando sentí como mi caballo perdió el balance de sus piernas ante el tropiezo del árbol que aquel titán había tumbado, todo se volvió lento y yo me estaba cayendo con él.

-¡Eren, sostenla!-el grito del capitán Levi se adentró a mis tímpanos, y sentí como fuertemente me agarraron, como me habían traspasado de un caballo a otro mientras que con horror vi, como aquel titán hembra aplastó a mi caballo.-¡Agárrate!-tenía los ojos abiertos como platos, y mi corazón apuntó de salirse de mi boca, pero aún así, me aferré con fuerza al cuerpo de Levi; mientras que dirigí mi mirada a los ojos verdosos de Eren, abiertos grandemente y con horror, él me miraba y es que me había ayudado a que Levi de seguro me sostuviera.

-¡Corre rápido, y es que entre tanto árbol no la veíamos venir!-escuchaba comentar a Gunther, otro de los pertenecientes al escuadrón del capitán Levi.-!Nos alcanza!-alertó pero yo no deseaba mirar hacia atrás, mi piel se había helado.

-¿Capitán, usamos el equipo de maniobras tridimensionales?-la voz de Petra sugirió un plan, pero Levi parecía no estar reaccionando, él no daba órdenes alguna; yo apretaba más su cuerpo al sentir la rapidez de su caballo.-Tenemos ayuda.-giré mi mirada, y observé a Petra cubrir a Eren, mientras que a través de los árboles veía a otros soldados que en un instante, fueron despedazados.-¡Capitán, necesitamos órdenes!-grito ella agitada, y podía ver el temor en sus ojos pero yo, alce la mirada para poder mirar mejor a esa titán, sus ojos eran brillantes como los de Eren pero eran azules.

-Esa cosa es peligrosa, tenemos que acabar con ella.-escuchaba a Arduo, pero a la vez, también a Erd quien expresaba su molestia ante la presencia de aquel titán y en sus ojos se podía ver la rabia, había matado frente a nosotros a tres hombres en un pestañeo.

-Tenemos que matarla aquí.-decía Erd, mientras que yo veía su espada afuera pero a la vez, escuchaba como Petra gritaba fuertemente para captar la atención del capitán Levi.

-Capitán.-le llame, esperando que pudiera reaccionar y es que sabía que todos estábamos algo tensos por lo que se nos estaba abalanzando encima, y fue ahí que sentí como él pareció reaccionar.

-¡Tápense los oídos!-alerto, no tarde en poner presión a mi cabeza en su espalda, tapando únicamente mi oído derecho, y viendo como él elevó su mano para alzarla con la pistola de las bengalas, lanzándola y creando un ruido tan molestoso que provocó que tapara mis oídos.

-¿Un arma sónica?-preguntó Eren atrás de nosotros, mientras que yo tan solo me mantenía en silencio, sin cuestionar.

-¿En que consiste nuestro trabajo?-le preguntó el capitán Levi.-¿En dejarte dominar por lo que sientes en cada momento? Yo no lo creo.-le aclaro.-La misión es evitar por todos los medios que a este estúpido mocoso le hagan daño, aunque nos cueste la vida.-esa última palabra, esa que dijo con total claridad me hizo girar mi mirada para observarlo, para observar a Eren; se que tanto él, como yo, nos entrelazamos ante esas últimas palabras del capitán.

-¿Continuar huyendo? ¿Hasta cuando? Si ya la tenemos encima.-continuaba cuestionando, miraba a Eren y la paciencia empezaba agotarse.-Otra vez, si nos los ayudamos se los cargará como a los otros.-observe los grandes árboles, viendo como otros aún intentaban de detener a ese titán.

-¡Eren, solo obedece!-le grité, sintiendo como mi paciencia se iba al limite, él me miró fijamente y pareció sentirse avergonzado ante mi regaño.

-No te distraigas, mantén el ritmo. Hazle caso a la chica.-le pidió Erd con suma paciencia, una que claramente ya yo no tenía.

-Si el escuadrón Levi no los defiende, ¿quien lo hará?-pregunto Eren, y es que entendía su impotencia, por eso, miraba adelante y no observaba como otros morían. -Podríamos haberlo salvado.-musitó, en referencia a los soldados que quedaron atrás.

-¡Eren mantén la vista al frente!-le pidió Petra algo alterada, y es que claramente ya Eren empezaba a sacarnos de quicio.

-¿Me estás diciendo que miré hacia otra parte, que abandone a los camaradas que están peleando y huya?-le preguntó a ella, y yo fruncí mi ceño, y nuevamente lo miré.

-¡Si Eren, eso es!-le volví a gritar, esperando que él tan solo se detuviera.-¡Por favor, solo obedece!-le pedí, y es que era lo único que podíamos hacer, él bajo la mirada y levantó su mano, parecía impotente; más de lo usual.

-¿Se puede saber qué haces Eren?-le cuestiono Petra, ella descifró lo que él deseaba hacer, al igual que yo.-Solo te esta permitido hacer esto si tu vida corre peligro.-le dijo, ante ver como Eren estuvo apunto de morder su mano, con la intención de liberar el poder de su titán.

-No me parece mala idea.-me volví aferrar al cuerpo del capitán cuando hablo, continuábamos cabalgando.-Hazlo si eso quieres.-le dijo a Eren.-Yo lo tengo claro, es un verdadero monstruo. Y no importa que pueda convertirte en titán, no importa la presión en la que lo encerramos, jamás se someterá a nosotros. Nuestras explicaciones, confunden tu forma de ver, por la falta de experiencia. Sin embargo, no tienes porque confiar en eso. Tienes que decidir.-le decía, dejándolo en una gran tensión ante lo que estaba ocurriendo, ante lo que Eren quizás quería.-¿Creerás en tu propia fuerza o confiarás ciegamente en el cuerpo de exploración?-le preguntó, y aún Eren no respondía.-No tengo la respuesta, nunca la he tenido. ¿Creer en uno mismo, o en los camaradas? Nadie tiene una respuesta, dicho esto, lo que tienes que hacer es tomar una decisión y no arrepentirte de lo que decidas.-le termino diciendo, mientras que yo gire la mirada y observe como aquel titán nos pisaba los talones, era impresionantemente rápida.-¡Decídete!-le pidió el capitán Levi en aquel grito, y miré a Eren, ya yo sabía la respuesta.

-¡Adelante!-Eren respondió, como supuse que haría y en ese instante, una parte de mi se defraudó; no peleo, como debió haber hecho.

Deje de mirarle, y puse mi mirada enfrente para cruzarme con esos ojos. Pude verlo incrustado en aquel árbol con las obras tridimensionales, Erwin y yo cruzamos miradas por leves segundos, y es que procedente a qué pasamos; él lanzó un grito. Todo se volvió algo lento y pude ver como aquel titán hembra fue emboscada. Escuche leves disparos, eran como ganchos y se incrustaban en su piel, la traspasaban y retenían su paso. Era impresionante. Continué mirando pero me quede ida en el momento en que sentí un tacto en mis manos, mis manos que estaban amarradas y colocadas en el abdomen del capitán, esto debido a que mis brazos cruzaban su cintura para apretarlo y no caerme del caballo. Sentí su mano tocar las mías, era como si las acariciara y de un instante a otro, sentí como intento de meterlas, apretó su mano con mis manos y me quede un momento helada. Si, su mano estaba sosteniendo la mía, no sabía por qué o qué era lo que hacía pero no las removí. Seguí sintiendo su tacto en mis manos, y me continuaba sintiendo helada. ¿Qué me provocaba él? Deje de sentir su tacto, y algo cambio, mi piel dejo de helarse pero no deseaba que dejara de tocar mi mano.

-Aten los caballos más adelante, y cambien de equipo de maniobras. Los dejare solos un rato.-su voz me saco de mis pensamientos, y juraba sentirme sonrojada.-Erd, te dejo a cargo. Aléjense de ese titán y escondan a Eren.-le pidió el capitán a uno de mis mayores, quien debía estar asintiendo ante sus órdenes.-Kirah, te encargarás de mi caballo.-me pidió, y yo asentí, en ese instante vi como él con sus obras tridimensionales encajó su gancho en un árbol, desapareciendo y yo no tarde en tomar las cuerdas de su caballo.

-La querían capturar con vida...-comentaba Eren atrás de mí en un tono bajo, mientras que vi como Erd aceleraba el paso para llegar frente a mi, de seguro nos guiará.

-¿Has visto eso Eren? La hemos capturado.-Petra de manera animada se dirigía a él, y yo solo continué mirando enfrente; seguía a Erd.

-Somos la fuerza del cuerpo de exploración, no nos subestimes nunca.-sonreí de lado, sabia que no me estarían mirando pero es que la voz animada de Arduo hacía que el ambiente no fuese tan tenso.

-¿Cual era realmente el plan del comandante, él siempre supo que ella vendría a esta misión?-preguntaba Eren curioso, y su pregunta era buena, una que no pude responder al instante.

-Es una buena pregunta.-le dije cuando él llegó a mi lado pero aún, no era capaz de mirarlo fijamente a los ojos, era como si mirarlo me doliera.

-Vamos, bájense aquí.-nos pidió Erd, y es que habíamos llegado a una distancia bastante lejos.-Descansen un poco, estamos distantes. Esperaremos a las próximas instrucciones.-asentimos ante las órdenes de Erd, no tarde en bajarme del caballo del capitán, para acariciarlo y amarrarlo a una de los árboles.

-Estoy tan confundido.-escuchaba a Eren, él amarraba su caballo y yo ataba mis pensamientos, ataba lo que quizás él comandante podía estar pensando.-¿Él estaba preparado? Significa que sabía, él debía saber, pero ¿por qué?-continuaba preguntando, y justo en esa pregunta, ate algunas teorías.

-La atrajo hasta aquí, con la intención de capturarla y saber con exactitud quién es la persona que porta el titán.-comente, alce la mirada y pude ver como todos me miraban ante mi comentario.-Es por eso que nadie sabía con exactitud tu ubicación, solo nosotros. Él sabía que aquí, hay más de un enemigo.-le añadí, recordando las palabras de Erwin hace días. "Hay más de un enemigo aquí".

-Ese era su plan desde el principio.-veía a Eren, él también parecía atar cabos de sus dudas.-¿Estoy en lo cierto?-le preguntó a los demás, quienes yacían en silencio.-Puedo entender que no haya querido contarle el plan a los reclutas pero, ¿porque ocultárselos a ustedes que llevan tanto tiempo de conocerse?-pregunto, lo cual sí para mi fue una pregunta algo incomoda, no me imagino para los demás.

-Cierra el pico.-le pidió Arduo, sintiéndose ofendido.-Deseaeia que pensarás como la chica.-comentó, señalándome, a lo que me sentí incomoda por la atención que me estaban dando; no me acostumbraba, no me gustaba.

-¿Estas insinuando que el capitán y el comandante no confían en nosotros?-pregunto Petra algo molesta, e incluso sacando sus espadas como si deseara intimidar a Eren.

-Petra, pártele la cara y córtale la lengua.-le indico Arduo, y ya empezaba a a molestarme por la manera en la que deseaban intimidar a Eren.

-No le hables así. Solo esta curioso, comprende.-le pedí a Arduo, quien me miró ante mi serena voz, no estaba siendo cortante o fría, les mostraba respeto.

-Eren está en lo cierto. El comandante no nos lo hubiese dicho por dos razones.-Erd se dirigió a sus compañeros ante la comprensión del comentario de Eren.-Uno de nosotros puede ser capaz de portar un titán, o, un espía del enemigo que se ha infiltrado en las filas del cuerpo de exploración.-explicaba, lo cual me parecía algo lógico.-¿Qué piensas tú pequeña Smith?-me preguntó él, se dirigió a mi y las miradas de todos también.

-Que es uno de nosotros, y viene por Eren.-dije, al pensar nuevamente que hace minutos atrás ella cuando me caí del caballo, sus manos estaban estrechadas como si quisieran capturarlo.-Dl comandante debe creer que hace cinco años cuando el muro María cayó, quizás hubieron infiltraciones de espías, o de personas que pueden portar titanes. Es la única razón por la cual quizás no les dijo, no es por falta de confianza, es por seguridad y si es por falta de confianza, deben entender.-les explique, haciéndoles entender la postura de mi hermano, de nuestro comandante.

-Si, ahora tiene sentido. Solo deben saberlo los únicos que han podido sobrevivir con él, estos últimos años.-Erd asintió ante mi comentario.-Vaya, tienen la misma manera de pensar, quizás ese espía fue quien mató a los dos titanes de Hange.-me sentí algo halagada ante su comentario pero también asentí ante lo que dijo finalmente.

Me quede mirándolos, como aún debatían su pensar pero mi piel se erizó en un instante. Un grito estruendoso, uno muy fuerte provenía de donde estábamos minutos atrás, de donde quizás estaba atada el titán hembra. Todos se miraron y exclamaron sus pensares, ese grito fue tan estruendoso, y si provenía del titán femenino; era muy poderoso. Me quede aún lado del árbol, nos habíamos alejado de los caballos para poder cargar las herramientas de las obras tridimensionales, mientras que mi mente empezaba a trabajar. Veía imágenes de minutos atrás, ese titán era muy curioso para mi. Sus azulados ojos, juraba haberlos visto antes y si Erwin creía que era uno de nosotros, de seguro así era. ¿Quien era? Esa pregunta me rondaba la mente, era inteligente y de seguro era un enemigo, no creo que sea un espía, si creo que quizás tenía conocimiento de que estaríamos aquí; lo que me lleva a pensar, que alguien le informo, así que no está sola, hay más de ella. La cabeza me daba vueltas, deseaba atar los cabos, quizás Armin, si es que estaba bien, ya había atado cada cano de esta situación. Él debía estar de la misma manera que yo, pensando y quizás, hasta debía haber descubierto quién es la portadora de ese titán pero era muy difícil descifrarlo. Aunque sus ojos delataban quién podría ser, aún no era capaz de deducir, no deseaba formar acusaciones.

-Volver a los caballos, nos vamos.-nos indicó Erd, a lo que asentí para así elevarme en el aire con mis equipos de maniobras tridimensionales como ellos.

-¿De verdad descubriremos quien es?-pregunto Eren, algo emocionada pero yo no me sentía así, yo me sentía llena de curiosidad.

-Y todo gracias a ti.-le indico Petra, mientras que estábamos todos elevados en el aire, llevando los ganchos a los árboles para seguir avanzando.-Todo esto es resultado de tu decisión, tu decisión de haber confiado en nosotros. Porque tomar la decisión correcta, no siempre resulta fácil.-le indico ella, lo cual me hizo llevarme un trago amargo ante su comentario.

-Ni que me lo digas... -susurró Eren en respuesta, y por un solo momento, nuestros ojos se cruzaron, sabía en lo que pensaba y en que lo recordó ese comentario.

-No lo mimes tanto Petra, lo único que ha hecho es quejarse.-le pidió Arduo.-La expedición no se acaba hasta que llegues a tu cama.-Arduo se dirigió hacia Eren, quien asintió, intentaban de intimidarlo y a mí eso no me agradaba en lo absoluto.

-¡Arduo, Petra, ustedes se orinaron en su primera expedición! ¡Al menos estos dos se hicieron los valientes!-me quede impresionada ante el comentario de Erd, había avergonzado en un instante a Petra y Arduo, mientras que nos halagó a mi y a Eren.

-¡No digas eso, me pierden todo el respeto!-le pido Petra algo avergonzado, y en un gran grito mientras que yo me dirigí a Erd algo sorprendido, y dudosa.

-¿En serio?-dije, no podía creer lo que había dicho, fue algo avergonzado para Petra y Arduo, pero me alegraba que Eren y yo, no hayamos sido de esa manera.

-Si Kirah, y que conste que ese no fue mi caso.-me explico Erd, halagándose así mismo, mientras que Arduo se molestaba y defendía su postura.

-Idiota, he matado más titanes que tú.-expresó Arduo, molesto, con su ceño bastante fruncido y una mirada muy fulminante.

-Las muertes no son lo que te convierten en un gran soldado.-expresó Erd, a lo que esa palabra se dirigió a mi mente, fue algo simplificado pero tenía una pregunta. ¿Qué te convertía en un buen soldado?

-¡Cállense, no estamos de paseo turístico! Y que conste Kirah y Eren, yo tampoco me orine.-me fui de mi pregunta para observar a Gunther, él también se elevaba en el aire con nosotros para llegar hasta los caballos, no hasta que vimos una bengala verde en el cielo.-¡La señal, nos reuniremos con el capitán Levi!-Gunther no tardo en lanzar la bengala verde, mientras que avanzábamos mucho más rápido.-Bien, tengo una hambre del demonio.-comentó, y yo tan solo escuchaba ramas y ganchos, incluso el aire del gas sobresalir de las obras tridimensionales pero sonaba algo distante.-¿Capitán Levi?-mire a la misma dirección que Gunther, había alguien más ahí, estaba cerca de nosotros pero encapuchado, una mala sensación me recorrió.

-No, no es él.-indique algo agitada, logrando hacer que los demás pudieran asentir ante mi comentario, continuaba elevándome en el aire pero las ansias de agarrar mis espadas eran demasiadas.

-¿Quien eres?-pregunto Gunther, con molestia y en el instante en que él sacó sus espadas, su cuerpo fue impactado por aquellas espadas que aquel soldado sostenía, mis ojos se abrieron grandemente cuando vi como el cuerpo de Gunther impactó bruscamente aquel árbol.

-¡Gunther!-grito Eren agitado, mientras que yo había visto aquel impacto, se había roto el cuello; Gunther estaba muerto y yo, estaba molesta. Saque mis hojas, y con rabia apreté mis labios para seguir el paso de aquel soldado.

-¿Será el titán hembra o el espía?-preguntaba Arduo, ellos continuaban, ¿como podían continuar? Su compañero había muerto justo frente a sus ojos.

-¡Kirah!-me grito fuertemente Erd, pero yo seguía intentando de seguirle el paso, lo había matado en un solo instante.-¡Protejan a Eren!-grito él, y no sé cómo, pero Erd había llegado a mi lado como si deseara bloquear mi paso pero nuestra mirada se cegó cuando los rayos, y el humo se interpuso entre nosotros.-No hay tiempo para llegar a los caballos, diríjanse al cuartel general.-mi corazón bombardeaba, y la adrenalina recorría mis venas; Arduo tenía razón, era el titán hembra.

-¡Eren, no!-no deseaba mirar atrás, y es que cuando escuche los osos retumbar el bosque, sabía que aquel titán iba atrás de nosotros, y que Eren estaría apunto de convertirse para protegernos pero nada pero no se convirtió.-Kirah, vas a proteger a Eren con tu vida y se van a dirigir al cuartel general.-la mirada de Erd se plasmó en mi, me quede por un instante ida, estaban cometiendo un plan suicida.

-¡Yo también luchare!-indicó Eren, veía en sus ojos la impotencia, la rabia y el deseo de luchar; tenia su mano levantada, iba a morderse.

-No, haz lo correcto.-Erd se lo impidió, mientras que de reojo la veía, se acercaba a nosotros; había logrado escapar de la emboscada, ¿pero cómo?-No podemos desperdiciar tu poder.-le explicaba Erd a Eren, se veía agitado pero dispuesto a todo.

-¿Tan difícil te resulta confiar en nosotros?-Petra y Arduo lo ponían entre la espada y la pared, a mi también, es que yo deseaba quedarme como Eren pero la mirada de él hacia mi, me indicó que continuaríamos.

-¡Buena suerte!-les grite a ellos, viendo como Eren avanzaba con un pesar, al igual que yo viendo como ellos retrocedían hacia el titán, mientras que Eren y yo, huíamos.-Buena suerte... -susurre con dificultad, apretaba mis espadas, deseaba girar; iban a morir.

-Van a morir... -escuchaba a Eren frustrado mientras que continuábamos elevados en el aire, el gas resonaba pero aquel raro sonido me detuvo, y decidí mirar atrás.

-¡No!-grite llena de impotencia ante ver claramente aquellas imágenes, en un instante habían caído.-¡No!-continuaba gritando con rabia, deteniéndome en un árbol y es que no me permitía continuar, murieron frente a mis ojos en un solo pestañeo.

-¡Te mataré!-eleve mi mirada para ver a Eren, y es que mi brazo se estrechó con deseo de detenerlo pero había sido tarde.

-¡Eren, no!-le grite, viendo como la rabia y la impotencia lo cegó, vi como sus dientes desprendieron la piel de sus manos e hicieron que el cielo se tornara de colores oscuros, ante la fuerza de los rayos que retumbaron sobre su cuerpo.

Los rayos, eran impresionantes tanto, que me cautivaron y por un instante olvidé todo lo que estaba sucediendo, olvidé mi propósito y que debía cuidar a Eren, aunque me costará la vida pero no podía, su enojo era muy grande y ni habían quien lo detuviera. El viento caluroso me azoto, y mis ojos se abrieron como platos cuando lo vi. El humo se esparcía y observé su titán, observé cómo se había convertido luego de tantos intentos fallidos en prácticas atrás, ahí entendí que él necesitaba un propósito para pelear. Estaba aún aturdida por lo que pasaba, su titán era igual de alto que el del hembra, estaba segura; el titán hembra era una de nosotros, no era un titán normal, era una usurpadora. Los ojos de Eren, brillaban, tanto como el de la hembra. Sus ojos se conectaron con los míos, como si tuviesen conciencia, como si pudiera saber que estoy ahí; estaba evolucionando. Sentí miedo pero a la vez, adrenalina así que yo me eleve y tire mi gancho a la piel de Eren, para incrustarme. Fue ahí que él empezó a correr, era como si no quisiera abandonarme, y yo tampoco. Iba tan rápido que mi coleta se soltó, y me apreté a su cabello para poder observar frente a nosotros a ese titán.

Tenía sus brazos cortados, incluso le faltaba un ojo. Mire al suelo, y los observé, despedazados. Erd sin la mitad de su cuerpo, y un charco de sangre abrumador. Arduo, tirado en el suelo con todos los huesos rotos y Petra, ella había caído aplastada en aquel árbol. La sangre recorría aquel bosque, mientras que el enojo me cegaba, y recorría mis venas. Apretaba mis espadas, el capitán Levi estaría tan decepcionado de que no hayamos podido haber resuelto esto. Y es que pensándolo bien, la decisión que Eren debió haber tomado al principio, era en convertirse, ahora, la culpa viviría con él. Me eleve en el aire como un rayo, esos que opacaron el cuerpo de Eren en un instante, así me describían. Estaba rodeando el cuerpo del titán hembra, pero algo me dejo helada, la manera en la que se postuló; como si supiera que Eren, fuera a combatirla. Me quede aturdida, solo una persona que conocía, se postulaba así. No pude rozarla, no pude tocarla, me quede en shock. No podía ser la persona que estaba pensando, me sentía abatida y traicionada. Mordía mis labios, me quede rodeando su cuerpo en el aire, todo se había detenido. Estaba tan segura que era ella, esa con la que me sentaba de vez en cuando en la cafetería para almorzar, y todo porque su silencio era reconfortante. Me negaba a creer que era ella, que ella era quien estaba portando ese gran titán.

Con rabia, mis hojas rozaron su piel, de una fuerza tan impresionante, que corte parte de su nuca; o eso creí. Aún así, aunque pudiera refugiar su nuca en un tipo de escudo, como el titán acorazado, yo continué hasta que mis espadas se fragmentaron. Me aleje cuando el impacto del nudillo de Eren, hizo que su cuerpo volara en el aire. Su rabia no era comparada con la mía pero es que yo no dejaba de pensar, mi mente estaba apunto de colapsar. Era como si en parte, me hubiesen atravesado mi confianza, la poca que le dediqué a ella esas noches en donde extrañábamos nuestro hogar, o esas veces en donde entrenábamos juntas porque sabíamos manejarnos. Apretaba aún el mango de mis hojas, mientras que me enganche en la rama de un árbol, escuchando el estruendoso grito del titán de Eren, y como sus pisadas sacudían la tierra. Alce mi mirada, y me quede ida, como si no pudiera moverme cuando la vi frente a mi; y cuando vi como Eren corría tras ella. Ahí lo supe, supe que era ella. Sus ojos azules me miraron, y sus manos se estrecharon hacia mi, el grito estruendoso del titán de Eren sofocó mis oídos, pero lo único que recuerdo es que mi cuerpo voló por los aires, y antes de ver todo negro; vi sus grises ojos seguirme.

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