EXTRA #4
—¿Ya se fue Gunwook? —la voz grave del alfa tomó por sorpresa al omega que estaba en la cocina, se exaltó un poco y el pelinegro se burló de su reacción, dejando fluir aquella risa tan característica de él.
Hanbin lo miró serio unos segundos debido al susto, pero no aguantó demasiado antes de unirse a la risa de su esposo, era tan contagiosa; volvió su mirada hacía el envase de yogurt de fresa que se encontraba vaciando en un biberón, con bonitos dibujitos infantiles, y asas color verde manzana.
—Sí, hace unos cinco minutos —respondió, de inmediato escuchó un gruñido bajo proveniente del alfa y rodó sus ojos. —¿Otra vez con eso?
—Claro que sí, no me agrada la idea de que pase la noche fuera de casa.
El omega le colocó la tapa al biberón y se volteó a su esposo, encarándolo con sus brazos cruzados, Hao acababa de salir del baño y sus cabellos aún se encontraban mojados, se miraba inquieto mordiendo la punta de su dedo pulgar, lo cual lo hizo suspirar.
—Se va a quedar con Myah, Matthew los irá a buscar, sinceramente yo prefiero eso a que se vengan a altas horas de la madrugada hasta aquí, ya sabes que es un poco lejos —explicó por enésima vez a su esposo.
Ese día su hijo había ido a una fiesta de uno de sus compañeros y debido a que la hija de su querido amigo también estaría presente le habían planteado la idea de quedarse en la casa de la menor, que quedaba más cerca del local en donde estarían los chicos, Matthew mismo lo llamó para confirmar y no le pareció una mala idea, pero Hao era otra historia.
Su esposo nuevamente gruñó e imitó su posición, cruzándose de brazos también.
—Te recuerdo que ella es una alfa.
—Son amigos, Hao. —rodó nuevamente los ojos, a veces entendía al alfa, pero en otras ocasiones simplemente no podía, no podían retener a su hijo en esas cuatro paredes solo porque al alfa le molestaba la idea. —No seas tan dramático.
—También fuí jóven, ¿Recuerdas que cuando tu papá llamaba yo le decía que te llevaría hasta tu departamento? ¡Sabes muy bien que eso no pasaba en muchas ocasiones!
Sus mejillas se tiñeron de rojo en ese momento y sin pensarlo y por inercia le dio un golpecito al contrario, eso le causó gracia al mayor, no entendía porqué a veces se avergonzaba de algo como eso, tan común.
Recordó brevemente muchos episodios de sus vidas cuando eran más jóvenes y una sonrisita cómplice se formó en su rostro.
—¡Ya! No estamos hablando de eso —protestó el omega. —Y en dado caso, Gunwook ya es mayor de edad, no puedes simplemente retenerlo o impedir que experimente, lo que debe saber ya se lo he explicado claramente; deja de ser tan aguafiestas.
—Pero-
Antes de que Hao dijera alguna otra palabra quejándose, Hanbin sintió como tiraban de su pantalón desde abajo, desviando rápidamente su atención al pequeño ser que estaba allí, sonriente en búsqueda de su papá.
—Amor. —lo llamó el pequeño niño.
Le fue inevitable no sonreír, agachándose para tomarlo en brazos.
—Hey, ¿Pasó algo, bebé? —preguntó con cariño.
Hao no cambiaba su ceño fruncido pero ahora también prestaba atención al pequeño.
—Binnie. —comenzó a decirle, Hanbin le dió una rápida mirada al alfa y ambos salieron rápidamente de la cocina, dirigiéndose hacía la sala para averiguar qué sucedía.
Cuando llegaron se encontraron con la imagen del otro pequeño saltando sobre el sofá, con el pañal tirado a un lado, Hanbin suspiró dejando al niño que cargaba para tomar al otro, quién reía escandalosamente como si estuviera demasiado divertido lo que estaba haciendo.
El omega se acercó tomándolo en sus brazos para seguidamente sentarse e intentar colocarle el pañal de nuevo.
—Ahg, Junhyeon, ya te hemos dicho que no debes quitarte el pañal. —regañó manteniendo su calma, bueno no era como si hubiera hecho sus necesidades por ahí en ese momento, pero antes ya lo había hecho por lo que vivían en una pequeña lucha con eso. —Mira a Jeonghyeon y Jongwoo tranquilos con su pañal.
—Ay amor. —se quejó el bebé, y nuevamente Hanbin sonrió de forma espontánea como cada vez que sus hijos lo llamaban de esa forma, sabía que lo habían aprendido gracias a que Hao lo llamaba así seguidamente.
—Tenemos algo más de que ocuparnos ahora, Gunwook dijo que me dejaría un mensaje cuando ya esté en casa de Matthew. —dijo el omega. —En la cocina dejé el yogurt de los niños ¿Lo puedes traer?
Hao asintió, tomando a Matthew en brazos, dejando un beso en su frente, de los tres era el más tranquilo, al menos en algunas ocasiones.
—Bien, pero deberíamos aprovechar después de que se duerman entonces. —dijo este, subiendo y bajando sus cejas, pero Hanbin lo ignoró completamente.
El alfa entonces se dirigió con uno de sus hijos hasta la cocina para buscar lo que le habían pedido.
En ese momento Jongwoo aprovechó para escalar por el sofá hasta sentarse al lado de su papi, y de inmediato se acercó aún más para colar una de sus pequeñas manitas en la camisa de pijama del omega, intentando desabrochar los botones.
—Leche, amor —pidió el pequeño, y Junhyeon al ver la oportunidad hizo lo mismo, metiendo también sus manitos.
—Ah no, no, ya les he dicho que leche solo cuando vayan a dormir, y eso es más tarde. —dijo el omega cerrando entonces su camisa.
El primero en reaccionar fue Jongwoo, sollozando falsamente, haciendo un berrinche, Junhyeon por el contrario se rió de su hermano, llevando uno de sus deditos a su boca, él podía esperar.
Hao entró nuevamente en la sala con los dos biberones en mano, ya que Matthew llevaba el suyo, los tres de color verde pues ya habían comprobado que a veces hasta la diferencia de colores podría causar un berrinche.
—Papá, leche —Jongwoo buscó ayuda en el alfa el cual negó de inmediato.
—No, no, habla con tu amor ahí, yo no tengo nada que ver —dijo, pasándole su biberón a cada uno, el bebé miró brevemente a Hanbin el cual negó, entonces se resignó volviendo su mirada al biberón en sus manos.
A pesar del berrinche, Jongwoo aceptó la bebida, prometiendo pedir su leche más tarde, el omega soltó un suspiro nuevamente, si era difícil con uno, ni hablar de tres.
Cuando ambos se enteraron de que en realidad eran tres bebés los que venían en camino se sorprendieron bastante, sobretodo Hao quién hizo drama todo el día luego de aquella reveladora ecografía y ni hablar de Gunwook, quién recientemente había aceptado que tendría un hermanito y luego resultó que no sería solo uno.
Fueron unos meses un tanto difíciles para el omega, ya no estaba tan jóven y se trataba de un embarazo múltiple, lo cual hacía más delicada su condición, por lo que procuró cuidarse bastante en toda esa época, no obstante no mentiría, los primeros meses la pasó muy mal, a veces sentía que no podía levantarse de la cama; a pesar de todo eso se sintió tan feliz y completo cuando el día llegó, tres hermosas y rosadas bolitas de grasa llegaron a sus vidas, transformando ese día en uno de los más importantes para ellos dos, acompañado con el día de su boda y el del nacimiento de su cachorro mayor.
Nunca esperaron ser padres de trillizos pero allí estaban, casi tres años después, aprendieron a sobrellevarlo con éxito y sabían que no cambiarían nada de lo que tenían ahora, estaban satisfechos y amaban con locura a sus cuatro bebés.
Unas horas después miraban caricaturas todos juntos, ya estaba un poco tarde y el primero en bostezar fue Jeonghyeon, la emoción de Hao creció en ese momento, removiendose en el sofá.
—¿Tienen sueño? —preguntó, recibiendo una negativa por parte de los dos restantes.
Jeonghyeon se acercó al omega acurrucándose en el pecho de este, recibiendo las caricias de su papi, acercó su manita a la mejilla de su progenitor.
—Sueño, amor —comunicó el niño y Hanbin le sonrió, para tomarlo en sus brazos y llenarlo de besitos por todo su rostro.
Pudo ver de reojo la alegría de Hao.
—¿Mi bebé tiene sueño? —dijo cariñosamente mientras lo acomodaba mejor, meciendolo, el pequeño asintió dejándose llevar por los mimos de su papá.
—Si así es la cosa entonces yo también tengo sueño —bromeó el alfa, haciendo reír a su esposo.
—Ven acá, alfa tonto —llamó estirando sus labios hacia el alfa, que por supuesto se inclinó para recibir el pequeño beso que le era ofrecido.
No tardó mucho para que sus hijos comenzaran a reclamar por ello, pero aún así volvió a besar a su omega, esta vez con ganas de hacerlos molestar, separándose luego de sentir las cuatro manitos tirando de él.
—Oigan, ¿Sabían que si no se duermen ahora vendrá el roba leche y se llevará toda su leche? ¡A dormír!
Los niños lo miraron horrorizados y como siempre solía hacer el omega cuando decía cualquier tontería le dio un leve empujón, aún con Jeonghyeon tratando de dormir en sus brazos.
—¡Hao!
Pasaban los años y ellos al parecer no cambiarían
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