𝟏𝟒. 𝑳𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔
— Oye, idiota, ¿estás vivo? — preguntó Jake, una vez que su llamada fue respondida.
— ¿Por qué no viniste? — añadió también Park, sentando a su lado en el autobús mientras intentaba darle algo de calor a sus manos.
— Bueno, es una larga historia, sinceramente. Tuve un problema con mis padres porque tuvimos una discusión un tanto fea y, bueno, me castigaron sin salidas. Ademas, me enfermé porque a la desgraciada lluvia se le ocurrió caer cuando fui a comprar ramen en la noche — explicó Ni-Ki, suspirando Tuve un día asqueroso.
— ¡Shhh, no se diga más! — exclamó el mayor — Ya vamos hacia allá, pero primero pasaremos a la tienda a comprar comida cien por ciento saludable.
— ¿Ah, si? — cuestionó un confundido Jake.
— Si. Ahora mismo llegamos. ¿Están ahí tus padres?
— Obviamente no. Se fueron de viaje hoy y regresarán hasta la semana que viene. También aprovechamos y me pasas los apuntes, Jake.
Una vez bajaron lo mas cerca que pudieron de la casa de Ni-Ki, compraron algunas cosas de comer en una tienda, recorrieron a pie las tres cuadras que faltaban para llegar, que no quedaba demasiado lejos de las de ellos mismos.
No demasiado lejos, mientras recorrían un angosto y largo callejón, que era mas bien un atajo, pudieron notar a una chica menuda caminando solitaria mientras sujetaba fuertemente las correas de su bolsa. Esta misma volteó a verlos y, casi automáticamente, aceleró el paso.
— Camina mas lento — indicó Sim
silenciosamente. Su novio entendió casi al instante y le hizo platica en voz alta, tomándolo del brazo.
Una vez la perdieron de vista, recuperaron su paso normal. Sunghoon suspiró.
— Que horrible es que las cosas tengan que ser así.
— Ni que lo digas — resopló el menor mientras entraban en la zona residencial en la que quedaba su destino, que estaba mojada por la lluvia del día anterior.
Caminaron y por fin se encontraron frente a su destino, entonces Sunghoon vió que, a la distancia, la misma chica que se habían encontrado hacia unos minutos estaba siendo rodeada por dos muchachos bajitos pero fornidos, que parecían estudiantes de secundaria o de preparatoria al igual que ellos.
Tocó el brazo del chico a su lado y señaló con la cabeza, pudiendo visualizar que la muchacha estaba siendo jaloneada por un brazo de forma brusca. Sin mas, se acercaron caminando al trío.
La mente de Park comenzó a trabajar como un mecanismo.
— ¡MinChae-ah! — llamó informalmente y con una sonrisa fingida, como si fueran cercanos.
La chica le dedicó una mirada de confusión.
— ¿Son tus amigos...?
Los miro con su metro ochenta hacia abajo, dedicándoles una mirada no tan amable.
— No.. no lo son.
— ¡Claro que lo somos! Pero además, ¿quien eres tú para preguntar eso? — cuestionó el ligeramente mas alto de los dos.
— Soy su hermano, mucho gusto. Y no me hables informalmente, no te conozco.
— Y yo soy su novio, pero de él — habló Jake también, presionando fuertemente el hombro con expresión de enojo y poniendo su cara más ruda — Creo que lo mejor es que se alejen de ella y no la vuelvan a molestar. Los estaré vigilando, niñitos.
Una vez que lo soltó, el chico se sacudió el uniforme con las manos y se fueron caminando, sin antes darle una mala mirada al par.
— ¿Estás bien? — preguntó el mayor,
extendiéndole un hot pack.
— Si, muchas gracias. Me llamo ChaeWon, Kim ChaeWon.
— ¿¡Oh, eres la hermana de Seokjin -sunbae!? Soy Jake, por cierto — preguntó el australiano, recibiendo un asentimiento como respuesta.
— Yo soy Sunghoon. Dale saludos de mi parte y anda con cuidado de todos, no solo de esos dos, ¿si? — habló Park.
La chica comenzó a andar tras ofrecer
una reverencia y los chicos se quedaron observando de que llegara hasta su residencia a la lejanía, para darse la vuelta y entrar al patio de su amigo.
Unos minutos después, la puerta de la
entrada fue abierta por un demacrado
adolescente que no traía una muy buena cara.
— Hola, ¿trajeron comida? — preguntó,nrecibiendo una respuesta positiva — Pasen, entonces. Bienvenidos a mi no tan humilde morada.
— No tienes para nada una buena cara — comentó Sunghoon, adentrándose y dejando la bolsa con cosas sobre la mesita de la sala — ¿Ya comiste?
La casa del canadiense era una estancia bastante cómoda y, al mismo tiempo, moderna. Con cortinas de color beige, sillones crema, lamparas circulares, una mesita de madera y una alfombra color café en la que se acomodaron los tres muchachos.
— Sip, Hee me mandó mensaje diciendo que si no lo hacía no me iba a regalar nada en mi cumpleaños y, bueno, digamos que soy muy obediente — respondió, acomodando algunas cosas, prendiendo la televisión y sacando su cuaderno — ¿Algo nuevo en la escuela?
— Mmm... no sé si debamos contarte... No sé si te gustará la noticia.
El menor de los tres se quedó con la fritura a medio camino y los miró a ambos con los ojos entrecerrados.
— No podré dar mi opinión si no me cuentan.
— Bueno — empezó Jake, robando una papita de la bolsa — hay muchas cosas, como que Heejin y HyunJin de segundo semestre están saliendo.
— Hyunjin, el chico amigo de Minho...?
— No, Hyunjin chica.
— ¡Oooh! — exclamó — Si, bueno, eso no me sorprende en lo absoluto. ¡Siguiente!
— Lo siguiente si que es un excelente té — dijo Sunghoon, abriendo una bolsa de papas.
Ambos chicos pusieron cara de confusión.
Park perdió diez minutos de su vida tratando de explicarles la frase, que provenía de Twitter y normalmente se decía en ingles.
— ¿Ya pueden contarme, por favor? — dijo el japonés, a punto de terminar los apuntes de geometría, que eran los primeros.
— Esta mañana, Sunggie y yo llegamos algo tarde a la escuela porque hubo un problema con el autobús, así que en cuanto estuvimos en la escuela tocaron el timbre — contó el chico, disfrutando de su té frío — Pero bueno, eso no es lo que importa, si no que los chicos nos contaron hoy en el recreo antes de que Sunghoon desapareciera, que en la mañana en la cafetería, EunBin y Sunoo tuvieron una pelea un tanto fuerte.
— ¿En serio? Que mal, espero que EunBin-ah esté bien... Ella de verdad quiere mucho a Nunu — se preocupó — Si se atreve a romperle el corazón lo golpearé.
— Pero, eso no es todo.
— ¿Hay más?
— Si, también nos dijeron que uno de los dos dijo tu nombre. Y no solo tu nombre Japonés, Nana nos dijo que también dijeron tu nombre conocido después.
Lo que no se esperaban era que el chico palideciera.
— ¿Y yo por qué? No he hecho nada malo a parte de nacer.
— ¿Hay algo que no nos hayas dicho, Nishimura? — cuestionó el mayor de los tres, mirándolo con los ojos entrecerrados.
— Nada, yo les cuento todo. Bueno, quizá no todo exactamente, pero si la mayoría de las cosas que les puedo contar en si. Aunque creo.que no les he contado de alguna de las veces que me he visto con Sunoo, pero eso no es nada interesante.
— ¿Y que hacen cuando se ven?
— Definitivamente no lo que estas pensando. Charlamos sobre películas y cómics, y también sobre nuestras vidas, obviamente. Aunque también jugamos juegos de vez en cuando. Y ya.
— Ahora que lo dices... — se levantó de pronto Jake y alzó un puño al cielo — ¡TENGAMOS UNA PIJAMADA EL SÁBADO!
Y tal como Jake lo quiso y Ni-Ki lo
autorizó, ahora se encontraban a esperando a JaeMin, JeNo, Félix y Sunoo, que fueron llegando poco a poco y que traían aún más colesterol de lo que ellos ya habían comprado.
Obviamente, Ni-Ki, como el buen niño que era, primero le había pedido permiso a sus tíos para — hacerla — omitiendo el decirle a su prima que su novio iba a estar ahí, por supuesto — Y, aunque ya estuviese acostumbrado a convivir con el chico, su corazón no podía evitar latir fuertemente
cada vez que lo veía sonreír.
Empezaron tranquilamente, viendo una película de terror, que se suponía que solo tenía que dar miedo, pero que, al final, a parte de casi hacerlos hacerse pipí, los había hecho llorar como magdalenas a todos, en especial a Félix, aunque Jake había escondido sus ojos llorosos en el pecho de Sunghoon, que solo rodaba los ojos cada veznque lo oía sorber sus mocos.
Hasta que a JeNo se le ocurrió jugar a Verdad o Reto. Todos sabían que no iba a acabar bien, pero aun así accedieron.
— Que cliché — resopló Ni-Ki, quitando la mesita del centro y sentándose con las piernas cruzadas.
El primer giro de la botella dio como
resultado al menor de todos mandando al mayor, que eligió verdad.
— A ver... — puso su mano en su mandíbula — ¿ya te has enamorado? y si la respuesta es correcta, ¿de quién?
Para Sunghoon, la respuesta era muy sencilla, pero no sabía como reaccionarían los chicos ante esa información.
"Al carajo", pensó.
— Si, ya me enamorado. De hecho, lo estoy — soltó sonriendo levemente —. De Jake.
Todos, excepto el Japonés, reaccionaron muy sorprendidos y felices.
— ¡¿Qué?! — exclamó Sunoo — ¿Tú ya lo sabes, Jake-hyung?
— Bueno, creo que ya era hora de que
supieran que estamos saliendo — se encogió de hombros el aludido, tomando la mano de su novio con una sonrisa en los labios —. Cumpliremos un año el treinta y uno de octubre, por si tenían la duda.
— Yo ya lo sabía — sonrió con autosuficiencia Ni-Ki, sacandole la lengua a todos. Su humor, aparentemente, mejorado.
Después de un ataque de preguntas que duró como diez minutos, volvieron a girar la botella, esta dando como resultado a Jake mandando a Félix, que eligió reto.
— Te reto a que nos cuentes tres secretos impactantes tuyos.
— Ah, bueno... El primero es que no me gusta el café, el segundo es que nunca he ido a la playa y el tercero es que soy arromantico.
Esta vez, fue turno de todos menos de JaeMin y JeNo de sorprenderse un montón.
— ¿Solo arromantico? — preguntó un sorprendido Ni-Ki.
— Romanticamente y por ende, sexual.
— ¿Y como es?
— Pues igual, yo digo — rió un poco —. Solo no me siento atraído hacia las personas.
La siguiente vez que giraron, Ni-Ki mandaba a JeNo, que terminó por elegir verdad.
— ¿Cual ha sido la forma mas rara en la que conociste a alguien?
— Pues la forma en que conocí a Jae fue bastante extraña, porque los dos estábamos en detención. De hecho, nos peleamos en detención y nos declaramos enemigos — abrió la boca y mostró su colmillo, al que le faltaba la punta — De hecho esto me lo hizo él.
— ¡Yah!, ¡Tu fuiste el que empezó todo! — le reclamó JaeMin.
— Y como fue que se hicieron amigos o lo-que-sea-que-sean? — cuestionó Sunghoon, frunciendo el ceño con confusión.
— JeNo me besó como una disculpa — se encogió de hombros el chico, con su mayor recargándose en su hombros — El es taaan molesto.
Y así, con Na riéndose de JeNo, dieron por terminado el juego y se acomodaron para dormir después de algunas otras preguntas no muy interesantes.
Sunoo solo miraba el reloj que marcaba la una de la mañana, intentando conciliar el sueño. Había pasado una hora desde que todos habían caído rendidos.
— ¿Alguien está despierto...? — preguntó silenciosamente.
— Yo lo estoy, Nunu — oyó la suave voz de Ni-Ki — ¿No puedes dormir?
— Tengo problemas de insomnio de vez en cuando, no es nada.
Oyó un ruidito de asentimiento por parte del chico acostado a algunos metros de el, al lado de Lee. Hubo silencio, hasta que este volvió a hablar.
— Salgamos a ver las estrellas — sugirió.
Sin mas, ambos se levantaron con cuidado de no pisar a Yoon y Na, que se habían quedado dormidos abrazados y a Sunghoon y Jake que igualmente se habían acomodado un poquito mas lejos y que descansaban de forma que la cabeza de Park se encontraba en el pecho contrario.
Esa noche, Kim Sunoo vio su primera
estrella fugaz. Y pidió de deseo poder saber lo mas pronto posible el por qué de que su corazón latiera tan fuerte.
Keyhoon_
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