𝒸𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁ℴ
𝚘𝚛𝚒́𝚐𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚙𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚍𝚘𝚜

El sistema de seguridad en casa era aterrador, básicamente era una cárcel que le prohibía poder mirar al exterior.

Al menos podía ver la televisión.

Y por su puesto podía observar la inminente persecución con el villano, esperaba que Allen tuviera razón y superhéroes aparecieran para salvarlos.

El maullido de sus gatos lo hacen mirar hacia abajo encontrándose con su bello ángel de pelaje blanco y ojos azules junto a su otro ángel de pelaje negro.

— ¿Ya es hora de comer?. — Pregunta a lo que recibe un maullido como respuesta y no puede evitar reírse.  — Si Allen está vivo para mañana le diré que me enseñe lo que grabo.

En la mañana tranquila mientras desayuna un plato de cereal, sus gatos descansan en sus camas, juntos mientras se miraban.

Que envidia.

— Olie. — Lo llama su padre saliendo con un traje azul marino y corbata negra. — Hoy te llevare yo a la escuela.

— ¿Y mamá?.

— Se fue más temprano. — Explica mientras toma una manzana y la muerde. — Hoy empieza su colaboración con el tal Agreste.

— ¿Y por eso estas enojado?. — Se burla un poco al ver las expresiones del hombre.

— Es que... ¡bueno! ¡ultimadamente vamos a llegar tarde!. — A grandes zancadas deja la cocina sacando carcajadas en el menor que rápidamente toma su mochila y su sueter.

Se despide de los felinos y con una sonrisa va hacia el para después subir al coche y escuchar canciones pegajosas.

Su padre sube el volumen del reproductor y ambos emprenden su camino hacia la escuela.

Algunas risas se escapan de sus labios cuando su padre parece interpretar a los artistas pero acaba haciendo el ridículo.

Saca su cámara y apunta hacia su perfil, sacando un montón de fotos suyas y algunas juntos.

Ver la escuela detiene sus acciones y lo regresa a la realidad.

— ¿No puedo faltar hoy?. — Pregunta cual niño mientras juega con las correas de su mochila.

— Me gustaría pero si tu madre se entera nos irá peor que la ultima vez. — El inminente recuerdo les causa un escalofrío que les pone la piel de gallina.

— Bueno, entonces nos vemos en la tarde. — Se despide de el y entra a la escuela esperando encontrarse con Allen.

Mientras se adentra en la escuela nota la cabellera negra de Marin resaltar sobre toda la gente.

Se acerca a él sorprendiendolo por detrás.

— ¡Olie!. — Saluda el chico un poco nervioso, no es que el lo estuviera esperando o cualquier cosa por el estilo. — ¿Cuando llegaste?.

— Hace un rato, estaba buscando a Allen pero no lo encontré.

Ambos empiezan a caminar adentrándose en la escuela, curiosamente el chico de lentes ya estaba ahí.

— ¡Allen!. — Grita para llamar la atención del chico. — ¡Enséñame lo que grabaste!

La emoción fue evidente en el moreno quien rápidamente saco su celular para enseñar a los asombrosos héroes que los habían protegido del villano.

Uno tenía traje de gato y ojos verdes, el otro tenía un traje de mariquita y un antifaz del mismo color del traje.

— Increible. — Susurro anonado ante las imágenes que estaban frente a el. — Ellos son increíbles.

"Misterbug, llamame Misterbug"

Casi suelta un grito al ver aquel héroe sonreir a la camara y despues salir utilizando su yoyo.

— ¡Marin! ¡¿estas viendo?!. — Pregunta observando al chico pero el parece pensativo. — ¿Marin?

El chico de ojos azules lo mira, como si le quisiera contar algo pero se detiene.

— No deberías confiar tanto en Misterbug, es decir, las personas fueron convertidas en seres de piedra debido a un error suyo... el no es tan valiente.

Era cierto, había escuchado que varias personas habían sido convertidas en seres de piedra gracias a las mariposas negras.

— ¡Espera! Ya se de lo que se trata. — Dice Allen mirándolo fijamente. — Tienes miedo, pero no lo tengas lo he visto con mis propios ojos. Amigo no temas, el es asombroso... yo creo en el.

El brillo en los ojos del chico aumentan al recibir el comentario.

Mientras el trio camina logran escuchar el como Iván era cuestionado por convertirse en villano.

— Si una vez fuiste monstruo, siempre seras monstruo. — Dice el rubio mirándolo con desdén.

El chico parece enfadado y frunce el ceño mientras se va del lugar.

— Y al salir no olvides cerrar la puerta. — Se burla mientras todos están preocupados por Ivan.

El disgusto se hace presente en Olie, toma su cámara y se la da a Marín para que se la cuide.

— Espero estés consciente de lo que haces. — Dice con una voz burlona mientras sonríe. — Quizás si vuelven a akumatizarlo tu seas el primero él recibir su ira.

Inmediatamente el rubio lo mira con indignación acercándose peligrosamente a el, tomando el cuello de su suéter y obligándolo a pararse de puntas para mirarle a los ojos.

Allen se acerca para ayudarlo pero el peliblanco pone una mano enfrente, deteniendolo.

— ¿Crees que voy a seguir tolerando tu actitud conmigo? Parece que no sabes cual es tu lugar.

— ¿Y tú si?. — Se burla. — Solo eres el hijo de alguien importante, no hay nada más en ti.

La frustración del Burgeois es evidente, pero parece tragarse el enojo y deja caer al fotógrafo mientras se va.

El pelirrojo de lentes lo sigue no sin antes darle una mirada al joven.

— ¿Estas bien?. — Pregunta una chica de pelo corto y traje rosa.

— Eso fue muy valiente. — Alaga un chico con audífonos mientras pasa su mano por su hombro. — Amigo, tu no conoces la palabra peligro.

— Eso fue genial. — Dice Allen poniéndose a su lado. — ¿De casualidad tu no eres Misterbug?.

— Me descubriste. — Ambos se ríen ante la broma, busca con la mirada al chico de cabello negro pero no es capaz de encontrarlo.

— ¿Y Marín?.

Lamentablemente nadie sabe dónde está el chico.

— No debí tomar tanto jugo en la mañana. — Se queja el fotografo mientras se lava las manos con rapidez.

Sale apresuradamente del baño corriendo por el pasillo para llegar a su salón.

Para su mala suerte termina chocando con una chica con rastas que de la misma forma llegaba tarde.

— ¡Lo siento muchísimo!. — Se disculpa tendiendole la mano para poder levantar a la chica. — ¿Estas bien?.

— Si, yo tambien me disculpo. — Dice aceptando la mano del albino y levantarse. — No debíamos correr en los pasillos en primer lugar.

Una risa escapa de los labios de Olie dándole la razón, o eso parece hasta que recuerda que tienen clase.

— ¡Mucho gusto soy Olie y vamos a llegar tarde!. — El chico vuelve a tomar la mano de la joven y la arrastra consigo para poder ser puntuales.

No tener su cámara comenzaba a tener efecto sobre el.

— ¡Yo soy Mylene!. — Se presenta la chica tratando de seguirle el ritmo.

Respiran aliviados cuando llegan al salon y ven que la maestra no ha llegado, incluso chocan los cinco.

— Llegamos... a tiempo. — Celebra Olie.

Sus ojos se desvían sobre Marín que está jugando con el lente de su cámara.

Se despide de la Mylene y se acerca al chico para sentarse a su lado, extrañamente Marín parece molesto.

"¿Y a este que le pico?" Mira de reojo a Allen pero este solo le dedica una mirada que podrían significar dos cosas.

1. Era visco.
2. El tema era extenso.

Decide preguntarle después pues la profesora ya ha llegado, tiene una pequeña pizarra y una sonrisa dulce.

Habría pase de lista.

— Agreste Adrien. — Pronuncia la profesora.

— ¡PRESENTE!. — Grita el mencionado haciendo reír a la mayoría de la clase.

— Blanche Olie.

— Presente. — Dice mientras levanta la mano.

— Bourgeois Chloe.

— Presente.

— Bruel Iván.

Un impacto se escucha fuertemente, el mismo ser de piedra de la primera vez aparece tomando a Mylene como rehén.

Se asusta aun mas cuando el supervillano se intenta acercar a Chloe mientras este llama a su padre.

No lo admitiría en voz alta pero se arrepiente un poco de sus palabras, ser el hijo del alcalde era útil en este tipo de situaciones.

— ¡Chloe, cuidado!. — Gritó el albino llamando la atención del villano. — Oh, mala idea.

Es tomado por el akumatizado quien se ve muy enojado con el.

— ¡Olie!. — Grita Marin intentando alcanzarlo pero el villano ya ha saltado lejos de la escuela.

Chan Chan Chan.

Lo siento Olie, te irá mejor con el villano.