009. ¿Mi hogar?

Las tres chicas se dirigieron a la Winx suite conversando sobre lo que sucedía con Bloom, la rubia la entendía y hasta cierto punto una parte de ella quería ayudarla, pero si algo sabia era que Beatrix no era de confianza, que por lo menos Dowling parecía no querer hacerles daño.

Al entrar encontraron a Musa sentada en el sofá—¿dónde estabas?, te he escrito— reclamo Aisha.

—Lo he visto, sí, perdona. Estaba ocupada ya que ha venido Sam— explico.

—Dime que no lo habéis hecho en nuestro cuarto— dijo terra con asco a lo que Astra rio un poco.

—Hemos detenido a Bloom eso es lo importante, se está volviendo loca— contó el hada de agua— sé que prometí no hacerlo, pero creo que deberíamos contárselo a Dowling

—No te atrevas Aisha— se molestó Astra por aquel comentario, aquello haría que la pelirroja perdiera totalmente la confianza en ellas, pero antes de decir algo más una planta se movió y Musa le grito a esta que no se atreva.

—Stella tiene una opinión sobre esto.

—¿Qué?— la miraron las tres como si estaba loca.

—Me niego a seguir limpiando, así que díselo ya— de la nada con un simple chasquido apareció la princesa de Solaria, vestida como nunca antes la habían visto.

—Tengo una opinión sobre esto. Bloom es un grano en el culo, pero se merece saber quién es, no las historias que le están contando.

—Nunca pensé decir esto, pero estoy de acuerdo con Stella. Podemos debatir luego sobre si es lo correcto, pero debemos ayudar a nuestra amiga— le siguió Astra.

—No os ayudaré con esto— negó Aisha.

—Perfecto, una menos— dijo Astra para ir en busca de Sia mientras las demás se arreglaban para buscar a Bloom.

Sia, Terra, Musa y Astra encontraron a la pelirroja sentada en una banca sola y le entregaron la llave a lo que esta las miro confundida— Necesitas respuestas.

—Te las han estado ocultando y no queremos ser como ellos— continuo Terra.

—¿Dónde está Aisha?— fue todo lo que pudo decir el hada de fuego.

Las cuatro se miraron sin saber como decirle que su mejor amiga había decidido no ayudarla—No ha querido venir— dijo astra sin más— debí de ser la primera en querer ayudarte considerando que sé lo que se siente y aunque todavía piense que Beatrix no es la mejor solución, te mereces la oportunidad de saber quién eres Bloom— le sonrió a lo que esta la abrazo.

—Es más de lo que puedo pedir— las miro ahora a todas sonriendo, casi en lágrimas, feliz de que sus amigas estuvieran allí para ella—¿vais a ayudarme a liberar a Beatrix?

—Esa era la parte con la que la señorita reglas no estaba de acuerdo— explico Sia refiriéndose a Aisha.

Stella apareció— bueno, nunca le han gustado mis ideas, así que— sonrió.

Bloom la miro todavía más sorprendida y confundida— es una larga historia, solo digamos que las plantas rotas las paga la princesa de Solaria.

(...)

Las chicas esperaron a que Bloom sacara a Beatrix para dirigirse a la oficina de la directora, donde ahora se encontraban frente a la trampa de Dowling— cuando llegue Dain le daremos un empujón— dijo el hada de electricidad.

—Me parece cruel usarlo para eso— confeso Bloom.

—Se apuntará o no, pero lo empujaremos de todos modos— le resto importancia

—¿Por qué no te apuntas tú?— pregunto Astra, mientras Stella aparecía detrás de la chica y la empujaba por la trampa, quedando está congelada en el piso.

—Ha sido más satisfactorio que lo de las macetas, ¿lo veis?, liberar a la mala, cumplir el propósito de bloom y volver a encerrarla— se emocionó Stella— mis ideas molan.

En lo que las chicas caminaban en busca de Rosalind, Bloom se acercó a Astra— te dije que te ayudaría a descubrir quién eres y he estado tan enfocada en mí que no lo he hecho— dijo sintiéndose mal por no ayudar a la persona que desde el primer momento la apoyo— perdona.

—Un secreto a la vez— le sonrió— luego de que consigamos respuestas para ti, podemos enfocarnos en mí, pero no dudes ni por un segundo que no siento felicidad por lo cerca que estás de tener respuestas.

La pelirroja no pudo evitar pensar que Astra era alguien tan particular, tan honesta y dispuesta siempre— agradezco que nos hayamos conocido, las otras son excelentes amigas, pero tener a alguien como tú, que me entienda, ha hecho que esto no sea tan difícil.

La rubia apretó su mano en señal de que se sentía igual— por cierto, no me odies Sky quiso ayudarme y lo he hecho quedarse dormido en el círculo de piedra— astra no pudo más que reír hasta que llegaron a la puerta— todo lo que he buscado está del otro lado— dijo nerviosa.

—Estaremos aquí cuando salgas— dijo musa.

—Quiero que entres conmigo— dijo la pelirroja a quien sostenía su mano todavía, esta asintió mientras ambas cruzaban a donde estaban las respuestas.

Al atravesar las puertas, bajaron las escaleras que estaban del otro lado, encontrándose con un campo de luz donde allí se encontraba en lo que parecía un sueno Rosalind.

—Bloom... Astra— la voz de aquella mujer en su cabeza le dio escalofríos a la rubia quién estaba confundida, ¿cómo sabía quién era?.

—¿Rosalind?— susurro Bloom.

—No me puedo ni imaginar la cantidad de preguntas que tendréis.

—Muchas.

—Yo solo tengo una para vosotras, ¿tenéis idea de lo especial que sois?

—Esto me da mala espina— susurro Astra, era como un presentimiento, como si algo le dijera que corriera, que no estuviera allí.

—Os enseñaré un nuevo truco, queréis saber de donde sois y yo necesito salir de aquí, accedan a ese poder que está adentro de vosotras— Astra miro a bloom no queriendo hacer caso a la mujer, pero pensando en que su amiga la necesitaba— acceded a ese poder dentro de vosotras, vuestro instinto os dice os consumirá, pero el instinto se equivoca.

Así lo hicieron, llamaron a aquel poder dentro de ellas, la rubia lo sentía como aquel día en el círculo de piedra con Sky, salvaje y sin control, como si no tuviera fin y con aquella canalización la mujer dentro apareció.

—Necesitas comida, agua— trato de ayudarla Bloom, pero esta parecía tener su mirada en Astra.

—Necesito magia.

Rosalind las guio por un camino que salía en un cementerio— me parece que un pasadizo secreto que guía a un cementerio es muy siniestro.

—Ni os cuento el que Doris, la señora de la cocina, debe de atravesar todos los días.

—¿Dowling sabe de estos?— preguntó Astra.

—Hay muchas cosas que Farah no — una respuesta que parecía igual que la mujer, fría y sin decir mucho.

La siguieron hasta el círculo de piedra donde Dowling apareció y parecía no verlas, algo en Astra quiso gritarle que estaban allí pero lo ignoro.

—Has dicho que estabas débil y no podías hacer magia, ¿pero puedes escondernos?— pregunto Astra confundida, una vez más desconfiando de la mujer.

Rosalind se acercó al centro del círculo comenzando a canalizar magia— aquí puedo llamar a la magia de la tierra.

—¿Qué paso en Aster Dell?— preguntó Bloom restándole importancia—¿y como conoces a Astra?

—Todo lo que Farah te contó es cierto, les mentí— astra no sabía de qué hablaban— y a ti, mi querida, llevo desde el día de tu nacimiento sabiendo de tu existencia, esperando que este día llegara.— se refirió a la rubia.

—mataste gente inocente.

—Es más complicado, el principio de este mundo mágico es que solo las hadas puedes practicar magia, en aster dell eran humanos que usaban sacrificios y muerte para canalizar, brujas de sangre.

—Espera... si los habitantes de aster dell eran brujas y mis padres biológicos son hadas— susurro la pelirroja.

—Tus padres no son de allí— completo Astra uniendo los puntos.

—Fuiste secuestrada por las brujas, tus padres habían desaparecido.

—¿Yo fui secuestrada también?— pregunto confundida.

—No querida, tus padres murieron.

Era como si le hubieran lanzado agua fría arriba, como si todo no se cayera, una respuesta que buscaba desde el primer día, como si aquella esperanza simplemente había desaparecido, había dejado de escuchar la conversación de las dos mujeres a su lado.

Cuando Rosalind la incitó a usar su magia, simplemente lo hizo sin prestar atención, como un robot en automático, hasta que una palabra hizo clic en su cabeza— la gente adecuada.

—¿Hablas de ti misma?— se molestó— solo me has dicho que mis padres han muerto, usas a bloom por su poder, la escondiste de sus putos padres y la dejaste en otro mundo, ¿así quieres que confiemos en ti?

—No le dijiste a nadie que existía— continuo Bloom igual de molesta— pusiste en riesgo a mi familia dejándome con ellos sin darles ninguna guía

—La única guía que necesitabas era amor, Vanessa y Michael podían dártelo, cosa que Farah no lograría, cuando esto acabe te ayudaré a encontrar a tus padres y a ti Astra te diré todo lo que sé de tu hogar.

—¿Mi hogar?— susurro.

—¿Creías que con un poder así podías pertenecer a Solaria?

Quería continuar preguntando, pero Bloom aviso que había quemados dentro de la escuela y ayudar a sus amigos iba primero que sus respuestas.