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❪𝟰𝟰❫ ; 𝘀𝘁𝘂𝗱𝘆 𝘂𝗻𝘁𝗶𝗹 𝗱𝗶𝗲.

ARC THREE; DEMONS
*╔═══❖•ೋ°🔥°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO:
ESTUDIAR HASTA MORIR
❛a la vuelta de la esquina❜

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
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—¿¡ACASO NO ME TOMAS EN SERIO COMO para ir con cola de caballo y los otros extras!?

—También iré a estudiar con ustedes, Bakugō-kun. —dijo Hatsulin con calidez y tranquilidad, dándole una afable y risueña sonrisa notando la postura de ataque y a su vez indignación que poseía—. Sólo que otros días iré a la casa de Yaoyorozu-chan para estudiar con ella y ayudar a nuestros compañeros. ¡Así puedo entrenar yo también lo práctico!

—¿¡Crees que entrenar conmigo lo practico no es suficiente también!? ¡Eres una maldita traidora! —bramó con fuerza, indignación y molestia el de cabellos alborotados, puntiagudos y picudos, alzando su mano para tomarla de la camisa y zarandearla ligeramente y usando la otra para apretar su mejilla con fuerza para nada piadosa, sacándole una risa mezclada con una queja a la pelirroja, teniendo su moflete abultado, tratando de quitarlo.

—No creí que también quisieras entrenar conmigo lo practico... —murmuró algo sorprendida y a su vez un tanto nerviosa al momento que conectó miradas con él. Tragó saliva disimuladamente, ladeando su cabeza—. ¿También quieres que entrene lo practico contigo, Bakugō-kun?... Eso... suena... —se quedó en silencio, buscando una respuesta que no demostrara la incomodidad que le generaba recordar la conversación más temprano. Pero aún así, sonrió—. ¡Genial! —soltó entusiasmada la de ojos azules, casi como un perrito a quien le muestran un juguete nuevo. Una colita imaginaria comenzó a agitarse detrás de ella, viendo con emoción y motivación hacia el cenizo quien gritó en molestia.

—¿¡Hah!? ¡Pues claro que entrenaré lo practico, pirómana! ¡Y claro que quiero, quiero destrozarte! —la agitó con sus ojos blancos de enojo. Si fuera una caricatura o un anime, sería una escena cómica semi chibi, ya algunos la imaginaron, viendo con una gota en sus cabeza el enojo del chico explosivo—. ¡No me estás tomando en serio! ¡Bastarda pelirroja!

—Pareces una novia fea y chiflada celosa haciendo una exagerada escena de celos a su novio porque no le dice a dónde va a ir. —agregó Takeru de la nada y con una expresión aburrida, teniendo sus manos dentro sus bolsillos. Kaminari y Sero casi explotan en carcajadas, aguantándose con sus manos en sus bocas y sus mejillas llenas de aire.

—¡Oi, oi, oi! —bramó casi de inmediato el de ojos carmesí, volteando de manera tétrica y de golpe su cabeza a su dirección, teniendo sus ojos rojos y flameantes en furia. Soltó a Hatsulin de una de sus manos dando un paso hacia él y mostrando su mano en garra amenazador—. ¿¡Cómo mierdas me has llamado, gringo oxigenado!?

—Fea y chiflada.

—¡GHAAR, VAS A VER, BASTARDO! ¡APRENDE A HABLARME COMO SE DEBE, EXTRA! —finalmente soltó a la pelirroja para ir a zancadas hacia el rubio de ojos destellantes quien antes de que le explotara la cara, se alejó rápidamente hacia otro lado, dando un salto para quedar al fondo del aula.

—Hum, hum. Así que tú no serías el que tendría los pantalones en la relación. Te queda lo de chiflada en una relación. —se mofó sacándole la lengua Kenji desde su lugar, observando como una aura siniestra y diabólica estaba rodeándolo y soltaba un grito de furia.

—¿¡De que maldita relación hablas, gringo oxigenado!? ¡Deja de decir estupideces! —escupió airado y furioso soltando explosiones con sus manos. Resolló con enojo en el momento que el del quirk de potencia y fuerza le levantaba el dedo del medio—. ¡Mejor deja de escapar, cobarde, y te exploto la cara!

—¿Y quedar como tú? No, gracias, ya comí.

—¡MALDITO, TE VOY A MATAR!

—Cielos... —murmuró Hatsulin observando como casi hacían una persecución alrededor del salón siendo de amenazas e insultos de parte de Bakugō y burlas de parte de Takeru, también siendo regañados por parte de Iida por andar haciendo escándalo y casi corriendo. Aunque también recibió un insulto y casi una explosión en el rostro.

Soltó una pequeña risita divertida debido a la escena, siguiendo un poco como casi se perseguían en círculos dejando una pequeña sonrisa en sus labios, sintiendo como un pequeño peso desaparecía en sus hombros, siendo que el estrés que anteriormente tenía desde la mañana se disipara lo suficiente como para sentirse tranquila. Está claro que, debería estar un poco más atenta a lo que vea el cenizo si no quería que estuviera con su mente demasiado curioso, como en la mañana, y terminé acusándola o incluso llegando a una clara afirmación (o una errónea, pero no buena) considerando que es alguien astuto e inteligente. No se confiaría, pero sentía que podía relajarse un poco.

Suspiró de manera leve, entrecerrando sus ojos en el proceso, agachando la mirada hacia su mano, moviéndola un poco en el proceso notando apenas unos milímetros del vendaje. El recuerdo de su abuela azotando su piel por no haber hecho bien los entrenamientos apareció en su cabeza, opacando un poco su mirada y perdiendo el brillo que había ganado ante el cómodo ambiente que la había envuelto en su aula con todos sus compañeros. Incluso comenzó a dudar en haber accedido tan rápido a estudiar con Bakugō y Kirishima y con Yaoyorozu y los demás, agregando que ayudaría con lo practico.

Pensó en cuál sería la respuesta o la reacción de su abuela por no preguntarle antes. Algunas veces le interesaba muy poco lo que hiciera con tal de no dañar su imagen o quedar en ridículo, dejándola hacer lo que quisiera pero con tal de seguir siendo perfecta como una fina muñeca de porcelana para la sociedad. Si estaba entre los días que no estaba tan rodeada de una nube oscura incluso le daría igual o no le prestaría atención alguna al decirle que estudiaría con sus amigos esa última semana de estudio al estar a la vuelta de la esquina los exámenes. Pedía que fuera así y no hubiera inconveniente al respecto, no quería dejar plantado a ninguno, sobretodo al pequeño grupo de estudio con Momo al cual ayudaría físicamente. Aunque eso no significara que quisiera dejar plantados a Kirishima y a Bakugō, a ellos tampoco. En conclusión, no quería plantar a ninguno.

Pero, se sentía algo sofocada y nerviosa por el hecho de que también había accedido a estudiar junto con el chico explosivo. No porque le molestara su actitud o porque no fuera bueno enseñando, por algo era el cuarto puesto en esa semestral siendo un alto promedio, si no porque le daba nervios, un sentimiento que la alteraba en su interior estar conviviendo tanto con él y que luego se percate de otra cosa. Pero, justo ahora hablaron... como si nada pasó, bueno, él habló a su manera como suele hacerlo, mostrándose a la defensiva. ¿Quizás sólo fue curiosidad del momento? Debía ser eso, esperaba que fuese eso. Ugh, le parecía casi confuso alterarse por una mínima conversación, pero el hecho de que sea de un tema delicado para ella era algo más grande.

—Bueno, entonces, está decidido. —habló Momo con una sonrisa determinada en sus labios, aún chispeando en emoción y entusiasmo. Levantó sus manos, golpeando el costado de su puño en una de sus palmas—. Hatsulin-san y yo los ayudaremos a estudiar y a entrenar. ¿Verdad, Hatsulin-san? —y la volteó a mirar, dulce pero determinada.

La aludida no pudo evitar sentir su corazón apretujarse un poco sintiéndose tan enternecida y feliz de ver a Momo tan entusiasmada, tomando en cuenta que desde el Festival Deportivo ha estado actuando extraño, parecía estar al cien por ciento finalmente. Eso la alegraba. Así que, iba a esforzarse. Sonrió con entusiasmo y determinación, apretando sus puños a la altura de su pecho y asintiendo con firmeza, emitiendo un sonido de afirmación claro y fuerte.

—¡Claro! ¡Nos esforzaremos! ¡Ánimo, ánimo! —y alzó uno de sus brazo agitándolo un poco, sacándole una sonrisa más grande a la azabache al verla tan dispuesta. Asintió igualmente entusiasmada y animada, para juntar sus manos y voltear a mirar al grupo de amigos y compañeros que habían pedido su ayuda.

—En ese caso, ¿que clase de té prefieren? —Hatsulin sonrió curiosa y algo pensativa respecto a su pregunta, imaginándose que podría probar. Miró a sus compañeros (que iban a estudiar a sus cargos) notando el gran desconcierto en sus rostros—. En mi familia bebemos Harrod o Wedwood, así que si prefieren algo, díganme. —decía, inmersa en su burbuja de felicidad—. ¡Oh, Hatsulin-san! También solemos beber café a veces, para tu gusto. Tenemos un café importado de Indonesia, bastante gustoso, llamado Civet¹. ¡Estoy segura de que te gustará!

—Oh, no he probado ese café. Suena interesante que venga de Indonesia. Sé que el café proveniente de allí es muy delicioso. —Hatsulin colocó un dedo en su mentón, mirando hacia el techo. Sonrió en grande, mostrándose bastante fascinada—. Con que sólo me digas que es delicioso, ¡me gusta! —dió un aplauso emocionada.

—¡Me alegra que ya te llamé la atención! ¡Ten por seguro que lo disfrutarás! —la tomó de las manos con dulzura y felicidad, haciéndola sonreír y reír, dejando que moviera sus manos juntas de arriba a abajo. Luego se volteó con determinación chispeando en sus ojos—. ¡Claro que pueden confiarme sus estudios, a las dos! ¡Los ayudaremos!

—¡Tengo un entrenamiento ideal para todos! Es bastante intenso, pero gracias a eso he podido fortalecerme y ser rápida. —soltó entusiasmada Hatsulin, con una sonrisa de coraje y determinación, mostrando emoción por poder entrenar con algunos de sus amigos y enseñarles lo que sabe—. El 7 minutes workout² me ayuda a resistir y mantener un rendimiento superior, me es muy de utilidad para aguantar los entrenamientos de Aizawa-sensei. ¡Oh! El CrossFit³ también es un entrenamiento de utilidad, prácticamente entrenando de varias maneras a una misma vez.

❛Es como si Yao-momo nos abofeteara con la diferencia de nivel y Hatsulin nos golpeara con la diferencia de habilidad y fuerza...❜ pensaron los que habían acudido a la azabache, siendo unida junto con la pelirroja, pero a pesar de eso, sus pensamientos eran relajados, mostrando todos una boba sonrisa. ❛Pero son tan cálidas que no me importa❜ concluyeron, inmersos en el aura dulce y reconfortantes que ambas desprendían juntas.

—¿Qué? ¿Harry? Está bien. —balbuceó de forma tonta Denki, teniendo aún su boba sonrisa con sus ojos rasgados—. El Crookie también parece genial.

—¿Harrod? —cuestionó interesada y aún motivada la ahora apodada «Yao-momo», pareciendo no molestarle ni un poco el ser llamada así. Parecía más que feliz.

—¿CrossFit? ¡Asombroso! ¡Todos serán más fuertes que antes! ¡Hay mucho por delante! ¡Será un entrenamiento demasiado intenso! ¡Prepárense para sudar! —Hatsulin apretó sus puños entusiasmada, agitándolos de arriba abajo con un brillo resplandeciente en sus orbes, olvidando y dejando en segundo plano lo estresada y abrumada que estaba rato atrás.

—¡Genial! —exclamaron entusiasmados y motivados aquel pequeño grupo que se había formado de estudio.

Sintió su teléfono vibrar momentáneamente, sacándola de su burbuja y haciéndola sacar su celular y ver de qué se trataba. Pudo vilumbrar un nombre en particular haciéndola sonreír con curiosidad y a su vez confusión de que esté escribiéndole justamente, se alejó un poco de sus compañeros que estaban escuchando como Yaoyorozu estaba acordando a qué hora ir a su residencia y demás, y que cosas iban a ayudar para poder estudiar todos juntos. Fue desbloqueando su teléfono para poder meterse al buzón de Line y leer el mensaje.

MirioMirio☀️

«¡Hey, hey, pequeña hermanita de Takeshi! ¡Soy yo, Mirio!
¿Y bien, cómo estás? ¿Que tal te va en clases?
¡Nejire y Tamaki te mandan saludos! :D»
«Takeshi tuvo que ir a su residencia y nos dejó a cargo de darte el almuerzo. Así que, ¡ven apenas salgas del aula!
Así pasamos tiempo juntos y nos hablas de como te va»

Hatsulin pestañeó varias veces ante aquel mensaje de Togata Mirio, el gran amigo que hizo su hermano apenas entró en primero año, conociendo también a Amajiki Tamaki siendo los tres buenos amigos, agregando luego a su círculo de amigos a Hadō Nejire, quien ya conocía desde que era pequeña al momento que su hermano la conoció en primaria. Aunque sentía que tenían un lindo lazo de amistad. Les agradaba ellos tres, eran precisamente las personas de tercer año con quien más convivía, agregando a su hermano.

Sonrió ligeramente, sonrojándose un poco por el gesto de su hermano de tenerle el almuerzo e incluso pedirle el favor a sus compañeros y amigos que se lo dieran. Suspiró un poco conmocionada por eso, estando acostumbrada hasta este punto en siempre comer la comida directa de la cafetería, siendo sólo algunas veces que traía algún bento o dulce de su casa, así que era una sorpresa. Se removió en su lugar y luego sonrió, comenzando a teclear varias veces para responderle.

Peque🌟⁴
«¡Hola, Mirio-senpai!
He estado bien, muchas gracias por preguntar, espero que tú también estés bien <3
¡Enseguida voy! Y los saludo a cada uno como se debe ✨»

Apenas envió aquel mensaje al mayor, guardó su aparato telefónico en su bolsillo para poder dirigirse hacia su mochila y recoger todo aquello que aún no había guardado, ingresando su libreta junto con algunos plumones que tenía con una lapicera. Apenas lo hizo, cerró su maletín para poder colgarlo en su hombro, enderezándose mientras estiraba un poco sus brazos hacia arriba y sin evitarlo, soltando un pequeño bostezo mirando unos segundos su teléfono cuando lo volvió a sentir vibrar, observando como Mirio había mandado un mensaje devuelta con el emoticón de un pulgar arriba, sonriendo con ligereza para comenzar a dar algunos pasos hacia la puerta observando algunos mensajes pendientes que tenía, pasando de largo un mensaje de un número desconocido que no ha tenido tiempo de leer.

Cuando observó de manera distraída y a su vez curiosa las primeras palabras que veía desde afuera de la conversación y como habían algunos puntos suspensivos, dando a entender que era un mensaje ligeramente largo y de más de tres palabras, sintió una presencia caminar cerca de ella junto con un pequeño toque en su hombro. Alzó su mirada curiosa, encontrándose con los orbes tranquilos y monótonos de su primo.

—¿Irás a almorzar? —le cuestionó de forma curiosa, pero manteniendo de igual manera aquella seriedad tan caracterizada en Todoroki Shōto. Hatsulin sonrió y asintió varias veces, aunque antes de hablar y aclarar que iría a almorzar con algunos amigos de su hermano, él la interrumpió—. ¿Que te pareció el café?

Soltó una pequeña risita al ver la neutralidad con la que lo había dicho, pero podía percibir que se estaba sintiendo de forma curiosa, esperando y a su vez queriendo saber si le había gustado o no aquel detalle que le había brindado en la mañana. Guardó su celular para voltearse y darle una sonrisa, asintiendo rápidamente.

—¡Me gustó muchísimo, Shōto-kun! De verdad tienen un buen ojo para el café. —alabó, dándole luego unos cómicos codazos en su pecho, apenas impactándolos. A comparación de su expresión risueña, Shōto estaba serio, sin inmutarse—. Nuevamente te lo agradezco, fue de mucha ayuda para mí. —agradeció dulcemente, colocando uno de sus puños en su cadera mientras que su brazo quedaba en jarra y elevaba el otro, alzando su dedo índice—. ¡Y si, estás en lo correcto! Iré a almorzar, pero con unos amigos de mi hermano; Takeshi-niichan, ya que él me trajo el almuerzo, aunque según me dijeron tuvo que irse a su residencia. Lamento si querías que almorzaramos juntos, literal fue de imprevisto. Pero ¡si quieres! Puedes ir a comer conmigo y ellos. Son agradables. —sugirió con entusiasmo luego de sentirse un poco avergonzada porque cuando su primo le preguntó si iba a almorzar, fue una manera de indicar que comieran juntos.

—Oh. —soltó el heterocromatico mientras miraba hacia la nada, metido en una pequeña burbuja. Procesó unos segundos sus palabras, y luego asintió mientras volvía a mirarla, aunque después de eso negó con la cabeza—. No es necesario que vaya. Te invitaron a ti. No los conozco.

—Pero podrías conocerlos. —sonrió Hatsulin en grande, mientras lo veía con atención, queriendo divisar algún sentimiento en particular venir de él. A pesar de que estaba rechazando la leve invitación de ir a comer los dos, se sentía tranquilo.

—Quizás en otro momento, cuando esté Takeshi. —se encogió de hombros, algo indiferente, cerrando sus ojos unos momentos como si pensara profundamente. Luego abrió sus ojos y divisó como levantaba ligeramente la comisura de sus labios en una muy pequeña sonrisa, apenas notable—. Bueno, ve entonces. Disfruta tu comida.

Hatsulin removió un poco sus manos, indecisa y dudosa pero notar su expresión y sus sentimientos serenos pudo notar y confirmar que realmente a él no parecía importarle, tomándolo con calma. Suspiró para soltar una risita, asintiendo para alzar su mano y revolverle su cabello, mostrándole una sonrisa más grande —¡Tu igual, Shōto-kun! ¡Nos vemos al rato! —y apenas dijo aquellas palabras, contrajo su mano para poder comenzar a encaminarse hacia el comedor, siendo seguida con la mirada por Shōto.

La perdió de vista luego de algunos minutos, así que miró hacia la nada, pensando en que podría almorzar ese día. A la mente le llegó una comida particular mientras mantenía una expresión tranquila y seria, manteniendo sus ojos entrecerrados al tener sus párpados caídos hasta la mitad. Se quedó ahí mismo escuchando las conversaciones de todos sus compañeros e igualmente el escándalo que todavía estaba haciendo Bakugō hacia Takeru el cual sólo se burlaba de él.

—Soba... —murmuró de manera decisiva.

—¡MIRIO-SENPAI! —EXCLAMÓ CON FELICIDAD Y euforia, extendiendo sus brazos a los lados mientras una aura de felicidad la rodeaba.

—¡Peque! —soltó de la misma manera el rubio, imitando la misma pose alegre de parte de la menor, mostrando una resplandeciente sonrisa, pareciendo casi dos gotas de agua.

La pelirroja rápidamente fue a saludar bien y como se debe al mayor, y justo ahora, su senpai, y al momento que lo abrazó de forma cariñosa, el apellidado Togata le devolvió el abrazo estrechándola entre sus brazos de manera fraternal, teniendo como consecuencia que terminó provocando que ella despegara sus pies del suelo y fuera elevada. Hatsulin no pudo evitar soltar varias risas ante aquel fraternal y fuerte abrazo que le estaba brindando su contrario, sintiéndose de repente más feliz y risueña por la actitud de parte del rubio fortachón compañero y amigo de su hermano, siendo igualmente amigo suyo.

Por mucho que no conviva constantemente con él o Tamaki y Nejire, los consideraba amigos suyos. Aún recordaba cuando habían ido (al menos los dos masculinos, aunque desde antes la femenina ya iba) a la casa de su abuela para estudiar, estando ellos en primer año, siendo que era un trabajo de tres siendo ellos los integrantes. Vaya que se dió el susto de su vida cuando estaba en el muy gran patio de la gran casa sentada en la entrada y de repente vio la cara de Mirio traspasar la pared a un lado de la puerta. Fue la primera vez que la asustaron así, incluso echando un chillido al ver su rostro sonriendo diciendo unas casuales palabras como «que bonito está el día». Por poco y no lo golpea también. Al menos Tamaki había sido más educado al presentarse, aunque más nervioso. Por poco y no podía hablar, y apenas lo hizo, se pegó contra la pared.

Sintió como su mejilla era aplastada por su pecho volviendo a sacarle varias risitas, sintiendo incluso como sus mejillas se ruborizaban un poco al momento de reír y por lo cariñoso que podía a llegar a ser Mirio. En fin, así le agradaba. Era una buena persona y un buen amigo, sumamente agradable. ¡Era como un sol! A veces le recordaba a All Might, sobretodo su porte y su gran sonrisa.

—Dime, peque —habló sonriente y aún entusiasmado el de cabellos rubios, agachando ligeramente su cuerpo para permitir que sus pies tocaran el suelo, aunque no la soltó. Encorvó su cuerpo apoyando su mejilla con su cabeza, casi con su rostro. Hatsulin rio por su cercanía—, ¿cómo te va en la U.A.? ¡Cierto! Felicidades por el segundo puesto en el Festival Deportivo. ¡Gran trabajo!

Y seguidamente la estrujó con más fuerza en sus brazos, sacándole otra risita, abriendo finalmente sus ojos aunque teniendo uno más entornado debido a que ese lado de su rostro estaba siendo apretado contra el fuerte pecho del mayor. Sintió una calidez envolver su pecho, a su vez que su orgullo crecía un poco, sintiendo algo un poco lejos de la amargura que le provocaba aquel día del festival, recordando aún lo sucedido justo antes de que nombraran los tres ganadores del primer año. Sentía culpa en su corazón al recordar que no se había sentido lo suficientemente capaz como para admirar a los de tercer año. Se había aislado y sólamente los veía en la televisión un par de veces.

Sus cejas se curvearon con cierta aflicción mientras su sonrisa se volvía algo tensa sintiendo como el pequeño orgullo que sintió se disminuía por el hecho de que él la esté felicitando con tanto cariño y ella no había sido capaz de ver cómo él y los demás del tercer año participaban en el festival. Su mirada se suavizó, entrecerrándose con ligereza. Sus labios se abultaron aún sintiendo el cariño fraternal que usaba para abrazarla.

—G-... gracias, Mirio-senpai... —murmuró con cierta dificultad al momento que sintió una presión en su garganta. El aludido abrió sus ojos curioso al momento que escuchó y sintió la cierta tensión en ella—. Yo... lamento no haber podido ver cuándo Tamaki-senpai, Nejire-chan y tu participaron... Es que...

—Shh, shh. No te disculpes, lo entiendo. —sintió como elevaba una de sus manos para darle una suaves palmaditas en su cabeza haciendo que cerrara sus ojos ante cada pequeño impacto—. Takeshi nos dijo que deberíamos darte tu tiempo cuando te íbamos a buscar. Cosas personales, eso dijo. ¡Y entendemos! —rio ligeramente volviendo a abrazarla, sin evitar sacarle una sonrisa y una risa por aquel suave apretón—. Dejemos eso de lado, puedes estar tranquila. ¡Hay que ir a comer!

Hatsulin se mantuvo en silencio varios segundos para luego sonreír un poco más, ensanchando sus labios hasta mostrar un poco su dientes y sus ojos se achinaron hasta el límite en el que se cerraron por aquel gesto. Trató de dejar de lado la culpa respecto a aquel tema del Festival Deportivo que aún la carcomía un poco, para asentir varias veces sintiéndose un poco mejor al momento que el mayor dijo aquella palabras que podían asegurarle que estaba bien y que realmente la estaba comprendiendo. Pudo suspirar varias veces, recuperando más la compostura.

—¡Si, vamos a comer! —soltó apenas Mirio se separó un poco de ella hasta soltarla por completo, dándole otra vez una cariñosa palmadita en su cabeza, haciéndola reír y sonreír, sintiéndose un poco más dispuesta.

—¡Yo también quiero abrazarla! —y literalmente, Hadō Nejire llegó volando con gracia y tranquilidad, teniendo algunos brillos a su alrededor. Hatsulin no pudo reaccionar cuando la peliazul la abrazó desde atrás, sintiendo su livianez y luego su peso usual, al desactivar su quirk.

—Ten cuidado, no la vayas a tirar. —murmuró ahora Amajiki Tamaki quien llegó a pasos calmados y lentos a la escena, teniendo sus hombros algo encogidos mientras observaba unos segundos a su alrededor, cauteloso sosteniendo con una de sus manos un pañuelo el cual tenía un bento por dentro.

—¡Yo no la dejaré caer! Sólo quiero saludarla. —canturreó dulce y emocionada la de largos cabellos azulados, rodeándola con sus brazos desde atrás con cariño para atraerla, apegando su mejilla con la suya—. ¡Hola, Hatsulin-chan! Me alegra tanto verte. Llevamos tanto sin vernos... —dijo entristecida, soltándola luego de abrazarla con cariño.

Hatsulin no pudo evitar volver a reír, volteando a mirar hacia la linda peliazul quien mantenía sus mejillas infladas con sus brazos cruzados. Realmente desde que la conoció estando ella en la guardería y Hadō junto a su hermano en la primaria, no ha cambiado en absoluto. Sigue siendo la misma espontánea, risueña y dulce chica desde que la conoció. Sería en lo físico que ha cambiado, viéndose genuinamente linda, como siempre pensó y pensaban todos.

—¡A mí también me alegra verte, Nejire-chan! Es un gusto vernos otra vez y pasar el rato juntos. —juntó sus manos emocionada viendo la gran sonrisa que había puesto la femenina más alta, quien fue hacia donde Mirio se dirigió al apartar una mesa. Hatsulin miró luego al otro chico presente que miraba a algún punto muerto—. ¡Tamaki-senpai! —exclamó alegre provocándole un calambre a los hombros del chico, quien comenzó a balbucear nervioso para quedar paralizado apenas la menor fue a rodearlo con sus brazos—. ¡No me he olvidado de ti, Tamaki-senpai! ¿Cómo has estado? ¿También trajiste tu almuerzo?

Hatsulin se zafó un poco de él dejando sus manos en sus brazos tiesos, observando el pañuelo que llevaba algo dentro y Tamaki estaba sosteniendo, llegándole desde allí el aroma y haciéndola sonreír al sentirse con hambre por lo delicioso que se olía. A comparación de lo emocionada que estaba la pelirroja, el peliazul estaba totalmente paralizado en su lugar con una expresión extrema de nervios y pavor, agregando una inmensa vergüenza. Tan grande que había comenzado a temblar notablemente mientras su rostro se deformaba, llegando al punto que comenzó a teñirse de rojo hasta las orejas.

—N... n-no es... no es... —el de orejas puntiagudas tomó una gran bocanada de aire tratando de tranquilizarse, su rostro seguía algo deformado de los nervios, aunque ahora de vergüenza. Agachó la mirada, tratando de no mirar el rostro de la menor quien a pesar de todo lo miró curiosa, inclinando su cabeza hacia un lado—. N-no es... mío... En realidad, es tu almuerzo. Tu hermano me lo dejó a cargo...

—¿De verdad? —elevó su mirada curiosa e interesada, admirando como el más alto comenzaba a estirarle con dificultad el bento, mostrándose aún tembloroso. Hatsulin sostuvo con cuidado y lentitud el bento entre sus manos, para luego sonreír en grande—. ¡Gracias, Tamaki-senpai! Si quieres podemos compartir como manera de agradecimiento. No tengo ni idea de lo que hay ahí, pero no me molesta compartir. Así que, ¡vamos a comer! —dijo, tomándolo del brazo para dirigirse hacia la mesa en dónde estaba Nejire e igualmente Mirio quien agitaba sus brazos para que se acercaran, como si estuvieran muy lejos.

—S-si... —balbuceó apenas dejándose jalar con dificultad, apunto de derretirse en cualquier momento en su lugar, casi arrastrando sus pies en el suelo. Apenas se sentaron, él apoyó su cabeza en la mesa, sin levantarla en ningún momento.

—Oh, ¡una pregunta, Nejire-chan, Mirio-senpai y Tamaki-senpai! —soltó la pelirroja soltando el nudo del pañuelo rojo dejando ver el empaque del bento, aunque mostraba más atención a sus mayores. La peliazul la volteó a mirar bastante curiosa, el rubio ya teniendo sus mejillas llenas de comida la miró y el peliazul... sólamente emitió un leve sonido, indicando que la escuchaba—. Cómo ya en una semana tendremos los exámenes del semestral, habrá uno práctico. Quisiera saber que es lo que usualmente hacen en el práctico.

—¡Entrenar demasiado, hasta casi morir! —exclamó sin pudor alguno el de pupilas azuladas luego de tragar todo lo que tenía en su boca como una ardilla, golpeando su puño ligeramente con la mesa del comedor.

—¿Oh? —murmuró la de grandes orbes azulados, pestañeando varias veces. Eso era obvio, estudiar de la forma mas fuerte y rigurosa, eso era lo escencial para lo practico, aunque su pregunta se refería realmente a qué era en el examen práctico.

—Se trata de pelear contra robots... —Hatsulin volteó a mirar a su lado hacia el de orejas puntiagudas quien seguía con su cara en la mesa, apenas girando un poco su rostro por unos segundos para que la chica lo escuchara—. En... el examen de admisión a la U.A. estaban esos robots, también en el festival.

—¿Los robo-inferno?... —se preguntó mientras rascaba un poco su mejilla, recordando aquellos gigantescos robots en una de las fases de la primera prueba del festival. Asintió lentamente, entornando un poco sus ojos mientras con sus palillos agarraba un poco de arroz de su bento—. Interesante...

—¡Aún así, entrena hasta querer morir! —entusiasmó el de cabellos rubios agitando uno de sus puños de arriba a abajo con una sonrisa determinada al igual que su expresión.

—Tu cabello sigue pareciéndome tan lindo. Es tan rojo y brillante ¡como una manzana! —Nejire agarró una de las caídas coletas de Hatsulin, apoyando su mejilla allí con una sonrisa en sus labios, mostrándose fascinada con el cabello de la menor—. Aunque realmente si parece que brilla. Su color es más intenso y extravagante que el de Take-kun.

—¡Demuestra lo feroz que eres contra esos robots! —volvió a exclamar con entusiasmo el de pupilas azuladas y redondas, mientras que la pelirroja no sabía a quién prestarle atención. Aunque a Mirio era lo ideal, siendo que le hablaba... parcialmente sobre la prueba práctica.

Suspiró un poco, mientras comía aquel pedazo de carne en forma de pulpo, pensando en decirle a sus compañeros sobre aquella información respecto a la prueba práctica. Levantó la mirada y miró hacia lo lejos en la mesa donde estaban, observando como estaban hablando con una chica de la clase B, Kendō Itsuka si no mal recuerda, y se iba arrastrando el cuerpo inconsciente del mismo chico con quién había hablado antes. Alzó sus cejas por aquella escena, ladeando su cabeza. Se encogió de hombros un poco, no queriendo darle importancia, así que abstuvo a continuar con su almuerzo, pensando inevitablemente en lo sucedido en la mañana.

Miró de nueva cuenta el bento y al pensar en su hermano, rápidamente sacó su teléfono nuevamente, desbloqueándolo para ir a Line y buscar su contacto, sonriendo al momento que lo vio. Así que, sacó el teclado de la pantalla para después enviar el mensaje de agradecimiento sobre haber tenido aquel lindo gesto de traerle un bento, explicándole de igual manera que Tamaki ya se lo había dado y que iba a empezar a comer, alegando que estaba delicioso. Observó la pequeña nube con puntos suspensivos aparecía, dándose de cuenta que significaba que estaba escribiendo.

Take😾
«Disfruta la comida»
«Espero que te guste»

Hatsulin volvió a sonreír por aquel breve momento que le dió su hermano como para contestarle, sabiendo que seguramente estaba en una misión con el héroe con quién hacía residencia pero tomándose un tiempo para darle una respuesta. Su corazón se volvió cálido, sintiendo la misma sensación que le provocó Shōto cuando se tomó el tiempo de traerle un café. Sonrió un poco más con sus mejillas ruborizadas.

❛Que confundida me siento, feliz pero abrumada... Bueno, ¡a seguir disfrutando el almuerzo!❜

SUS ORBES ROJIZOS VEÍAN FIJAMENTE LA PANTALLA DE su teléfono, manteniendo sus ojos entornados y fijos en lo dicho por el remitente con quién hablaba. Se mantuvo a un lado de la calle mientras mantenía sus ojos aún atentos al leer el corto mensaje que le había mandado su hermana, deteniendo un momento la misión en la que estaba presente junto con el héroe con quién hacía la residencia. Este mismo se encontraba atando a un trío de villanos que estaban semi inconscientes, escuchando apenas las palabras de enojo y cierta burla que les decía el héroe.

Miró un momento a su mentor quien se enderezó en su lugar colocando sus manos en las caderas con sus brazos en jarra para levantar la mirada, encontrándose con la suya. El mayor sonrió más y alzó el pulgar haciendo sonreír ligeramente a Takeshi, quien alzó su pulgar libre para volver a mirar hacia la pantalla aún manteniendo la comisura de sus labios elevado, leyendo por segunda vez el mensaje.

Hatsu-Imōto
«¡Ten suerte! <3»
«Por cierto, está delicioso el bento. ¡Rico!»

El pelirrojo sonrió nuevamente de lado ante lo contestado de su hermana, sintiendo propio orgullo de que le gustara la comida, haciéndolo suspirar con calma. Entrecerró sus ojos unos momentos, suspirando, pensando en Hatsulin y recordando lo ocupada que ha estado últimamente, siendo que cuando pasaba por su habitación la veía en su escritorio escribiendo cualquier cosa o incluso con la cara en un libro. Sabía muy bien lo difícil que era el primer semestral de exámenes ahí en la U.A., de por sí en primer año era vago en los estudios, aunque hábil en lo práctico. Confiaba en que a Hatsulin le iría bien, era más aplicada que él cuando estaba en primer año.

—¿Con quién hablas? ¿Tu novia? —Takeshi alzó sus cejas para rodear sus ojos con cierto cansancio al escuchar la voz de su mentor justo detrás de él, sintiendo como estaba inclinado hacia él tratando de ver lo que escribía.

—No, sensei... mi hermana. —aclaró hacia el héroe profesional quien soltó un largo «oh» mientras asentía lentamente, analizando detenidamente lo dicho por el menor.

—¿Y con tu novia no?

El pelirrojo bufó con molestia mientras sus mejillas se ruborizaban con ligereza, desviando sus orbes rojizos hacia un lado para cerrar con cansancio y cierta molestia sus ojos, teniendo su nariz un tanto arrugada al momento que respiró con fuerza provocando que los orificios de esta misma se agrandaran unos momentos. El pequeño rubor desapareció, guardando el aparato telefónico en los bolsillos de sus pantalones de un tono vinotinto oscuro para mantener sus manos en sus caderas mientras que curveaba con ligereza sus brazos en forma de jarra.

—Hay que seguir con el trabajo, sensei. —soltó con desinterés y a su vez con seriedad mientras revolvía un poco sus alborotados cabellos rojizos, sosteniendo apenas su flequillo con una bandana oscura—. Por algo me hiciste venir en la hora del almuerzo, por alguna razón sólo a mí.

—Evadiendo hablar sobre tu vida. Uy, deja de ser tan cerrado. Entiendo que no quieras socializar conmigo. Todo bien. —Takeshi rodeó sus ojos por la fingida indignación del héroe, negando nuevamente con su cabeza, observando como se cruzaba de brazos y veía hacia otro lado.

El Tsubomi lo miró desde su altura para después ver hacia el cielo, suspirando con ligereza y calma. Esperaba que su hermana tuviera un buen día, sintiéndose culpable sobre no estar con ella considerando que algo le decía que necesitaba apoyo. Al menos, podía confiar en que habían personas que la apoyarían.

SE ESTIRÓ EN SU ASIENTO UNA VEZ TERMINARON LAS CLASES DE ese día, pudiendo ya relajarse un poco para poder irse a casa, pensando en como reaccionaría su abuela al momento de decirle que mañana iba a estudiar con varios de sus compañeros y amigos para los exámenes del semestral. Sinceramente si ha estudiado desde que el profesor Aizawa dijo que tenían que estudiar, sobretodo si quería ir al campamento de entrenamiento. Admite que le ha quitado horas de sueño, pero se siente lista, aunque no está demás continuar y de paso, ayudar a sus amigos.

Sintió su teléfono vibrar llamando su atención, así que se acomodó para poder sacarlo y confirmar lo que suponía que era, siendo efectivamente un mensaje de Sosuke diciéndole que ya la estaba esperando a fuera haciéndola suspirar un poco al sentir nervios y dudas sobre hablar con su abuela. Sentía que desde el Festival Deportivo le había implantado más temor que antes, sentía que le iba a decir que no y que simplemente no fuera, que se enfocara en ella y no en los demás.

Suspiró pensativa para luego levantarse y comenzar a guardar sus cosas algo distraída y callada, escuchando las pequeñas conversaciones de sus amigos y también el movimiento que hacía Aizawa en su escritorio, viéndose igual de perezoso y callado como siempre, aunque no podía notar como él la observaba en silencio. Así que, absorta de eso pasó el cinturón de su maletín por encima de su cabeza para luego colgarlo en su hombro, pensando en que debería hacer.

Se levantó despidiéndose de sus amigos y compañeros de forma leve ya que quería llegar cuánto antes a casa, ver cómo se desata todo y a su vez refugiarse en su habitación. El ambiente estaba frío, notando las nubes oscuras y grisáceas en el cielo que indicaba un día de lluvia, algo extraño ya que se acercaba el verano, pero podría comprender que a veces Japón era variado en el clima en esa época.

❛Y si... ¿les digo que no puedo y no le pregunto nada a ella? Así me ahorro cualquier reacción suya❜ pensó al momento que se detuvo justo en la entrada de la U.A., dándole la espalda a esta misma, pero después giró ligeramente viendo sus enormes instalaciones y grandes ventanales azules que a pesar de que el sol no estaba brillando, se veía igual de impresionante.

Sus cejas cayeron con cierta aflicción, agachando la cabeza un poco al igual que la mirada al creer que para ahorrarse cualquier negación o amenaza de su abuela sería mejor decirle a sus compañeros que no podía y no inmutarse con Atsuko ni decirle nada. Parecía la opción más fácil. Suspiró, ¿desde cuándo se iba por la opción fácil? Se sentía decepcionada, de ella misma se sentía decepcionada por no ser capaz de cumplir su palabra.

—Odio las malditas miradas de duda. —pegó un pequeño salto apenas escuchó su voz de la nada, dándose de cuenta lo tan metida que no notó su presencia.

Observó hacia Bakugō Katsuki que prácticamente estaba detrás suyo, teniendo la necesidad de voltearse para no darle la espalda, notando como cargaba su mochila en su hombro y tenía el ceño fruncido tan característico de él, también percibiendo que la estaba mirando fijamente, serio y casi analítico, justo como esa mañana. Se colocó un poco rígida por su presencia y recordar lo acusador que estuvo, por inercia apretó su muñeca mientras la echaba con incomodidad hacia atrás. Aquello no pasó desapercibido por el cenizo quien se mantuvo en silencio, sólo mirándola.

—Mañana a las tres. —bufó de la nada el cenizo viéndola de manera fija y seria, tomándola por sorpresa ante sus palabras. Hatsulin levantó un poco sus cejas cuando caminó y le pasó por el lado, deteniéndose unos segundos—. No te acobardes y huyas, pirómana.

Se quedó allí sin decir nada, frunciendo sus cejas un poco y agachando el rostro al punto que una pequeña sombra apareció en medio de sus cejas, sintiéndose otra vez abrumada y tensa pero a su vez, sentía algo extraño, algo que no comprendía. Giró ligeramente viendo la espalda del chico alejarse a pasos tranquilos, viéndose firme. Se quedó en silencio sintiendo... ¿coraje? ¿por qué? No entendía, no comprendía porque sentía eso sabiendo que hace unos minutos sentía miedo y duda con su abuela.

Sintió algo húmedo caer justo encima de su nariz, provocando que cerrara sus ojos ante aquel impacto hasta abrirlos y pestañear varias veces. Miró hacia el cielo por inercia, notando como el frío del ambiente era más intenso y sentía ahora humedad. Levantó su mano tocando en donde cayó aquella gota, notando como ahora estaba húmeda, haciéndola quedarse en silencio y ahora con mucho que pensar.

—Va a llover...

❪📚❫',·shane's glosary

❪📙❫Civet¹: Según los expertos, el mejor café del mundo es el que se produce en Indonesia, en concreto la variedad de café Civet, también llamada Kopi Luwak ('café de civeta' traducido del indonesio). El café kopi luwak, muy famoso en Indonesia, se obtiene moliendo los granos extraídos de las heces de la civeta.

❪📘❫7 minutes workout²: El método 7 minutes workout tiene como característica fundamental que es un ejercicio de carácter aeróbico, que favorece a que el deportista puede mantener un rendimiento alto, previniendo lo máximo posible la aparición de la fatiga.

❪📗❫CrossFit³: es un tipo de entrenamiento muy de moda en los tiempos actuales. Es una combinación de entrenamiento funcional, trabajo de cardio y trabajos con el propio peso corporal, realizado todo a alta intensidad.

❪📓❫Peque⁴: así es como la tiene agregada Mirio a su teléfono, ya que suele llamarla constantemente de esa forma, en un apodo de cariño. Hatsulin a veces le reclama de que la llame así no sólo por ser menor, si no por ser más baja.

→S H A N X L A B Y X←

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