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❪𝟳𝟮❫ ; 𝗵𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁𝘀 𝗮𝗹𝗹𝗶𝗮𝗻𝗰𝗲.

❪ARC THREE; DEMONS
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CAPÍTULO SETENTA Y DOS:
HEIGHTS ALLIANCE
❛todos juntos❜

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©Shanxlabyx
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EL REFLEJO DEL ESPEJO SEGUÍA TODOS SUS movimientos, sus manos terminaban de atar el lazo que sostenía su cabello, analizando en el reflejo y confirmando que sus coletas estaba bien, caídas sobre sus hombros pero sostenidas por los listones blancos que usaba para combinar con su uniforme de la academia U.A.. Pasó un mechón de cabello por detrás de su oreja, admirando cada detalle de ella misma en el espejo, ladeando y moviendo su rostro de un lado a otro.

Pasó sus dedos sobre sus mejillas, procurando no tener ningún cabello encima de su rostro o alguna mancha de su piel, y cuando giró su rostro para el lado izquierdo, se quedó viendo el reflejo de su lado derecho en silencio, cambiando su mirada ligeramente. Sus dedos pasaron por su mejilla hasta llegar al borde de su cicatriz sobre su piel que sobresaltaba por su tono de piel más oscura, rozando las yemas de sus dedos por la zona áspera y rasposa de su piel.

—Imōto, ya vámonos. —escuchó el llamado de Takeshi desde fuera de su habitación, sacándola de sus pensamientos.

—¡Oh, ya voy!

Soltó un pequeño suspiro luego de vociferar lo suficientemente alto para que su hermano mayor escuchara y a su vez darle a entender que ya estaba lista para salir. Se giró y tomó el suéter gris que había dejado a un lado, volviendo a colocarse enfrente del espejo. Se quedó una vez más totalmente quieta viéndose a si misma en aquella superficie reflectora, agachó su mirada y vio sus brazos descubiertos por su reflejo, sus manos se contrajeron un poco, apretando la tela de aquella prenda por ver las marcas de sus antebrazos al usar la camisa de mangas cortas del uniforme, sintiéndose dudosa. Luego respiró con fuerza para calmarse y comenzó a colocarse el suéter con cuidado, abotonándolo casi completo, dejando a la vista su corbata roja.

Sostuvo el suéter con un pequeño deje de determinación mientras se veía a si misma, su rostro era firme, recordando lo tan emocionada que llegó a estar el día que iba a empezar clases en la Academia hace aproximadamente cuatro meses, viéndose sonriente y feliz. Por unos segundos en su reflejo se vio la Hatsulin de ese entonces acomodándose la corbata y abotonando el abrigo del uniforme, sin dejar de sonreír. Poco a poco aquel reflejo se distorsionó y ahora se ve a la Hatsulin actual, con una expresión expectante, con su uniforme bien puesto, usando un suéter en vez del abrigo o la camisa de manga largas para cubrir sus brazos

No estaba sonriendo, pero no parecía especialmente molesta o triste, sólo era atenta, expectante a su propio reflejo que se veía prácticamente igual, pero al mismo tiempo diferente. Podía darse de cuenta que la mirada no era misma, había ese algo que lo hacía distinto a la mirada de antes. Eso la hizo suspirar una vez más y se giró, para poder tomar sus cosas y dirigirse a la puerta.

—¡Imōto! —Takeshi una vez más exclamó de manera insistente desde la puerta de la casa, impaciente porque su hermana no bajaba.

—¡Ya voy! —contestó un poco reprochante por sus insistencia mientras se colocaba el bolso, bajando rápidamente por las escaleras.

El pelirrojo mostraba atención en su hermana y luego bufó mientras sostenía la puerta para ella, Gie estaba a un lado de Eiko quien veía con una sonrisa a su hija más pequeña y a su hijo varón presente. Hatsulin le dió un rápido abrazo a la más alta, despidiéndose de ella y de Gie y Kiki para poder irse apresuradamente hacia fuera de la residencia en donde los esperaba una vez más Sosuke como casi todas las mañanas de clases, aunque podría ser la última vez que los lleve de casa a la academia.

Hatsulin trotó hacia él y el carro que los esperaba mientras Takeshi caminaba con más calma, observando incluso como su mochila se movía por su apresurado paso, provocando que el llavero de All Might que colgaba allí se moviera de un lado a otro.

Ahora ambos se dirigían a la academia U.A., listos para comenzar a vivir allí y quizás comenzar una nueva etapa.

Hatsulin iba dispuesta hacia la academia número uno de héroes en Japón, en donde comenzaría su estadía en los dormitorios.

CAMINABA JUNTO CON SUS AMIGAS Y SUS DEMÁS COMPAÑEROS mientras eran guiados por su maestro principal y el que estaba a cargo de todos ellos, podía escuchar como todos sus compañeros hablaban entre si de manera amena, mencionando una y otra vez lo emocionados que estaban por la idea de vivir todos juntos, aunque esa idea se estaba haciendo realidad justo ahora. Hatsulin sonreía ante las palabras de Mina y su emoción, riendo por las ideas locas que pasaban por su cabeza y la pijamada infinita que podrían tener si se las arreglaban para pasar todas las noches juntas.

—¡No puedo esperar para ya ver como son los dormitorios! ¡Caminemos más rápido! —chillaba emocionada Ashido mientras trotaba enfrente de todos al acelerar el paso, casi quedando a la par que Aizawa quien los dirigía al lugar.

—Literalmente ya llegamos. Duramos cinco minutos caminando. —menciona Sero con diversión fijándose en la actitud entusiasmada de la pelirrosa, corriendo enfrente de todos como si fuera urgente. Varios rieron por eso cuando fueron deteniéndose enfrente del enorme establecimiento. El chico miró a su lado donde estaba Hatsulin, mirando hacia Mina—. Pensé que Hatsulin sería la más emocionada. Me la imaginé empujándonos a todos.

La pelirroja pestañeó varias veces cuando la mencionaron, alzando la mirada con un muy ligero atisbo nervioso de que mencionaran indirectamente su ánimo. Sonrió a ojos cerrados, riendo un poco.

—Si estoy emocionada, pero no quiero que Aizawa-sensei me regañe por estar tan intensa. —se excusó, aunque tampoco era mentira. En el fondo se pudo ver como este mismo estaba enfrente de Mina con sus brazos cruzados y ella agachaba la cabeza apenada y regañada, había querido ir directamente hacia la puerta del establecimiento—. Si tanto quieres que te empuje, está bien. En un momento lo hago, Sero-kun.

—No, gracias. Así estoy bien. Me empujas y voy de cara al suelo y no quiero eso. —menciona con un leve atisbo nervioso pero divertido, correspondiendo la sonrisa que le dio la más baja.

Hatsulin giró hacia enfrente en donde se había puesto su maestro luego de hacer a Ashido bajar los escalones un poco desanimada por haber sido regañada y colocarse entre ella y Jirō. La pelirroja le dio una pequeña palmada en la cabeza a su amiga de esclerótica oscura para tratar de animarla y a su vez tratar de no continuar sintiéndose tensa por la fija mirada que tenía justo en su nuca, haciendo que su sonrisa se tensara un poco.

❛Siento un inevitable deja vu con Bakugō-kun mirándome así...❜ fue lo que pensó la chica de la cicatriz mientras tenía pequeñas imagenes simultáneas de los tiempos donde comenzó a ignorarlo y evitarlo a toda cosa. Una pequeña gota de sudor resbaló por su mejilla y casi de inmediato se evaporó por el contacto con su piel caliente al sentirse un poco nerviosa. ❛No pensé que se tomaría mal que no le contesté.❜ suspiró imperceptiblemente, recordando.

«Fue el mismo día que las chicas fueron a visitarla, pasando toda el día con ella, bromeando, viendo peliculas y comiendo. Estaban esperando a que las palomitas terminaran de cocinarse en su habitación, con la película ya lista para reproducir. Hatsulin esperaba que su telefono terminara de encender y finalmente ver de que tanto se perdió, sus ojos dislumbraron como las notificaciones se dispararon como locas, subiendo una sobre la otra. Recuerda revisarlas por encima, mirando los mensajes que casi toda la clase le envió, aunque una en particular le llamó la atención.

Conversación con Bakugō❤️

12 mensajes sin leer

Jueves

«Oye»

«Todos andan locos porque no das señales de vida»

«¿Dónde estás?»

11:04

Viernes

«Pirómana»

«Hasta mis viejos andan preocupados porque desapareciste de repente»

«Oye»

10:23

«Odio admitir esto, y ni se te ocurra decirle a alguien, pero estoy tan acostumbrado a tus bobadas que no es el mismo bullicio con los demás tontos sin que estés tú»

13:10pm

«Al menos dame una señal de que sigues viva»

16:11pm

Sábado

«No tengo idea de que haces o como estás, pero trata de dormir como se debe»

«Tienes ese mal hábito de no dormir»

«Y eso me molesta»

«Duerme, Pirómana»

19:58pm

Se quedó mirando por varios segundos el chat de hace varios días, siendo el único que abrió inconscientemente entre todos los demás que habían allí. Sus ojos no se movían de las palabras que había escrito su amigo enojón a quien no veía desde lo de Kamino, haciendo que algo se revolviera en su interior. Miró el último mensaje que le envió mientras atraía poco a poco sus piernas contra su pecho, entrecerrando sus ojos. Se quedó en silencio mientras su dedo vacilaba en tocar el campo de mensaje y contestarle, pero luego se arrepintió y agachó la mirada junto con su telefono.

En eso, este mismo vibra y se escucha el sonido de la notificación.

Lo alza casi de inmediato y la pantalla encendida se refleja contra sus ojos, reflejando la conversación que estaba mirando justo ahora, casi ignorando a su alrededor. Sus cejas se levantaron un poco mientras observaba la pantalla, completamente callada.

Conversación con Bakugō❤️

Tres mensajes sin leer

Ahora

«Pirómana»

«Si sigues viva»

«¿Qué diablos te pasó?»

Hatsulin se quedó en silencio mientras observaba los mensajes que justo en ese momento le envió, como si de alguna manera había estado pendiente de la conversación o si ella le haya contestado y visto sus mensajes. Casi entró en un pequeño pánico, apretando los labios y saliéndose inmediatamente de la conversación y de la aplicación Line, dejando el telefono a un lado con la pantalla contra la cama y apretando sus manos. Se quedó mirando a la nada como si reflexionara y suspiró, alzó la mirada cuando Takeshi llegó con el tazón de palomitas listas, desviándola de lo sucedido.»

❛Entraba en pánico cada vez que intentaba entrar al chat, sin saber que decirle❜ pensó para si misma aún con una sonrisa algo tensa y nerviosa, apretando levemente las mangas del sueter recordando ahora las veces que tomaba el telefono, abría la conversación y se quedaba en blanco. Vagaba por su alcoba (ya estando sola), caminaba en circulos y pensaba en contestarle, siempre quedándose estática y posponiendo su respuesta siempre. ❛Si fue grosero dejarle el visto, fue al único que no le conteste de los demás... Pero mi mente se quedaba en blanco❜

Giró ligeramente su rostro hacia atrás sobre su hombro, dirigía disimuladamente su mirada hacia detrás de todos sus compañeros en donde estaba Bakugō, algo alejado. Este la miraba con atención y un pequeño puchero en sus labios, viéndose una mezcla de molesto y de alguna manera analítico, mostrando cierto gesto de sorpresa cuando se dio de cuenta de su mirada. Hatsulin ladeó un poco su cabeza y sonrió con un poco de timidez y levedad, alzando y moviendo ligeramente su mano en un gesto de saludo. 

Katsuki alzó sus cejas aún manteniendo la leve mueca en sus labios, se quedó sin hacer nada hasta endurecer la mirada, pareciendo gruñir y desviar la mirada hacia un lado, ignorando su gesto y abultando un poco más sus labios en aquel puchero molesto que tenía. Tsubomi continuó mirándolo en silencio y su expresión doblegó un poco, agachó la mirada y sólo cruzó sus brazos para girarse hacia Aizawa y simplemente dejarlo tranquilo y no molestarlo por ahora. Él, en cambio, volvió a mirarla de reojo cuando ella volteó el rostro para luego ver hacia su maestro cuando este comenzó a hablar.

—Por ahora, me alegra que pudiéramos reunir a la clase 1-A. —dijo Aizawa Shōta enfrente de todos los adolescentes, teniendo las manos en sus bolsillos y aquel porte serio que lo representaba.

—Todos pudieron venir, ¿eh? —dice Hanta de manera sonriente y a su vez aliviado por la idea de que todos estuvieran allí.

Hatsulin alza una vez más la mirada hacia el chico de alta estatura y agacha un poco la mirada, una ligera sonrisa apareció en sus labios por pensar y sentirse feliz de alguna manera que todos hayan podido estar allí, juntos. De alguna manera, la tranquilizaba, a pesar de tener la mente un poco en las nubes.

—Pudimos reunirnos gracias a los profesores. —toma la palabra la peliverde, mostrándose un poco triste—. Cuando ví la conferencia, pensé que los perderíamos.

—Si. —asiente Ochako justo a un lado de ella, afirmando y secundando sus palabras.

Su sonrisa decae un poco, Tsubomi comenzó a mostrarse pensativa mientras se iba cada vez más a las nubes de su mente, pareciendo perderse un poco y perder el hilo de la conversación. No pudo evitar recordar la enorme negación de su madre al comienzo de ir a esos dormitorios, sucesivamente viniendo a su mente dicha conferencia en donde mencionaron dicho detalle de su secuestro en su niñez. La verdad se preguntaba un poco como es que sus amigos no llegaron a mencionar algo al respecto.

—A mi también me sorprendió. —alza sus ojos azules cuando Eraser Head vuelve a hablar con seriedad—. Seguro que todos tuvieron problemas.

La chica aprieta un poco su mano derecha hasta contraer sus dedos, su piel emitió cierto calor por recordar ese detalle de los problemas que tuvo para poder convencer a su mamá. A la vez la entendía, si era sincera. En el lugar de su madre hubiera tomado la misma posición como madre de proteger a su hija y no permitir que saliera lastimada todo lo que pudiera, pero Hatsulin como adolescente con ideales y metas, a pesar de cada recaída que llegue a tener, estaba dispuesta a hacer lo que sea para poder cumplir uno de sus más grandes sueños.

Pensó ahora en su madre sin evitar sentirse un poco mal por ella por el hecho de que prácticamente se iba a quedar sola en casa luego que de un solo tirón dos de sus hijos se vayan de casa a vivir lejos de ella, al menos agradecía que no iba a estar completamente sola al tener a Gie y a Kiki para acompañarla, agregando del par de empleados que tenía en casa. Realmente le sorprendió como su madre, Todoroki Eiko, logró encontrar una gran casa e incluso ya tener ayudantes.

—Hablaré sobre los dormitorios, pero primero... —el héroe vuelve hablar, haciendo una pausa algo enigmática—. Debemos concentrarnos en otorgar las licencias provisionales que pensábamos darles en el campamento.

—Si, hablaron sobre eso. —habla Satō secundando y confirmando las palabras de su maestro.

—Pasaron tantas cosas que lo olvidé. —menciona Mina con un poco de pesadez.

—La idea principal era que después del campamento nos entregarían las licencias. —dice Hatsulin de manera un poco pensativa, recordando que al comienzo del campamento dijeron esas mismas palabras.

Cómo Mina había dicho, habían pasado tantas cosas que se le olvidó por completo.

—Es importante. Escuchen. —Hatsulin vuelve a prestarle atención a su maestro cuando escucha esas palabras—. Kirishima, Yaoyorozu, Todoroki, Midoriya, Iida. —nombra uno por uno, provocando cierta tensión en los nombrados—. Esos cinco fueron esa noche a salvar a Bakugō y a Tsubomi. —el ambiente se vuelve un poco más tenso, y no sólo los nombrados mostraron curiosas reacciones, casi toda la clase en general reaccionó de manera peculiar—. Sus reacciones me dicen que al menos estaban enterados.

La ojiazul no evita mirar hacia los nombrados, observando igualmente a sus demás compañeros y fijarse que expresiones tenían todos. Pudo darse de cuenta a simple vista que estaban nerviosos y un poco conmocionados por la mención de ese rescate, frunció un poco las cejas cuando cayó en cuenta de ese detalle. Mira a Momo a su lado que también estaba nerviosa e inquieta y luego ve a sus demás amigas. La verdad nunca se le pasó por la cabeza si sus amigos actuaron con ayuda de los maestros o por cuenta propia, pero ahora que lo piensa, es más lógico que hayan actuado por si solos.

—Haré de lado varios asuntos y diré esto. —EraserHead abre sus ojos con una mirada que puede considerarse intimidante, mirándolos a todos—. Si no fuera por el retiro de All Might, habría expulsado a todos menos a Bakugō, Tsubomi y Jirō.

La pelirroja pudo darse de cuenta de la inmediata tensión y sobresalto que todos tuvieron por esas simples palabras. Parecía ser un día lleno de deja vu, justo el primer día de clase con él dijo esas mismas palabras de si alguno quedaba de último en la clase sería expulsó, aunque esa ocasión fue una mentira y hasta broma necesaria para obligar a todos dar todo su potencial en vez de tomárselo a la ligera. Pero, considerando la mirada incluso fulminante que su maestro les lanzaba, estaba hablando más que en serio. Hatsulin a pesar de estar asegurada de que no sería expulsada, no evitó sentir un pequeño calambre en sus hombros.

❛Que feo... Creo que Aizawa-sensei es una de las pocas personas a la que le tengo miedo❜ sonrie Hatsulin con un toque de nervios por lo tan serio que estaba hablando su maestro, metiendo las manos en los bolsillos de su suéter y apretándolas en pequeños puños.

—Los cinco que fueron, pero también los doce que sabían y no los detuvieron traicionaron nuestra confianza sin importar la razón. —continua hablando, Hatsulin traga un poco de saliva por lo algo tensa que se puso a pesar de no tener nada que ver en los posibles expulsados—. Agradecería que siguieran los procedimientos y actuarán bien para recuperar esa confianza. —todos estaban completamente en silencio, intimidados por su sermón—. Es todo. Bien, entremos. Anímense.

Que alentador...❜ piensa con algo de sarcasmo y cierta ironía, le dió algo de gracia que su maestro haya amenazado prácticamente a sus demás compañeros y luego terminara con esas palabras en concreto, como si fuera una cosa cualquiera lo que dijo. Miró a sus amigos, notando todas sus expresiones desanimadas. Se quedó en silencio, comenzando a sentirse un poco mal por ellos y se sintió responsable del sermón que habían acabado de recibir.

Suspiró un poco, teniendo algo de pesadez en su accionar. Se encaminó un poco más enfrente de sus compañeros quienes seguían aún bastante desanimados, se giró y les dió una enorme sonrisa a todos.

—¡No pongan caras tristes! —soltó con ese tono animado que la caracterizaba, atrapando casi al instante la atención de todos—. Todo estará bien, compañeros. Vamos a vivir todos juntos y vivir muchas más experiencias. ¡Eso es emocionante! —aprieta sus puños a la altura de su pecho y comienza a agitarlos de arriba hacia abajo con emoción y rapidez—. ¡Yo estoy muy feliz, estén felices también!

—Es fácil para ti decirlo, no tuviste el riesgo de ser casi expulsada... —dice Satō un poco desanimado, sonriendo de lado mientras la veía, aunque era una sonrisa un poco nerviosa.

—¡Pues hay que esforzarse y dar todo de nosotros! —respondé la pelirroja mientras dió varios pasitos algo salteados, mostrándose sonriente—. Todos son maravillosos y sé que podrán lograr lo que sea, ¡así que sonrían y mantengan la frente en alto! ¡Ánimo, ánimo!

❛Volvió a ser la misma de siempre. Que cálida❜ la mayoría pensó a la par con una expresión apacible al escuchar las alentadoras y dulces de parte de la pelirroja de la clase quien ahora se comportaba con aquel ánimo algo intenso que la caracterizaba. Provocó que las expresiones de los demás comenzó a volverse un poco más animadas mientras Hatsulin continuaba tratando de hacerlos sonreír, en cambio, desde su lugar Bakugō parecía un poco perdido en sus pensamientos cuando escuchó las palabras de la chica, precisamente «mantengan la frente en alto», pareciendo incluso un poco sorprendido que dijera esas palabras en concreto.

Tuvo el flashback de la feria en dónde él mismo le había dicho aquellas palabras, le provocaba un pequeño revoltijo en su estómago que pareciera haber dicho las mismas palabras. No supo si lo dijo por su personalidad junto con su intención de animarlos a todos o en referencia a lo que dijo, sólo se abstuvo a mirarla con una expresión un poco más suave que con la que la miraba anteriormente. Observaba como tomaba las manos de Tokoyami y las subía de arriba hacia abajo como una niña pequeña, tratando de hacerlo sonreír siendo casi un intento inútil con él, pero podía darse de cuenta que los demás ya sonreían un poco más gracias a ella.

Respiró hondo y miró de reojo hacia Kirishima notando su muy leve sonrisa pero teniendo una mirada aún un poco insegura, miró hacia Tsubomi una vez más y luego cerró sus ojos.

Oi. —Bakugō pasa justo al lado de Kaminari, tomándolo de la camisa. Este inmediatamente se sobresaltó.

—¿Qué? ¡No! —se queja este confundido y conmocionado por su repentino secuestro.

Todos miraron en silencio como Katsuki se llevaba a Denki para detrás de la arboleda de arbustos que había en la entrada, jalando al último de golpe quien exclamó por su accionar. Sin poder cuestionar el por qué el cenizo se llevó a su compañero, un resplandor junto con chispas eléctricas vino de allí, sobresaltándolos inmediatamente. Hatsulin se quedó en silencio y un poco paralizada por ver aquella escena, pestañeando varias veces con una sonrisa y pensando si debía preocuparse por ver cómo primero Katsuki se lo llevó a rastras para ver cómo activaba su quirk de repente.

Al segundo se pudo ver cómo en un parpadeo apareció Kaminari Denki, ni nada más ni nada menos que con aquella expresión atontada que obtenía cada vez que usaba su quirk al máximo. La ojiazul sonrió casi de inmediato por la graciosa imagen, escuchando como Kyōka fue la primera en comenzar a aguantar la risa al ver su estado y como movía sus pulgares de adelante hacia atrás como solía hacer. Poco a poco todos comenzaron a carcajearse sin evitar la risa que les generaba ver a Denki de esa manera, aunque la que más reía era la de los cables en sus orejas.

Hatsulin sonreía con ligereza y con cierto alivio, miró hacia el rubio del mechón eléctrico para luego pasear su mirada hacia sus demás compañeros y ver las sonrisas y expresiones que todos tenían. Una sensación cálida y de satisfacción se instaló en su pecho por verlos a todos sonreír y reír luego del momento un poco tenso que generó su maestro por su muy serio sermón, poco a poco fue sonriendo más y sintiéndose cada vez más feliz y contenta por verlos a todos felices.

—¿Qué? ¿Qué hizo Bakugō? —dice Sero divertido y soltando una ligera risa.

La chica ladeó un poco la cabeza y buscó con la mirada a su amigo de cabellos rubios y picudos por ser el responsable de las risas de todos sus demás compañeros, sonrió un poco más mientras lo veía observar en silencio a la clase A reír. ❛Quiso animarlos también❜ pensó ella mientras sus ojos se achinaban, sus mejillas tomaron un muy ligero tono carmín sonriendo un poco más.

Escuchaba aún las risas de sus compañeros por ver a Denki es su estado más tonto, no evitaba reír con ligereza por aquello pero teniendo una sonrisa un poco más ligera, ya que estaba observando en silencio hacia Eijirō y Katsuki que estaban más alejados de los demás, ladeó mientras veía la escena curiosa de ver cómo el rubio parecía darle dinero. Frunció el ceño y miró hacia Kaminari pensando que le robó dinero cuando se lo llevó detrás de los arbustos, se sintió un poco conmocionada y a su vez confundida de la idea de que lo extorsionó.

Siguió con la mirada al cenizo cuando este se fue encaminando hacia la puerta a zancadas, pasándole por el lado. El chico no evitó detenerse a su lado y voltearla a mirar confundido de que lo mirara con cierta sospecha. A pesar de que sentía ligera molestia respecto a ella, entrecerró sus ojos.

—¿Qué? —escupe, exigiendo el por qué de que lo mirara.

—¿Extorsionaste a Kaminari-kun? —pregunta la más baja, ganándose un pequeño bramido.

—¡Por supuesto que no! ¿Por qué Kirishima y tú pensaron eso? Le dí dinero porque se gastó su mesada en unos lentes de visión nocturna por Kamino. —se queja un poco exasperado mientras cruzaba sus brazos, mirando de reojo hacia el pelirrojo quien exclamaba emocionado.

—¡Lo siento! ¡No lo compensará, pero vamos por Yakiniku con este dinero! —exclamó Eijirō mientras alzaba el fajo de billetes con emoción, recibiendo una animada respuesta de todos.

Hatsulin miraba hacia sus compañeros que se emocionaron el doble por la invitación del chico del quirk de endurecimiento, habiendo mucha más felicidad en el aire. Se quedó en silencio y sonrió un poco para volver a mirar hacia el ojirojo quien miraba hacia ellos en silencio y su ceño fruncido.

—Espera, ¿se gastó su mesada? ¿Por Kamino...? —pregunta sorprendida la pelirroja para agitar sus puños de arriba hacia abajo con cierto reproche—. ¿Por qué no me dijiste? Podría haber puesto la mitad. ¡También tengo responsabilidad por ese gasto!

Katsuki la voltea a mirar con su ceño fruncido, lanzándole una mirada de molestia y casi ironía, Hatsulin se quedó en silencio y captó lo que quiso decir al mirarla, avergonzándose por sus propias palabras considerando que prácticamente lo ignoró cuando le preguntó cómo estaba y que le sucedió, agregando que fue tal vez el único a quien no le escribió nada más que dejarle en visto. Miró hacia un costado ahora sintiendo como su lengua se enredaba y como cuando pensaba en que escribirle, quedándose en blanco, pero suspiró y agachó la mirada.

—Al menos déjame darte la mitad ahora. —vuelve a decir la chica sin mucho ánimo, ya que sentía un poco cohibida—. Así no habrías perdido tanto dinero. Realmente también debería haberle pagado eso a Kirishima-kun, si hubiera sabido.

El rubio se quedó en silencio por varios segundos y desvió la mirada, Hatsulin pudo darse de cuenta que realmente estaba molesto por ignorarlo y se sintió mal, sobre todo porque no fue la primera vez que le hizo eso respecto a ignorarlo y casi evitarlo, aunque esta vez si pudo tener un poco más de consciencia en acercarse y hablarle, pero seguía sintiéndose culpable sabiendo que él se sentía mal de ser de alguna manera desplazado como si no importara, incluso diciéndoselo a la cara ya una vez.

—Bakugō-kun, yo... —comienza a decir la ojiazul con un tono bajo, pero él la interrumpe en un pequeño y rápido murmuro.

—Yo no quiero dinero.

La chica alza la mirada una vez más hacia él, mostrándose un tanto confundida. Se quedó mirándolo por varios segundos notando como miraba hacia un costado aún con sus brazos cruzados, Hatsulin lo miraba al rostro con sus labios algo apretados y un brillo un poco nervioso en sus ojos, mira hacia los lados unos segundos y abre la boca para decir algo.

—No te atrevas a decir que si quiero un abrazo, porque es obvio que no. —responde como si estuviera anticipando lo que diría, Hatsulin se encoge en sus hombros, sellando sus labios—. No necesito explicación de nada. Así que ya olvídalo.

—Bakugō-kun...

—Dije que no.

Hatsulin lo miró por varios segundos y agachó la cabeza con una pequeña mueca en sus labios, observó como sus compañeros comenzaron a entrar hacia los dormitorios bastante conversadores mientras seguían a su maestro que ya había entrado dispuesto a explicarles todo respecto a aquella estancia. Frunció el ceño con un poco de determinación, no dispuesta a dejarse ceder, así que alzó la mirada hacia él, mirándolo fijamente. Katsuki la miró cuando la notó y detuvo su disposición a seguir a los demás, miró sus grandes ojos azules y notó la mirada que tenía. Inmediatamente tensó su mandíbula y frunció el ceño.

—No te atrevas... —murmura con cierta amenaza al notar la intención de la más baja, sus ojos se afilaron con amenaza notando el pequeño paso que dió hacia él, tensándolo—. ¡Oi! ¿Qué te dije, pirómana? ¡No quiero nada... —e inmediatamente es callado cuando Hatsulin lo abraza con fuerza, apresando sus brazos a los lados y provocando una posición tensa en el chico quien puso sus ojos en blanco del enojo.

Se atinó a gruñir con una expresión molesta por tener a la chica abrazándolo, sus mejillas optaron un ligero rubor por su accionar, desde que la conoce es la primera vez que lo abraza de esa manera, dejando de lado las veces en las que ella se lanzaba y lo apresaba desde la espalda. Su cuerpo se encontraba tenso y un poco tembloroso mientras apretaba su mandíbula y la alzaba, como si no quisiera ver a la pelirroja que estaba con su mejilla en su pecho y prácticamente abrazándolo en contra de su voluntad, incluso apresando sus brazos en el proceso.

Mientras tanto, desde la puerta Mina estaba asomada de manera disimulada observando con una enorme sonrisa la escena, vapor salía de sus fosas nasales con emoción con chispas en sus ojos, justo encima de ella se asomaba la cabeza de Uraraka quien tenía una expresión emocionada. Los chicos las miraban confundidas por notar como parecían estar fijas en algo afuera en vez de observar el interior del establecimiento.

—¿Qué mierda haces? —volviendo a la escena, Bakugō cuestiono con un tono de voz tenso y molesto mientras Tsubomi seguía abrazándolo.

—Abrazándote. —dice con un poco de obviedad, aunque no era un atisbo burlón como suele serlo. Lo apretó un poco más y Katsuki se enderezó, sintiéndose nervioso internamente, sus orejas ya comenzaron a colocarse rojas—. Y disculpándome, pero quiero hacerlo bien, Bakugō-kun. No sería del todo ahora porque Aizawa-sensei después nos regaña por estar aquí afuera, así que quiero hablar contigo después.

El cenizo se quedó en silencio ante las palabras, aún manteniendo su mandíbula apretada mientras mostraba sus dientes ligeramente. Agachó la mirada en donde observaba la parte de arriba de la cabeza de Hatsulin, apretó sus labios y volvió a desviar la mirada.

—¡No tengo nada que hablar contigo! Si el sensei nos regaña, es por tu culpa, ¡tú eres la que me tiene aquí! —exclama como defensa el cenizo mientras temblaba ligeramente ante el estrecho abrazo de la ojiazul.

—Y tú no me has apartado tampoco.

El rubio se tensó una vez más por sus palabras, abriendo sus ojos en grande y mirándola con cierta perplejidad. Miró de reojo hacia la puerta y alcanzó a ver cómo las chicas se ocultaron rápidamente en su momento de observación, apretó su mandíbula y gruñó, sólo continuando con sus quejas silenciosas. Miró hacia otro lado con una expresión mezclada de enojo y una pizca algo incómoda, como si algo lo impacientara, pero tampoco la apartó. Hatsulin alzó la mirada de manera determinada y segura, observando el rostro de Katsuki quien al notar como lo miró, hizo lo mismo, aunque mirándola con molestia.

—Hablemos más tarde. ¡Sabes que soy mujer de palabra! —agita un poco su cuerpo apresado en sus brazos como una niña pequeña, sacándole un ahogado gruñido—. ¡Quiero hablar contigo! Sé que te debo una explicación por muy tonta que sea, pero quiero hacerlo.

El chico se quedó en silencio con una mirada un tanto airada, gruñó ligeramente y luego se zafó de su agarre, metiendo sus manos en sus bolsillos y volteando el rostro a la par que chasqueaba la lengua, aún teniendo un pequeño sonrojo en sus mejillas. No dijo nada por unos segundos y volvió a resoplar con cierta parsimonia, como si buscará controlarse.

—Lo que sea. —fue su respuesta haciendo que el rostro de Hatsulin se iluminara en una sonrisa emocionada—. ¡Ahora deja de distraerme!

—¡Muy bien! —suelta entusiasmada la chica mientras apretaba sus puños a la altura de su pecho, trotó emocionada hacia dentro de edificio en donde sus amigos veían todo curiosos, ahora con ella incluída y su enorme sonrisa.

El cenizo se quedó mirando hacia el suelo, justo enfrente de él dónde la pelirroja estaba anteriormente. Alzó la mirada hacia la dirección en donde ella se fue y su ceño fruncido se apaciguó ligeramente, volvió a respirar profundamente y se encaminó hacia dentro de Heights Alliance en donde se escuchaban a todos sus compañeros hablar y admirar todo, viendo incluso cuando entró como Uraraka se desmayó al estar tan impresionada de lo grande que era ese lugar.

A un lado de Shōji, Takeru miraba de reojo como Bakugō entraba en la estancia luego de que Tsubomi llegará bastante emocionada, notando incluso como el rubio estaba un poco más tranquilo que antes. Entrecerró sus ojos con ligereza mientras mantenía una expresión y mirada neutral, dirigió su mirada hacia Hatsulin notando como observaba con emoción el lugar, señalando todo tal cual una niña pequeña.

Oi, Takeru. ¡Hay balcones también! —lo llamó Sero con una sonrisa, sacándolo de su observación. El rubio de orbes destellantes lo miró y sonrió con tranquilidad.

I'm coming. —dice el chico con sus manos en sus bolsillos, yendo hacia él.

SUS OJOS ADMIRABAN EN TOTAL SILENCIO LA habitación en donde dormiría, ahora vacía y lista para decorarse como ella le apeteciera, teniendo ya los muebles y demás cosas que envió para que fueran instaladas, ella sólo debía desempacar y arreglar todo como le guste. Movió sus pupilas de un lado a otro y dejó largar un profundo suspiro mientras dirigía su mirada ahora hacia las cajas en donde estaban sus cosas, listas para ser abiertas y dejar surgir todo aquello que estaba adentro.

Un ronco ladrido la sacó de sus pensamientos, giró su rostro hacia un lado suyo en donde se encontraba Yuu, movió ligeramente su cola al momento que tuvo la atención de la humana. Los orbes azules de Hatsulin se conectaron con los ojos celestes del Husky, sonrió ligeramente hacia su amigo de casi toda la vida, notando como volvía a ladrar y repentinamente colocaba una posición de juego al saltar ligeramente y reclinar sus patas delanteras, dejando medio cuerpo hacia abajo mientras su cola se movía de un lado a otro.

—Si, Yuu-chan. Ya me pondré a desempacar. —comenta con un poco de aburrimiento y cierta diversión ante la exigencia del can de pelaje blanco, este continuó quieto y bufó, golpeando una de sus patas contra el suelo cuando Hatsulin se encaminó hacia la entrada del balcón—. ¡Que si, ya voy! Calma, anciano.

En respuesta, el husky se reincorporó detrás de la pelirroja y empujó con su cabeza la retaguardia de la chica, provocándole un pequeño respingo y sobresalto tanto porque casi se tropieza como porque Yuu haya hecho eso. Lo volteó a mirar un poco ofendida y a su vez sorprendida, recibiendo un fuerte bufido mientras golpeaba con su pata el suelo hacia la dirección de las cajas.

Hatsulin achinó sus ojos con un leve puchero mientras alizaba su falda del uniforme ya que recien había entrado a la habitación luego del tour de su maestro y como les explicaba todo del edificio de dormitorios.

—Está bien, no eres un anciano. Eres un perro-hombre bien formado y con muchos años de experiencia en la vida. —hace un pequeño gesto con sus manos, alzando sus cejas, como buscando su aprobación. Yuu agitó su cola y alzó una de sus patas como en una señal afirmativa a sus palabras, haciéndola sonreír para encaminarse otra vez hacia la ventana del balcón.

Puso sus manos en las perillas y abrió ambas puertas al mismo tiempo, dejando a la vista el paisaje del campus de la U.A. desde allí. Salió al balcón y miro hacia su alrededor mientras respiraba profundamente, disfrutando el ambiente fresco, a pesar que aún era época de verano, pero no en mucho se acercaría el otoño. Apoyó sus manos en el barandal, provocando que las mangas de su sueter se elevaran un poco y se dejara ver las marcas a los costados de sus muñecas aunque estaba más ocupada mirando a su alrededor.

Se quedó en total silencio, pensando en aquel repentino cambio en su vida diaria. Aunque la mayoría del tiempo (al menos, en épocas de clases) se la pasaba ocupada estudiando, entrenando y en la escuela, era algo extraño estar fuera de casa... la cual realmente era también nueva al ser que hace prácticamente dos semanas que se mudó para nuevamente irse a vivir a otro lado. Seguía siendo extraño y no sabía como tomarselo realmente, estaba feliz y le emocionaba vivir con sus compañeros y amigos, pero realmente era una experiencia extraña.

Apoyó su codó en el barandal para luego apoyar su mejilla en la palma de su mano, recargándose un poco y mirando algo pensativa su alrededor, viendo los arboles y arbustos que habían como llegando a captar a los lejos los demas edificios de dormitorios de las demás clases y secciones. Eso lo hizo pensar en Hitōshi y en el hecho de que le hubiera gustado que ambos estuvieran en el mismo edificio. Suspiró, entrecerrando sus ojos.

—Espero que no suceda nada más... —se dijo así misma al momento que su mirada perdió brillo, viéndose opaca. Luego, se escuchó el ladrido de Yuu desde dentro haciéndola sonreír—. Ya voy, Yuu-chan. Ya voy.

¡Be Hero ya llegó a las 50k vistas!
Muchas gracias¡! Lo amo mucho❤️❤️🥺🥺

Con este capítulo, ¡empieza el Arco de los dormitorios!
Uff, estoy muy emocionada con esto.
¿Ustedes no lo están? ;)
(¡RECTA FINAL DE BE HERO!)

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