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❪𝟮𝟱❫ ; 𝗴𝗮𝗺𝗲 𝗼𝘃𝗲𝗿, 𝗻𝗲𝘄 𝗴𝗮𝗺𝗲 𝗶.

ARC TWO; WINGS❫
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CAPÍTULO VEINTICINCO;
JUEGO TERMINADO, NUEVO JUEGO I.
❛El verdadero inicio del juego❜

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©Shanxlabyx
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RÁPIDAMENTE SE PUDO VER CÓMO LA DEL quirk de fuego se posicionaba enfrente de Tsuyu al ser a quien se acercaba el peliazul y estaba dispuesto en colocar su mano en su rostro. Simplemente aquello le daba una gran mala espina. La mayoría observó su accionar; Iyassu por su parte se quedó tieso al principio y después sonrió de manera desquiciada pero con una vena sobresaliente en su frente. Aquello lo divertía y a su misma vez le provocaba una rabia en su interior. Realmente seguía siendo la misma niñita impulsiva, aquello lo molestaba pero lo que realmente le enfadaba era el resultado que podría haber.

Las facciones de Hatsulin eran serias y a su vez algo tensas, quedó semi acuclillada mientras tenía sus brazos extendidos hacia sus lados en una intención de evitar cualquier cercanía hacia sus compañeros. Estos mismos vieron sorprendidos -también espantados, cabe decir- por su accionar. Apenas Hatsulin se movió en un muy leve movimiento en el momento que sintió una mano posarse en su espalda y hacer cierta presión, había tensado más sus músculos como esperando alguna reacción por lo que hizo.

Sus facciones temblaron un poco al sentir el cierto miedo de lo que le sucediera pero sin dudar ni un poco o arrepentirse de haber hecho algo como eso. Veía hacia algún punto con concentración, teniendo en su campo de vista los rostros espantados de sus compañeros; el más asustado era Midoriya quien estaba temblando en su lugar al observar la silueta de Shigaraki detrás de ella.

Pero nada pasó.

Poco a poco las expresiones de los estudiantes se desconcertaron por qué no había sucedido algo en específico. Hatsulin levantó ligeramente sus cejas mientras entreabría de manera tenue sus labios, confundida de que no sentía nada. Realmente estaba confundía de que no sucediera nada. Sabía que aquel chico tenía intención de hacer algo y la perdía totalmente que no fuera así, aparentemente. Miró fijamente a Midoriya al ser quien estaba más en su campo de visión. Pestañeó un par de veces perdida. Definitivamente no sucedió nada.

Dejó de tener tan tensos sus músculos y volteó su cabeza por sobre su hombro hacia atrás para observar atenta y aún alerta hacia Shigaraki, éste se veía igual de confundido que ella; había retirado su mano de su espalda y después la observó fijamente, como inspeccionándola, eso la confundió todavía más hasta que sus ojos se fijaron nuevamente en otra silueta. Expandió sus orbes sorprendida y en shock al ver a su maestro Aizawa con uno de sus ojos abiertos mientras que aquella criatura lo sostenía de la cabeza, tan malherido mientras en su rostro chorreaba sangre, pero  a pesar de su estado, estaba usando su quirk de borrado. Sus ojos destellaron mientras lo observaba estática al verlo de pie una vez más. Realmente sentía un enorme alivio en ella.

—Eres realmente genial... Eraser Head. —habló de manera vaga el villano de ojos rojizos observando hacia el aludido quien se notaba que estaba usando todas su fuerzas para mantenerse de pie.

Sus ojos peligraron incluso de empañarse ahí mismo ante lo aliviada que se sentía. Estaba demasiado asustada por su estado físico luego de la paliza que recibió que le sorprendía y alegraba al mismo tiempo verlo de pie. Apretó sus labios con sus ojos brillosos y notoriamente aliviados. Aquel era un gran sentimiento el que sentía y siempre lo sentiría al ver a alguien conocido levantarse todavía vivo luego de tremendas heridas que llegara a tener.

Aunque aquel sentimiento se esfumó cuando notó el filo de un arma acercarse rápidamente a su lado. Vio en cámara lenta aquello con sus ojos brillantes, pero se opacaron un poco por el shock que sintió. Distinguiendo el arma, era nuevamente Iyassu, seguía sorprendiéndose cada vez que él aparecía de esa manera pero a su vez... era una costumbre.

—¡Tsubomi-san!

Luego de aquella exclamación de su nombre unos brazos la rodearon de la nada por la cintura y jalaron evitando que el de cabellera clara presente llegara a rozarle algún centímetro de su piel, apenas logrando cortar unos míseros cabellos rojizos que se perdieron en el aire apenas fueron liberados de aquella ajena filosa. Chocó ligeramente contra el suelo del césped al ser trasladada hacia allá en el momento que Midoriya la tomó y se impulsó hacia un lado.

—Hah, de verdad todos aquí son unas jodidas molestias. —se escuchó la repulsiva y áspera voz del villano con el quirk demoníaco mientras gruñía viendo a Hatsulin y Izuku reincorporarse como podían—. Hey, Shigaraki-kun, ¿que mierda pensabas hacer?

—No me molestes.

La pelirroja, sin tomarle mucha importancia hacia lo que hablaban aquellos dos, miró primeramente hacia el peliverde confundida y sorprendida de que haya hecho eso tan repentinamente, no se lo esperó, fue algo sinceramente bastante sorpresivo. Quiso regañarlo ahí mismo por haberla salvado, a su vez algo en su interior le agradecía eso pero no le gustaba mucho que la ayudarán. Experiencias del pasado, malas experiencias; era la mejor explicación.

—Midoriya-kun... —murmuró por lo bajo todavía conmocionada por lo que había hecho el aludido. Éste mismo la miró de igual manera y de forma automática la soltó, con sus mejillas rojas y un rostro plano lleno de vergüenza y nervios.

—¡L-lo siento! —se disculpó más que nada, y en su totalidad más bien, por haber estado demasiado cerca de ella al haberla tomado así. Pero bueno, fue lo primero que se ocurrió. En parte, no pensó mucho en la cercanía al hacerlo. Sin embargo, a pesar de su vergüenza por haber estado tan cerca suyo se reincorporó y posicionó rápidamente colocando una expresión más seria.

Hatsulin se quedó sentada en el suelo aún completamente húmeda, incluso ya sentía cierto dolor de cabeza por tener el cabello amarrado y mojado. Quiso soltarselo, ignoró unos segundos su exterior para fijarse en su cabello llevando sus manos cubiertas en su mayoría por los guantes de su traje hacia la cinta que sostenía su cabello y soltarlo, sintiendo como sus hebras inmediatamente caían por sus hombros y su espalda.

—¡SMAAASH! —escuchó en eso el grito de ataque de Izuku haciéndola levantar la cara exaltada viendo como él se dirigía para golpear fuertemente hacia Shigaraki e igualmente a Iyassu, éste último siguió con una mirada fastidiada.

Cubrió seguidamente sus ojos con la muñeca de su mano izquierda ante la gran cantidad de tierra en humo que provocó el impacto del golpe. Apenas pudo comenzar a abrir de a poco sólo uno de sus ojos para que no le entrara polvillo o alguna piedrita a sus párpados. Era realmente molesto esa sensación de "basurita" en sus ojos, más cuando no la podía sacar y le irritaba sus ojos. Su cabello dejó de balancearse ante lo anterior sucedido para caer a su lugar de nueva cuenta, con pequeños fragmentos de tierra en él.

Poco a poco bajó su brazo preocupada al no distinguir todavía como resultó su ataque. Sus pupilas buscaban enfocarse en la silueta principalmente de Midoriya, pero a su vez buscaba a Iyassu alerta de lo que hiciera. Aún le aterraba hasta la médula tenerlo presente allí, pero la cosa que más le aterraba era que lastimaran a sus compañeros.

—¿Le dió?... —susurró intrigada la pelirroja hasta que sus ojos se expandieron al ver que en dónde debería estar el tal Shigaraki e Iyassu ahora se encontraba aquella criatura monstruosa, siendo aquella quien recibió el ataque de parte de Midoriya. Apretó sus puños con impotencia—. Maldición...

—Buen golpe. Lo llamaste ❛smash❜. —dijo la voz de aquel extraño y escalofriante peliazul de forma vaga, sin mucha emoción en su voz—. ¿Eres un seguidor de All Might?

Dirigió rápidamente su mirada hacia la dirección de su voz, se sintió sofocada al verlo todavía completamente ileso, a su lado permanecía Iyassu tal cual un guardián sin muchas heridas, por no decir ninguna. Estaba con una expresión de fastidio y desagrado en su rostro hasta que sonrió con sorna riéndose de una manera bastante repulsiva. Su cuerpo tembló inmediatamente al sentir las vibraciones de su risa.

—Que patético, realmente patético... —habló riéndose como un desquiciado en susurro apretando el agarre de sus guadañas—. Que el Nōmu acabe de una vez con ese mocoso, yo quiero a Meinu.

—Como quieras. —Hatsulin miró aterrada nuevamente hacia la dirección de Shigaraki e Iyassu. De igual manera, no pudo escuchar lo suficiente o leer sus labios -por obvias razones- para saber que dijo, ya que al parecer lo dijo en un murmuro, pero de alguna u otra manera sintió un feo escalofrío—. Si es lo que Asahi-sensei quiere.

Apretó sus labios en una mueca mientras se preparaba junto al peliverde, estando alerta de lo que pudiera sucederle a él y también a sus otros dos ajenos compañeros. Fue posicionándose con sus manos preparadas para cualquier ataque de aquella extraña criatura; era aterradora en varios sentidos, era de igual manera bastante intimidante que le provocaba su presencia; sus ojos era algo que también le daba miedo, eran completamente vacíos, sin vida. Era algo inquietante, aunque ni sabía si realmente era un ❛algo❜ sólamente.

Aquel Nōmu hizo un sonido extraño hasta que gruñó de manera bastante potente haciendo tener la sensación de que sus tímpanos vibraran de la molestia, Midoriya a su lado fue quien cubrió una de sus orejas con un rostro afligido hasta sobresaltarse cuando su contrincante se lanzó a atacarlo maniobriando un puñetazo que dió de golpe al suelo y casi le daba. «Casi» ya que la pelirroja lo había tomando del brazo y jalado hacia ella.

Los ojos vacíos y sin vida se dirigieron hacia la menor inmediatamente, haciendo un extraño sonido con su garganta. La pelirroja tenía una expresión, mínimamente preocupada, concentrada y seria para después, levantar y balancear su mano y parte de su brazo hacia su lado para activar su quirk y mandar un ataque de fuego hacia el Nōmu, rodeando su brazo, provocándole ahora un fuerte quejido de dolor.

En este caso ahora fue Tsuyu quien actuó, saltando del agua para usar su lengua y tomar rápidamente sus compañeros para apartarlos de aquel Nōmu quien a pesar de su monstruoso brazo cubierto de fuego el cual al comenzar a apaciguarse dejó ver la carne de su "piel" bastante quemada, se volteó sin rastro de piedad a ella dispuestos a atacarlos de nueva cuenta.

—Tks, jodidas molestias. —gruñó Iyassu quien sostuvo las guadañas mejor en un gesto de estar dispuesto a atacar él. No obstante, repentinamente una pared de fuego apareció enfrente suyo y de Shigaraki haciéndolos retroceder. Los fijos ojos del de las armas buscaron con demencia hacia la causante viendo a la Tsubomi con su mano extendida hacia su dirección, mientras usaba la otra para subir la máscara hacia la nariz—. Vaya. vaya, Meinu definitivamente necesita bastante disciplina y un buen castigo. —comentó con rabia.

Si supiera que su abuela le impone una cruel disciplina y le da constantes castigos al no hacer algo bien, diría Hatsulin si hubiera escuchado lo que había dicho el de hebras rosas y oscuras. A éste mismo le había surgido una vena palpitante en su frente, realmente ya estaba bastante cabreado ahora, en su opinión la de orbes azulados y brillantes merecía una lección al no verla obediente y dominada como antes. Sentía y olía su temor hacia él, pero el sentimiento de adrenalina y disposición batallaba con aquel sentimiento.

Apretó y mostró sus dientes, bastante inconforme con la situación. Aunque en ocasiones sonreía por ver las expresiones de espanto que mostraban aquellos chiquillos cuando el Nōmu simplemente se regeneraba. Rio de manera seca y desagradable, pasando su larga lengua por sus labios. De verdad estaba encabronado.

Cuando él y de igual manera los jóvenes se iban posicionando para empezar una pelea, se escuchó un fuerte estruendo en todo el lugar, el golpe de las puertas del U.S.J.. Todo se quedó en un abrupto silencio al todos los integrantes del lugar observar hacia allá. La mayoría quedó en shock al ver sobre quién se trataba; All Might.

¡¡No teman, por qué ya estoy aquí!!

Una contenta y feliz sonrisa apareció en sus labios al ver finalmente al héroe número uno, al ver al símbolo de la paz haber traspasado aquella puerta. Sus ojos estuvieron apunto de soltar lágrimas ante el inmenso alivio y la alegría que su cuerpo albergaba. Podría llorar ahora mismo, su yo pequeña de siete años ya hubiera comenzado a lloriquear y chillar de la alegría, pero la yo actual sólamente podía manifestar su felicidad y alivio a la hora de sonreír y mostrar sus ojos muchísimo más brillantes de lo que por si ya eran.

Levantó sus puños a la altura de su pecho admirando y agradeciendo a cualquier entidad que haya sucedido aquel milagro. Había estado tan sumida en los pensamientos de que Iyassu estuviera allí, en lo que pudiera hacerle a sus compañeros, que se le olvidó por completo que All Might podría llegar de imprevisto al lugar al no haber llegado o estado inmediatamente con №Trece y Aizawa al entrar a U.S.J., de verdad que no se le pasó por la cabeza, pero aún así, lo agradecía de todo corazón.

Observó como el símbolo de la paz se arrancaba la corbata del cuello y la lanzaba con fuerza hacia cualquier lado del entorno del lugar, dejando la camisa blanca de botones algo suelta y arrugada; notaba como no estaba con su sonrisa. Su boca estaba hacia abajo demostrando así que realmente estaba molesto.

En un parpadeó el inmenso e impotente hombre se impulsó lanzándose desde la entrada. Pestañeó varias veces cuando vio el simple humo de dónde había pasado y a lo lejos pudo distinguir a los villanos, a su parecer, inconscientes o en el suelo. Tembló del asombro mientras sus ojos mostraban estrellas y soltaba un «¡Oh!» en coro por lo rápido que fue que ni siquiera se dió de cuenta de sus movimientos hasta que notó como estaba con ellos, enfrente del lastimado maestro.

—Lo siento, Aizawa-kun. —se disculpó el rubio hacia su compañero laboral protegiéndolo de cualquier ataque o emboscada que le hicieran, procediendo a colocarlo con cuidado en su hombro. Su cabeza se volteó hacia la dirección de Shigaraki e Iyassu lanzándoles a ambos una aterradora mirada que hizo retroceder un paso al peliazul y que el de mirada rojiza se tensara levemente e hiciera temblar sus cejas. Verlo con ese rostro si que era intimidante.

En otro punto de vista, Hatsulin seguía observando con brillitos a su alrededor y los puñitos en alto hacia su maestro y gran héroe admirable por el hecho de que muy posiblemente todo podría solucionarse. Volvió a mostrarse sorprendida cuando, al igual que sus otros tres compañeros, estaba en el hombro del héroe sonriente. Ni siquiera sintió el momento en el que la tomaron, y eso que era muy sensible físicamente. Cualquier mínimo roce lo sentía.

—Ustedes cuatro vayan a la entrada. Debo dejar a Aizawa-kun con ustedes, está inconsciente así que tengan cuidado y apresúrence.

Por su parte asintió hacia la petición y orden de su sensei, sonriéndole con seguridad y obediencia observándolo. Había volteado a mirar hacia su inconsciente y lastimado maestro con preocupación, su sonrisa se desvaneció lentamente de manera triste por el estado en el que estaba. Le dolía verlo de esa manera, no le gustaba para nada ver a personas conocidas, incluso desconocidas, de esa manera. Era doloroso, traumático, triste para ella. Pero no se dejaría decaer, lo colocarían a salvo.

Escuchando como All Might le decía a Midoriya que todo estaría bien, procedieron a comenzar a organizarse para cargar con cuidado al cuerpo de su maestro. Tras un poco de insistencia suya, Midoriya, Asui y ella cargaban a su maestro con cuidado, de tal manera que su cuerpo quedara recto, estando el pecoso sosteniendo las piernas, la peliverde su torso y ella sus brazos y cabeza. Todo estaba en silencio, a excepción de la pelea que había iniciado detrás de ellos, sintiendo una ráfaga de viento levantar momentáneamente su cabello. Cosquilleó de intriga y esperanza, dándole silenciosos ánimos.

Miraba hacia el frente en espera de avanzar, distinguiendo la entrada desde lejos de manera vaga. Pensaba mucho en la situación, sobretodo en Iyassu. Sus manos temblaron imperceptiblemente al pensar sus palabras, aún había un profundo miedo instalado en ella todavía. Aunque el alivio y la felicidad había surgido con fuerza, lo aterrada que estaba seguía ahí. Dios, si tuviera el valor y la capacidad se hubiera puesto a llorar ahí mismo del terror. Pero confiaba ciegamente en All Might y que él acabaría con esto y podría estar... 1% tranquila, ya que si Iyassu dijo que había ido a buscarla significaba que su objetivo era ella y eso de verdad la aterraba. Aunque la idea que si la aterraba era si Kaito estuviera cerca o su socio. Si Iyassu estaba allí, Kaito o aquel tipo, cualquiera de los dos, también estarían ahí en Musutafu. Ese era su peor terror.

Pero... Si Iyassu y muy probablemente Kaito estaban es Musutafu, eso significaba, si había logrado sobrevivir y llegar hasta ahora, también... ¿estaría Keizuke?

Ese pensamiento la hizo iluminarse y relajarse un poco. La idea de que Keizuke siguiera vivo era lo que la alegraba, la única cosa que la alegraba de esa situación, si es que no había muerto al igual que Senshi o se hubiera vuelto loco, aunque si fuera la segunda se sentiría culpable de provocar prácticamente que terminara así. Se preguntaba como es que ella no perdió la cordura en aquel lugar, bueno, más o menos.

Un cosquilleo recorrió su cuerpo desde las puntas de sus pies hasta su nuca. La hizo salir de su burbuja para mirar instintivamente hacia atrás, observando de soslayo más que nada a Midoriya al momento de que no avanzaron ni un poco. Aquella sensación le hizo percibir una inquietud entre ellos, específicamente con el único uniformado presente. Tenía la vista agachada, el ceño fruncido y una mirada todo menos tranquila. Lo observó fijamente entrecerrando su mirada y frunciendo un poco sus cejas. De alguna forma, se imaginaba lo que estaba pensando.

Miró hacia la batalla y sus pupilas se reducieron al notar la posición en la que estaba, el tal Nōmu estaba con sus dedos encajados en el torso de All Might por medio de un portal. Podía notar el rostro de dolor de parte del símbolo de paz haciéndola palidecer un poco y tener un mal sabor de boca. Lo que había sucedido sólo en unos minutos.

—¡Lo siento, Tsuyu-chan, por favor sostén a Aizawa-sensei de las piernas! —exclamó de golpe el peliverde haciendo que la aludida algo confundida accediera y cuando menos se lo esperó éste salió corriendo inmediatamente hacia la dirección de la pelea de su maestro y aquella cosa.

—¡Midoriya-kun! —exclamó primeramente la única peliroja presente teniendo la necesidad de seguirlo, dando un paso hacia allá. El terror en los rostros de Mineta y Asui no tardó en aparecer.

Pero se detuvo, de forma tensa, su rostro desfigurado de la preocupación y el miedo. Pensaba en Midoriya, a comparación de All Might, quien era un héroe experto desde hace muchísimos años, aunque tenía su dificultad en pelear ahora, el peliverde tenía mucho riesgo de morir. ¡Era sólo un adolescente y estudiante! Y según a visto, su quirk es demasiado delicado para su cuerpo. Tenía la suficiente cabeza para tomar en cuenta de que podría salir mal. Pero... tenían que llevar a Aizawa con los demás, tenían que tratarlo antes de que tan siquiera muriera al su físico no aguantar tanto daño. Estaba la enorme posibilidad de que no resistiera.

Apretó sus labios, insegura, indecisa. Podría ir a detener a Izuku, sabía que estaba preocupado por All Might, pero él era un héroe profesional. Podía confiar en él, era poderosamente fuerte en muchos sentidos, tendría sus dificultades y ganaría sin ayuda. Era el símbolo de la paz, no comprendía porque... se había lanzado a la pelea sin pensar, probablemente. Parecía aterrado por el bienestar de su maestro, pero él era capaz ¿no? Él es fuerte. De verdad Midoriya la confundía y llenaba de una gran intriga.

Tragó saliva y a su vez, aguantó ir tras él. Cargó mucho mejor a Aizawa casi cargándolo ella sola con una mirada algo opacada, pero que no fue notada por ninguno de sus compañeros, aunque Tsuyu si la volteó a mirar inmediatamente cuando su compañera había cargado la mayoría del peso del azabache, apenas agarrándolo ella misma. No podía ver su rostro al estar detrás de ella, sin embargo, volteó parte de su cabeza hacia atrás con una mirada afable y determinada, aunque la peliverde notó un pequeño sentimiento de... miedo en sus ojos, los notaba un poco menos brillantes que siempre, la sentía impotente.

—¿Kero?... —susurró la del quirk anfibio para si misma al verla así pero le intrigaba era que le diría o que pensaba justo ahora.

—Hay que llevar a Aizawa-sensei con los demás y ponerlo a salvo. —habló con un tono más bajo de lo normal. Mineta también la miró, pero él, a comparación de la peliverde que estaba estática, estaba temblando del miedo. Hatsulin miró hacia el frente—. Tenemos que hacer algo por alguien. Midoriya-kun estará bien, confío en All Might-sensei y que lo protegerá. Es el héroe número uno ¿no? ¡Hay que confiar en que él nos salvará a todos! —exclamó con entusiasmo, dejando sorprendida a la más baja pero ella enserió su rostro y asintió, soltando un pequeño ❛Kero❜ en inercia.

HIZO UNA PEQUEÑA MUECA CONFORME iban llegando a la entrada en dónde deberían estar sus compañeros. La razón de su mueca era la molestia en su cintura, ya le comenzaba a hacer presión el dolor de la caída cuando fue teletransportada, peor hubiera sido si no hubiera reaccionado a tiempo. Ahí si se daría tremendo golpe que terminaría quien sabe con qué huesos rotos o si seguiría hasta viva.

—Hatsu-chan, ¿te encuentras bien, Kero? —habló la chica rana al notar cierta irregularidad al verla caminar, podía incluso verla inclinarse levemente hacia un lado cada que daba un paso, indicando cojera.

La cabeza de la aludida se volteó de medio lado dejando ver su perfil hacia la peliverde cuando escuchó su nombre venir de ella. Se le quedó viendo unos segundos con un silencioso asombro de que la llamara por su nombre de esa manera repentinamente. Generalmente su persona era la que pedía que la llamaran por el nombre, claro, a las personas que le caían bien. De manera sincera, no le molestaba ni un poquito que la del quirk de ranita la llamara así, si lo pensaba.

Sonrió sin mostrar sus dientes y cerrando sus ojos, giró un poco más su rostro hacia ella en una expresión afable y sin rastro de dolor. Muy diferente a la mueca y facciones contraídas que tenía para ella misma con anterioridad. Estaba ocultando su dolor para si misma, lo más seguro es que se fracturó alguna costilla o hecho una fisura. Era imposible haber salido totalmente ilesa de la caída. Aguantaba muchas cosas pero seguía siendo humana, era obvio que sus huesos no eran de acero y terminar golpeándose así tendría sus consecuencias.

—¡No te preocupes, Asui-chan! —respondió con ánimo y una sonrisa, volteando con la cabeza en alto y los ojos cerrados en seguridad. Aguantándose cualquier quejido o algo. Era buena en ocultar lesiones—. ¡Estoy bien!. Simplemente hay que llegar con los demás, no falta mucho.

Recibió un pequeño silencio de la de menor estatura viendo la pequeña marcha que hacía su contraria. No tardó en responder. —Dime Tsuyu-chan.

Hatsulin por su parte pestañeó un par de veces por su petición volteándola a mirar por sobre su hombro. La miró un poco desconcertada, estaba acostumbrada y cómoda en decirle a las personas que más le caían bien que la llamaran por el nombre, pero en general, parte de las personas no decían lo mismo devuelta. Una que otras lo hacían pero en su mayoría seguían con la regla de que los llamaran por sus apellidos hasta que dicha persona sintiera la suficiente confianza para que la apellidada Tsubomi los llamara como tal.

Con Shinsō fue por lo menos un mes después de conocerse. Si, recuerda perfectamente eso o al menos en su mayoría ya que apenas tenía cuatro años en ese entonces. Si, eran niños pequeños y la costumbre de llamarse por el apellido por la educación no iba tanto con ellos, pero para ella, que tenía el conocimiento por su madre Eiko, significaba una gran confianza. Así que, aunque se mostrará como tal es, se sentiría enternecida.

Le sonrió con dulzura hacia la del quirk anfibio dejando salir una pequeña y silenciosa risa que sonó más que un suspiro, mirándola con una pequeña ternura de que ya haya tomado confianza en su persona para que la llamara así, aunque según ha visto los pocos días de clase, la Asui tomaba la suficiente confianza para decirles a varios del aula que la llamaran por su nombre. Asintió en un ligero movimiento de cabeza.

—Si, Tsuyu-chan. —dijo con aquel tono de voz dulce y a su vez energético que suele tener pero ahora tenía una tonalidad suave, ya que se sentía enternecida—. Tu sigue diciéndome Hatsu-chan. —dijo animada volteando a mirar hacia el frente, sintiéndose contenta.

Hasta ese punto, ya estaba que mandaba al diablo su regla de no relacionarse con nadie y no hacer amigos o al menos no muy cercanos. Era difícil, sus compañeros de aula eran tan increíbles que su quebrado y lastimado corazón era caprichoso y comenzaba a formar cariño o un invisible lazo hacia aquellos que le caían súper bien. Primero Kaminari, Kirishima, Iida y ahora Tsuyu. Ella creía que todos eran asombrosos por su cuenta, pero esas cuatro personas eran quienes más hacían poco a poco un pequeño impacto en ella.

—¡También dime por mi nombre, Hatsu-chan!~ —escuchó el chillido de pervertido de Mineta de forma irritante y casi al instante algo se aferró a su pierna y su cadera, sintiendo como el enano se medio colgaba y frotaba contra su agarre.

Cerró sus ojos con una sonrisa mientras que una de sus delgadas cejas temblaba de manera imperceptible, una pequeña vena sobresalió en su frente, casi debajo de su flequillo junto con un signo de enojo en su cabeza y su cabello semi seco y revoltoso. De manera algo robótica fue volteando su cabeza hacia la dirección del pervertido enano al momento de detenerse, él abrió sus ojos abruptamente por sentirla tensa.

—Tu sigue llamándome Tsubomi. —dijo sin rastro de enojo en su voz, pero el simple chico de muy baja estatura soltó un pequeño «¿Eh?» ya que algo le daba mala espina. Asui simplemente suspiró pesadamente por la actitud de su compañero, ya se imaginaba lo que haría Hatsulin.

En otro lado. Justo en la entrada se encontraba la otra mitad de estudiantes; ellos observaban a lo lejos hacia la dirección en dónde se llevaba a cabo la batalla de All Might contra el Nōmu. La mayoría estaba preocupado, asustado y a su vez animados de que el héroe de la gran sonrisa -aunque en medio de la pelea ni la tenía- los salvaría y acabaría con esos villanos. Si pudo acabar con todos los demás en un parpadeo, imaginaban que lo haría con aquella criatura grotesca, aunque se veía difícil.

Un lejano grito comenzó a escucharse poco a poco, desconcertando a la mayoría quien quitó la vista de la pelea y miraron hacia sus lados confundidos. Parecía que el grito iba acercándose ¿pero de dónde? ¿quien era?. ¿Será que alguno de sus compañeros estaba en manos de algún villano que seguía conciente?

—¿Eh? ¿de dónde viene eso? —cuestionó Takeru con sus manos en los bolsillos de su pantalón mostrándose intrigado y a su vez despreocupado, siendo el primero en cuestionar quien hacía eso.

—¡Ah, ahí, ahí! —chilló Uraraka señalando hacía algo morado que venía de lo lejos y no dejaba de gritar. Chilló y se sorprendió al igual que los demás en el instante que esa cosa llegó hacia donde ellos y se estampó en el impacto contra el suelo tal cual una plasta morada—. ¿¡Mineta-kun!?

—¡Oooooigan!

La mayoría presente soltó un «¿Eh?» al instante en el que escucharon ese grito, la castaña fue la que se apresuró para asomarse en el "puente" de la entrada viendo como su amiga pelirroja estaba abajo agitando una de sus manos eufóricamente tratando de llamar su atención pero a su vez saludando. Se mostró desconcertada al verla con el cabello suelto, aunque lo que más le preocupó fue ver el cuerpo de su maestro tendido con bastante cuidado a un lado de ella y de la del quirk anfibio.

Poco a poco el rostro de la apellidada Uraraka se comenzó a deformar en preocupación y alarma al ver el estado de Aizawa. A simple vista -aunque técnicamente estaban lejos- ningúna de las dos se veía herida, tampoco Mineta que lo mas seguro es que venía con ellas.

—¿¡Tsuyu-chan, Tsubomi-chan!? ¿¡Aizawa-sensei!? —gritó espantada la de óvalos rosas en sus mejillas-. ¿¡Se encuentran bien!? ¡Ya vamos a ayudarlas y a Aizawa-sensei!

—¿Mineta venía con ustedes o algo? —cuestionó en voz alta también Takeru de forma desinteresada, atrás de ellos buscaban estabilizar al de esferas púrpuras.

—¡Si!/¡Kero! —exclamaron de forma afirmativa ambas chicas al escuchar su pregunta.

—¿Y por qué vino volando?

—¡Takeru-kun, luego haces tus preguntas! ¡Hay que ayudarlas antes de que aparezca otro villano! —dijo en recordatorio y a su vez en queja Ochako siendo severa por la curiosidad no necesaria justo ahora de su compañero.

—¡Si, venía con nosotros pero por pervertido lo pateé hasta allá! ¡así nos ahorramos un peso! —respondió sin pudor y con bastante sinceridad la de perlas azuladas, teniendo una desconcertante sonrisa en sus labios dejando algo sorprendidos a los que escucharon dichas palabras.

—Ay, ay, ay.... —decía medio inconsciente el pervertido del aula, con sus ojos girando en sus cuencas como remolinos.

Buscaron como llegar al lugar, cargando con cuidado a su lastimado maestro al cual no tardaron en ir a socorrer. La mayoría estaba bastante preocupada; Hatsulin al llegar verificó el hecho de que todos se encontrarán en buen estado. Al parecer ninguno estaba lastimado, al menos no los que estaban allí. No sabía de los demás, sintió un agrio sabor en su boca al recordar a Shōto, había quedado solo. Sabe cuidarse bien y todo, incluso quiere estar en completo solitario pero podría llegar a tener algún contrincante difícil de acabar con un simple congelamiento. Se mordió el labio algo nerviosa y preocupada por Izuku, esperaba que estuviera bien.

Miró fijamente a su maestro cuando comenzó a colocar con muchísimo cuidado e igualmente delicadeza en el suelo su cuerpo procurando no hacerle ningún daño. No obstante, sintió una horrible punzada en su cuerpo que al momento de acomodar el del profesor, perdió el equilibrio y cayó de repente sobre una rodilla ante el horrible dolor que la recorrió. No mostró gesto alguno de dolor más que una expresión neutral.

—¿¡Tsubomi-chan!? ¿¡Estás bien!? —escuchó el cuestionamiento de Mina quien al igual que Uraraka y otro de sus compañeros rápidamente fueron a revisarla al ver dar la impresión de desplomarse que incluso ella apoyó una de sus manos en el suelo.

—¿Estás herida? ¿que te duele? —abrumaron sin darse cuenta a la pelirroja ante las preguntas tan constantes que le dieron al mismo tiempo, no se notó algún gesto de dolor o un gesto de molestia, se veía perdida.

—Yo... —murmuró con la vista agachada y cubierta por su cabello al tener su cabeza apoyada. Seguidamente levantó ésta como si nada con una resplandeciente sonrisa—. ¡Estoy bien! —exclamó segura, confundiendo a los demás, acomodándose y quedando sentada con sus piernas cruzadas en meditación a un lado de su maestro—. ¡Sólo puse mal el pie! ¡estoy bien! —y alzó su pulgar.

—¿De... verdad?... —murmuró ligeramente uno de sus compañeros, siendo uno bastante robusto y de labios gruesos, de forma súper desconcertada, diciéndole casi para si mismo, aunque suponía que todos estaban así. Aunque, realmente se veía que estaba perfectamente, era muy segura su respuesta que hasta pensaban que era cierto lo que dijo.

Pero Hatsulin sabía bastante bien que era una vil mentira; físicamente no estaba bien, había sentido un horrible dolor en todo el costado de sus costillas. Lo aguantaba, si, pero eso no significaba que su cuerpo no tuviera sus recaídas y reacciones por tener algún daño o hacer trabajo duro, porque cargar a su maestro pues, era sencillo, pero es que seguía siendo un adulto y dos veces más alto que ella, haciéndolo tener más peso y dificultándole a Hatsulin quien tenía las cosquillas maltratadas.

Pero resistiría con tal de dejar a salvo a su maestro.

→S H A N X L A B Y X←

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