[𝐄𝐍𝐄𝐑𝐎/𝟐𝟎𝟐𝟒]

•••EN ALGÚN LUGAR REMOTO DEL OCÉANO PACÍFICO•••

Una figura canina emergió de la vegetación y, con dirección norte, se encaminó al centro de un extenso llano, donde yacen localizados tres prominentes edificios.

<<El fruto vivo de mi arduo trabajo>>

De aquel trío de infraestructuras, la figura se centró y se encaminó hacia la primera de ellas. Era gris, en su totalidad. Carente de ventanas. De un solo piso y, a diferencia de las otras dos, ésta consumía mayor terreno y estaba más apartada. Llegó a la puerta, encendió el panel de seguridad, introdujo el código de seis dígitos..., y esperó.

Se oyó un ligero bip, y la puerta, de manera automática, se abrió. La figura canina atravesó el umbral y cruzó por un largo e impecable pasillo. Al final, yacía una puerta de metal, cuya placa dorada rezaba: "𝐒𝐔𝐑𝐕𝐄𝐈𝐋𝐋𝐀𝐍𝐂𝐄 𝐑𝐎𝐎𝐌". Abrió la puerta y se internó en la oscuridad total. Misma que desapareció cuando, a tientas, localizó el interruptor del muro. La luz potente, que le cegó por una milésima de segundo, se apoderó de todo de inmediato. En los muros laterales, yacían acomodados una larga hilera de televisores, todos apagados. Y, por cada muro, había una mesa sobre la que descansaba un teclado de aspecto poco convencional y de múltiples funciones.

La figura, siguiendo un trayecto recto, caminó hacia el fondo y llegó a su escritorio. Se sentó detrás de él..., y meditó. Meditó al tiempo que recordaba la excelente noticia que le había sido proporcionada hacía veinte minutos.

<<El arma está a punto de quedar lista>>

De oreja a oreja, esbozó una sonrisa maliciosa. Luego, abrió los ojos y clavó la vista en el pequeño calendario, que yacía junto a su ordenador portátil.

<<Enero —dijo para sí—. Estamos a tan solo diez meses de la fecha establecida. Ya no falta mucho para ejecutar el Plan B>>

Sí, el Plan B. Aquel plan que había desarrollado a mediados de Septiembre del 2020 (a costa de sus seis cómplices juveniles previos. Todos muertos, actualmente) y que llevaría a cabo sólo en caso de fracasar —cosa que sí pasó— con el plan "A" y no lograr su objetivo: ACABAR CON LA CIUDAD DE BAHÍA AVENTURA.

<<Me confié esa vez —reflexionó—, y perdí. Pero dentro de poco retomaré la revancha. Y ganaré. ¡Oh, claro que lo haré!>>

Soltó una risotada, que pareció durar una eternidad. Abrió el primer cajón de su escritorio y sacó un libro, de gran tamaño. En la portada, y con grandes letras rojas, impresas sobre un rostro canino, femenino y blanco, se leía:

<<JULY HARRIS: EL NACIMIENTO, EL DESARROLLO Y EL INCIERTO FINAL DE "LA BOMBARDERA DE LA MOCHILA AZUL">>.

Al pie de la portada, yacía impreso el nombre de la autora: Sharon Danville, ex-agente del FBI.

Con ayuda del separador de tela, la figura canina abrió el libro en la página 524. Era la antepenúltima. Se titulaba "CONCLUSIÓN". El contenido del capítulo era el siguiente:

Recapitulemos.- A tan corta edad (a los tres años, valga aclarar), July Harris y su hermana gemela, Sweetie, fueron enviadas a un refugio para cachorros desamparados de la ciudad de Bradersfille tras ser separadas de su madre, Lidia Harris, que, entre octubre y diciembre del 2015, asesinó a un total de veintisiete personas en el hospital donde ella laboraba como enfermera de medio tiempo.

Trágico acontecimiento para ambas cachorras, cuyas vidas, de un día para otro, sufrieron un fuerte revés. Pudieron quedar allí, en el refugio, junto a desconocidos, por siempre. Al menos, hasta que cumplieran la mayoría de edad: 8 años caninos, de acuerdo a la "Ley de Protección al menor canino". Pero la vida, destino, o tal vez el mismísimo Dios, les dio una oportunidad a ambas: Fueron adoptadas el mismo día; el 25 de Marzo del 2016. Sweetie terminó viviendo con la princesa de Ladriburgo (Inglaterra) mientras que July, en cambio, acabó en el seno de una familia humilde del estado de Illinois.

Hasta ahí, todo parecía un final feliz. Sobre todo para July. Pero desafortunadamente, no sería así por mucho. Pues así cómo la vida da oportunidades, también las puede quitar de la misma forma: Sin previo aviso. A mediados de diciembre del 2016, luego de que suscitara un trágico accidente, July Harris y su dueña, Carmen Goldman (de apellido Sayer a partir del 2017), de quince años, fueron enviadas a vivir en cinco casas de acogida. Mismas donde sufrieron un terrible abuso; tanto físico cómo emocional. De acuerdo con los informes policiales y declaraciones de testigos, así como el análisis llevado a cabo por dos psicólogos infantiles, July Harris quedó, y cito; "profundamente dañada debido al abuso sistemático".

Un test, que se le realizó a la West Highland Terrier en Abril del 2017 bajo la orden de la Doctora Addison Dolarhyde, reveló que July Harris estaba al borde de desarrollar psicopatía extrema. Si es que no la había desarrollado ya. Pudo haber recibido tratamiento, cosa que no se llevó a cabo luego de que la cachorra escapara de las oficinas del Servicio Social de la ciudad de Bradersfille (IL) en el mes de Mayo de ese mismo año, sin dejar rastro alguno. Según uno de los amigos cercanos de July —y que, tres años después, se convertiría en uno de sus cómplices—, ella no quería seguir en las oficinas debido a que Carmen, quién había sido enviada a otro centro de la misma ciudad, siendo adoptada al poco tiempo por una familia que se la llevó al estado de California, ya no estaba con ella.

Se sabe que, a los tres meses de haber desaparecido del radar, July Harris reapareció. Ésta vez en Ladriburgo. De acuerdo con una entrevista realizada a Sweetie, quien ahora cumple condena de por vida en una correccional tras el intento de asesinato de su dueña (y actual lideresa de Ladriburgo), July fue a verle al castillo en busca de ayuda, misma que le fue negada. No contenta con esto, July —de alguna forma— ingresó a las instalaciones secretas de su hermana y se robó una gran cantidad de planos para fabricar armas y aparatos novedosos, mismos que, en Agosto de ese mismo año, July presentó como suyos ante los altos mandos del Pentágono. Asombrados por tales inventos, los militares no sólo compraron las patentes por una gran suma multimillonaria, sino que también le dieron un puesto de trabajo a July Harris en el Departamento de desarrollo de armas. Desde entonces, la cachorra se dedicó a trabajar, con la mayor eficiencia posible, para salir adelante y sacar lo mejor de sí; tanto en lo profesional como en lo personal. Cosa que logró. Pero al poco tiempo, todo dio un gran giro, dando inicio a una ola de crímenes que marcarían un antes y un después en toda la historia criminal del país estadounidense.

A inicios del 2018 (Enero 07), y movida por la insaciable sed de venganza (que debió surgir a consecuencia de un factor estresante, hasta el momento desconocido, que debió tener lugar entre Noviembre y Diciembre del 2017), la West Highland Terrier ejecutó al primero de sus padres adoptivos: Gertrude Yates. Desde ahí, hasta mediados de Abril de ese mismo año, asesinó al resto de sus agresores. Todos residentes de la ciudad de Bradersfille. Para cuando hubo terminado su misión personal, logrando salirse con la suya, ya que toda la culpa había caído sobre alguien más, July Harris se tomó un descanso de su ola delictiva. No volvió a cegar vidas hasta mediados de Noviembre del 2020, esta vez en el extremo oeste de los EE.UU., en una pequeña ciudad costera: Bahía Aventura.

Gracias a un reportaje emitido a nivel nacional en Mayo del 2019, July Harris descubrió por fin el paradero de su amiga y antigua dueña: Carmen. Ambas se reencontraron, al día siguiente, en el Hospital General Bethesda de Bahía Aventura. Ciudad costera que, en esa misma época, fue el sitio de caza de un asesino en serie. Harold Hadford, a quien la prensa sensacionalista apodó cómo: "El acechador nocturno", asesinó a una innumerable —y aún desconocida— cantidad de víctimas antes de ser apresado. Carmen, ya de apellido Sayer, atestiguó en el juicio en contra del Doctor Hadford. Cosa que no bastó, el jurado le declaró inocente. Y él quedó libre.

En los siguientes meses, el infame asesino se dedicó a convertir la vida de Carmen en un total infierno. Primero, asesinó a su familia adoptiva (conformado por el matrimonio Sayer y sus dos hijos menores. Ambos de 7 y 12 años, respectivamente) y, por medio de un mensaje, pintado con sangre en la pared, le hizo saber que le mataría.

Tras varios meses de acoso, finalmente, en la tarde del 18 de Noviembre del 2019, Carmen Sayer se quitó la vida. No sin antes haber dejado una carta de despedida, en la explicaba el por qué de su decisión. Esto reavivó la ira y la furia dentro de July Harris, que, ahora ya convertida en una "Coleccionista de Heridas", decidió atacar, por medio de artefactos explosivos, a los habitantes de Bahía Aventura (ciudad a la que culpó por la liberación de Hadford, quien, sucesivamente, aterrorizó a Carmen a tal punto en el que ya no pudo más, quitándose la vida), declarándoles la guerra. Misma que perdió cuando, y sin que nadie pudiera prevenirlo, Marshall Smith; integrante del equipo Paw Patrol, impidió que una bomba atómica explotara en la ciudad, llevándola —con ayuda de un helicóptero— hacia el Océano Pacífico, perdiendo la vida durante el proceso. July Harris desapareció poco después. Y, actualmente, se desconoce su paradero.

Ahora, con todo esto, se nos es fácil comprender por qué July Harris, conocida hoy en día como "La bombardera de la mochila azul", terminó convirtiéndose en lo que se convirtió; una asesina en serie y terrorista local motivada por la necesidad de cumplir una venganza personal. Pero, aquí una pregunta: ¿Todo esto, la transformación de July, se pudo haber evitado? La respuesta es simple: Sí. Por supuesto. De haber crecido en un buen ambiente, lleno de amor y cuidados, las probabilidades de que July se convirtiera en el monstruo que es ahora, hubieran sido mínimas.

Todos los criminales, con los que me he topado a lo largo de mi carrera, han sido tachados cómo monstruos. Pero hay que tener en cuenta algo; todos los criminales, desde el simple agresor sexual hasta el inescrupuloso asesino en serie, fueron, alguna vez, inocentes. Pero a diferencia de nosotros, ellos, en cierto punto de sus vidas, generalmente en la infancia, sufrieron reveses que alteraron sus vidas, declinándoles a tomar malas decisiones. ¡Pero ojo! Qué con esto no intento justificar a los criminales. Solo trato de explicarles, a ustedes los lectores, el por qué ellos (los criminales) terminaron siendo lo que son.

Volviendo a lo de July, y ya para terminar éste segmento, he de confesar que fue una contrincante memorable. Ya que fue la primera —y la única criminal— que logró escaparse de mí. Y aunque ya no me encuentre en el FBI para poder seguir dándole caza, sí tengo la certeza de que, en un futuro cercano, será capturada y llevada ante la justicia.

Pero hasta entonces, hay dos preguntas que quedan en el aire: ¿Dónde está July Harris? ¿Y qué estará haciendo en este momento?

July Harris cerró el libro al tiempo que esbozaba una gran sonrisa.

<<¡Estoy aquí! —exclamó para sus adentros—.Y estoy preparando su final. ¡El Armagedón de Bahía Aventura!>>

Apartó el libro y, acto seguido, encendió la laptop. Abrió un archivo de Word y realizó un par de modificaciones. ¡El Plan B debía carecer de errores! 

Para cuando hubo terminado, cerró el archivo y, durante los siguientes diez minutos, se quedó mirando el fondo de pantalla. Era una vieja instantánea, tomada hacía siete años. El recuerdo de otra vida. Una versión joven de sí misma estaba acompañada de una pelirroja. Vestían ropa de invierno. Sonreían a la cámara y compartían un abrazo junto a una escultura de nieve. 

—Ya falta poco, Carmen —musitó, mirando la foto—, ten por segura que te haré justicia. Bahía Aventura tiene los días contados.

[1.912 PALABRAS]

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