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❪𝟳𝟬❫ ; 𝘆𝗲𝘀 𝗼𝗿 𝗻𝗼.

❪ARC THREE; DEMONS
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CAPÍTULO SETENTA:
SI O NO
❛palabra a palabra❜

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©Shanxlabyx
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LA TENSIÓN ERA PALPABLE EN EL AIRE. LOS DOS HÉROES profesionales se mantenían un tanto tiesos en sus lugares mientras sentían la fija mirada de la mujer enfrente de ellos; ella mantenía sus brazos cruzados alrededor de su pomposo busto mientras uno de sus dedos toqueteaba su brazo, manteniendo su mirada completamente fija y afilada hacia la dirección de ambos adultos. El rubio no evitó tragar un poco de saliva mientras se reacomodaba en el sofá, mientras que le azabache mantenía un semblante serio pero a su vez un tanto tenso.

El más grande tosió con ligereza mientras formaba una sonrisa algo nerviosa en sus labios, tratando de mantener la amabilidad en su semblante.

—Así que, ahora viven aquí, ¿eh? —el ex héroe número uno All Might tomó la palabra luego de un largo rato de silencio, miró hacia su alrededor mientras palmeaba levemente sus rodillas—. Es realmente acogedor. Tendrá que decirme quien es su decorador,  Eiko-dono.

La mujer de cabello rojizo no quitó en ningún momento el semblante en su rostro, pareció fruncir aún más su ceño y estrechar de manera amenazante sus ojos provocándole un leve temblor al rubio. Por un momento vio la imagén imaginaria de Endeavor justo a un lado de ella, la misma postura, la misma mirada; irónicamente era esperable, ambos eran hermanos y sobre todo mellizos. Literal entre los dos era la versión del sexo opuesto del otro, con la diferencia de que Todoroki Eiko tenía los ojos de otro color, pero definitivamente eran iguales.

Igual de intimidantes, y eso que Hikarimeki era conocida por su gentileza y amabilidad. Ahora parecía querer hacerlo cenizas con su quirk.

—Aquí venimos con té y dulces. —se escuchó otra voz femenina provenir de la entrada de lo que parecía ser la cocina; se pudo ver a una alta y bella chica de cabello naranja y ojos rojizos como su madre. Gie se encaminaba con una bandeja mediana con galletas mientras con su otro brazo cargaba a una bebé de cinco meses, chupando una de las galletas. Detrás de ella venía una de las razones de su visita, sosteniendo una charola de té; Tsubomi Hatsulin—. Espero que ambos prueben las galletas. Nuestra madre estuvo toda la mañana preparándolas a pesar de estar amargada.

—¡Oh, si! ¡Muchas gracias! —Toshinori en un método algo desesperado de salir de la tensión se inclinó a tomar una de las galletas una vez la pelinaranja la dejó en la mesa en medio de todos. Probó en un mordisco la galleta que tenían chispas de chocolate—. Wow, de verdad son muy deliciosas. Parece que sigues teniendo toque para la culinaria, ¿eh, Eiko?

Hikarimeki no dijo absolutamente nada ante la amigable pregunta y forma de sacar una conversación del ex símbolo de la paz, este mismo le resbaló una gota de sudor a un lado de su cabeza mientras que Aizawa Shōta comía disimuladamente una de las galletas, mirando hacia otro lado.

—Eiko-dono... —se rectificó en cuanto la forma de referirse a ella. Por mucho de que ella tuviera una gran belleza, era igual de intimidante que su hermano.

—Me da la impresión de que su hijo Takeshi no está aquí. —finalmente Shōta toma la palabra luego de un rato en silencio. En su interior, estaba tenso por la simple presencia y mirada de la Todoroki.

—Takechin está con su labor ayudando a los demás héroes por el incidente de Kamino. Ha estado desde temprano allá, el héroe con el que está afiliado lo solicitó. —dice Gie una vez se sentó a la izquierda de su madre quien seguía observando fijamente hacia los dos hombres presentes, a su derecha se sentó la segunda más pequeña de la familia mientras bebía una taza de café en su caso, manteniéndose en silencio—. Él quería quedarse, pero como dicen; un héroe debe cumplir su labor.

—Ya veo. —vuelve a decir Aizawa un poco pensativo mientras tomaba del té verde que les trajo la única joven de ojos azules. Miró a esta misma beber en silencio su café—. Veo que ya está mucho mejor, Tsubomi. Me alegra que ya haya mejorado. 

Hatsulin salió de sus pensamientos mientras pestañeaba varias veces cuando la nombraron, específicamente su maestro a cargo. Lo miró por varios segundos y se abstuvo a asentir ligeramente al tener sus labios pegados a la boquilla de la taza, pareciendo casi una niña bebiendo al estar tan silenciosa y haciendo esos gestos en respuesta. A ojos de Shōta parecía verse perfectamente bien, cuando fue a ver como se encontraba al enterarse que cuando la llevaron con la policia, a comparación de Bakugō, a ella la llevaron al hospital, estaba con vendas y se veía bastante cansada y demacrada. Aunque quizás lo primero era porque Recovery Girl estaba usando su quirk sanador en ella.

—¿Cómo te has sentido? —preguntó EraserHead interesado en su estado.

—Me encuentro bien, Aizawa-sensei. —respondió la adolescente con una pequeña sonrisa en sus labios. Se veía bastante tranquila a pesar de la costumbre de que ella está llena de energía. Aizawa no pasó esto por alto, aunque a su vez, se lo esperaba.

—Espero que All Might se encuentre mucho mejor. —finalmente, después de un largo rato en silencio; Eiko dijo con cierta severidad, aún sin cambiar la postura. El aludido pestañeó un par de veces cuando la pelirroja mayor habló hacia él, mirándolo de arriba abajo.

—¡Oh! Si, estoy bien. Mucho mejor en realidad. —dice All Might con una sonrisa aún un tanto nerviosa por la simple mirada de la Todoroki. Tuvo que suspirar con ligereza mientras veía su reflejo en el té que su estudiante le había traído, miró a esta misma en silencio observándola mirar de igual manera la taza de café que tenía en sus manos. La analizó por varios segundos notándola diferente, había algo en su mirada.

—¿Saben como está el otro chico? ¿Bakugō Katsuki...? —vuelve a cuestionar Eiko mientras su mirada se suavizaba con ligereza, mirando hacia su hija pequeña quien con una de sus manos acicaló al gran husky blanco que llegó con ellos y se puso a su lado, moviendo su cola—. ¿Él también está bien?

—Bakugō se encuentra a salvo y en casa. —responde en un suspiro Aizawa mientras mantenía aún aquel porte serio, aunque de por sí, la situación lo ameritaba—. Antes de venir hacia acá, visitamos su casa. Justamente su madre preguntó por Tsubomi y por cómo estaba. —Hatsulin elevó su mirada con interes al escuchar sus palabras, enderezándose un poco—. Te manda saludos.

La ojiazul continuó en silencio por varios segundos como si le sorprendiera aquellas palabras de parte de su maestro, sintió algo removerse en su interior una vez más por pensar tanto en Mitsuki y Masaru. Agachó la mirada una vez más y sus ojos se entrecerraron con ligereza, se mostraron un poco tristes, al menos por unos instantes. Se sintió extraña al respecto de que la madre de su compañero preguntara por ella, fue una mezcla de amargura y a su vez tranquilidad la que la recorrió. Sus manos emitieron ligero calor cuando apretó la taza de café en medio de ellas, sintió inconformidad.

—¿Qué fue lo que dijeron sus padres? —volvió a preguntar la Todoroki de sangre con seriedad, su expresión una vez más se endureció y mostró severa—. Sé muy bien que ustedes vinieron por la misma razón por la que han ido a la casa de todos sus estudiantes. Me parece bastante repentino que lo hicieran después de lo que fue prácticamente una tragedia. ¿Si está bien que All Might esté moviéndose tanto? 

—Tanto por responsabilidad como por ser aún su maestro también vine con Aizawa-kun a hacer las visitas a pesar de las circunstancias en las que estuve. —Yagi dice mientras agachaba la mirada con un poco de seriedad, suspirando un poco. Luego alzó su rostro y mostró una ligera sonrisa—. Gracias por su preocupación, Eiko-dono. Estoy mucho mejor de lo que parezco. —dice con cierto animo mientras movía un poco su brazo enyesado.

—Entiendo su alteración, señora Todoroki. Todo lo que sucedió fue algo que realmente no tuvimos previsto y no es la única madre que debe sentirse como usted. —Shōta comienza a hablar contestando poco a poco las preguntas que les había hecho, tratando de no alterarla. Como Toshinori, sentía que la mujer podría correrlo a patadas de la casa con sólo mirarlo, incluso cuando habló, endureció aún más su mirada—. Y sé que principalmente usted debe estar molesta, la U.A. se disculpa profundamente por todo. Por eso queremos asegurar por completo tanto a Tsubomi como a los demás estudiantes y convertirlos en grandes héroes.

—¿Por tercera vez? —cuestiona con cierta ironía la mayor, sin evitar sonar algo insolente debido a la misma rabia que sentía.

—Mamá... —Hatsulin dice con cierta incomodidad por la forma en la que habló, Eiko alzó su mano hacia ella para que no hablara.

—No, es la verdad. No es ni la primera ni la segunda vez que ponen en peligro a sus estudiantes, incluyendo a mi hija y a mi sobrino Shōto. Tengo todo el derecho de reclamarles. —escupió con molestia la de orbes rojizos, Hatsulin agachó su mirada con ciertos nervios mientras Gie sobaba la espalda de Kiki al haber comido anteriormente—. Confiaba que la U.A. podría cuidar a Hatsulin y mantenerla a salvo desde lo de U.S.J., si pudieron cuidar estos tres años a Takeshi. Con él no objetare nada sobre su idea a los dormitorios, además de que ya es su último año, pero me niego a permitir que Hatsulin vuelva a la U.A. y le suceda algo irremediable por su culpa.

El cuerpo de la ojiazul se tensó inmediatamente cuando escuchó esas palabras de parte de su madre, levantó su mirada casi de inmediato de manera conmocionada mientras su corazón se aceleró. El rostro de su hermana mayor se frunció un poco y desvió la mirada hacia otro lado cuando notó la expresión afligida y casi desesperada de su hermana menor, esta parecía sorprendida por las palabras de su madre. Aunque de por sí, desde que recibieron el mensaje de parte de la academia de las visitas que ellos harían a los hogares de los estudiantes, Todoroki Eiko no había conversado con ella, diciendo las palabras «hablaremos cuando ellos lleguen».

—Estoy consciente que lo sucedido no es realmente su culpa, pero ya es demasiado preocupante que esté sucediendo este tipo de ataques de los villanos de forma tan constante. Está claro que la Liga de Villanos tiene en la mira a la clase A. —Eiko, a pesar de la mirada algo suplicante de su hija más pequeña, continuó hablando, sin dar su brazo a torcer—. Y ya fue la gota que derramó el vaso que la liga se haya llevado a mi hija y haya aparecido como apareció. En algún otro ataque, tanto a ella como a los demás estudiantes, podría terminar peor. Y que Dios no lo permita, alguien podría morir. No estoy de acuerdo que los padres permitan esto, pero no puedo protegerlos a todos. Pude saberlo desde hace años cuando mi labor como héroe terminó, pero me voy a asegurar de proteger a mi hija como no lo pude hacer antes. —la pelirroja tembló un poco a la hora de hablar, la sola idea de lo que pudo haberle pasado a ella era lo que temía. Ya vivió una vez esa experiencia de preocupación y era horrible revivirla por segunda vez.

—¡Pero, mamá...! —reprochó con ligereza la de orbes azules por las palabras de su progenitora, su mirada mostraba su inconformidad y a su vez su cierta desesperación de que ella decidiera eso—. Yo puedo seguir estudiando en la U.A., ¡voy a estar bien!

—¡Has dicho eso varias veces atrás y mira como terminas! ¡Ayer te hicieron puntadas a la cabeza! —la menor se sobresalta ligeramente por la forma en la que su madre le alzó la voz, hizo un leve mohín incómodo por sus palabras, desviando la mirada hacia un lado—. Sé que eres muy necia referente a tu estado y seguridad y dices estar «bien» todo el tiempo, pero realmente no lo estás. De alguna u otra manera eres irresponsable contigo misma y tú salud, con todo. Yo no pude cuidarte como se debía, pero lo haré bien a partir desde ahora, y si no te vas a preocupar por tí misma, lo haré yo. Y sí eso significa que tú camino no es ser un héroe, entonces mi decisión es que no vuelvas más a la U.A. tomando en cuenta todas las circunstancias. —mira con severidad a su hija más pequeña quien mantenía su mirada agachada con cierta impotencia, pero no diciendo nada al contrario.

—Una vez más nos disculpamos por lo que hicimos pasar a su hija, realmente fue un descuido. Todos aquellos ataques no fue algo que prevenimos a pesar de tomar ciertas medidas. —Shōta una vez más toma la palabra, aún sostenía su rostro serio. Eiko lo volteó a mirar fijamente, Gie se levantó del sofá cuando Kiki comenzó a soltar pequeños quejidos por el leve escándalo, así que se alejó un poco—. Por eso le pedimos que nos de una oportunidad más y demostrar que podremos cuidar mucho mejor a Tsubomi. Tomaremos más medidas de seguridad y mantendremos a salvo, no sólo a su hija, si no también a Shōto y a Takeshi. Evitaremos que algo como esto vuelva a suceder.

—Ustedes no podrán evitar que vuelvan a llevarse a mi niña. —dice una vez más la pelirroja con impotencia y aflicción en su voz, Hatsulin miró de reojo a su madre mientras cruzaba sus brazos, aún teniendo una mueca—. Desde... desde lo que le sucedió cuando era sólo una bebé, no he podido estar tranquila. Y veo que no puedo estarlo, las mismas personas que lastimaron a mi hija siguen por allí y el incidente del campamento y el incidente de Kamino lo confirmó. Nada me asegura que esa gente deje de ir tras Hatsulin, ni aunque vaya a otra academia de héroes. No creo que mi corazón soporte una vez más que se la lleven, y esta vez, nunca volver a verla... —su voz tomó ahora un tono triste y afligido, agachando la cabeza. Parecía querer llorar por la preocupación que tenía.

EraserHead se quedó en silencio por unos segundos al notar el estado de la madre de dos de sus estudiantes, agregando de ser tía de uno más. Una de sus cejas tembló ligeramente por verla para luego mirar hacia su estudiante presente, esta se veía de igual manera cabizbaja mientras tenía una expresión disgustada pero a su vez algo triste y llena de inquitud. Por parte de Hatsulin, le provocaba amargura escuchar y ver a su madre de esa manera, sólo aumentando más la culpa que llevaba en su interior por saber lo preocupada que estaba.

El cruce de sus brazos se intensificó ligeramente cuando apretó más sus manos contra sus brazos, llegando a clavar sus uñas en la tela del sueter celeste que tenía puesto. Sus labios se apretaron y temblaron con ligereza, quería objetar, decir algo al respecto y darle argumentos a su madre de que no iba a volver a suceder, que iba a estar bien. Pero, hasta ese punto, no sabía que más decirle.

—Se refiere a lo sucedido en Nakano, ¿no es así?

Ambas pelirrojas miraron casi de inmediato cuando Toshinori Yagi dijo aquellas palabras en concreto, la expresión de cierta resignación de la menor se transformó en conmoción de que mencionara algo al respecto, mirando la enorme seriedad con la que el ex simbolo de la paz hablaba. Eiko alzó una de sus cejas con ligereza mientras con uno de sus dedos limpiaba las lágrimas rebeldes que trataron de escapar de sus ojos rojizos, ahora miraron en silencio y cierta acusación al héroe de escleróticas oscuras.

Luego, la Todoroki suspiró con pesadez, frotando la palma de su mano contra su rostro y sosteniendo el puente de su nariz.

—No preguntaré cómo lo sabe. Desde la emisión de las noticias de ayer, un reportero mencionó sutilmente eso. Y no tengo ni idea de como lo supo si yo me encargué de que todo al respecto se borrara luego de que volvió para que no interfiriera en su vida... —dijo con pesadez la de orbes rojizos, la de orbes azules miraba fijamente al héroe mostrando cierto miedo de que hablará de eso.

—Lamentamos mucho que su familia y la joven Tsubomi hayan tenido que vivir eso. Sobre todo usted, Joven Tsubomi. No puedo imaginarme lo que tuvo que vivir desde tan pequeña. —continua All Might mientras miró hacia la de orbes zafiros, esta parecía bastante inquieta, mirándolo con cierto temor e inseguridad—. Sobre todo me disculpo que de cierta forma lo haya vivido otra vez. Me disculpo de todo corazón no haber estado presente para evitar que al joven Bakugō y a usted les pasara eso, de verdad siento demasiada vergüenza conmigo mismo no estar para ustedes desde antes... —se inclina hacia abajo en una reverencia, provocándole un pequeño sobresalto a la de cabello rizado. Eiko pestañeó varias veces por verlo hacer eso—. Me disculpo profundamente.

—No se disculpe, All Might. No fue su culpa. —dijo con ciertas dudas e inquietud la menor presente en la sala; la pelinaranja se había ido a la cocina con Kiki, seguida de Yuu—. Por favor, no se incline. No es necesario.

—Si es necesario, joven Tsubomi. De verdad lamento mucho todo. Si hubiera estado desde un inicio con todos ustedes, nada hubiera pasado. Lo siento. —continuó en una inclinación de ciento ochenta grados, estando a nada de incluso tirarse al suelo y pegar la frente con la pared—. Por eso, señora Eiko, prometo cuidar a su hija y evitar que algo como esto vuelva a pasar. La escuela se encargará de mantenerla a salvo y ayudarla en su camino a ser un héroe. He podido observar y reconocer el potencial y disposición de su hija desde el incio, y, como a pesar de todo, del pasado, sigue manteniéndose de pie. 

Hatsulin observaba en silencio hacia el que sólo ayer era el héroe número uno de Japón, tuvo el flashback en donde él peleaba arduamente contra All For One a pesar de su apariencia, de su estado, terminando con la victoria en donde pudo mantenerse de pie hasta el final. Sus ojos estaban abiertos y atentos hacia él notando la postura aún de reverencia que poseía mientras que Aizawa lo miraba con atención y en silencio para luego ver hacia su dirección, notó la expresión expectante pero a su vez casi esperanzada y algo inquieta de la chica mientras sus ojos parecieron recobrar el brillo que casi siempre poseía.

Eiko miraba aún un tanto sorprendida la acción del ex héroe, y su sorpresa fue el doble cuando vio a EraserHead imitar la misma postura de All Might, estando ambos en una reverencia casi completa hasta el suelo enfrente de ella. Su ceño fruncido tembló ligeramente mientras mantenía el mentón en alto, expectante a la postura de los dos héroes que pedían insistentemente que les permitiera hacerse cargo una vez más de su hija más pequeña, incluso dispuesto a hacer unos dormitorios en la U.A. para mantener 24/7 a los estudiantes seguros. 

—Por favor, permítanos guiar y cuidar a Hatsulin, permita que la U.A. la convierta en una heroína grandiosa en el futuro. —dijo ahora Aizawa en el mismo tono insistente que su colega quien, a pesar de no decir nada, estaba de acuerdo, ambos afianzando su reverencia a la par.

Los ojos de la menor presente en la sala se cristalizaron ligeramente por ver a sus maestros y héroes pidiendo de tal manera que ella continúe el estudio de heroísmo, entrecerró estos mismos mientras sus labios formaban un tembloroso mohín por la conmoción que la recorría por lo tan dispuestos e insistentes que estaban con que ella fuera a la academia. Sus manos se apretaron contra sus rodillas con cierta fuerza mientras los miraba con atención y casi aflicción, un nudo enorme había en su garganta.

La verdad, a pesar de que deseaba con todas sus fuerza volverse una heroína, llegó a pensar que la academia no querría que ella volviera, tomando en cuenta su relación en el pasado con Asahi Kaito.

Estaba equivocada. Ellos la querían siendo una heroína, querían que continuara.

Todoroki Eiko pudo darse de cuenta de eso mismo, miraba en silencio y con impresión y casi incredulidad de lo tan dispuestos que estaban con que su hija más pequeña continuara con aquella carrera, una carrera por la que ella misma había pasado cuando era una adolescente junto con Todoroki Enji hace mucho años, ejerciendo su labor como heroína. Se mantuvo en silencio recordando las veces en las que Hatsulin miraba emocionada a All Might en la pantalla, a Endeavor, a Kazuto cuando estaba en Japón, incluso a Takeshi cuando salía en televisión, siendo prácticamente ya un héroe profesional.

Recordaba sus bellos y grandes ojos azules destellar en emoción cada vez que lo veía, siempre diciendo con aquella vocecita suya lo tan increible que eran los héroes. Incluso, después de haber vuelto de Nakano, a pesar de los maltratos de Atsuko, la muerte de Yūta... A pesar de todo eso, mantenía su ideal de convertirse en una gran heroína en el futuro, una heroína que traería paz y protegería las sonrisas de otros.

«—¡Yo quiero ser un símbolo de la paz como All Might! ¡Hacer que todos sonrían! —había dicho Tsubomi Hatsulin con la edad de cinco años, desde entonces, nunca cambió de idea.»

—Levanten la cabeza, por favor. Dejen de hacer reverencia. —habló Hikarimeki con calma y a su vez seriedad, mirando fijamente hacia ambos héroes. Cerró sus ojos unos momentos cuando ambos hicieron lo que les pidió, aunque estando algo inclinados—. Prometen... ¿Prometen que van a cuidar a mi hija?

Hatsulin miró rápidamente hacia su madre ante aquellas particulares palabras, sus ojos un tanto cristalizaron brillaron en ilusión por lo que podrían significar, poco a poco dejando el semblante inquieto y conmocionado que tenía por las palabras de sus maestros. Miró a estos mismos quienes se enderezaron para estar mejor presentados.

—La U.A.... Nosotros aseguraremos a Hatsulin. Si, vamos a asegurarnos de cuidarla. —asintió Shōta con seriedad y firmeza, escuchándose bastante seguro en sus palabras.

—La academia se asegurará de cuidar a la joven Tsubomi y guiarla en el camino de un héroe. —secundó el simbolo de la paz con la misma seguridad y firmeza que su colega. Eiko se mantuvo en silencio por varios segundos, para luego suspirar profundamente.

La menor miró con cierta insistencia y esperanza a su madre por el silencio tan largo que estaba usando, trató de fijarse unos momentos con aquella rama de su quirk que le permitía percibir los sentimientos de otros; pudo darse de cuenta de las dudas que venían de su madre, agregando que el calor que usualmente desprendía estaba un poco más elevado de lo normal, aunque poco a poco comenzó a apaciguarse.

—Espero que realmente cumplan su palabra y cuiden a mi hija. —el brillo en los ojos de Hatsulin comenzó a intensificarse conforme veía a su madre. Eiko abrió sus ojos rojizos y luego los fijó en ambos hombres presentes—. No quiero que ella siga sufriendo más, sólo quiero que ella sea feliz. —miró hacia su hija menor con gentileza y a su vez algo de nostalgia, acariciando con suavidad su mejilla derecha, en donde más arriba estaba su cicatriz. Luego miró hacia los héroes con cierto deje amenazante—. Pero si le vuelve a suceder algo por la negligencia de la escuela, no dudaré en hacer acciones al respecto, ¿entendido?

—Puede tener seguro que mantendremos a salvo a su hija, al igual que a toda la clase. Su bienestar está encima de toda prioredad que yo tenga. Tanto a Takeshi como a Hatsulin los mantendremos seguros. —dijo una vez más el quirk de Borrado mientras sostenía finalemente la mirada de la pelirroja mayor quien continuó mirándolo por unos segundos y volvió a suspirar.

—Espero que sea así. —cerró sus ojos con suavidad para luego colocar sus manos en sus rodillas e inclinarse hacia abajo como anteriormente los héroes lo hicieron, en una reverencia. Miró de reojo a Hatsulin cuando notó como ella miraba en hito en hito a los adultos hasta percatarse de la mirada y el leve gesto que le hizo, así que imitó su gesto e hizo una reverencia—. Cuiden de mi hija como se debe. Les confiaré una vez más a la U.A. su bienestar.

—¡Siganme guiando en el camino de un héroe! —siguió a sus palabras la de orbes azulados con un tono un poco más animado, aunque no se escuchaba feliz, sólo llena de energía. All Might no evitó suavizar su rostro y sonreír con ligereza, sintiendo menos peso encima de él. Shōta cerró sus ojos unos segundos, dejando salir un pequeño suspiro.

—Oh por Dios. De verdad All Might se desinfló. —se escuchó como comentaban con cierta sorpresa.

—¡Shh, cállate! ¡Ten más respesto! —chilló ahora Gie con un tono de reclamó, se pudo ver como aparecía por la entrada de la cocina empujando fuera de la vista a cierto chico rubio que se apareció de la nada—. ¡Mamá, ¿por qué rayos Rōnin llegó a esta casa!? ¡Acaba de meterse por la ventana!

—¿Nii-chan apareció? —cuestiona Hatsulin con inevitable curiosidad mientras miraba hacia allá. Los adultos observaban en silencio, mientras que los maestros de la U.A. mostraban desconcierto, Eiko mostraba cierto cansancio.

—¿Acaso tienes un rasteador en alguna de nosotras? ¡Pareces un acosador! ¡Ni siquiera sabías que nos mudamos! —continuaba quejándose la pelinaranja con la pequeña Kiki en brazos.

—Son mi media familia. Siempre sé donde están. —dijo el rubio de orbes azules mientras aparecía ahora con una soda en su mano.

—Definitivamente eres un acosador.

—Disculpen el escándalo. —la pelirroja mayor toma la palabra ante la expresión confundida de los dos hombres, había cerrado sus ojos con pesadez—. Él es Rōnin. Es el medio hermano de mis hijos.

—¿Medio hermano? —cuestiona inevitablemente Shōta mientras observaba al rubio, o más bien, al teñido debido a que en los costados de su cabeza se veía cabello negro.

—Es hijo de mi papá. —responde Hatsulin rápidamente y una expresión común, Eiko por otro lado mostró una mueca por ese detalle—.  Mi papá estuvo con otra mujer y la embarazó casi al mismo tiempo que a mi mamá de donde nació Nee-chan. Él fue un infiel. —dice con demasiada neutralidad.

—¿Qué tal? Soy el hijo bastardo. —saludó el semi rubio con normalidad.

—¡Hatsulin! ¡Rōnin! —dice Eiko un poco avergonzada de que ambos hombres supieran ese detalle de su vida. Aunque realmente no le cayera mal Rōnin, ya que no era su culpa, era inevitable no sentir incomodidad cuando recordaba detalles de su vida. Sobre todo, ese detalle en especifico—. Disculpen. Los dos son así. Hatsulin comenzó a no tener pudor por medio de Rōnin. —sonríe con un poco de verguenza para lanzarle una mirada acusadora a su hija quien dio una pequeña sonrisa.

—¿Qué se siente estar ahora desinflado? —de repente, Rōnin apareció al lado de All Might con un refresco en mano, viéndolo fijamente. El rubio lo observó con sorpresa por la forma tan directa en la que habló.

—¡Rōnin! —chilló ahora Gie con un tono molesto mientras iba hacia él y lo jalaba de la chaqueta, comenzando a arrastrarlo con un brazo lejos de allí.

—¿Me firma la lata para venderla? —volvió a preguntar de manera un poco elevada mientras era arrastrado fuera de la sala.

—¡Cállate!

Los dos héroes presentes miraron con una pequeña gota de sudor en su cabeza la escena mientras Eiko se cubría el rostro con una de sus manos con Hatsulin a su lado sólo mirando distraídamente como se llevaban a su medio hermano, viéndose más tranquila a comparación de su madre. Esta volteó a mirar hacia las personas que tenía enfrente con una expresión aún un tanto apenada, aunque se veía un poco relajada a comparación de cuando llegaron, aún teniendo la sensación de que ella los haría literalmente cenizas.

—Lamento mucho eso. —volvió a decir la de orbes rojizos bastante apenada por aquella escena. 

—No se preocupe, señora Todoroki. —niega Aizawa Shōta mientras se levantaba del sofá a la par que All Might que se veía un poco sonriente, sintiéndose a gusto por como resultó aquella visita—. Agradecemos su hospitalidad. Tenemos que retirarnos.

Hatsulin los volteó a mirar apenas notó como se levantaban del sofá, siguiéndolos con la mirada. Su madre de igual manera se levantó por educación de que ya se retiraran, podía alcanzar a escucharse a lo lejos aún las quejas de Gie junto con las risitas de Kiki, pero ella estaba más sumida en la escena en donde sus maestros se iban encaminando hasta la puerta de lo que era una pequeña residencia temporal.

Sus ojos siguieron a los tres adultos en silencio y con una expresión expectante conforme veía a su progenitora acompañarlos hacia la puerta.

All Might fue el último en salir de la puerta con una sonrisa en sus labios, EraserHead se adelantaba al auto que los llevaba a las casas de sus estudiantes para hablar personalmente con los padres. El rubio, no obstante, escuchó como la puerta de aquella pequeña residencia se abría una vez apenas bajó por las escalerillas de la entrada; miró con cierta curiosidad hacia allí y pudo admirar a su estudiante de ojos zafiros debajo del marco de la puerta, mirándolo de una manera extraña, al menos, indescifrable.

—¿Mm? ¿Joven Tsubomi? —llamó con confusión mientras se detuvo justo en medio de su camino, volteándose hacia ella; Aizawa se iba adentrando en el auto hasta ver la escena—. ¿Ocurre algo?

Las manos de la pelirroja se apretaron ligeramente contra su abdomen, jugando algo inquieta con las mangas largas y algo anchas de su sueter; definitivamente se veía extraña a ojos del antiguo simbolo de la paz de Japón. Pestañeó un par de veces, teniendo un deja vu con la situación. Justo en la visita anterior, en donde visitaron a la familia de Bakugō Katsuki este mismo también lo llamó justo antes de irse. Colocó una expresión algo seria y acentuó su ceño al pensar que ella le llegará a preguntar lo mismo.

La chica de la cicatriz salió a leves pasos a la entrada, apenas alejándose de la puerta y del marco mientras ahora apretaba sus manos sobre su pecho, mirando hacia abajo con una mueca un poco extraña, parecía una mueca nerviosa. Ella alzó su mirada hacia él y después la desvió hacia el suelo, apretando un poco sus labios. Toshinori se giró por completo hacia ella, mirándola expectante en lo que fuera a decirle; admiró como ella juntó sus manos hacia abajo y luego inclinó medio cuerpo su torso en una inclinación de ciento ochenta grados, manteniendo la cabeza agachada. Estaba haciendo una reverencia hacia él.

All Might alzó sus cejas con confusión y sorpresa al ver ese gesto sorpresivo y desprevenido venir de ella, casi sobresaltándose un poco.

—Lo siento mucho... —escuchó venir de la menor presente, haciéndolo engrandecer sus ojos. Ella pareció tomar un respiro más profundo, inclinándose un poco más hacia abajo—. De verdad, lo siento. —dijo con un tono de voz lleno de pesar y aflicción, un tono de voz que no esperó escuchar venir de ella.

El rubio continuó en su lugar en silencio y casi en shock, tratando de comprender la razón de su disculpa. La chica del quirk de fuego continuaba en su posición de disculpa que imitaba la misma petición que él junto con su colega momento atrás hicieron, confundiéndolo un poco más. Su mirada poco a poco comenzó a suavizarse por el profundo pesar con el que se había disculpado, sintiendo un leve pinchazo en su corazón.

Se acercó a pasos tranquilos y lentos hacia su estudiante para luego alzar una de sus manos y colocarla sobre su cabeza, sintiendo el leve movimiento de ella por haber sentido aquel contacto de parte del más alto.

—No te disculpes, joven Tsubomi. Todo está bien. —dijo con un tono suave y gentil para poder tranquilizarla, pudo sentir como ella se contrajo un poco, haciéndolo suspirar. Acarició suavemente su cabello, ella poco a poco alzó el rostro para dejarse ver, enderezándose. Yagi le dio un par de palmaditas en la cabeza—. Todo está bien. ¿Sabes por qué?

Hatsulin lo miró en silencio por varios segundos, incluso mostrándose algo confundida por sus palabras. El ex héroe profesional pudo notar una vez más un deje de tristeza en sus brillantes ojos, y aún así, él le sonrió. Se inclinó hacia ella para estar a su altura mientras aún tenía su mano en su hombro, la más pequeña lo miraba con atención. All Might volvió a sonreírse y luego guiñó un ojo, alzando su pulgar.

—Porque yo estoy aquí. —dijo con un tono seguro.

Los ojos de Hatsulin se agrandaron por sus palabras y luego apretó una vez más sus labios, sintiendo las palmaditas de All Might en su cabeza. En otros tiempos hubiera saltado de la emoción por el simple hecho de recibir esos gestos y esa atención de su héroe favorito, pero en la situación actual, emoción era lo último que sentía. 

Observó en silencio como el héroe una vez más se alejó hacia el auto, y al apenas llegar, se despidió de ella con un ademán; Hatsulin sólo alzó su mano derecha en un leve gesto de despedida mientras observaba como el ex héroe junto con su maestro se iban hacia la otra casa que tengan que visitar, perdiéndolos de vista desde su lugar en la entrada de la casa. Permaneció allí mirando hacia donde ambos desaparecieron de su visión y luego agachó la mirada a sus manos enfrente de ella, sueltas hacia abajo.

Sus dedos comenzaron a cerrarse justo encima de la falda blanca que usaba en conjunto con el suéter hasta apretarla y arrugarla, teniendo una mirada nostálgica y llegó a un punto que apagada.

—«Porque yo estoy aquí»... —repitió las palabras que le dijo All Might, escuchándose llena de pesadez.

Denki, alias rayito⚡

«VAMOS A VIVIR JUNTOSSSS»
«Será como en las peliculas universitarias?»

Mineta Minoru
«¡Fiestas locas! Y así estar con alguna de las chicas y tener la bendición de tocar unas buenas tetas»

Kyōka Kyōka 🎸

«¿Quien rayos lo volvió a meter?»

Hatsulin leía en silencio el chat de toda la clase que habían creado casi a la semana en la que todos se conocieron, por obra de Mina. Estaba recostada en su habitación, con las luces apagadas, abrazaba una de sus almohadas mientras tenía el cuerpo de lado; su rostro era iluminado por la luz de su celular, escuchaba música a través de unos audifonos; su canción favorita para ser precisos. A pesar de que tenía un ritmo lento y casi romántico, las conversaciones que leía rompían un poco el ambiente de aquella canción.

Ya estaba anocheciendo, o al menos, eso era lo que creía. Todo se veía oscuro, cuando se encerró en su habitación luego de despedirse de sus maestros (aunque no sabía si seguir considerando a All Might como profesor); no podía salir por palabras de la policía por seguridad, siendo lo mismo para Bakugō, según le dijo Mina ya que desde que se separaron en la estación de policia, no volvieron a hablar.

Continuó mirando la conversación del chat de sus amigos en donde mencionaban el hecho de que iban a vivir todos juntos, toda la clase A iba a estar conviviendo en una residencia las veinticuatro horas. Sólo se abstenía a mirar sin comentar nada mientras la melodía de su canción favorita seguía resonando en los audífonos. En sí la conversación parecía resumirse en los dormitorios en donde todos iban a vivir juntos; en otro momento estaría explotando con mensajes lo emocionada que estaba, pero precisamente animada no se sentía ahora, sólo absteniéndose a leer.

Mina💓

«¡No puedo esperar a que llegue el día que vivamos todos juntos! ¡Será super emocionante!»

YaoMomo🦢

«Me causa mucha curiosidad como serán los dormitorios»

Mineta Minoru

«Ojala compartir habitaciones. Con preferencia de estar cerca de Hatsu-chan y Yaoyorozu»

Fropy🐸

«Definitivamente nunca te cansas, Mineta-chan»

Mineta Minoru

«YAOYOROZU Y HATSU-CHAN SON EL MEJOR PAQUETE»

«Tienen todo lo que quiero»

«No puedo esperar»

«Para»

Kyōka Kyōka 🎸 eliminó a Mineta Minoru

Kyōka Kyōka 🎸

«De nada»

Hatsulin no evitó sonreir de lado al ver aquella parte de la conversación mientras se metía un poco más dentro de las sábanas, cubriendo casi por completo su cuerpo. Su expresión volvió a relajarse y a su vez volverse un poco triste mientras continuaba leyendo la conversación de sus amigos, observando como poco a poco toda la clase comenzó a integrarse y a hablar de los dormitorios, los que tuvieron algunas dificultades para convencer a sus padres, como algunos que aceptaron de inmediato. Recordó inevitablemente cuando Aizawa y All Might fueron a su hogar, su mirada perdió brillo y se perdió en la pantalla, teniendo una expresión casi sin vida.

Ochako🍡

«Oigan, oigan»

«¿Que saben de Hatsu-chan? No he sabido nada de ella desde ayer cuando Mina-chan y yo hablamos con ella :(»

YaoMomo🦢
«Lo único que sé es que está en casa y se mudó temporalmente a otra residencia.»

Denki, alias rayito

«Que»
«¿Como que se mudó?»

Mina💗
«Siiii, ayer cuando hable con ella dijo que se iría a vivir a otro lado»

YaoMomo🦢
«Espero que se encuentre bien. Ayer se veía lastimada y cansada»

Kyōka Kyōka 🎸

«Debería estar bien, supongo. Ayer la internaron en el hospital y salió esa misma tarde»

Sero👍🏻

«¿Seguros que está bien?»

Kyōka Kyōka 🎸

«No? La verdad me pregunto como estará mentalmente, al igual que Bakugō»

YaoMomo🦢
«Después de lo de All Might, los dos estaban muy callados...»

Sero👍🏻
«Bueno, la verdad todos quedamos sin palabras»

—¿Hatsulin?

Sus ojos continuaban estrechamente puestos en la pantalla brillosa de su celular nuevo, sin prestarle atención al leve sonido que sus oídos llegaban a escuchar cuando su canción favorita se detuvo, llegando a tener el ruido exterior un poco ahogado pero no lo suficiente como para no percibir lo demás. Y aún así, su mirada estaba completamente perdida en la conversación donde comenzó a abarcar lo sucedido con All Might, ahora sólo lograba leer la mención del héroe en los mensajes que la mayoría mandaba. Un nudo se hizo en su estómago por recordar el estado en el que él estaba y estaría prácticamente por siempre, sin poder volver a ejercer su labor como antes.

Su respiración comenzó a hacerse pesada y agitada, sin quitar la mirada de encima del teléfono, no escuchando ni acatando los llamados a su persona que continuaban escuchándose, incluso sin mirar hacia atrás cuando apareció la luz del pasillo y la luz de su habitación era encendida. No prestó atención, sólo podía ver sin parpadear la conversación de sus amigos, sintiendo que su corazón palpitaba de manera dolorosa contra su pecho. 

Dolía, dolía mucho.

Comenzaba a no poder respirar... a querer gritar, a querer quemar algo, a querer golpear algo. Su mandíbula comenzó a apretarse de manera temblorosa con una mirada algo impotente en sus ojos azules, pero a su vez teniendo un destello de aflicción y tristeza por ver cada vez que veía la mención del anterior héroe número uno de Japón y el símbolo de la paz. Sus ojos trataron de cristalizarse por la simple impotencia que presentaba su cuerpo.

Es en eso que su cuerpo pega un brinco cuando siente como tocaban encima de las sábanas su cabeza, sentándose de inmediato mientras la manta continuaba cubriéndola hasta su cabello, mirando alarmada hacia la persona invasora en su burbuja. Sus ojos azulados veían atónita al chico en su habitación que tenía sus ojos abiertos de par en par, viéndose sorprendido por la reacción tan a la defensiva de la pelirroja.

—Tranquila, soy yo. —Shinsō Hitōshi alza levemente sus manos en son de paz cuando vio el instinto de su amiga de querer golpearlo simplemente por el susto, poco a poco vio como ella parecía relajarse, reconociéndolo. Aún así, su ansiedad no parecía desaparecer de inmediato, aunque Hatsulin aguantaba su respiración agitaba—. Sólo... soy yo. 

Hatsulin deja de estar tan tensa conforme comienza a tranquilizarse, sintiendo incluso una fina capa de sudor en su cuerpo; sus manos temblaban y echaban calor. Miró estas mismas un poco ida notando el violento temblor que presentaban, mirando una vez más la pantalla de aquel aparato y como el chat continuaba llenándose. Pero, en su campo de visión las manos de su amigo se atravesaron para retirar y dejar cuidadosamente de lado el teléfono antes de quemarlo sin querer, incluso quitándole con lentitud los audifonos.

—Vine a ver como estabas... —murmuró para no alterarla, notando la mirada perdida e ida de la más baja. Él se sentó enfrente de ella, observando como se cubría hasta la cabeza con las sabanas—. Sólo soy yo.

Hatsulin continuaba mirándolo por varios segundos mientras su respiración se volvía un poco más ligera, relajando poco a poco su expresión. Hitōshi la miraba con seriedad y preocupación, esperando verla un poco más calmada luego de notar su sobresalto, suspiró luego con cierta pesadez conforme seguía notando como ella perdía su mirada en algún punto de él, pero ahora estaba realmente ida, perdida. Y, no obstante, luego comenzó a temblar un poco; Shinsō notó como subía el ambiente en cuanto a la temperatura, viniendo dicho calor de ella.

Su mirada se suavizó en preocupación y alzó lentamente sus manos, hasta que de la nada una fuerza casi lo empujó fuera de la cama, siendo Hatsulin quien de la nada fue hacia él y lo abrazó con una fuerza bastante necesitada, una fuerza que hace años que no veía venir de ella. Sus ojos se extendieron en sorpresa por sentir la forma en la que ella estrechaba sus brazos alrededor de él y ocultaba su rostro en su pecho, no pudo evitar hacer una pequeña mueca al momento que sentía el sofocante calor venir de ella, causándole incomodidad, pero no podía simplemente apartarla.

—Hatsulin... —murmuró con cierta confusión y a su vez preocupación, la pelirroja en respuesta lo apretujó un poco más.

—No digas nada. No digas nada... —murmuró de manera temblorosa la de orbes azules, temblando en su agarre—. N-No quiero escuchar nada, no quiero seguir escuchando las condolencias por lo de Kamino ni que me pregunten si estoy bien, no quiero que me digan nada... Sólo quiero un abrazo, s-sólo quiero un abrazo... —su voz se rompió, dando a entender que quería llorar.

Hitōshi continuaba sorprendido por aquella reacción tan repentina de su amiga, sobre todo sabiendo perfectamente como era ella referente a como se sentía, casi siempre guardándose las cosas para ella sola. Puede que en esa ocasión era similar, pero podría notar la pequeña brecha de impotencia y de tristeza por todo lo que sucedió. No dijo nada, sólo alzó sus manos y rodeó el cuerpo de la más baja contra el de él en un abrazo, sintiendo como ella se aferraba a él con fuerza.

Sólo se quedó allí, en silencio, sintiendo de manera silenciosa el gran alivio y felicidad que le provocaba saber que una vez más estaba allí, con él, pero a su vez sentía pena por ella y por lo afectaba que seguramente estaba. Sólo cerró sus ojos y la apretó más contra ella, queriendo darle todo el confort que ella necesitaba y pedía en una súplica silenciosa, demostrando así que realmente estaba en un punto delicado en esos momentos.

Hatsulin sólo lo abrazó con fuerza mientras su teléfono continuaba sobre colchón de la cama, sin querer agarrarlo por un tiempo y sólo querer estar sola, pero al mismo tiempo recibir un abrazo y nada más. Y sin darse cuenta, la pantalla de su teléfono se iluminó una vez más mientras aparecía una nueva notificación, una que no vería hasta que estuviera lo suficientemente lista para poder tomarlo.

Nuevo mensaje de Bakugō❤️.

¡Feliz cumpleaños a nuestro querido y amado Hitōshi!❤️

El mejor amigos que Hatsu podría tener, siempre dispuesto a estar ahí para ella♡

→S H A N X L A B Y X←

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