Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❪𝗢𝟴❫ ; 𝘄𝗵𝗮𝘁 𝗵𝘂𝗿𝘁𝘀 𝘁𝗵𝗲 𝗺𝗼𝘀𝘁.

ARC ONE; THE ECLIPSE❫
*╔═══❖•ೋ°💧°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO OCHO;
LO QUE MÁS DUELE
La vida es injusta por si sola❜

;(🌒);
advertencia o aviso de escenas fuertes.

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
━━━━━━━━━━━

EL TIEMPO HABÍA COMENZADO A PASAR nuevamente desde aquella vez en la que conoció a sus abuelos paternos. Aún su abuela Atsuko tiene aquella distancia, incluyendo su rechazo del cual estaba enterada pero sin saber porque razón tenía esa tensa distancia hacia ella, sobre todo con su madre aunque su curiosidad le haya ganado y tuviera el valor de preguntar cuál era la razón de que hubiera tensión familiar, no tuvo ningúna respuesta que no sea "no es nada" así que prefirió no cuestionar más al respecto.

Temas de adultos, lo más seguro es que se trataba de eso.

Por lo que lo único que ha vivido hasta ahora es la tensión con su abuela e igualmente el esfuerzo de su abuelo Hoshi al ayudarla a ser más fuerte. Al principio fue demasiado difícil tanto para ella como para el mayor el asunto de prácticamente entrenarla. Fue primero lo básico, tratar de mejorar su rendimiento físico con cosas fáciles como ejercicios capaces de hacer para una niña de su edad, correr, hacer pequeñas persecuciones con él, boxeo en el cual como a los cinco golpes ya estaba en el suelo por el esfuerzo demás a su pequeño cuerpo y otras cosas.

Eso sí, entre aquel periodo su madre por alguna razón la metió a una clase de ballet, no supo por qué ya que no era muy buena en moverse y mucho menos socializando. Ni siquiera era ni un poco flexible, sus piernas han sufrido últimamente por los estiramientos de aquellas clases pero no podría quejarse, Hoshi le había llegado a decir que aprender en ese arte podría serle de utilidad para moverse mejor y con más flexibilidad; cosa que esperaba. Al menos ya tenía un poco más de movimiento sobre todo cuando los ejercicios de su abuelo comenzaban a hacerse más intensos aunque necesarios.

De alguna manera, ya tenía un poco más de confianza al usar su poder.

Sus manos temblaban aún mientras las mantenía a una altura de su pecho, los orbes zafiros que poseía no dejaban de reflejar miedo e inseguridad. Su abuelo estaba justo enfrente de ella de brazos cruzados, igualmente manteniendo una mirada atenta a sus manos que estaban abiertas como si estuviera sosteniendo algo aunque justo ahora trataba de ejercer algo; estaban probando e intentando que sus flamas surgieran de sus manos más no podía por los nervios que poseía.

Ya una vez trató de hacerlo con su familia y salió mal. No quería que volviera a suceder algo como eso otra vez. Su abuelo Hoshi había echo un gran esfuerzo para tratar de que ella no tuviera más miedo y tuviera más disposición al hacerlo, su madre y sus hermanos la apoyaban al tener otra oportunidad de dejar su miedo de lado; no quería tirar todos aquellos esfuerzos y ánimos que su familia le dan a la basura porque ella, aunque tuviera miedo; quería esforzarse.

Pero se le dificultaba mucho...

—Abuelo Hoshi... n-no puedo. Quiero hacerlo pero no puedo... —su voz tembló al tratar de hablar, las lágrimas estaban apunto de resbalarse por sus rizadas pestañas en cualquier momento. No quería decepcionarlo—. N-no soy capaz...

El albino miró hacia su nieta menor varios segundos por aquellas palabras que estaba formando, sus cejas se relajaron al igual que las facciones de su rostro para ir levantando las comisuras de sus labios al mostrar una sonrisa, sin dejar ver sus dientes. Era una sonrisa bastante tranquila pero también comprensiva y gentil. Su cuerpo fue hacia abajo para colocarse sobre una de sus rodillas, tomando suavemente los hombros de la menor viendo como ella levantaba su gran mirada azulada ahora triste y desanimada junto con las ya dichas lágrimas. Ella mantenía un pequeño puchero en sus labios.

Era inevitable para Hoshi no pensar que era una cara adorable pero aún así no dijo nada al respecto, sólamente siguió embosando aquella sonrisa para seguidamente dejar salir una ligera risa que hizo que la temerosa pelirroja se encogiera levemente en su lugar al pensar que se estaba burlando de una mala manera o algo por el estilo. —Si eres capaz, Hatsulin-san —habló el de mechas oscuras sintiendo el cuerpo de su nieta dejar de estar tan tenso. Subió una de sus manos a su cabeza dándole pequeñas palmaditas—. Eres capaz de hacer muchas cosas sólo que aún tienes miedo, pero eso está bien. Es normal tener miedo —habló suavemente, riendo un poco—. Yo confío ciegamente sobre la gran capacidad que tienes por qué ¡eres una niña maravillosa! y muy fuerte. Si no lo logras hoy, podrá ser después porque yo siempre estaré aquí para apoyarte.

El corazón de la pequeña se aceleró un poco por sus palabras mientras que una pequeña aureola aparecía en sus pupilas en un tono blanquecino al ser un brillo inconsciente por la forma en la que había dicho aquello y de alguna manera la hizo sentirse más animada. No entendía, no comprendía para nada que era lo que tenía como para que siempre que le dijera una pequeña charla se sintiera de esa manera, como un segundo quirk... un quirk que te anima y reconforta. Parecía que lo tuviera ya que eso parecía: sus palabras siempre tenían ese "algo" que le daba ánimos.

Sus ojos seguían viéndolo varios segundos con atención para bajar poco a poco su mirada para poder observar nuevamente sus manos con un muy débil agarre entre si, pero el cual había tratado de afianzar mejor para poder concentrarse. Su mirada volvió -o al menos intentó- a ser un poco más determinada y dispuesta en la acción que iba a hacer. Ya llevaba un poco más de cuatro años que no usaba ni una vez su quirk y le daba nervios que fuera a suceder en ese momento.

Pero estaba dispuesta a no rendirse está vez.

—M-mm... —sus manos temblaron levemente mientras apretaba sus labios entre sí, viendo como sus dedos aún tenían pequeños temblores pero al menos ya eran más mínimos que antes.

—Tranquila, Hatsulin-san. Sólo respira y confía en tu poder. —nuevamente el de ojos rojizos trató de animarla con palabras de apoyó, mostrando una sonrisa cálida para darle la ya dicha confianza a la pelirroja menor. Esta misma había hecho lo que le dijo, tomando una pequeña bocanada de aire para relajarse.

Todo se había quedado en silencio si no fuera por la pequeña ventisca que pasó en medio de ellos provocando que los cabellos de ambos se moviera levemente al compás del aire junto con las hojas que habían en los árboles y las que caían. Los orbes azulados de la Tsubomi menor seguían fijos en sus manos en dónde muy débilmente apareció primeramente un pequeño destello que disminuyó hasta casi no verse pero que volvía a aparecer.

Una pequeña flama comenzaba a formarse poco a poco entre sus palmas semi unidas, el brillo que desprendía dicha flama comenzó a reflejarse en los ojos del mayor y la menor, quién seguía aún bastante concentrada en lo suyo, principalmente en no volver a perder el control. Aquella respiración que ejecutó le había hecho de ayuda.

Una sonrisa leve y de lado apareció en los labios de Hoshi por ver aquella imágen de su nieta, sobre todo ver sus grandes ojos azules siendo reflejados con el fuego leve que aparecía aún en sus pequeñas manos. Le daba ternura ciertamente que aún siguiera bastante concentrada en lo suyo, en serio se veía bastante dispuesta esta vez a pesar de la forma que temblaban sus brazos brevemente.

—¡Gran trabajo, Hatsulin-san! lo estás haciendo bastante bien —habló aún con un timbre entusiasta el Tsubomi patriarca. Comenzó a acercar sus grandes manos hacia las de ella, colocándolas justo alrededor de las pequeñas de Hatsulin, juntandolas un poco más para que tuviera una mejor posición—
Deberías de posicionarlas de esta manera, así podrías concentrar más el fuego en tus palmas.

Hatsulin levantó unos segundos su mirada para verlo, abriendo levemente sus ojos para después volver a concentrarse en la flama en sus manos la cual efectivamente estaba más formada y que anteriormente estaba un poco alterada aunque era tratable. Su corazón latía con fuerza con sólo ver qué todo estaba llendo bastante bien, las palabras de ayuda de su abuelo le habían servido bastante.

Aunque su madre llegó a decírselas de otra manera, simplemente en ese entonces sentía aún aquel miedo muy intensificado en ella que no le permitía poder tener la mente en blanco. Quería enorgullecerla totalmente, demostrarle que si había sido capaz de hacerlo y darle a ver a Atsuko que no era una inútil.

Poco a poco sus labios comenzaron a abrirse y ensancharse en una leve sonrisa y a su vez alegre, una sonrisa que hace mucho que no se veía en ella de esa manera pero es que realmente estaba algo feliz del pequeño logro que estaba haciendo ahora. Sus ojos aún estaban destellando pequeños brillos de felicidad junto con el reflejo de la flama que aún prevalecía en sus manos.

Cerró sus labios pero sin dejar de sonreír levemente. Sus mejillas se ruborizaron de forma tenue por la felicidad que aún sentía su temeroso corazón. Abrió más sus ojos para cerrarlos, moviendo un poco su cabeza. Hoshi la miró con atención, aún manteniendo una cálida y orgullosa sonrisa en sus labios.

—¡Lo hice gracias a tí, abuelo!

SEGUÍA DANDO PEQUEÑOS SALTOS CONFORME IBA caminando junto con su abuelo e igualmente siendo seguida por un energético Yuu al llevarlo en esa ocasión con ellos para que saliera de casa: ya estaba un poco más grandecito. Hoshi, como últimamente Eiko estaba en una misión y Kazuto ocupado en sus clases, la ha buscado a la escuela ya que había dejado finalmente de estar en la guardería y ahora asistía a una escuela. Lo irónico era que eran los mismos compañeros de la guardería al ser aquel lugar hasta una escuela al avanzar, aunque bueno, lo agradable aquí era que Shinsō seguía con ella.

—¿Y que haremos hoy, abuelo? —cuestionó con un tono curioso la de cabellos rojizos manteniendo sus brazos estirados levemente como si mantuviera el equilibrio al caminar cerca del progenitor de su padre el cual aún no daba ningúna señal por mucho que buscarán. Yuu no dejaba de mover su cola de un lado a otro al caminar a su lado.

Hoshi caminaba de una forma calmada con sus manos en los bolsillos de su pantalón de un tono gris oscuro, la sonrisa de sus labios era leve como siempre. Volteó levemente su cabeza hacia un lado, moviendo levemente los cabellos más largos que poseía en el proceso. Miró a su nieta quien ya estaba cambiada con la ropa de "entrenar" ya que a eso iban, como cada tarde después de la escuela y casa al llevarla allí primero obviamente.

Aún faltaba para que el sol comenzara a ocultarse por completo, por lo que apenas estaba dejando su pedestal en la punta del cielo de forma lenta. El ambiente era bastante agradable y fresco, se veía como un día como cualquier otro o al menos Hatsulin lo veía de esa manera. Suponía que su abuelo igualmente pensaba lo mismo ya que sus facciones y expresiones no dejaban de ser las calmadas y tranquilas que normalmente llegaba a tener.

Las cuales le recordaba a su padre.

Lo extrañaba demasiado, su corazón aunque no pareciera le hacía falta aquel trozo dónde se encontraba su padre que por mucho que no fuera el más cariñoso aún seguía siendo su papá. Lo quería y extrañaba mucho, tan siquiera quisiera saber si estaba bien para estar tranquila. En ocasiones Hatsulin sentía opresiones en su corazón con sólo ver a su abuelo, porque era claro la similitud que había con él. Le traía nostalgia en muchas ocasiones.

Miró unos segundos a su abuelo para seguidamente ver hacia el cielo que aunque seguía estando claro comenzaba a nublarse poco a poco. Hizo una mueca por eso, ojalá no lloviera. Necesitaba y quería entrenar, no había pedido aquellas nubes que al parecer se invitaron solas a arruinar aquella tarde. Suspiró por lo bajo para seguir fijándose en el camino.

—¡Seguiremos con el control de tu quirk! Has avanzado bastante haciéndolo, podríamos incluso probar si puedes hacer algún movimiento especial con ataques físicos. —dijo en un tono cantarín y a la vez pensativo viendo y sonriendo al ver cómo los grandes ojos de su nieta se iluminaban para seguidamente asentir varias veces.

En tan sólo unos 10 minutos más habían llegado a pie al lugar donde podrían entrenar como se debe, sobre todo sin que haya algún inconveniente de que Hatsulin usará más porcentaje de su poder sin riesgo de quemar nada aunque había posibilidades de que si se saliera de control,  quemara los árboles que habían a su alrededor. Era un gran campo lleno de un ligero césped de tonalidades verdosas mas oscuros a las usuales, estando semi rodeado de una maraña de árboles frondosos que daban hacia un pequeño tramo que parecía un bosque. Todo era agradable.

Hatsulin dejó su bolso en el suelo mientras sacaba su termo de agua el cual tenía un sticker de All Might en medio, abrió este mismo para poder beber algo de agua antes de usar todo su esfuerzo ese tiempo en el que pasó entrenando con permiso de su madre. La caminata la cansaba, por eso en partes siempre Hoshi la cargaba en sus hombros un rato.

Yuu no hizo más que estirarse en su lugar jadeando algo sediento ante la clara caminata que había hecho, aparte de que igualmente al ser enérgico había corrido un buen rato siendo perseguido por Hatsulin para que no se perdiera, por suerte no fue así. La pelirroja lo miró unos segundos para sacar de su mochila una pequeña taza de hierro, colocarla en el suelo y echarle agua en ella al acuclillarse. El can movió su cola por eso, lamiendo unos segundos la mano de su dueña para comenzar a beber. Hatsulin sonrió por eso, también estaba sedienta.

—Bueno, repone tu sed con la suficiente agua pero no olvides que es mejor que esperes algunos minutos antes de comenzar a moverte —señaló el mayor con una sonrisa aún en sus labios, comenzando a arremangar la camisa de mangas largas que poseía ese día—, no sería bueno que te dé calambres abdominales en medio del entrenamiento, hobbie hobbie.

Las mejillas de su nieta se ruborizaron más por enojo que por nada mientras sus labios se abultaban levemente dejando el termo en sus manos luego de beber lo suficiente para refrescarse y reponerse un poco, quedando de rodillas junto a Yuu. —Abuelo ¡no me digas hobbie! No te burles de mi de que seas mucho más alto ¡yo aún soy una niña en crecimiento! —aclaró con un tono reprochante, mirándolo con ligero enojo reflejado en su rostro.

Hoshi rió levemente por aquella reacción que siempre solía tener, inclinándose un poco para revolver su cabello rojizo aún suelto.— ¡Sólo digo! No te molestes, hobbie hobbie.

—¡Abuelo! ¡lo dices a propósito! —replicó nuevamente la única pelirroja presente, apretando y tomando con una sola mano aquel termo sencillo que tenía lleno de sticker de los logos de varios héroes aparte del de All Might.

—¡Oh! ¿piensas eso? Sólo creo que es un apodo tierno y divertido que me hace reír por el hecho de que es apegado a ti por lo pequeña que eres aún. —comentó rápidamente el de mechas oscuras moviendo levemente su mano como si explicará algo bastante importante aunque sólo era por diversión. Uno de sus ojos se abrió levemente con una sonrisa para ver la reacción de su nieta.

—¡Te estás burlando!

Unas risas se escaparon de entre los labios del mayor por las adorables y divertidas reacciones que tenía Hatsulin por sólo llamarla por aquel sobrenombre que la molestaba pero lo entretenía con sólo ver cómo se colocaba. Sabía que era una reacción divertida y molesta de su nieta de sólo saber lo cierto aunque como dijo; aún era una niña en crecimiento.

Sea como sea, él sabía y presentía que sería una gran mujer de adulta.

El canino de pelaje blanquecino finalmente pudo reponer su gran sed, dejando salir un fuerte suspiro en el momento como dejando salir una bocanada de aire, sentándose en su lugar con tranquilidad. Sin embargo, sus orejas se alzaron más de lo normal en un estado alerta, enderezándose en el proceso como cualquier perro al escuchar algo repentino. El canino comenzó a mirar hacia su alrededor aún en aquella postura, olfateando un poco.

—¿Huh? ¿qué pasa, Yuu-chan? —cuestionó Hatsulin al notar aquel comportamiento de su parte, mirándolo curiosa y confundida, colocando una mano en su lomo pero él no doblegaba en ningún segundo. Parecía que colocaba su atención en una dirección pero luego miraba hacia otro lado.

El mayor también notó eso, quitando su sonrisa poco a poco por ver al perro de esa manera. una de sus cejas se levantó levemente en confusión por aquello; sólo le daba un mal presentimiento. Su ceño se frunció levemente por eso, sintiendo una rara sensación en el estómago mientras aún miraba a su nieta quien seguía buscando la atención de su mascota. Hoshi sentía inquietud con ver inquieto a Yuu.

Sus ojos rojizos también comenzaron a ver su alrededor con lentitud de soslayo manteniendo un poco de cautela inevitablemente. Su rostro se había tornado serio junto con una pequeña gota de sudor resbalando por su frente en señal de su preocupación de lo tenso que se había colocado el aire. Nunca significaba algo bueno. Comenzó a vagar su mirada entre los árboles, de repente comenzó a sentirse observado.

—Yuu-chan, Yuu-chan —llamaba aún Hatsulin confundida de que el nombrado no dejaba de mirar a su alrededor con sus ojos celestes, podía sentirlo hasta tenso. Miró hacia su abuelo con un pequeño puchero queriendo explicación pero lo vio y de alguna manera pudo sentir que estaba inquieto y tenso—. ¿Abuelo?...

—Hatsulin-san —la nombrada no hacía más que sostener a su mascota pero no evitó para nada el postrar su atención en su abuelo por su llamado—, no te vayas a mover de allí, ¿si?... —murmuró el de mechones oscuros teniendo una pequeña pose alerta caminando poco a poco hacia los árboles.

Hatsulin sólo asintió un poco confundida por su petición, manteniendo una mirada aún temerosa y confundida en sus ojos mientras observaba hacia la dirección de su abuelo; se había alejado unos metros apenas, deteniéndose cada tanto.

Hatsulin comenzaba a sentirse tensa también.

Yuu miró hacia su costado dejando sus orejas de costado unos segundos hasta que volteó repentinamente hacia atrás con una pequeña mirada preocupada e igualmente confundida en sus ojos, viendo como de repente una silueta totalmente oscura aparecía desde los árboles en un salto, empuñando lo que parecía ser una katana.

Todo pasó en cámara lenta cuando Hatsulin notó una sombra cubrirla desde atrás, su cabeza comenzó a girarse para ver de que se trataba, sus ojos grandes llenos de curiosidad pasaron a ser llenos de sorpresa y shock al ver aquella silueta lanzar un corte con aquella arma hacia ella. Yuu mostró susto de igual manera por ver aquella presencia tan repentinamente. La pelirroja jura que el filo de la katana rozó un centímetro su mejilla.

Pero no fue más allá de eso porque alguien más se lanzó hacia ella pero para abrazarla y alejarla, como una pequeña bola de escudo. Rodaron hacia algunos metros cuando Hoshi se lanzó rápidamente a salvar a su nieta y al pequeño can quién dejó salir un chillido. El césped se levantó cuando el mayor frenó con su propios pies teniendo a Hatsulin cargada de forma nupcial contra su pecho; la menor sostenía a Yuu contra ella temblando por el shock y miedo que había acabado de pasar.

—A-abuelo... —susurró conmocionada la de orbes azules temblando en su lugar viendo temerosa y confundida hacia el rostro ahora totalmente serio de su abuelo.

Hoshi seguía sosteniendo con fuerza a la menor como si temiera que le sucediera algo si tan sólo doblegara un poco su agarre, aunque realmente era así. Tenía miedo de que algo le pasará a ella, no le importaba para nada si saliera herido, lo único que quería era proteger y mantener a salvo a su ahora asustada nieta; aún tenía una larga vida por delante.

Estaba asustado pero dispuesto.

Tsubomi Hoshi... —murmuró el desconocido de la katana un tono de voz algo extraño pero ciertamente bastante aterrador, sobre todo para Hatsulin quien se removió más contra su abuelo sosteniendo mejor a Yuu quien soltaba pequeños chillidos en señal de miedo.

El nombrado apretó la mandíbula mostrando levemente sus dientes, todo su cuerpo se había tensado levemente por escuchar su nombre completo venir de aquel desconocido aunque tampoco podía verle bien el rostro que digamos ya que tenía puesta una capucha negra, apenas se le veía la nariz y la boca.

Hoshi no dijo nada, sólo gruñó colocando su mano en la cabeza Hatsulin para mantenerla a salvo. Se colocó en una mejor posición en su lugar tanto alerta como para estar listo para huir lo más rápido que pudiera con Hatsulin sin embargo sus probabilidades disminuyeron más cuando de entre los árboles salieron más hombres, vestidos de negro, algunos encapuchados y otros no, pero mostrando apariencias intimidantes o tétricas aunque otros eran comunes.

Uno de ellos sacó una pistola de cualquier marca o diseño de la nada. El cuerpo de Hatsulin tembló un poco por eso pensando que aquellos tipos le harían algo malo a su abuelo quien no hacía más que afianzar el agarre. Aquel tipo de una apariencia algo acabada quien sólo se cubría la mitad del rostro, alzó el arma hacia arriba luego de cargarla. Y repentinamente para los Tsubomi, lanzó un tiro al aire, sin razón aparente pero con sólo Hatsulin sentir el sobresalto de Yuu en sus brazos pudo darse de cuenta que fue.

—¡Y-yuu-chan! —chilló asustada Hatsulin cuando el animal se zafó nerviosamente de sus brazos y salió corriendo asustado hacia los árboles: la pelirroja por inercia también se zafó del agarre de su abuelo cayendo al suelo de rodillas por sólo querer ir por su mascota y más grande amigo.

El Tsubomi patriarca se exaltó por la acción de Hatsulin, sosteniéndola antes de que se fuera detrás del perro y que esos hombres la lastimaran. Entonces, se comenzaron a escuchar no muy lejos pero si visibles los quejidos del mismo animal, parecían incluso alaridos de dolor cosa que sólo aterraba y asustaba aún más a Hatsulin por escucharlo.

—¡N-no, no le hagan daño! ¡Y-yuu-chan! —lloriqueó entre lágrimas Hatsulin zafándose nuevamente del pequeño agarre de su abuelo al seguir escuchando a su perro quejarse a lo lejos.

Otra entidad oculta y encapuchada se apareció luego de unos minutos, teniendo en brazos a el husky siberiano quien dejaba de prácticamente soltar gritos de dolor a simplemente ser quejidos y chillidos casi retorciéndose en su lugar. Hatsulin con ver eso quiso ir hacia allá.

—¡Hatsulin! —exclamó exaltado Hoshi por ver aquello al ya no tener ningún contacto físico con la pequeña pelirroja. Sin embargo, cuando quiso lanzarse a agarrarla tuvo que bloquear como pudo un fuerte golpe que lo arrastró al suelo.

Hatsulin se detuvo a medio camino cuando escuchó aquel estruendo, mirando asustada y rápidamente hacia aquella dirección con lágrimas en sus ojos los cuales estaban abiertos a más no poder mientras temblaba. Pudo ver a su abuelo a unos metros de ella tratando de reponerse en el suelo adolorido y cuando quiso ir hacia él nuevamente un alarido de dolor de parte de Yuu la alertó mirando inmediatamente hacia allá viéndolo quejarse y retorcerse en los brazos de quién parecía ser una mujer.

—Y-yuu-chan. —chilló la de ojos azulados nuevamente queriendo acercarse hacia allá escuchando ahora como un tipo de pelea detrás de ella por escuchar los quejidos de su abuelo. No quería mirar, su cuerpo temblaba con sólo escuchar claramente los golpes y cortes junto con quejidos.

Su mirada mayormente estaba totalmente en shock en Yuu quien nuevamente dejó de quejarse a gran volumen para sólo soltar pequeños quejidos y justo después, la miró por inercia. Hatsulin juró ver dolor reflejado en sus ojos los cuales estaban cristalizados. Ver eso sólo le provocó un nudo más grande a su garganta; Yuu estaba sufriendo, su abuelo estaba peleando. No sabía que hacer.

¡HATSULIN!

Todo su cuerpo dió un pequeño salto por eso sintiendo un extraño vacío en su estómago como si algo viniera hacia ella. Apenas pudo voltearse y lo que después escuchó fue varios sonidos de diferentes direcciones cortar la carne y como la sangre se derramaba de golpe como un balde de agua arrojado al suelo, manchando el césped.

Su cuerpo estaba totalmente paralizado, sintió como si su mundo se hubiera detenido. Sus manos poco a poco con dificultad se levantaban para poder verlas, había sangre salpicada como pintura en ellas, su suéter y su pantalón también se manchó de dicho líquido. Sus ojos parecían que saldrían de sus cuencas, las lágrimas bajaron de golpe por sus mejillas.

Su rostro de forma dificultosa se fue volteando hacia detrás de ella para ver lo sucedido, su garganta tembló como si quisiera gritar pero la voz no le salía. Tosió sangre mientras su cuerpo estaba tenso pero temblando levemente, la mirada de Hoshi también estaba en shock pero a la vez vacía. No pudo mover ningúna extremidad ni un poco por los múltiples cortes profundos que recibió su cuerpo al mismo tiempo por proteger a Hatsulin antes de que saliera lastimada, era como una barrera enfrente de ella, con su cuerpo inclinado hacia adelante y sus brazos ahora débilmente extendidos.

Gran cantidad de sangre comenzó a caer al suelo desde las heridas y luego de que Hoshi volviera a toser con fuerza. Hatsulin estaba horrorizada y paralizada en su lugar con ver eso, no se movía ni un poco, las lágrimas caían y caían por sus mejillas junto con su mirada que estaba horrorizada sin dejar de ver fijamente a su abuelo inmóvil.

Otra silueta encapuchada comenzó a verse en el punto de vista de Hatsulin desde atrás de su abuelo, viéndolo sobre su hombro. Vestido completamente de negro mientras sostenía una guadaña en cada mano, llenas de sangre, su vista estaba ensombrecida pero si se veían sus cabellos sobresalir por su flequillo y los lados. Repentinamente apenas estuvo a la espalda de Hoshi dió un fuerte golpe al costado de su cuerpo para mandarlo al suelo inmediatamente, totalmente debilitado por la gran perdida de sangre que aún abandonaba su cuerpo gravemente a pesar de haberse puesto como pudo de rodillas.

Hatsulin seguía inmóvil en su lugar mirando a su abuelo con demasiado terror de su parte, su cuerpo estaba paralizado y no dejaba de temblar, sus ojos estaban aún abiertos a más no poder. No sabía que hacer, no sabía cómo moverse, apenas sabía defenderse como para hacer algo. Sólo pudo dar unos débiles pasos hacia su abuelo por inercia, la expresión de su rostro no cambiaba. El líquido rojizo no dejaba de salir de la boca de Hoshi, quién levantó como pudo la cabeza viendo con sus ahora casi sin brillo ojos rojizos a su nieta.

—Llevensela. —dijo el chico de las guadañas con un tono de voz serio y apagado ordenando a uno de sus hombres ir por Hatsulin.

Hoshi como pudo fue colocando una sonrisa bastante débil en sus labios, sus ojos mostraban un vacío pero a la vez una pena y tristeza que sólo hacían sentir mal a la pelirroja junto con los leves quejidos de Yuu.—L-lo... siento tanto... p-por no ser lo suficientemente fuerte para protegerte... Hatsulin...

El corazón de la nombrada se estrujó y quebró con fuerza por escuchar el tono de voz que había usado, totalmente triste y apagado, nunca escuchado por ella. Las lágrimas comenzaron a bajar con grifo abierto por sus ojos, y cuando abrió la boca para decir algo, una manos la sostuvieron con fuerza para cargarla y apartarla de su abuelo, apoyándola sobre un ancho y gran hombro notando vagamente como uno de los tangos sujetos que había, la estaba cargando e igualmente alejando de su abuelo junto con las demás personas.

—A-abuelo... —susurró débilmente Hatsulin aferrando sus manos al desconocido por inercia, sin dejar de temblar o derramar lágrimas. Se asustó con ver cómo el encapuchado se acercaba nuevamente a su abuelo desde la lejanía, tomando mejor una de las guadañas—. A-abuelo... ¡abuelo!

Había exclamado saliendo de su shock tratando de zafarse y soltarse de aquel hombre pero no podía, sólo hacía que el agarre se forzará más al tratar de ir hacia allá. Su garganta dolía demasiado al igual que su pecho por ver de esa manera a aquel hombre quién la ayudó en el comienzó de su camino para ser heroína y para ser fuerte, quien le enseñó muchísimas cosas, a quien le debía demasiado pero a quien no pudo proteger.

Simplemente no pudo.

—¡Abuelo! ¡n-no, abuelo! —comenzó a gritar la pelirroja con fuerza aún sin doblegar a soltarse; apenas pudo liberar uno de sus brazos el cual estiró hacia esa dirección como tratando de alcanzarlo. La sonrisa del mayor sólo se hizo cálida pero aun triste—¡Abuelito! ¡N-no le hagas n-nada, por favor! ¡Detente! ¡A-ABUELO!

Su grito resonó por todo el lugar mientras todos seguían retirándose con ella en brazos y apresada. Tuvo nuevamente un vacío en ella por ver al misterioso y cruel hombre alzar el arma con decisión y luego, volver a cortar.

Aquella horrible imagen fue lo último que vió Hatsulin luego de sentir mucho cansancio de repente y ver todo negro.

—¡SUÉLTENME, P-POR FAVOR! ¡QUIERO A MI ABUELO, quiero a mi mamá, a mi papá!

No dejaba de removerse de un lado a otro entre los brazos de los hombres que trataban de sostenerla para apresarla mejor. No dejaba de lloriquear con fuerza y gritar con sólo el intento de zafarse y salir de allí desde que despertó de lo que pensaba era una horrible y dolorosa pesadilla.

Pero no fue así, la pesadilla era la realidad.

—¡Quédate quieta, joder! ¡haz esto más fácil! —bramó un tipo con una enorme cicatriz en el rostro con irritación tratando de tomarla de los brazos junto con otro totalmente delgado quien estaba irritado y nervioso.

—¡Maldición, no deja de moverse! —se quejó el mas delgado tratando de apresarla de una vez por todas con sus manos y brazos pero no doblegaba; sus gritos y llanto no se detenían al igual que sus movimientos bruscos.

Otros dos sujetos los veían con diversión y a la vez cansancio de observar aquello como por diez minutos. Hatsulin no se detenía apenas estuvo consciente. La llorosa pelirroja sollozaba y gritaba a más no poder las mismas palabras que decía, golpeaba al aire inclusivemente. El brazo del hombre de la cicatriz la rodeó pero como último recurso, ella lo mordió con toda la fuerza que tenía, clavando sus dientes en su piel.

—¡AH, MALDITA SEA!

Se quejó con fuerza el más grande por el dolor de las muelas aún de leche de la pelirroja clavándose en su piel. Jura que estaba sobrepasando su carne, dolía como nunca. Trataba de zafarla jalandole el cabello y moviendo su cabeza, apenas pudo finalmente quitarla al lanzarla con brusquedad contra la pared y el suelo. Hatsulin se quejó por el impacto.

—Mierda mierda mierda... Joder. ¡Maldita perra! —le gritó el grandote sosteniéndose el brazo que incluso ya estaba soltando un poco de sangre por la fuerza que usó Hatsulin al morder, un pequeño hilo de sangre recorría sus labios respirando agitadamente. Su cuerpo se exaltó al ver la mirada que el hombre le dió, para seguidamente quejarse con fuerza cuando le lanzó una patada que golpeó con fuerza su brazo para hacerla chocar nuevamente contra el suelo con fuerza, sostuvo su brazo entre quejidos y aún un llanto.

—Nomás mira como te dejo el brazo, que débil eres. —se burló el delgado riéndose levemente al ver la pequeña pero tremenda mordida que le dió la niña totalmente adolorida en el suelo. Ese golpe ha sido el peor que a recibido, le duele hasta el hueso.

—¡Cállate, imbécil! —replicó con un tono bastante rabioso el de la cicatriz sosteniéndose aún la mordida de su brazo con fuerza, soltando maldiciones por lo bajo. Miró con desprecio y odio a la pelirroja quien seguía en el suelo quejándose y aún pidiendo a su madre—. ¡Encierrenla y denle lo que se merece!

SUS OJOS VOLVIERON A ABRIRSE CON FUERZA luego de quedar otra vez inconsciente. Ahora su cuerpo se levantó de golpe quedando sentado para seguidamente quejarse por el dolor que recorrió todo su brazo hasta su espalda, quejándose con fuerza por ese dolor que de verdad era demasiado notorio, queriendo llevar su mano para sobarse y sostenerse.

Si no fuera porque no pudo.

Sus ojos se abrieron otra vez confundidos por eso, estaban hinchados y rojos por las lágrimas. Miró sus propias manos cuando escuchó un sonido metálico apenas se movió, sus orbes se abrieron de golpe al ver sus manos, específicamente en sus muñecas habían unos tipos de grilletes y sus manos estaban totalmente cubiertas por unos extraños, anchos e igualmente metálicos guantes que le pesaban un poco. Parecía que estuviera apresada.

Movió su cabeza hacia un lado para ver su alrededor pero nuevamente escuchó el sonido de unas cadenas junto con un dolor punzante en su cuello, quejándose nuevamente para verse también allí. No podía verlo bien pero el sentirlo también era un grillete. Su atención fue a su nariz al tener algo cubriéndola al igual que lo demás de su rostro desde allí.

—¿M-mhm?...

Su cuerpo temblaba al igual que su mirada por ver la forma en la que estaba apresada; prácticamente hasta sin habla por lo que parecía ser una máscara o más bien bozal en su rostro, también era metálica pero con unos pequeños agujeros a su lados al parecer para respirar sin sofocarse. Estaba encadenada tal cual un perro, incluso con bozal.

Su mirada seguía en shock por todo para entrecerrarse poco a poco al cristalizarse levemente y dejar salir lágrimas que resbalaron por sus pómulos para caer y apenas seguir resbalándose por el metal del bozal. Estaba demasiado asustada, dolida tanto física como sentimentalmente. Comenzó a sollozar siendo lo único que se escuchaba en la habitación junto con los ligeros sonidos de las cadenas. Había querido usar su fuego para derretirlos pero lo único que hizo fue concentrar el calor en aquella zona, como si reteniera el fuego. Lo intentó varias veces hasta que sus manos ardieron, así que se detuvo.

Su corazón dolía demasiado, todo lo que pasó era demasiado para ella. Había comenzado como un día normal y ahora como terminaba; encerrada en una opaca habitación encadenada. Lo que más le dolía era lo ocurrido en el lugar donde solía entrenar con su abuelo, ni siquiera pudo protegerlo y no sabía dónde estaba Yuu. Sollozó más fuerte por eso levantando sus manos encadenadas tratando de cubrir su rostro al menos.

❛Sólo quiero a mi papá, a mi mamá... ❜

Que descanse en paz, nuestro querido abuelo Hoshi😿
Con este doloroso capitulo, comenzamos una nueva etapa; El Arco de Nakano.
Se vienen cosas fuertes.
¿Ustedes qué creen?
¿Podrán aguantar?

→S H A N X L A B Y X←

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro