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𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓
el monstruo del príncipe.

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Sin duda, había olvidado lo que era respirar.

Mi padre parecía temblar con cada palabra que saliera de sus labios, no había manera de tranquilizar el llanto de recordar a su familia. A su madre. A su hermana. Y yo estaba escuchando todos sus temores, sintiendo cada gramo de oscuridad que se arremolinaba como una daga contra mi garganta. El poder de Rhysand era muy similar al de Nyx, sin embargo, su  energía parecía bailar como un anillo en el dedo. Volví a observar a papá, pero lo único que escuché fue a su poder pidiéndole dejar de ser un cobarde.

Gruñí. Rhysand me miró.

── ¿Qué ocurre? ──preguntó 

──Nada.

──Nyx.

Suspiré.

──Puedo sentir que tu poder te llama cobarde, papá. No lo eres, simplemente fuiste implicado en una venganza de dos personas que no valían nada, y la abuela junto a mi tía sufrieron las consecuencias, así como también la madre del Lord de Primavera.

Rhysand lo observaba con los ojos abiertos, tomo sus manos y decidió darles un apretón, sin embargo, Nyx abrazó a su madre mientras lo dejaba desahogarse en silencio, dejando que la capa externa de seguridad se desmoronara a pedazos. Pero no importaba, porque Nyx siempre protegería a su padre, aunque eso significara pelear contra su propia oscuridad. 

Velaris.

Ella estaba sentada al lado de su padre. 

Demetria estaba sentada al lado de Kallias, meciendo sus pies, dejando imaginar que pasaría si los roza contra los de ella. Estoy tratando de disimular para no pedirle cinco minutos y aventarme a probar aquellos carnosos labios que parecían estar teñidos de rosa o incluso algún matiz rojo. Ambos conversaban tranquilamente con el Alto Lord de la Corte de la Noche, con mi padre. Necesitaba hablar, pero por más que quisiera contestar una simple pregunta, ella parecía estar tan absorta en su mundo que nunca esperó que aquel tirón doliera hasta dejarla sin aire. Demetria levantó su mirada, y mis labios solo se presionaron para formular una disculpa silenciosa. 

 ──Saldré a tomar aire, padre.

Kallias hizo una seña, Rhysand se ofreció a traer una sanadora, pero mi adorable copo de nieve invento una dulce mentira que me hizo sentir el tirón de nuevo. El tema es que las excusas no funcionaban conmigo.

 Una vez que ella salió en búsqueda de su amado aire, me deslice entre mis sentidos oscuros hasta desparecer de la dichosa reunión. Podrían llamarme la atención después.

Demetria, por su parte, no deseaba estar allí. Y yo no podía estar mas de acuerdo.

La vi en una esquina, acariciando las flores favoritas de la tía Elian. 

──Néctar. 

Demetria me miró.

── ¿Que?

──Las flores que estás tocando producen Néctar, es una bebida dulce, lo suficiente para empalagar. Papá dijo que era recomendable no beberlo.

── ¿Por qué?

──Porque no recordarías nada al día siguiente.

──Necesito una dosis.

──Tal vez, aunque seguirás viéndote hermosa.

La joven albina se giró encarando a aquel sujeto, un ilyrio casi entrenado, sonrió con suficiencia.

──Pero miren nada más ──la albina se cruzó de brazos ──. ¿Acaso el niño de papá no sabe mantener la boca cerrada? Seria lo más lógico, porque para que tu padre te de ese consejo es porque sospecha. 

Nyx se acercó colocando sus manos detrás de su espalda.

──Tal vez.

── ¿Tu también lo sientes, Nyx?

Sonreí. Tire de sus mechones blancos detrás de sus puntiagudas orejas mientras me deleitaba por la cercanía. Necesitaba besarla, tenerla en mis brazos. Estaba dispuesto a descubrir que ocurría en esa hermosa tormenta protectora de la mente de su amado copo de nieve. Y era muy amado, al menos por mi.

── ¿Sigues perdiendo el aire cuando lo sientes? ──pregunté quedándome a su lado.

Demetria se lo pensó por un momento.

── ¿Debería responderte con sarcasmo o demostrándotelo? ──ella lo miró, estirando sus brazos a los lados.

Nyx sonrió. Imitó su accionar, y espero.

── ¿Puedo pedir la acción?

──No.

Típico de mi copo de nieve, negarse a mis besos.

──Aún lo siento, y es tan doloroso como deseable ──el ilirio rio entre dientes, pero ella se giró a verlo con enojo ──. Nunca sabré porque ese tirón me deja sin aire, odio mentirle a mis padres.

El joven ilyrio tomó sus manos, dejando besos en sus nudillos, para luego ver como ella las retiraba inmediatamente. 

──Encontrarás las respuestas a tus problemas pronto ──contestó risueño, sin embargo, un frío helado congeló sus venas.

──Copo de nieve...

──Demetria para ti, Nyx ──amenazó mientras su puño se mantenía apretado con fuerza, tomó la camisa del joven para dejarlo a su altura ──. Vuelve a besarme, y serás una jodida estalactita que colgará de mi reino de hielo.

El muchacho, a pesar de estar congelándose hasta los huesos, le dedicó una sonrisa.

──Mientras pueda verte ──sus orbes obsidianas la estudiaron──. Cumplirás mis sueños, copo de nieve.

Demetria lo golpeó en el estómago, apretando con fuerza sus dedos, un crack era lo más cercano que Nyx pudo sentir luego de morderse la lengua.

──Copo de nieve, serás tu, degenerado.

── ¿Ahora que he dicho? ──la mire, mientras ella se sonrojaba, desviando su mirada.

──Nada.

── ¿Entonces?

── ¿Entonces, qué?

Sonreí.

── ¿Entonces por que no me dejas besarte para calmar tu hilarante dolor?

Demetria se acercó a mi, quito el efecto congelante que tenía atrapada a mis alas, quienes parecían quejarse, entonces cuando ya estábamos lo suficientemente cerca, estampe mis labios contra los de ella. Se movían con desesperación frenética, sin embargo, una voz le hizo separarse rápidamente.

──Demetria ──Kallias llamó a Demetria, en un tono firme, avisando que hora de irse. Una parte de mi, no estaba contento. 

──Enseguida voy, padre ──contestó la chica mientras se giraba a ver a Nyx ──. Me encargaré de ti más tarde.

Con gusto, cariño.