
SIN DESTINO
ATRAPADO EN OTRO MUNDO.
No sé dónde estoy, oh cuánto tiempo llevo sentado aquí dentro del auto, Nicolás se había ofrecido en ayudarme por razones que me gustaría saber, mientras más intente encajar, más problemas tenía que enfrentar, lo peor de todo es que a todos los que conozco ahora están en peligro, ya no quiero esto, me sentía tan vacío.
Estaba expuesto a este sitio, ya no puedo usar mis habilidades, mientras más los siga usando, menos valor puedo darle a mi persona como un ser humano, hay un impostor en todos aquellos que intentaron ayudarme, ¿Por qué?.
No quiero hacer memoria de sus rostros, ya los había olvidado desde hace ya mucho tiempo, ahora solo me quedaba Nicolas como respaldo, Angela y Martha se habían ido de aquella casa, si Nicolás aseguraba que me estaban cazando entonces no tenían por qué entrometerse, la mejor opción fue alejarse de mí, hace unos minutos que se bajaron del auto en media de nuestra trayectoria.
Ya no las iba volver a ver, pero no iba olvidar lo que hicieron por mi.
— ___, lo lamento...
Escuché su voz referirse a mí, salí del pequeño trance apartando mi rostro del asiento del auto y voltee a verlo.
— ¿Que?.
— Yo no quería esto... — voltea a verme, tenía suerte de ir sobre la carretera, probablemente hubiésemos chocado si no fuera así — cuando te encontramos creí que todos se asegurarían de atenderte... Saber más de ti y que fue de ustedes.
Su voz, estaba rota.
— Déjalo... Ya n-
— No, no lo haré, eres el último de tu especie, no deberías de quedar en el olvido por nuestra culpa. Tú y Velvela significaron mucho para mí, fue por ustedes que me inspire en esto de ser un explorador... Pero... — hace una pequeña pausa, antes de regresar su vista al volante — ya no importa.
Honestamente entendía un poco al chico, pero no era su culpa de que su gente no tuviera su misma visión y mismos pensamientos, Nicolás aclaró su garganta para concluir con nuestra pequeña charla fijándose por completo al volante, su expresión, parecía estar decaída, sus orejas decayeron desde que empezó a hablar y su cola colgaba de su asiento.
Desde la parte trasera del auto contemplaba una presencia decaída y con sus sueños rotos, desvía la mirada sin poder responder, ¿Qué podía decirle? Podía consolarlo pero yo también me sentía mal, soy realista, de no ser a el y a sus demás compañeros de trabajo, jamás hubiese salido con vida, sus atenciones y cuidados me dieron la fortaleza y la fuerza de seguir en pie, aquella sustancia hizo su trabajo a mí, ¿Pero a qué costo?.
Me estaba consumiendo.
Quite el cinturón de mis caderas y dí un paso largo hacia el asiento delantero del auto, quedando a su lado como compañía, Nicolás volteo a verme de reojo pero después regresó a ver al camino sin despegar sus manos del volante.
— Nicolás, eres la persona que más me a ayudado... — no iba a dejarlo colgado, también iba a expresarle unas cuantas palabras — Que no te deprima mi situación, si al final esto no resulta, estaré muy agradecido contigo por haberme ayudado a mí y a Velvela...
— Pero no sé si po-...
— No importa, estás arriesgando tu trabajo, tu identidad, tu vida... Solo para cambiar mi sangre y no perder lo último que me queda de humanidad — suspiré, pensando en mis propias palabras — Tal vez eso es lo que quieren... No quieren que haya otra raza sobre la tuya, el gilipollas que haya cambiado mi sangre solo está esperando a que me vuelva como uno de ellos.
— Pues ese gilipollas va apagar por estropear mis años de investigación y tú forma física... — dice, seguro de sus palabras aunque después vuelve a verme está vez con expresión de estar confundido — Por cierto, ¿Qué es gilipollas?.
— ¡Ja ja ja ja!.
Bueno, tal vez tenía que tenerle fe a Nicolás, al cabo el era el único que sabía como empezar para remediar este problema, por mientras, volví a relajar mi cuerpo sobre el cómodo asiento del auto, no sé por cuánto tiempo íbamos a seguir en la carreta, tenía entendido que estábamos buscando a los demás, sobre todo a Velvela, Nicolás no solo necesitaba mi sangre, también necesitaba extraer la de ella.
El carril donde nos encontrábamos se fue vaciando de los vehículos que circulaban en el, la noche nunca había sido tan fresca en realidad, apuesto que esto también lo estaría disfrutando ella. Velvela, mierda... No sé en dónde podrán estar.
Voltee a ver a Nicolás de reojo, ¿Si quiera sabe hacia donde ir?.
Lo único que me mantenía a flote de mis pensamientos es que pronto volvería a ver a Velvela, es muy extraño ahora que puedo pensar sin tener que estar tan preocupado cuando estoy sentado en el asiento de un auto en movimiento, Velvela se había convertido en un fetiche mío... No podía verlo de esa forma.
Aquella noche pasaron muchas cosas en ese lugar tan sereno, las estrellas silenciosas fueron testigo del ambiente, recordar tal escena solo me hizo suspirar con deseos, solo quiero encontrarla y no alejarme de ella, si quiera ella pudiera ser un poco más realista a las cosas, al contrario, ella incluso puede tenerle miedo a su propia sombra.
¿Qué estará haciendo ella? No lo sé, los que la acompañaban deben estar agotados, mierda, mientras más piense en esto más desesperado me sentiré.
Bajé mis manos reposando mi cabeza contra el cristal del auto, la vibración junto al ruido del motor del auto andando me confundían, solo me quedaba confiar en Nicolás y esperar nuevas noticias, hace mucho que no puedo dormir sin tener estás pesadillas feas.
Deje a Nicolás conducir por un largo rato, el sueño en mi se volvía pesado y agotador, no me di cuenta que me había vuelto a dormir en el asiento delantero, lo supe al abrir los ojos y ver qué ya no estábamos en la carretera, en vez de eso había una enorme vista de un largo puente rojo, al borde que aquello se presentaba un enorme mar cristalino.
Ver tal sitio me hizo saltar de mi asiento.
Gire a ver rápidamente a Nicolás, fue como en un abrir y cerrar de ojos, no creo que exista la teletransportación aquí aún, había barcos sobre el agua desde mi punto de vista.
¿Este lugar era seguro?.
— Mierda, ¿Qué pasó...? ¿En dónde estamos Nicolás? — apenas despertaban mis pensamientos.
— Esta es la zona acústica de la cuidad, venimos aquí por qué ellos también están aquí, Velvela y los otros.
Me dice, dando vuelta en una esquina del camino al parecer dejando atrás el puente rojo.
— ¿Cómo es que llegaron aquí? ¿Tú lo sabías?.
— Douma, es mi familiar, hace tiempo que estamos en comunicación pero le dije que fuera discreto, ya no podemos confiar en nadie, ___.
Mierda.
Volví a acomodarme en el asiento, tenía sentido del por qué estábamos aquí pero no me explico por qué Douma no me había comentado nada, bueno, creo que no es importante ahora que puedo volver a estar cerca de Velvela.
Adelante del camino había una gran fila de autos, fuimos los únicos que iban en contra de la vía, Nicolás saco de sus bolsillos un carnet que al mismo tiempo detuvo el auto. Adelante de nosotros se hizo presente un soldado de aspecto acuático, parecía un tiburón uniformado, esté se acercó a la ventanilla del auto, solo para tomar el carnet que Nicolás le mostraba.
Al principio lo vio dudoso, aunque después de voltear a verme su expresión cambió pasando toda su seriedad por un lado y poner un pequeño saludo llevándose la mano firme contra su frente en saludo. Inmediatamente fuimos librados del enorme tráfico siguiendo en contra de la vía está vez con el consentimiento.
— ¿Es seguro aquí?.
— Por el momento, es el único lugar que se ofrece a ocultarte... Carina pertenece a este sector, si no fuera por ella no me hubieran aceptado la solicitud, es gracias a ella.
¿Carina? Debe ser la chica que estaba en el escuadrón de la mansión... La había olvidado por completo, ¿Qué fue de ella entonces?. Creí que había muerto.
— ¿Dónde está Velvela?.
— Hay un pequeño destacamento por aquí, le dije a Douma que los llevara a ese lugar, tienen que estar en ese sitio — volteo a verme — mira, este lugar es bastante diferente al de dónde vienes, aquí hay que tener precaución.
Era de esperarse.
— No estoy de humor para escuchar reglamentos de tu especie.
— Lo digo en serio, nadie de los de aquí saben que estás pisando sus terrenos más que los uniformados, no puedes mostrarte con nadie a menos que sean los de traje negro, son los únicos que sirven al gobernador y el gobernador sabe que estás aquí pero los demás animales no tiene que saber que estás aquí, se hará todo un caos, ¿Entiendes?.
— Puta madre, estoy harto de esos hijos de pu- bien... Lo siento, no estoy bien.
— Tranquilo, pronto vas a descansar.
Quisiera alguna vez no tener que despertar para lidiar con esto, mis fuerzas, mi razonamiento, mi paciencia, mis energías... Todo se estaba agotando, y todo por tener que seguir adaptándome en estás ciudades fuera de mi especie humana, al decir verdad extraño todo eso... Aquí no hay ninguna pizca de humanidad, era como verse en un espejo, tienen la misma avaricia y la falta de conocimiento, todo por querer investigar como el ser humano siempre lo a hecho, jamás pueden quedarse de brazos cruzados.
Miraba por la ventana a todos esos habitantes sobre la banqueta, se veían tan normales y sin la pena de problemas, mientras que eran observados por un extraño ser humano dentro de un vehículo en movimiento a un destacamento probablemente militar.
Nicolás estuvo nuevamente callado mientras manejaba el vehículo, viendo hacia los lados y evitando ser vistos por los animales que ahora podía aclarar que todos aquí eran de esa especie acuática, algunos caminos eran remplazados por pequeños puentes, bajo de ellos solo había más agua cristalina.
No parecía un mal lugar para poder descansar y ocultarse por mientras.
Tenía un agujero en el interior de mi estómago, no recuerdo cuando fue la última vez que probé algún bocadillo o algo, la cola que ahora sobresalía de mi trasero empezaba a incomodarme, inclusive tuve que romper una parte de mi ropa para poder dejar esa parte expuesta, tener la cola enrollada dentro de mi pantalón se volvía algo muy doloroso, así me sentía más libre y menos incómodo.
Estoy seguro que pasaron aproximadamente una media hora que entramos a la ciudad, cada vez eran menos casas las que veía por la trayectoria del camino, más adelante habían casas pequeñas de cercas y jardines propios al frente mostrando la belleza de las plantas en sus costados, la zona rural aquí era más tranquila y menos ruidosa.
Nicolás tan pronto señaló con su dedo a un edificio apartado de las cuadras llenas de casas, al lado de su esquina del camino había un letrero con la palabra "destacamento" que curioso, quieren ser discretos pero tienen sus instalaciones casi a la vista de las personas de las casas.
— ¿Es aquí?. No veo a nadie.
— En está zona no vive nadie, por eso es que este lugar aún opera pero pronto se moverán a otro sitio, por mientras que el gobernador termina de construir este sitio para su pueblo, este es el sitio con más habitantes, ___.
— Siguen expandiendo la cuidad... Deben ser muchos.
— Los seres acuáticos se reproducen un poco más rápido de lo normal... Lo sé, dato perturbador.
— Ni siquiera recuerdo que pregunté...
Nicolás detuvo el auto al frente del enorme edificio, yo también salí del auto cerrándo la puerta y acercarme al lado del lobo, ambos mirábamos la entrada donde dos animales uniformados se acercaban a nuestra presencia, había una enorme reja que pronto fue desplazada a un costado por uno de ellos mientras que el otro se paraba delante de Nicolás.
— ¿Tu eres Nicolás?. — dice, para después extender su mano — carnet, por favor.
Nicolás vuelve a sacar el carnet de sus bolsillos y se lo entrega.
— Soy del otro sector, no hace falta revisión, traigo prisa.
— Es el protocolo de seguridad — voltea a verme — Bienvenido a la zona acuática humano, este sitio te caerá bien, tus colegas aguardan adentro de las instalaciones, es un gusto conocerte.
Este vuelve a usar el mismo saludo junto a su otro compañero desde la puerta de la reja, trate de ser un poco educado devolviendo el saludo a ellos y entrando junto a Nicolás al edificio.
Las puertas de nuestras espaldas fueron cerradas de inmediato, Nicolás soltó un pesado suspiro después de guardar su carnet en sus bolsillos y seguir caminando por el largo pasillo del edificio.
— Salió mejor de lo planeado, esperemos que aquí puedan ayudarnos mejor.
— ¿Y que se necesita hacer de primero? — pregunté.
— Primero necesito la muestra de Velvela, con eso podré trabajar en el laboratorio que me prestaron pero me llevará mucho tiempo, ya no tengo a mi equipo conmigo, no puedo confiar en ellos sabiendo que uno de ellos saboteó todo esto.
— Entiendo... Entonces, ¿Qué hacemos exactamente aquí?.
— Buscar a tus amigos, después de esto nos marcharemos a las instalaciones dónde nos esperan, tienes mucho por hacer y yo... — un suspiro sale de su pequeño hocico.
Se que estaba cansado, tanto física como mentalmente y lo entiendo, es el único que está trabajando por cambiarme.
Puse mi mano sobre su hombro en manera de darle un poco de ánimo, Nicolás volteo a verme pintando la sonrisa más amistosa que he podido ver en el, ambos seguimos caminando por el pasillo, más uniformados nos veían y nos saludaban con el mismo saludo, notaba que los que estaban adentro portaban armas más ligeras, tal vez no haya tanto peligro aquí.
Dimos la vuelta en una esquina donde Nicolás empuja la puerta deslizable cerca de nosotros, el entro primero, seguidamente fui detrás de el, viendo al frente una gran multitud de animales esparcidos por todo el lugar, lleno de mesas y el ambiente era un poco tenso.
Al cruzar las puertas, todos los que estaban sentados en la mesa pasaron a verme, sin importar que actividad estuvieran realizando, ellos se levantaron de sus asientos para darme el saludo que había estado viendo desde que entré, el silencio se formó en el área, dejando a un Nicolás un poco incómodo por el gesto que todos empleaban.
Antes de que pudiera decir una palabra, a mis ojos llegaron la figura que tanto había estado extrañando, en medio de todos esos animales uniformados noté a una chica de pelaje gris correr hacia mi dirección, algo en mi pecho hizo presencia de un dolor, era como una punzada.
Me alejé de Nicolás al instante que pude ver a la loba correr hacia mí, justamente con sus brazos extendidos y una sonrisa, la más grande que había visto hasta el momento en sus labios.
Todo a mi alrededor se volvió en cámara lenta, Velvela finalmente llegó a mis brazos, después de acercarme lo suficientemente a ella, sus brazos rodearon mi cuello mientras su hocico terminó impactando sobre mi hombro usándolo como soporte.
Se que todos en ese lugar nos estaban viendo, pero Velvela era lo único bueno que me quedaba, lo que me daba una pizca de esperanza de poder encajar en este mundo.
Ella me miró a los ojos luego de sentir mis manos levantar su cuerpo, dejando sus patas colgando por unos cuantos centímetros, sus manos pasaron a estar a mis hombros mientras me devolvía la sonrisa, esa sonrisa en sus labios, nunca la había visto tan feliz de verme.
Intercambiamos una sonrisa, después de ver sus ojos cristalinos.
— ¡Estás vivo! ¡Lo sabía!.
— S-Si...
Dije, con mi voz baja aún sosteniéndola de sus caderas.
— T-te estuve esperando desde anoche... Yo... Creí que te había pasado algo malo en ese sitio.
— No puedo dejar a mi cachorra sola — fue mi último comentario después de bajarla al suelo y volver a recibir su abrazo, apegando su rostro contra mi pecho — He... Tranquila.
Ella solo asintió con sus ojos cerrados.
Las voces al nuestro alrededor fueron más que solo su pequeña celebración al ver a una pareja junta nuevamente.
Por primera vez me sentía seguro, aún sosteniendo su mano.
Detrás de ella pude ver las presencias de los animales que me habían ayudado, Douma, Artie junto a su pareja y Striker. Todos ellos viéndome con una pacífica sonrisa, a excepción de Striker que solo estaba con su típica expresión seria.
Si, tuvimos que darles a todos la explicación sobre mi situación y la sustancia que estaba acabando conmigo, lo notaron al ver que tenía una cola como la de ellos, la más impresionada fue Velvela.
El rato que estuve en ese destacamento, tuve el tiempo suficiente para charlar con todos en una misma mesa, no hubo gran cosa en las conversaciones, todo era una plática común a pesar de las circunstancias en las que habíamos pasado todos pero actuaban como si nada hubiese pasado, era como una reunión familiar, y todos contentos al verme sentado con ellos.
Velvela y yo nos sentamos juntos, mientras todos hablaban, ella solo recostaba su cabeza sobre mi hombro o algunas veces sentía como sus patas jugaban con mi cola, eso y yo seguía sin entender como es que podía mover la cola cuando los animales se sienten contentos, se veía tan distraída jugando con mi cola.
Nicolás también estaba participando en la mesa, veía al lobo tan relajada, su sonrisa volvía a sus labios al estar sentado al lado de Douma, cosa que al final terminó presentándolo como su familiar.
Verlos a todos reunidos, me hacían pensar en la familia que jamás pude tener, en todas esas reuniones que pude haber tenido con mis familiares, cosa que pasó hace mucho tiempo atrás, siempre fui el apartado de mi familia.
— Bueno, el lado positivo de todo esto es que al fin tenemos a nuestro amigote de vuelta a la mesa — exclama Douma — amigo, por favor no te alejes más de nosotros.
Solo asentí dejando pintar una pequeña sonrisa en mis labios.
— Que bueno que todos se lleven bien con ___, sinceramente estoy muy agradecido con todos ustedes, sin su ayuda, el no estaría aquí — Agrego Nicolás a la conversación, limpiando sus labios con una servilleta.
— Creo que ya todos estamos involucrados en esto — Artie voltea a verme — Eres un ser agradable amigo, puedes contar conmigo.
— Gracias, amigo...
Hubo un momento de silencio en la mesa, mientras que todos seguían comiendo de sus
plato de comida, Velvela fue la primera en terminar de comer pero cuando acabo su plato, volvía recostarse sobre mi hombro y como si fuera poco también bosteza en señal de estar agotada.
Creo que todos tenían ese mismo aspecto, no sabia la hora del día pero el ambiente se sentía sereno y fresco, Nicolás me había comentado que este lugar era como un refugio, había un cuarto con varias camas las cuales todos ellos compartieron la noche anterior, siendo sincero, no creo que sea el lugar más cómodo para todo ellos.
Es más, ellos tal vez no debían de estar como yo, tratando de tapar algo que no se podía ocultar, era como poner tu mano sobre el sol queriendo apagar su luz, tardamos un rato en la mesa platicando pero uno por uno se fueron retirando de la mesa, Douma fue el primero, Artie y su pareja hicieron lo mismo y Striker no se a donde se había ido, dijo que iba a estar merodeando en los pasillos, ese tipo seguían siendo tan raro.
Eso me dejaba a Velvela, Nicolás y a mí, sentados en la mesa.
— ¿Vamos a descansar un rato? — me dice juntando su rostro contra mi mejilla.
— Linda, yo tengo que hablar algo importante con Nicolás, ¿Por qué no te adelantas y me esperas? Prometo no tardar.
Velvela bajas sus orejas pero entiende.
— Solo no tardes...
Antes de que ella se fuera, me planta un corto beso en mis labios, no me importó que Nicolás nos haya visto hacer eso pero me dio pena sentir su mirada expectante en nosotros, acaricie su mano antes de que ella se fuera, bajando la vista hacia sus nalgas gor-
Olvidaré que pensé eso.
— Oye, me sorprende que tú y Velvela hayan fortalecido su relación, antes parecían solo amigos, cuando recién llegaron al sector, solo eran un par de amigos, ahora mírate.
— Lo sé, creo que ambos nos dejamos llevar... — Volteo a verlo — Nicolás, tengo que hablar contigo.
— Oh, ¿Y que necesitas?.
...
Caminaba junto a Nicolás por los pasillos del destacamento tuve una larga y sincera charla con el lobo acerca a un tema que recién vino a mi cabeza, más adelante sería dicho junto a los demás pero por el largo día que todos tuvimos que pasar y el rato de la comida, al menos yo me sentía agotado y con un pequeño dolor en mi cabeza, íbamos directo a la habitación donde se suponía que estarían también los demás descansando.
Antes de acercarnos a la puerta, un lobo de traje y lentes negro, junto a una puerta el lobo me señala para después girar a su costado.
— Tu compañera descansa aquí — volteo a ver a Nicolás — Dormir en cuartos separados de los invitados, órdenes del gobernante, Nicolás.
Gire a verlo.
— Tranquilo, puedo hablar con ellos después — puse mi mano sobre sus hombros — Hombre, necesitas descansar, no has dormido casi nada.
— Lo sé pero... Mierda... Creo que no podré dormir con todo esto.
— Intenta, ¿Si? Los chicos estarán ahí, solo diles que necesitas descansar.
Nicolas asiente mientras es escoltado por el lobo, que raro, supongo que ahora iba a tener que dormir separado de los demás, el lugar había pasado de las voces lejanas de los pasillos a estar casi en silencio, miraba a las extremos de los pasillos y no había nadie más merodeando por el lugar, supongo que también se están tomando el día.
Suspiro después de deslizar la puerta y entrar a la habitación, el aire el cuarto era fresco, las paredes estaba pintadas de blanco aunque aún mantenía ese ambiente futurista, una gran ventana apuntado hacia el enorme río que se desplaza entre las ciudades, no iba a negarlo, era una enorme vista. Desde afuera del edificio no se podía ver así.
En el centro de la habitación había una cama donde se encontraba Velvela, durmiendo boca arriba con su lengua de fuera y un hilo de saliva colgando sobre su filoso colmillo, y yo que pensé que me iba a esperar.
Se ve tan cómoda, me siento al borde de la cama mientras me quito la camisa, ya necesitaba acostarme en algo cómodo, deje caer mi cuerpo al lado de Velvela, creo que no fui lo suficientemente cuidadoso pues ella al sentir el hundimiento a su lado se voltea con sus ojos entre cerrados para verme y notar mi cuerpo acostado al suyo sin la camisa.
— Ohm... Oye, me gustas mucho — dice con voz adormilada y el sonrojo en sus mejillas.
— ¿Es por qué me acabo de quitar la playera o aún estás en celo?.
Dije con voz burlona, recibiendo el abrazo de la loba quien usa mi pecho como almohada y poniendo su pierna sobre la mía como si fuera su agarre para no dejarme ir a ningún lado que no fuera en la cama.
— T-Te tardaste mucho... — sus orejas bajan nuevamente con el brillo cristalino en sus ojos.
— Lo siento, si estuvo un poco larga la charla pero ya vine — no pude evitar acariciar sus orejas mientras seguía reposando contra mi pecho.
Velvela bosteza y gire su cabeza.
— No te vayas... A veces nos tenemos que separar y no me gusta eso.
— A mi tampoco Velvela... — suspiro — Velvela, te quiero preguntar algo.
El tono de mi voz cambia, haciendo que ella se levanté de la cama para sentarse justamente a mi lado, viéndome con la expresión más confusa pero al mismo tiempo con preocupación.
Sus orejas se levantan.
— ¿Qué pasó?.
— Hace tiempo que tú y yo estamos aquí, y venimos viviendo ahora escapando de estos seres, pareciera que no piensan descansar hasta dañarme o peor aún, también a tí.
Velvela baja la mirada pero sus ojos siguen en mí.
— La persona que saboteó el proyecto de Nicolás y alteró mi sangre está detrás de las caras que tú y yo convivimos — tomé mi cola como referencia — Estoy perdiendo lentamente lo poco que me queda de humanidad, no puedo usar mis fuerzas para poder protegerte o defenderme...
Estaba hablando tan rápido y frustrado, no me di cuenta el momento en el que empecé a alzar mi voz hacia Velvela.
— Estoy tratando de mantener la calma por los dos, no he podido dormir casi nada, no recuerdo cuando fue la última noche en la que pude cerrar los ojos sin pensar si al día de mañana no despertare siendo un animal como ellos...
— ___.
— No quiero que nada malo nos pase a los dos, ¡No quiero vivir en un sitio donde no encajamos pero ese no es problema para ti, por qué eres una loba, Y YO UN HIJO DE PUTA HECHO DE CARNE Y PIEL SIN TENER EL HIJO DE PUTA PELAJ-.
Un par de manos llegaron a tomarme de los hombros, mis ojos estaban cegados por la acumulación de mis lágrimas, lo último que vieron mis ojos fue a Velvela sentada sobre mi regazo y apoyando todo su cuerpo contra el mío, mientras su pelaje acariciaba mi piel, aún con esa mirada preocupante en su rostro, seguía siendo hermosa.
Lentamente sentí sus manos fluir por mis hombros y cuello hasta llegar a mis mejillas, usando sus filosas garras para eliminar el rastro de mis lágrimas con delicadeza, mierda... Ella no se merecía esto.
En su mirada se veía lo asustada que se veía, como si verme en estás malas condiciones solo la hacían ponerse tensa, yo me sentía tenso.
Desvíe la mirada avergonzado por mi comportamiento, aún sin verla sentía mis lágrimas caer sobre mis mejillas y acabar mojando las comidas sábanas en las que estaba tumbado junto a Velvela.
Siento como su rostro se apega contra mi mejilla posando en ella, sus manos cubriendo mi cuello como un cómodo agarré y sus piernas acomodadas sobre las mías, su respiración era lenta y con el ritmo bajo podía sentir sus latidos contra los míos, en un segundo pude sentir algo húmedo y rasposo limpiando mis lágrimas sobresalientes.
Estaba usando su lengua para limpiar cada gota de lágrima, mierda... No puedo seguir actuando como si todo girara en mi entorno, tenía que pensar en Velvela, ella también estaba teniendo sus propios conflictos, como el también ser aceptada en esta raza, la poca inteligencia sobre la tecnología de la moderna ciudad, y tratando de no perderme en las manos de esas malas personas.
Ella también estaba angustiada, y yo en ningún momento le he preguntado si se siente cómoda en este lugar, si está bien o si necesita algo en el que yo puedo ayudarla, ¿Cómo pude ser tan idiota?.
El tiempo que estuve pensando, me hizo olvidar por completo que tenía a la loba aún montada en mi, al tiempo que pude reaccionar, escuché por sorpresa los pequeños sollozos que Velvela dejaba escapar junto a sus pequeños chillidos, ahora con su rostro recostado en mi pecho, usando mi mano como apoyo sobre sus orejas esperando a que yo pueda acariciarla.
— Pe-Perdon...
Fue lo último que dije para tomar la cabeza de Velvela con delicadeza y acariciar sus mejillas, de algo estaba seguro y es que solo la necesitaba a ella, era la única persona que podía evitar que perdiera la cabeza en este mundo de mala muerte.
Levanté mi cuerpo para también levantar el de Velvela, ahora sentada en mi regazo nuevamente pero está vez con nuestras miradas cerca del otro y nuestras bocas al roce de un húmedo beso entre lágrimas y dolor, finalmente hundimos nuestros cuerpos en un caluroso abrazo de parte de ambos, con el fuerte deseo de apegarla más a mí, empezó a besar su frente, dejando la humedad de mis labios sobre su suave pelaje gris, mis manos bajando hacia sus caderas para apreciar lo hermoso de su cuerpo.
Su respiración pesada pero al mismo tiempo lenta, escuchando como trataba de mantener su llanto oculto de mi rostro.
— Velvela... Quiero que sepas que pase lo que pase... — despegó mi rostro de su frente para verla a los ojos, a esos ojos azules y cristalinos — recuerda que tú fuiste la única a la que si pude entregarle todo... Desde que llegaste a mi vida en ese bosque... Hasta el día en el que tú y yo lleguemos a desaparecer, siempre fuiste la voz en mi cabeza, la voz que guío cada decisión que pude haber tomado en mi vida en este lugar...
Ella sigue mirándome con sus orejas decaídas.
— Nosotros dos acabamos en este mundo, estamos atrapados aquí, pero me tienes a mí como yo te tengo a ti... — tomé sus manos, aún con mi voz rota — si tuviera que elegir entre mi vida y la tuya, estoy seguro que podrás tener una mejor vida de la que yo pude haberla tenido.
Tenía más cosas por mencionar y dejar en claro pero después de eso, solo pude sentir los labios de Velvela contra los míos, su pequeño hocico estancados en mi boca, buscando la sensación y la humedad del placer en medio de nuestro único momento a solas, traté de mantenerme firme pero mi carne fue más débil que mi propia voluntad.
Atraje a Velvela hacia mi cuerpo tomándola de sus gruesas nalgas, aún sin despegarme de nuestro beso, ese beso que empezaba a tener el significado de nuestro nuevo vínculo que habíamos formado, el pequeño gemido de Velvela dentro de mi boca me hizo sentir el cosquilleo en mi pecho, eso mientras seguía acariciando sus nalgas, separando cada una de ellas y apretarlas. Sintiendo lo duras que eran y que pronto iba acabar entrando en medio de ellas.
CONTINUARÁ.
Lo sé, hace mucho tiempo que no la actualizo y ofrezco una gran disculpa, tuve que volver a leer la historia para recordar como era su trama, y también viendo que antes escribía del culo, aún sigo escribiendo del culo pero ya es menos, tendré que hacer unos cambios a la historia ya que en primer lugar, algunos escritores que participan en la historia ya no están, simplemente dejaron de usar Wattpad y bueno, creo que ya no sabrán nada de la historia, así que tendré que cambiar ciertos puntos de la historia que ya había pensado cual sería su final, de igual manera les digo, último pienso retirarme.
En esta plataforma ya nada es lo mismo, como si hubiese perdido esa magia y bueno, trato de ver cuál será la mejor decisión.
Lo sé, en el siguiente capitulo cogen.
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