𝐗𝐈𝐕
Hermione y Evolet estaban en clase de pociones. Tomando nota de lo que se explicaba sobre la poción de crece pelo. La cual luego deberían hacer de a dos por dos semanas. Y como si no fuera poco, les había mando a hacer tres pociones más.
Harry y Ron querían matarlo realmente al profesor Snape. Ya no soportaban un año más con él. Ese malvado ser de cabello grasoso que les arruinaba el año en solo segundos. Además de bajarle puntos solo por existir. Ah, pero al idiota de Malfoy no le hacía nada. Cosa que le ponía los nervios a mil a Ron. Simplemente lo odiaba. Mientras que Harry se veía algo más distante sobre el tema de Malfoy. Solo le respondía a su amigo con un "Si, tienes toda la razón, amigo". El pelirrojo de tanto odio que le tenía al menor de los Malfoy no se daba cuenta de el poco interés que tenía Harry a sus quejas.
Para la suerte de Evolet, ella nunca se sentaba cerca de Malfoy. Siempre estaba junto a Hermione, que al ojo de los profesores era un buen ejemplo. Por lo que no llamaba mucho la atención. Si, algunos se le quedaban viendo cuando participaba en alguna clase, creyendo que era muda, pero nada fuera de lo normal. Hasta ahora los únicos amigos que tenía eran Hermione, Ginny, Luna, Harry y Ron. Con ellos le era suficiente. No era de las personas que necesitan si o si más de diez amigos para conformarse. Prefería pocos y más confiables.
El profesor Snape después de terminar su explicación, les indicó que comiencen a trabajar en sus pociones. Hermione cerró su cuaderno de anotaciones y lo guardó en su bolso.
Mientras tanto Evolet fue a buscar los ingredientes junto a Harry. Este iba un poco perdido en sus pensamientos. Tanto que no se dio cuenta que estaba agarrando de los ingredientes que eran para una de las tres pociones de tarea.
Al Evolet darse cuenta de esto, le golpeó el hombro para llamar su atención. Que al cabo de unos segundos fue concedida. Con una mirada de susto en los ojos verde esmeralda del azabache.
—Estas agarrando los ingredientes equivocados, Harry —Avisó ante su expresión con confusa.
Harry bajó la mirada a su canasta, dándose cuenta de que lo dicho por la castaña era verdad. Se llevó una mano a la frente.
—Agh, ¡maldición! —dijo en un tono bastante fuerte.
Provocando que el profesor lo mirara con reproche.
Evolet se dio cuenta de eso. Por lo que agarró los ingredientes que necesitaba ella y los de Harry rápido antes de que Sanpe les descuente puntos.
Llevando a Harry casi a la rastra a su perspectivo banco, el azabache le agradeció en voz baja por su ayuda. Dedicándole solo una sonrisa, Evolet le pasó todos los ingredientes que había agarrado para Harry a la canasta que este llevaba en su brazo.
Volvió hasta su asiento en donde Hermione ya estaba con su libro abierto, verificando las instrucciones. Cuando la de cabello ondulado se percató de su precencia, preguntó:
—¿Por qué tardaste tanto? —dijo volviendo su mirada al libro.
Evolet dejó la canasta con los ingredientes en la mesa. Y comenzó a sacarlos por orden de utilización.
—Estaba ayudando a Harry con sus ingredientes — explicó — despistado agarró todos las cosas equivocadas.
—Si, Harry siempre es así, pero ahora lo está siendo más de lo normal. No sé porqué —dijo sin darle mucha importancia.
Hermione le empezó a indicar qué ingredientes poner y como debía cortarlos según fuera necesario. A Evolet le costó un poco al principio, pero poco a poco fue entendiendo y agilizando más los movimientos.
Mientras Evolet cortaba y tiraba los ingredientes al caldero, Hermione revolvía y leía el reglamento a seguir para que la poción saliera bien.
Snape pasaba por los bancos supervisando que todo fuera bien. Cuando llegó al banco de Hermione Y Evolet, dirigió una mirada aprovadora hacia Kaine.
—5 puntos para gryffindor, gracias a la perfecta colaboración cortando los ingredientes de la señorita Kaine — después de decir eso siguió caminando.
Harry y Ron las miraron boquiabiertos. No podían creer que Snape les hubiera dado cinco puntos a una casa que no fuera Slytherin.
—Creo que Evolet será la próxima alumna favorita de Snape —dijo el pelirrojo con burla en su voz.
A Hermione no le gustó para nada. Ella había estado más años aquí, esforzándose y jamás le había dado siquiera un punto. Era injusto.
La de ojos verdes no había estado atenta en la reacción negativa de Hermione, pero si en que tenía cara de pocos amigos.
—¿Estás bien, Hermione? — Preguntó cuidadosamente.
La contraria solo asintió con la cabeza y siguió revolviendo el caldero. Sin querer que se enojara, Evolet siguió pasándole los ingredientes ya cortados. Una vez ya todos en el caldero, comenzó a tomar nota de como se iba haciendo poco a poco.
Una vez terminada la poción. Se la entregaron a el profesor Snape. Quien supervisó que estuviera perfecta. Asintió con la cabeza. Y Les dio el permiso para poder salir.
Caminaron en completo silencio. A paso tranquilo. Para así darles tiempo a Ron y Harry para alcanzarlas. Iban para el gran comedor. Una vez llegaron. Se sentaron en unas de las mesas y esperaron. Evolet mirando hasta la nada y Hermione leyendo un libro. Que era de Encantamientos, el cual iban a usar para poder hacer la tarea enviada por parte de McGonagall.
Al rato llegaron Harry y Ron. El pelirrojo tenía la cara con un poco de polvo. Ambos se sentaron frente de ellas.
—¿Qué le pasó a tu nariz? —Preguntó Evolet.
Hermione seguía leyendo su libro. Sin prestarle la más mínima atención a lo que estaban diciendo .
—Neville hizo explotar de nuevo su caldero, bueno, mejor dicho su poción— siguió — y cuando comenzó a salir olor, yo me acerqué a ver qué pasaba y ayudarlo antes de que nos descontarán puntos. Pero justo antes explotó la poción junto al caldero y las cenizas fueron a parar a mi nariz. Y eso no es lo peor. Snape nos descontó 25 puntos, A CADA UNO.
—¡Es injusto! — se quejó furioso Harry.
Evolet le dijo que bajara la voz o sino Snape les daría un castigo peor. El mencionado estaba a unos metros de ellos, sentado en la mesa de profesores. Por suerte gracias al gran griterío que había en el salón, no los oyó.
A la hora miles de búhos entraron con la correspondencia. Dos búhos, uno blanco y otro canela, aterrizaron en la mesa. A Harry su padrino le había enviado muchos dulces de Honey Dukes y una carta, en la cual los invitaba a pasar la navidad en su casa a él y a sus amigos. El azabache les comunicó tal cosa a sus amigos y todos aceptaron. Evolet le prometió que iba a ir, pero que antes debía avisarle a sus padres.
La lechuza canela traía una caja con trata de frutilla hecha por la mamá de Evolet. Y en el pico del ave había una carta, con un sello de color negro con toques plateados, con la inicial K. La castaña reconoció al instante ese sello. Era el de su madre. Evolet con intriga, abrió el sobre y leyó detenidamente.
Querida Evolet
Hace unos días estuve hablando con el director. Él me ha dicho que te ha estado yendo de maravilla en tus estudios. Por eso mismo estoy muy orgullosa de ti y de que te hayas adaptado tan rápidamente.
Aún así también estoy preocupada. Esta vez no es porque te pase algo allí, ya que claramente sé que estás en buenas manos. Sino es porque Dumbledore me comunicó que habías estado algo ausente en las comidas y que salías de tu dormitorio solo para las clases. Por esa razón supuse que la anterior vez que tu padre te escribió comunicandote sobre el estado de tu hermana, Cassie, te afectó más de lo que pensamos. Fue por eso que no estuvimos escribiéndote últimamente.
Tu hermana está mejorando, pero siendo sincera, no del todo. Ella estuvo preguntando demasiado por ti, y no podía no contarte sobre ésto. Consulté con Dumbledore para que puedas venir a casa y ver a Cass. Él aceptó y dijo que podías venir el próximo sábado y quedarte hasta el domingo. Por supuesto solo si tú estás de acuerdo.
Espero tu respuesta
Con amor C.L.K.
Evolet dejó la carta en la mesa. Su mirada se enfocó en la caja perfectamente decorada. La abrió y vio la apetitosa tarta de frutilla, su favorita. Tomó un pedazo y se lo compartió a Harry, luego otro a Ron y uno a Hermione, quien le agradeció con una linda sonrisa. Para ella corto un pedazo también. Dio un una mordida y ¡Dios!, realmente había extrañado demasiado esta delicia.
—Guau, es la mejor tarta de la vida, es incluso mejor que la de mi mamá —alagó Ron con un poco de salsa en su comisura. Harry aun con comida en su boca asintió y dijo palabras intendibles.
Hermione tenía una cara de asombro. Jamás había probado algo tan común que a la vez sabía como el maldito cielo. Definitivamente tenía que hablar con la madre de Evolet para que le diera la tan increíble receta.
—¡Es deliciosa!, jamás había comido algo siquiera parecido—dijo Hermione volviendo a dar otro mordisco.
—Es la es la especialidad de mi madre—admitió Evolet sintiéndose por primera vez completa y segura.
Mientras todos estaban entretenidos con lo rica que era la tarta de la mamá de Evolet. Liv, la lechuza, aprovechó para saltar del hombro de su dueña y comenzar a picarle la cabeza y el cabello (pero sin dañarla) a Hermione.
—¡Liv! —decía entre risas Hermione —Suelta mi cabello, ya hablamos de esto.
Pero la ave siguió haciendo de las suyas. Hasta que Hermione entendió lo que ella quería. Cortó un pedazo de su tarta y se lo dio a la lechuza, que lo comió rápido. Y como si le diera las gracias, paso su cabeza por la zona en donde anteriormente había picado. Sin más que hacer se fue, no si antes despedirse de su dueña despeinando con sus patas su cabello.
Una vez el ave se fue. Hermione no podía resistir más su duda.
—¿Y que decía la carta de tu mamá? — Preguntó metiendo otro trozo de tarta en su boca.
—Cassie quiere verme, por lo que mi mamá le preguntó a Dumbledore si podía ir a verla.
—¿Y qué dijo Dumbledore! —habló por fin Harry sin comida en su boca
—Él dijo que podía ir el próximo sábado y quedarme hasta el domingo, claro si yo quería ir—explicó.
— ¿Vas a ir? —Preguntó el pelirrojo.
—Si, por supuesto, mi hermana me necesita.
—¿Ella está enferma, verdad? —Ron le dio una patada por debajo de la mesa a Harry.
—Si, algo parecido —Evolet bajó la mirada, pero rápido se recompuso al escuchar la voz de Hermione.
—Bien, dejemos de hablar de la familia de Eve y que tal si vamos al lago negro, muero por salir a tomar algo de aire libre.
Ron estuvo de acuerdo de inmediato con Hermione. Sabía lo difícil que era el tema de Cassie para Evolet, y no quería que volviera a encerrarse en los dormitorios de chicas. Extrañaba hablar con ella sobre cualquier cosa. Si darse cuenta le había tomado cariño en poco tiempo.
Se levantaron de las mesas y salieron de allí. Cuando ya estuvieron en el lago negro, Ron obligó a correr a Evolet con él, y cuando ya estaban llegando a un colina la empujó si mucha fuerza y ambos rodaron por el pasto, hasta llegar a la orilla del lago. Harry y Hermione bajaron caminando y riéndose de ellos por hacer tal tontería. Pero a Ron no le importaba caun idiota haya parecido, lo importante era que había logrado su objetivo: Hacer que Evolet se riera.
Aún cuando se sacudia la tierra de su uniforme, seguía riéndose. Nadie la había hecho reír y divertirse de esa manera desde bastante tiempo.
────────✦────────
★𝐿𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑚𝑢𝑐ℎ𝑜 𝑛𝑜 ℎ𝑎𝑏𝑒𝑟 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑎𝑐𝑡𝑢𝑎𝑙𝑖𝑧𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑖𝑑𝑜 𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒!
★ 𝐸𝑠𝑜 𝑓𝑢𝑒 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑑𝑒 ℎ𝑜𝑦, 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑦𝑎 𝑔𝑢𝑠𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑚𝑢𝑐ℎ𝑜, 𝑑𝑒𝑗𝑒𝑛 𝑠𝑢𝑠 𝑜𝑝𝑖𝑛𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑒𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑟𝑖𝑜𝑠.
★𝑌 𝑠𝑖 𝑣𝑒𝑛 𝑎𝑙𝑔𝑢́𝑛 𝑒𝑟𝑟𝑜𝑟 𝑜𝑟𝑡𝑜𝑔𝑟𝑎́𝑓𝑖𝑐𝑜, 𝑡𝑒𝑥𝑡𝑢𝑎𝑙 𝑢 𝑛𝑎𝑟𝑟𝑎𝑡𝑖𝑣𝑜 𝑚𝑒 𝑙𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑛 𝑎𝑣𝑖𝑠𝑎𝑟 𝑒𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑟𝑖𝑜𝑠, 𝑎𝑠𝑖́ 𝑠𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑒𝑛 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑒𝑟𝑟𝑜𝑟 𝑓𝑢𝑡𝑢𝑟𝑜𝑠.
★ ¡𝐺𝑟𝑎𝑐𝑖𝑎𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑒𝑒𝑟 𝑒𝑠𝑡𝑎 ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎!
★¡𝑉𝑜𝑡𝑒𝑛 𝑠𝑖 𝑙𝑒𝑠 𝑔𝑢𝑠𝑡𝑜́!
────────✦────────
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro