15. Don't forget to breathe
Actualidad...(24 años)
Cinco años han pasado desde que tomaron caminos diferentes, cinco años en que Jungkook amó desesperadamente a Taehyung y cinco años que este esperó su regreso. Después de tanto tiempo de no saber nada el uno del otro, Kim no se esperaba que esa mañana al revisar su buzón se encontraría con aquella carta proveniente de aquel lugar, que después de algún tiempo supo que era en donde estaba el azabache.
Taehyung llevaba un tiempo tratando de salir adelante, aun estaba aprendiendo a amarse y caminando de manera segura por la vida y sobre todo, tratando de ser fuerte por todas las heridas que aquel amor le dejó. No era perfecto y nunca lo sería, aun cometía errores como cualquier persona claro está, pero él era consciente que cada paso que daba lo llevaría a donde tenía que estar.
A dónde le llamaban.
Después de leer el contenido de aquella carta supo que la vida apenas estaba comenzando y muchas veces le aterraba el hecho de sentir que no era capaz de continuar. De alguna manera sabía que tener miedo estaba bien, porque aquello era lo que le impulsaba a querer aprender nuevamente volar.
Ya había tomado la decisión de decirle adiós a todo lo que alguna vez fue, a las personas y a los lugares que le vieron en lo más bajo, aquellos que no aportaron nada bueno a su vida y que le hundieron como ancla hasta el fondo del abismo.
Taehyung no sabía si esta versión de sí era realmente él mismo, pero ciertamente aquello no le importaba porque era su propósito, descubrir quién era en realidad.
Estaba listo para seguir adelante con su vida, aquella carta fue lo que le motivo a esforzarse, sabía que no lo haría perfecto y si, tenía miedo. Mucho miedo de que a veces los pensamientos negativos llegaran nuevamente a él y le recordaran que ya no tenía nada por lo cual seguir intentando mantenerse, pero quién sabe, quizás valdría la pena si intentaba con todas sus fuerzas avanzar y así llegar a donde necesitaba estar.
Tenía que luchar constantemente con todos los aspectos negativos de su vida, las preocupaciones y las dudas.
Su vida cambió en gran manera, tenía que hacerlo. Aquella carta fue el adiós de su historia, realmente hubiera deseado haber tenido otra oportunidad para evitarlo pero no fue posible, Jungkook incluso decidió hasta el final no volver a encontrarse con él porque le aterraba que estar frente suyo le hiciera cambiar de parecer con lo que había decidido y aunque a Taehyung aquello le dolió tanto siempre lo supo.
Ya era demasiado tarde.
Esa mañana se despertó más temprano de lo que acostumbraba, lo recibió el silencio de su departamento, aquel que rentó en cuanto su trabajo le dio lo suficiente para poder pagarlo. Logró terminar su carrera de fotografía y estaba yendo en ascenso, de alguna manera todo estaba yéndole bien.
Se levantó de la cama y se vistió, tomó la cámara que estaba en el escritorio de su habitación junto a las llaves de su auto y salió de casa. Se subió al vehículo y comenzó a conducir, bajó todo el cristal de la ventanilla permitiendo que el viento despeinara sus hebras castañas. Luego de manejar por un rato llegó a aquel campo enorme que fue el testigo de muchas promesas de amor, risas y algunos bailes torpes. Estacionó el carro y se bajó de el, comenzó a caminar lentamente disfrutando del sonido de los pájaros a su alrededor, esa melodía que fue el trasfondo de muchos bailes y sonó como eco entre muchos besos.
Llegó hasta la orilla del acantilado y se sentó observando a lo lejos el sol comenzar a salir, tomó la cámara que colgaba de la correa por su cuello y luego de buscar el ángulo perfecto presionó el disparador y capturo el momento. Colocó el objeto a un costado suyo mientras que dejó caer la cabeza hacia atrás y con sus palmas abiertas sujetaba su peso contra el suelo, cerró los ojos y dejó salir un fuerte suspiro, podía sentir como la luz comenzaba a iluminar su rostro.
— ¿Por qué no estas viendo el amanecer? Esperamos toda la madrugada por esto, es realmente hermoso. — cuestionó confundido a su novio que le observaba fijamente.
— Si lo veía. — aseguró el azabache con una sonrisa.
— No es verdad. — se quejó el contrario y Jungkook se rio de la expresión ajena, llevó ambas manos hasta su rostro y lo acunó con suavidad. — Es que para mi no existe amanecer más precioso que él de tus ojitos cuando se iluminan por algo que te emociona. — dejó un casto beso en sus labios y sonrió satisfecho cuando su novio se sonrojó.
Taehyung hizo un pequeño puchero y bufó una sonrisa mientras negaba con la cabeza. — Eres tan encantador ¿Sabías eso?
Jungkook asintió y soltó al chico del rostro para poder envolverlo entre sus brazos, el castaño suspiró y se acurrucó más contra él aferrándose a la cintura de su chico.
— Tú me haces ser así mi amor. — admitió sincero.
— ¿Para que venimos entonces si no ibas a apreciar el amanecer? — reclamó entre risas.
— Cariño... Yo aprecio el amanecer cada que me miras con esos bonitos ojos y haría cualquier cosa con tal de que nunca se apague el brillo en ellos. — declaró con ternura, dejando suaves caricias por toda la espalda ajena.
El castaño se separó de él para poder encararlo.
— Quédate siempre conmigo, eso es todo lo que necesito para que esa luz no se extinga.
— No tienes que pedirlo. — dijo acomodando un mechón detrás de su oreja. — Estaré siempre contigo.
Taehyung sonrió grande y se acercó hasta su novio para comenzar un beso que selló aquella promesa.
Era consiente que volver a este lugar le traería muchos recuerdos, cada que analizaba toda la travesía de su historia llegaba a la conclusión de que nadie lo iba a amar tanto como Jungkook lo hizo y por más que intentara convencerse de que no había sido culpa suya este final, sabía que no era así. Si, eran demasiado jóvenes y Taehyung tenía muchos problemas que lo llevaron a ser como fue, pero a pesar de eso no cambiaba el hecho de que le había roto el corazón al azabache que solo supo amarlo genuinamente.
Sabía que todo lo que a él le tocó sufrir no fue más que producto de lo que él mismo había desatado. Su Jungkook no había tenido nada de culpa por como la pasó, simplemente no podría culparlo.
Había muchas cosas de las que se arrepentía, cada una de ellas le atacaba día con día a su cabeza intentando desesperadamente regresarlo al fondo. Infinidad de veces sintió que no podría más, ese adiós le quitó lo único que lo mantenía aferrado a la idea de seguir intentándolo.
— Ojalá hubiera podido decirte lo mucho que te amé. — dijo con tristeza sintiendo sus ojos aguarse, se enderezó y llevó su vista hacia el horizonte. — Ahora lo único que me queda es susurrarlo al viento para que te lo haga saber. Me pregunto si ya te sientes mejor, si ya no te atormenta este amor como a mi cada día que recuerdo que no volveré a tenerte. — lágrimas comenzaron a caer.
Sacó el sobre del abrigo que llevaba, el papel ya estaba bastante arrugado por todas las veces que Taehyung lo leyó para comprender que esta era su realidad, que su Jungkook no volvería a él nunca más, había sido claro con eso.
Sintió su pecho doler y se repitió una y otra vez aquello que se decía cuando sentía que no podía más, gritó con todas sus fuerzas al sentirse consumido por aquella presión en su pecho que le atravesaba toda el alma. Realmente estaba intentado seguir adelante tal y como Jungkook se lo pidió, sabía que hacer esto más por él que por si mismo no era lo adecuado, sin embargo era lo único a lo que podía aferrarse.
Porque él no volvería y lo sabía.
"No te olvides de respirar" Era su recordatorio constante, aquello que le recordaba que no debía rendirse, que no debía dejar de intentar y sobre todo, que tenía que vivir.
Como si de un mantra se tratara, se aferró a ello para continuar, pero muchas veces todo lo sobre pasaba y simplemente sentía que no podía seguir lidiando más con aquello. Como en este momento que mientras escuchaba los pájaros cantar y su corazón doler, no había nada que le consolara.
Porque Taehyung extrañaba a su Jungkook, aquel que incluso en el momento en el que le dijo adiós, le aseguró que siempre estaría con él.
— Oh mi amor, ojalá no te hubieras olvidado de respirar. — susurró con los ojos cerrados, mientras una sonrisa llena de tristeza se formó en su rostro. — Porque te llevaste todo el oxígeno a mi alrededor y simplemente no puedo más, necesito decirte cuando te amo y te extraño, porque no puedo... — negó efusivamente entre llanto. — N-no puedo dejarte ir.
"Sé que dijiste que ibas a esperar por mi, pero no puedo hacerte esperar más cariño, así que aguarda... Pronto estaré ahí, mi Jungkookie, mi amor eterno".
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