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──── ✧ 𝟎2

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ᴀʀᴄᴏ ᴜɴᴏ ——— ❛Bienvenidas a mi universo.❜
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Omnisciente.
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En aquella oficina, donde la albina mantenía su cabeza baja y manos sosteniendo bruscamente la falda escolar, la joven adulta de alta estatura estaba parada frente a la gran ventana que les dejaba ver un espectacular atardecer. Sus serias facciones demostraban lo pasiva que podía ser en una situación tan abrumadora—ha estado siguiendo a ese hombre durante dos meses, nunca había fallado con un villano, pero este sí—Ella se giró. Aún con su traje de héroe, encaminó frente a las sillas donde las jóvenes adolescentes yacían ahí. Parecía extraordinario, tres universos distintos en uno solo. Para Sunvely, no cabía duda que Hatsulin fuera familiar de quien creía su padre por esas facciones, pero la albina a su lado parecía ser perteneciente al clan donde el hielo se esparcía. Debía ser eso—Kai tenía que ser pariente en su universo de Rei Himura—Sonrió ampliamente, demostrando una gran calma.

—Se que es una situación complicada y debo informarles que no tenemos control sobre ella. Más aún, no tenemos idea de donde se encuentra Lightverse.—anunció Sunvely, los ojos azulados y cristalinos de Kai rodearon.

—¿Y qué haremos? Debemos volver a nuestro universo.—indicó Hatsulin, oyendo a Kai bufar.—Ya empezó el labrador.—articulo, con pereza.

—Yo no estaría aquí si tú no te hubieras entrometido.—informó Kai, mirando al suelo con exhausto, Sunvely sonrió por lo bajo.

—¿Otra vez con eso? Ni siquiera me has dicho tu nombre, tras que malhumorada, mal educada.—acusó Hatsulin, rodeando ella los ojos.

—Mi hombre es Nakamura, Nakamura Kailani, pero me dicen Kai.—respondió algo apenada cuando la joven adulta se acercó a ella.

—Bien Kai, te prometo que las devolveré a su universo. ¿Puedes confiar en mi y mantener la calma?—le preguntó Sunvely, su mirada y paciencia hizo en Kai un semblante más sutil.

—Oye, ¿cuál es tu nombre?—le preguntó Hatsulin.—¿De verdad en este universo eres hija de Enji Todoroki?—se cuestionó ella.

—Podría considerarse así.—respondió. Sunvely, sonriéndoles.—Mi nombre es Taiyō Elaine.—se presentó, en el atardecer que caía sus ojos ámbar se alumbraban aún más.

—Es un nombre muy bonito.—afirmó Hatsulin con una gran simpatía, sus grandes ojos azules miraban cautivada a Elaine.

—Dime Hatsulin, en tu universo, ¿como es Enji Todoroki?—se preguntó Elaine, Kai de reojo observó a Hatsulin desvanecer su sonrisa y no podía ser cierto lo que pensó la albina.

—Es un mal hombre.—respondió Kai antes de que Hatsulin lo hiciera, sus ojos atravesaron como alfiler a Elaine, quien desistió de ambas.—Pero un gran héroe.—arreglo, apenada.

—Podría ser que las líneas del universo sean iguales.—pensó Elaine, dándoles la espalda para ver el atardecer caer.—Lo único que cambiaría es que... somos únicas, no existimos en otros universos que no sea el nuestro.—dijo, pensativa.

—Sunvely.—una mujer, con porte de secretaria se adentró a aquella oficina, mirando a las féminas.—Entablaron conexión con Lightverse, parece que basa su don en la energía de un mismo lugar.—decía.—No será hasta mañana que podrán intentar capturarlo.—anunció, desanimando a las adolescentes.

Elaine las miró. No quería imaginar el desespero que estaban sintiendo, pues estar fuera de su casa no era lo mismo a estar fuera de su universo y de todo aquello que conocían. Asintió ante la información de Burning, desanimada también por el fallo que seguía sonando en su oído. Ella quería ser una heroína, una de la que aquella persona en su corazón pudiera sentirse con gran orgullo. Mantuvo un semblante neutral, con dieciocho años, su mayor determinación era sostener una gran presión en las peores situaciones. Además, con el héroe número uno fuera de la ciudad, tenía que demostrar que ella podía ser capaz de superarlo algún día y no de una manera ambiciosa como ese hombre parecía ser en cada universo, si no de aspiración y resilencia. Tendida en esa mesa, sin tocar nada de su comida, Kai miraba la noche estrellada esclarecer. Miró su mochila y como en ella había un llavero en forma de copo de nieve. No era un misterio para las nuevas conocidas que su don estaba afligido a eso.

Elaine hablaba con varios héroes, esperando tener información concreta del villano que estaba buscando. Era extraño que Universe no fuera parte de la famosa liga que había estado sofocando su país por meses—la misma liga que estaba atada al universo de las dos adolescentes sentadas en aquella mesa—Kai sostuvo el llavero, acariciándolo sin percatarse que Hatsulin la veía. Pero, no fue esa la razón que hizo a Hatsulin estremecer, si no, que el celular de Kai el que parecía no tener señal mostrara en su pantalla de inicio la foto donde la albina salía chocando su mejilla con la de ese chico que sin duda reconoció de una manera muy emocional. Elaine se asomó, ya no estaba vestida con su traje y no le quedaba más remedio que quedarse en la agencia con dichas niñas. Sería un escándalo que los medios hablaran sobre personas que venían de otro universo, el héroe número uno al tanto, aconsejó que mantuvieran prudencia. Acercándose, notó a Hatsulin mirar afligida al celular de la joven Kailani.

—Entonces, ¿en tu universo están juntos?—se preguntó Elaine, los ojos de Kai se abrieron y resguardó el celular con vergüenza.

—¡Que genial!—apoyo Hatsulin, entrelazando sus manos con emoción, al menos el tenso ambiente se había desvanecido.

—No es de su incumbencia.—esclareció Kai, levantándose fríamente de la silla, donde dejó la comida enfriarse para pasar por el lado de la alta joven adulta que se desconcertó.

—¿Voy por ella?—se preguntó Hatsulin, ella parecía más llevadera, pues mantuvo un semblante neutral que Elaine agradeció.

—No te preocupes, déjala.—respondió Elaine.—No sabemos por las cosas qué pasa en su universo.—musitó Elaine, sentándose aún lado de Hatsulin.

—Oye, ¿en serio nos devolverás a nuestro universo?—le preguntó insegura Hatsulin, Elaine no pudo evitar observar su cabello rojizo y sonreír, era agradable tener a alguien que estaba vinculada a su familia; aunque fuera en otro universo.

—Yo siempre cumplo mis promesas.—respondió Elaine, para así sentir una tristeza amargar su paladar.—No es así, ¿Touya?—pensó.—Hatsulin, cuéntame de tu don y un poco de tu vida. ¿Te parece?—Hatsulin sonrió, animada.

Escondida detrás de aquella pared, Kailani las veía. Se aisló de dicho lugar, evitando oír la conversación ajena. Reconocía cada pasillo de esta agencia, porque en su universo, había estado ahí y en esa misma mesa donde iban a comer, estuvo alguna vez con Shoto. Se sentía como melancolía, a la ve mucha tristeza en ella. Con sus ojos tumbados como siempre, abrió la puerta de la azotea, asomándose y oyendo las calles de la ciudad. Se oía la gente, los autos y las bocinas. Desde ahí se veían las hermosas luces relucir. Japón era muy espectacular, pero la taza de villanos había aumentado en los últimos meses—tanto en este universo, como en el suyo—Respiro hondo. Se sentía impotente por no haber podido hacer algo útil para detener a ese villano, debía estar merodeando por ahí con el dinero que robó en el banco de su universo, sin duda alguna era todo un bufón. Mantuvo su mentón encima de sus manos, puestas en el borde de cemento que le impedía cruzar más allá. No podía estar en paz, necesitaba volver a casa, pero quizás este universo no era malo.

—La comida se enfriará.—de reojo se giró, oyendo aquella voz, los ojos ámbar de Elaine le recordaban amargamente los de su padre.

—No tengo hambre.—respondió reacia, mirando la ciudad, Elaine suspiro, era como si tuviera que lidiar con la infantil actitud de su hermano menor, el mismo Todoroki Shoto.

—Yo también soy de la academia UA, voy en tercer año. Aún no me he graduado.—contó Elaine, intentando de llamar la atención de la albina.

—¿Fue difícil?—Elaine levantó su ceja, sin entender a que se refería Kai, quien parecía estar demasiado deprimida.—Llegar hasta aquí, ¿fue difícil?—esclareció su pregunta.

—El camino fácil nunca será como se pronuncia.—respondió Elaine, colocándose aún lado de Kai.—Parece que en tu universo estás vinculada con una de mis personas favoritas.—artículo.

—No es así.—interfirió Kai, respirando hondo.—Es complicado.—indicó Kai, sin saber con exactitud cómo poder explicarlo.

—Lo complicado siempre tendrá solución, ¿sabes?—Kai la miró, Elaine sonreía y parecía sin duda una gran joven, pues sus ojos ámbares relucieron en la oscuridad de la noche.

—Mi padre tenía ese mismo color de ojos.—comentó Kai, dejando de mirarla para hacer que Elaine entendiera ese semblante decaído.

—¿Qué le pasó?—se preguntó Elaine con curiosidad, entrometerse no era bueno, pero ella sabía sin duda como llevar el ritmo.

—Era un héroe. Pero lo inculparon de algo que no hizo, paso cuatro años huyendo y cuando pudo probar su inocencia, murió en manos de Endeavor.—el paladar de Elaine se amargó ante esas palabras, tanto que dejó de mirar a Kai.

—Parece que no has tenido una vida fácil.—musitó, con temor a causar algún alboroto emocional en Kai, quien se veía neutral.

—No creo que entiendas lo que es perder a las personas más importantes de tu vida.—esbozo Kai, para así Elaine mirar al cielo.

—Te equivocas.—artículo Elaine, cerrando los ojos un momento.—Perdí hace muchos años a las personas más importantes de mi vida, pero te puedo asegurar que siempre habrá más en el camino.—Kai miró de reojo a Elaine, quien bajó su mirada.

—¿Quién era?—le preguntó Kai, como si entendiera a quien Elaine estaba pensando y cuando iba a responder.

—Dime algo Kailani, en tu universo, ¿Touya Todoroki murió?—aquella pregunta le dio la respuesta a Kai, quien bajo la cabeza y asintió.

—Se calcinó con su propio don en un monte. Es todo lo que se.—la respuesta la estremeció, porque incluso en otro universo Touya había tenido el mismo linaje de tiempo.

—Él y yo... —un bombardeo se esclareció en el centro de la ciudad, interrumpiéndola.

—¡Eh, Elaine!—la puerta se abrió con brusquedad, mostrando a Hatsulin asomarse con preocupación, Elaine se quedó mirando el lugar donde el bombardeó había iniciado.

—Quédense aquí. ¡No me desobedezcan!—pidió Elaine, las alas de fuego se restauraron en su espalda con las pocas reservas que tenía.

Ambas adolescentes miraron a la joven adulta con gran detenimiento, pues verla lanzarse desde la azotea y volar con las alas encendidas en sus llamas fue como una imagen irreal para ellas, sin duda la comparaban con una diosa. Su don era espectacular. Se basaba en en la transmisión directa por los grandes descendientes del sol, era una gracia divina que causó furor en la albina, bajándole su temperatura de una manera drástica. Elaine volaba por encima de los edificios, la gente huía y se oía el gran escándalo que estaban ocasionando aquellas bestias, ella sonrió, no era la primera vez que peleaba contra esas cosas, pero esta vez con sus pocas reservas necesitaría ayuda. Kai se quedó detenida en la azotea, mirando a Hatsulin quitarse la chaqueta de la academia UA, dejándola tirada en el suelo para así levantarse encima del borde. Miró la altitud con inseguridad, pero no había otra opción, porque quedarse no era lo que quería hacer. Eso no era lo que hacía un héroe y en su universo, Hatsulin era una de las mejores aspirantes a héroes.

—¡Oye, fósforo! ¿Qué haces? ¡Dijo que nos quedáramos aquí!—exclamó Kai, sujetando el brazo de Hatsulin cuando se iba lanzar de la azotea; una sonrisa apareció en su rostro.

—¿Kai? ¿Cierto?—se preguntó Hatsulin, levantándose encima del borde para ver a Kai.—Tengo la certeza de que en tu universo quieres ser una gran héroe, yo también, ¡no me quedare aquí a mirar, nadie me va regañar!—indico.

Kai abrió sus ojos grandemente cuando las llamas de fuego se apoderaron del lugar, una oleada que la llenó nuevamente de calor se asomó en la altitud de la joven Hatsulin quien pareció bajar de esta misma con la bruma calurosa de su don. Kai negaba insegura, pero algo de razón tenía Hatsulin—o demasiada, ahí nadie las conocía, podían básicamente no hacer lo que se les venía en gana, pero debían ayudar a Elaine—Después de todo, era la joven descendiente del sol que las llevaría de regreso a casa. Se quitó también la chaqueta y dejó sus cosas encima de ella, si maldijo una vez, maldijo tres veces más cuando se trepó encima del borde. Respiro hondo y no desistió, con la potencia de su agua, se abalanzó hacia el aire y un camino de hielo se esclareció en el cielo. Hatsulin, quien se impulsaba con la bruma de su fuego sonrió e incluso un chillido de emoción sobresalió de ella, era increíble—el hecho que dos aspirantes a héroes de universos diferentes se unieran para defender a una futura héroe profesional—Lo harían sin dudar.

—¡Evacuen!—Elaine de una manera profesional se aseguraba primordialmente de la seguridad de las personas alrededor, la reconocían y no tardaban en acatar sus órdenes.

—¡Es Sunvely!—anunciaba los ciudadanos con entusiasmo, pero las bestias no tardaron en irrumpir para atacarla.

Ella era demasiado fuerte, en si, con las reservas que tenía, podía sustentarse. El camión que le lanzaron lo detuvo con las palmas de su mano, haciéndolo cenizas. Estaba exhausta de tener que pelear con estas malditas bestias, parecían plagas de cucarachas recién salidas de las alcantarillas. Ella podía acabarlos en un momento, y es que el héroe ahora número uno no la había entrenado en vano, jamás había sido en vano. Elaine era una máquina. Sería una de las mejores héroes. No podía expandir su fuego—quemaría a la gente—Sin su traje de héroe, aún podía mantenerse, pero quemaría su ropa y podía quedar al descubierto. Voló hacia el Nomu, colocó las palmas de su mano en cada lado de la cabeza para incendiarlo en llamas abundantes que sofocaban a los demás. Recibió un puñetazo fuerte, que la aisló, pero no la tumbó. Levantó su mirada, el cabello rojizo trascendió en el aire hasta llegar atrás y no supo qué rostro poner cuando otras potentes llamas de fuego irrumpieron para hacer cenizas la piel de aquel Nomu. Si hubiera tenido una entrada, sin duda hubiese sido la más llamativa, porque Hatsulin llegó incendiada en llamas con una gran adrenalina para pelear.

—Oye Sunvely, ¡en mi universo también soy genial como tú usando el fuego!—indicó Hatsulin, para así Elaine sonreír.

—¿Ah si?—le preguntó la joven adulta, caminando de manera impotente hacia el Nomu.—Demuéstralo, novata.—incitó, sin más preámbulos le dio acceso al combate a la joven.

—¡Mírame bien!—pidió Hatsu, saltando de un carro a otro, en medio de las llamas dio una vuelta en el aire donde cayó encima del Nomu, su nudillo incendiado se dirigió hasta la boca de este.

Ellas estaban peleando, para proteger el universo de alguien más, ¿si no eran héroes, que serían?











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INFORMACIÓN RELEVANTE:


❛Hatsulin nació en la prefectura de Kyoto, Japón. Ella es la hija menor de tres hermanos provenientes al matrimonio de Tsubomi Eiko y Tsubomi Katashi.❜



















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