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❪𝟯𝟲❫ ; 𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗶𝘁𝘆.

ARC TWO; WINGS❫
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CAPÍTULO TREINTA Y SEIS;
IDENTIDAD
❛Estar a salvo❜

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©Shanxlabyx
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SOSTUVO LA TAZA DE PLÁSTICO CON café humeante mientras que buscaba en los bolsillos de su chaqueta el dinero con el que tenía que pagar, mostrándose distraída. La silueta de Sosuke estaba afuera esperándola mientras que observaba su teléfono con tranquilidad, acomodando un poco el cuello de su abrigo casual, deslizando su dedo pulgar por la pantalla, viendo las redes social de manera atenta en espera de ver algo más aparte de lo sucedido del Festival Deportivo, de All Might, etcétera.

Volviendo con la pelirroja ella contó cuidadosamente los yenes en sus manos mientras la cajera esperaba pacientemente luego de hacer el otro café, siendo más espumoso y más claro que el que tenía la adolescente en mano, demostrando la diferencia de que uno tenía leche y crema y el otro sólo algo de espuma. Dejó en la mesa la mayoría de dinero requerida mientras volvía a rebuscar en su bolsillo y contaba las monedas una vez más, contando por lo bajo.

—Cincuenta... Setenta... Cien... —agarró la moneda de cien yenes dejándola con el resto del pago para mover con su pulgar otra de las monedas—. Y... ¡veinte! —sonrió cálidamente entregando finalmente el dinero completo a la cajera quien lo recibió con una amable sonrisa—. ¡Muchas gracias!

—Siempre a su orden. —respondió suavemente la amable empleada.

Tomó ambas tazas de café recién hechas y compradas haciendo una reverencia hacia la empleada para mover su brazo y alzar más su bolso por su hombro darse la vuelta. Avanzó alegremente y de buen humor hacia la salida con cada café en cada mano. El castaño mayor no tardó en percibirla al otro lado del cristal de la puerta y, como todo un caballero (agregando que ella tenía las manos ocupadas) abrió la puerta desde afuera, provocando el tintineo de la campana de la entrada para dejarle chance a la chica en salir.

Sosuke guardó su aparato distraídamente en su bolsillo viendo como ella le extendió una de las tazas de café con el emblema de la tienda y la tapa de plástico marrón típico de los tarros de café comprados fuera de casa. Se quedó estático unos momentos viendo la afable y enérgica sonrisa que daba la de menor estatura y menor edad.

—Con doble crema y leche, Sosuke-san. —musitó con su voz en un tono dulce y cariñoso haciendo ruborizar al adulto, aunque también avergonzándolo de su gesto que no se esperó ni un poco.

—Ya te he dicho que no tienes  porque tomarte la molestia... —bufó sobando su nuca unos momentos pero, resignado, tomando aquella amabilidad de la chica a su cuidado y sonreír al ver cómo sólo le sonreía y mostraba calidez en sus grandes ojos azulados. Suspiró con algo de pesadez.

—Te veo algo cansado, Sosuke-san. El café es bueno para despertar las energías mañaneras. —Hatsulin sostuvo su propio café en mano derecha para después colocar su mano izquierda en puño en su cadera, mostrando confianza—. Así que, pedí una leche con café para que tengas más energías.

—Es café con leche, no leche con café. —reiteró algo confundido pero tranquilo el adulto, sonriendo con ligereza de lado, sin mostrar sus dientes.

—Tiene más leche que café. Así que es leche con café.

Sosuke suspiró con cierta pesadez pero no evitó sonreír una vez más, mirando aquella taza con la que la chica había considerado en regalarle sin haberselo pedido. Miró a la pelirroja quien bebió un sorbo de su café (curiosamente amargo) y luego miraba el emblema de la cafetería con atención, como inspeccionándola. La admiró unos segundos y sonrió un poco más, sintiéndose tranquilo y a su vez orgulloso de que fuera tan amable. Recuerda perfectamente la actitud de Atsuko, la cual tiene una gran magnitud de diferencia con la de Hatsulin.

Atsuko era como un cruel lobo disfrazado de oveja, mientras que Hatsulin era un dulce y noble corderito blanco. El cual a pesar del maltrato, seguía mostrando amabilidad.

A veces le preocupaba cuando pensaba en que tanto resistiría la pequeña Tsubomi hasta que todo lo que le han hecho ella llegué a devolverlo.

—Gracias... —se resignó poco a poco luego de haberle dado un pequeño sorbo. Sonrió una vez más pensando en el buen sabor que tenía, pasando su lengua por su labio superior al quedarle algo de espuma, limpiándose después con su mano.

Hatsulin mientras bebía y tenía su boca pegada en la taza, achicó sus ojos primeramente y luego los cerró, demostrando que le había hecho un gesto de sonrisa.

—¡Oh, tu eres la del Festival Deportivo!

Ante aquella exclamación la menor volteó su cuerpo sin dejar de beber aunque bajando más aquel pote de plástico de color beige. No separó sus labios de la abertura en dónde bebía al ver como una adolescente de quizás su edad o más joven se veía asombrada y emocionada, como cualquier persona al hacer un gran y enorme descubrimiento. Venía acompañada de dos jóvenes más, igualmente chicas quienes mostraban asombro y brillos en sus ojos mostrando fascinación.

Hatsulin giró su cabeza de derecha a izquierda viéndolas a cada una por separado al observar la forma soñadora y fascinadas en la que se acercaban a ella. Inclinó su cabeza hacia la izquierda demostrando el que no comprendía al comienzó hasta que captó poco a poco lo que había dicho. Dejó de beber cuando comenzó a sentir mucha atención de repente. Percibió y vio como varias de las personas a su alrededor volteaban y fijaban su atención en ella.

Los murmuros emocionados no tardaron en hacerse presentes y en aparecer, siendo percibidos por la de cabellos rojizos hechos nuevamente en dos coletas caídas por sus hombros.

—¡Es cierto! —secundó una muchacha castaña y con piercings en sus orejas, sonriendo en grande—. ¡Es la que quedó de segundo lugar!

—¡Si! ¡Es la hija de Hikarimeki! —exclamó una rubia con brillos y flores a su alrededor—. ¡Es tan genial! ¡Ame toda sus peleas! ¡Es grandiosa!

—Me hubiera encantado ver cómo peleaba hasta el final con el chico rubio —soltó ahora la voz de un chico seguida de más. Hasta los adultos, incluyendo los meseros de aquella cafetería la veían emocionados.

—¡Es hasta más linda en persona!

—¿¡Puedes tomarte una foto con... —y cuando un grupo de secundaria mostraban el teléfono, observaron como era empujada rápidamente hacia el lujoso auto de vidrios oscuros con insistencia. Ella sólo agitó su mano a cualquiera en despedida, sin dejar de beber su cafecito—. ¡O-oye, espera!

Lo siguiente que se vio fue como era adentrada al vehículo y el hombre de cabello castaño cerraba la puerta para después, adentrarse en el piloto y velozmente arrancar, dejando atrás al leve grupo de personas que habían fijado su total atención en la apellidada Tsubomi al reconocería del festival de días anteriores. Lo sucedido estaba en las nubes, por cada pelea que había sucedido y los desenlaces. Era algo que acaparaba la atención por completo.

La de orbes azulados suspiró con cierro alivio cuando pudo estar en la seguridad del auto, dejándose caer un poco desparramada en su asiento mientras sus ojos estaban rasgados. Sentía el relajante movimiento y la vibración del auto acelerar y dirigirse finalmente a su destino en la academia U.A..

—Gracias.... Sosuke-san... —decía pausadamente y totalmente relajada la de la cicatriz bebiendo entre sus manos su confiable café negro como una niña.

El de ojos eléctricos asintió mientras veía de reojo hacia la dirección de la adolescente quien no tardó en acomodarse como se debe. Miró por la ventana sosteniendo todavía con sus dos manos la superficie de plástico algo acartonado, dando algunos sorbos en el proceso, en espera de llegar a su academia de héroes.

Vaya comienzo de la mañana.

LLEGÓ A PASOS SEGUROS PERO A SU VEZ algo lentos a su aula de clases. Se había despedido como siempre del adulto, agradeciendo en el proceso de haberla traído a pesar de ser su trabajo y no tardó en dirigirse al aula de la clase 1-A mientras apenas tenía su café a la mitad. Escuchó como sus compañeros comentaban sus experiencias en la mañana.

Al parecer no había sido la única a la que reconocieron del festival deportivo.

—¡Hola hola, Hatsu-chan! —exclamó Mina apenas se sentó en su asiento en la segunda fila, viniendo corriendo con sus manos en alto—. ¡Cuéntanos que te pasó hoy en la mañana! Es obvio que debe haberte pasado algo como a noso... ¡Oh, por favor, dame un poco! —desvió su atención hacia su café el cual dudosamente le ofreció. Vio como bebía emocionada al comienzó y después se paralizaba y su expresión se volvía sombría y temblorosa—. E-está... demasiado amargo...

—Es café amargo. Sirve para despertar al cien por ciento. —dijo entusiasmada y con brillitos de calidez a su alrededor, sonriendo a ojos cerrados y sosteniendo entre sus manos una vez más la taza de café.

—Buuuu. —sacó su lengua provocándole unas pequeñas risitas a la pelirroja. Le daba gracias su reacción.

—Buenos días. —por la puerta se apareció su maestro guía; Hatsulin admiró como ya no estaba cubierto de vendas haciendo que se enderezara un poco más en su lugar como sintiéndose de alguna manera más tranquila, con más energía. Mina no tardó en irse rápidamente a su asiento antes de recibir un feo regaño de su maestro.

Escuchó a Tsuyu mencionar y señalar respecto a que ya no usaba los vendajes, pero no se lo iba a tomar como algo malo, ya que era bueno. Significaba que estaba mejorando y eso la hacía sentir feliz, aumentando la tranquilidad que había ganado cuando salió con Kirishima, Bakugō y Kaminari. El día siguiente a eso no fue agradable... pero valió la pena. Se sentía aliviada y contenta.

—La anciana se sobrepasó con su tratamiento. —aclaró haciendo una pequeña mueca. Hatsulin relajó sus hombros y sonrió, sin mostrar sus dientes atenta a su maestro—. Más importante, hoy tendremos una clase especial de informática de héroes;.... nombres código, decidirán sus nombres de héroes.

—¡Haremos algo emocionante! —escuchó la exclamación de todos sus compañeros (al menos su mayoría) mientras que sonreía entusiasmada. Aunque se agazapó un poco en su asiento, casi como sentándose de golpe cuando Aizawa activó su quirk momentáneamente, y con eso, mostró una mirada amenazante que calmó a toda la clase.

❛Uy...❜ pensó con ciertos nervios la única Tsubomi presente con una sonrisa algo tensa. Aquella expresión de su maestro había sido sinceramente intimidante que incluso hizo que sus hombros se tensaran.

Cuando Shōta admiró el que sus estudiantes se calmaron, continuó hablando; —Esto es relacionado a la elección de draft de los héroes profesionales que mencioné el otro día. —hizo memoria momentáneamente y abrió sus labios al recordarse al instante de eso. Mostró más interés en lo que decía—. El draft inicia en segundo y tercer año, después de que los estudiantes han ganado experiencia y pueden volverse inmediatamente apoyo de los profesionales. En otras palabras, para que envíen ofertas a los de primer año como ustedes, significa que están interesados en su potencial futuro. Esas ofertas son canceladas y el interés muere hasta la graduación.

—¡Los adultos son tan injustos! —se quejó Mina desde su asiento, golpeando su escritorio con las palmas de sus manos, mostrando su molestia al respecto.

—Así que es poco usual que algo como esto suceda en esta ocasión ¿no? —mencionó Hatsulin tocando su mejilla con su dedo índice e inclinando su cabeza hacia un lado—. Eso significa que... ¿debemos esforzarnos aún más que antes y mantener un nivel alto en nuestra fuerza y potencial? —supuso curiosa—. ¡Osea el doble de esfuerzo!

—Podría decirse. Si, estás en lo correcto. —confirmó el adulto a las palabras de su estudiante más joven quien había dicho aquello con determinación y más seriedad—. En todo caso, estos son los totales de aquellos con ofertas. —y dicho eso, mostró lo anterior mencionado.

Todoroki: 4123
Tsubomi: 3983
Bakugō: 3556
Tokoyami: 360
Iida: 301
Kaminari: 272
Yaoyorozu: 108
Kirishima: 68
Uraraka: 20
Takeru: 17
Sero: 14

—En otros años era más igualado, pero todos los ojos están en estos tres este año.

Escuchó a Kaminari frustrarse ante la diferencia y como todos comenzaron a comentar al respecto sobre cada resultado, mencionando sobre sus resultados y etcétera. Hatsulin por su parte sólo podía observar con cuidado la cantidad de ofertas que superaban las de Katsuki, pero no alcanzaban en su totalidad a las de Shōto. Una de sus manos se apretó contra el escritorio al suponer a causa de quien había sido el gran número de ofertas hacia su persona. Lo admite... dió la mayoría de su potencial y se esforzó al máximo (aunque en su pelea con el cenizo se había salido de control) y eso era bueno porque llamaba aún más la atención de los héroes. Pero, no creía que tan así.

Su abuela, esa era la más viable respuesta y las más obvia, a ojos de ella. Sabía de la influencia que tenía ella con muchos héroes así que supuso que era más a causa de la influencias de Atsuko que a su propio esfuerzo.

—No comprendí los números de ofertas. ¿Todoroki de primero y Bakugō de tercero? —Kyōka cruzó sus brazos totalmente confundida al respecto, tomando en cuenta que Bakugō en el festival quedó de primero y Todoroki de tercero.

—Técnicamente es el lugar opuesto del Festival Deportivo, al menos entre ellos dos. —comentó el aspirante a héroe de dientes puntiagudos, igual de desconcertado que Jirō y varios de sus compañeros—. Aparte de Tsubomi. Ella terminó de segunda y en las ofertas está de segunda. —rascó su cabeza haciendo un pequeño mohín—. Bueno... ¡aún así los resultados son muy buenos!

La aludida se quedó observando fijamente por unos segundos más sus resultados todavía escuchando distintos comentarios respecto a todos los resultados de las ofertas para pasantías por medio del desempeño de todos y cada uno en el Festival Deportivo. Desvió la mirada escuchando las felicitaciones que se daban entre si y apretó sus puños un poco más por pura inercia. No se sentía demasiado cómoda con el resultado.

Colocó aquella mano hecha puño sobre su pecho y respiró despacio y hondo, buscando relajarse de la pesadez que aparecía en su cuerpo por cierta decepción que le provocaba todos los pensamientos que adentró su abuela respecto a qué ella le había dicho claramente que «no recibiría ninguna oferta de algún héroe si no fuera gracias a ella, debido a su horrible desempeño». Eso había golpeado su autoestima sinceramente pero se resignó. Las cosas eran así.

—Te envidio, Hatsu-chan. Tienes tantas ofertas... —sintió un peso muerto en su nuca luego de escuchar la queja larga de Kaminari. Reaccionó de sus pensamientos y lo observó, no tardó en sonreír—. Pero... ¡Aún así, no me sorprende! ¡Lo hiciste super genial en el festival! ¡Muchas felicidades! —y subió su ánimo, felicitándola—. Hay que salir a comer para celebrar. —canturreó entrecerrando sus ojos con una sonrisa algo juguetona.

Sus mejillas por un segundo se ruborizaron y no tardó en soltar algunas risitas por su cambio de humor. La simpatía con la que se expresaba en su mayoría Kaminari lograba subirle el ánimo. Era como un cargador de su energía. De forma retórica y a su vez de forma literal.

—¡Gracias! —por educación, agradeció sus palabras dulcemente—. ¡Tu también muchas felicidades, Kaminari-kun! Recibiste también muchas ofertas ¡Eso es genial! —lo felicitó de igual manera a su amigo quien se desconcertó primeramente por no recibir mucha reacción de su intento de coqueteo, para después colocarse algo avergonzado, desviando la mirada mientras rascaba su nuca. Sus mejillas se habían ruborizado un poco.

—Manteniendo estos resultados en mente, si alguien o nadie preguntó por ti, todos participarán en pasantías con los héroes. —Aizawa una vez más volvió a hablar llamando la atención de todos los presentes quienes interrumpieron la charla sobre sus resultados y demás cosas. Se enderezó aún algo pesada prestando atención.

—¿Pasantías?

—Sí. En U.S.J. ustedes ya obtuvieron experiencia en combate contra villanos reales, pero aún es un entrenamiento significativo que vean a los héroes trabajando de primera mano.

—¡Eso explica los nombres de héroes! —exclamó Satō con gran entusiasmo y emoción, provocando que sintiera su pecho inflarse y alejar la pesadez en su cuerpo por todo lo que estaban mencionando. Nombre de héroes, pasantías...

—Esos nombres de héroes son temporales, pero si no son serios sobre ello... —iba diciendo poco a poco su maestro de cabello desaliñado, hasta que fue interrumpido.

—¡Tendrán un infierno que pagar luego! —Midnight apareció por la puerta de manera repentina y fantástica, provocando emoción en el aula, mayormente en los chicos. Hatsulin no tardó en sonreír al verla—, porque muchos nombres de héroes usados por los estudiantes se vuelven reconocidos por la sociedad y terminan volviéndose nombres de héroes profesionales.

—¡Midnight!

—¡Oh! ¿Así que el nombre de héroe que escojamos ahora sería el definitivo? —cuestionó Hatsulin una vez más en esa clase queriendo estar lo suficientemente informada ante cualquier cosa—. Bueno... ¿Relativamente definitivo? Si escogemos algún nombre de héroe y nos volvemos reconocidos ahora con ellos, y después nos graduamos y seamos profesionales, el cambiarlo, ¿sería una clase de inconveniente? —cuestionó de manera continúa haciendo pestañear repetidas veces a la heroína coqueta por la rapidez con la que habló.

Aún así no tardó en sonreír curiosa de las preguntas que estaban lanzando, dando a ver qué ella estaba tratando de estar lo más informada posible. Colocó sus manos en jarra en su cintura y cerró sus ojos, alzando ahora una sola mano con su dedo índice hacia arriba.

—Técnicamente así es, señorita. Si te vuelves reconocido con un nombre para cambiarlo, provocaría confusión en los ciudadanos y ¡muchos más escándalos! —exclamó con carácter.

—Bueno, así son las cosas. Así que Midnight se asegurará de que sus nombres estén bien... Yo no puedo hacer eso. —habló Aizawa sin tomarle importancia al asunto. Se vio sostener su saco de dormir amarillo y que usualmente le daba una apariencia de gusano—. Cuando se dan a si mismos un nombre, usen una imagen concreta de lo que quieren ser en el futuro y pueden acercarse a ello. Esto es lo que significa cuando dicen «los nombres y las naturalezas con frecuencia coinciden». Como por ejemplo; «All Might».

❛Tengo que pensar este nombre demasiado bien y con cuidado. Estar segura y confiada de que muy seguramente es que sea mi identidad oficial en el mundo del heroísmo... ❜. Hatsulin respiró profundo al pensar en aquello teniendo su plumón entre sus dedos y golpeando la punta constantemente con su escritorio, tratando de pensar sobre como debería ser su nombre de heroína.

Apoyó su mejilla en la palma de su mano contraria y entrecerró sus ojos momentáneamente hasta cerrarlos, tarareando un muy leve sonido en su garganta para concentración. Necesitaba algo que la describiera como heroína pero no quería algo tan elaborado ni obvio como el componente de su quirk, que sería el fuego. Era complicado.

Respiró profundo tratando de meterse en lo hondo de sus pensamientos en alguna idea, buscando significados, buscando sus razones de ser heroína, como si aquello lograra darle algún intensivo. Levantó sus párpados cuando escuchó a Midnight pedir que fueran pasando al ya haber pasado un rato y se sintió algo nerviosa, haciéndola volver a respirar pero de forma más larga.

Miró la pequeña pizarra con cuidado y después miró su mano sosteniendo el plumón negro. Aflojó un poco el agarre dejando ver el ligero vendaje en su palma y la leve cicatriz que desde hace años prevalecía allí. Se quedó observando su propia piel rasposa y levantó levemente sus cejas ante el escalofrío que la recorrió. Suspiró con ligereza al momento que tuvo algunos recuerdos y una idea en particular vino a su cabeza, escuchando de fondo como cada uno de sus compañeros pasaba y mostraban sus nombres de héroes.

No perdió tiempo y destapó el plumón dejando la tapa en un lugar seguro donde no se caiga, y atrajó la pizarra hacia ella. Colocó dudosamente la punta en aquella superficie y después sonrió ilusionada y hasta cierto punto (uno notable) emocionada. Comenzó a escribir con cuidado la palabra, la identidad con la que sería reconocida.

—Tsubomi-chan~. —canturreó coqueta Nemuri viendo juguetona e interesada a la pelirroja, apoyando sus codos en la mesa y su rostro en sus manos—. Es tu turno.

Asintió varias veces ansiosa mientras sonreía con firmeza y mantenía una mirada determinada. Sosteniendo la pizarra contra ella para evitar que alguien más la viera, se levantó con cuidado y acercó hacia el frente de la clase casi al instante debido a la corta distancia al estar en el primer puesto de la segunda filas. Sonrió a labios cerrados primeramente y después en grande de forma entusiasmada y energética.

No tardó más y mostró con emoción y determinación su pizarra con el nombre que había escogido para ella como la identidad suya de heroína en el mundo de héroes.

—¡La heroína flameante: Scarlet! —exclamó con entusiasmo y seguridad, mostrando una gran sonrisa en sus labios sintiendo su dedo tener un pequeño tic contra el pizarrón entre sus manos—. ¡La heroína que iluminará y encenderá el corazón el corazón de los ciudadanos en esperanza! —soltó de manera adicional ante su emoción apretando uno de sus puños y alzándolo, entusiasta.

—¡Waa, me encanta! ¡Que elegante pero maravilloso suena!. ¿Es por tu cabello acaso? Porque es de color rojo como la escarlata... ¿O es por tu quirk? ¿Por el color de tus flamas? ¿Por qué brillan? ¡Ah, provoca incluso intriga sobre su significado! ¡Incluso es adorable! Y el tipo de heroína que dices querer representar ¡Lo ame! —exclamaba Midnight efectivamente, y como ella misma lo dijo, con emoción, cubriendo su rostro con sus manos, mostrándose ruborizada de la emoción que sentía—. Scarlet~, deslumbrante, adorable pero elegante e intrigante a la vez... Como la portadora. ¡Maravilloso!

Hatsulin río por la reacción de su maestra, pero a su vez contenta por las palabras y aceptación al respecto de su nombre de heroína que había escogido. Simplemente con pensar detenidamente en muchas cosas al respecto de su vida, de su apariencia, de su quirk (como mencionaba Kayama) se le vino a la mente. No tenía un significado tan fuerte o muy significativo, pero se sentía cómoda, confiada con ese nombre, con esa identidad. El pensar en las personas llamarla así, en ver a los demás iluminarse o decirle «¡Oh, es la heroína Scarlet!» le aceleraba el corazón de una manera que no comprendía.

Pero así era como iban siendo los pasos y los caminos de ser un héroe. Ya había dado otro paso más con simplemente pensar y ya tener el nombre de su identidad heróica. En el mundo del heroísmo había dado un nuevo gran paso y eso la contentaba.

Ese día esfumaba todo lo recientemente malo que le había sucedido.

LUEGO DE QUE TODOS Y CADA UNO DECÍAN SUS nombres de héroes, agregando que algunos dejaron simplemente sus nombres (en este caso Iida y Todoroki) y que uno no se decidiera por qué sus opciones era intensas y malas como nombre de héroe (en este caso Bakugō), pasó el rato hasta que pidieron terminar hasta el último para que pudieran proseguir, llegando a un punto en especial de la clase y en el proceso de héroes de todos. 

—Ahora que todos decidieron sus nombres de héroe, hablaremos sobre sus pasantías. —había aclarado su maestro Aizawa luego de que su mayoría haya escogido su nombre de héroe—. Durarán una semana. En cuanto a dónde la tendrán aquellos que recibieron ofertas de agencias profesionales, tendrán su propia lista, así que pueden pedirlo ustedes. Aquellos que no tienen ofertas elegirán entre cuarenta agencias profesionales de todo el país, quienes los aceptarán como internos. Todos trabajan en diferentes lugares y tienen diferentes especialidades.

Midnight tomó la palabra luego de que culminará su compañero de trabajo, añadiendo algo respecto a lo último dicho de Shōta; —Por ejemplo, 13 está enfocada en rescates de accidentes y desastres, más que luchar contra villanos.

Las pasantías. Finalmente había llegado a una de las etapas con los héroes que más le entusiasmaba. Desde que sus hermanos comenzaron a contarle como eran las pasantías en dónde vivían en los zapatos de un héroe antes de graduarse, le subió la emoción y la curiosidad de como sería. Las academias de héroes eran para ayudar en el control del quirk, saber las reglas del heroísmo, como ser un héroe y al pasar los tres años, poder tener la suerte de graduarse, ya siendo un héroe profesional y legal con la licencia y todo. Las pasantías eran momentos de aprendizaje y experiencia previa con héroes profesionales antes de graduarse y hacerlo por si mismo. De verdad estaba entusiasmada... Aunque ver tantos papeles debido a la gran cantidad de ofertas la abrumaba un poco.

Comenzó a ver una por una en espera de que algo pueda interesarle de los héroes y agencias que le hayan mandado ofertas de pasantía. Por lo menos su abuela le había dado la libertad de escoger en estas pasantías la agencia que prefiriera, pero que sea de un gran héroe que no la haga perder el tiempo. Meneó disimuladamente la cabeza para quitar esos pensamientos y concentrarse, dejando otra agencia que, aunque llamó su atención, no parecía ser lo que necesitaba o quería.

Se quedó tiesa cuando agarró la siguiente hoja de lista (ya que ante tantas ofertas, habían muchas hojas), observando con detenimiento y cierta confusión el título. Se le detuvo unos momentos el aliento y tragó en seco, se quedó estática viendo sólamente el remitente aún con los pelos de punta; Agencia Clasificada.

Se quedó pensando profundamente en que agencia podría ser como para que estuviera manteniendo en secreto su nombre. Inclinó su cabeza mientras que veía aún el título de «agencia clasificada» en busca de alguna idea sobre a que agencia se refería pero al apenas meterse en su cabeza a pensar quién podría ser, quedó en blanco cuando recordó a su abuela. La recordaba perfectamente decirle sobre agencias peculiares que se mantenían clasificadas debido a que trabajaban para el gobierno.

¿Que hacía mandándole solicitud de pasantía? ¿Por qué...?... Oh, ya entendió. Se quedó todavía fija en la propuesta de pasantía de la comisión y la dejó con cuidado en el lado que iba dejando las agencias que rechazaba, mirando apenas por encima las demás agencias enlistadas. Se quedó tensa en su lugar varios segundos y sólo pudo pensar en su abuela, su abuela, su abuela, su abuela... Esa era y es la razón por la que la ese tipo de agencia le haya mandado una oferta. Ella se lo había mencionado antes, y muchas veces pero no, no lo aceptaría.

Le daba mala espina.

Era una agencia de héroes, lo sabía, pero tenía algo extraño y no le gustaba. Aparte, había escuchado que ingresar allí como estudiante era no volver a la academia en la que anteriormente estaría para ser educado únicamente por ellos, someterse a quien sabe que tipos de entrenamientos, encerrarse a entrenar únicamente. No, quería disfrutar así sea un poco la U.A., así que obviamente se negaría.

Negó para si misma y dejó esa propuesta entre las otras listas ya vistas y continuó observando, aún incómoda por la anterior agencia vista. Suponía que era por su abuela ya que usualmente, según le contó, es inusual que ese tipo de agencias que trabajan con y para el gobierno den ofertas a estudiantes para pasantías, a no ser que sea por un tipo de quirk extraordinario. No creía captar ese tipo de atención así. Sabe y debe ser a causa de su abuela.

Trató de apartar esos pensamientos de su cabeza para concentrarse y poder decidir con la mente clara.

Incluso vio también en otra de las listas enlistada la agencia de Endeavor; su tío. Hizo una pequeña mueca moviendo lentamente a un lado su hoja en donde seguramente le escribía la razón de porque requería que aceptara su oferta, etcétera (ya que había una carta aparte con su letra). Era su familia y todo pero no se sentía cómoda del todo con Enji. Su atmósfera le recordaba a Atsuko... Aunque, pensándolo bien, no estaba mal aceptar tampoco. Su agencia tenía en una gran mayoría héroes con quirk del fuego, y Endeavor lo poseía y tenía un gran control sobre él. Podía aprender mucho respecto a su quirk con él.

Pensó con cuidado el gran potencial de ir a pasantías con él ya que podría aprender a manejar mejor su quirk y desarrollar más cosas, era tentadora esa opción. Se quedó viendo y leyendo poco a poco lo escrito por su tío, quien estaba en su identidad de Héroe, diciéndole las razones y el interés en querer su presencia en su agencia, diciendo efectivamente los puntos de que aprendería con mejoría sobre su quirk, y demás.

Hizo una pequeña mueca luego de arrugar su nariz en un gesto pensativo. De verdad estaba tentada en aceptar. Aunque, pensándolo bien, justo ahora no veía TAN necesario el perfeccionar aún más su quirk ya que lo tenía controlado en cuanto a la técnica y potencia. Quizás aprendería más rápido sobre el uso de su quirk con alguien especializado en eso pero no sentía que su objetivo en estas pasantías fueran esas. O quizás si...

Ugh, esto es difícil❜ pensó con frustración al no tener en claro sus pensamientos sobre si aceptar o no. Abultó sus labios viendo el remitente de la agencia de su tío y suspiró con pesadez. Hasta ahora ha sido la agencia más conveniente y que le ha llamado la atención, pero, de todas manera, todavía tenía mucho por ver. En todo caso de no llamarle la atención nadie más, aceptaría las pasantías con Endeavor.

Así que, separando la oferta de Todoroki Enji para que no se le perdiera entre el montón, continuó leyendo las demás agencias en busca de alguna que acapare su interés y tenga un buen desarrollo e intenciones para aprender en general o en un punto específico. Tenía bastante para escoger, después de todo.

Pasó a la otra lista de pasantía hacia las otras al seguir viendo opciones y se quedó observando y leyendo con cuidado la nueva hoja con opciones, intrigada al respecto de quién más sería esta vez. Fue mirando los nombres de agencias o simplemente los nombres de héroes, queriendo ver alguien que le interesará. Todos los conocía, pero no acaparaba su atención por completo. Cuando llegó a la mitad, se quedó observando pensativa el nombre de una agencia y luego alzó sus cejas, al igual que sus hombros ante la impresión.

Sus párpados se levantaron con cierta desmesura al observar el nombre del héroe quien le mandaba una solicitud, siendo alguien en solitario más que con una agencia; por lo tanto, sólo tenía anotado su nombre en el labor heroíco. Casi no podía creerse que esa heroína estuviera allí. Luego de leer cuatro veces el nombre, ya que no podía creerselo por completo por la impresión, se aseguró que si era esa y no estaba leyendo mal. Separó sus labios con ligereza y suspiró de forma continúa, tratando de calmar la conmoción que sintió su persona. Vio el nombre de la heroína con detenimiento y se quedó en silencio.

Ahora estaba teniendo un fuerte debate de escoger la agencia de Endeavor y con esta misma, que ha sido una de las únicas que acaparó su atención.

Una muy, muy difícil decisión.

LE PICABA LA ESPALDA. TENÍA GANAS DE RASCARSE por inercia pero se aguantaba. No era tan molesto como las veces en las que se desesperaba y le pedía a cualquiera que le ayudará. Era un tipo de picor como... ¿imaginativo? Ya que se mezclaba con la sensación de ser observada y de ser tan así, le provocaba la sensación imaginaria de tener una molestia en su espalda.

Entrecerró sus ojos y miró hacia un lado sin hacer movimiento luego de detener su almuerzo con el bento y los dorayakis que tenía a un lado. En definitiva ahora que se fijaba bien, era que alguien la miraba. Podía percibir muy fácilmente cuando alguien la miraba con insistencia o de manera demasiado fija al punto de que la sensación sea demasiado notoria. Aunque podía darse cuenta más al instante.

Disimulando, mientras tomaba un poco de verdura de su bento con los palillos que le habían otorgado y lo llevaba a su boca, miró hacia su alrededor con simpleza queriendo saber quién la estaba mirando tanto justo ahora. Cuando volteó hacia atrás mientras volvía a meter un poco más de comida a su cavidad bucal, percibió como cierta persona se volteaba casi al instante de manera tensa. Masticó teniendo una de sus mejillas algo abultadas a la par que alzaba con ligereza una de sus cejas.

—¿Sucede algo, Tsubomi-san? —escuchó la suave y delicada voz de la apellidada Yaoyorozu llamando su atención. Siguió mirando la espalda de esa persona que se mostraba tensa mientras (desde su punto de vista) comenzaba a golpear impaciente e inquieto la punta de su dedo con la mesa. Volteó a mirar a la más alta y simplemente sonrió.

—No, no es nada, Yaoyorozu-chan. —atrajó su bebida hacia ella para beberla y después limpiarse ligeramente los labios. Dejó el pote de jugo a un lado y atrapó entre los palillos ahora un poco de carne—. Y llámame Hatsulin. En el festival se los dije en general. Los considero de confianza. A todos. —cerró sus ojos con suavidad.

Las mejillas de la de ojos y cabello oscuro se ruborizaron por aquel recordatorio de parte de la chica ajena a ella. Miró su bandeja de comida algo avergonzada pero a su vez bastante pensativa, parecía hasta distraída. Hatsulin abrió uno de sus ojos cuando percibió cierto sentimiento de estar abrumada y la vio. Jugó un poco con su comida y después levantó la mirada con una sonrisa leve, nerviosa y apenada a ojos cerrados, volteada hacia ella.

—C-cierto. Discúlpame, lo h-había olvidado, Hatsulin-san. —la aludida siguió observándola de reojo por notarla un poco extraña. La notaba demasiado distraída últimamente desde el Festival Deportivo, se metía a veces mucho en sus pensamientos o no estaba atenta a las conversaciones—. B-bu... bueno ¡cambiando de tema! ¿ya has elegido alguna agencia a la cual ir o te ha interesado alguna, Hatsulin-san? —y mostró genuino interés, aunque seguía teniendo un toque nervioso.

La de cabellos rojizos continuó apreciando los nervios algo notables en la azabache. Inclinó su cabeza un poco curiosa por su actitud y por los sentimientos que poseía. Tenía algo, podía notarlo con facilidad. Entrecerró momentáneamente sus ojos a la par que sonreía sin mostrar sus dientes y bajaba sus párpados, llevándose un pedazo de verdura y carne a su boca luego de beber una vez más del jugo de naranja que tenía.

—Subrayé las opciones que más me han llamado la atención hasta ahora. Cómo unas seis o siete, más o menos. Si no mal recuerdo... —abrió sus orbes azulados, mirando hacia arriba pensativa—. Algunos me enviaron cartas completas, aunque en su mayoría eran sólo los nombres de las agencias. Pero elegí las opciones que más me llamaron la atención.

—Si que tenías para elegir. ¡Suertuda! —protestó Mina dando un golpe en la mesa. Ese día a la hora del almuerzo varias de las chicas decidieron juntarse a comer juntas y hablar de las ofertas de pasantía—. A mi no me dieron ni una... —infló sus mejillas dejando caer su mentón en la mesa.

—Aún así todos tenemos la opción de elegir entre cuarenta agencias en el país, Kero. Para mí eso es suficiente. —comentó Tsuyu de forma tranquila y a su vez directa, como suele hablar.

—Eso es cierto. A pesar de no recibir ofertas, tenemos la oportunidad de ir a pasantías. No hay que desanimarse. —habló Kyōka quien veía una hoja pensativa, aunque al hablar había levantado la mirada para ver a sus compañeras, bebiendo de la pajilla de su refresco. Estaba viendo la hoja de las cuarenta agencias en el país que les dió Shōta a aquellos que no recibieron propuestas.

—¡Ánimo, que estas pasantías serán maravillosas! —exclamó Uraraka tratando de efectivamente animar el ambiente entre aquel almuerzo entre chicas, alzando uno de sus brazos con su puño en alto.

—Pero hay que tener cuidado. Han sucedido muchas cosas últimamente, Kero. —dijo Asui de una forma repentina, que atrajó la atención de las femeninas en la mesa. Todas soltaron un sonido de confusión por sus palabras.

—¿A qué te refieres, Tsuyu-chan? —finalmente Hatsulin habló luego de un rato de silencio de su parte al estar escuchando y disfrutando su almuerzo. Tenía un pedazo de res entre los palillos entre sus manos, viendo hacia la peliverde.

—Hace no mucho apareció alguien que es considerado peligroso, Kero. Recientemente estuvo rondando aquí en Musutafu; casi mata a un tipo a golpes y dejó inconsciente a un héroe. —comentó mirando su tazón de arroz el cual sostenía con una de sus manos y usaba la otra para atraer los granos de arroz con los palillos. Demostraba seriedad al hablar.

—¡Oh, yo también he escuchado sobre él! —comentó la de cabellos cortos y rosados apoyando sus manos en la mesa e inclinándose, casi al punto de levantarse. Mostraba seriedad y cierta exaltación—. Lo extraño es que sólo ataca a villanos, ¡pero no es un héroe!; hasta ahora lo han nombrado el cazador ya que dicen que parece un animal cazando o acechando a sus víctimas... —hizo un gesto de escalofrío pero después siguió eufórica—. Es demasiado violento ¿¡han visto las imágenes de sus víctimas!? ¡Son demasiado...!

—Sin detalles, por favor. —pidió Jirō cerrando sus ojos con un atisbo de nervios, colocando una de sus manos en su frente con cierta pesadez. Realmente no quería nada detallado sobre aquellas imágenes tan gráficas que vio por las redes—. Me he encontrado con publicaciones al respecto, pero desde que vi la primera imagen, no fui capaz de seguir observando las otras que salían... —e hizo una mueca de desagrado y disgusto.

—Debe ser algo terrible si lo dicen así. Con toda mi sinceridad yo no he visto nada de eso. No he tenido tiempo ni mente para ver las redes sociales. —comentó honesta y apenada Momo colocando una de sus manos sobre su pecho. Se veía todavía algo abrumada pero ahora preocupada por la conversación.

—Yo tampoco... —murmuró lamentándose Ochako debido a que no sabía al respecto de aquel chico que ha estado atacando a los villanos y dejándolos en un terrible estado—. Pero como lo dicen, me recuerda es del que han estado hablando también; el asesino de Héroes. ¿Habrá algún vínculo entre ellos? Es extraño que ahora esos dos estén tan... populares ahora. —siguió hablando jugando con los fideos de su ramen.

—Uno ataca y asesina únicamente a los héroes. El otro agrede y deja en un estado crítico a los villanos, pero también llega a atacar a los héroes... —murmuró la pelirroja luego de tragar uno de los últimos bocados de su almuerzo. Se quedó viendo el bento técnicamente vacío y suspiró con cierta pesadez, pensativa—. Puede que si o puede que no. Quien sabe... —entrecerró sus ojos encogiéndose de hombros sin saber que decir al respecto—. Pero en todo caso, tengan cuidado ¿si? No quiero que ningúna quedé herida con el encuentro con el asesino de Héroes o el cazador. —pidió abultando un poco sus labios.

—No te preocupes, Hatsu-chan. Estaremos con héroes en todo el proceso de pasantías. Estaremos a salvo, Kero. —dijo Tsuyu con sus ojos oscuros y brillantes fijos en la pelirroja quien levantó su mirada para observarla en silencio.

Sintió un pequeño revoltijo en su estómago por lo que había dicho la peliverde de estar «a salvo». No tenía idea de porque razón sintió un pequeño escalofrío en su cuerpo por su comentario pero es abstuvo a sonreírle un poco dudosa y tímida al comienzó, pero después mostrándole su usual y gran sonrisa para ocultar su cierta inquietud, asintiendo con un leve sonido de afirmación en su garganta para después admirar como la conversación poco a poco iba cambiando hasta volver a centrarse en las pasantías y como las pocas presentes (sin mencionarla al estar en sus pensamientos y en un pequeño trance) que recibieron propuestas comentaban quienes les enviaron ofertas o hablando de demás héroes.

Hatsulin sintió su corazón acelerarse algo desbocado y tragó saliva. Bajó su mirada a sus manos que pasaron de sostener los palillos a tener un dorayaki entre ellos.

—Si... todo estará bien... —susurró más para si misma que para afirmar lo que había dicho la chica anfibia.

—Te ves distraída, mademoiselle ¡Este trozo de queso te subirá los ánimos! —de la nada, uno de sus compañeros se apareció a su lado arrodillado de forma elegante, aunque un poco extravagante. Su mano libre estaba en su frente mientras desprendía brillos.

La apellidada Tsubomi rápidamente lo había volteado a mirar por su repentina aparición. Pestañeó sorprendida manteniendo sus párpados levantados en un gesto de sorpresa, por poco y su aparición la sobresalta, aunque no niega que si la sorprendió. Había salido de la nada. Jirō quien estaba a su izquierda si pegó un salto por su aparición. Las otras chicas vieron su aparición repentina pero después de regañarlo por aparecer siguieron con su conversación, con la idea de que solía ser sorpresivo.

Miró su rostro y después el trozo de queso delicadamente postrado en una servilleta en su mano. Hizo aquel gesto unas dos veces con lentitud queriendo procesar su ofrecimiento, pero después sonrió algo enternecida y lo vio al rostro en agradecimiento por su gesto tan amable, aunque muy repentino. Levantó sus manos, dejando el dorayaki en la bandeja para sostener el manjar que le extendía su compañero.

—¡Gracias, Aoyama-kun! —agradeció dulcemente cerrando sus ojos al sonreír, mirando aquel pedazo de queso entre sus manos con curiosidad e interés—. No lo espere, pero fue muy amable de tu parte. ¡Gracias! —volvió a agradecer con más ánimo.

—No tienes porqué agradecer. Todo por subirle los ánimos. —comentó glamurosamente su compañero rubio y bastante elegante y extravagante. Le gustaba la forma francesa en la que hablaba. Era peculiar.

Hatsulin sonrió una vez más por su gesto viéndolo levantarse e irse tan extraña y misteriosamente como llegó, caminando con glamur. Soltó una pequeña risa para ver lo dado por Aoyama Yuga. No había intercambiado muchas palabras con él antes, así que de verdad era una sorpresa su acercamiento. Aunque no le molestaba.

—Rico... —murmuró una vez probó el pedazo de queso que le había dado.

→S H A N X L A B Y X←

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