Más que amigos
Les agradezco por no denunciarme, se les quiere 🙇🏻♀️.
Espero que disfruten el capítulo, que conste que muchas me pidieron actualización apenas leyeron, no se vale reclamar después 🙂.
—¿No están muy pegados? —decía Kazutora observando a Takemichi y Chifuyu conversando antes de despedirse, él con una ceja alzada y sus brazos cruzados. El pelinegro a su lado le observó sorprendido, entonces riendo burlón, el de mechas dirigiéndole la mirada sin entender.
—¿Estás celoso, Tora?
—¡¿Ah?! —se alteró un instante, poniendo sus ojos en blanco— ¿Por qué lo estaría?, no es que... bueno... —rascó su nuca, nadando en sus pensamientos, sin percatarse de que Baji analizaba todas sus acciones.
—Te gusta —susurró mientras que dos de sus manos tomaban su mentón, elevando su rostro hacia él, obligando a verle a esos ojos que tantas mariposas le provocaban en el estómago, entonces enrojeció al verle tan cerca de pronto, sintiendo su corazón dar tumbos con fuerza, queriendo salirse de su pecho solo con su toque.
—N-no me gusta, o sí, es decir... —ni siquiera pensaba lo que decía, perdido en sus ojos, sus palabras deslizándose fuera de su boca sin su consentimiento, y Baji rió, Kazutora temblando ante su aliento cálido, tragando con dificultad entonces.
—Si te gusta —insistió, acercándose un poco más, con un tono juguetón que lo hizo extremecer, de pronto sintiéndose como un conejo acorralado entre sus manos, y ya su rostros estaban demasiado cerca, y esos centímetros que los separaban dejaron de existir cuando Baji tomó la iniciativa y, en vez de presionar sus labios sobre los suyos, mordió su labio inferior, el de mechas jadeó sorprendido, entonces el pelinegro aprovechó que abrió su boca y deslizó su lengua dentro de esta, el chico dudando unos segundos, pero luego sintiendo miles de destellos de colores en su interior, una calidez inmensa al tenerle ahí, y se besaban tan coordinadamente, que parecía que lo habían imaginado tantas veces, que memorizaron hasta el más mínimo detalle.
Pronto el más alto le atrajo más hacia él, colocando una mano en su nuca, enrollando sus dedos entre sus cabellos rubios y negros, queriendo más, porque él siempre fue bastante impulsivo, pronto dejando a Kazutora sin aire, este teniendo que apartarse al no aguantar más, y pensaba si él en serio necesitaba aire para vivir, porque parecía que sus pulmones aguantaban demasiado.
—Espera... —susurró contra sus labios, Baji sin quitarle la vista a los suyos, estando tan rojos por la fuerza con la que le besó, y la vista era enloquecedora para él, volviendo a atacar su boca.
Después de eso se besaron unas cuantas veces más, y cuando se calmaron un poco ante el deseo que sentían, Chifuyu acercándose a ellos, entonces recordando lo cerca que había estado de Takemichi, logrando ver aquel abrazo, y lo hablaron, porque Kazutora declaró que le gustaba aquel rubio, y Baji también, solo faltaba que Chifuyu lo hiciera para ellos, lograndolo entonces en aquel ascensor.
—Los dos, me gustan los dos —susurró, y Kazutora tragó con dificultad al ver su mirada tan intensa, acercándose a dónde estaban ambos, Chifuyu viéndolos confundido, de pronto sintiendo demasiada vergüenza, tanta que ocultó su rostro entre sus manos, queriendo escapar.
En lo que Kazutora oprimió aquel botón y el ascensor volvía a funcionar, encendiendo sus luces y dejándoles ver más sus rostros, ya eran la una y treinta de la mañana, bastante tarde, pero a ellos ni siquiera importándole, Baji tomando las manos de Chifuyu y apartándolas de su rostro enrojecido, entonces dejando un dulce beso en sus labios, el chico ya tan confuso que sentía sus piernas temblar, sin saber que era lo que pasaba por la mente de aquellos dos.
—¿Qué horas son? —preguntó Kazutora de pronto, y Baji sacó su celular diciéndole, Chifuyu les miraba confundido, estaban hablando como si nada.
—¿Chicos? —preguntó después de calmar su respiración un poco, y le costó que no se volviese a acelerar cuando ellos le pasaron por al lado en el momento que las puertas se abrieron, Kazutora tomando su mano al no verle moverse.
—Vamos Fuyu —le sonrió un poco, ocultando que quizás él estaba más nervioso que el mencionado.
Los tres se adentraron en el apartamento, y Chifuyu ni despegaba su mirada del suelo, porque se sentía extraño solo verles la cara. Entonces sintió a Kazutora soltarle al quitarse su abrigo, él sintiéndose frío de repente al no sentir su mano, entonces Baji también se quitaba su chaqueta, dejándola a un lado y apagando su cigarrillo, ellos se estaban acomodando, y el rubio solo jugaba con sus dedos después de dejar aquel lindo peluche en un asiento, tan concentrado en sus pensamientos porque no le habían respondido, dejando más dudas, entonces de repente sintiendo una mano que acariciaba su mejilla, levantando su vista y encontrándose con aquellos ojos café.
—Hey, no estés tan nervioso —se burló el azabache, y él comenzó a balbucear las tantas preguntas que había en su cabeza.
—¿P-por qué ustedes...?, es decir... no entiendo... ¿ustedes...? —decía con rapidez, desesperado, tropezando en sus palabras, y Baji le calló con un solo beso, extrañamente dulce al venir de él, y le dejó divagando en la nada, sus preocupaciones yéndose en el vacío que ahora atacaba su mente ante sus emociones.
—No lo pienses demasiado —se le acercó Kazutora, tomando su mano mientras le sonreía, acercándole a él, y Baji le miró mal al apartarlo, Kazutora mostrándole la lengua unos instantes, el bufando en respuesta.
—Es que ni siquiera sé lo que hay que pensar —se apresuró a decir Chifuyu, ahora y de la nada, estando tan cerca del de mechas rubias, este estando semisentado en el espaldar del sofá.
—No te preocupes —le acercó más rodeando su cintura con sus piernas, y Chifuyu suspiró sorprendido, viendo de pronto los labios de Kazutora rozar los suyos—, hablemos por la mañana, ahora continúa lo que estabas haciendo —le susurró, mirando sus labios con deseo, tomando el cuello de su pullover para tenerle más cerca, entonces el chico sintiendo esa calidez emocionante nuevamente en su cuerpo, y como parecía que ellos querían tenerle tanto, accedió, volviendo a besarlo con suavidad, y se perdió en el sabor de sus labios, aún más cuando deslizó su lengua dentro de su boca, entonces sintiendo como de repente lo jalaron hacia atrás, dejandolo a él y a Kazutora con la boca abierta al no poder terminar su beso.
—Baji-sa- —ni siquiera pudo terminar de hablar cuando el azabache le besó con fuerza, haciendo que sus ojos se cerrasen de a poco, sintiendo que en cualquier momento sus labios sangrarían por la fieresa con la que los mordisqueaba de a momentos, y sintió sus ojos cristalizarse, entonces Baji apartándose, viéndole burlón.
—Eres un desastre —le dijo, viendo algunos hilos de saliva salir de su boca entreabierta, su mirada perdida en sus ojos.
—Baji —le llamó Kazutora desde su lugar, meciendo sus piernas de alante hacia atrás, con un pequeño puchero en sus labios, entonces el de cabellos negros se le acercó, solo teniendo que dar dos pasos, quedando entre sus piernas, él apoyando sus brazos sobre sus hombros—, ¿deberíamos ir? —preguntó, el azabache asintiendo, solo con mirarle a los ojos entendiendo a lo que se refería, siempre se habían comunicado de una forma espectacular, Baji tomó las manos de cada uno, y Chifuyu sintió su corazón paralizarse al ver a dónde se dirigían, los tres atravesando la puerta de la habitación, entonces, tan perdido en sus pensamientos ni siquiera escuchó lo que decían sus dos... ¿amigos?, los cuales se ponían de acuerdo en algo, porque entre ellos había más confianza por el tiempo de amistad, y podían decirse las cosas con menos vergüenza, entonces se sobresaltó cuando sintió las manos de Kazutora en su rostro, este suspirando con las mejillas rojas, sus nervios notándose en su voz temblorosa— No puedo creer que vayamos a hacer esto.
—¿Hacer qué? —titubeó al hablar, luego siendo jalado hacia la cama, cayendo allí con suavidad, agradeciendo que Kazutora no era tan brusco como el que ahora se había puesto del otro lado, viéndole entonces de cabeza al estar en horizontal en la cama, entendiendo al ver a Kazutora sobre él.
—¿Esto responde tu pregunta? —sonrió un poco, viendo hacia sus labios, entonces acariciándolos con suavidad.
Chifuyu como siempre, pensó todo demasiado a pesar de que ya le habían dicho que no lo hiciera, porque sabían cómo era él, y que se sentiría demasiado inseguro, entonces se dió cuenta eran sus mejores amigos los que lo estaban tocando y besando todo lo que querían, y él no quería una noche con ellos, él las quería todas, porque los amaba más que a nada, y los deseaba y necesitaba tanto.
—Esto... esto no... —el de ojos verdes comenzó a dudar, entonces Baji presionando sus labios en su frente, su corazón acelerándose más de lo que estaba ante su gesto.
—No te preocupes —le sonrió—, relájate —se inclinó hacia su boca, besándole con suavidad, Chifuyu sin poder evitarlo, alzando sus manos hacia sus cabellos, ambos estando de cabeza para el otro.
Mientras tanto, Kazutora comenzó a quitar los pantalones de Chifuyu, sosteniéndoles por el borde, y este jadeó sorprendido, pero sin poder hacer nada, perdido en los labios de Baji, tanto que ni siquiera se dió cuenta cuando esté le quitó su pullover hacia arriba y volvió a su boca.
Pronto Kazutora volvió a él, presionando contra su estómago allí donde tanto le necesitaba, que con solo unos besos se había alterado, entonces sacándo a Chifuyu de su ropa y jadeó en los labios de Baji al sentirlo, este separándose un poco, dejando que viera hacia abajo.
Kazutora abrió sus dos piernas y se colocó entre ellas, tomándole en su mano, haciéndole estremecer, tirando su cabeza hacia atrás al sentir que comenzó a moverse, perdido en la oleada de placer que atacó su cuerpo, solo ardiendo más ante su toque, deseando más y más.
Cuando el rubio abrió sus ojos, viendo lo de Baji tan cerca, tembló, porque sabía que no estaba ahí por gusto.
—Yo no... no sé —tartamudeó, porque él nunca había tocado a nadie más que no fuera él, y no sabía de qué se trataba más que por las menciones explícitas que le hacía Mikey solo para molestarlo.
—Pues yo te enseño —lo miró burlón, acercándose unos centímetros más—. Solo lo pones en tu boca, y no muerdes —explicó, y Chifuyu solo tragó con dificultad al mirarle, sintiendo temor, estaba asustado.
—Eso no me va a caer en la boca —soltó, y Kazutora rió en voz alta, sin detener sus movimientos ni un poco, teniendo el cuerpo de Chifuyu tenso.
—Claro que cae, solo pon un poco de esfuerzo —rió, entonces Baji dirigiendo su mirada a él, notando que sabía demasiado del tema, o eso parecía.
—¿Y tú? Pareces experimentado —se burló, y Kazutora puso los ojos en blanco, sintiendo su respiración abandonar por unos instantes su cuerpo, sus mejillas enrojeciendo entonces.
—Déjate de idioteces, Fuyu está nervioso, imbécil —soltó con molestia y vergüenza a la vez, tratando de desviar el tema, entonces Baji dirigiendo su mirada al rubio, viendo sus ojos cristalizados y escuchando sus jadeos, su pecho subiendo y bajando gracias a las punzadas de placer que le provocaba las manos de Kazutora sobre él.
Este último lo introdujo en su boca, Chifuyu soltó un jadeo al sentir su lengua envolverle, su calidez rodeándole en un instante cuando lo deslizó hasta el fondo sin ningún problema, entonces Baji aprovechando que abrió su boca al quedarse sin aliento se deslizó dentro, Chifuyu contuvo la respiración al tenerle ahí, instintivamente presionando sus caderas con sus manos, el pelinegro por lo menos teniendo la suficiente consideración como para dejarle que se acostumbrara, sabiendo que era su primera vez haciendo aquello.
Chifuyu poco a poco se iba acostumbrando, y con Kazutora sintiendo tomarle cada vez más profundo, solo logrando gimotear ahogadamente cuando Baji se movió un poco, usándolo para su propio placer.
Entonces la desesperación comenzó a golpear su cuerpo, el calor aumentando cada vez más, pronto moviendo sus caderas un poco hacia adelante, buscando más del placer que le brindaba el de mechas rubias, este sintiendo al igual que Chifuyu lágrimas acumularse en las esquinas de sus ojos.
Mientras pasó el tiempo Kazutora se aseguró de prepararle con sus dedos, al inicio sintiendo dolor ante la intromisión, pero Baji se aseguró de calmarle con dulces besos, olvidando su propio placer unos segundos, y cuando los gemidos del rubio no fueron nada más que placer volvió a adentrarse en su boca, este aceptándole, porque siempre fue así, siempre hacia todo lo posible porque se sintiese bien.
Y minutos después ya tenía a Baji presionando con fuerza dentro de su boca, sacándole gemidos ahogados al tenerle ahí, Kazutora no dejando de mover sus dedos en ningún momento, y cuando ya sintió más deseo, se apartó un poco de Baji, mirando hacia abajo con los ojos nublados, a penas logrando ver la figura de Kazutora sobre su cuerpo.
—Tora... por favor... —pidió, porque ya no aguantaba mas, y no tenía idea de lo que pedía con la nebulosa de pensamientos que era su mente.
—Date la vuelta, será más fácil —propuso, y el chico lo hizo sin rechistar, haciéndolo lentamente, porque ahora era solo un cuerpo jadeante, y sintió una inmensa vergüenza en la posición que estaba, porque así podían ver todo de él, se sentía demasiado expuesto.
Tembló en cuanto sintió a Kazutora presionarse contra él, allí en el lugar que ahora era tan sensible por sus dedos, y en el momento que se deslizó dentro de él dejó escapar un grito de placer, porque se sintió realmente bien, pero tan doloroso, y Kazutora tuvo que contener la respiración cuando estuvo totalmente enterrado en él, esperando a que se acostumbrase, sintiendo su calidez envolverlo y haciéndole enloquecer, pero a diferencia de Baji, él si tenía cerebro y esperaba pacientemente a que el chico se acostumbrara.
—Muévete —pidió al sentir su cuerpo arder, y sabía que solo un roce calmaría su desesperación, mientras tanto, Baji dejando caricias en su cabello, tentándole demasiado la imagen de Chifuyu con las mejillas rojas y los ojos cristalizados.
Kazutora colocó sus dos manos en sus caderas, y procedió a retroceder todo el camino y volver adentro, haciendo a Chifuyu gemir su nombre abrumado, bajando su mirada con los ojos cerrados fuertemente. Acto seguido de esto fue Baji deslizándose nuevamente en su boca al levantarle el mentón con dos de sus dedos. Pronto las embestidas fueron dejando solo placer, el dolor desapareciendo con cada una de ellas, estando tan profundo en su interior que Chifuyu creía en cualquier momento venirse abajo, las embestidas fueron tomando un ritmo más acelerado, Baji de igual forma había enredado sus dedos en los cabellos rubios del menor, sosteniéndole con fuerza contra él, entrando y saliendo con rapidez de su boca, apenas pudiendo dejarle tomar el aliento que Kazutora le quitaba con cada golpe en su interior.
Entonces los tres siendo solo cuerpos jadeantes que buscaban su placer en el otro, Kazutora y Baji estando tan adentro en él, y Chifuyu solo queriendo más, más de sus suspiros y gruñidos de placer cuando tomaban todo de él, dándose cuenta lo mucho que los deseaba desde hace tanto.
Pronto toda la habitación no siendo más que gemidos estruendosos que ya no evitaban dejar deslizarse de su boca, Chifuyu sintiendo tocar el cielo aún sin terminar, Baji cada vez más profundo en su garganta, inclinando su cabeza hacia atrás ante lo deliciosamente que lo envolvía en su boca.
Kazutora aceleró más el ritmo, porque se sentía tan bien, y como Chifuyu solo gemía de placer y no lo detenía, no tenía por qué hacerlo, entonces no queriendo parar, porque para alguien como él que no se había interesado en más ninguna otra persona, era demasiado.
—Maldición, Chifuyu... —gruñó en voz baja, sintiendo la presión envolverle cuando el rubio se acercaba al borde, entonces Baji salió de su boca, acercándose a su oído y susurrando algo que el de mechas no pudo escuchar por lo perdido que estaba en el placer que el cuerpo bajo el suyo de daba, y parecía que habían planeado algo, porque sintió como Chifuyu parecía apartarse.
—Espera, Tora —le dijo en medio de temblores, y él sin entender les observó, deteniendo el ritmo de sus caderas.
—¿Qué pasa? —interrogó en el momento que Chifuyu se volteó hacia él y enredó sus piernas en su cintura, al igual que sus brazos en su cuello, pero no dejando que saliera de su interior. Baji jalándolo hacia atrás entonces, él teniendo que dar varios pasos discordes por el peso de Chifuyu que ahora sostenía estando de pie, y el pelinegro se posicionó detrás del rubio, dejándole más confundido ahora que Chifuyu estaba atrapado entre sus dos cuerpos— ¿Chicos?
—Lo haremos juntos —susurró Baji, su respiración acelerada y su cabello desordenado lo hacía lucir verdaderamente bien, y Kazutora sintió más deseos de moverse ante la imagen.
—¿Eh? —musitó sin entender, pero de pronto aclarándose todo cuando Chifuyu posó su cabeza en su cuello.
—Él entrará también —apenas pudo hilar sus palabras al sentirle dentro aún, moviéndose algunos centímetros cuando hablaban, entonces Kazutora entendiendo todo, y no hizo más que preocuparse.
—Pero, ¿no te dolerá? —le susurró de igual forma.
—Estoy bien —le sonrió con los ojos nublados, entonces inclinándose hacia Baji, quien le sostenía desde atrás para que no se cayera—. Cógeme, Baji-san.
Solo esas palabras terminaron de enloquecer sus deseos, desesperlarle más, y no creía que Chifuyu pudiera llegar a ser tan atrevido, entonces entrando de una estocada, hasta el fondo, sacándole el aire por unos instantes en los que gimió con fuerza, sintiéndoles a ambos dentro, Kazutora jadeó también, sintiendo la presión contra él.
Acerca de lo que pasó después, solo recuerda sentir los gemidos de Kazutora y Baji retumbar en sus oídos, los suyos pidiendo más y más en toda la habitación, el sonido de sus cuerpos chocando con desesperación, buscando más placer en el otro, sus corazones latiendo con rapides en movimientos que tanto habían ansiado desde hace tiempo. Más tarde terminaron, ellos corriéndose dentro de él, Chifuyu en las manos de Baji, que cuando lo sintió cerca del borde le tuvo entre sus manos para arrastrarle junto a ellos.
Después solo recuerda dulces besos y palabras lindas, los tres recostados en la cama bajo las cálidas mantas, todos abrazados, él estando en el medio de aquellos dos que en solo unas horas supo cuanto los deseaba y amaba, y supo que era ahí donde debía estar, pero de repente las dudas volviendo a su cabeza, ¿qué pasaría ahora que habían pasado la raya?, ¿serían más que amigos?
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