Baby Blue.- Capitulo Uno.
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Chip había regresado a casa después de cinco años en México, viendo por la salud de su madre quien se encontraba enferma desde hace mucho. Se quedó todos esos años a su lado junto con otros de sus hermanos para cuidarla y darle los tratamientos necesarios para que se mejore. Por fortuna, la mujer se había recuperado y le habían dado un alojamiento seguro en México para víctimas de abuso doméstico, dónde se quedaría hasta que pueda conseguir un permiso de estancia en Estados Unidos y estar con sus hijos. Chip estaba haciendo lo mejor que podía para mantenerse en contacto con ella todos los días al igual que sus hermanos para hablar con su madre por unos minutos, saber cómo estaba y si se encontraba cómoda en dónde se quedaba. Se preocupaban bastante por ella, y era obvio, la querían demasiado, era su madre.
Todas las mañanas eran espectaculares en casa, Chip despertaba y lo primero que tenía en frente era el hermoso rostro de su prometido; Golden Fazbear, el rubio tan precioso que asimilaba a un Dios, tan hermoso y divino que era imposible para él quitarle la visita de encima. Golden despertó poco después, acurrucándose en el pecho de su prometido apenas lo sintió a su lado, agarrando la sábana para taparse más arriba y que así la luz que entraba en la habitación por las ventanas no lo moleste.
-Buenos días, precioso.-saludó el mexicano, acariciandole el cabello y abrazándolo firme entre sus brazos. Era todo tan bonito que Golden no podía volverse a dormir. Todas las mañanas al despertar Chip le decía los buenos días seguidos de pequeños besos en su mejilla, de esa manera se despertaba por completo y estaba listo para salir de la cama.
-Mmh, Chip...-susurró con una sonrisa, recibiendo besitos en la mejilla. Bostezó suave, estirando sus brazos los cuales rodearon el cuello de Chip con gentileza.-buenos días.
-¿Quieres dormir un poco más?
Negó.
-No, tengo que levantarme ya. No quiero llegar tarde al trabajo y que mi madre se moleste conmigo.-habló, separandose de él para salir con cuidado de la cama, estirando su cuerpo y dando otro bostezo. La verdad es que si quería quedarse en la cama y dormir más.-oh, cierto. Tal vez llegue tarde hoy, tengo mucho trabajo que hacer y en la noche una junta importante con mi madre, así que llegaré como a las doce.
-¿Tan tarde?
-Si. No quisiera, pero tengo que.
-Pasaré por ti, mi amor.
-No es necesario, puedo regresar solo.-respondió, yendo al baño para su rutina de la mañana junto con su prometido. Chip estaba detrás de él, dandole besitos de vez en cuando en la mejilla o en el cuello, agachándose para ello. Las rutinas en la mañana siempre consistía en lavarse el rostro, los dientes, y darse besitos entre medio de esas actividades.
Chip bajaba a la cocina a hacer el desayuno en lo que Golden se vestía para el trabajo. Siempre procuraba verse bonito todo el día, su ropa bien arreglada, el aroma de su colonia que tanto le gustaba a su prometido. Mirándose al espejo al último para ver qué todo esté correcto en su traje formal de color negro. Bajando a la cocina al finalizar solo para ser recibido por el agradable aroma a café y un besito en los labios.
-Mi amor.
-Mmh.
-Solo quería pedirte permiso hoy poeque que tal vez salga hoy por la tarde, espero no te moleste. Quiero verme con Hayley y los demás para hablar, pensé que sería buena idea salir con ellos, no los he visto desde que regresé.-habló, asentando el plato de comida frente a Golden quien ya se encontraba sentado en la silla. El Fazbear alzó la cabeza para ver a su prometido, sonriéndole.
-¿Por qué me pides permiso?-cuestionó.
La verdad es que ni él sabía porque estaba pidiendo permiso por algo como eso. Sintió una extraña necesidad de decirle lo que iba a hacer ese día. Golden solo pedía que le avise dónde iba a estar y con eso estaba bien. Golden al verlo, se levantó, agarrando las mejillas de su prometido entre sus delgadas y delicadas manos. Le dió un suave beso en los labios, un beso tan pequeño y suave que apenas se sintió.
-Yo no soy él, Chip. No tienes porqué preguntarme, con que me digas dónde vas a estar, está bien para mí, siempre te lo he dicho.-le recordó ahora, acariciandole la mejilla con una mano.-se que tienes miedo de que vaya a hacer lo mismo que él hizo... No será así. Estaré bien, no hay necesidad.
-Lo siento.
Se disculpó con el rubio. No podía evitarlo a veces, vivía con ese miedo de que Golden se haga daño si lo deja para irse con sus amigos incluso si está ocupado con su trabajo. Su relación pasada terminó por lo mismo, el pobre no podía verlo irse con sus amigos por el llanto, el berrinche y las súplicas que no lo deje solo. Al principio trató de entenderlo, al final se hartó y lo dejó por fin, con todo el dolor del mundo, se despidió de él, dejándolo seguro primero con una amiga para evitar que se haga daño.
« Te amo... Pero seguir contigo me está haciendo daño, a mi, a ti. »
Al final de todo, Golden se terminó por ir a la empresa y Chip también se fue a casa de su mejor amiga. Hayley lo esperaba ansiosa, nerviosa debido a que era la primera vez en cinco años que lo veía. Todo era tan diferente ahora, su mejor amigo iba a casarse en unos meses. En casa, también estaban sus compañeras, en especial, Chica.
Llegando a la residencia, Hayley abrazó de inmediato a su amigo con lágrimas en los ojos. Hacía demasiado desde que lo abrazaba de esa forma, y es que le tenía un gran aprecio y no verlo por cincos largos años era bastante doloroso para ella. Pasando a la residencia para hablar con ella sobre demasiadas cosas que habían pasado en todo ese tiempo, Hayley reía con todo lo que decía, amando todo lo que le contaba, hasta que Chica llegó a dónde estaban.
Chica le sonrió, abrazándolo también.
-Chica-la llamó.
-¿Si?
-Yo... Yo quería saber-se quedó en silencio por unos segundos. Chica al verlo a los ojos, entendió a lo que se refería. La rubia suspiró profundo y pesado, sintiendo el pecho apretarse del dolor que le causaba.
-¿No lo sabes?
-¿Qué tengo que saber?-Chip cuestionó, preocupado. Vió a Hayley quien miraba a sus manos con tristeza. Chica se sentó en una de las sillas de ahí cerca de Chip. Le agarró las manos con cuidado, reteniendo sus lágrimas.-Chica, dime. ¿Que pasó con..?
-Freddy está en un centro de rehabilitación, Chip-respondió con dificultad -.Escucha, se que va a ser difícil lo que te voy a decir, es bastante fuerte.
-¿Recayó?
-... Freddy sufrió maltrato y abuso de la relación en la que estuvo cuando terminaste con él, en el tiempo que no estuviste, su novio abusó múltiples veces de él de todas las formas. Abusó sexualmente de él. Le lastimó el cuerpo, ahora está en rehabilitación porque no puede caminar desde hace dos meses. Los doctores dicen que sus piernas están muy mal, que su mente ya no es la misma... Sufrió un gran trauma.
Cada cosa que Chica le decía parecía peor que la anterior, caía sobre él tan fuerte que el pecho se le hundió en un gran dolor de solo pensar en todo por lo que había pasado. Apretó los puños al alejar sus manos de las de Chica, mirando a otro lado.
-¿Quién? ¿Quién le hizo eso, Chica?-preguntó.-¡¿Qué maldito enfermo le hizo todo eso a Freddy?! ¿Por qué? Freddy es solo un angelito, ¿Cómo pudo hacerle todo eso?-habló con las lágrimas en la garganta que hasta llegaba a doler. Los ojos llenandose de lágrimas mientras apretaba sus puños cada vez más.
-Freddy no quiere decirnos. Cuando él me llamó y fui a verlo, lo encontré en ese estado tan horrendo. No había nadie más en la casa cuando llegué. Llamé al 911, lo llevaron de inmediato a urgencias porque sus heridas eran muy graves.-explicó ahora más calmada.-Chip, si tan solo hubieras visto su rostro... Sus ojos, el pobrecito está traumado, no cerraba los ojos, estaba temblando y llorando. Había tanta sangre en su cama, en su ropa.
-Había una cuna de bebé, Chip-Hayley de repente dijo.-se teme que Freddy haya estado embarazado, perdido al bebé o tal vez lo tuvo pero se lo quito quien sea que abusó de él.
Chica asintió.
-Los doctores dicen que está en un estado de shock todavía. No habla mucho, y siempre está cuidando de un osito como si fuera su bebé. La última vez que fui a verlo lo estaba alimentando... Cómo si fuera un bebé real, llora cuando intentan quitárselo.
Chip se quedó viendo a Chica. Debía de ir a verlo.
-¿Puedo ir a visitarlo? Dime qué puedo hacerlo, por favor. Necesito verlo.-pidió con desespero. Chica se levantó, asintiendo. Ella iba a verlo en ese momento, sin embargo no quería comentarle nada a Chip, hasta ahora que tuvo que hacerlo.
Chica lo llevó con ella al centro de rehabilitación dónde se encontraba Freddy. Estaba alejado de la ciudad en la que vivían, esto para más comodidad. Era el centro más completo dónde podían ayudarlo al cien con su recuperación. Llevaba dos meses ahí y tal parecía que Freddy se recuperaba, muy lento eso si. El camino era estresante, sin embargo llegaron.
-Si, es para visitar a Freddy Fazbear-Chica comentó al de seguridad para que avisé a los doctores y enfermeras. Después de unos minutos de espera, dieron el permiso para que entren a verlo. Freddy estaba apenas despertando.
En la puerta había un aviso que avisaba de hacer silencio y de ser cuidadosos con Freddy por comportamiento sensible, de salud delicada, también de ser cuidadosos con el ruido, de no asustarlo ni mucho menos alzar la voz.
-Entra.-la rubia le dijo con una pequeña sonrisa. Chip se sorprendió con aquello, mirándola.-En serio, entra tu primero, no hay problema. Solo ten cuidado.
Chip se acercó a la puerta, abriendo en silencio y extremo cuidado. Freddy quien ya estaba despierto, comía lento mientras veía las caricaturas en la televisión. Le habían dado permiso para que su habitación tenga una televisión donde pase su programa favorito; Los Ositos Cariñositos.
Algo se destrozó dentro de Chip al verlo. Freddy al escuchar ruido, volteó. Sus ojitos se fueron abriendo en sorpresa, dejando caer la cuchara que usaba para su comidita sobre su plato. El temblor en las manos de Freddy, sus ojos fijos en Chip los cuales también se llenaban de lágrimas de inmediato. De repente los sollozos se hicieron presentes, Freddy poco a poco fue subiendo sus brazos hasta extenderlos hacía Chip, llorando fuerte por él.
-¡Chip!-fue lo primero que salió de él en dos meses. Sus bracitos extendidos hacia él, las manitas tratando de agarrarlo a lo lejos. Chip no podía moverse, hasta que una fuerza le hizo ir hacia él. Lo abrazó de inmediato, rompiendo en llanto sobre el frágil cuerpo de Freddy.
-Mi amor... Angelito bonito. Ya estoy aquí, corazón. Todo va a estar bien, mi vida-le susurró, acariciandole el cabello con suavidad, llorando en su hombro con una leve sonrisa de por fin poder verlo. Freddy lloraba en su cuello, poco a poco la sonrisa formandose en su rostro por primera vez en meses, una sonrisa real y cálida al sentirse protegido.
Había algo en los brazos de Chip que siempre le hizo sentir seguro no importaba que. El calor, comodidad y seguridad que le daba estar entre ellos una vez más era lo más hermoso del mundo. Freddy se aferró a él con todas las fuerzas que tenía.
-Chip... Chip-repetía el menor con la voz temblorosa, lentamente separandose de él para poder verle el rostro. Sus manitas se fueron al rostro del mexicano, agarrándole las mejillas con delicadeza. Mirándolo a los ojos, sus frentes juntandose y solo cerrando sus ojos para disfrutar de la cercanía del otro.
-Mi amor, te extrañé tanto, angelito. Lo siento, lo siento tanto-comenzó a disculparse, las manos sobre la delgada cintura de Freddy.-lo lamento, Freddy... Lo siento porque no estuve ahí para protegerte como te dije, bebito.
Freddy negó rápidamente preocupado, buscando algo para poder comunicarse. Su garganta todavía no se recuperaba al cien y era doloroso hablar. Encontró su pantallita dónde podía escribir, rápidamente escribiendo algo para él, aunque también era difícil escribir por el dolor en sus brazos pero lo hacía para decirle a Chip que no debía de culparse.
Le mostró después la pantalla.
« No te culpes. No es tu culpa lo que me pasó. Es culpa del que me dañó. »
-¿Quién te hizo esto, corazón?-le agarró de los brazos, acariciando estos después.-dime, mi vida. Las cosas no pueden acabar así, ese cabron tiene que pagar por lo que te hizo. Mírate nada más, precioso.
« Se cómo me veo. No hay necesidad que me lo digas. »
Bromeó un poco, dandole un golpecito en el pecho con su tablita para escribir. Chip rió con eso, mirándolo a los ojos por un momento. No sé veía como Chica le dijo, o al menos no parecía. Freddy de repente miró a su lado, asustandose. Agarró con cuidado un bulto de sábanas a su lado, quedándose quieto.
Comenzó a buscar.
-¿Q-qué buscas, corazón? ¿Qué tienes?
Freddy apuntó a su sábana de ositos que tenía, sollozando cada vez más fuerte. Agarró su tabla, escribiendo.
« Mi bebé. Mi bebé no está, se lo llevaron »
-B... B-b-bebé... Bebé, bebé...-repitió en voz suave.-¿Bebé? ¡Bebé!-alzó la voz al final, tosiendo al lastimarse la garganta por lo mismo, buscando en todos lados hasta fijarse del otro lado de la cama. Ahí estaba su bebé, tirado en el suelo.
Chip fue rápido a recogerlo apenas lo vio. Lo agarró, notando que en efecto, era un osito de peluche con un chupón pegado y ropita de bebé que se le podía quitar. Se le dió a Freddy, quien lo agarró para envolverlo en su mantita de ositos, sonriendo.
El mexicano fue viendo cómo Freddy cuidaba del bebé, lo arrullaba en brazos y le daba besitos en la frente. A Chip le pareció extraño pero no dijo nada, se quedó viendo cómo cuidaba del bebé, del "bebé" porque no lo era claramente. Era un peluche de osito, incluso tenía manchitas de comida, tal vez porque lo alimentaba.
-¿Cómo se llama tu bebé, corazón?
Freddy se quedó pensando en esa pregunta, hasta que una enfermera entró para retirar la bandeja de comida y revisar a Freddy también por otra enfermera para ver qué todo esté bien. Las medicinas qué se tomó después lo ayudaban a relajarse, a dormir también. Chica pudo entrar poco después para ver a Freddy, le había traído algunas cositas para su "bebé"
La terapeuta dijo que lo del bebé era una forma que ayuda a las madres/padres que han perdido a sus bebés a reducir en gran medida su depresión tras la pérdida prematura de un hijo o simplemente la perdida del niño, sin embargo con el tiempo iba a afectar gravemente a Freddy ya que el pensar que el osito de peluche es un bebé real va a empeorar su estado de depresión. Se le tenía que ayudar lentamente a dejar al osito, tal vez darle un bebé realista cuado ya pueda saber que el bebé no es real, pero una forma de sobrellevar la perdida de su hijo.
Primero, Freddy debía de darse cuenta de que el osito no es un bebé real. No iba a ser nada fácil.
-¿Cómo vas con tus terapias, Freddy? Me dijeron que tus piernas están mejorando, puedes caminar un poco según los doctores.
Freddy asintió con una sonrisa. Sus piernas seguían con vendas pero dolían un poco. De igual forma habían marcas que no iban a desaparecer. El menor bostezó en medio de la conversación, colocando a su bebé a un lado con cuidado.
-¿Ya tienes sueño, mi amor?-Chip le preguntó con una sonrisa, viendo cómo se acostaba y abrazaba a su supuesto bebé. Freddy volvió a asentir con la cabeza, bostezando una vez más.-bueno, entonces te dejaremos dormir.
-Chip...
-¿Si, corazón?
-T... T-te... E-extrañé...
Freddy sonrió al decir aquello, alzando sus bracito para que lo abrace. Chip se agachó, dándole un abrazo y un besito en la mejilla. Freddy sacó una risita linda, dándole un beso de vuelta. Un beso débil y suave sin muchas fuerzas en la mejilla.
-Mañana vendré a verte otra vez, chiquito. Si te dan permiso para salir de la habitación te llevaré a otro lado para que estemos juntos, ¿Si?
-M-Mmh.
-Te quiero mucho, mi angelito bonito.-le susurró con una leve sonrisa, dandole otro besito en la frente, frotando su nariz con la de Freddy quien sacó risitas suaves y tiernas por lo mismo.
Chica sonrió al verlos interactuar de esa forma tan adorable, aunque sabía que Chip debía de entender que Freddy ya no es lo que era antes, que había cambiado por todos los abusos por los que pasó y que además, no debía de estar con Freddy todo el tiempo... Tenía un prometido en casa.
Yéndose apenas Freddy se durmió, lo tapó bien con la sábana y se despidió de él. Apenas saliendo del centro de rehabilitación, Chip sintió todo el peso en su pecho salir en un suspiro pesado, profundo.
-Chip.
-Chica... ¿Por qué Golden nunca me dijo lo que le pasó a Freddy?-la miró.-es su hermano, ¿Por qué no me lo dijo?
-Chip, Golden tiene sus razones para no decirte. Están a meses de casarse, es obvio que no quiere que te preocupes de más por Freddy.
-¿No será porque no le agrada Freddy?
Chica negó.
-No. Golden fue casi el primero en llegar cuando se enteró sobre lo de Freddy. Aunque hayas visto que se odiaban, que se empujaban y se tiraban indirectas... Golden dejó de lado su odio para ayudar a Freddy, para estar ahí con él.
Chip debía de hablar seriamente con Golden.
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