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𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓
el cuento de la princesa.

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Mi cuerpo descansaba debajo de aquel tronco, a mi lado había una bolsa donde podía diferenciar un poco de ropa, pinceles, frascos de pinturas, y algunas cosas que eran de vital importancia. Comencé a moverme, sintiendo la respuesta de un entumecimiento, y el gran decorado en tonos rojizos en el suelo. Me estaba desangrando. Negué, levantándome con decisión hasta tomar la bolsa, arrastrándola con mis fuerzas restantes las cuales se acabaron cuando la puerta del fuerte se abrió y susurrando un simple pedido de ayuda, Aster salió en mi favor, mientras que Rooney soltaba maldiciones buscando algo para frenar la sangre de mis heridas.

"Puede descansar, mi señor". Oí a mi poder susurrar, porque entre suspiros, gritos y caos, solo recordé la viva imagen de la reina de hielo en mis brazos. 

── ¡Nyx! ¡Hey, idiota! ──le llamó Rooney asustado mientras lo curaba con una rapidez que Aster desconocía.

──Gritándole no nos llevará a ningún lado ──aseguró el bicolor.

──Quedarte parado como dama de compañía tampoco.

── ¿Dama de compañía? ──preguntó el bicolor, enfadado ──. Debemos traerlas, y traerlo, por muy poco que Nyx no desee verlo, es el único que es capaz de resolver esto. 

──No, me niego a traerlo. Si Nyx lo ve cerca de quien tu sabes quién, entonces no quiero imaginarme una versión de ti apretado hasta las...

──Ya entendí. ¿Lo buscas tu, o yo?

──Pues tu ve, yo prepararé... Bueno ──Dirigió su mirada a Nyx, y luego a su amigo──. Yo te espero.

Mis parpados pesaban, la mirada se volvía borrosa mientras el cálido sonido del crepitar del fuego me hacia sentirme como en mi hogar, al cual ya no puedo siquiera colocar un pie. Sentí un paño frío en mi frente, pero al despertar, un par de manos me detuvo mientras la preocupación adornaban su mirada glacial. Demetria. Ella estaba...

──Demetria... ──susurré, ignorado mi condición.

──Ya era hora de que despertaras, bello durmiente.

──Ogh... ──negué tomando mi cabeza con mis manos, seguramente estas eran las consecuencias de usar mi poder ──. ¿Cuánto llevo dormido?

──Cinco horas.

──Mierda.

── ¡Nyx! 

── ¿Qué? ──pregunté divertido.

──Cuida esa boca, "señor de la oscuridad".

──No, no ──negué, mareándome ──. Aquí el único señor de la oscuridad tiene quinientos y pico de años, y es un...

──Lo tomaré como una buena recuperación.

Me detuve. ¿Qué acaba de decir?

──Disculpa cariño, ¿podrías repetir eso de nuevo?

── ¿Estás sordo? ──preguntó de la nada ──. Lo tomaré como una buena recuperación.

¡Maldita sea! ¡Ese bastardo..!

── ¿Quién lo dejó pasar? ──murmuré tenso.

── ¿De quién me hablas? ──preguntó confundida.

Sentí mi poder arder con mas fuerza, tensé mis brazos hasta que di con el rostro de mi amada copo de nieve. Tomándola en mis brazos, acariciando sus mejillas con delicadeza, decidí preguntar lo que más me preocupaba. 

── ¿Él te tocó?