▬▬▬ 𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐎
𝐒𝐘𝐃𝐍𝐄𝐘 𝐘 𝐉𝐀𝐍𝐄 no se llevaban de la mejor manera, apenas podían soportar la presencia de la otra. Pero trataban de llevarse bien por su "padre" Hopper, Aunque nunca se trataban como hermanas.
Para Sydney era bueno tener a Jane en casa, porque podría molestar a alguien más que no fuera su padre. Adoraba ver la cara de enojo de Jane cada vez que la molestaba con su tonto novio, Mike Wheeler. Y como las luces comenzaban a fallar, debido al enojo de Jane.
Y por otro lado, a Jane de alguna manera le agradaba Sydney y le gustaba su compañía, aunque a veces fuera tan caprichosa e insoportable. A ella también le gustaba molestar a su hermanastra. Poniendo azúcar en sus comidas en vez de sal , manchar sus remeras con jarabe de miel para waffles. Y sobretodo, Su cara de enojo y frustración.
Además también no estaba tan sola, Como al principio cuando Hopper la escondía del mundo exterior. Y tampoco se quedaba sola cuando él se iba a trabajar. Ahora tenía con que distraerse. Casi como un peluche con el que jugar.
Si, eso sonaba cruel, incluso para ella .
Es por eso que ahora estaba siendo demasiado cruel. Había pintado en la falda favorita de Sydney una estrella y muchas caritas felices. También había mezclado un poco de shampoo de decoloración, en la crema que usaba antes de ducharse.
Pasaron algunas horas desde que se había bañado. Lo sabía porque la estuvo observando mentalmente, desde su habitación.
Se sacó rápido las vendas al escuchar unas fuertes pisadas acercarse hacia su habitación. Era imposible que fuera Hopper, ya que él estaba aún trabajando y no saldría hasta dentro de unas horas. Por lo que estaba claro que era Sydney. Como siempre: por romper el suelo con sus pisadas.
— ¡JANE! , ¡MALDITA NIÑA! , ¡TE VOY A ASESINAR! — pum , la bomba explotó, tal y como lo había planeado — ¡ABRE LA JODIDA PUERTA!.
Muy en el fondo adoraba cuando se enojaba y comenzaba a decir groserías. Le era imposible controlar su lenguaje cuando se enojaba, y eso le fascinaba aún más.
Con una inclinación de cabeza hizo que la cerradura se abriera, dejando entrar a una furiosa Sydney. Quien se acercaba hasta ella, completamente roja.
— ¿Que te sucede ?, Sydy Sydy —. Sabía que a ella no le gustaba que la llamaran de esa forma, así que porque no jugar sucio, más de lo que ya lo estaba haciendo.
— ¡¿Qué me sucede?! , sucede que tú , maldita zorrita, arruinaste mi falda y ¡¡MI CABELLO!!— Se quejaba gritando la mayor.
Una risa se le escapó de los labios.
— Pero si se ve hermosa. — dijo refiriéndome a la falda, mientras trataba de esconder su risa.
— ¿Tú crees que es lindo tener una gigante estrella en tu trasero? — dijo frustrada.
No se aguantó más y se tiró a su cama riéndose a morir. Era tan gracioso molestar a su hermanastra. Era definitivamente su pasa tiempo favorito.
Su risa se desvaneció al sentir unas fuertes manos delgadas, quererla ahorcar.
Sydney ahora estaba arriba suyo . Sus piernas a cada lado de su cadera y su cabello cayendo en su cara. Ese lindo aroma que su cabello desprendía, la hacía estar hipnotizada.
—¿Con que te haces la mala , hmm? — su voz ahora era más manipuladora y elegante . — Ahora te pondrás esta pollera y iremos a ver a tu hermoso noviesito. Y le mostrarás tu increíble arte en la pintura .
Sus ojos se abrieron como platos. Las faldas cortas no eran de su tipo. Y además papá le tenía prohibido usarlas. Eran más del estilo de Sydney, que apenas tapaban su trasero. Y eran "Demasiado llamativas" para los demás. Según hopper.
Las luces comenzaron fallar, gracias al poder de Jane. Justo lo que Sydney quería sacar de ella. El enojo en sus ojos. Su piel fría al tacto, y su mirada penetrante.
— Papá no me deja usar ese tipo de faldas— dijo entre dientes la castaña debajo suyo.
La morena recapacito unos segundos.
— Tienes razón, y no quiero que tu tonto novio se quede mirando excitado tu cuerpo— la Morena se alejó unos centímetros .
— ¿Excitado?, ¿Qué significa eso Sydney? — Preguntó con completa curiosidad.
Era la primera vez que Sydney se quedaba sin palabras. Cómo podría explicarle el significado, sin arriesgarse de que se lo fuera a contar a su amiguita Max.
— Es... algo que .. ¿Cómo decírtelo?... Que los hombres hacen —Enseñó la mayor. Que ahora estaba en al punta de su cama, mirando a su habitación como si nunca la hubiera visto antes.
—¿Sydy?
— Te escucho.
Por un momento la rabia de las bromas se desvanecieron y fueron remplazadas por una charla algo incómoda.
— ¿Qué significan los gritos felices?
Sydney se quedó en completo silencio, sin saber si era suficientemente grande para hablar del tema.
— Quiero que me cuentes la verdad — Su cara ahora era seria.
— los gritos felices son... gritos que hacemos ....cuando.... sentimos..... Placer —soltó lo último rápido.
— ¿Y cómo suenan? — insistió queriendo saber más.
Se quedó congelada, sin saber que responder. Solo podía abrir la boca y volverla a cerrar.
— Si papá no te lo ha explicado, es porque aún no tienes la edad suficiente —. Se excusó
— ¿Y cuándo tendré la edad suficiente?
— Ni la menor idea.
Se alejó de la cama de la menor al escuchar el ruido de las llaves de su padre abriendo la puerta principal.
— Y Jamás vuelvas a espiarme con tus poder psíquicos— Amenazó la mayor haciendo movimientos raros con sus manos.
Se separó de su ahora hermana., Que aún seguía atónita. Se fue a su habitación, saludando a su padre en el camino. Quien quedó petrificado al ver el cabello de su hija.
Se recostó en su cómoda cama. Se decidió por leer un libro. Hace mucho que no leía uno. Y leer es muy bueno para su mente.
Leyó por varias horas, en la tranquilidad de su habitación. Que daba justo al bosque , dejando una hermosa vista por su —no tan grande — ventana. Hasta que su padre llamó para comer.
Desde aquel día Sydney y Jane, se trataban peor que antes. Las bromas aumentaron un 50% más. Ese momento incómodo quedó en el olvido.
Hopper pasaba menos tiempo en casa, por lo que la mayor parte del tiempo debía quedarse en la cabaña para cuidar a la menor de la familia.
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