Kim Heejin

Recibo los cuadernos que el señor Han, nuestro maestro de Física, coloca sobre mis manos. Son todos los que ya han sido revisados y ahora yo, como encargada de la clase, debo entregar a sus respectivos dueños.

Mientras el profesor busca unos papeles —que resulta también debo entregar porque es para el examen que debemos rendir pronto—, escucho cómo la puerta de la sala de profesores se abre y se cierra al paso.

—Otra vez aquí, Jeon.

Levanto la cabeza por instinto. Busco con la mirada y me encuentro dos cubículos más allá a un chico alto, apuesto, y con más perforaciones y tatuajes marcando su piel que yo teniendo dinero.

Dejo de prestar atención a las indicaciones del profesor Han para apreciar la pieza de arte que es todo Jeon Jungkook. Su espalda ancha, brazos fornidos y de venas marcadas, piernas gruesas, estatura dominante.

Mis más oscuros y perversos pensamientos salen a flote con solo escuchar su nombre. Jeon Jungkook.

El chico malo de la preparatoria.

El moja bragas 3000.

Ese Jeon Jungkook.

Un personaje indescifrable y difícil de leer.

—Y eso sería todo —vuelvo la mirada hacia mi tutor de clase y hago como que entendí todo lo que dijo cuando la realidad es que no presté ni la mínima atención a lo que dijo—. No se olvide de hablarle a sus compañeros sobre el día de campo que se estará llevando a cabo, señorita Kim.

—Sí, profesor. No se preocupe.

El mayor asiente y me permite marcharme. Sin embargo, en lugar de irme lo que hago es esperar un par de minutos fuera de la sala de profesores.

—¿Qué haces? —suelto un respingo ante el comentario sorpresivo.

Levanto la mirada y me encuentro a Taeil mirándome con curiosidad.

—Nada —me apresuro a regresar al salón con él siguiendome el paso—. Por cierto ¿qué haces fuera? ¿Aún no ha llegado la señorita Ban?

—No. Y de hecho, yo iba a la tienda de comestibles así que... ¡Nos vemos!

Literalmente se va corriendo.

Niego con la cabeza y recorro el camino hacia el segundo piso, donde se encuentra nuestro salón, con todos los cuadernos en mis manos.

—Traje sus cuadernos de Física —anuncio, cortando cualquier conversación y obteniendo su atención.

Empiezo a llamarlos uno a uno conforme voy revisando la primera página de los cuadernos y cuando ya he concluido con esa tarea, recuerdo lo que dijo después el profesor.

—No olviden que hasta esta semana solamente espero la cuota ya que la semana siguiente se realizará el día de campo.

Jin Seojin se acerca a un costado mío.

—¿Cuánto es la cuota?

—25.000.

Me entrega el dinero y luego de asegurarse que he inscrito su nombre como pagado, se va a su asiento. Al menos dejó la pedantería a un lado por un rato y no me trató mal.

Regreso a mi asiento y espero a que la maestra Ban, que nos imparte coreano antiguo, aparezca. Recuesto la cabeza con la mirada hacia el pasillo y entonces le veo pasar. Jeon Jungkook atraviesa el pasillo a paso lento, con la mirada al frente y luciendo como un dios griego.

Definitivamente yo estoy muy mal por pensar así, después de todo es el bad boy de la escuela, pero es inevitable.

*Total de palabras: 544.