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❪𝟯𝟱❫ ; 𝗻𝗲𝗿𝘃𝗲𝘀.

ARC TWO; WINGS
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NERVIOS
❛Mucho en que pensar❜

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©Shanxlabyx
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«TIN TIN» SE ESCUCHÓ VENIR DEL MESÓN DE NOCHE, su cuerpo se removió debajo de las sábanas mostrando aquel bulto la cama. Un pequeño gruñido se emitió y poco a poco una mano comenzó a emerger para comenzar a buscar a tientas. La piel vendada fue lo que se podía apreciar, llegando hasta estar en su antebrazo lleno de aquellas telas blanquecinas. Cuando su extremidad logró alcanzar el aparato telefónico, lo atrajó a si misma hasta que se escondió entre las sábanas con ella.

Sus párpados se abrieron con dificultad, abriendo uno más que el otro. Presionó el botón para encender su teléfono y cerró con fuerza sus ojos cuando el choque de luz dió en sus retinas, pero haciendo rápido el patrón de seguridad sin ver la bandeja de notificaciones sobre de quién se trataba, fue buscando el buzón de mensajes para averiguar a tientas de quién era el mensaje.

Abrió esta vez un ojo sólamente para ver el mensaje nuevo. Se quedó viendo el nombre en dónde se alcanzaba a ver un «¡Hola!» y varios puntos suspensivos dando a entender que era más que un mensaje de saludo. Cuando comenzó a tener más capacidad de abrir sus ojos observó desconcertada de quién se trataba. Usó su mano contraria para frotar uno de sus orbes y poder reconocer que no estaba viendo mal. Pestañeó varias veces al aclarar su vista algo borrosa, quedando más que confundida cuando observó un mensaje de su compañero de dientes puntiagudos.

—¿Mm?... —balbuceó en un sonido curioso, cansado y confundido para tocar con su pulgar la pantalla y observar lo que decía, moviendo sus pupilas conforme leía el mensaje no demasiado largo.

«¡Hola, Tsubomi!
¿Qué tal te va? Espero que bien :)
Oye, acordé con los otros chicos ir a pasar la tarde, comer e ir al cine, y pues me parece genial y muy varonil que fueras con nosotros
¿Que dices?»

—¿Cine?... —susurró más dormida que despierta rascando ahora su mejilla. Estaba confundida respecto a aquella invitación. Entrecerró sus ojos con su mirada apagada y perdida, haciendo una mueca algo triste, sin embargo cuando había comenzado a escribir con un dedo que no podía, le llegó otro mensaje.

«Por cierto ¡Te estamos esperando aquí a que salgas!»

Se quedó totalmente tiesa por aquel mensaje, abriendo sus ojos con desmesura y levantándose de golpe y retirando sus cabellos de su rostro con uno de sus brazos, echándolo hacia atrás, colocando una de sus manos en su frente en su gesto en shock, sintiendo su respiración agitarse y a su vez detenerse por unos segundos ante el susto. Leyó rápidamente y de nuevo lo escrito para poder confirmar que si había leído bien pero al observar que si lo había hecho se quedó en silencio.

Revolvió sus cabellos con una de sus manos volviéndolo más desordenado que antes. Viendo una y otra vez la pantalla buscando algún otro indicio, aunque tenía más que claro que era lo que había dicho. Incluso se fijó en la hora: 11:24 AM. Había dormido bastante a decir verdad, y eso que se durmió bastante tarde, cabe decir, incluso más de lo que usualmente duerme.

¿Y ahora? No podía hacerlos esperar así, tampoco podía decirles que no podía considerando que se habían tomado la linda intención de llegar a su casa incluso, pero... Dudaba demasiado que su abuela la dejara. Si, estaba su madre y era ella quien se supone que decidía si podía salir o no, pero si estaba bajo el techo de su abuela, estaba a sus reglas y cuidados, estando a Merced de ella y lo que decide. Vaya fue un GRAN milagro que la dejara descansar ese día, siendo mañana el que retomaría su entrenamiento violento luego de hablar con ella ayer y recibir la otra parte del castigo luego de llegar acompañada hasta una cuadra antes por aquellos chicos. Había sido duro, como siempre.

Suspiró temblorosa buscando calmarse y no entrar en una crisis de ansiedad. Respiró hondo llenando lo más que podía sus pulmones con aire hasta estabilizarse. Tragó saliva con dificultad y cerrando sus ojos varios segundos. Sostuvo el aparato entre sus manos con sus pulgares titubeantes lista a escribir una respuesta, pero una vez fue interrumpida por un toqueteo en la puerta que la sobresaltó e hizo mirar hacia allí rápidamente; Yuu que estaba acostado con su enorme cuerpo a los pies de la cama levantó su cabeza y sus orejas.

—A-ah... —balbuceó para agitar su cabeza y tratar de arreglar lo que más pudiera su cabello y estar decente. Relajó lo más que pudo su rostro y lo volvió igual de dulce y expresivo que suele tener—. Pasa.

A los segundos una cabellera castaña hecha en un moño se asomó, junto con unos ojos dorados; aquella mucama de mirada dulce mostró una expresión serena aunque se notaba nerviosa.

—Hatsulin-san —llamó aquella amable sonrisa mientras que la nombrada le sonreía con su teléfono en manos, ladeando su cabeza—. Unos muchachos en la sala de estar están buscándola. También Atsuko-sama está allí y al parecer están hablando con ella.

La pelirroja se quedó inmediatamente tiesa por lo que dijo, escuchándose un sonido imaginario de un plato roto mientras su ambiente se volvía en blanco y negro con sus ojos rasgados y una sonrisa tensa en sus labios. Su cuerpo tembló un poco al igual que sus manos, sintiendo su sistema todo menos tranquilo. Su corazón bombeaba con gran fuerza y velocidad mientras su sistema nervioso tenía un colapso. La mucama sintió preocupación al momento que vio en el trance que había entrado la de cabellera rojiza y ahora revuelta.

—¿Hat... Hatsulin-san?...

—Mmhm... —tarareaba con sus ojos en blancos en trance, mirando con una sonrisa perdida hacia su gran perro que la observó sucesivamente cuando notó su mirada, olfateando el aire—. Yuu-chan ¿y si me lanzo por la ventana?

—¡N-no, no planee eso! —exclamó la mayor sudando de los nervios por aquella manera tan normal en la que lo estaba diciendo. El Husky siberiano sólo inclinó su cabeza al no entender lo que dijo su dueña.

TE PARECES UN POCO A MI NIETA, TIENES hasta el cabello rojizo.

—¡Gracias por eso! —agradeció halagado mientras tenía sus manos descansando en sus bolsillos. Después rascó su mejilla algo avergonzado—. Aunque mi cabello en realidad es de color negro; yo sólo me lo teñí ¡Pero aún así gracias!

—¿Te tiñes el cabello? —una tercera voz resonó, mostrándose confundido y sorprendido—. He vivido engañado, pensé que tú cabello era rojo.

—¿No se los había dicho ya? —volvió a hablar ingenuo e inocente la segunda voz, recibiendo un rápido y obvio «no»—. Oh, de ser así ¡Pues si, lo tengo teñido! Desde que entré a la U.A. comencé a teñirlo. Muy varonil ¿verdad?

Asomó de manera sigilosa y silenciosa su cabeza por la esquina de la entrada a la sala de estar, la gran sala de estar de su casa. Bueno, la casa de su abuela. Sus ojos azulados se mostraron observando la escena en dónde estaba su abuela y sus compañeros; como había escuchado de primera mano desde que comenzó a bajar de su habitación y quién la había invitado de imprevisto y haciéndole una invitación sin negación al ya estar allí: Kirishima, junto con Kaminari y, para su sorpresa, Bakugō. Kirishima se veía bastante sonriente y entretenido contándole a Kaminari el hecho de que su cabello estaba teñido y este se mostraba sorprendido. Sorprendentemente el cenizo estaba allí, a un lado de ellos, totalmente callado. No hacía más que mantener su ceño fruncido -como de costumbre- y ver sigilosamente su alrededor.

Observó a su abuela con nervios luego de mostrarse relajada y algo curiosa de la presencia de aquellos tres, pensando detenidamente en la presencia de Bakugō, pero a su vez divagando en la razón de que su abuela se esté mostrando tan... relajada, tan tranquila. No estaba sonriendo. Sinceramente nunca, desde que la ha conocido, ha visto una sonrisa en ella, pero ahora su mirada dejaba de mostrar apatía y frialdad, ahora se veía educada y pensativa, como una mujer refinada y tranquila. ¿Por qué no veía a sus compañeros con desprecio como lo hacía con su familia, con ella? ¿por qué mostraba una expresión tan... afable enfrente de ellos? Simple, para mantener "la imagen".

Con otros se mostraba como alguien educada, tranquila y delicada, siendo siempre así en público. Como una persona bastante tranquila y con un carácter comprensible y suave, recordándole a su "Tía" Rei cuando la conoció y se veía como alguien callada pero dulce y tranquila, al menos antes. Sin embargo, con ella y con su familia mostraba la verdadera cara, la verdadera Tsubomi Atsuko. Aquella mujer despiadada, cruel, sin tacto, calculadora que no le importaba a quien lastimara en el camino. Alguien que siempre obtenía lo que quería y ordenaba a sus súbditos como una reina, como aquella ficha de reina que podía moverse y hacer lo que quiera en un tablero de ajedrez.

La otra cara de la moneda.

—Ya veo. —había dicho con suavidad la de bello y brillante cabello azulado sentada de manera femenina y elegante en el gran sofá, bebiendo un poco de té de hiervas, mostrando sus dedos llenos de anillos caros. Cerró sus ojos con sus pestañas azuladas y algo oscuras para proseguir y levantarlas, viendo al agradable Eijirō y al seguro Denki verla ante sus palabras. Los ojos fríos y azulados que le pertenecían a la Tsubomi mayor se fijaron unos segundos en Bakugō que veía hacia cualquier lado mostrándose desinteresado, aunque también un poco inquieto. Al menos Atsuko notó su inquietud, molestia e incomodidad—. Volviendo al tema principal, quieren que mi nieta vaya con ustedes a una... ¿salida de amigos, dicen? —dijo entrecerrando sus ojos.

Hatsulin por su parte se tensó ligeramente sintiendo una pesadez llegarle a su espalda cuando su abuela había visto de soslayo casualmente a su alrededor, mostrándose con la misma expresión aterradoramente serena para ver hacia los tres jóvenes enfrente suyo, como dándole una señal o un código que había entendido y la habían hecho apretar sus manos, temblorosa.

—Yo no soy su amigo. —chasqueó su lengua Katsuki mostrándose hostil y serio, pero manteniéndose todavía en un nivel bajo en su carácter, pero la arruga entre sus cejas que apareció demostró su molestia.

Kirishima y Kaminari miraron con velocidad al más alto entre los tres por la manera tan tosca en la que lo había dicho, mostrándose maleducado con quién sería la que estaba parcialmente a cargo de Hatsulin. El del rayo eléctrico soltó en un susurro reprochante su nombre como regañándolo de que le hablara sin educación. Aunque... no le sorprendida.

La pelirroja que escuchaba "escondida" la conversación también se sorprendió, abriendo sus ojos con desmesura y achicando sus pupilas mientras sus uñas se clavaban levemente en la pared, sorprendida más que nada de como le había hablado a Atsuko. Eso no era bueno, ¡no era nada bueno! No reaccionaba así por lo que dijo, ni a quien se lo dijo; reaccionaba  por como lo dijo. Se preocupaba, se asustaba. Nada terminaba bien cuando alguien le respondía así a su abuela.

La Tsubomi mayor alzó ligeramente una de sus cejas luego de sorber con delicadeza el poco té que le quedaba en la taza de porcelana. Entrecerró sus ojos fijamente en el chico de cabello cenizo y ojos rojizos, quien la observaba de manera tosca y penetrante, pero de alguna manera analítica. Atsuko siguió intercambiando miradas con él, y al dejar la taza de porcelana en su pequeño plato sostenido por su otra mano, inclinó su cabeza todavía viéndolo de manera fija, como un Alcón.

—¿Entonces por qué has venido hasta aquí... —hizo una pequeña pausa cambiando momentáneamente su mirada por aquella fría y cruel que sólo la familia de Hatsulin, y ella misma, conocía. El cenizo apretó sus manos ligeramente al percibir la forma en que lo miró haciéndolo fruncir más el ceño—... Bakugō?

El aludido apretó una vez más sus manos hasta casi marcar sus venas, sintiéndose totalmente traspasado por la mirada de aquella extraña y misteriosa mujer, incluso sintiendo una curiosa incomodidad en él, pero no de ambiente incómodo, si no de estar incómodo físicamente, como si algo lo apretara por dentro. Levantó sus cejas unos segundos por aquella sensación y volvió a soltar un pequeño «tks» en señal de estar a la defensiva y a su vez en una señal de confusión por esa reacción, agregando que de primera mano; esa señora no le caía bien.

No obstante, antes de tan siquiera abrir la boca y responderle, Kaminari dando un pequeño salto mientras agitaba una de sus manos tomó la palabra. —¡Es que, es que... Kirishima lo convenció y le insistió en que saliera! ¡Por eso vino! —intervino colocándose enfrente de Katsuki.

El chico gritó en confusión mientras colocaba sus ojos en blanco de la rabia y levantaba el mentón, acercándose en un movimiento brusco como queriendo atacarlo, aunque queriendo hacerlo de verdad. No tardó en levantar su mano en una garra para estamparla contra su cabeza, casi haciéndolo casi irse directo al suelo, haciendo que Denki soltara un «¡Ah!» en respuesta por el impacto.

—¡Cierra la boca, maldito Pikachu!

—¡B-bakugō! —soltó nervioso el pelirrojo de dientes puntiagudos agitando sus manos rápidamente en un intento de que no golpeara a Kaminari quien se sostenía la cabeza hecho bolita y a su vez no queriendo que hiciera tremendo escándalo.

Hatsulin en su lugar no pudo evitar reírse en silencio por ver aquella escena, mientras que su rostro se suavizaba unos segundos al sentirse relajada, dándole gracia su escena. Era tan tonta y a su vez sin sentido que le esfumaba así sea por unos segundos el miedo y el susto que sentía a causa de que diría y como reaccionaría su abuela. Mantuvo una pequeña sonrisita en sus labios aunque aquel gesto se fue al ver expectante a su abuela quien veía con atención la escena, mostrándose de cierta manera desinteresada ya que bebía su té sólo viéndolos al mover sus pupilas.

Siguió observándolos con atención y volvió a tragar con suavidad y a su vez con cierta pesadez, poco después un pesado y largo suspiro salió de entre sus labios, prosiguiendo a dejar ya la taza vacía en su pequeño plato de porcelana y dejarlo en la refinada mesa enfrente suyo. Colocó dos dedos debajo de su mentón y su dedo índice en su mejilla, tarareó continuamente llamando la atención de los adolescentes, quienes la observaron atentos.

—Interesante... —murmuró en un tono tenue y después abrió sus ojos una vez más viendo fijamente a sus menores que se mostraron desconcertados. Inclinó la cabeza hacia la derecha manteniendo sus orbes fijos en ellos—. De acuerdo. Permito que ella los acompañe, sólo no intenten hacer alguna ridiculez o indecencia —se levantó entrelazando sus manos en sus piernas con superioridad—. ¿Entendido, Hatsulin?

La aludida soltó un diminuto chillido cuando escuchó su voz y rápidamente se ocultó detrás de la pared alterada por el hecho de que la haya nombrado, aunque realmente no se sorprendía que supiera que se encontraba allí observando. Los masculinos presentes miraron hacia donde se escuchó movimiento, no alcanzaron a ver algún mechón de cabello o algo por el estilo. La pelirroja cubría su boca con sus manos mientras veía de reojo algo espantada y nerviosa hacia allí, sentía perfectamente como seguían con la atención en su dirección.

❛Rayos... rayos... rayos... rayos❜. Maldecía en su cabeza mientras sus ojos estaban desorbitados ante los nervios, no quería asomarse para asegurar que en algún sentido dejaron de ver hacia allí porque de experiencia carnal y también de experiencia en películas que cuando se asomaban, seguían allí así que no, mejor no se asoma.

—¿Tsubomi? —su cuerpo volvió a sobresaltarse provocando que su cabello se balanceara ante su pequeño salto; había llamado Kirishima con un atisbo de confusión y curiosidad. Cerró sus ojos con fuerza y con dificultad posó una de sus manos en la esquina de la entrada y después, asomó su cabeza, de manera desconfiada.

Eijirō se mostró sorprendido pero pareció tranquilizarse de cierta manera debido a que sus labios se alzaron mostrando una sonrisa, algo sorprendida, pero también contenta. Denki de su parte también mostró interés en su presencia mientras que Bakugō había abierto sus ojos con cierta desmesura pero después enserió su rostro mirándola fijamente. Hatsulin hizo una mueca algo incómoda por tanta atención en ella, por instinto tomó el cuello de su sudadera y se cubrió más el cuello vendado y jaló sus mangas hacia abajo cubriendo sus vendas. Sería raro en cierta manera su apariencia llena de vendas considerando que aunque sus compañeros tuvieron fuertes enfrentamientos el día anterior, se veían como nuevos.

Bueno, Bakugō tenía una gasa en su mejilla pero en lo que cabe se veía bien.

Apretó sus labios mientras sus cejas estaba fruncidas hacia abajo, balbuceando un pequeño gruñido muy poco audible viéndolos todavía dudosa y desconfiada, casi hasta a la defensiva debido a sus ojos opacados con ligereza y como no se mostraba contenta, aunque no demostraba molestia. Kirishima se había acercado dispuesto a saludar aún mostrándose animado, aunque cuando se acercó ella se encogió en su lugar casi alejándose de él, confundiéndolo y provocando que se detuviera. Parecía un animal asustado y a la defensiva.

—Oh... —balbuceó Kirishima confundido por su reacción, se veía incómoda y tensa. Creyó que como cualquiera se colocaría feliz de que le hayan permitido salir, ya que por eso es que estaba allí, pero verla así lo extrañaba—. Oh, ¿estás bien? —preguntó primeramente pensando que había algo malo, admiró como al menos iba suavizando su mirada, aunque seguía algo tensa—. Uhm, ¡al final si podrás ir con nosotros! Un pequeño respiro de la U.A..

—¡Así es! Seguramente pronto vendrán muchas tareas y entrenamientos... —se quejó dramática y cómicamente Kaminari con una pequeña nube de frustración haciendo que el rostro de Hatsulin se suavizara por completo y después sonriera, más tranquila.

No obstante, su sonrisa se esfumó cuando vio la silueta de su abuela levantarse detrás de ellos mientras seguía manteniendo su mentón levantado con superioridad y arrogancia. Su mirada se opacó y frunció sus cejas conectando miradas con la matriarca de la familia, teniendo una pequeña advertencia y muy posiblemente también una amenaza en sus ojos. Retuvo un suspiro mientras su ceja izquierda temblaba y una gota de sudor resbalaba por el costado de su rostro.

—Me cambiaré. —miró ahora a sus compañeros mostrando su mejor expresión, aunque el ambiente tenso seguía estando en el aire. El que más lo percibía era el cenizo quien miró a la más baja y luego a la mayor presente. Hatsulin sonrió apenada—. No tardo.

Dirigió sus ojos otra vez a la dirección de su abuela quitando su sonrisa y volvió a esconderse en la pared para comenzar a caminar rápidamente, casi corriendo, a su habitación, siendo observada por Kirishima quien se mostró algo sorprendido de que se haya ido tan así, Kaminari se quedó mirando a su dirección, y Bakugō que observó su ida y frunció el ceño. Miró hacia la señora de cabello azulado quien se volvió a sentar en el costoso sofá para beber de su té recién rellenado, aunque miraba de reojo hacia allí, haciéndolo apretar su puño.

Definitivamente, no le caía bien. Esa mujer tenía algo raro, algo que no le gustaba.

APRETABA SUS MANOS CONSTANTEMENTE desde que habían salido de la residencia de su abuela, juntandolas de forma continúa mostrando lo ansiosa que estaba, aunque aún así, escuchaba con atención el como Eijirō conversaba de forma bastante animada al igual que Denki. Sonreía de vez en cuando cuando la mencionaban o pedía su opinión en algo, estando bastante callada.

Realmente estaba nerviosa.

Nerviosa por la reacción de su abuela. No tenía planes de hacer algo en especial que no fuera sólo dormir y tener un día de pereza antes de mañana cuando sería un horrible infierno por haber quedado de segundo lugar en el Festival Deportivo. Sintió su interior removerse un poco ante la exaltación y a su vez presión ante el puesto en el que quedó. Cuando llegó a casa, siendo acompañada por el mismo grupo de chicos con el que iba actualmente (haciendo la caminata más corta de lo que fue al estar en una amena conversación), su abuela no paro de recalcarle y decirle lo mal que lo había hecho. Que se contuvo, que estuvo pésima, que fue lo peor que vio, que fue un fracaso, que fue una inútil por quedar de segunda.

❛De verdad... ¿lo había hecho tan mal?...❜ pensaba la de hebras rojizas mientras apretaba sus labios y sus grandes y brillantes ojos observaban algún punto en el suelo, integrada en la conversación de otro pelirrojo y el rubio del mechón sin realmente escuchar lo que hablaban. ❛¿De verdad soy una inútil y un fracaso?...❜

Formó una pequeña mueca en sus labios ante ese pensamiento sintiéndose decepcionada por pensar así, por creer que lo que decía su abuela era cierto. Pero, realmente, hasta ese punto, se creía todo lo que ella misma le decía.

En medio de sus pensamientos, sintió como tomaban la capucha de su sudadera con brusquedad y jalaban hacia atrás, provocando que su cuerpo fuera hacia atrás por aquel accionar y reaccionara confundida. Ver y sentir pasar un automóvil enfrente suyo la hizo quedarse estática y que jadeara por lo bajo ante la impresión.

—¿Ah?... —balbuceó la pelirroja todavía en blanco viendo la carretera.

—¡Fíjate de una vez por donde caminas! —sintió como apretaban con más fuerza la capucha de su sudadera haciéndola pestañear repetidas veces—. ¿¡Qué diablos tienes en la cabeza!? ¡Te voy dar un golpe para que reacciones, pirómana!

—¡Bakugō, no seas tan brusco! —regañó algo exaltado Kaminari recibiendo una fulminante mirada del aludido haciéndolo sobresaltarse ligeramente. Kirishima seguía todavía algo sorprendido por lo que vio pasar por enfrente de sus ojos.

—¡Cierra la boca! ¡Ella es a la que casi matan por distraída! —exclamó el cenizo agitando la tela de la prenda de la chica entre su mano provocando que ella fuera zarandeada.

—¡C-calma! —agitó Kirishima sus brazos de un lado a otro tratando de evitar algún conflicto. Sostuvo de los hombros a la más pequeña y la atrajó él para que dejara de estar tan metida en sus pensamientos—. Y si... y si... Mhm... mmm... —tarareaba el pelirrojo rascando su mejilla mientras miraba a su alrededor. Luego, algo vilumbró su atención—. ¿Y si vamos a comer pizza? ¡Creo que el hambre nos está alterando a todos! ¡Unos palitos de pan nos caería bien! —exclamó animado, tratando de apaciguar el ambiente.

—¿Pizza? —murmuró Denki inclinando su cabeza como si pensará la propuesta del amigo de dientes puntiagudos presente, quien sonreía interesado en la opinión de todos. El de ojos dorados no tardó en sonreír—. No suena mal. Además ¡hay hambre!

—¡Genial! —soltó emocionado el apellidado Eijirō para mirar hacia el más alto entre ellos quien los veía en silencio, acentuando su ceño fruncido—. ¿Tu que dices, Bakugō? ¿Vas a rechazar unos palitos de pan? —jugueteó golpeando con su codo el aire.

El cenizo simplemente se quedó observando fijamente al de ojos rojizos sin decir nada todavía. Dejó caer sus párpados un poco mostrando sus ojos entrecerrados, aún demostrando enojo.

—Si los rechazo.

—¡Oh, vamos! ¡Será divertido! —insistió amigable el pelirrojo viendo como finalmente soltaba de un tirón la prenda de la femenina presente quien parecía más atenta a la conversación—. Puedes pedir otra cosa que pizza. Aunque sea una pizzería, no sólo venden pizza.

—¿Qué mierda de lógica es esa, pelo pincho? —soltó con un tono áspero y en un toque levemente irónico y burlón oculto en el tono de molestia que suele tener, viendo con sus ojos en blanco hacia al héroe robusto, quien se encrispó un poco.

—¡Deja de llamarme así, Bakugō! ¡Soy Kirishima Eijirō! —se señaló con su pulgar algo ofendido sosteniendo con su otra mano libre uno de los hombros de Hatsulin quien seguía observando la escena—. ¡No tenemos el cabello muy diferente! —señaló para suspirar—. Anda ¡vamos! Ya estás aquí de todas maneras. Comeremos pizza, tu lo que quieras comer, Denki... bueno... —miró a este mismo quien sólo se encogió de hombros riéndose por su confusión—, ¡también lo que él quiera comer! Y Tsubomi... uhm...

El de quirk de endurecimiento se quedó en un pequeño silencio como con Kaminari al no tener en claro que gustos de la comida italiana tenía en particular. Realmente tenía mucho porque conocer. Aunque aún así, vio reacción en la pelirroja quien apretó sus manos a la altura del pecho mostrándose emocionada, después alzó sus manos hacia arriba.

—¡Palitos de pan! —exclamó entusiasmada. Ahora parecía haber reaccionado de estar tan sumida en sus pensamientos. Kirishima sonrió en grande al verla más energética y cómoda así que apretó su puño entusiasmado.

—Y Tsubomi palitos de pan. —exclamó con más fuerza en su voluntad por al menos ya tener un gusto de alguno de ellos. En este caso de la aludida—. Anda, Bakugō, vamos.

—Ya dije que no.

—Pero ya estás aquí ¡No puedes simplemente negarte! —soltó Kaminari tratando de que el cenizo fuera con ellos. Aunque aún así, tenía que hacerlo. Había salido a divertirse y no podía negarse.

—¡Si puedo hacerlo! ¡Me voy! —y sin importarle la lógica del chico del quirk eléctrico, metió con brusquedad sus manos en los bolsillos de su chaqueta y dió la vuelta.

—¡Oye, no! —soltó exaltado Kirishima por ver la acción de que él quiera irse—. ¡Vamos, ya estás aquí!

—¡Pero me voy! ¡La abuela de la pirómana me fastidió! —se quejó sin pelos en la lengua el apellidado Bakugō sintiendo como le sostenían el brazo por lo que lo agitó soltándose y mirando repelente a Kaminari quien retrocedió con las manos en alto.

—Palitos de pan. —repitió sonriente la única fémina presente sintiendo un pequeño estremecimiento cuando mencionó su abuela. Pero bueno, conocía como era ella y lo que podría provocar en las personas que ella quiere hacer sentir "fastidiadas", como dice su compañero.

Pero en lo que ella escuchó (admite, estuvo mal escuchar una conversación ajena. Pero su curiosidad y a su vez preocupación respecto a que diría y haría su abuela la carcomía) Atsuko no dijo algo intimidante. ¿O si? Trato de hacer un poco de memoria para saber si había dicho algo en particular para fastidiarlo. O quizás simplemente sea por su actitud fácil de irritar.

—No seas así. Sólo hoy, Bakugō. Como dice Kirishima, ya estamos aquí de todas maneras. —Denki algo apaciguado y encogido en su lugar trató de persuadirlo todavía recibiendo una mirada asesina del más alto luego de que este le lanzará una mala mirada a la pelirroja—. Eh... ¿por favor?

—¡Vamos, Bakugō-kun! —habló una vez más la pelirroja aplaudiendo emocionada y tratando de convencerlo también. Kirishima no tardó en unirse a convencerlo también.

Un notorio tic se presentó en la ceja de Katsuki mostrándose altamente irritado y fastidiado, aparte de sentir fatiga desde que estuvo cara a cara con Atsuko. Esa mujer y la única chica presente de cierta manera se parecían, porque le dejan un fastidioso dolor de cabeza, pero el de Atsuko era particular y no le gustaba. Comenzó a gruñir mientras sus hombros temblaban. Por él los ignoraría e iría a su casa, pero (aunque él no lo diga en voz alta y no quiera admitirlo) tienen razón.

Ya estaba ahí, de todas manera. Habría perdido la salida, y comer algo no sonaba tan mal...

—¡Ah, mueranse los tres! ¡Todos!

Con brusquedad pasó por en medio de ellos y fue por el lado contrario a dónde se iría a su casa. Osea; estaba yendo a la dirección de la pizzería que se vizualizaba desde allí.

—¡Wuu! —exclamó contento Kirishima comenzando a trotar debido al hecho de que el cenizo se fue dando rápidas zancadas.

—¡Palitos de pan! —Hatsulin imitó al pelirrojo comenzando a trotar entusiasmada mientras Kaminari iba a la par pero más aliviado que nada. Por lo menos lo convencieron.

—¡Cierren la boca, extras!

—JODER, QUE IRRITANTE ES ESE. —CHASQUEÓ su lengua con fastidio viendo desde la punta del techo de un local como ellos se alejaban, manteniéndose oculto.

Hasta este punto, se sentía un acosador.

Bufó incómodo con la idea pero relajó su cuerpo, soltándolo un poco en el acto dejando su pierna colgando en el aire. Apoyó su brazo a lo largo, en su rodilla para mirar hacia algún punto perdido en su entorno. Su dedo índice toqueteó su rodilla encima de la tela de aquel pantalón desgastado sintiéndose ansioso e inquieto. Agregando que estaba decepcionado por no ser capaz de acercarse a ella y hablarle.

¿Y si se espantaba al verlo? ¿Y si no lo recordaba? ¿O si estaba enojada por aparecer de repente? ¿Y si incluso no era ella y sólo es una chica particularmente similar a ella con una particular cicatriz en su rostro y una particular mirada?. Abrazó sus piernas con rabia apoyando su mentón en sus rodillas, gruñendo con exasperación. Habían demasiadas posibilidades en el simple hecho de acercarse a ella, ganándole la cobardía y los nervios y no queriéndolo intentar.

Bueno, si quería. Sobretodo al saber, o al menos intuir que él estaba por allí en Musutafu, y poder estar reunidos o saber acerca de él también. Pensaba constantemente en dónde o cómo estaría Keizuke, hasta ahora no lo ha visto o ha escuchado de él. Temía lo peor y que hubiera muerto en aquel lugar, como casi había sucedido con... él.

Se quejó contra sus rodillas exasperándose ahora por pensar tanto en la palabra «él», pero siendo lo suficiente inteligente como para no confundirse, sabía que cada «él» era una persona diferente en particular.

Levantó su rostro sólo mostrando sus ojos cuando comenzó a percibir curiosos  sonidos que lo alertaron, interrumpiendo momentáneamente sus pensamientos tan pesados para fijarse en ellos. Sus ojos color avellana y sin brillo alguno vieron de soslayo hacia la izquierda al ser dónde venía el ruido, vio como algún tipo "cualquiera" con vestimenta de héroe aparecía y miraba a su alrededor rápidamente, hasta que alzó su cabeza con unas googles plateados en sus ojos, viendo a su dirección.

—¡Oye! ¡Tu!

—Y aquí vamos...

Colocó una de sus manos en el concreto de aquel techo, y rápidamente se impulsó a otra dirección antes que el héroe pudiera reaccionar, al menos inmediatamente, tomándolo por sorpresa. Por lo menos no lo perdió de vista, pudo ver su alta presencia caer con habilidad en otro techo y comenzar a correr. Rápidamente pudo reaccionar y activando su quirk, rápidamente una gran burbuja apareció bajo sus pies al dar un salto y al colocar la planta de estos en aquella textura, se mostró elasticidad que le dió impulso y rebotó hacia el techo.

Se quejó cuando vio ya lo lejos que iba y como iba dando saltos, apenas moviendo la capucha de aquella chaqueta que usaba y apenas mostrando parte de su cabello. Pero, dejó esos pensamientos de lado y comenzó a perseguirlo por los techos, llamando la atención de varios ciudadanos que miraban al héroe correr e impulsarse con su curioso quirk burbujeante y pocos caían de cuenta de la figura que pasaba delante de ellos ágil y velozmente.

El joven seguía en la persecución mientras arrugaba el puente de su nariz y sus labios se separaban un poco mostrando sus dientes y sus dos curiosos colmillos sobresalientes, en un gesto de molestia. Sus dedos atraparon el cubrebocas y lo subió para tapar medio rostro y estar menos al descubierto; la capucha lo cubría y el cubrebocas evitaba tanta visión de su rostro, sólo  mostrando sus feroces y opacos ojos de un potente color avellana.

Sin mirar atrás, dió un largo salto cuando había un espacio en dos edificios y cayó con firmeza en el suelo de cuclillas, pero apenas suspirando para recuperarse volvió a impulsarse y seguir corriendo, aún siendo perseguido por el héroe. Éste mismo no dejaba de gritar que se detuviera, pero era obvio que no le hacía caso.

Continuó persiguiéndolo sin dar a torcer el brazo con él, cansándolo hasta cierto punto hasta que vio como saltaba por una calle y volteaba por dónde recordaba era un callejón. Era su oportunidad. No tardó en seguir un poco más determinado sus pasos para poder acorralarlo.

—¡Alto ahí.... —se quedó mudo el joven heróico cuando vio en aquel callejón oscuridad y soledad, bajó poco a poco su mano el cual anteriormente señalaba al supuesto fugitivo—... villano...

—Me vuelves a llamar así y te destrozo el cuello.

Escuchar su grave e intimidante voz lo sobresaltó e hizo colocar alerta. Miró a todos lados en busca de dónde vino hasta que sus orbes detrás de los cristales de los googles encontraron unos penetrantes ojos color avellana que a este punto parecían de un color ámbar, ya que parecían brillar de dicho color en medio de la oscuridad, viéndose apenas su silueta.

Se estremeció y retrocedió por inercia sintiendo de alguna manera que no podía respirar. Su presencia era impotente y abrumadora.

—Y-ya... —titubeó al comienzó retrocediendo unos pasos más al ver cómo él joven que parecía más alto que él se acercaba a pasos lentos, saliendo apenas de las sombras. Tragó saliva y trató de colocar su mejor postura—. ¡Ya no hay escapatoria! ¡Aquí acabo tu camino de torturar y asesinar personas! ¡Sobretodo al ciudadano a quien dejaste en un estado deplorable...!

—Iba a abusar de una mujer. ¿Como no voy a actuar respecto a eso? —interrumpió con desagrado y rabia haciendo temblar de los nervios al héroe por su argumento. El más alto chasqueó su lengua, haciendo sonar un leve «tks»—. Y no he asesinado a nadie. Quizás si los torturo, pero les doy lo que merecen.

—¡Lo merezcan o no, has hecho demasiados estragos! ¡Has agredido y torturado a personas al punto de dejarlas casi muertos! —lo señaló tratando de mostrar más confianza y determinación, aunque se le hacía algo difícil. Aquel chico lo intimidaba de una manera que ni comprendía —. ¡Tus asesinatos y torturas terminan aquí, asesino de héroes!

—Eh, te estás confundiendo. —señaló cruzando sus brazos, ahora confundiendo de verdad al héroe quien se mostró desconcertado. El de mirada penetrante se señaló y después bajó su cubrebocas mostrando un poco más su rostro y como los colmillos en sus dientes sobresalían ligeramente de sus labios hechos en una mueca—. Primero, yo no soy un asesino. Si ellos se mueren en el quirófano o cuando yo me fui ya no es cosa mía. Segundo, yo no soy el asesino de héroes; él ya es un hombre y ya es cosa de él que asesine a los héroes. Y tercero, yo no me meto con los héroes. Con los villanos si y con las escorias que veo. Informate bien. Ahora fuera de mi camino.

El héroe se quedó en silencio escuchando todas y cada una de las palabras de aquel joven, quedándose en silencio o verlo bien y recordar mejor las imágenes que ha visto del asesino de héroes no se parece ni un poquito. Tragó saliva mientras su manos temblaba, pensando un poco en la información que le dieron. Aunque no lo admitiera enfrente suyo si está algo confundido.

Habían estando pasan tantas cosas que ya tenía revueltos las informaciones.

Agitó su cabeza y la alzó con impotencia, apretando sus manos mientras que el contrario lo veía fijamente, y a su vez lo atrevasaba con sus ojos como dagas, lo colocaba más nervioso ver cómo descruzaba sus brazos como preparándose y mostrando sus dientes que, aunque sus dos colmillo no fueran precisamente largos, seguían colocándole los nervios de punta.

—A-aún... ¡Aún así! —exclamó fuertemente nervioso el héroe con el quirk de burbujas, se colocó en posición listo para lanzarse—. ¡Sea a quien sea que lastimes, esto parará aquí-!

—Ya te advertí... —bramó en un gruñido para nada piadoso. Uno que asustó al héroe por lo sonoro que fue.

Y en un abrir y cerrar de ojos el anónimo se lanzó hacia él dejándolo paralizado, sintiendo su fuerte agarre y temiendo lo peor, sintió un golpe en su cuello, perdió toda noción de su alrededor.

El de estatura alta dejó caer el cuerpo del héroe mientras que volvía a chasquear su lengua y ahora gruñía enojado, enfadado. Apretó sus manos viendo desde arriba el cuerpo inconsciente del héroe de quien no sabía ni le importaba saber su nombre. Juntó su dorso con su palma y después tronó los nudillos de sus manos, escuchándose perfectamente el «crack» y haciéndolo colocar una mueca debido al reciente dolor que tenía en sus nudillos. Quizás se había excedido con el anterior muchacho como para que todavía le doliera pero bueno, se lo merecía.

Mostró sus dientes en un gesto agresivo mientras seguía observando al inconsciente chico, y sin piedad patear el costado de su torso sin piedad escuchando su vago y ahogado quejido. Metió las manos en los bolsillos de su sudadera y alzó su mentón, la tenue luja del callejón del sol que apenas entraba debido a estar cubierto vilumbró su rostro, sus ojos y la cicatriz que sobresalía por debajo de su cuello, teniendo algunas venas marcadas.

Una sonrisa algo agresiva se mostró en sus labios dejando a relucir mejor sus dos colmillos, teniendo su mirada algo opacada. Se enderezó un poco más mientras inclinaba su cabeza ligeramente hacia un lado, provocando que dos mechones largos de cabello sobresalieran de su sudadera.

—Al menos que me trate de atrapar alguien fuerte...

Una vez más el chico misterioso hace su aparición.
¿Quien creen que sea?
Ustedes ya lo conocen*wink*
Veamos si lo reconocen y lo recuerdan.

→S H A N X L A B Y X←

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